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REFORMA INTERIOR EN EL SIGLO XIX

En el siglo XIX se plantean dos soluciones para la resolución de los problemas


existentes en esa época; el primero mediante un modelo alternativo a la ciudad existente y el
otro, reformando aspectos parciales de la ciudad; remodelar la ciudad con la morfología
heredada.

Nos encontramos con dos variaciones de extensión urbana, la expansión no planificada


en mancha de aceite, consiguiendo la expulsión de la población al exterior, que crece lenta y
sin orden, o los ensanches, que suelen ser ordenados, casi siempre ortogonales.

En el caso de París, crece en mancha de aceite. Se intenta pasar de una ciudad


medieval de calles estrechas a una ciudad preindustrial. Aparece el Baron Haussman para
replantear París. Introduce nuevas calles para comunicar distintas partes y se derribarían todas
las casas que se encontraran en el camino, consiguiendo así articular el tráfico. También,
plantea nuevos barrios creciendo en mancha de aceite. Establece unas alturas de cornisa
uniformes, patios interiores y patios de luces, cubiertas abuhardilladas no transitables,
aprovechamiento máximo de la parcela y una tipología, típica de la ciudad burguesa, en la que
se estables una división social vertical, siendo la planta baja para el comercio, la primera planta
para los estamentos superiores, la segunda planta para los estamentos inferiores y la tercera
planta para el servicio. Las consecuencias son grandes vías muy rectas, aceras grandes,
escala en fachadas bastante grande, buhardillas habitables y comercio en los bajos. Nos
encontramos con una ciudad compacta y con mezcla de usos.

La tipología de crecimiento de las ciudades europeas durante el siglo XIX y bien


entrado en el siglo XX estará basada en el modelo de ensanche de Haussman. Una gran
influencia que tuvo el plan Haussman fue en la ciudad de Viena, una ciudad con una muralla
muy potente y con barrios en el extrarradio, en el que se crea una brecha entre los dos
espacios. Se plantea entonces como hacer la remodelación, y surge el ring vienés.

El Ring de Viena se creó derribando esa muralla histórica y construyendo un ensanche


llamado ring que servirá como conexión entre el casco y el extrarradio. Además, se construyen
edificios administrativos e institucionales importantes para darle importancia a es ensanche. Se
siguen ciertos ejes y se plantean manzanas ortogonales. Se llena de espacios públicos, plazas
y jardines.
También tendrá gran influencia el plan de Haussman en ensanches europeos como la
Avenida de la Reina, en Helsinki, el plan de extensión de Ámsterdam Sur; un modelo de
ensanche para los barrios obreros de la ciudad burguesa.

Destacamos el ensanche de Barcelona; el plan Cerdá, el cual encontramos que


presenta un límite topográfico, el mar, así que no podrá crecer hacia uno de sus lados. Se dan
una serie de ordenanzas para trabajar con las manzanas, pero se permite que no sean todas
iguales, evitando así la homogeneidad. Aparte de la diagonal, se podían hacer crujías abiertas,
edificios sin cerrar, achaflanar las esquinas de una u otra manera. Se establecen cuadrículas
entre ejes de calles, las manzanas son cuadradas y se estable una altura de cornisa para
asegurar el soleamiento.

En Madrid se empiezan a hacer reformas interiores; se coge un pedazo acotado de la


ciudad y se hace una operación de rehabilitación. Se rehabilitaron cuarteles militares, en el
caso del cuartel de Monteleón, se demuele y se crea la Plaza del Dos de Mayo, donde
actualmente solo se conserva la puerta del cartel. Otra operación importante de la época fue la
reforma de la Puerta del Sol. Sigue la misma línea de actuación que la Plaza Mayor; plaza
renacentista (plaza rectangular). Para construirla se ¨cortaron¨ las viviendas preexistentes y se
derribó parte de las mismas, se cierran sus fachadas; se introuduce la plaza rectangular sobre
un tejido medieval.

Otra reforma interior influenciada por el Plan Haussman es la apertura de la Gran Vía
(1904-1910). Para llevar a cabo la operación de la Gran Vía, se derribó parte del tejido histórico
de Madrid para crear esa gran arteria. Se construyó el Edificio de Telefónica, el primer gran
rascacielos de Madrid. La Gran Vía se planteó como un eje conexión este-oeste.

Castro se encargó del ensanche de Madrid, el cual, no se llega a construir


completamente, estaba planteado para duplicar la superficie de Madrid. Las diferencias que
encontramos entre el Plan Cerdá y el Plan Castro está en el tamaño de las calles, siendo las de
Madrid más pequeñas, y la forma, siendo las de Barcelona más cuadradas.

TERESA GÓMEZ GARCÍA-ATANCE

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