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V. Ficha de Contratos Parte General - Roitbarg 28-9-23
V. Ficha de Contratos Parte General - Roitbarg 28-9-23
V. Ficha de Contratos Parte General - Roitbarg 28-9-23
Profesor Roitbarg
a) Unilaterales y bilaterales
Los contratos son unilaterales cuando una de las partes se obliga hacia la otra
sin que ésta quede obligada. Son bilaterales cuando las partes se obligan
recíprocamente la una hacia la otra. Las normas de los contratos bilaterales se
aplican supletoriamente a los contratos plurilaterales (art.966 CCC).
b) Onerosos y gratuitos
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Los contratos son a título oneroso cuando las ventajas que procuran a una de
las partes les son concedidas por una prestación que ella ha hecho o se obliga
a hacer a la otra. Son a título gratuito cuando aseguran a uno o a otro de los
contratantes alguna ventaja, independiente de toda prestación a su cargo
(art.967 CCC).
De lo expuesto se deduce que todo contrato oneroso es, a la vez, bilateral. En
cambio, el contrato unilateral puede ser oneroso o gratuito. Veamos un
ejemplo. El contrato de mutuo, en caso de no haberse pactado intereses, es
gratuito. Si, en cambio, se hubieran previsto intereses, se transforma en
oneroso, porque el préstamo de dinero que recibe el mutuario encuentra su
razón de ser en los intereses que deberá abonar al mutuante o prestamista.
c) Conmutativos y aleatorios
Los contratos a título oneroso son conmutativos cuando las ventajas para todos
los contratantes son ciertas. Son aleatorios, cuando las ventajas o las pérdidas,
para uno de ellos o para todos, dependen de un acontecimiento incierto
(art.968 CCC)
El contrato de seguro es claramente aleatorio, porque la obligación de
indemnizar el daño, que cabe a la compañía aseguradora, sólo se genera si se
produce el acontecimiento futuro e incierto que es el siniestro (incendio, robo,
granizo, etc.).
d) Formales
Los contratos para los cuales la ley exige una forma para su validez, son nulos
si la solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma requerida para los
contratos, lo es sólo para que éstos produzcan sus efectos propios, sin sanción
de nulidad, no quedan concluidos como tales mientras no se ha otorgado el
instrumento previsto, pero valen como contratos en los que las partes se
obligaron a cumplir con la expresada formalidad. Cuando la ley o las partes no
imponen una forma determinada, ésta debe constituir sólo un medio de prueba
de la celebración del contrato (art.969 CCC).
Estos contratos se dividen, a su vez, en:
I Formales "ad solemnitatem": en que la forma es exigida por la ley bajo pena
de nulidad (establece el art.1552 CCC: “Deben ser hechas en escritura pública,
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h) Principales y accesorios
Son principales los que no dependen, en cuanto a su existencia, de otro
contrato. Y accesorios, aquellos cuya existencia jurídica depende de otro
contrato. La fianza es el ejemplo clásico de contrato accesorio: extinguida la
obligación del contrato principal, se extingue la fianza por vía de consecuencia.
El art. 1.140 C.C. establecía: “Los contratos son consensuales o reales. Los
contratos consensuales… quedan concluidos para producir sus efectos
propios, desde que las partes hubiesen recíprocamente manifestado su
consentimiento”.
Los contratos reales, para producir sus efectos propios, quedan concluidos
desde que una de las partes haya hecho a la otra tradición de las cosas sobre
que versare el contrato. Forman la clase de los contratos reales, el mutuo, el
comodato, el contrato de depósito, y la constitución de prenda y de anticresis
(arts.1141 y 1142 C.C.).
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Son ciertos requisitos que no pueden faltar en ningún contrato dado que hacen
a su existencia como tal.
La doctrina clásica entiende que los elementos esenciales del contrato son tres:
consentimiento, objeto y causa.
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l. Concepto
Son efectos de los contratos en general, la creación, modificación, transmisión
y extinción de obligaciones.
2. El efecto relativo de los contratos
La regla en esta materia está dada en los arts. 1021 y 1024 CCC. El primero de
ellos establece: " El contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes; no
lo tiene con respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley”. En
tanto que el art.1024 CCC dispone: “Los efectos del contrato se extienden,
activa y pasivamente, a los sucesores universales, a no ser que las
obligaciones que de él nacen sean inherentes a la persona, o que la
transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación, o esté
prohibida por una cláusula del contrato o la ley”.
