Está en la página 1de 3

¿Qué es un sistema biológico?

Los sistemas biológicos están formados por una compleja organización de moléculas que se
combinan de manera armónica y dan origen a la célula, que es la unidad básica de la vida, y
todas tienen los componentes necesarios para realizar las funciones vitales e interactuar dando
lugar a un ser vivo único organizado y complejo, por ejemplo, las moléculas que constituyen la
masa de las células humanas se encuentran formadas por una variedad de elementos entre los
cuales destacan: el oxígeno (O) en un 65%, el carbono © en un 18%, el hidrógeno (H) en un
10%, y el nitrógeno (N) en un 3%; éstos forman el 96% de la masa de la célula y el 4% restante
está compuesto por el calcio, fósforo, azufre, potasio, sodio, magnesio, etc.

Sistemas biológicos

En los sistemas biológicos existe una estrecha relación entre su medio interno y externo, ya que
este último les proporciona los componentes necesarios para conservar su organización
interna, su estructura, así como su comportamiento. Para esto, los sistemas biológicos realizan
en su interior un gran número de reacciones químicas y la suma de todas ellas les permiten
mantenerse vivos, y se conocen como metabolismo.

Característica de los sistemas vivos.

Metabolismo

La suma de todas las reacciones químicas que lleva a cabo un sistema biológico se conoce
como metabolismo (Metabole que significa cambio, e ismo que quiere decir proceso), el cual
se refiere a las reacciones bioquímicas que requiere un organismo para mantenerse vivo. Por
ejemplo, para realizar la respiración, la fotosíntesis, entre otras, necesita de materia y energía
que toma del medio. Los organismos autótrofos fotosintéticos (plantas, algas, algunas bacterias
y ciertos protozoarios) toman la energía proveniente del Sol, mientras que los heterótrofos
(animales, hongos, algunas bacterias y ciertos protozoarios) obtienen la materia de otros
organismos para llevar a cabo todas sus reacciones metabólicas (asimilación).

El metabolismo se divide en anabolismo y catabolismo. El primero consiste en una serie de


reacciones en las cuales, a partir de moléculas sencillas, como el agua, el bióxido de carbono,
etc., se obtienen otras más complejas como los carbohidratos y las proteínas; mientras que en
el catabolismo, las moléculas complejas, como el almidón y los polipéptidos, se descomponen,
dando lugar a energía y compuestos más sencillos como el agua.

Un ejemplo del proceso de catabolismo es la respiración celular, en la que a partir de la glucosa


los organismos obtienen energía en forma de moléculas de ATP (adenosin trifosfato), agua y
bióxido de carbono; mientras que como ejemplo de anabolismo se puede mencionar a la
fotosíntesis, en la cual las células fotosintéticas utilizan agua, bióxido de carbono y energía
luminosa para producir glucosa, agua y oxígeno.

Es la capacidad que tienen todos los sistemas biológicos de responder a los estímulos del
ambiente (luz, temperatura, gravedad, etc.) que alteran sus condiciones de vida y las
respuestas a éstos son internas o externas. La irritabilidad es importante para la sobrevivencia
y adaptación de los seres vivos, ya que les permite contrarrestar la acción de los estímulos
antes mencionados para garantizar que sus efectos no los dañen.

Irritabilidad

Las respuestas que los organismos pueden dar dependen del estímulo y la complejidad de
éstos. Por ejemplo, el fototropismo positivo en plantas consiste en que los tallos, hojas y flores
se orientan hacia la luz; en el caso de los animales, cuando se sienten amenazados, se puede
observar como respuesta el cambio de color, es decir, el organismo se asemeja al medio en
donde vive, tal como ocurre en los calamares, camaleones, algunos peces, etc. (coloración
críptica).

La irritabilidad es un proceso evolutivo que han desarrollado los organismos a lo largo de su


vida en la Tierra y que les ha permitido adaptarse al medio y sobrevivir, desarrollando
diferentes estrategias para neutralizar los factores del ambiente que les afectan.

Homeostasis

Estos sistemas requieren de energía y nutrimentos para realizar sus actividades, conservar su
organización, y como material estructural; además de desarrollar un gran número de procesos
químicos, que están determinados en la información hereditaria, lo que les permite
permanecer vivos, funcionar eficientemente, y mantener constantes sus condiciones internas,
(temperatura, pH, etc.); esto ocurre gracias a la homeostasis (mecanismos de autorregulación).

Otra característica importante de los sistemas biológicos es la reproducción, que garantiza la


continuidad, es decir, es la forma de dar origen a descendientes iguales o semejantes a sus
progenitores para perpetuar el material genético de los padres.

Los sistemas biológicos pueden sobrevivir a los cambios de la naturaleza gracias a los procesos
de adaptación (modificaciones evolutivas que mejoran las oportunidades de supervivencia y
reproducción de los organismos) y evolución (cambios genéticos acumulativos en una
población de organismos en el transcurso de las generaciones), los cuales les permiten sortear
las inclemencias del ambiente.

Reproducción

Es el proceso que realizan todos los sistemas biológicos y consiste en la producción de nuevos
organismos, con lo cual se garantiza la continuidad de las especies. La reproducción se puede
llevar a cabo a nivel celular o de individuos, en el primer caso se refiere a la capacidad que
tienen las células de crear nuevas células semejantes a ellas, ya sea para reponer a las que
murieron o bien para el crecimiento de los organismos.

En cuanto al tema de la reproducción de los seres vivos, ésta puede ser asexual o sexual. En la
asexual participa un solo progenitor y da origen a organismos idénticos genéticamente, por
ejemplo: las bacterias, protozoarios, etc.

En la reproducción sexual participan uno o dos progenitores los cuales producen gametos
(óvulos y espermatozoides en los animales, y óvulos y granos de polen en las plantas) que al
unirse (fecundación) dan origen a organismos con características genéticas diferentes
(variabilidad), que son importantes en los procesos de adaptación y evolución, como se puede
observar en las aves, mamíferos, reptiles, entre otros. Los nuevos organismos son pequeños al
nacer, por lo que deberán crecer (aumentar la cantidad de materia que poseen) y desarrollarse
(serie de cambios que experimenta a lo largo de su vida) hasta alcanzar la talla de los adultos
de su especie, de acuerdo a sus características genéticas.

La importancia de la reproducción es que garantiza la continuidad de las especies en la Tierra, y


este proceso se realiza desde que existe la vida en el planeta. A lo largo del tiempo han
aparecido diferentes modalidades dependiendo del tipo de organismo de que se trate, pero
todas ellas contribuyen a perpetuarla.

Adaptación

Las adaptaciones que presentan los sistemas biológicos pueden ser estructurales, que
consisten en cambios en las partes externas de los organismos; fisiológicas, cuando tienen
relación con el funcionamiento interno y el metabolismo de diferentes órganos; etológicas, si
se refieren al cambio en la conducta de los organismos provocado por presiones del medio; o la
combinación de estás, que les proporcionan las características adecuadas para sobrevivir en su
ambiente, por ejemplo: el pelaje de algunos organismos que viven en los polos o las hojas
modificadas en espinas de ciertas plantas del desierto.

Los sistemas biológicos tienen la capacidad de detectar y responder a estímulos del medio
interno y externo como son: la falta de nutrimentos, la concentración de iones, luz y
temperatura, etc. La respuesta que dan a éstos depende del estímulo (físico o químico) y la
complejidad del organismo.

También podría gustarte