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Taql como se establece en la última parte del artículo, puede ocurrir que el
tercero ratifique el contrato expresa o tácitamente (ejecución de las
obligaciones a su cargo), en cuyo caso aquél será válido. La ratificación hecha
por el tercero a cuyo nombre o en cuyo interés se hubiese contratado, tiene el
mismo efecto que si hubiera autorizado previamente tal contratación, y le da
derecho para exigir el cumplimiento del contrato.
El instituto está previsto en el art. 1026 CCC, que establece: " Quien promete el
hecho de un tercero queda obligado a hacer lo razonablemente necesario para
que el tercero acepte la promesa. Si ha garantizado que la promesa sea
aceptada, queda obligado a obtenerla y responde personalmente en caso de
negativa”. Lo prometido por la persona que contrató es el cumplimiento de la
obligación por el tercero; garantizó el éxito de la promesa. Caso contrario, es
decir, si el celebrante del contrato sólo se hubiera obligado a influir sobre el
tercero para obtener su cumplimiento, no cabría hablar de pérdidas e intereses.
1. Concepto
Interpretar un contrato es desentrañar el sentido y alcance de sus distintas
cláusulas. Cuando las partes del contrato difieren en el significado que cabe
dar a lo convenido, la controversia es sometida a decisión judicial o de árbitros.
2. Régimen del Código Civil y Comercial
El contrato debe interpretarse conforme a la intención común de las partes y al
principio de la buena fe (art.1061 CCC).
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Rescisión
El contrato puede ser extinguido por rescisión bilateral. Esta extinción, excepto
estipulación en contrario, sólo produce efectos para el futuro y no afecta
derechos de terceros (art.1076 CCC).
La rescisión ha sido conceptualizada en doctrina como un acto jurídico
unilateral extintivo, en virtud del cual una de las partes, en contratos cuya
ejecución se extiende en el tiempo, pueden decidir ponerle fin.
Es común que en los contratos de ejecución continuada o que habrán de
vincular a las partes por un lapso prolongado, se prevea la posibilidad de que
cualquiera de ellas, bajo ciertos recaudos de fehaciencia de la notificación que
se curse y de suficiente antelación, pueda comunicar a la contraparte su
voluntad de extinguir el contrato a partir de cierta fecha.
Es característica de las cláusulas rescisorias que se incluyen en los contratos
que la extinción produzca efectos a futuro. Es más, para no afectar a terceros
con la medida, generalmente se hace referencia al modo en que serán
finiquitadas las obligaciones en curso de ejecución.
Aun sin que exista una previsión expresa de cláusula rescisoria en el contrato,
las partes pueden poner fin a su vínculo contractual por mutuo acuerdo en
cualquier momento. Si el contrato nace del mutuo consenso, es lógico que
pueda extinguirse por mutuo disenso. Esta es la rescisión bilateral a que se
refiere el artículo comentado.
El art.1077 CCC establece: “ El contrato puede ser extinguido total o
parcialmente por la declaración de una de las partes, mediante rescisión
unilateral, revocación o resolución, en los casos en que el mismo contrato, o la
ley, le atribuyen esa facultad”.
La rescisión puede ser bilateral, cuando las partes de común acuerdo deciden
ponerle fin a su vínculo contractual, o unilateral, con causa o sin causa y, a su
vez, con fundamento en la ley o en el propio contrato.
El art.1261 CCC, referido a las locaciones de obra y de servicios, bajo el título
“Desistimiento unilateral”, establece: “El comitente puede desistir del contrato
por su sola voluntad, aunque la ejecución haya comenzado; pero debe
indemnizar al prestador todos los gastos y trabajos realizados y la utilidad que
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legal que priva de efectos al contrato, pero que tiene su origen en un vicio
anterior o contemporáneo a la celebración del contrato .
El hecho que opera como causa de la resolución del contrato puede hallarse
previsto en la ley o tener su origen en la voluntad de las partes. Así, por
ejemplo, en el contrato de compraventa puede pactarse una condición
resolutoria, en virtud de la cual si se produce un acontecimiento determinado,
futuro e incierto, las partes se reintegrarán las prestaciones cumplidas. El
art.1169 CCC refiere que la compraventa sujeta a condición resolutoria produce
los efectos propios del contrato, pero la tradición (entrega de la cosa vendida)
o, en su caso, la inscripción registral (si la cosa vendida es un bien que se
transfiere mediante la inscripción en un registro de la propiedad), sólo transmite
el dominio revocable.
El art.1086 CCC, incluido en este mismo Capítulo, prevé que las partes pueden
pactar expresamente que la resolución del contrato se produzca en caso de
registrarse incumplimientos genéricos o específicos identificados.
Una causal de resolución prevista especialmente en la ley se da en el supuesto
de excesiva onerosidad sobreviniente para una de las partes, a raíz de haberse
alterado en forma extraordinaria las circunstancias existentes al tiempo de la
celebración del contrato.
Dispone el art. 1078 CCC: “Excepto disposición legal o convencional en
contrario, se aplican a la rescisión unilateral, a la revocación y a la resolución
las siguientes reglas generales:
a) el derecho se ejerce mediante comunicación a la otra parte. La
comunicación debe ser dirigida por todos los sujetos que integran una parte
contra todos los sujetos que integran la otra;
b) la extinción del contrato puede declararse extrajudicialmente o demandarse
ante un juez. La demanda puede iniciarse aunque no se haya cursado el
requerimiento previo que pudo corresponder, en tal situación se aplica el inciso
f);
c) la otra parte puede oponerse a la extinción si, al tiempo de la declaración, el
declarante no ha cumplido, o no está en situación de cumplir, la prestación que
debía realizar para poder ejercer la facultad de extinguir el contrato;
d) la extinción del contrato no queda afectada por la imposibilidad de restituir
que tenga la parte que no la declaró;
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e) la parte que tiene derecho a extinguir el contrato puede optar por requerir su
cumplimiento y la reparación de daños. Esta demanda no impide deducir
ulteriormente una pretensión extintiva;
f) la comunicación de la declaración extintiva del contrato produce su extinción
de pleno derecho, y posteriormente no puede exigirse el cumplimiento ni
subsiste el derecho de cumplir. Pero, en los casos en que es menester un
requerimiento previo, si se promueve la demanda por extinción sin haber
intimado, el demandado tiene derecho de cumplir hasta el vencimiento del
plazo de emplazamiento;
g) la demanda ante un tribunal por extinción del contrato impide deducir
ulteriormente una pretensión de cumplimiento;
h) la extinción del contrato deja subsistentes las estipulaciones referidas a las
restituciones, a la reparación de daños, a la solución de las controversias y a
cualquiera otra que regule los derechos y obligaciones de las partes tras la
extinción”.
El CCC, con la firme intención de unificar las disposiciones aplicables a las tres
formas de extinción de los contratos analizadas, consagra un procedimiento
novedoso, con soluciones que en el anterior Código se hallaban desperdigadas
en distintas disposiciones que, a veces, se contradecían.
Establece el art. 1079 CCC: “Excepto disposición legal en contrario:
a) la rescisión unilateral y la revocación producen efectos solo para el futuro;
b) la resolución produce efectos retroactivos entre las partes, y no afecta el
derecho adquirido a título oneroso por terceros de buena fe”.
Ya hemos distinguido conceptualmente cada una de las figuras extintivas y se
han analizado sus efectos. Un aspecto a tratar ahora es el contenido en la
última parte del inciso b): los efectos retroactivos de la resolución contractual
no afecta el derecho adquirido a título oneroso por terceros de buena fe.
La resolución, al tener efecto retroactivo, obliga a las partes a reintegrarse lo
que mutuamente se hubieren entregado en cumplimiento del contrato. Esto que
parece bastante fácil de comprender, es más difícil de ser llevado a la práctica.
Ocurre que, en general, la resolución de un contrato en etapa de ejecución da
idea de extensión en el tiempo y de prestaciones periódicas de las partes.
Piénsese en un contrato de suministro en que el suministrado (empresa que
adquiere insumos para su proceso productivo), decide resolver el contrato ante
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resulten equivalentes, si son divisibles y han sido recibidas sin reserva respecto
del efecto cancelatorio de la obligación;
c) para estimar el valor de las restituciones del acreedor se toman en cuenta
las ventajas que resulten o puedan resultar de no haber efectuado la propia
prestación, su utilidad frustrada y, en su caso, otros daños”.
2. Teoría de la imprevisión
Se trata de un supuesto comprendido dentro de la resolución de los contratos.
Fue introducida en el Código Civil por la ley 17.711. El art. 1198 disponía: