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senr r 1

t po de
lta a ja
Humble
rmada
do, pero l ir aumentando paulatina- por unidad, ya en 1924 y 1925 inic ia-
mente la tirantez de sus relaciones con ron la construcción de los Nachi a

a lmwerial
orteamérica, en el 1>e río do elntre gue los que dieron subrepticiamente un
.as, rompieron s ecre:tamente SUS com- desplazamiento de 13.000 toneladas, que
-omisos y estableicleron en ellas ba- los hacía muy superiores a sus simila-
S
- fortificadas. res de otras marinas. Los Mogami y
Cumpliendo lo pactado, suspendie-
Tone cuyo desplazamiento autorizado
er a de 8.500 tonel adas , alcanzaron en
ron la construcción de los acorazados
realidad las 11.200; tenían coraza y, en
de la clase Kaga y de dos de los cru-
su momento, montaron artillería de
ter )S de batalla previstos en su pro-
8 pulgadas, con lo que fueron - - - :
graima naval, pero, acogiéndose a la
ficados como cruceros pesados.
misma cláusula que permitió a Norte-
Pero en lo que los japoneses
amc:rica const ruir el Lexington y el Sa-
pasaron notablemente a sus mai
ratctga transformaron en portaaviones británicos fue en la Aviación
l,.
ui cruceros de batalla Amagi Akagi En efecto, los ingleses que habían ao-
Y cuando, el Amagi resultó gravemen- tado a su flota le aviación embarcada
te iveriado en grada a causa del te-
antes que nadie en el mundo, malo-
rrernoto de 1923, lo sustituyeron por el
graron sus triunfos cediendo su Arma
inac:abad0 Kaga.
Aérea de la Flota al Ejército del Aire.
Cuando tras su aislamiento secular, el gramas de construcción de buques. El Las restricciones del Tra.tado de No cayeron los japoneses en tamaño
Japón empezó a armarse al estilo oc- objetivo de los Estados Unidos -que Washington y de la Conf erc:ncia de error y, gracias a ello, la Armada japo-
cidental, encargó el proyecto y cons- deseaban poseer una Flota sin paran- Londres de 1930 no eran ?c :eptabl es nesa contaba en 1940 con seis porta-
trucción de sus barcos en Gran Bre- gón- fue de diez acorazados y seis por los japoneses, a pesar ae la obli- aviones rápidos y más de 400 aviones,
cruceros de batalla. Los japoneses, mientras que su maestra, la "Roya1
de instrucciones navales y, posterior- por su parte, anunciaron su propósito ximos rivales americanos entre el Navy" apenas si tenía la mitad de apa-
mente, aeronavales. El núcleo de la de construir ocho acorazados y ocho Atlántico y el Pacífico. Por ello insis- ratos embarcados er, sólo cuatro por-
flota que venció a los rusos en el Mar cruceros de batalla. Por su parte, Gran tieron en sus reclamaciones en la Con- taaviones, con el agravante de que tre s
Amarillo y en Tsushima, lo constituía Bretaña, obligada a defender su impe- rere de ellos eran unos anticuados vetera-
una escuadra homogénea de acoraza- rio y un comercio marítimo que se tan :iosas concesiones, tales como la nos le la Primera Guerra Mundial.
dos "predreadnought" construidos en extendía por todo el mundo y que, par1dad en submarinos y un aumento Así, en 1941, cuando Japón conside-
Inglaterra. además. dada su tradición de siglos de 1a proporción en el número de des- ró preferible desafiar a muerte a Es-
de hegemonía, no podía verse fele- tn-,tores
r y cruce ros ligeros. tados Unidos, Ingla terra Holanda,
La llamada "revolución de los dread- gada a un puesto secundario, no tuvo antes que sufrir la ignominia de aban-
nought" y la concentración del poder Insistiendo en su act itud, al iniciarse
más remedio que embarcarse en aque- donar su empeño de dominar China,
naval británico en aguas metropolita- en octubre de 1934 los contactos pre-
lla ruinosa carrera de armamentos. la Marina japonesa era superior en
nas, bajo la amenaza del creciente po- linninares de una nueva conferencia,
El desenlace de aquella situación fue todos los aspectos y contaba con más
derío alemán, ofreció a los japoneses ns
S japoneses se apresuraron en pedir
la convocatoria de la Conferencia de unidades que todo lo que pudieran
una espléndida oportunidal de incre- la paridad absoluta en el tonelaje to-
Washington de 1921 para la limitación reunir de inmediato sus enemigos. El
mentar su flota y alcanzar un vapel tal. Al serles rehus ada, respondieron
de armam entos . Los japoneses, cuya triunfo inicial era seguro pero, según
preponderante en los mares de Extre- diciendo que denunciarían todo acuer-
alianza con Inglaterra se había disuel- la profecía del almirante Yamamoto,
mo Oriente. Lo primero que hicieron do posterior al último día de 1934.
to bajo la presión de Norteamérica Comandante en Jefe le la Flota, el por-
fue adoptar entusiásticamente la idea Pero, hasta final de 1936, no se desliga-
-aceptaron para los acorazado s una venir se presenta ba muy negro. Des-
de los Cruceros de batalla, encargan- ron de los Dactos anteriores v. Dor lo
proporción de 5.5.3, entre las tres po- graciadamente para el Japón, predo-
do a Vickers-Amstrong, de Inglaterra, que a acorazados y portaavio~esAsee-
tencias, aceptando aquella inferioridad minaban en el Gobierno los generales
el Kogo -versión perfeccion ada del fiere. siguieron sometiéndose a sus
a cambio de ciertas compensaciones, con mentalidad continental, como la
Lion británico-, al que siguieron otros cláusula< Hasta 1937 no pusieron las
como fueron, entre otra s, la de no de su aliado Hitler, que no compren-
tres iguales, Hiei Kirishima y Haruma quillas de los enormes acorazados de
construir nuevas bases navales ni for- dían la influencia decisiva del poder
cuyas quillas, como las de todos los 64.170 toneladas, Yamato y Musashi
tificar ningún lugar del Pacífico al naval en la lucha que se iniciaba.
buques posteriores, fueron puestas en armados con nueve cañones de 18 pul-
Este del meri diano 110" E, excepto en Estas páginas relatan toda la epo-
astilleros japoneses. Pero no se limi- gadas. Hasta entonces se habían limi-
el propio Japón, Hawai, Australia, peya que va desde los previstos triun-
taron a esto, a continuación pusieron tado a modernizar todos los acoraza-
Nueva Zelanda y las islas de la costa fos iniciales hasta el aplastamiento
en servicio los cuatro "superdread- dos, a partir del Kongo convirtiéndo-
americana. Ello impidió que los nor- final de la Armada japonesa bajo el
nought" Fuso Yamaslziro Zse y Hyuga. les en "acorazados rápidos", tipo de
teamericanos fortificaran las Fili~inas peso de la superiodidal numérica y
buque que en todas las marinas ha-
No había terminado todavía la Pri- e instalaran en ellas la base priRcipai técnica de sus enemigos, pasando por
bía sustituido ya a los lentos "super-
mera Guerr a Mundial cuan do ya en- de su flota asiática, dejándolas iner- la situación de equilibrio al alcanzar-
dreadnought".
traro n en colisión y competen cia las mes, a merced de la suerte, en caso se los límites de la máxima expansión,
ambiciones navales norteamericana y de conflicto americano-nipón. Los ja- Por lo que a cruceros se refiere, por y por los críticos combates en los que
japonesa. Es difícil decir quién pro- poneses esta ban obligados por las mis- el contrario, se saltaron limpiamente se hizo sentir el monstruoso poder in-
vocó a quién, pero el resultado fue el mas cláusulas a desmilitarizar las is- el Tratado de Washington, que limitaba dustrial norteamericano convertido en
anuncio, en 1916, de unos enorm es pro- las del Pacífico puestas b aj o su man- a 10.000 toneladas el desplazamiento potencia naval.
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La bandera rusa es nuestra enemiga. la escuadra de combate más formida- ración Meiji , iniciada en 1867-68, logr6
Saldremos a la mar esta misma noche. ble sobre los mares, en proporción a que cesaran las luchas intestinas, afir-

o or
Con estas palabras concluía el conse- su tamaño. mando de una vez por todas la autori-
jo. El almirante y sus oficiales se hi- Desde que los buques negros del dad del Emperador. Claro que no se l e
cieron una reverencia. Uno a uno se i comodoro Perry, de la Armada de los gró de la noche a la mañana ... algu-
fueron hacia la puerta de la cámara. Estados Unidos, visitaron el Japón en nos clanes, como el Satsuma, continua-
deteniéndose al pasar ante una bande: 1853-54, no h abían cesad o las presiones ron en rebeldía hasta 1877. La conse-
ja de madera blanca en la que repo- externas -co rte ses pero firmes- para cuencia inmediata de la Restauración
saba una daga y volviéndose para mi- que aceptara las realidades del mundo Meiji -y, desd e luego, su obje tivo
rar a los ojos del almirante. Era el moderno y pusiera fin a su secular ais- oculto- era el fortalecimiento del
de febrero de 1904. El vicealmirante lamiento voluntario. Pero en el mismo Japón por rhar y tierra hasta capaci-
Heihachiro Topo. acababa de anunciar quicio de su puerta los japoneses te- tarle para enfrentarse con los intru-
a sus subordiñados que la Armada ja- nían la muestra de lo que les podría sos europeos en Extremo Oriente. Para
ponesa tendría el honor de ser la punta ocurrir si aceptaban sin más aquella lograrlo, los japoneses adoptaron el
de lanza en la gran empresa nacional apertura: la descarada explotación que método más simple. se limitaron a
de eliminar la influencia rusa en los las potencias europeas imponían a la calcar por las bienas las modernas
mares de Oriente.. China imperial. En aquel momento Ja- instituciones sociales, políticas, indus-
Era la más ioven de las marinas
I modernas del mbndo.. y, en cierto mo- rina, ni Ejército. Las pocas fuerzas mi- ropeas que se proponían emular.
do, era también la más antigua. La in- litares que tenía estaban divididas en Así cuando se trató de crear una
memorial tradición samurai simboliza- facciones rivales representadas por la Marina partiendo de la nada, el pa-
da en aquella daga de la bandeja, Corte Imperial decadente, el Shogu- trón elegido fue, sin duda, la Real
hacía de la Armada Imperial algo úni- nato Tokugawa (que si quería conser- Marina Británica. Ya en 1871, el Go
co. Pero el Comandante en Jefe de la var su hegemonía no tenía más reme- bierno japonés envió a Inglaterra doce
Flota de Combate, Heihachiro Togo, no dio que defenderla con las armas) y guardiamarinas escogidos para realizar
se limitaba a encamar la tradición, si- los clanes poderosos. Pero una de las cursos intensivos de aprenlizaje en el
no que había conseguido para la Ar- mayores sorpresas le la historia es que, Roya1 Naval Co llege , de Gree nwich.
mada japonesa lo que Alfred von Tir- partiendo de una situación interna tan Entre ellos estaba Heihachiro Togo, un
os acorazados de Togo abren fuego sobre pitz había logrado para la Marina ale- caótica, el Japón no siguiera el camino joven robusto de veinticuatro años
la flota rusa el 10 de agosto de 1904 mana al otro lado del mundo: crear de China. Por el contr ario, la Restau- que en su adolescencia, durante la
guerra civil había intervenido en com-
bates a flote. Había embarcado en la
pequeña flotilla que Satsuma mantenía
para apoyar por la costa su lucha con-
tra el Shogunado, ya que el muchacho
era hijo de un samurai al servicio de
Satsuma. Cuando fue a Inglaterra, To
go ya sabía inglés, había tenido la cu-
riosidad de aprenderlo como un britá-
nico residente en Yokohama. El carác-
ter y conducta de Togo y sus colegas
queda concisamente retratado en un
informe del comandante del buquees-
cuela Worcester donde Togo p só
dieciocho meses: No se le puede lla-
mar brillante, al contrario, es más
bien tardo en comprender, pero es un
gran trabajador y no olvida nunca lo
que aprende, y ha puesto todo su em-
peño en aprendérselo todo.
Para un muchacho como Togo, aquel
aprepdérselo todo era una prueba de
lo más arduo que se pueda imaginar.
La soportó cinco años, al final de los
cuales fue comisionado para inspec-
cionar la construcción del Hiei que los
japoneses habían encargado en Ingla-
terra. Por fin, en 1887 se trajo el Hiei
a su partia. Cumplido el cometido a
satisfacción de sus mandos, quedaba
claro que Togo estaba predestinado
El fin del aislamiento japonés: Perry, el dra de cruceros volante de Tsuboi, y,
comodoro norteamericano, recibido por los al terminar la guerra había ascendido
comisarios imperiales. ya a contraalmirante. En 1900 alcanzó
el grado de vicealmirante y, con él le
confiaron el mando de la Flota de com-
el Naniwa mandado por Togo, se me- bate japonesa.
tió en seguida en el fregado. A Togo Entre 1895 y 1903, se fue haciend' in-
no le bastó hundir la corbeta china dudable que el próximo rival del Ja-
Kwang-Yi y averiar gravemente al cru- pón sería Rusia, que con el apoyo de
Tui-Yuen sino que es- Francia y Alemania, había obligado al
tuvo en un tris de provocar un grave Japón a ir escupiendo los bocados que
incidente internacional abriendo fuego había arrancado a China por las ciáu-
sobre el barco mercante inglés Kows- sulas del Tratado de Shimonoseki, de
hing fletado por el Gobierno chino, 1895: Puerto Arturo y la península de
cuando trataba de acercarse a la cos- Liaotung. A continuación, Rusia presio-
ta de Corea abarrotado de soldados nó a China y la obligó a arrendarle
chinos. El Kowshing se fue a pique; Puetro Arturo, al mismo tiempo que
los oficiales ingleses fueron recogidos incrementaba su influencia en Corea.
como es debido y los pobres soldados Los altos mandos militares v navales
chinos amertallados en el agua pero japoneses veían cada vez más claro
Togo logró salir con su reputación in- que, tarde o temprano, habría que po-
tacta de este turbio asunto. Hubo mu- ner las cartas boca arriba. Por lo que
cha vociferación de leguleyos interna- a la Armada se refiere, Togo era el
cionales, en tonos muy agrios, pero la
opinión general reconoció que el co-
mandante japonés no se había extrali- El crucero Hiei, comtruído en Inglaterra
mitado. Todavía al mando del Naniwa para el Japón, fondeado en un puerto nor-
Togo fue aumentando su prestigio co- teamericano en 1877 durante el viaje de
mo comandante puntero de la escua- ida a su país.

a mayores empresas. Ascendió a capi-


tán de navío en 1890 y con ello se le
abrían las puertas del Almirantazgo.
En aquella época ya se había resuel-
to el problema más acuciante de la
Restaura ción Meiji : la segurida d in-
terna. Pero la seguridad exterior, que
seguía sin solución, exigía del Japón al-
go más que el simple dominio de los
mares que bañan el archipiélago. Era
preciso garatizar la influencia japone-
sa en la mayor extensión posible del
conti nent e asiático: Corea, Manchuria
y China. Así las cosas, la guerra con
China era inevitable.
Fue en esta guerra chino-japonesa de
1894-95, donde se estrenó el método pa-
ra ro mper las hostilidades que los ja-
poneses han utilizado invariablemen-
te en el siglo XX atacar la flota ene-
miga antes de la declaración de guerra.
Tres cruceros, al mando del contraal-
mirante Tsuboi, salieron a la mar para
interceptar unos transportes que se di-
rigían a China; uno de los cruceros,

Uno de los buques negros de Perry, di-


bujado por un artista japonés.
Izquierda: Vívido grabado de la atrocidad del Kowshing ocurrida en la guerra chine
japonesa de 1894-95 en el que se representa los japoneses disparando contra chinos
indefehsos en el agua. Arriba: El crucero Naniwa. buque en el que Togo se forjó un
nombre durante la guerra chino-japonesa. Abajo: El acorazado chino Chen Yuen apre-
sado por los japoneses.
responsable de que la Flota estuviera
perfectamente a punto cuando la gue
rra llegara.
Togo desempeñó su misión con gran
éxito aunqu e hay que reconocer que
su tarea no fue tan difícil como la del
inglés Fisher o la del alemán von Tir-
pitz. Togo no le fue necesa rio im-
ponerse a una casta de oficiales orgu-
llosos y anquilosados que evitaban los
ejercicios por no manchar las pintu-
ras ni se vio obligado a man tene r en
servicio buques heterogéneos y de po-
co valor militar viejos cruceros y pom-
posos cañone ros im prescindible s en
los apostaderos de ultramar. Todas las
propuestas de Togo eran apoyadas in-
condicionalmente por los técnicos na-
vales encargados de proporcionar a la
Flota de batalla el material más mo-
derno y eficaz que hubiera en el mqr-
cado. Y como compradores eran ver-
daderamente hábiles. Los buques japo-
neses que en 1904 se enfrentaron a la
Flota rusa en Oriente era lo mejor
que podía adquirirse con dinero ... co-
razas Krupp y cañones y máquinas
inglesas fueron la norma aunque otros
aparatos y accesorios se compraran
Otra foto del acorazado Hatsuse, perdido
durante el alrgo bloqueo de Puerto Arturo.

El Hatsuse, construido p r Vickers hun- bour . En efecto, el 8 de febrero, los tina comprados a ésta por el Ja- del Petropavlosk buque insignia de su
dido en 19 4 por una mina. japoneses realizaron un ataque naval pón (negocio típico internacional, con- Flota, el 13 de abril, y con él la muerte
por sorpresa contra la base principal secuencia de la manía acorazada de la del recién llegado vicealmirante Maka-
rusa de Puerto Arturo. Realmente los época anterior a 1914). La insignia de rof, la mejor mente rusa en cuestiones
también en otros países. En lo que a daños causados en este ataque no tie- Togo estaba izada en el acorazado Mi- navales, que voló con su barco. Tam-
la artillería y municiones se refiere, nen comparación con los sufridos por kasa. Pero con todo ello, el bombar- bién en abril se fueron a pique dos
los japoneses fueron extraordinaria- los norteamericanos en diciembre de deo del día 9 no causó gran daño a cruceros, un minador y tres destruc-
mente perspicaces, proporcionándoles 1941. Contra Puerto Arturo, Togo envió los rusos a pesar le estar en inferio- tores rusos. A los japoneses les tocó
una formidable potencia de fuego su sus torpederos que debían atacar a los ridad numérica encerrado s en una el turno al mes siguiente, perdiendo
adopción del shimose -devastador ex- buques fondeados en la rada, apoya- trampa. Los barcos rusos estaban apo- los acorazados Y a s h i m a y Hatsuse el
plosivo- par a los proyectil es de la dos por dos acorazados y un crucero yados por las baterías de costa y Togo crucero Y a s h i n o (perdido por colisión
Flota. que, además, deberían hundirse en la se vio obligado a retirarse. A pesar de con un buque gemelo a causa de la nie-
boca del puerto, para cerrarla. Poste- todo, podía estar satisfecho. La guerra bla) y un destructor. Los rusos conta-
a es calo fríos pens ar q ue, en 1904 riormente, el día 9 a las 11,00, Togo se había comenzado como quería el Ja- ban con la ventaja de poder reparar
-bastante antes de las drásticas me- aproximó con el grueso de su escuadra pón: con la Flota enemiga embotellada sus buques en Puerto Arturo, cuando
didas de Jacky Fisher par a reformar para bombardear a los buques rusos en Puerto Arturo, las rutas marítimas eran averiados, pero luchaban contra
la Roya1 NavyW- las escuadr as de que se habían salvado: cinc o acoraza- abiertas a los transportes de tropas el tiempo y su situación se iba empeo-
Togo habrían pulverizado a cualquier dos, cinco cruceros, dos cañoneros-tor- japonesas que se dirigían a Manchu- rando por el implacable avance de
fuerza inglesa similar. En lo que a la pederos, dos minadores y veinticinco ria meridional y a Corea. las líneas de los sitiadores. Obligado
artillería se refiere, en particular, los destructores. Con ello, los japoneses cerraron por por éste, el comandante en jefe de la
japoneses iban muy por de lante de La Flota japonesa había alcanzado, tierra el cerco de Puerto Arturo, y, Flota rusa, contraalmirante Vitjeft,
los británicos y, en general, también antes de romperse las hostilidades, los por mar con el bloqueo naval, ini- realizó un gallardo intento de salida
se distinguían por su inteligente apli- efectivos de seis acorazados, seis cru- ciándose una larga campaña de des-
cación de innovaciones técnicas. Y los el 10 de agosto, con el propósito de
ceros acorazados, diecinueve destructo- gaste que tenía por fin triturar la re- llegar a Vladivostok. Le quedaban cua-
hechos se encargaron de demostrar res y dieciséis torpederos. Además, vi- sistencia rusa y ocupar Puerto Arturo.
que esta afirmación no era una aven- tro acorazados, cuatro cruceros pesa-
niendo desde Europa por la larga de- Todo aquel año se tardó en alcanzar
t ~ i r a d ahipótesis. dos y veintinueve torpederos.
rrota de Oriente. se acercaban los cru- dicho objetivo y, entre tanto, las minas
La inevitable guerra ruso-japonesa ceros acorazados N i s h i n y Kasuga submarinas produjeron grandes pérdi- Togo -lo mis mo que Jellicoe en
se inició con lo que luego se ha venido cons truido s en los astilleros italianos das en las dos escuadras. La más gra- Jutlandia- se resistía a acorta r la
llamando los planos de Pearl Har- de Ansaldo para la Repúbica Argen- ve para los rusos fue el hundimiento distancia de combate. Le parecía una
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destructores y cuatro torpederos, la
Flota japonesa había infligido a los
rusos la pérdida de siete acorazados,
dos cruceros y treinta y tres buques
más, entre minadores, destructores y
torpederos. Era un éxito total y reso-
nante.
Pero no se ponía fin así a la gue.
rra. A los rusos les quedaba una baza
aparentemente formidable: los siete
acorazados, dos cruceros acorazados,
siete destructores y nueve auxiliares
de la Flota del Báltico. A poco de sa-
lir a la mar el 5 de octubre de 1904,
bajo el mando del almirante Rodjes-
vensky, sufrió un estruendoso tropiezo
en el Mar del Norte, al tomar por tor-
pederos japoneses a unos pacíficos
bous ingleses. Cundió el pánico. y se
abrió el fuego sobre los pesqueros. Los
rusos continuaron su camino perse-
guidos por las burlas de la prensa in-
glesa; unas a presuradas disculpas y la
oportuna indemnización, evitaron una
peligrosa crisis entre Inglaterra y Ru-
sia, pero todo aquel embarazoso asun- El Almirante Rodjesvensky al que se en-
to no dejaba de ser un pésimo augu- comendó llevar a la Flota del Báltico alre-
rio. Rodjesvensky envió a sus buques dedor de medio mundo para aplastar a la
ligeros por el Canal de Suez, mientras Armada japonesa y vengar la perdida de
él daba la vuelta al Cabo d e Buena Puerto Arturo.
El acorazado ruso Tsarevitch capitana de neutrales de Kiaochow, Shangai y Sai-
Vitjeft desmantelado por los proyectiles gón, donde quedaron internados hasta
japoneses pero que aun sí pudo refu- el final de la guerra. A Puerto Arturo
giarse en puerto. regresaron cinco acorazados averiados,
un crucero y tres destructores. Tres
cruceros acorazados de la escuadra de
vergüenza arriesgar al albur de un ata- Vladivostok, que habían realizado una
que torpedero, su igualdad numérica salida de aquel puerto para apoyar el
y aumentar con ello las recientes pel- intento de romper el bloqueo de Vit-
didas. Así las cosas, las dos escuadras jeft, fueron interceptados cuando na-
estuvieron dos horas cañoneándose a vegaban al Sur y rechazados hacia su
gran distancia, midiendo sus fuerzas, base, con la pérdida de uno de ellos.
hasta que a las 18,37, una salva de Finalmente, el crucero N o v i k que tra-
proyectiles de chimose de 12 pulgadas taba de alcanzar Vladisvostok, rodean-
alcanzó al Tsarevitch capitana de Vit- do el Japón, fue alcanzado v hundido
jeft, que murió al quedar destrozado frente a Shakalin el día 21 Aquello
el puente y la torre de combate. El era el final de la campaña naval de
maltrecho Tsarevitch quedó sin gobier- Puerto Arturo. El 2 de enero cayó en
no con el timón atorado todo a estri- manos de las tropas japonesas, que
bor, no pudiendo evitar salirse de la pudieron contemplar un puerto lleno
línea. Al morir el almirante faltar el de naufragios y derrelictos, presen-
guía, la línea rusa cayó en la confu- tando un aspecto como el de Narvik
sión y cundió el desórden, Togo qui- en mayo de 1940. A costa de dos aco-
so aprovecharlo para acercarse y re- razados, dos cruceros protegidos, dos
matarla, pero un valeroso ataque tor-
pedero ruso le contuvo y permitió a
sus enemigos dispersarse a cubierto Grabado algo denigrante publicado en Im
dc la noche. glaterra. que muestra la salida de la Flota
El T s a r e v i t c h cuatro destructores y del Báltico para el viaje hacia su destruc-
dos cruceros alcanzaron los puertos ción.
La flota de batalla de Togo se hace a gó a Rodjesvensky un tercer refuer- destructores nuevos eran todo lo que l Mikasa c pit n e Togo
mar desde su fondeadero de la bahía de zo un poquito más moderno, pero S& se había incorporado desde el final de
Mesampo para ir a interceptar a la Flota lo un poquito: dos cruceros, dos des- las operaciones del año anterior. Con
del Báltico en el estrecho de Tsushirna. tructores y tres cruceros auxiliares. En ello el total de buques japoneses e ra
de ocho acorazados, dieciséis cruceros miento Flota enemiga. Nuestra Flota
icaumen, en lugar de llegar con una sale inmediatamente para atacar y des-
escuadra que, por razón del número, ligeros, veintiún destructores y unos
truir al enemigo.
Esperanza con 10s acorazados, reunién- pudiera enfrentarse con cierta probali- cincuenta y siete torpederos. Era pa-
dose todos en la rada de Nossi Be, en lidades de éxito con Toga, en una ac- tente su inferioridad numérica, pero no Con las primeras luces del día, los
iviadagascar, el 9 de enero de 1905. ción de poder a poder, a Rodjesvensky era la cantidad lo que contaba. Aque- cruceros de Togo acortaron distancias
Si Rodjesvensky no hubiera recibido le ata ron de pies manos con una llo no era ni tan siquiera el clásico para identificar a los rusos y deter-
más barcos , es posible que hubiera caótica Armada que carecía de toda enfrentamiento del ágil y escurridizo minar su fuerza. Rodjesvensky, sin
conseguido convertir su disparatada cohesión. Eran muy Pocos 10s barcos hombre pequeño contra el tardo y pe- hacerse ilusiones sobre su porvenir,
Flota en una fuerza de combate razo- bajo su mando que hubieran navegado sado gigantón, sino el de un formida- formó la línea de batalla a las 11,OO:
nablemente eficaz, antes de terminar algu na vez juntos que hubieran dis- ble y enérgico guerrero, pequeño en formó en línea de fila a sus doce bu-
la larga travesía hasta aguas japone- parado antes un tiro. tamaño, pero ansioso de hacer morder ques más poderosos y dejó en reta-
a s Pero el Almirantazgo ruso no opi- La siguienre recalada de la escuadra el polvo a un decrépito, apolillado y guardia los transportes, escoltados por
naba así. Creyendo efl la eficacia del de Rodjesvensky, de spués de Nossi desmoralizado gigantón. cruceros y destructores. Los cruceros
i:úmero, enviaron al contraalmira nte Be, fue la bahía de Kamranh, en Indo- En la madrugada del 7 de mayo de japoneses no rompieron el contacto y,
ücbo gatof , que se oponía a ello, a in- china. Llegó el 13 de abr il y tuvo que 1905, a las 05,05, la Flota rus a fue alrededor de mediodía, su pegajosa
corpora rse a la Flota en Extremo Orien- espera r un mes inactiva esperando a avistada por la cortina de cruceros li
te, con una escuadra que, caritativa- Nebogatof. Hasta el 14 de mavo no geros de Togo, arrumbada hacia el Unos artilleros nerviosos del Ore de-
mente, podría calificarse de entorpeci- emprendió la Flota la última etapa de Norte (Los rusos, también conocían la jaron escapar un cañonazo de 2 pul-
miento. Se trataba de un acorazado, un su travesía, que la llevaría a enfren- presencia de los japoneses por haber gadas, al que siguió el fuego granea-
crucero acorazado, tres guardacostas y tarse con Togo en el estrecho de Tsu- interceptado sus mensajes por radio la do de sus matalotes: antes de que
cicte buques auxiliares, viejos y anti- hima, ante s de alcanzar el Mar del noche del 25, y Rodjesvensky no tenía fue ra obedecida la señal de alto el
cuados, útiles sólo par a instrucción. Japón. duda alguna sobre la inminencia del fuego de Rodjesvensky, se habían mal-
Los comandantes de tales monstruos, El plan de Togo no podía ser más choque). Togo estaba fondeado en la gastado 30 proyectiles . A las 13,45, al
no se hacían la menor ilusión sobre su simple: concentrar en el Estrecho de bahía de Mesampo, en la costa corea- fin, las escuadras de acorazados y
valor militar, y los llamaban plan- Tsushima todo cuant o buque de gue- na al recibir la noticia y, con arrogan- cruceros de Togo, bajando desde el
chas , zuecos , desechos de tienta y rra estuviera disponible y esperar a cia, envió el siguiente mensaje a Ta- norte en dos columnas, avistaron a la
se hunden solos . En Nossi Be, le lle- la Flota rusa. Un cru cer o ligero y tres kio: Acabo de reci bir parte avista- Flota rusa.
rio era más que una ruina en llamas,
sin gobierno y con Rodjesvensky fuera
cle combate, herido en la cabeza. Po-
co después, el Osíyabya que hacía agua
como una cesta, fue alcanzado por una
granizada de proyectiles de chimose
cn la Iínea de flotación, que lo abrió,
lo hizo zozobrar y lo echó a pique,
siendo el primer buque de acero de la
historia hundido por la artillería. Hu-
bo un oficial ruso, por lo menos, que
no lo pudo resistir. Sus palabras fue-
ron: Lo que chocaba con, los costa-
dos del barco y caía sobre cubierta,
más parecían minas que proyectiles
normales. Estallaban al rozar con cual-
quier cosa. al rozar con el menor im-
..

pedimento que hallaran en su trayec-


toria.
El Alejandro quedó entonces de
guía de la línea rusa y su comandan-
te trató de deslizarse por detrás de la
cola de la línea de Togo. Pero éste des-
barató sus intenciones invirtiendo su
rumbo y obligando a los rusos a virar
hacia el Sudeste. De este modo, los
barcos de Togo obligaron a sus opo-
nentes de la otra línea a mantener un
rumbo paralelo al suyo y a seguir so-
portando su tiro preciso e implacable.
Durante un rato el Alejandro IZI tuvo
que salir de formación, reemplazán-
dole el Borodino como guía, pero ésto
causó confusión, la línea rusa se alar-
gó y empezó a describir círculos alre-
dedor de los restos incendiados de la
La dotación de una torre de artillería del distancia a 6.650 yardas, poco más o capitana de Rodjesvensky. Este, casi El acorazado ruso Ore l apresado por los
acorazado ruso lmperator Alexander I I I menos y, acto seguido empezó el me- inconsciente a causa de la herida en la japoneses después de la batalla naval de
hundido e n Tsushima. tódico martille0 mortífero que causó cabeza, arrió la insignia a las 17,50, y Tsushirna.
el caos y la runia de la Flota de Rod- cedió el mando a Nebogatof, dándole
j esvensky. unas vagas instrucciones sobre la ne-
Fue entonces, a las 13,55, cuando on- Los rusos consiguieron devolver al- cesidad de alcanzar Vladivostok. alrededor de las 19,00, y, finalmente,
deó en la verga del Mikasa la señal gunos golpes, pero no bastaron para Pero antes de que Nebogatof hubie- sobre los restos del Suvarof que si-
que para los japoneses ha tenido el inquietar a los japoneses ni, desde ra podido hacerse plenamente cargo de guió a flote disparando el único cañón
valor históric o y decisivo del Inglate- luego, hacer que la balanza se inclina- la situación, transcurrieron varias ho- que le restaba hasta sucumbir a los
rra espera .. de Nelson, en Trafalgar: ra a su favor. Casi al comienzo del ras y durante las cuales los rusos no ataques de los torpederos. la caída
La su erte del Im perio depende de es- duelo artillero alcanzaron al Mikasa tuvieron quién los mandara y, como de la noche, Nebogatof arrumbó hacia
ta acción. Que cada uno haga todo lo con dos impactos de 12 pulgadas y se sabe, en la guerra naval una es- Vladivostok con los buques supervi-
que pueda. Togo cayó súbitam ente a otros dos de seis pulgadas que le cau- cuadra sin comandante se drsintegra vientes, excepto los cruceros Aurora
babor, hacia el Este, como si quisie- en seguida, si no cuenta con una sóli- Jemtchug y OIeg que no podían man-
saron cincuenta y cuatro bajas, pero
ra cruzar la T a los rusos y se lan- da cadena de mandos subordinados tener la velocidad de Nebogatof y se
no fueron suficientes pa ra -averiarle
que sepan matenerla unida. alejaron hacia el Sudoeste (después de
zó sobre el acorazado de cabeza en seriamente. También en la cola de la
Esto era, precisamente, lo que no entrar en Shanghai, acabaron por en-
la Iínea ru sa; eran las 14,05. Las dos línea japonesa, un tiro de suerte ruso
tuvieron los rusos en Tsushima. Togo trar en Manila, donde fueron interna-
flotas se acercaban rápidamente a rum- dio en el aparato de gobierno de uno
pudo concentrar sucesivamente el fue- dos). Durante la noche, los japoneses
bos convergente s y? de nuevo, l os ru- de los acorazados, obligándole a sa-
go de sus acorazados sobre los rusos, continuaron la persecución, pasando la
sos fueron los primeros en abrir el lir de formación. Pero, en conjunto, los
uno a uno. Primero, contra el Alejan- iniciativa a destructores y torpederos,
fuego desde el Suvarof capitana de rusos no podían parar aquel abruma-
dro I I I que zozobró poco después de que mantuvieron una presión despiada-
Rodjesvensky, a las 14,08. Togo, en dor diluvio de mortíferos proyectiles
las 18,OO; luego, sobre el da sobre los agotados y desmoralizados
cambio, contuvo el suyo. Las torres del de chimose japoneses que iban tritu-
alcanzado en un pañol de municiones rusos, de forma similar a como los
Mikasa no abrieron deliberadamente el rando su Flota de modo sistemático e
de 12 pugadas, que voló, hundiéndose destructores ingleses de Vian, acosaron
fuego hasta no haberse reducido la inexorable. A las 15,00, el Suvarof ya
rica, ei ala ae sepriembre, e n Prots-
mouth, New Hampshire, Estados Uni-
dos. Por ella, se reconocía la hegemo-
nía japonesa en Corea, y el Japón re-
cibía, además, la mitad meridional de
la isla de Shakhalin. Se habían alcan-
zado todos y cada uno de los objetivos
fundamentales por los que, año y me-
dio antes, se había ido a la guerra v
gran parte de ello habia que agrade-
cérselo a la Marina de Guerra.
Tushima se hizo legendaria. Sepúii
palabras del almirante Cunningham,
comentando las pérdidas sufridas en
1941 por la Roya1 Navy , en Cret a,
Se tarda tres años en construir un
barco nuevo, pero cuesta trescientos
formar una tradición. El Japón había
batido todos los records en lo que a
formar una tradición se refiere. Lo
había c onseguido en sólo 30 años. La
victoria de Tushima demostraba que,
en 1905 la Armada Imperial japonesa
era una de las marinas más formida-
bles del mundo y, lo que tiene aún
una importancia inconmensurablemen- Arriba: El héroe de Tushima el almiran-
Le mayor, había proporcionado al Ja - te Heiha chiro Togo el Nelson japonés.
pón un Nelson y un Trafalgar para scr Abajo: El Mikasa, capitana de Togo de-
honrados en el futuro. clarado monumento nacional en 1961.
Yokohama cubierta de banderas y ernpa internado en el Estrecho de Tsushima
vesada en honor de la v ic to ri a d e D u o el día 27, la Flota japonesa habia hun-
hima. dido o apresado veintisiete al mediodía
del 28. Otros siete buques se refugia-
ron en puertos neutrales; un crucero
al Bismarck durante su última noche a Y dos destructores lograron llegar a
flote, en mayo de 1941. Desafiando la Vladivostok Y un buque hospital que
mar gruesa y los grandes cañones m- había sido apresado por los japoneses,
sos que trataban de mantenerlos a fue liberado a toda prisa. En compara-
raya, los torpedistas japoneses hundie- ción, las pérdidas de Togo fueron ri- ,
ron d os a coraza dos -1 Si.ysoi Veliki dículas: tres torpederos hundidos y
y el Navayino- y averiaron tan gra- otros buques con averías de diversa
veme nte a o tro s dos -1 Monomakh y importancia. En cuanto a pérdidas hu-
el Nakhimov- que, a l a mañana si- manas, el peso también cayó del mis-
guiente, hubieron de ser hundidos por mo lado. Los ru sos tuvieron 4.380
sus propias dotaciones. muertos, 5.917 prisioneros y 1.862 in-
Al ama nece r del 28, Togo su Ro ta tern ados (No hay dat os en cuanto a
se dispusieron a coron ar su victoria. heridos). En cambio, las pérdidas iapo-
No tardaron mucho en ello. A las 10,30, nes as no Pasaron d e 117 mue rtos
los acora zados y cruc eros japoneses 583 heridos.
habían rodeado a los últimos barcos Tsushima hizo que todo Japón enlo-
de Nebogatof que se rindió para no au- queciera, y con toda la razón. En mar- .
mentar inútilmente la pérdida de vidas. zo anterior, la victoria del general Nogi
Horas más tarde, el mismo día, a las en Mukden, había remachado la des-
16,50, se remataba el triunfo japonés trucción del ejército ruso de Manchu-
con la captura del casi inconsciente ria. Ahora, Togo había desbaratado en
Rodjesvensky, que fue encontrado a Tsushima las últimas esperanzas ru-
bordo del destructor Biedovy. La vic- sas de ganar la guerra mediante una
toria era total: de los treinta y ocho victoria en el mar. La paz se firmó en
buques de guerra rusos que se habían seguida, por intervención de Norteamé-

~ - --
Al otr o lado del mundo, s e produjeron iin marcado escepticismo o el no ha. minad o en 1911 -un año después que
en los años siguientes a Tsushima dos ccr caso, calificando la idea de pura el Satsuma-, el Aki fue seguido por el
hechos decisivos: el alba de la era de c.iencia ficción. En Japón, en cambio, Kawachi (1912- y el Settsu (1913), que
los dreadnaughts y la car rer a anglo- n idea prendió en seguida y, tres me- ya fueron verdader os dreadnoughts
alemana de construcciones navales. Es- ses antes de Tsushim a -marzo de con 12 cañones de 12 pulgadas, cora-
te último fenómeno ha eclipsado casi 1005 se puso la quilla de un acoraza- za máxima de 12 pulgadas y 20 nudos
siempre el hecho de que, mucho antes (lo proyectado según las ideas de Cuni- de andar. El mundo comprendió que la
de 1916 -año de la botad ura del HMS herti, en el Arsenal de Kure. Armada japonesa, no sólo podía poner-
Dreadnou ght de Jacky Fisher-, en se a la altura de las tendencias más
Era el Aki barco que no tuvo suerte modernas, sino que era capaz de anti-
Japón había sucedido algo muy nota-
en el suministro de sus armas y equi- ciparse a ellas, en el proyecto de aco-
ble. Según la única tradición que po-
pos, por lo que su construcción duró razados.
seían de expansión naval -experimen-
seis años (Su gemelo el Satsuma fue
tarlo todo, mientras fuera moderno, y no sólo en el proyecto de acoraza-
entregado un año an tes). En realidad,
desechar la leña vieja , tanto mate- cl Aki no era ciertamente un dread- dos. Ya en 1911, los inge nieros navale s
rial como mental- los japoneses ha- japoneses adoptaron la idea del cruce-
nought clásico, sino una especie de
bían construido su propio dread- ro acorazado -aquel fulgurante ideal
híbrido, debido a las mencionadas di-
nought mucho antes de que la idea de supercrucero, capaz de pegar tan
ficultades en la obtención del arma-
fuese aceptada por las demás poten- fuerte como un acorazado y en el que,
mento. Pero aún así, es indudable que
cias navales. segun frase de Fisher, la velocidad es
su proyecto original era revoluciona-
El ingeniero naval italiano, general rio: 16 cañone s de 12 pulgada s y 20 coraza. Se encargó a los astilleros de
Vittorio Cuniberti, fue el gran sacer- nudos de velocidad (sólo su coraza no Vickers, en el Tyne, un buque que, en
dote del credo dreadnought que alcanzaba los requisitos de Cuniberti: todos sus detalles, era tan revoluciona-
enunció en unos artículos publicados tuvo una cintura de nueve pulgadas de rio como lo había sido el dread-
en 1902 y 1903, abogando por unos bu- espesor en lugar de las 12 prescritas). nought cinco años antes. Se trat aba
ques q ue sólo tuvieran cañones de gran Pero incluso su armamento de cuatro del Kongo, el crucero de batalla que
calibre, gruesa coraza y gran veloci- piezas de 12 pulgadas y 12 de 10 pul-
Artillería moderna para la flota de bata dad. Las primeras reacciones en Euro- gadas, que sustituyó al previsto en el
Ila japonesa: los cañones del acorazada pa y América fueron de lo más varia- proyecto, fue uno de los más formi- Una audaz experiencia con Ideas revolu-
do, desde la franca curiosidad hasta dables en el. mundo de su época. Ter- cionarias el adreadnoughtn híbrido Aki.
El Kongo, el crucero de batalla más poten- tr ó en servicio en julio de 1913, el H i e i todo el mundo en el proyecto y cons- El crucero de batalla Haruna construido
te del mundo antes de la aparición del in en 1914 y los H a r u n a y Kirishima en truccion ae Duques ae guerra. por los japoneses calcando los planos del
glés Hood, lo que fue muy embarazoso 1915. Al ent rar en serv icio en la Ar- Kongo.
para e l ingeniero inglés que proyectó el mada Imperial japonesa, los cruce- En la década 1910-1920,Japón emp ren -
primero. ros tipo K o n g o constituyeron por sí dió la construcción de lo que prome-
solos una potente escuadra de com- tía convertirse en la flota de combate
mayor del mundo. En la escena interna- cia el Japón. Con ellas se disiparon las
bate. cional, el Japón estaba pasando de país corrientes favorables y borraron la
hasta la entrada en servicio en 1920 Phv r v . erá suficiente la sometido a ser país dominador. Si en- imagen internacional, Corriente antes
del H o o d inglés, fue el barco de guerra modernísima cruceros de ba- tró en la Primera Guerra Mundial en de 1914. del simp ático , valiente v pe-
-
más poderoso del mundo. Consicuie- talla K o n g o y, a roaa prisa, se hicie- el bando aliado, no fue por luchar con- queño Japónw.
ron meter en el K o n g o ocho cañones de ron planes de construcción de nuevos tra los Imperios Centrales, sino porque El cese de las hostilidades en 1918 Y
14 pulgadas, calibre que superaba a acorazados. Los dos primeros fueron vio el cielo abierto en el conflicto, que
los usado: en cualquier otra el Fuso y el Y a m a s h i r o con doce ca- le permitía apropiarse los territorios alivió lo más mínimo la tensión en Ex-
marina. Se proregia con una cintura ñones de 14 pulgadas, cintura acoraza- alemanes de China y del Pacífico. A fi- tremo Oriente. El Japón mantuvo fir-
acorazada de 10 pulgadas y podía dar da de 12 pulgadas de espesor y veloci- nes de 1914 ya se había apoderado de memente lo adquirido y se aferró a
27 nudos. Aquellas características po- dad máxima de veinticuatro nudos. A Tsingtao y se había establecido de mo- Shantung y Tsingtao, logrando, ade-
nían en una situación embarazosísima continuación vinieron los H y u g a e Zse do general en la provincia china de más, que la Sociedad de Naciones con-
al inglés que lo construyo. Ningún cru- cuyas quillas se pusieron durante la Shantung, una vez aceptada la rendi- firmara sus posiciones en el Pacífico,
cero británico existente, en construc- Primera Guerra Mundial. Se trataba ción de las guarniciones alemanas que atribuyéndole el mandato de las islas
ción o en proyecto, alcanzaba las ca- de dos buques tipo F u s o perfecciona- allá se encontraban. Por el otro lado, ex-alemanas del Pacífico Central. Pero
racterísticas del K o n g o y hubo que lan- do, con la misma artillería y coraza, también tenía en su poder las antiguas en los ambientes internacionales no ha-
zarse a construir los L i o n a toda prisa, pero con un nudo más de velocidad. bases alemanas de las Marianas, las bía duda de que era apremiante re-
para cerrar la brecha a toda costa. La Por fin, vinieron los formidables Na- Marshall y las Carolinas, todas en el visar a fondo las ventajas conseguidas
verdad es que un barco como el g a t o y M u t s u que al hacer su aparición Pacífico Central. El verdadero color por el Japón en Versalles. También
K o n g o debería haber hecho que se en los mares, con ocho cañones de 16 de las ambiciones japoneses se reveló cundió la alarma por la rápida expan-
abandonara la idea de los cruceros de pulgadas (calibre nunca visto a flote en enero de 1915, por la actitud del sión de la formidable flota de combate
batalla antes de que llegara a ver la en aquel entonces), cintura acorazada ministro de Asuntos Exteriores, Kato, japonesa. Ambos problemas fueron tra-
luz los acorazados rápidos de 15 pul- de 13 pulgadas y veinticinco nudos de al obligar a China a aceptar las famo- tados desde noviembre de 1921 a febre-
gadas Queen Elizabeth. Pero, en cuan- andar, causaron una sensación tan sas 21 demandas , que no eran ni ro de 1922 en la Conferencia de Was-
to estuvieron listos los planos gene- grande como la que en su momento más ni menos que la aceptación for- hington. En ella se combinaron y bara-
rales del Kongo los astilleros japone- habían producido los K o n g o . Eran el mal del monopolio japonés de la in- jaron las cláusulas del Tratado de
ses se pusieron en actividad y botaron non plus ultra de los buques de com- fluencia extranjera sobre China. Aque- Versalles y sus consecuencias en Ex-
tres barcos gemelos: H i e i (1912), Ha- bate y con ellos demostraban de nue- llas 21 demandas fueron fatales pa- tremo Oriente, refundiéndolas en un
r u n a y Kirishima (1913). El K o n g o en- vo los japoneses estar por delante de ra la buena voluntad internacional ha- tratado anglo-americano-japonés que
Arrib a: Los cuatro Kongo. una pequeña escuadra de batalla en si mismos posan para
el fotógrafo. De delante a atrás: Kongo Haruna Kirishima y Hiei. Abajo: l irnpresio- Arriba: El Mutsu hace una demostració n del poder de su andanada. Abajo: La flota
nante Mutsu. con ocho cañones de 6 pulgadas que en su día fu e el non plus ultra de batalla continúa aumentando. De delante a atrás: Nagato Kirishima. Ise Hyuga.
en ingeniería naval.
iiilentaba evitar la aceleración de una Kii y Owari. Finalmente, imponentes
iiiicva carrera de armamentos navales. en su concepto, se pensaba en cuatro
El acuerdo de Washington, lo mismo acorazados super rápidos, armados de
clue el Tratado de Versalles, fue el re- cañones de 18 pulgadas y con treinta
cwsido de un cúmulo de acuerdos par- nudos de velocidad máxima. Todos
ciales. Japón se retiró de Shantung a estos monstruos debían ser terminados
cambio de un compromiso cuatriparti- antes de 1938, pero el Tratado de
lo que garantizara el statu-quo en el Washington los mató antes de nacer.
I'acífico (un b uen negocio par a el De los buques nuevos ya botados o
.lapón, porque así Inglaterra y Estados todavía en grada en el momento de
Unidos no construirían nuevas gran- firmarse el Tratado, en febrero de 1922,
des bases navales en Hong-Kong ni el T a k a o y el Atago fueron desguazados
Manila). Otros dos compromisos re- en grada. Los A m a g i y Akagi fueron
lcrentes a China y firmados por nueve destinados a transformación en por-
países fueron la típica muestra de la taaviones. El casco del Kaga también
euforia de la Sociedad de Naciones en fue condenado al desguace v el del
los primeros años de la década de 1920: Tosa fue empleado como pontón para
sc trataba de dar garantías conjuntas a experimentos de artillería y torpedos.
la integridad territorial de China y su En realidad, el Japón ya había bo-
independencia de todo contro extran- tado su primer portaviones, el dimi-
,jero, sin que se d ijera una sola pala- Hosho
I~ ra obre disposiciones concretas que que decir que fue el primer portavio-
garantizaran dichos ideales. Luego ve- nes proyectado desde el principio co-
nia el tratado naval, que era el punto mo tal. Había un buque gemelo, el
crucial de la conferencia. Con él se Shokaku, ya encargado, pero se desis-
frenó eficazmente la construcción de tió de su construcción después de la
acorazados por un período de diez firma del Tratado. Con los enormes
años, pero también fue favorable al cascos de los Amagi, que ahora queda-
Japón. Los gobernantes japoneses sa- ban disponibles, sería posible construir
bían muy bien que nunca podrían po- dos portaviones, más de cinco veces
nerse a la altura de Inglaterra o Esta- mayores que el Hosho, a un precio
dos Unidos en una carrera de construc- comparativamente bajo. Pero intervino
ciones navales. La propor ción 5.5.3 una catástrofe natural. El casco que-
acordada era como proclamar interna- dó gravemente dañado en el terrible
cionalmente que el Japón seguiría te- terremoto que asoló Japón en 1923,
niendo la tercera flota del mundo. In- cuando todavía estaba en grada. Se
glaterra y Estados Unidos tendrían de- decidió desguazarlo y sustituirlo por
recho a 525.000 toneladas cada una, el Kaga en el programa de conversión.
Japón a 315.000 y Francia e Italia a Así fue, como al fin, el Kaga y el
175.000. Akagi llegaron a formar la Primera Es-
El Nagato y el Mutsu, los dos últi- cuadra de portaviones de la R e n g o
mos acorazados terminados por los ja- Kantai, la Flota Combinada japonesa.
poneses, escaparon al hacha del Tra- Entre tant o, se estaba realizando una
tado de Washington, pero no así el labor igualmente importante en lo que
resto. Los astilleros japoneses estaban se refiere a esa criada para todo de
trabajando a toda presión en el ambi- los flotas que son los cruceros. La Ar
cioso programa 8-8 , que inten taba mada Japonesa había botado en 1918
crear una flota de combate de la mis- los modernos cruceros ligeros T e n r y u
ma magnitud q ue la de los Estados y Tatsuta, inspirados en los británicos
Unidos. Se habían botado ya otros dos de la Clase C , los que siguieron los
acorazados: el Kaga y el Tosa, del K u m a , T a m a , K i t a k a m i , O i y Kiso. To-
tipo Nagato perfeccionado. Estaban dos ellos fueron clasificados como cru-
en grada otros cuatro cruceros de ba- ceros ligeros, con armamento principal
talla, con un armamento principal pre- de 5,s pulgadas. A continuación vinie-
visto de diez cañones de 16 pulgadas ron los de la clase perfeccionada, Na-
gura Nagara, Isuzu, Y ura , Natori, Ki-
y velocidad máxima de treinta nudos n u y A b u k i m a ) , cuya botadura tuvo lu-
Amagi, Akagi, Atago y T a k a o ) . Se ha- gar cuando se estaba firmando el Tra-
bían acopiado materiales para cuatro tado de Washington. Las limitaciones
Arriba: l primer ~ortsviones l diminuto Hosho. Centro: ~ primero de losportaviones nuevos acorazados rápidos, dos de los impuestas por éste, produjeron un giro
pesados el Kaga. Abajo: El Yubari. cuales tenían ya nombre provisional: muy interesante en los proyectos de
l ministro de Marina japonés almirante
Takarabe cuya acción fue frustrada en la
Conferencia de Desarme Naval de Lon-
dres en abril de 1930 4,7); los Mutsuky (doce unidades con
cua tro 4,7), y, fina lmente , 10s soberbios
Fubuki (veinte buques en total), Losi
barcos del tipo Fubuki establecieron la
construcción japoneses, como el del
norma para todos los destructores ja-,
Y u b a r i , realizado por el almirante Hi-
poneses posteriores; montaban seis
raga, que consiguió meter los cañones
cañones de pulgadas y nueve tub os/
correspondientes a un crucero le 5.000 lanzatorpedos de 24 pulgadas, preferi-'
toneladas en un casco que desplazaba
dos por los japoneses, que en aquel1
la mitad. El Y u b a r i se botó en mayo tiempo lanzaban todavía torpedos de
de 1923 y proporcionó valiosísimas lec-
aire comprimido, pero que fueron sus-
ciones sobre aquel concepto de casca- tituid os en 1930 por los del tipo 93 ,
rones arma dos con mandarrias , que, de propulsión por oxígeno, que fueron
más tarde, se aplicaron a buques ma- conocidos por long lance y demos-
yores. También a resultas del Tratado traron ser los mejores torpedos que
fue reducida a la mitad la serie de han existido, causando la más desagra-
cruceros tipo Sendai, anulándose el pe- dable de las sorpresas a los aliados
dido de tres de los seis encargados, cuando el Japón los us6 al entrar en
pero los tres restantes, Sendai, Jintsu guerra en diciembre de 1941.
y Naka, fueron terminados antes de
El gobierno del J a ~ ó n ue cayendo,
dos años. cada vez más, en manos de los altos
El fecundo cerebro del almirante jefes del Ejército Imperial a partir de
Hiraga, nrodujo entonces los primeros 1930. Fue entonces cuando el país em-
modernos cruceros pesados japoneses pezó a caminar hacia el abismo, inau.
los Furutaka y Kako, con artillería gurando el período histórico que des-
principal de 7,9 pulgadas, botados en pués se ha llamado kurai tanima: valle
1925. Fueron seguidos aquel mismo oscuro. Se había iniciado la larga mar-
año por los Aoba y Kinugasa, cuyos cha hacia Pearl Harbour.
cañones eran más pesados 8 pulga- El horizonte empezó a ensombrecer-
das-. Más adel ante , en 1927-28, apa re- se en la Conferencia de Desarme Naval
cieron los diez primeros cruceros pe- Naval de Londres, en 1930, donde el mi-
sados de 10.000 toneladas tipo Myoko, nistro de Marina, almirante Takeshi
con diez cañones de 8 pulgadas lu- Takaraba, actuaba como representan-
te japonés. Fue una negociación tiran- que la espada, de momento, la espada período. En el momento de Pearl Har- sentaba la derrota militar de Francia
te y agria en la Q ue el Japón no pudo habla más alto y más fuerte que la bour, la Flota Combinada no tenía rival y Holanda y el aislamiento de Ingla-
obtener lo que quería. No fue, como pluma. Japón se reti ró de la Socie- en potencia aeronaval. Su experiencia terra, que había deiado indefensas las
anteriormente, la proporción de acora- en el empleo de aviones navales de colonia: de ~ a l a ~ ade las Indias
zados el foco de tensiones v desacuer- ataque, desde portaviones el esplén- Orientales Holandesas. situadas en lo
dos, sino los submarinos. Japón pre- dido adiestramiento de sus tripulacio- que la estrategia japonesa había bauti-
tendía poseer 78.000 toneladas de su- nes le proporcionaron resonantes éxi- zado de vital Area Sur . Sólo los Es-
mergibles y no las consiguió. El acuer- tos en los primeros meses de la guerra. tados Unidos quedaban para interpo-
do de la Conferencia fijó un máximo No quedaba la menor duda de su de- nerse en el camino del Japón y evitar
permitido de 52.700 toneladas para In- cisiva preponderancia, pero aceptar que dieran aquel golpe magistral que
glaterra, Estados Unidos y Japón, pero los hechos tal como eran en la reali- pondría en sus manos todo el petróleo
aquella paridad no era suficiente para dad, reduciría a la nada el sueño tra- que precisaba para llevar a buen tér-
los planes japoneses de defensa vi- dicional de los épicos combates entre mino la guerra en China y darle el
gentes. acorazados, cosa que los japoneses se dominio de todo el Pacífico.
La nueva Flota Combinada se había negaban a admitir. Los Yamato eran Allí estaba la oportunidad, magnífi-
concebido como arma defensiva. La realmente pasmosos; se les mirara por ca, al alcance de la mano, pero la
estrategia japonesa, en caso de guerra donde se los mirase eran unos magní- Marina japonesa no estaba prepara da.
con su rival más peligroso en el Pací- ficos barcos de combate artillero. Pe- El almirante Isoroku Yamamoto, Co-
fico -los Estados Unidos- estaba ba- ro, en la era de los portaviones era mandante en Jefe de la Flota Combi-
sada en la idea de esperar que la Flo- completamente futil que un acorazado nada desde 1939, se opuso con todas
ta del Pacífico de los Estados Unidos pudiera superar a cualquier posible sus fuerzas al enfrentamiento con los
viniera hacia la Flota Combinada para adversario de su misma especie en al- Estados Unidos. Conocía bien aquel
ir desangrándola en el trayecto median- cance y peso de salva. Naturalmente, país donde había sido agregado naval,
te los ataques de submarinos de gran antes de la Segunda Guerra Mundial, y sentía un profundo respeto por su
radio de acción y lograr que, cuando en todas las marinas del mundo se ha- patriotismo y por su potencia indus-
llegara al contacto en el momento y bía planteado la disputa entre los pa- trial. Yamamoto creía que, dando tiem-
lugar elegidos por la Flota Combinada, pas de la artillerí a y los papas de po al tiempo, tal vez fuera posible
haber reducido su potencia de modo los portaviones, y la polémica no cesó fortalecer la flota japonesa y capaci-
que los acorazados japoneses pudieran hasta la rotura de las hostilidades. Ni
aceptar el combate en igualdad de con- siquiera los juegos de la guerra , ca, pero tenía la absoluta certidumbre
diciones. Para una estrategia de esta que habían revelado hasta la saciedad de que, en 1941, no era posible.
clase, no era suficiente la paridad en la indefensión del más fuerte de los No habría habido guerra con los Es-
submarinos y al ser conocidas en To- acorazados ante un ataque aéreo ene- tados Unidos 9 por lo menos habría
kio las noticias del acuerdo, se produjo oueños, los Shoho, Zuiho, Taiyo, Chuyo migo, consiguieron zanjar la controver- tardado much o en estallar- si en 1941
gran indignación en el Estado Mayor sia antes de 1939. Pero la gran ironía hubiera gobernado en Japón la Marina
clc la Armada japonesa. de la historia es que fuera precisamen- y no el Ejército. Pero en octubre de
Tras la ratificación formal del Tra- te el Japón, el país que había estado aquel año, el general Hideki Tojo fue
tado, en octubre de 1930, hubo un pe- de cruceros pesados, los Takao, Tone a la cabeza de las nuevas tendencias nombrado primer ministro en sustitu-
ríodo de violenta confusión en el rue- Mogami, con lo que la Flota Combina- de la construcción naval, el que ter- ción del príncip e Konoye, su políti ca
do político japonés, al que se lanzaron da tuvo ya diez cruceros nuevos con minara dando media vuelta para pro- fue precipitar la guerra mientras los
el Ejército y la Marina en defensa de ducir los superacorazados. vientos fueran favorables. En los me-
sus intereses, contra lo que considera- Los planos definitivos de los Yama- ses que precedieron a Pearl Harbour,
ban traición de los volíticos. La conse- to no estuvieron listos hasta 1937, año la consigna en Japón era: Nunca
cuencia inmediata fue la irreparable en que Japón estaba enzarzado en sus volverá a presentarse una ocasión co-
agresión de Kwantung. en Manchuria prolongadas hostilidades en China. mo ésta.
meridional, que co mp~ óme tió l Japón Transcurrieron otros tres años antes Este era el dilema con el que se
a una intervención en gran escala en de que el primero de ellos estuviera enfrentaba la Armada Imperial japo-
Manchuria. Después del incidente de listo para la botadu ra; el segundo, el nesa en 1941. Sus jefes tenían concien-
Mukden , el 19 de septiembre de 1931, Musashi, lo siguió en noviembre de cia de que el Japó n era como un pez
el Ejército de Kwantung invadió Man- 1940. En aquella época, el curso de la en un estanque del que están vacian-
churia proclamó la independencia guerra en China las arrolladoras vi c do el agua -según palabr as del Jefe
del nuevo estado títere de Manchukuo, torias de la Alemania nazi en Europa, del Estado Mayor de la Armada, almi-
en febrero de 1932. Era la mayor pro- presentaban al Japón una oportunidad rante Osami Nagano, al Emperador-.
vocación que se había lanzado hasta única un formida ble dilema -una La Armada no estaba preparada para
entonces a la Sociedad de Naciones combinación de circunstancias tan ten- la guerra, pero no osaba oponerse
que, como siempre, se limitó a apro- tadora que, finalmente, fue causa de abiertamente. Pasó el problema a los
bar las consabidas mociones de censu- su entrada en la guerra el mes de di- diplomáticos sin prestarles la ayuda
ra cont ra la agresión japonesa. Pero, ciembre siguiente-. El dilema lo plan- apoyo necesario y no fue capaz de
como dice Leonard Wibberley en su teaba la crónica escasez de combusti- mantener alejados del gobierno al ge-
libro The Mouse that Roare d, aunque ble, imprescindible para las operacio- neral Tojo y a sus belicistas partida.
la pluma sea, a la larga, más temible nes militares. La oportunidad la pre- rios.
Construidos en abierto desafío a las limitaciones del Tratado: Los nuevos grandes
portaviones de flota. Arriba izquierda: El Zuikaku. Centro izquierda: El Shokaku. Abajo
izquierda: El acorazado Yamato duran te sus pruebas de mar. Arriba: Cruceros más rá-
pidos y más poderosos. Esta es la enorme amazacotada superestructura del c rucero
pesado Chokay: diez cañones de 8 pulgadas y 4 nudos. Abajo: La dominante torre
popel de 8 pulgadas del gigantesco Yarnato. Este buque y su gemelo el Mbsashi
han sido los mayor es acorazados const ruidos en el mundo montaban nueve cañones
de 8 pulgadas cada uno.
Pero, aún incompleta, la Flota Com-
binada de Yamamoto seguía siendo la
tercera del mundo en diciembre de
1941 y, como tal, era formidable. Se
componía de siete flotas fundamen-
tales: la 1. (de Batalla), la 2. (Fuerza
de Exploración), la 3. (de Bloqueo y
Transporte), la 4. (Mandatos), la 5.
(del Norte), la 6. (Submarina) y la 1.
Aérea (Portaviones). Con buques de
cstas siete flotas se formaban las fuer-
zas operativas para ejecutar los planes
de overaciones. Los efectivos totales

g u i e n t e s : d i e z i ~ ~ u l i i ~ a d oiez
s , porta-
viones (cuatro de ellos ligeros), 8 cru-
ceros pesados, 20 cruceros ligeros,
112 destructores y 65 submarinos.
Pero aquel arma excelente tenía tres
fallos fundamentales. El primer fallo
residía en el UII ~LU estratégico de
empleo de los submarinos. La Flota
Combinada poseía m agníficas flotillas
de submarinos estupendos, capaces de
hacer la travesía de ida y vuelta a Ca- Arriba: El almirante lsoroku Yamamoto.
lifornia, sin repostar y lanzar allí sus Comandante en Jefe e la Flota Combina-
aviones de reconocimiento v ataque. da japonesa cuando Pearl Harbour. Abajo:
Pero en los proyectos de aquellos sub- Los submari nos 1-168 e 1-176, das d e l os
La modernización de los acorazados anticuados fue una parte imp ortan te del plan marinos no se había tenido en cuenta grandes submarinos de flota destinados a
de expansión de la flota. Arriba: El Fuso tal como era en 1918. Abajo: El mismo buque suficientemente la habitabilidad. En operar en combinación con la flota de b e
después de la reconstrucción, en la que el palo trípode fue sustituido por la altísima ellos las condiciones de vida eran tan talla
superestructura de ~pagodam.
malas que llegaron a afectar su opera-
tividad y si a ésto añadimos que los
submarinos se emplearon a la defen-
siva y no en su papel ofensivo, com-
prenderemos por qué la Flota Combi-
nada no sacara nunca de ello lo que
cabía esperar. Por otra parte, la ca-
pacidad antisubmarina de la Armada
Imperial era muy débil y los barcos
mercantes japoneses no navegaban en
convoy, lo que fue muy grave cuando
los norteame ricanos -después de un
retardo en la salidav- emprendie ron
la ofensiva submarina en el Pacífico
con asombrosos resultados. De los
10.000.000 de toneladas de buques de
alto bordo que los japoneses tenía n
navegando en 1941 fueron hundidas
8.617.000 en el transcurso de la guerra
y el 60 por ciento de estos hundimien-
tos hay que atribuirlos a los submari-
nos aliados. Si los japoneses hubieran
empleado sus submarinos con igual
agresividad, en lugar de empeñarse en
hacerlos operar en combinación con
la flota de superficie, la historia de la
recuperación norteamericana en el Pa-
cífico, después de Pearl Harbour, se
habría escrito de modo muy diferente.
El segundo fallo fue la irritante
cuestión del radar. Los japoneses ha-
bían experimentado este valiosísimo
aparato, pero no llegaron a desarrollar
con él un sistema operativo. No lo
consideraron absolutamente necesario
porque creían tener asegurada la d e
tección del enemigo gracias a la ex-
celente visión desarrollada en los servi-
cios de la Flota Combinada -tanto
diurna como nocturna- y a la bondad
de su reconocimiento aéreo. En reali-
dad, los hechos demostraron que los
norteamericanos tardaron mucho en
aprender el correcto manejo del radar,
lo cual les costó graves pérdidas en
los encuentros nocturnos y, al princi-
pio no se hizo patente la enorme im-
portancia de su falta para los japone
ses. Pero, a la larga, la desventaja
técnica fue decisiva.
El tercer fallo residió en la débil
protección antiaérea de sus buques
-uno de los problemas más peliagu-
dos que planteó la Segunda Guerra
Mundial a todas las marinas-. Al fi-

a flot de batalla japonesa endurecien -


do sus m úsculos en unas maniobras en la
mar: de izquierda a derecha: Mutsu. Ise
y Fuso.
iial de la Guerra del Pacífico, los bu- Zeros preparándose a despegar del Sho- (8: Escuadra de cruceros). Al frente de
abrigaba serias dudas de que el Japón,
ques aliados en servicio tenían un as- kaku [arriba] y del Akagi derecha) para la fuerza de exploración estaba el con-
a la larga, no fuera el perdedor. Pero
pecto muy distinto al de 1941; llegaron el ataque Pearl Harbour En la verga del tralmirante Sentaro Omori, con el cru-
era un oficial patriota y leal y un bri-
a estar completamente erizados de Akagi puede verse la señal de banderas cero ligero bukurna y nueve destruc-
cañones antiaéreos, montados en todos llante estratega v, si no había más re-
que fue izada por Togo en Tsushima medio que entrar en la guerra con su tores. En cuanto a la fuerza de apro-
los rincones disponibles en cubierta v
Armada, en todo lo que de él depen- visionamiento consistía en ocho petro-
superestructuras. La flota de combate
diera, lo haría con los mejores planes leros.
japonesa, en cambio, sólo estaba de- to rue jugar su mejor carta - e l po-
fendida contra los ataques aéreos posibles. Esta fue la composición de una de
der aeronaval- para llevar esta zona
cuando contaban con sombrilla aérea decisiva lo más lejos posible del Ja- Por consiguiente, envió contra Pearl las fuerzas operativas de mayor impor-
propia. En caso de no disponer de avio- pón, es decir, a las Hawai. Si se conse- Harbour a todo el grueso de la Flota: tancia histórica que se haya hecho a
nes propios de cobertura o no poder guía la destrucción de la Flota norte- ataque, apoyo, exploración y aprovisio- la mar. Pertenecía a una Armada que,
conseguirlos pronto, los buques de americana del Pacífico en su base prin- namiento. Al mando de la fuerza de si bien era solamente, en 1941, la ter-
guerra japoneses estaban indefensos cipal de Pearl Harbour, las operacio- cera del mundo, estaba insuperable-
ataque iba el vicealmirante Nagumo
frente a los ataques aéreos enemigos. nes navales japonesas en el Area Sur mente instruida y pertrechada, y se
Si bien en el aspecto material, estos
1 con los seis portaviones de escuadra:
tendrían las mayores probabilidades enorgullecía de una tradición incompa-
tres fallos disminuían la capacidad de de éxito. ICaga y kagi (1. Escuadra de porta- rable. Así, el 6 de diciembre, al apro-
la Armada Imperial japonesa, en lo La prensa americana infamó a Ya- viones), Soryu y Hiryu (2. Escuadra ximarse los portaviones al punto de
estratégico estaba perfectamente pre- mam oto calificándole de Agresor de de pytaviohes), y Shokaku y Zuikaku lanzamiento de la primera oleada de
parada. Desde 1909, las directivas de América , por haber sido el autor del (3. Escuadra de porta viones). Al man- aviones de ataque a Pearl Harbour, en
la defensa nacional para el caso de plan de ataque de Pearl Harbour. Es do de la fuerza de apoyo estaba el vi- la verga del kagi ondeó al viento una
conflicto con los Estados Unidos, es- totalm ente injusto: Yamamoto no de- cealmiran te Gunichi Mikawa, con 10s señal: era la misma señal, hecha con
tablecían claramente que se buscaría seaba la guerra con los Estados Uni- acorazados Hiei y Kiriskima (1. Divi- las mismas históricas banderas que
la acción decisiva en la zona Marianasl dos y, lejos de ser un fanático cre- sión de la 3. Escuadra de batalla) y ondearon en la capitana de Heihachiro
IMarshalls. Todo lo que hizo Yamamo- yente en la victoria fin l japonesa, los cruceros pesados Tone y Ckikuma Togo treinta y seis años antes.
os dí s
Durante cuat ro meses -diciembre de en aquella ocasión los japoneses de-
1941 a abril de 1942- la flota japo- mostrarían - c o m o lo habian demos-
nesa fue dueña y señora absoluta del trado los alemanes en Europa- que
Pacífico y del Indico, ebria d e victo- si se cuenta con una aviación dueña
rias acumuladas sin interrupción y que indiscutible del aire, pueden realizarse
no podrían repetirse. Las escuadras de operaciones casi imposibles, incluso
batalla niponas de aquel período, ha- cuando se dispone de fuerzas navales

ri
bían alcanzado la cumbre al empezar y terrestres relativamente débiles. An-
Súbito flnal de la embrionaria flota britá la guerra ya no pudieron subir más. tes de haber transcurrido cuarenta y
nica del Pacífico: los marineros se des- Pero la consecuencia inmediata fue la ocho horas desde el ataque a Pearl
cuelgan por el escorado costa l cru- decisiva recuperación norteamericana, Harbour, las tropas japonesas habían
cero de batalla Repulse. hundido con e l primero en Midway y, luego, en Gua- puesto pie en tierra en Malaca y en el
Prince of Wales por la aviación naval ja- dalcanal, que aprovechó plenamente Norte de Filipinas y los aviones de la
ponesa. el exceso de confianza que aquellos Armada y del Ejército habían barrido
embriagadores meses triunfales habían el camino. Se habían apuntado la des-
infundido a los japoneses. Jamás se trucción de los bombarderos B-17 ame-
ha hecho profecía más exacta que la ricanos con base en Luzón v también
que implica el famoso comentario de el hundimiento del Repulse y del Prin-
amamoto al príncipe Konorey "Du- ce of Wales (el primero fue víctima de
rante un año puedo causar verdaderos catorce torpedos y una bomba, y el
estragos, pero después, nada puedo ga- segundo de siete torpedos y dos bom-
rantizar ' Pero en aquel año prom eti- bas). Los aviones habian logrado eli-
do, Yamamoto no se cansó de causar minar los tres adversarios que podían
estragos. desafiar la ofensiva japonesa: la Flota
Al mismo tiempo que la Fuerza de apericana del Pacífico en Pearl Har-
Ataque de Nagumo se acercaba al pun- bour, los escuadrones de bombardeo
to de lanzamiento, al Norte de Hawai, pesado de Luzón y la nueva flota de
la enorme Fuerza Meridional del vice- batalla británica basada en Singapur.
almirante Nobutake Kondo hacía rum- La fase primera del avance japonés
bo hacia sus tres objetivos en el "Area constituía en la ocupación de cabezas
Sur". Estos era n: Las Filipinas; las de playa en Filipinas, Borneo y Cele-
importantísimas Indias Orientales Ho- bes, que servirían inmediatamente co-
landesas con suS pozos de petróleo mo trampolín para el asalto definitivo
la penísula de Kra, en el 6'cuello" a la "barre ra Malaya" -el gran arco
Malaca, trampolín para la ocupación insular que va de Sumatra a Timor-.
de ese país y para la toma de Singa- Esto se realizó entre el 8 de diciembre
pur. La Fuerza Meridional se compo- v finales de enero de 1942 sin el me-
nía de los acorazados Kongo y Haruna nor fallo. Sin embargo, aquellos mis-
(2. División de la 3. Escuadra de mos días, unos centenares de millas
Batalla); el portaviones ligero Zuiho hacia el Nordeste, la flota de batalla
(al que no tardaría en incorporarse el japonesa sufrió un revés inesperado en
Shoho para formar la 4. Escuadra de un teatro secundario.
Portaviones); tres escua dras de cruce- Se había designado la base norte-
ros (las 4. , 5.' y 7. ), con un total de americana del atolón de Wake como
diez cruceros de 8 pulgalas y tres uno de los primeros puntos a ocupar.
cruceros ligeros; o tra escuadra de cru- Situada al Norte de la Marsahll (en
ceros ligeros (la 16. ); cuatro flotillas manos japonesas), Wake era un impor-
de destructores (las 2.', 3.", 4. y S."), tante y molesto punto de apoyo en
que sumaban cincuenta y dos barcos, la derrota de Hawai a Filipinas. Se
sin contar los cuatro cruceros ligeros confió su conquista al contraalmirante
conductores de las flotillas, y dieciocho Kajiota, que se dirigió al ataque con
submarinos de las flotillas 4. , 5. y 6. . una fuerza de cruceros ligeros y des-
Sin embargo, una vez repartida en- tructores escoltando al convoy de in-
tre sus distintos cometidos, la Armada vasión. Después de ablanda r las de-
de Kondo no era fuerte en ningún pun- fensas con un gran bombardeo aéreo.
to -y era francamente débil en el sec- los japoneses iñtentar on el desembar-
tor malayo-, dond e los japoneses ten- co el 11 de diciembre. ~ermaneciendo
drían que entendérselas con el acora- los buques de guerra 'cerca de la isla
zado Prince of Wales y el crucero de para cañonear las posiciones de los
batalla Repulse, los dos ingleses, re- "marines". Pero Kajioka se descuidó
cién llegados a aquellas aguas. Pero, por exceso de confianza sus barcos
45
se arrimaron demasiado a tierra. Las nos un paso por detrás. El mando
baterías de la Infantería de Marina conjunto norteamericano, holandés,
tuvieron ocasión, así, de hacer un fue- británico y australiano, ABDA , qu e
go muy preciso y lograron desmante- había recibido la misión tan simple
lar el crucero ligero Y u b a r i y echar a como homérica de detener a los ja-
pique al destructor Hayate -primer poneses , se con stituyó el 15 de ene-
barco perdido por los japoneses en la ro ... cuatro días después de que los
Segunda Guer ra Mundial-. Mientras nipones hubieran adelantado sus ba-
Kajioka prepaba las órdenes para se- ses otras 300 millas con la ocupación
pararse de tierra, un caza norteameri- de Menado.
cano vino zumbando a ras de agua, No ha bía dud a de que el objetivo
armado con algo tan incongruente co- siguiente sería Balikpapan, al Sur de
mo un rosario de carrras de urofundi- Borneo. uor lo au e el ABDA d isuuso
dad que descargó de- lleno Sob re el un contraataque -naval. Fue encomen-
destructor Kisaragi haciéndole saltar dado al alm irante americano Glassford,
por los aires. Kajioka no tuvo más con su Task Force 5 , formada por
remedio que aplazar la operación has- los cruceros Boise y Marblehead (ar-
ta poder pedir refuerzos a la Fuerza tillería de 5 pulgadas) y cuatro anti-
de Ataque de Nagumo, en su travesía cuados destructores norteamericanos,
de regreso de Pearl Harbour. Los de cuat ro chimeneas . El Boise tocó
marines se rindieron el día 24 de con un escollo al adentrarse en el
diciembre, no sin antes haber aumen- estrecho de Sape y pronto se quedó
tado su tanteo echando a pique a otro atrás, pero los cuatro destructores se
destructor japonés, el Sagiri. las arreglaron para atacar con prisas
Para el primer acto del asalto a las los transportes japoneses fondeados
Indias Orientales Holandesas, Kondo frente a Balikpapan en la madrugada
articuló la Fuerza Meridional en tres del 24 hudiendo a tres de ellos. Pero
grupos o tenazas ; designándolas Fuer- aquello no afectó en lo más mínimo
zas Occidental, Central y Oriental. La el avance japonés. Balikpapan y Ken-
Fuerza Oriental, del almirante Ozawa, dari cayeron simultáneamente el día
invadiría S umatr a en cuanto se ce- 24. Cuatro días después, los pilotos
rrara el cerco de Sinea~ur.Las fuer- iaponeses
- va podían despegar y operar
zas Central y 0rientalWeStabanbajo el desde sus -nuevas bases:.. y desde en-
mando del vicealmirante Takahashi. tonces tenían la base aliada de Sura-
Con la primera de ellas debía llevar baya, en Java, dentro de su radio de
a cabo la ocupación de los puertos pe- acción.
troleros de la parte holandesa de Bor- Desde el de febrero, Surabaya y
neo. Con la fuerza Oriental, debía to- las demás bases aéreas aliadas de Ja-
mar Mennado, Kendari y Makasar, en va Oriental empezaron a sufrir fuer-
Celebes y proteger el flanco izquierdo tes raids aéreos japoneses. Por aque-
del avance japonés siguienlo hacia llas fechas, el ABDA constituyó una
Amboina y Timor. Por fin las tres fuerza naval de ataque bajo el man-
tenazas se cerrarían en una sola para do del contraalmirante Karel Door-
hacer la última presa: Java. man, de la Armada Real Holandesa.
Si los japoneses fueron capa ces. de La formaban los cruceros de 5 9 pul-
ejecutar planes tan precisos con tanta gadas D e R u y t e r (capitana) y T r o m p
eficacia y rapidez, los aliados no lo holandeses, y Marblehead y H o u s t o n
fueron. Quedaron continuamente des- norteamericanos, con siete destructo-
bordados por el ritmo de avance japo- res, cuatro norteamericanos y tres ho-
nés y siempre estuvieron, por lo me- landeses. Doorman recibió la orden
de atacar nuevamente los convoyes
japoneses de invasión, pero el reco-
Izquierda arriba: El crucero holandés De nocimiento aéreo japonés observaba
Ruyter capitana de Doorrnan en l a lucha sus menores movimientos. En la ma-
del Mar de Java. Izqiuerda centro: El cru- ñana del día 4 los aviones de bombar-
cero holandés Tromp malparado en el deo sorprendieron a Doorman al Nor-
combate del estrecho de Lombok y envia- te de Bali y averiaron gravemente al
do a Australia reparar. Izquierda abajo: Marblehead y se cargaron la torre de
El USS Houston otro de los componen tes 8 pulgadas de popa del H o w t o n
de la fuerza internacion al de cruceros y obligando a Doorman a retroceder
destructores del Almirante Doorman. hacia Tjilatjap, en la costa Sur de
Zeros despegando de un aeródromo re Singapur- estab a asegurado el domi-
cién ocupado para continuar la búsqueda nio japonés sobre Sumatra.
aérea de la agonizante fuerza de superfi El siguiente objetivo japonés no fue
cie aliada. Los aeródromos en tierra des Java, como esperaban los aliados, si-
empeñaron el papel de portaviones duran no Bali y, una vez más, debido a la
te el fulgurante avance japonés en el salida de Doorman hacia el Oeste,
«Area Sur=. rumbo a Suma tra, las fuerzas navales
aliadas se encontraron desplazadas, en
pésima situación para contrarrestar
Java. Más adelante, el almirante Hart, los desembarcos, que tuvieron lugar a
Comandante en Jefe del ABDA, envió última hora del 18. Doorman hizo
a la fuerza de Doorman hacia el Sur cuanto pudo con sus fuerzas disper-
de Bali, confiando mantenerla lo más sas, atacando los transportes de in-
lejos posible del alcance de los bom- vasión en el estrecho de Bandung la
barderos. noche del 19 de febrero. Dos destruc-
De este modo, cuando la fuerza Oc- tores japoneses resultaron con averías
cidental de Ozawa se lanzó sobre Su- nero Doorman perdió el destructor
matra 13-14 de febrero , no había den- P i e t H e i n y recibió un impacto en el
tro de un radio de 800 millas ninguna T r o m p . El contraalmirante Kubo, co-
fuerza aliada capaz de oponerse. Oza- mandante de la escolta de la fuerza
wa, además de disponer de una escua- de invasión japonesa, se lanzó hacia
dra de cruceros pesados y una cortina el Sur para unirse en la lucha con el
crucero N a g a r a y tres destructores. Se
el portaviones R y u j o y fueron los ata- produjo iin confuso encuentro de per-
ques constantes de los aviones de secución en el estrecho de Lombok en
aquel buque los que obligaron a Door- la madrugada del 20, del que salió ave-
man a desistir de una infructuosa y riado un destructor japonés, pero el
desgraciada salida contra las fuerzas T u o m p sufrió daños tan graves que
de invasión de Suma tra. Al atar decer tuvo que ser enviado a Australia para
del día 15 -fecha de la rendició n de reparar. Innexorablemente, el día 20
los japoneses estaban sólidamente
asentados en Bali y sus soldados pu-
lulaban por las playas de Timor. El
cerco de Java se había cerrado.
Para el asalt o de Java -cierre de-
finitivo de la tenaza japonesa- el
mando ejecutivo recayó en el viceal-
mirante Takahashi, que asumió el
mando de las dos fuerzas de asalto
Oriental y Occidental. La fuerza Orien-
tal consistía en cuarenta transportes
de tropas, escoltados por el contraal-
mirante Nishimura con el crucero N a -
k a y seis destructores y con el apoyo
de la fuerza de cobertura del contraal-
mirante Nagi, que disponía de los cru-
ceros pesados N achi y H a g u r o el cru-
cero ligero J i n t s u y doce destructores.
Los transportes de la fuerza Occiden-
tal eran cincuenta y seis; su escolta
directa consistía en los cruceros lige-
ros Y u r i y N a t o r i y trece destructores
bajo el mando del contraalmirante
Hara y, su cobertura la formaban los
cruceros pesados M i k u m a M o g a m i
S u z u y a y R u m a n o y tres destructores,
al mando del contraalmirante Kurita.
Con la fuerza Occidental estaba tam-

El crucero pesado Cuzuya.


gún barco, y para esto la fuerza de
Doorman no estaba ni remotamente
capacitada.
En la mismisima fecha de creación
a e la mala ventur ada fuerza -26 de fe-
brero- los aliados obtuvieron contac-
to con el convoy de la Fuerza Oriental
japonesa, que se aproximaba. Doorman
salió a la mar inmediatamente y patru-
lló por los accesos del Nordeste de
Java durante veinticuatro horas, al ca-
bo de las cuales decidió volver a puer-
to a petrolear. Pero, en aquel momen-
to, recibió u n o S mensajes urgentes
anunciando que los barcos japoneses
más cercanos se encontraban a sólo
ochenta millas de su situación actual.
Volviendo sobre su estela, Doorman
puso la proa hacia mar abierta, abri-
gando la esperanza de caer sobre los
transportes de tropas japoneses. Sin
embargo, con quien tropezó fue con la
escolta de Nishimura.
Explorando por la proa del grueso
de Doorman, el destructor inglés Elec-
tra avistó los humos de Nishimura a
eso de las 16,OO horas del día 27 Door-
man se encontró en una mala situa-
ción; los japoneses estaban cruzando
su derrota de estribor a babor la dis-

El crucero pesado japonés Mikuma. y diez destructores que casi equilibra-


ban la superioridad numérica japone-
sa. Mas en realidad, la fuerza de Door-
bién el portaviones Ryujo acompaña- man adolecía de una debilidad congé-
do por un solitario destructor de es- nita cuyo factor más importante era
colta. Pero éste fue todo el peso de la prisa con que se habían juntado bu-
metal flotan te que los japoneses se ques de guerra de distintas marinas,
dignaron lanzar contra Java. La flota exigiéndoles que actuaran como una
de portaviones y las escuadras de ba- fuerza coherente. Uno de los cruceros
talla de Nagumo y de Kondo no to- pesados era inglés Exeter) y el otro
maron parte en la conquista. Se re- norteamericano Houston); de los tres
unieron en Kendari para seguir el 5 cruceros ligeros, dos eran holandeses
de febrero hacia el Océano Indico. la capitana De Ruyter y el Java) y el
Al principio, el alt o mando del tercero, australiano Perth); los diez
ABDA, había previsto este doble ata- destructores eran tres ingleses Jupi-
que. El almirante holandés Helfrich ter, Electra y Encounter), dos holande-
que sustituyó a Hart en el mando) ses Kortenaer y Witte de With) y cin-
había formado dos fuerzas de ataque, co americanos Paul, Jones, Ford, John
una Occidental y la otra Oriental, con D Edwards y Alden). Como es bien sa-
base en Batavia y Surabaya, respectiva- bido, para que una fuerza naval actúe
mente, por ser aquellos puertos las
últimas fuentes de petróleo que les -y no digamos pa ra ganarla- debe
restaban a los aliados. Pero, el 25 de estar acostumbrada a interpretar y
febrero cambió de idea, creyendo que ejecutar sin vacilaciones las órdenes
los japoneses empezarían atacando de su alimrante, sin excepción de nin-
por el Este de Java y reforzó la es-
cuadra Oriental de Doorman, hasta
convertirla en una Fuerza Operativa El crucero holandés Java desgarrado y
combinada. Sobre el papel, aquella hundido por torpedos «Long Lancen en los
fuerz a no presentaba mal aspecto: dos últimos momentos de la batalla del Mar
cruceros pesados, tres cruceros ligeros e Java.
tancia era tan grande que sólo sus cru-
ceros con artillería de 8 pulgadas
E x e t e r y Houston) podían abrir el fue-
go; no se atrevía a ado ptar ninguna
formación que no fuera la línea de fila
con su heterogénea fuerza multinacio-
nal, todavía no probada. El fuego se
inició a las 16,16 horas al límite del
alcance con muy poca eficacia (aunque
un proyectil japonés dio en el De Ruy
ter, sin estallar). Doorman cayó caute-
losamente, 20 a babor, cambio de rum-
bo que se acentuó cuando el contraal-
mirante Raizo Tanaka, con el Jintsu y
su flotilla de destructores, se lanzó al
ataque torpedero a las 16,33 horas. No
causó daño alguno y el duelo artillero
continuó h asta que, a las 17,08,la línea
de fila de Doorman quedó deshecha.
El E x e t e r fue alcanzado de lleno en
una de las cámaras de calderas por un
proyectil y se salió de la línea, siendo
seguido por error por el Houston,
Perth y Java. Simultáneamente, los
destructores de Tanaka volvieron a
atacar, haciendo volar al Kortenaer
con un torpedo Long Lance .
Para Doorman y los suyos, el alcan-
ce de los Long Lance era tan revo-
lucionario que nadie tomó el impacto
por lo que realmente era, hasta el pun-
to que el W i t t e d e W i t h lanzó un rosa-
A r r i b a : El final del E x e t e r . Abajo El vice rio de cargas de profundidad bajo la
almirante Chuichi Nagumo. impresión de que el culpable era un
submarino japonés. Mientras el Exeter

tina de humo (lo que sólo sirvió para


aumentar la confusión), Doorman or-
denó contraatacar a los destructores
Electra, Jupiter y Encouter, pero los
destructores de Tanaka concentraron
su fuego sobre el Electra y lo hundie-
ron a las 18,00 horas . Incluso antes d e
irse el Electra a pique Doorman deci-
dió enviar al Exeter a Surabaya, escol-
tado por el W i t t e d e W i t h . Como com-
pensación a tantas pérdidas, la escua-
dra de Doorman no había logrado más
que dejar fuera de combate al destruc-
tor japonés Asagumo, víctima de un
impacto directo del Perth.
Pero no había llegado lo peor, que
iio tardó en acontecer. A costa de ím-
probos esfuerzos, Doorman volvió a
orm ar su línea. Al ace rcars e la noche,
arrumbó al Sur intentando colarse al-
rededor de los buques de guerra japo-
neses y llegar a su objetivo real: los
transportes de tropas. Navegó a varios
rum bos -Sur, Oeste, Norte , Oeste- y
todo lo que consiguió fue volver a tro-
pezar con la flotilla de Tanaka. Pero Arriba y derecha:El portaviones británico
no por esto se dio Doorman por venci- Herrnes hundido cuando los portaviones
do. las 21,000 hor as volvía a arr um- de Nagurno hicieron su correría por el
bar al Oeste, proyectando un posterior Océano Indico. De Ruyter y el Java. El Perth y el rante Helfrich se había quedado sin
barrido hacia el Norte. esta hora se Houston rompieron contacto y se diri- ningún barco. Los aliados se rindieron
había quedado ya sin los cuatro des- gieron a Batavia. La Batalla del Mar en Java el día 12; se coronaba así la
truct ores norteamericanos de cuatro tor Encounter recogió a un centenar de Java había terminado. conquista del Area Sur .
chimeneas -que se vieron obligados de ellos y se dirigió a Surabaya. La Valiéndose de la exacta información los portaviones de Nagurno les ha-
a correr hacia Surabaya para rellenar fuerza de Doorman acababa de redu- proporcionada por sus aviones, los al- bía tocado ser punta de lanza de la
petróleo municiones. Entonces llegó cirse a cuatro cruceros: De Ruyter mirantes japoneses habían realizado ofensiva japonesa en el ataque a Pearl
la desv entu ra siguien te. las 21,25, la Java Perth y Houston. un frío trabajo profesional haciendo Harbour; habían contribuido con ata-
oscuridad quedó rota por una repenti- Menos de una hora después de ha- esfumar la amenaza aliada contra su ques aéreos en Wake y Amboina y ha-
na llamarada al volar y hundirse el berse separado del Encounter los cru- flota de invasión de Java. Esta ac- bían lanzado un raid devastador sobre
Jupiter víctima de la ironía del desti- ceros de Doorman avistaron dos bar- ción -escribe Masanori Ito- podría Port Danvin, en Australia, el 19 de fe-
no, al meterse en un campo de minas cos de guerra japoneses a babor. Esta llamarse con justicia la batalla de los brero. Ahora le correspondía poner el
holandés . las 23,00, Doorman se que- vez se trataba de Tagaki con los cru- torpedos de oxígeno. Bastante cierto, broche de la primera fase de la expan-
dó sin su último destructor, aunque no ceros pesados Nachi y Haguro. Hubo pero no hay que negar tampoco que sión japonesa llevándola a su conclu-
perdido en combate: la cada vez más un breve torbellino de cañonazos, y a los japoneses tardaron algo en afinar sión triunfal. Para ello, entre el 31 de
reduc ida escuadra ABDA seguía brava- continuación, una salva de doce torpe- la puntería. En la Batalla del Mar de marzo y el 9 de abril se pasearon a su
mente navegando hacia el Norte en dos Long Lance que acabaron con el Java se lanzaron más de 140 torpedos gusto por el Golfo de Bengala, bom-
busca de los transportes japoneses, lo Long Lance para hundir el Korte- bardeando Vizagapatam, Coconada y
que la llevó a cruzar por el punto don- El final del crucero Cornwall al que los ~1 De Ruyter y el Java. Sin em- Trincomali, además de echar a pique
de se había ido a pique el Kortenaer aviones de portaviones de Nagurno hun- bargo, el tiempo demostraría que los al portaviones británico H e r m e s y a
encontrando sus náufragos. El destruc- dieron frente Ceylan. comandantes de la calidad .de Tanaka los cruceros Dortsetshire y Cornwall.
aprendieron muy bien la lección. En el breve espacio de cuatro meses la
Lon la destrucción de la escuadra de acción de la Flota Combinada se había
Doorman, el último obstáculo impor- dejado sentir desde las islas Hawai,
tante a la invasión japonesa de Java por el Este, a las costas de la India,
desapareció de escena. Su liquidación por el Oeste, pegando a capricho y ful-
fue breve y brutal. Los restos de la minando todos los conatos aliados de
fuerza de ataque ABDA -Hobart Da- detenerla. En toda la historia humana,
nae Dragon y dos destructores- se re- ninguna Armada había hecho tanto en
tiraron a Ceilán. El Perth y el Houston tan poco tiempo.
que se dirigían a Tjilatjap por el es- La Flota de batalla del Japón había
trecho de Sonda, tropezaron con la demostrado tener un puño demoledor
fuerza' de invasión japonesa y fueron y un gran alcance. Pero en dos meses
echados a pique después de un comba- más quiso abarcar demasiado y se ex-
te hasta el último cartucho. El Exeter cedió de sus fuerzas, pasando irremi-
el Encounter y el destructor norteame- siblemente de la ofensiva a la defen-
ricano Pope fueron hundidos por bom- siva. La reacción, según la sombría
barderos japoneses y fuerzas de super- profecía de Yamamoto, había de tener
ficie el día 28. El 1 de marzo, el almi- desastrosos efectos.
En la derrotada Alemania después de japonés establecía que la primera fase
1918 la gente que necesitaba una jus- debía ser la ocupación de una línea ex-
tificación por la derrota se tragó avi- terior que pusiera el "Area Sur" en ma-
damente la leyenda de la "puñalada nos japonesas, y la segunda, la consoli-
por la espalda". Los japoneses, des- dación y fortificación de aquel períme-
pués de la Segunda Guerra Mundial, tro para defenderlo contra cualquier in-
fueron mucho más honestos y, por lo trusión. Pero la rapidez con la que se

oral
general, aceptaron la frase acuñada realizó la primera fase tentó irresisti-
por el contraalmirante Hara -uno de blemente a los mandos militares y na-
los comandantes de escuadra de Na- vales japoneses, qu ese dejaron arras-
gumo-. Esta fras e era sencilla, clara trar por una gula estratégica desenfre-
y expresiva : "Mal de victoria ' Su s nada. Estaba claro que el enemigo era
síntomas se manifestaron como conse- mucho más débil y despreciable que lo
cuencia de los primeros triunfos em- que jamás se hubieran atrevido a soñar.
briagadores, produciendo, primero, un ¿Por qué, entonces, limitarse al plan
alocado exceso de confianza, y, a cto primitivo y detenerse a consolidar?
seguido, la primera de las grandes de- ¿Por qué no extender todavía más el
rrotas de la flota de batalla japonesa. perímetro mientras las cosas fueran
La conquista del "Area Sur" originó rodadas?
un enorme perímetro curvilíneo en po- Al Este estaba el atolón de Midway,
der japonés, consistente en una serie solitaria avanzadilla del archipiélago
E1 Shoho se va a pique entre un diluvio de diminutos puntos de tierra separa- de Hawai. Tomando Midway, Hawai
de bombas y torpedos norteamericanos dos por millares de millas de mar li- quedaría definitivamente neutralizado.
en la Batalla del Mar e Coral; el Akagi bre. Dentro del perímetro se estiraban Hacia el Sur, quedaban Port Moresby
esquiva furiosamente a los bombarderos las rutas marítimas desde y hacia la (en Nueva Guinea), Samoa, Fidji y
en picado en Midway. Estos dos épicos metrópoli. Fuera de él, quedaban el Nueva Caledonia. Su conquista aislaría
choques de portaviones detuvieron la ca continente australian o y una s eria de a Australia. Ambas adquisiciones au-
rrera de victorias japonesas en el Pacífico islas que los aliados no dejarían de mentarían el. espesor .de la, coraza del
y desgarraron las entrañas de la soberbia emplear como bases para atacar el in- nuevo gran imperio lapones. La deci-
flota de portaviones. tcrior del perímetro. El plan original sión fue emprender aquellos movi-
mientos sin demora, empezando por
Port Moresby y el aislamiento de Aus-
tralia.
"Operación MO" fue el nombre clave
de la acción de Port Moresby. Como
de costumbre, el plan se basaba en la
convergencia en un punto de agrupa-
ciones navales procedentes de lugares
muy separados. El mando del conjun-
to fue confiado al vicealmirante Inou-
ye, comandante en jefe de la Cuarta
Flota, basado en Rabaul. La Fuerza de
Cobertura del contraalmirante Goto
procedía de Truk, en las Carolinas, y
debía entrar en el Mar de Coral con
cuatro cruceros pesados y el portavio-
nes ligero Shoho. Procedentes del Es-
te, después de rodear la larga cadena
de las Islas Salomón, llegaría también
la fuerza de portaviones del contraal-
mirante Hara Shokaku y Zuikaku) y
la fuerza de ataque del vicealmirante
Takagi, con dos cruceros pesados y
seis destructores. La operación se ini-
ciaría con la ocupación previa de la
isla de Tulagi, de las Salomón, para
usarla como base de hidroaviones y, a
continuación, se haría a la ma r la fuer-
za de invasión de Port Moresby. Reso-
naban en el plan los ecos de la táctica
de "saltos de rana" que tantos éxitos
9
había proporcionado en la conquista
del Area Sur . Pero en esta ocasión
falló el factor sorpresa que siempre se
dio por supuesto. Los norteamericanos
estaban alerta y preparados.
Ya el 7 de arbil, los servicios de des-
criptación norteamerican os se había n
olido que se tramaba una operación
japonesa, y el almirante Chester Ni-
mitz, Comandante en Jefe del Pacífi-
co, se preparó a actuar en consecuen-
cia. El Lexington y el Yorktown los
portaviones que habían escapado a la
destrucción de Pearl Harbour, con una
escolta de ocho cruceros pesados (tres
de ellos australianos) y doce destruc-
tores, bajo el mando del almirante
Frank Fletcher, iban a tener la ocasión
de devolver las bofetadas.
Tulagi fue ocupada a su debido tiem-
po por los japoneses el de mayo, pe-
ro esta fue la primera y la última par-
t e d e l a O pe ra ci ón M 0 que se ejecu-
tó de acuerdo con el plan. Antes de
que transcurrieran cuarenta y ocho
horas, los japoneses de Tulagi sufrían
el peso de los repetidos ataques aéreos
del Yorktown. Cuando el día 5 este bu-
que se unió al grueso aliado, los avio-
nes de reconocimiento d e base en tie-
Contraalmirante Kenzaburu Hara. rra detectaron y localizaron a las fuer- Arriba: Los bombarderos en picado americanos se preparan para un ataque durante
zas de invasión y de cobertura de Port la Batalla del M ar de Co ral. Abajo: U n bombardero torpedero japonés «Kate>>es derri
Moresby, por lo que Fletcher arrumbó bado en llamas.
al Noroeste, para interceptarlas. Las
fuerzas de Takagi y Hara escaparon a
la detección de los aviones de recono-
cimiento hasta la tarde del día 6 ente-
rándose entonces Fletcher que tenía
una tercera fuerza a su alcance.
Lo que luego se ha llamado Batalla
del Mar de Coral se desarrolló en los
dos días siguientes. Era la primera vez
en la historia que s e enfrentaban por-
taviones a portaviones, y los dos ban-
dos demostraron que tenían muchísi-
mo que aprender, empezando por la
forma de dar partes veraces de avis-
tamiento y localización, y a evaluar co-
mo es debido los impactos obtenidos
y los daños causados. Los aviones de
Fletcher empezaron por perseguir a la
fuerza de cobertura de Goto y hundie-
ron al Shoho. Los aviones de explora-
ción de Hara, por su parte, avistaron
al petrolero Neosho y al destructor
Sims informando que estaban en con-
tacto con un portaviones y un crucero,
lo que desencadenó un ataque de gran
estilo de los aviones del Shokaku y
Zuikaku hundiendo al Neosho y al
Contraalmirante Frank Jack Fletcher. Sims dejando incólumes a los porta-
6
zas Wildcat enviados a interceptarlos.
Sólo siete de los veintiocho aviones ja-

casa ; seis pilotos japoneses perdie-


El raid de Doolittle sobre Tokio. Un N ~SD
se equilibra después de despegar le la
cubierta del Hornet.

Inouye a aplazar toda la operación.


Por primera vez desde Pearl Harbour
se había desbaratado una operación
anfibia japonesa. Con todo, el comba-
te del Mar de Coral no era más que u n
incidente en el camino hacia el encuen-
tro decisivo entre la Flota Combinada
y los restos del potencial de combate
de la Flota norteamericana del Pacífi-
co. Forzar su destrucción y zurcir
cuanto antes una paz Este er a el más
ferviente deseo de Yamamoto.
La Operación M había sido sola-
mente una desviación. Su objetivo fun-
damental no había sido la batalla. Por
otra parte, otra razón poderosa había
sobrevenido para forzar una paz: el
Raid de Doolittle , sobre Tokio el 18
de abril, realizado por bombarderos
que despegar on de portaviones. En
aquella ocasión toda la potencia de la
Flota Combinada no había podido evi-
tar que las bombas cayeran sobre la
capital donde residía el Emperador.
Aquel raid de Doolittle fue un golpe
tremendo para el sentido del deber de
Yamamoto -no solamen te su deber
personal, sino el de toda la Flota Com-
binada-. Tras muchas horas de ape-
sadumbrada meditación, salió de su
camarote y convocó su estado mayor.
Juntos planearon la operación de Mid-
way para que fuera el golpe defini-
tivo.
Su alcance era tan ambicioso como
la propia conquista del Area Sur . La
idea fundamental era empezar con un
empujón en las Aleutianas, capaz de
tentar a los norteamericanos a salir
de su madriguera para contrarrestar
el movimiento. La Escuadra de por-
taviones machacaría Dutch Harbour y
se ocuparían Atu y Kiska. Si los norte-
americanos intentaban oponerse, la
fuerza de cobertura o guardia de
cuatro acorazados los estaría esperan-
do. La fu erza de invasión de Midway,
bajo el mando de Kondo, contaría con
un grueso form ado por los acorazados
K o n g o y iei y el portaviones ligero

Así vieron los aviadores de Doolittle la


estación naval de Yokosuka una de las
bases principales de la Armada y Aviación
japonesas.
6
Zuijo. La punta de lanza de la opera- La falta de sorpresa fue como qui-
ción sería Nagumo y sus cuatro porta- tarle la chaveta al engranaje del plan
viones -Kaga Akagi Sory u y Hiryu- de Yamamoto. El primer ataque aéreo
que saturarían la isla con sus bombas de Nagumo no cogió a los aviones de
y cazarían a las fuerzas americanas Midway en tierra y hubo que prepa-
que intervinieran. Yamamoto en per- rar un segundo ataque. Mientras se re-
sona, con el grueso de la Flota Com- postaba y armaba a los aviones, Ilega-
binada, estaría esperando detrás, con ron vagos informes de la presencia de
los tres acorazados mayores del Pací- portaviones norteamericanos en las in-
fico: Nagato Mutsu y el imponente mediaciones. Se dio la orden de ata-
Y a m a t o su nueva capitana. carlos en lugar de realizar el segundo
La sincronización era vital. El raid ataque a Midway, reemplazando las
sobre Dutch Harbour tendría lugar el bombas de alto explosivo de ataque a
3 de junio. Atu y Kiska serían invadi- tierra por bombas perforantes y torpe-
das el 5 de junio. Midway sufriría el dos. Y mientras estaban todavía en
primer ablandamiento el 4 de junio y cubierta las bombas, los bombarderos
el desembarco se realizaría el 6 en picado del Enterprise y del Y o r k -
El plan de Yamamoto se basaba en t o w n se precipitaron sobre los porta-
la hipótesis -correcta- de que los viones de Nagumo. En cinco minutos
norteamericanos no podían permitirse terirbles, el Kaga el Akagi y el S o r y u
rehusar el combate por Midway. Pero se convirtieron e n un infierno; para
era falsa la otra hipótesis de que no realizar un solitario ataque contra la
saldrían de Pearl Harbour hasta que fuerza de portaviones americana, sólo
no recibieran noticias de los ataques quedó intacto el Hiryu. Sus aviones
a las Aleutianas y Midway, dando tiem- dejaron malparado al Y o r k t o w n pero
po a que los acorazados japoneses to- un contraataque del Enterprise envió
maran, sin dificultades, posiciones pa- al Hiryu a hacer compañía a los otros
ra aniquilarlos. Pero, de nuevo, los des- portaviones japoneses.
criptadores de Pearl Harbour pudieron Yamamoto se enteró de que habían
informar correctamente a Nimitz de sido borrados del mapa sus cuatro
los vardaderos objetivos japoneses y portaviones, y de que las defensas de
no tuvo que pensar dos veces en la Midway seguían intactas, a eso de la
suerte que podían correr Atu y Kiska. medianoche del día 4 Ordenó al grupo
Por otra parte, y más importante aún, de apoyo inmediato de Kurita -c r u -
los obreros del arsenal de Pearl Har- ceros pesados K u m a n o S u z u y a M i k u -
bour, trabajando hasta caer rendidos, m a y Mogami- que cañonease Mid-
le devolvieron el averiado Y o r k t o w n en way, mientras el resto de la Flota Com-
un plazo increíble de tres días (cosa binada se concentraba para lanzarse a
que no ocurrió con el S h o k a k u y Zui- una acción decisiva contra la flota nor-
k a k u del lado japonés. El S h o k a k u teamericana; pero hubo que desistir
después de la Batalla del Mar de Co- del bombardeo porque se vio que los
ral, estuvo varios meses inutilizado, y cruceros no podían llegar antes del
el Zuikaku no pudo volver al servicio amanecer de1 5 En la retirada se abor-
hasta que no fue repuesto su diezma- daron el M i k u m a y el Mogami que
do grupo aéreo). Esto proporcionó tr es fueron machacados por sucesivos ata-
portaviones -Yorktown Hornet y En- ques aéreos cuando iban renqueando
terprise- a los almirantes Spruance y rumbo al Oeste, el día 6 El Mikulnrr
Fletcher, con los cuales pudieron po- se fue a pique, y el Mogami gracias
nerse al acecho en el que llamaron a la titánica labor de lucha contra ave-
punto de la buena suerte , unas 300 rías, pudo mantenerse a flote y se las
millas al Nordeste de Midway, y sor- compuso para llegar a Truk, a pesar
prender a los portaviones de Nagumo de todo.
cuando éstos lanzaron su primer ata- Entonces, Yamamoto se retiró hasta
que sobre Midway. quedar fuera del alcance de los avio-
Yamamoto, realmente, había olvida- nes de los portaviones norteamerica-
do uno de los principios fundamenta- nos, con la esperanza de que éstos me-
les del planeamiento estratégico, el tieran las narices dentro del alcance
que Moltke expresó así: Siempre hay de los cañones de su armada, inmen-
tres líneas de acción posibles del ene- samente supreior. Pero los norteame-
m igo, que n o r m a l m e n t e e lige la ricanos no picaron. Spruance y Flet-
cher habían ganado su batalla. Se ha-
bía salvado Midway y el elemento más
formidable de la Flota Combinada, los
portaviones de Nagumo, había queda-
do totalmente destruido. El hundi-
miento del Mikuma el día 6, fue una
reconfortante propina, tanto más cuan-
to la situación de los dos cruceros de-
mostraba que el grueso de la Flota
Combinada los había abandonado a
sus propios medios. Aún tenían que
transcurrir otras angustiosas cuaren-
ta y ocho horas, sin embargo, para te-
ner la certeza absoluta de que la Flo-
ta Combinada había abandonado la
partida de Midway y se estaba retiran-
do de veras.
La campaña de Midway añadió al
Imperio japonés otro impresionante
pedazo de terren o: Atu y Kiska, en
las Aleutianas. Sobre este éxito inútil,
y sobre el hundimiento de un porta-
viones americano y otro averiado en Izquierda: Nimitz prepara la emboscada de Midway con pleno conocimiento de las
un combate naval cerca de Midway, intenciones de Yamamoto. Abajo: Los devastadores torpedo-bombarderos alineados
se montó el relato que se dio a la pren- en la cubierta de vuelo dlel Enterprise, antes de los primeros ataques a la fuerza de
sa japonesa anunciando otra victoria. portaviones de Nagumo. Abajo, derecha: El Akagi y uno de sus destructores de escolta
L;o del portaviones era cierto, porque esquivan las bombas. Arriba. izquierda: Con toda la caña a estribor, e l Soryu efectúa
el submarino japonés 1 168 había sor- un giro completo. Arriba, derecha: Un avión de bombardeo en picado Dauntless es.
prendido al Yorktown aboyado, con el quina inferior izquierda] se precip ita hacia uno de los cuatro portaviones de Nagumo,
urobablemente el Akagi
destructor Hamman parado cerca de
él, y los echó a los dos a pique con
una salva de torpedos en la tarde del
día 6 Esta fue la máxima pérdida
americana en el combate.
La idea fundamental del plan de Ya-
mamoto había fracasado, pero en aque-
lla época Midway no se interpretó co
mo un desastre para la flota de bata-
lla japonesa. Los que estuvieron y se
batieron allí aprendieron a costa de
sangre una serie de duras verdades;

ron padeciendo el mal de victoria .


El alto mando japonés no escarmentó
y la despreocupación con que se en-

su botín- iba a tener consecuencias


gravísimas.

Izquierda: l final del último portaviones


de Nagumo: el Hiryu. abandonado y en Ila
mas. Abajo: Retribu ción para los japone
ses. El portaviones norteamericano York
town mutilado por las bombas y echado
a pique por el submarino 1 168. Derecha:
La última palabra en Midway fue de los
norteamericanos. Los restos del crucero
japonés Mikuma poco antes de hundirse
el 6 de junio.
Rabaul era el bastión Sudeste del nue- Bougainville, que está en el extremo
vo imperio japonés. Desde Rabaul los de las Salomón, por el lado de Ra-
japoneses podían apoyar sus bases de baul , es seguida geográficamente por
Nueva Guinea y proseguir desde ellas las islas de Coiseul, Santa Isabel y Ma-
sus intentos de tomar Port Moresby laita. Paralelamente se extiende una
atravesando la isla por tierra y tam- serie de islas menores desperdigadas:
bién contrarrestar cualquier movi- las Shortland, Isla del Tesoro, Vella
miento amenazador de los aliados en Lavella, Kolombangara, Nueva Georgia
la zona del Sudoeste del Pacífico. Pero y las Rusell, y después, formando co-
la seguridad de Rabaul dependía de mo una punta de flecha con Malaita,
la conservación del dominio de las Is- se encuentran Guadalcanal y San Cris-
las Salomón, que se extienden hacia tóbal. medio camino entre Guadal-
el Sudeste, formando un doble rosa- canal y Malaita está Tulagi, donde los
rio, hacia Nueva Caledonia, Fidji y Sa- japoneses tenían instalada una base de
moa. El empeño japonés por apoderar- hidros desde el mes de mayo. Los alia- A r r i b a Los primeros encuentros entre acorazados americanos y japoneses ocdrrieron
se de las Salomón fue lo que acarreó dos designaron Tulagi como el prime- en el curso de la serie de encarnizados combátes- nocturnos frente a Guadalcanal.
los seis meses de suplicio de la Cam- ro de sus objetivos, al decidirse a em- En la foto una salva del North Carolina. Abajo: El objetivo principal de los japones es
paña dc Guadalcanal. prender operaciones ofensivas en las en sus intentos de arrojar a los norteamericanos de Guadalcanal: los transportes
fondeados frente las playas de desembarco.
empecinada resistencia de la guarni-
ción de la base de hidros, pero en la
tarde del día 8 los Marines se ha-
bían establecido firmemente, tanto en
Guadalcanal como en Tulagi. La rapi-
dez y la sorpresa habían dado resul-
tado. Pero la reacción japonesa sobre-
vino como un trallazo.
En Rabaul, a 550 millas de distan-
cia, se encontraba el vicealmirante Gu-
llichi Mikawa con la 8. Flota. En cuan-
to tuvo noticias del ataque a Tulagi,
reunió inmediatamente la fuerza más
potente que pudo: los cruceros pesa-
dos Chokai Aoba Kako Kinusaga y
Furutaka los cruceros ligeros T e n r y u
y Yubari y el destructor Yunagi dispo-
niéndose a dar un contragolpe fulmi-
nante a los transportes norteamerica-
nos antes de que pudieran terminar la
descarga.
En esta primera batalla de la cam-
paña de Guadalcanal, los aliados ac-
tuaron como perfectos principiantes.
Desperdiciaron el reconocimiento sub-
marino y aéreo de gran radio de ac-
ción, que debiera haberles proporcio-
nado informes exactos de los barcos
de Mikawa, avistados los días y 8.
Los sucesivos partes de avistamiento
describieron a aquella escuadra lanza-
Vicealmirante Gunichi Mikawa: no perdió da a toda velocidad por el Slot
tiempo alguno en lanzar un contraataque -nombre dado al ancho canal que me-
a las fuerzas navales frent e Guadal- dia entre las dos cadenas de las Salo-
canal. món- como: seis buques no identi-
y
ques mayores de tipo desconocido y
tres cruceros, tres destructores y dos
Salomón. Pero cuando las fotografías buques nodriz a de hidroaviones . El
aéreas obtenidas en los vuelos de re- Comandante General de la fuerza de
conocimiento revelaron que los japo- Cobertura de Guadalcanal, vicealmi-
neses estaban construyendo un nuevo rante australiano V. A C. Crutchley, se
aeródromo en Guadalcanal, desde el había ausentado del lugar de peligro
que podrían operar sus cazas y bom- -los acces os occiden tales de Guadal -
barderos, pasó a ser de importancia canal, al Norte yo al Sur de la Isla Sa-
vital la neutralización de este último vo- para acerc arse a la playa de des-
punto. No en vano se había demos- embarco y celebrar allí una conferen-
trado en Midway el papel crucial de cia. Sus barcos estaban dispersos, al
los aeródromos insulares en la guerra Norte de Guadalcanal, navegando abu-
del Pacífico. rridos y dispuestos a pasar la noche lo
Así fue como el 7 de agosto de 1942 más cómodamente posible. Incluso,
los Infantes de Marina norteamerica- los comandantes de los cruceros ha-
nos del general Vandergrift desembar- bían llegado a acostarse. Mikawa pudo
caron en Guadalcanal, estando el ae- desencadenar su ataque sin que media-
ródromo a punto de terminarse, pero se alarma alguna.
todavía sin tropas de guarnición ni Su línea, encabezada por el Chokai
aviones, por lo que no tuvieron difi- (capitana), se lanzó por el canal ent re
cultades en la expulsión del batallón
de trabajadores japonés que construía
la pista. En Tulagi, en cambio, tuvie- .Salom6n Orientales: el Ryujo inmóvil so-
ron que combatir duramente ante la bre las aguas.
76
dejaro n inmóvil en llamas. El Chica-
go por la popa del Canberra fue al-
canzado por un torpedo en la caja de
cadenas y por un proyectil en el palo
trinquete. Sus averías no fueron gra-
ves, pero los serviolas no vieron a los
cruceros de Mikawa y su comandante
se lanzó a una caza a ciegas rumbo al
Oeste, que le alejó del combate.
Mikawa, entonces, viró a babor para
habérselas con el Grupo Norte de la
Cobertura de Guadalcanal, dividiendo
en dos su escuadra: el Tenryu Yubari
y Furutaka cerca de la isla Savo, y el
resto de los cruceros pesados en una
línea paralela, más afuera. Los cruce-
ros Quincy y Astoria fueron ilumina-
dos con proyectores y corrieron la mis-
ma suerte que el Canberra zozobran-
do y hundiéndose el Quincy seguido de
cerca por su gemelo Vincennes. En cin-
cuenta minutos, los cruceros de Mika-
wa habían barrido la cortina de pro-
tección de la flota de invasión de Gua-
dalcanal Pero entonces tomó la de-
cisión de retirarse.
Juzgada a posteriori , é sta fue una
ocasión dorada que se desperdició,
pero tal como Mikawa podía ver la
situación, su decisión fue prudente.
Si hubiera vuelto atrás para forzar un
nuevo ataque a los transportes norte-
americanos, corría el riesgo de que, la
hacerse de día, fuera sorprendido por
fuerzas enemigas de refresco -y él no
sabía ni podía saber, que se había de-
cidido retirar a la fuerza de portavio
nes del almirante Fletcher fuera del
alcance de los aviones japoneses basa-
dos en tierra-. Satisfecho de hober
obtenido una de las victorias más
aplastantes de la historia de la flota
de batalla japonesa, Mikawa ordenó la
retirada a las 22 y se lanzó de re-
greso por el Slot a trein ta nudos.
Durante la retirada, sus cruceros tro-
pezaron con el destructor de vigilancia
Ralph Talbot le propinaron una fuer-
te zurra y lo mandaron ranqueando a
Tulagi. Sin embargo, el triunfo de Mi-
kawa se vio empañado por una pérdi-
da inesperada: el K a k o fue torpedea-
do hundido al regresar a su base
por el anticuado submarino america-
no S-44 a primeras horas del 1 de
agosto.

l Enterprise encaja otro ataque de bom


barderos en picado.

8
de lucha contra averías. Por otra par- perímetro defensivo de la Infantería
soldados procedentes de Truk, ina- te, la masa de fuego antiaéreo del de Marina. El general Haykutake, ol-
gurando el primero de los viajes noc- North Carolina tuvo un valor incalcu- vidándose de la batalla le Nueva Gui-
turnos de aprovisionamiento que los lable para rechazar los ataques aéreos nea, fue desembarcado en Guadalca-
americanos bautizaron el Tokio Ex- japoneses. Abandonando a sus propias nal la noche del 9 de octubre, para
press . fuerzas por la retirada de Nagumo, Ta- tomar personalmente el mando. Se ha-
La importancia de Guadalcanal para naka intentó valerosamente desempe- bía dispuesto que la noche siguiente,
ambos bandos dio a Yamamoto espe- ñar s u misión de hacer pasar los trans- los portahidros Nissihin y Chitose con
ranzas de tener allí el éxito que se le portes, pero también él, fue rechazado seis destructores trajeran tropas de
había escapado en Midway y que le por los bombarderos en picado de la refresco y artillería pesada.
sirviera de cebo para atraer a la flo- Infantería de Marina de Guadalcanal La fuerza de aprovisionamiento iba
ta americana hacia su derrota. Ideó y las fortalezas volantes del Espíritu escoltada por la escuadra de cruce-
una acción de la Flota Combinada que Santo. ros del contralmirante Aritomo Go-
acompañaría al desembarco de otros Los japoneses reanudaron el aprovi- to: Aoba, Kinugasa y Furutaka, jun-
1.500 soldados en Guadalcanal, a car o sionamiento de sus fuerzas en Gua- tamente con los destructores Hatsu-
de Tanaka y de los destructores k l dalcanal mediante los viajes noctur- yuki y Fubuki.
Tokio Express . Los cuatro crucer os nos del Tokio Express . Los norte- Esperándolos estaba la nueva fuer-
de Mikawa los cubrirían. Nagumo, americanos consiguieron mantener la za de ataque norteamericana bajo el
con el Shokaku y el Zuikaku deberían suverioridad aérea sobre Guadalcanal contraalmirante Norman Scott, que
ocuparse de cualquier posible inter- reCurriendo a la ayuda de la fuerza había pasado las noches patrullando
vención de los portaviones norteame de portaviones, pero pagaron muy ca- Frente a la punta Noroeste de Guadal-
ricanos. El contraalmirante Abe con- ro el mantenerla en la zona. El pri- canal, el cabo Esperanza, desde el 9
taría con los acorazados Hiei y Kiri- mero en caer fue el Saratoga, torpe- de octubre. La noche del 11 Scott
shima y tres cruceros pesados para deado el 31 de agosto por el subma- formó su fuerza en línea de fila -los
el caso de una acción clásica, tan an- rino 1-26 quedando fuera de combate destructores Fahrenholt, Duncan y Laf-
siada por Yamamoto. Kondo, al man- los tre s meses siguientes. El de sep- fey, seguidos de los cruceros San Fran-
do directo de la operación, contaba tiembre, el 1-11 disparó una salva de cisco Salt Lake Cit y y en la cola
con seis cruceros y el portahidroavio- torpedos contra el Honet y el North los cruceros ligeros Boise y Helena.
nes Chitose. Por fin, la maniobra in- Carolina pero falló por muy poco. Lo mismo que Doorman antes del com-
cluia el sacrificio de una unidad para Después, el 15 de septiembre, el arma bate del Mar de Java, quería tener su
distrae r a los norteamericanos : el por- submarina japonesa obtuvo su prime- fuerza en la mano lo más posible
taviones ligero Ryujo, un crucero y dos ra víctima entre los portaviones desde -había presenciado los desastres de
destructores. Por delante de toda la la liquidación del Y o r k t o w n en Mid- isla Savo y no deseaba su repeti-
Contraalmirante Norman Scott que man. fuerza habría una línea de vigilancia way: el 1-19 echó a pique al W a s p ; ción-. Pero lo que ocu rrió en realidad
daba las fuerzas en el combate nocturno de seis submarinos. Los oponentes otros submarinos averiaron gravemen- fue una tragicomedia de despropósi-
de Cabo Esperanza. eran los portaviones americanos Sara- te al North Carolina y hudieron al tos, que privó a los norteamericanos
topa, Enterprise y Wasp, el acorazado destructor O Brien. de un triunfo tan resonante como ha-
North Carolina, nueve cruceros y vein- Las pérdidas eran muy graves, pe- bía sido para los japoneses el encuen-
Tal fue el dramático primer acto de tiún destructores. ro no impidieron que los norteameri- tro en isla Savo.
la Batalla de Guadalcanal. La Infan- El duelo de portaviones que se pro- canos siguieran aprovisionando y pro- A las 23 30 la fuerza de Goro se
tería de Marina estaba en tierra y se dujo el 24 de agosto ha recibido el tegiendo a sus hombres en Guadalca- aproximaba rápidamente, bajando en
había apoderado de la vital pista de nombre de Batalla de las Salomón nal... y que, a finales de septiembre tres columna s por el Slot , con el
despegue, pero los japoneses habían Orientales . En m uchos aspectos tuvo llegaran nuevos buques de guerra de Hatsuyuki en el ala izquierda, el Aoba,
dado las más convincentes pruebas de gran parecido a la Batalla del Mar de los Estados Unidos al Pacífico Sur. El Furutaka y Kinugasa en el centro y
Coral, de mayo anterior. Los norte- más pesado fue el acorazado Was- el Fabuki a estribor. Scott no tenía
que los americanos no se las lleva-
rían de balde. La suerte de los 17.000 americanos volvieron a dejar escapar hington -e fic az relevo del North Caro- forma de saber que mantenía un rum-
infantes de marina de Guadalcanal la presa principal y se concentraron lina-. Con él llegaron sucifientes cru- bo que pondría a la fuerza norteameri-
en el hundimiento del pequeño R y u j o . ceros y destructores para reemplazar cana en la situación táctica ideal, en
dependía de la capacidad de los japo-
De nuevo, los japoneses volvieron a re- a los que se perdieron en la isla Savo la mejor que marca la tabla: cruzan-
neses para reconstruir el dominio del
tirarse dejando a los norteamericanos y algunos más, para constituir una do la T al enemigo , pudiendo concen-
aire y de la mar en las Salomón Orien-
la ventaja estratégica. Una vez más, fuerza de bloqueo que puliera enfren- trar sus andanadas sobre los buques
tales. El general Hyakutake, del Deci- tars e con el Tokio Express antes de de cabeza japoneses, mientras éstos
moséptimo Ejército, basado en Rabaul, los japoneses sufrieron graves pérdi-
das en el aire: setenta aviones con pue pudiera abrirse paso hasta Gua- sólo podían tirar con parte de su arti-
había empezado ya a designar las tro- dalcanal. llería. A las 23 55 el radar del Helena
pas para arr oja r a los Marines de sus insustituibles tripulaciones. Pero,
En aquellos mismos días los japone- obtuvo el primer contacto con la for-
Guadalcanal. Las primeras fueron des- en esta ocasión, los norteamericanos
ses se decidieron al fin a realizar un mación japonesa.. pero transcurrie-
demostraron que algo habían apren-
.
embarcadas en Tasafaronga, al Oeste esfuerzo en gran escala para ganar la ron quince incomprensibles minutos
del perímetro de la cabeza de playa dido. El Enterprise habría sufrido
batalla terrestre de Guadalcanal, en antes de que llegara a conocimiento de
americana, el 17 de agosto, y en la no- ciertamente la suerte del Lexington
la que unos jefes japoneses excesiva- Scott. Pero, entonces, la perfecta 1í-
che del 18 seis destructores bajo el en el Mar de Coral o del Y o r k t o w n en
mente confiados, habían sufrido un re- nea de fila estaba hecha una lástima.
mando del contraalmirante Raizo Ta- Midwav, de no ser por una enor-
vés tras otro en sus ataques contra el A las 23 33 Scott creyó que había lle-
naka, bajaro n por el Slot con 1.000 me mejora en la instrucción y métolos
85
84
I

ti-

dido en Cabo Esperanza

tralizar completamente la pista aérea auxilios. En tanto duró la reparación


-ya c o n o c i d a como Henderson del Enterprise, el número de portavio-

y o k o y el aya 15 de octubre). El pléndida propina del nuevo acorazalo

ra invadir la batida posición norte- tía en el último momen to de la que

da -cinco portaviones, cu at ro acora- provech o posible. La situación tenía

8
Un torpedo bombardero aKatea en una
pasada sobre un crucero norteamericano
durante la Batalla de Santa Cruz.

de Midway: dos portavion es norteame-


ricanos frente a cuatro japoneses, una
batalla decisiva en puertas y, la suer-
te de toda la campaña del Pacífico en
la balanza. Y la propia batalla de
Santa Cruz (llamada así por el archi-
piélago que se encuentra en los confi-
nes orientales de las S alomón) se des-
arrolló el 26 de octubre de una ma-
nera muy semejante. Las fuerzas ope-
rativas norteamericanas números 16 y
17 bajo el mando del contraalmirante
Thomas B. Kinkaid, perdieron el nor-
taviones Hornet y el Enterprise que-
dó averiado de tanta gravedad que
tuvo que retirarse a Noumea a repa-
rar. Por el lado japonés, quedaron
malparados el Shokaku, Zuikaku y Zui-
ho y, los grupos aéreos de los dos por-
taviones indemnes -Hiyo y el nuevo
Junyo- sufrieron unas pérdidas tan
espantosas que la flota de Nagumo
quedó con menos de 100 aviones en
estado de servicio. Santa Cruz volvió a
neutralizar temporalmente las dos flo-
tas de portaviones enemigas y, ambos
bandos proyectaron enormes refuer-
zos, con apoyo de acorazados, que hi-
cieran inclinarse la balanza a un lado
u otro.
De ello resultaron nuevos y tremen-
dos combates nocturnos que, a falta
de mejor nombre, se han llamado Pri-
mero y Segundo Guadalcanal (ambos
acaecieron en el mismo campo de
batalla que el prim er encuentro de
la isla Savo del pasado agosto v el
lugar recibió el nombre de Ironbot-
tom So una , -rada de fondo de hie-
rro- a causa del gran núme ro de bar-
cos que allí se hudieron-. La primera
acción se desarrolló la noche del 2
de noviembre. Cinco cruceros norte-
americanos Atlanta, San Francisco,
Portland, Helena y Juneau) con ocho
destructores, se enfrentaron con dos
acorazados Hiei y Kirishima), un
crucero ligero Nagara) y seis destruc-
tores. Se reprodujeron los mismos de-
fectos que afligieron a los norteameri-
canos en la isla Savo y en cabo Es-
peranza: líneas de fila que se van de
la mano, fallos en la transmisión de

rdo Kirlsh
contactos y órdenes erróneas basadas Guadalcanai sólo las fuerzas ligeras
en defectuosas apreciaciones y, enci- japonesas mantuvieron los menguados
ma, no obedecidas. Los norteamerica- aprovisionamientos con el Tokio Ex-
nos perdieron el Juneau y los destruc- press , mandado como siempre por
tores Cushing, Laffey, Barton y Moms- Tanaka el Tenaz . Después de la reti-
sen; los japoneses, el destructor Aka- rada de la Flota Combinada de Ra-
tsuki y el acorazado Hiei que se arras- baul a Truk, ya no era posible hacer
tró fuera de combate con numerosos pasar convoyes lentos por el Slot
impactos de artillería, siendo poste- hasta Guadalcanal .. pero el 30 de no-
riormente atacado repetidamente por viembre Tanaka se hizo a la mar con
aviones norteamericanos el día 13, y ocho destructores en un valeroso in-
al final tuvo que ser hundido por su tento de desfilar frente a las playas
propia dotación. de desemabrco de Tasafaronga, lanzan-
Aún así, los japoneses se negaron a do barriles flotantes, llenos de provi-
abandonar sus intentos de aplastar siones, que pudieran ser recogidos des-
Henderson Field de nuevo, y el re- de tierra. Esperándole estaban cinco
sultado fue el Segundo Guadalcanal cruceros y seis destructores; pero, una
dos noches más tarde. En esta oca- vez más, su torpeza táctica fue cau-
sión, los norteamericanos les espera- sa de que los norteamericanos sufrie-
ban con dos acorazados Washington ran un desastre. Los destructores de
y South Dakota), mientras que los ja- Tanaka, que habían sido detectados
poneses no tenían más que el Kirishi- por el radar, pudieron ser atacados
ma, tras la pérdida del Hiei. Pero los fácilmente mientras estaban ocupados
dos acorazados norteamericanos no te- lanzando sus barriles de aprovisiona-
nían más apoyo que cuatro destructo- miento. En lugar de eso, la línea ame-
res, mientras que los japoneses con- ricana abrió el fuego y reveló su po-
taban con el Atago, Takao, Nagara, sición por los fogonazos de su artille-
Sendai (cruce ros) y nueve destructo- ría, en vista de lo cual, Tanaka hizo
res. En este segundo caótico y encar- caer simultáneamente a sus destructo-
nizado encuentro, los japoneses per- res como a un pelotón de soldados en
dieron el Kirishima y el destructor el campo de instrucción y desencade-
Ayanami a cambio de los destructores nó un devastador ataque con torpedos
norteamericanos Walke, Preston y Ben- Long Lance , que echaron a pique al
ham. Northampton y dejaron listos para
Por muy soberbia que hubiera sido entrar en astilleros al Pensacola, Min-
su actuación en todas y cada una de neapolis y New Orleans. Los destruc-
las acciones empeñadas desde la inicia- tores de Tanaka se lanzaron por el
ción de la campaña, la flota de com- Slot , sin más p érdidas que l a del
bate del Japón no podía hacer nada Takanami, destrozado por el fuego
más para oponerse a la marea en Gua- de artillería y hundiéndose.
dalcanal. Las pérdidas acumuladas de Tassafaronga fue el último triunfo
los últimos tres meses y medio ha- japonés en la Campaña de Guadalca-
bían sido excesivas. La flota de porta- nal, pero como todo el resto de sus
viones japonesa volvía a esta r reduci- éxitos tácticos fue una futil victoria.
da a la impotencia. Las pérdidas tota- A fines de diciembre de 1942, los ja-
les de acorazados representaban la poneses se dieron cuenta de que ya
desaparición de una flota entera de no era posible recuperar Guadalcanal.
tiempo de paz. El Decimoséptimo Ejér- Entonces, la misión del Tokio Ex-
cito de Hyakutake no había abando- press cambió radicalmente: evacuar
nado todavía su empeño en busca de los detrictos humanos a que se había
la victoria en Guadalcanal, pero al quedado reducilo el Ejército de Hya-
no poder garantizar la Flota Combina- kutake superviviente de aquella campa-
da la supremacía en los accesos ma- ña infernal. Los tres últimos viajes
rítimos de la isla en las horas diur- del Tokio Express tuvieron lugar en
nas, las tropas japonesas estaban en enero de 943 y en ellos evacuaron de
idéntica postura que el Sexto Ejército Guadalcanal 12.000 hombres. El 9 de
alemán en la bolsa de Stalingrado; febrero había terminado la evacuación.
clavadas al terreno, con su línea de Había cesado el suplicio de Guadal-
aprovisionamiento cortada y condena- canal.
das a la asfixia.
Después del Primer y Segundo

90
De tructor clase Fubuiki. Este t ipo de bu iorma para todos 1os des
,
cualquier m
.
.
tructores siguientes desde su entrada en s e r v i ci o en i ~ z o a u . n su tiempo su1peraron
:m-
=A m uco
he*.
e n e l mundo. Desplaza miento: 2.090 tor~ n l z r l a c
ora total: 118 metros. Manga: 10,40 metros. Calado: 3 metros . Vc niáxima:
nudos. Armamento: Seis cañones de 6 pulgadas 12 cañones de 13 mm. nueve
10s de lanzar de 24 pulgadas. Dotación: 197.

El Chokai uno de los poderosos cruceros pesados reconocidos fácil ment e por su
amazacotirda superestructura acorazada del puente. El Chocai fue la capitana de Mi-
kawa en el primer combate de Guadalcanal. Desplazamiento: 13.160 toneladas. Eslora:
202 metros. Manga: 10,70 metros. Calado: 6,4O metros. Velocidad máxima: 34 nudos.
Armamento: Diez de 8 pulgadas ocho de 5 pulgadas A/A, ocho de 25 mm A, A.
tubos de lanzar e 24 pulgadas; tres aviones. Dotación: 773.
El Yamato uno de los dos acorazados más poderosos construidos por cu alquie r po-
tencia naval. Con su gemelo el Musashi fueron clasificados como superac coraza dos
cuya artillería principal disparaba una andanada con un peso de proyectiles enorme.
Pero demostraron ser tan anticuados como un fósil en la era de los modernos ataques
con aviones de los portaviones. Desplazamiento: 71.659 toneladas a plena cargz.
Eslora: 268 me tr os entre perpen dicul ares. Mcanga: 39 metros. Calado: 10,65 metros
Velocidad: 27 nudos. Coraza: Cintura principal de 40,6 cm.; cubierta 17,8 cm.;
torres de 5 0 a 63 cm. Armamento: Nueve de 18 pulgadas doce de 6 , l pulgadas; doce
de 5 pulgadas A / A , catorce de 13 mm.; seis aviones. Dotación: 2.500.

El Ise en su aspecto anterior a la conversión en a corazado-portaviones. Con su ge-


melo el Yamashiro fueron puestos en grada durante la Primera Guerra Mundial. Al
entrar en servicio fueron de los acorazados más potentes del mundo. Desplazamiento:
35.800 toneladas. Eslora total: 215 metros. Manga: 33 metros. Calado: metros.
Velocidad: 25 nudos Coraza: Cintura principal 20 a 30 cm.; torres 20 a 30 cm.;
cubierta 4,4 a 6,35 cm. Armamento: Doce de 14 pulgadas dieciséis de 5,5 pulgadas
A/A veinte de 25 mm. A / A ; tres aviones. Dotación: 1.376.
El Shokaku. Con su gemelo el Zuikaku fueron construidos en abierto desafio al tratado
de limitación de armamentos navales. Formaron la división puntera de portaviones de
la Flota Combinada japonesa. Vete ranos del ataque a Pearl Harbour en dic iemb re
de 1941 escaparon de la catástrofe de Midway a causa de los daños que habían reci-
bido en el comba te del Mar de Coral. Desplazamiento: 25.657 toneladas. Eslora total:
269 metros. Manga: 26 metros. Calado: 8 8 metros. Velocidad: 34 nudos. Armamento:
Quince de 5 pulgadas treinta seis de 25 mm.; 85 aviones. Dotación: 1.660.

El Kaga uno de los dos ~ancian osnde la flota de portaviones japonesa. Como su
gemelo e l Akagi nacieron como cascos de acorazado pero fueron transformados en
portaviones después del Tratado Naval de Washington. Desplazamiento: 38.200 tone-
ladas. Eslora total: 246 metros. Manga: 33 metros. Calado: metros. Velocidad: 28l/1
nudos. Armamento: Diez de 8 pulgadas dieciséis de 5 pulgadas veintidós de 5 mm
A A ; 90 aviones. Dotación: 2.019.
En los doce meses que siguieron a la lantes en vanguardia, machacaron a
pérdida de Guadalcanal por los japone- los barcos japoneses. E n el transcur-
ses, la actividad en la Guerra del Pa- so de un día y medio, hundieron to-
cífico quedó reducida al forcejeo por dos los transpor tes sin dejar uno y
las Salomón. El objetivo aliado era cuatr o de los destructor es.
comuleio: ir avanzando uor las Salo- El euisodio ha recibido el nombre
m ón desde Guadalcanal; &lar Rabaul de ~a ta ll a del Mar de Bismarck ,
y, limpiar Nueva Guinea de japoneses aunque a fin de cuentas no fuera más
antes de lanzarse sobre Filipinas. El que un ejercicio de bombardeo real
de los japoneses, en cambio, era sim- sobre blancos vivientes, que ponían de
ple, detener a los norteamericanos en manifiesto la vulnerabilidad de los
la línea de Pleamar alcanzad a en ve- barcos a los ataques aéreos. Los bom-
rano de 1942 si es que había de man- barderos lograron un gran éxito con la
tenerse la integridal del perímetro d e táctica de bombaredo de rebote
Un crucero norteamericano bombardea la fensivo. skipbombing), consistente en volar
isla de Buka la víspera e la Batalla de la Los saltos de rana de la isla, era a baja altura y hacer que la bom-
bahía de la Emwratriz Augusta una idea muy conocida por el Alto Man- ba diera en el costado de los buques
do japonés, que la había empleado en después de rebotar sobre el agua.
su conqui sta del Area Sur . Pero aho- La reacción de Yamamoto fue com-
ra eran ellos los que sufrían aquella batir el fuego con fuego. Pensó que si
táctica y no tenían el tiempo a su fa- los norteamericanos podían paralizar
vor. A medida que iban transcurrien- el tráfico japones con su potencial
do los meses los americanos reforza- aéreo, los japoneses deb ían emplear
ban su poderío naval y anfibio con su propia fuerza aérea en el Pacífico
más barcos, más aviones y más hom- Sudoeste para impedir la consolida-
bres. Era la desastrosa realización de ción naval en las Salomón Orientales
la pesadilla del almirante Yamamoto. y en Nueva Guinea. Yamamoto llegó a
Habían sido desoídas sus advertencias Rabaul el 3 de abril, en vuelo desde
sobre la capacidad de resistencia, la Truk, para tomar personalmente el
energía v los recursos de los norteame- mando de la nueva ofensiva relámpago
ricanos y ahora era él quien estaba aérea japonesa, la Operación I- GO ,
obligado a hacer todo lo posible pa- desencadenada el 7 de abril.
ra detener el chaparrón que se le ve- Con el fin de nutrir las filas de la
nía encima. arma da aérea de la Operación I-GO ,
Yamamoto tuvo que pensar en lo Yamamoto sacó 15 aviones de los por-
apremiante de la situación al tomar taviones de Nagumo, a los que hizo ope-
las tropas norteamericanas las islas rar desde bases terrestres durante to-
Rusell, sesenta millas más cerca de Ra- da la operación. Tuvo así a su disposi-
baul, el día 21 de febrero, cuando to- ción más de 300 cazas, bombarderos
davía no había transcurrido una quin- en picado y bombarderos torpederos.
cena de la ocupación de Guadalcanal. Guadalcanal sufrió un raid el 7 de
Temiendo que aquel movimiento anun- abril; la bahía de Oro, en Nueva Gui-
ciara un avance en tenaza simultáneo nea, el 11; Port-Moresby, el 12 y Mil-
por Guadalcanal y Nueva Guinea, de- ne Bay, en el extremo Oriente de Nue-
cidió asegurar el frente más próximo va Guinea, el día 14. En el cuartel ge-
a Rabaul y reforzar las tropas de Nue- neral de Yamaomto se acumularon re-
va Guinea. Yamamoto ordenó desde confortan tes mensajes: se daba cuen-
su base de Truk, al vicealmirante Ja- ta del hundimiento de un crucero, dos
nichi Kusaka, Comandante General de destructores y veinticinco transpor-
la Flota de la Zona Sudeste en Rabaul, tes, sin mencionar el derribo de 134
que enviara lo más pronto posible re- aviones aliados. Los partes presenta-
fuerzos a Nueva Guinea. dos a Yamamoto estaban enormemen-
El último día de febrero estaba lis- te exagerados. Las pérdidas aliadas
to el convoy de siete transportes y no fueron más que un destructor, una
un carbonero, con 7.000 soldados a corbeta, un petrolero de escuadra, dos
bordo y una escolta de ocho destructo- mercantes y menos de veinte aviones.
res. Se hizo a la mar el 1 de marzo La proporción de aviones destruidos
y entró en el mar de Bismarck por era desfavorable por tres a uno a los
el estrecho de Vitiaz, rumbo al desas- norteamericanos. Fue un Yamamoto
tre. Repetidos ataques aéreos, inicia- totalmente engañado el que ordenó
dos el 2 de marzo, con Fortalezas Vo susp ende r la Operación I-GO el 16
cada vez mayores aeródromos japone- La batalla de las Salomón centrales
Arriba, izquierda: El almirante Mineichi Koga que sucedió a Yamamoto como Coman- ses de Munda (Nueva Georgia) y Vila empezó con el desembarco en Nueva
dante en Jefe de la Flota Combinada. Arriba, derecha: El derrelicto del Nagatsuki. (Kolombangara) fueron repetidamen- Georgia de los Raiders de Infante-
que varó en Kolombangara durante el combate del Golfo de Kula la noche del 5 al te bombardeados y cañoneados día y ría de Marina de Currin, el día 21 de
6 de julio de 1943 Abajo: Fortalezas volantes en ruta para un ataque más contra el noche. Y desde el principio mismo, los junio. El 2 de julio, los norteamerica-
trafico de buques japoneses que operaba desde la base naval principal de Rabaul. norteamericanos tuvieron que enfren- nos tenían el pie sólidamente asen-
tarse con un conocido enemigo: el tado en tierra y estaba perfectamente
Tokio Express . claro que no sería fácil despojarles.
El 6 de marzo, una fuerza de bom- Y lo mismo que en Guadalcanal, las
bardeo de tres cruceros norteamerica- fuerzas navales japonesas reacciona4
nos con tres destructores, navegaba ron prontamente ante la nueva ame-
hacia Vila para cañonearla, cuando sus naza.
radares detectaron los ecos de dos El día 5 de julio, los japoneses rea-
barcos. Eran los destructores Mura- lizaron su primer intento en gran es-
s a m e y Minegumo que habían Ileva- cala de reforzar la guarnición de Ko-
do aprovisionamiento a Vila. Los nor- lombangara, desde la iniciación de la
teamericanos demostraron entonces lo campaña. El contraalmirante Temo
que habían aprendido de sus errores Akiyama se metió en el Slot cbn una
en los combates de Guadalcanal. El escuadrilla de combate de tres des-
fuego de artillería de los cruceros y tructores Niizuki Tanikaze y Suzuka-
los torpederos de los destructores, di- ze. Con ella daba escolta a otros siete
rigidos por radar hundieron los dos destructores, abarrotados de tropas
destructores japoneses en cosa de mi- aprovisionamientos. Los destructores
nutos. Las incursiones noc turnas ja- de transporte estaban agrupados en
ponesas s ufie ron luego má s pérdidas dos destacamentos de tres y cuatro
a causa de campos de minas astuta- unidades, siendo el plan de Akiyama
mente fondeados en las derrotas fa- destacarlos por separado durante una
voritas del Tokio Express , qu e se incursión de entrada y salida en el
apuntaron el hundimiento de los des- golfo de Kula que se extiende entre
tructores Oyashio Kuroshio y Kagero KoIombangara y Nueva Georgia. Pe-
en la noche del 7 de mayo. ro los norteamericanos, lo mismo que

1 3
ki y Satsuki- quedaron bajo el inten- ke. Las dos fuerzas se precipitaron
so fuego de los cruceros americanos una contra otra a una velocidad rela-
que les cruzaban la T . S in embargo, tiva de más de cincuenta y siete nu-
los cuatro se las arreglaron para rom- dos; a las 01,08 los destructores japo-
per el contacto hacia el Sur, y los neses lanzaron sus Long Lances , se-
cuatro desempeñaron con éxito su guidos por los norteamericanos, que
misión de desembarcar con gran se- lanzaron sus torpedos un minuto des-
renidad. Prosiguieron las escaramuzas pués. Y entonces, a las 01,12, los cru-
en la madrugada del día 6, pero todos ceros de Ainsworth abrieron fuego.
los destructores japoneses consiguie- Fue una repetición de lo ocurrido en
ron esc apar por el Slot , salvo el el nolfo de Kula. En los radares nor-
Niizuki y el Nagatsuki que vararon en teamericanos sobresalía un eco sobre
la costa después de desembarcar sus todos los demás - e l que daba la ma-
tropas, debiendo ser abandonados. Fue yor silueta del Jintsu- y todos los
una brillante hazaña del arma de des- cruceros norteamericanos dispararon
tructores de la Flota de combate ja- sobre él, reduciéndolo a un casco in-
ponesa: una indudable victoria táctica defenso en menos de cinco minutos.
frente a fuerzas muy superiores, en la Cuando Ainsworth ordenó a sus bu-
que la misión de aprovisionamiento ques invertir el rumbo arrumbar al
fue cumplida de acuerdo con los Nordeste, uno de los Lang Lances
planes. alcanzó y averió al Leander más len-
Una semana después, los japoneses to en el giro, obligándole a regresar
realizaron un segundo intento de re- a Tulagi escoltado por dos destructo-
fuerzo de Kolombangara. Esta vez la res. El Jintsu destrozado e inmóvil,
fuerza consistía en cuatro destructo- siguió sufriendo el impacto de más
res transportes, escoltados por otros torpelos y cañonazos hasta que, por
cinco destructores: Mikazuki Yukika- fin, se hundió a las 01,45. Eentre tan-
ze Hamakaze Kiyinami y Yugure. Iba to, los destructores japoneses super-
con ellos el crucero ligero Jintsu que vivientes, habían virad o hacia el No-
había sido insignia de Tanaka y aho- roeste para recargar sus tubos de
El último empujón de la campaña de las tructores de transporte. Sin dudarlo
ra lo era del contraalmirante Shunji lanzar antes de volver al combate, y
Salomón: los «U S Marinesn desembarcan un momento, el almirante japonés los
Izaki. Ainsworth los estaba esperando Ainsworth se lanzó en su persecución.
en Bougainville mandó volver y se dirigió al ataque
con sus tres destructores no cargados. con el Honululu St. Louis y el crucero En el segundo encuentro de las dos
neozelandés Leander más dos escua- fuerzas en la Batalla de Kolombanga-
en Guadalcanal. supieron en seguida había de muy drillas de destructores formadas por ra, ambos bandos jugaron sus carta s
cara
que los japoneses Se estaban aproxi- nueve barcos. A las 00,36 del 13 de ju- con un minuto de diferencia, dispa-
mando por el Slot , y el contraalmi- Al cabo de diecisiete minutos de pre- lio, fue localizada la fuerza de Izaki ran do los japoneses s u segunda salva
rante Ainsworth se dirigió a intercep- ciso punteo, los cruceros norteameri- por un Catalina en vuelo nocturno. de torpedos a las 02,05 y virando los
tarles con los cruceros con artillería de canos a brier on el fuego todos a la Esta vez, sin embargo, los iaponeses norteamericanos para entablar la ac-
seis pulgadas Honolulu Helena y St. vez, a las 01,57
... pero apuntaron todos contaban con una ventaja más. Se ha- ción artillera un minuto demasiado
Louis y cuatro destructores. al barco de cabeza, el Niizuki de Aki- bía montado en el Jintsu un aparato tarde. Tanto el St. Louis como el e
Los destructores de Akiyama ejecu- yama. El Niizuki fue machacado hasta detector de emisiones radar que per- nolulu fueron alcanzados por torpe-
taron la primera pasada hacia el in- su destrucción, y Akiyama murió, pe- mitió a Izaki puntear la derrota bási- d os e n l a a m u ra - e l Honolulu tan
terior del golfo de Kula, según lo pla- ro los Tanikaze y Suzukaze sin ser ca de la fuerza aliada evitando caer gravemente que tuvieron que ampu-
neado y el primer grupo de tres des- molestados, lanzaron metódicamente en una emboscada-radar. tarle después la proa mientras lo man-
tructores de transporte se dirigió a su salva combinada de dieciséis torpe- Poco después de media noche, Iza- tenían adrizado con gabarras atraca-
descargar en el fondo del golfo. A las dos Long Lance al espléndi do blan- ke envió sus cuatro destructores trans- das a su costado-. El destruct or nor-
00,18 del 6 de julio, Akiyama invirti6 co que ofrecía la perfecta línea nor- portes a desembarcar su carga frente teamericano Gwin fue volado y de
el rumbo para la corrida final hacia teamericana, y rompieron enseguida a la costa Oeste de Kolombagara nuevo, los destructores japoneses es-
el Norte ... pero la fuerza de Ains- el contacto hacia el Oeste. A las 02,24, él se quedó para entablar combate caparon sin un rasguño habiendo
worth cruzaba la boca del golfo con tres torpedos estallaron en el Helena con la fuerza aliada que tenía enfren- cumplido su misión.
rumbo Oeste para cortarles el paso. volándole la proa y echándole a pique te. Era una situación tensa. Ainsworth Pero la batalla en tierra de las Sa-
A las 01.40. los buaues de Akivama en seis minutos. detectó primero a los japoneses a las lomón Centrales estaba resultando un
fueron detec tados poE los rada re s nor- Entre tanto, los cuatro destructores 01,00, pero estaba decidido a no en- calco de la campaña de Guadalcanal.
teamericanos y la fuerza Ainsworth de transportes que Akiyama había tablar la acción hasta que sus des- A pesar de toda la valentía y la ha-
alteró el rumbo para acortar distan- mandado regresar unos minutos an- tructores estuvieran al alcance de lan- bilidad profesional de las fuerzas na-
cias. Siete minutos después, sin em- tes de su muerte, navegaban hacia el zamiento de torpedos. No obstante, vales que se jugaban el tipo en el
bargo, sus buques fueron avistados Norte a meterse en la lucha, siendo tenía los cañones de mayor alcance Slot , no se podían transportar su-
por los serviolas japoneses, justo en atacados por la ya desorganizada fuer- v hubiera podido abrir el fuego antes ficientes refuerzos ni provisiones para
cl momento en que Akiyama acababa za norteamericana. Los cuatro destruc- de quedar dentro del radio de acción contener el avance implacable de las
de despachar sus cuatro últimos des- tores -Amagiri Hatsuyuki Nagatsu- de los torpedos Long Lance de Iza- fuerzas norteamericanas. El último de
los grandes ataq ues japoneses en Nue- dida por dos operaciones de diversión
va Georgia fue rechazado el 17 de ju- en la sema na anterior: la Goodtime ,
lio; trayendo los norteamericanos cua- de ocupación de las islas Mono y Stir-
tro nuevos regimientos en la semana ling. en las islas del Tesoro. el 27 de
siguiente e iniciando su avance dcfini- ocGbre, y la operación ~li ssf ul , de
tivo sobre Munda. El 5 de agosto se desembarco en Choiseul. cruzando el \

había abierto paso hacia el aeródromo Slot , el día 28. ~inalmente, l ama-
y la batalla se habían transformado en necer el 1: de noviembre, tuvo lugar
una serie de operaciones de limpieza. la Cherryblossom , el desem barc o de
En tal día, el Cuartel General japonés la 3. División de Marines en la bahía
de Bougainville, designó ya tarde dos de la Emperatriz Augusta, de Bougain-
batallones para su transporte inmediato ville. A vesar de la obstinada resis-
a Kolombangara. Para llevar a las tro- tencia, 16s desembarcos iniciales pro-
pas se designó otro Tokio Express porcionaron una cabeza de playa, pe-
de cuatro destructores: Shigure Hagi- ro la noche llegó antes de que la flota
kaze Arashi y Kawakaze. de invasión hubiera podido terminar la
En esta ocasión, los aliados no te- descarga. Y abriéndose paso proa a
nían cruceros disponibles, por lo que la mar, decidido a destrozar los trans-
la fuerza que se puso al acecho del portes norteamericanos mientras per-
Tokio Express en el golfo de Vela, manecían al ancla en la bahía de la
entre Kolombangara y Vella Lavella, Emperatriz Augusta, se acercaba el
consistió en seis destructores, en dos contraalmirante Sentaro Omori, con
secciones de tres, bajo el mando del dos cruceros pesados, dos ligeros y
capitán de fragata F. Moosbruger. Se seis destructores.
logró contacto radar con los cuatro Cubriendo l fuerza de invasión en
destructores japoneses a las 2 3 2 3 del la bahía de la Emperatriz Augusta se
día 6, y los destructores de Moosbru- encontraba el contraalmirante A. S. a Omori del peligro que corría. Omo- Buques de desembarco para carros traen
ger se prepararon para lanzarse al ata- Merrill con cuatro cruceros nuevos ri no tardó nada en formar en línea refuerzos para la cabeza de playa norte-
que torpedero por secciones. Por vez con artillería de seis pulgadas: Mont- de fila desplegando sobre su colum- americana de Bougainville en la bahía de
primera, el arma de destructores nor- pelier Cleveland Columbia y Denver. na de estribor, pero en cuanto los cru- la Emperatriz Augusta.
teamericana estuvo a la altura de sus Su cortina de destructores consistía ceros norteamericanos se dieron cuen-
rivales japoneses, permaneciendo pe- en dos escaudrillas de cuatro. Merrill ta de este movimiento en las -anta'llas
gados a tierra y cogiendo completa- desplegó sus barcos con un amplio de sus radares, abrieron el fuego. Lo En la bahía de la Emperatriz Au-
mente por sorpresa a los barcos ja- arco cerrando la boca de la bahía, mismo que en Kula y Kolombangara, gusta se produjo el último intento de
poneses con una salva de torpedos con los cruceros en medio y los des- eligieron como blanco el eco más claro la Flota Japonesa de hacer cambiar
bien dirigida.. tructores por proa y popa de aqué- de la pantalla, tocándole esta vez al la corriente de marea en el Pacífico
El Kawakaze Arashi y Hagikaze fue- llos. Omori, por su parte, adoptó la atraer el fuego de los cañones Sudoeste. A los norteamericanos les
ron alcanzados y rematados con arti- formación en tres columnas empleada de seis pulgadas. En pocos minutos esperaban meses de rudo combate
llería. Sólo se salvó el Shigure que por el desafortunado Goto en cabo quedó convertido en un derrelicto en frente a Bougainville, que no cayó has-
rompió el contacto a toda fuerza pa- Esperanza hacía más de un año. El llamas. Dos de sus destructores, el ta enero de 1944. Para entonces habían
ra librarse del desastre, porque los guía de babor era el al que se- Samidare y el Shiratsuyu se aborda- cruzado ya el estrecho de Vitaiz y
tres destructores hundidos eran los guían los destructores Shigure Sami- ron malamente cuando trataban de li- desembarcado en el cabo Gloucester
que transpo rtaban a las tropas; arras- dare y Shiratsuyu. Los cruceros pesa- brar al crucero y el tercero, el Slzi- de Nueva Bretaña, cercando a Rabaul
trando al fondo más de 1.500 solda- dos Myoko Haguro iban en el cen- gure cayó al Sur para incorporarse a por el Oeste. En febrero y marzo de
dos al hundirse. Fue el desastre que tro; el otr o crucero ligero, el Agano Omori. 1944, los desembarcos en Manus en las
coronó el esfuerzo de los japoneses estaba a estribor con los destructores Tampoco le fueron del todo bien las islas del Almirantazgo y en Emirau
para contener a los norteamericanos Naganami Hatsukaze y Wakatsuki. El cosas a la columna de estribor japo- del grupo de St. Matthias, cerraron
en las Salomón Centrales. Entre el 20 día 2 de noviembre, a las 02,30, apa- nesa. El Hatsukaze al zigzaguear vio- las pinzas de la tenaza tras el bastión
y el 22 fueron avacuadas de Nueva Gui- reció el primer contacto en las panta- lentamente para evitar e l orrente de Sudoccidental japonés de Rabaul, qu e
nea las últimas fuerzas japonesas y llas de radar norteamericanas. Era la proyectiles norteamericanos, fue abor- pudo ser dejado tranquilamente si-
trasladadas a Kolombangara para re- columna de babor japonesa, el Sendai dado por Myoke perdió un gran pe- tiado para que se pudriera en la ra-
forzar la guarnición. Pero no era Ko y sus tres destructores que, también dazo de la proa y se vio obligado' a ma .
lombangara el siguiente objetivo de fueron los primeros en avistar a la permanecer al garete fuera del com- Con ello había empezado la lucha en
Mac Arthur y de Halsey, comandante línea de Merrill. bate lo mejor que pudo. A las 03,37 el Pacífico Central.
en Jefe del Pacífico Sudoeste. Tenían Merrill hubiera deseado aguantar el Omori había recibido lo suyo y rom-
la vista puesta en Bougainville, puerta fuego de sus cruceros hasta que sus pió el contacto hacia el Noroeste, de-
de Rabaul. destructores tuvieran ocasión de ata- jando abandonados a su suerte al Sen-
En septiembre de 1942 se vio cómo car con torpedos a gran distancia, pe- dai y al Hatsukaze. La incursión japo-
daban fruto los planes aliados. La ba- ro se lo impidió un avión de explo- nesa había sido un fracaso completo:
jada hacia Boungainville, prevista para ración japonés, que lanzó una ben- no se perdió ningún barco norteame-
el primero de noviembre, fue prece- gala iluminante a las 02,46, alertando ricano.
106
Los reveses sufridos por los japoneses la calidad de la enseñanza en 1943:
en las Salomón y el aislamiento de la "¡Todo eran prisas Nos mandaban

emasiado
importantísima base de Rabaul, re- que sacáramos los alumnos como fue-
presentan por sí mismos un hito en la ra, que olvidáramos todo lo que no
guerra y son, por lo tanto, los comien- fuera mantenerse en el aire, disparar
zos de 1944 un momento apropiado y.. fuera. Uno a uno, o en grupos de
para revistar el estado de la Flota Im- dos o tres, los aviones de adiestra-
perial. ¿Qué fuerza combativa queda- miento se estampaban contra el s u e

on
ba a los japoneses tras las batallas lo y se desplomaban salvajemente en
del Mar de Coral, Midway, Guadalca- el aire. Durante largos v tediosos me-
nal y las Salomón? ¿A cuánto ascen- ses tra té de formar-aviadores de caza
dían, en realidad, sus pérdidas? ~Cuá- con los muchachos que nos confiaban
les era n las posibilidades de reponer- en Omura. Era una labor desesperan-
las? te e inútil. Nos faltaban medios, la
Antes de nada es preciso fijarse en demanda era excesiva y los alumnos,
lo que constituye la clave de la guerra demasiados."
del Pacífico: el poder aéreo y los r e Los que sobrevivieron a aquellos mé-
cursos que lo nutren: hombres, avio- todos draconianos -y fuero n centena-
nes y portaviones. En todo, el Japón. res los que perecieron- eran lanzados
había sufrido hasta enero de 1944 pér- al combate en aviones anticuados, sin
didas terroríficas e irreparables. la pericia necesaria para sacar parti-
Por lo que a aviones se refiere, se- do de ellos. debían enfren tarse con
guían dependiendo de los mismos ti- los Hellcats, Avengers, Lightnings, Cor-
pos que tan buenos resultados les ha- sairs, todos ellos más grandes y re-
bían dado en 1941-42: el bombardeo sistentes, más veloces y con más po-
en picado Val de tren de aterrizaje tencia de fuego y con un blindaje ma-
fijo; el bombardero-torpedero Kate, yor. Era un maligno y mortífero círcu-
el legendario caza Zero. La persis- lo vicioso y, sin embargo, a la avia-
tencia en aferrarse a aquellos aviones ción de la marina y del Ejército nunca
anticuados se debía a las mismas cau- le faltaron reclutas. Pero lo que se
sas y razones por las que los alemanes necesitaba eran supervivientes: hom-
siguieron fabricando en serie carros bres que pudieran vivir lo suficiente
para aprender su oficio y enseñárselo
Buen ejemplo es el caso de los Zero, a otros.
con la baratura de su construcción, Por si no fuera de por si bastante
con gran parte de su estructura de mala la crisis de aviones y pilotos, la
madera, pero que en manos de un pi- flota de batalla japonesa padecía una
loto veterano todavía era un formida- terrible escasez de esos pilares de la
ble enemigo en el año de 1944. guerra del Pacífico, los portaviones.
Lo malo es que en 1944 ya casi no El Shoho (11.262 toneladas, 30 avio-
quedaban pilotos veteranos. nes) se había perdido en el Mar de
A finales de 1943 se habían perdido Coral, el Kaga (38.200 toneladas, 90
7.168 pilotos y tripulantes y 7.096 apa- aviones), el Akagi (36.500 toneladas,
ratos, entre aviones de caza, de ata- 91 aviones), el Hiryu (17.300 toneladas,
que embarcados, de ataque desde tie- 73 aviones) y el Soryu (15.900 tonela-
rra, hidros de caza y otros tipos de das, 73 aviones), habían sido sacrifi-
hidroaviones. La calidad del adiestra- cados en la Batalla de las Salomón
miento era casi nula a causa de las Orientales y, otro portaviones, el Chu-
insaciables demandas de nuevos pilo- yo (17.830 tonel ada s, 27 avio nes), ha-
tos. Sab uro Sakai, as japonés, piloto bía sido torpedeado y hundido en 1943
de Zero, destinado en Omura, Japón, por el submarino norteamericano Sail-
como instructor, convaleciente de gra- fish.
ves heridas en la cabeza sufridas en En enero de 1944, a la Flota Com-
Guadalcanal, cuenta lo siguiente a pro- binada le quedaba el portaviones de
pósito de la pavorosa degradación de adiestramiento Hosho (7.470 toneladas,
21 aviones) , los Shokaku y Zuikaku
(25.675 tone ladas , 84 aviones ), el Unyo
El submarino americano Nautilus echa a (17.830 tone ladas , 27 avione s), el Zui-
pique al destructor Yamakaze otra pieza ho (11.262 tonel ada s, 30 aviones-, los
cobrada por el arma submarina narteame Taiyo Hiyo y Junyo (24.140 toneladas,
ricana. 53 aviones ), el Ryuho (13.360 toneladas,
Arriba Los siempre listos y fieles guardianes de las fuerzas de portaviones japoneses
los caza Zero Abajo el bombardero en picado Val y... Derecha El totpedo-bom-
bardero nKatem.

31 aviones), los Chitose y Chiyoda


11.190 tonela das, 30 av iones), el Kai-
yo 13.600 toneladas, 24 avione s) y el
Shinyo 17.500 toneladas, 33 aviones).
Continuaba la construcción del gigan-
tesco Shinano 64.800 toneladas, 47
aviones), que se había iniciado como
tercero de los superacorazados de la
clase Yamato pero que después de
Midway se había ordenado transfor-
marlo en portaviones y también el
Taiho 29.300 toneladas, 53 aviones).
Estos trece buques podían llevar,
entre todos, una fuerza de 525 aviones,
pero nunca llegaron ni a acercarse a
esta cifra. Tan sólo en la Campaña de
las Salomón, la superioridad norte-
americana sobre los japoneses fue de
de 100 aviones contra 30. La causa pri-
mordial eran las dificultades de fabri-
cación. Mientras los Estados Unidos
produjeron unos 90.000 aviones de com-
bate en 1943, los japoneses quedaron
a u y por deba jo de 20.000. Pe ro aún
más grave fue que, mientras que los
grupos aéreos de los portaviones ja-
poneses estaban siempre miserable-
mente por debajo de su plantilla, las
fuerzas de portaviones norteamerica-
nas, en continuo crecimiento, estaban
perfectamente cubiertas y todavía les
sobraba. Para dar algunos ejemplos:
el Saratoga 33.000 toneladas) tenía
90 aviones; el Enterprise 19.900 tone-
ladas) tenía 100, lo mismo que los
portavione s de 27.100 toneladas de l a
clase Essex. En cuanto a las docenas
de portaviones ligeros de escolta que
entaraban en servicio en la Flota Nor-
teamericana del Pacífico, la mayoría
tenía a bordo tantos aviones como sus
adversa rios japoneses de mayor tone-
laje: la clase Bogue tenía 21, la clase
Sangarnon 34 los Casablanca 28.
Los días de plenitud de la espléndi-
da fuerza de portaviones de Nagumo,
que se llevó por delante todo lo que
osó oponerse a av aii ~e , abían pa-
Arriba: El sado a la historia. En enero de 1944,
nboscada a gran d n la que la flota japonesa de batalla había
murió Yau :Ilcat. Derecha: Un mbardero quedado privada de su vital cobertu-
Avenger.
ra aérea había quedado tan indefen-
sa como un caracol fuera de su con-
Dos víctimas del submarino norteamericano S e a l Da Un buque de vigilancia
japon6s Abajo y un mercante. Arriba y abajo ite japonesa fue destruida por submarinos
norteamericano
cha, frente a los ataques aéreos alia- razado . Sin embargo, en enero de
dos. 1944, la flota de batalla japonesa, aun-
Tampoco tardarían en llegar los días que muy disminuida en comparación
en los que los movimientos de la flota con su entidad anterior, todavía con-
se viran cortapisados por la falta de servaba una ilusión de potencia. Las
petróleo. El problema tenía dos as- teorías de Yamamoto aún mantenían
pectos. En primer lugar, los pozos y su popularidad y se seguía soñando
refinerí as conquis tados en el Area en una Jutlandia del Pacífico -un en-
Sur en 1941-42, fuero n totalm ente des- cuentro decisivo en el que, de alguna
truidas por sus antiguos propietarios manera, pudiera ser reducida a la na-
antes de la llegada de los japoneses y da la aplastante superioridad aérea de
el tiempo necesario para reparar los los norteamericanos-. Estaba n muy
daños fue mucho mayor de lo previsto. cerca los tiempos en que se emplea-
En segundo lugar, la diminuta flota rían portaviones sin aviones como ce-
japonesa era totalmente incapaz de bo para inducir a sus semejantes nor-
transportar lo necesario para el con- teamericanos a alejarse de sus propios
sumo. Enteramente aparte de otras buques artilleros y proporcionar así
consideraciones, los stocks japoneses una ocasión a los acorazados japone-
de petróleo habían descendido desde ses. Porque, a pesar de todas las pér-
48.900.000 ba rril es en 1941, a 25.300.000 didas, del desgaste constante y del
de barriles en 1943, y, en cualquier agotamiento de los recursos naturales
caso, los Estados Unidos estaban pro- imprescindibles para llevar a cabo una
duciendo 700 veces aquella cantidad. guerra naval de aquella magnitud, la
En cuanto al tonelaje mercante, la médula de la fuerza naval japonesa. la
ofensiva submarina norteamericana en línea de batalla tradicional, era toda-
el Pacífico se incrementaba de un mes vía muy fuerte. Una catástrofe inex-
para otro. En números redondos, la plicable -seguram ente la explosión es-
marina mercante japonesa había sido pontánea de los pañoles de municio-
reducida desde 6.000.000 de toneladas nes- produjo la voladura del Mutsu
que tuvo en diciembre de 1941, a me- en junio de 1943, pero aún así, la flota
nos de 5.000.000 de toneladas en di- tenía todavía nueve acorazados, entre
ciembre de 1943. Por otra parte, el ar- los que se contaban los formidables
ma submarina de la Flota Combinada, Yamoto y Musashi. Aunque ahora pa-
tampoco podía hacer nada para com- rezca inconcebible, y ya lo era en-
pensar las pérdidas forzando sus ope- tonces, a la luz de las claras lecciones
raciones contra las líneas marítimas que la guerra había enseñado desde
aliadas en el Pacífico. Por el contra- Pearl Harbour al Almirantazgo japo-
rio, se estaba debilitando de día en nés seguía tenazmente aferrado a su
día a causa de la eficacia de las téc- manía de los acorazados. Persistía la
nicas antisubmarinas aliadas. A fina- esperanza de que algún día, de algún
les de 1943, habían sido echados a pi- modo, podría atraerse a la flota nor-
que cuarenta y tres submarinos japo- teamericana hacia su perdición bajo
neses y, desde Pearl Harbour, sólo se el fuego aplastante de los poderosos
habían construido cincuenta y siete. cañones japoneses.
En 1944, las pérdi das de submar inos Pero, aún en el caso de que se pu-
japoneses fueron todavía más cuan- diera lograr, ¿dónde sería? El término
tiosas. de la Campaña de las Salomón sólo
No tardaría en llegar el momento en sirvió para aumentar las dificultades
que todas esas terroríficas deficien- de los japoneses. El acortamiento del
cias obligarían a los estrategas de la perímetro no les facilitó la defensa. Al
Armada japonesa a caer en la despia- contrario, obligó al Japón a lo que po-
dada doctrina del ataque Kamizake: dríamos llamar guerra en dos fren-
aviones suicidas, lanchas rápidas sui- tes , puesto que una vez hecha la lim-
cidas, torpedos humanos suicidas, con pieza de Nueva Guinea y habiendo ais-
el leit motiv de un hombre un aco- lado a Rabaul, los ,aliados podían ele-
gir entre dos caminos: empezar el
avance hacia el Japón pasando prime-
Una salva de tres torpedos trazan su este. ro por las Filipinas, o convertir en
la en el agua para acabar un buque japo realidad el sueño dorado, tanto tiem-
nés de guerra averiado frente a las Fili po acariciado, de avanzar directamen-
pinas. te a través del Pacífico Central.
La campaña del Pacífico Central se una amenaza inmediata. ror otra par-
inauguró cuando todavía estaba en su te, los japoneses no tenían ni idea de
apogeo la de Bougainville. El 2 de las intenciones de los norteamerica-
noviembre de 1943, las fuenas del al- nos. El asalto a las Gilbert había sido
mirante Chester Nimitz descargaron precedido por ataques aéreos a Wake,
sus primeros golpes sobre Tarawa y Marcus y Nauru, y no quedó patente
Makin, en el grupo de las Gilbert, y cuál era el verdadero objetivo hasta
las redujeron tras tres días de fiera el día D-1 . Además, en aquella época,
lucha. Era el primer paso del nuevo los japoneses estaban todavía muy
avance aliado que debería seguir por satisfechos por los engañosos resulta-
las Marshall y saltar a las importan- dos de sus contraataques aéreos en
tísimas islas Marianas, dejando a un las Salomón y Nueva Guinea. Todavía
lado Wake y las Carolinas. Desde las no se había revelado la brutal reali-
Marianas podría montarse el empujón dad de que aquellas operaciones ha-
final hasta la metrópoli japonesa y bían debilitado mucho más a las exi-
colaborar eficazmente a la recupera- guas reservas aéreas japoneses que a
ción de las Filipinas. Las Marianas, las de los norteamericanos.
por consiguiente, representaban un tro- La pérdida de las Marshall, sin em-
feo estratégico que los japoneses no bargo, tuvo efectos de gran alcance
podían permitirse arriesgar. Su pérdi- para la Flota Combinada. Ya desde
da, de un sólo golpe, estrangulana las antes de apoderarse del atolón de Eni-
comunicaciones marítimas con sus po- wetock, último de los ObjetlVOS nor-
sesiones meridionales y traería la gue- teamericanos en las Marshalls - q u e
rra a la puerta de su casa. fueron conquistadas entre el 1 y el
La flota Combinada tuvo razones de febrero de 1 9 4 6 , empezaron 10s
de peso para no intervenir en la lucha raids en masa sobre Truk, en las Ca-
por las Gilbert y las Marshall. En pri- r o l i n a ~ .T ruk era para la Flota Combi.
mer lugar no eran vitales en el sen- nada lo que Scapa Flow había sido
l el Pacífico central: embarcaciones oe
tido que lo eran las Marianas; aque- par a la Home Fleet británica. Du-
desembarco norteamericanas se reúnen
llas se encontraban en la periferia del rante cuarenta y ocho horas fue cas-
frente Eniwetock
Imperio y su pérdida no significaba tigada ininterrumpidamente v ello con-
Almirante Soetake Toyoda.

venció al almirante Koga de la ne- total de la fuerza de invasión norte- viones la formaban los cruceros ligs La f u e ~ e lnvasidn en ruta h ci Blak.
cesidad de descartala como base prin- americana tan pronto como se pusie- ros Yahagi y Agano con quince des-
cipal de sus fuerzas. Era preciso lle- ra a tiro. tructores.
varla .más atrás, a Palau, y no había Koga no llegó a vivir lo suficiente cos estuvieron en tres lugares a la
de pasar mucho tiempo sin que se La que en tiempo de Yamamoto hu- vez y en seguida.
para dirigir la ejecución de sus pla-
hiciera necesaria una nueva retirada, biera sido donimada grueso , e ra
nes. Murió el 31 de marzo en un ac- En el Sur, Biak acababa de caer en
a Singapur esta vez, para estar más ahora la Segunda Flota, mandada por
cidente aéreo, siendo sucedido en el manos aliadas, proporcionándoles un
cerca de las fuentes de suministro de el vicealmirante Takeo Kurita. Con-
mando de la Flota Combinada por el trampolín para la invasión de las Fili-
petróleo y más lejos de cualquier ame- sistía en el núcleo de la escuadra de
almirante Soetake Toyoda. pinas meridionales o para asaltar Pa-
naza. Al quedar ne utralizado T ruk, los batalla, con dos divisiones de acoraza-
En abril y mayo de 1944 se pudo dos y tres de cruceros. La 1 División l a ~ . aipan, Tinian e Iwo Jima, en las
norteamericanos se ratificaron en su ver cómo los aliados aumentaban la islas Bonin, estaban siendo sometidas
decisión de pasar de largo de las Ca- de Batalla, del vicealmirante Matome
presión en Nueva Guinea, dando sal- Ugaki, contaba con el Y a m a t o (capita- a intensos bombardeos .. ¿Se tratab a
rol ina ~ ir derechos hacia las Maria- tos de rana por la costa Norte, desde del auténtico ablandamie nto previo a
nas, por lo que se fijaron como si- na), el Musaski y el Nagato; la 2. Di-
Hollandia a Wakde y, en el momento la invasión o era solamente una diver-
guientes objetivos para el mes de ju- oportuno, a la isla de Biak. Entre visión la formaban el Kongo y el Ha-
sión Se había localizado en Majuro,
nio, Saipan, Tinian y Guam. tanto, en el campo japonés, la Flota
runa. Kurita izaba su insignia en el
en las Marshall, una fuerte concentra-
A pesar de haber trasladado la base Combinada estaba sometiéndose a la
Atago que, con el Takao Maya y Cho-
ción de transportes, ¿estaban destina-
principal permanente de la flota mu- reestructuración ordenada por Koga.
kai formaba n la 4. División de Cruce-
dos a las Marianas o a Palau? La con-
cho más al Oeste, el almirante Koga Bajo su nueva organización, fue co- ros. El Myoko y el Haguro constituían troversia sostenida en el Cuartel Gene-
sabía perfectamente que en el momen- nocida como Primera Fuerza Móvil, y la 5. División de Cruceros, y la 7. Di- ral de la Flota Combinada fue muy
to en que los norteamericanos inten- estuvo bajo el mando del hombre que visión la formaban el K u m a n o S u z u -
acalorada. Era un desesperante juego
taran tomar las Marianas, tendría que sucedió a Chuichi Nagumo como máxi- ya Tone y C h i k u m a . La cortina exte-
de adivinanzas, lo cual contrastaba vi-
producirse un encuentro decisivo. Re- mo experto japonés en portaviones: el rior la formaban el crucero ligero vamente con la forma serena y metó-
organizó a fondo la flota, convirtiendo vicealmirante Jisaburo Ozawa. Noshiro y catorce destructores. dica con la que, en junio de 1942, los
a la fuerza de portaviones en núcleo Ozawa ejercía el mando directo de La flota así reformada se reunió en norteamericanos dedujeron correcta-
de fuer.<a, o grueso. Simultáne amente , la nueva 3. Flota, compue sta por tres Tawi Tawi, frente a la costa Nordes- mente que el próximo ataque se pro-
hizo planes para reforzar el número divisiones de portaviones: el Tahio te de Borneo, que era una buena base duciría en Midway. Pero en junio de
de aviones navú S 4~1c ados n aeró- (capitana-, S k o k a k u y Z u i k a k u (1. Di- operativa central. Pe ro el l. de junio, 1944, desgraciadamente para ellos, los
d r o m o ~nsulares L L I 11s Marianas, que visión); Junyo Hiyo y R y u h o (2. Divi- el Cuartel General de la Flota Combi- japoneses se equivocaron en sus profe-
deberían oper ar en c, q~jiincióncon la sión), y, Chitose Chioyda y Zuiho (3. nada se daba cuenta de que habría cías. Creyendo que el punto neurálgico
flota, en previsión de un aplastamiento División). La cortina de estos porta- que hacer el milagro de que los bar- era Biak, despacharon a Ozawa a aque-
Almiran te Jisaburu Ozawa Comandante
japonés en la Batalla del Ma r de Filipinas.

la Primera Flota Móvil habían sido l enjambre de cazas norteamericanos


Ila isla con la orden de recuperarla sin Saipari i ciia 15, las pérdidas de avio-
detectados por los submarinos norte- que descompusieron el plan de Ozawa. En
dell1~1 nes japoneses en las Marianas, habían
americanos y transmitidos al almiran- la foto u vuelo e cazas se dirige a in-
La aventura de Biak recibió el nom- alcanzado tal magnitud que los porta-
bre de Operación Kon , y Ozawa la te Spruance (5. Flota) y a1 ,58 Grupo terceptar otro ataque japon6s.
viones de Ozawa quedaban práctica-
encomendó a la 1. División de Bata- mente abandonados a sí mismos. Pero Operativo del almirante Mitscher, to-
lla de Ukagi. Transcurrió una semana a Ozawa nadie se lo dijo. Se dirigió da una armada formada por 15 porta-
en la que los japoneses se esforzaron viones, 7 acorazados, 21 cruceros y 66 kaku y Zuikaky los cruceros Myoko,
al Mar de Filipinas, al e ncuentr@ de Haguro y Yahagi, con nueve destruc-
infructuosamente en desalojar a los Ukagi, que, el día 13, había sido reti- destructores.
aliados de Biak mientras la Ope- Para entonces, los norteamericanos tores. El contraalmirante Takaji Jos-
... rado del fiasco de Biak. hima mandaba la Fuerza B , con los
ración Kon seguía activame nte em- Las órdenes recibidas por Ozawa ya tenían sus métodos perfectamente
establecidos. El 58 Grupo Operativo portaviones Junyo, Hiyo y Ryuho, el
peñada en no llegar a ninguna parte fuero n realizar la Operación A , pre-
navegaba dividido en cuatro formacio- acorazado Nagato, el crucero pesado
frente a la costa Norte de Nueva Gui- vista el 2 de mayo anterior. El objeti-
nea, la armada norteamericana se nes circulares, cada uno de los cuales Mogami diez destructores.
vo -batalla decisiva- esta bla clara-
era un grupo completo, con los por- El plan de Ozawa consistía en enta-
presentó muy lejos de allí, a 170 mi- mente formulado: Todas las fuerzas
llas al Este de Guam. Al fin se había taviones en el centro y los cruceros blar combate a la mayor distancia po-
deben estar preparadas a enfrentarse sible, manteniendo a la fuerza norte
aclarado que el objetivo principal alia- LU el enemigo en la zona de su ofen- y destructores en círculos exteriores.
do no eran las Marianas. El quinto grupo era la flota de com- americana entre sus portaviones y los
siva principal y asestarles un golpe bombarderos basados en tierra n los
El hecho de que la Primera Flota que destruya la flota enemiga y anu- bate de siete acorazados y cuatro cru-
ceros. Para enfrentarse con esta opo- aeródromos de las Marianas. Si lo con-
Móvil de Ozawa fuera sorprendida en lar con ello sus planes ofensivos. El
sición formidable, Ozawa había orga- seguía tenía la esperanza de que la
tan ma la posición, no tuvo, al fin 16, la flota de Ozawa se reunió con
nizado las Flotas 2. y 3. en tres gru- gran superioridad numérica de los nor-
al cabo, gran importancia, porque los Ukagi y empleó el día siguiente en pe-
pos operativos. El más fuerte era la teamericanos quedarían compensada,
desembarcos norteamericanos en Sai- trolear antes de arrumbar al Este en
vanguardia, a las órdenes de Kurita: proporcionando a los portaviones ja-
pan no empezaron hasta el 15 de ju- busca del encuentro con la flota norte-
nio. En cambio, lo que sí tuvieron gran tres portaviones ligeros Chitose, Chi- poneses la ocasión de asestar un gol-
americana (El Comandante en Jefe To- pe decisivo. Ozowa se acordaba tam-
importancia fueron los cuatro días de yoda, había enviado ya a todos los yoda y Zuiho), cuatro acorazados Ya-
ataques aéreos y bombardeos navales mato, Musashi, Kongo y Haruna), cua- bién de que la mala exploración había
buque s japoneses la señal el destino contribuido mucho al desastre de Mid-
que mediaron, que fueron causa de la del Imperio de Togo en Tsushima). tro cruceros Atago, Takao, Maya
Chokai) y una circunferencia exterior way. Para aquel encuentro, quería to-
eliminación de una de las bazas en la Pero Ozawa seguía ignorando que la
que los japoneses habían depositado de nueve destructores. El resto de la da la información previa que pudie-
flota aérea basada en tierra que es- ra obtener y dio órdenes a la fuerza
sus esperanzas de victoria en las Ma- flota bvlllrl=iidía las Fuerzas A y
peraba que operase conjuntamente avanzada de Kurita de mantener una
rianas: la aviación naval basada en B , más hacia atrá s. Ozawa mandaba
con los ataques aéreos procedentes de exploración aérea intensa ~ u i i sus
tierra. Cuando las primeras tropas la Fuerza A , que conta ba los gran-
los portaviones, había dejado de exis- aviones de reconocimiento. Del lado
norteamericanas pisaron las playas de des portaviones de flota Taiho, Sho-
tir. Además, todos los movimientos de
Exploaionss e la defensa antlaérea p i m Grupo Operativo y la mitad de eilos
tean el clelo re un portaviones ligero fue derribada. Los aviones del segun-
norteamericano. y cobran una vlctima. do grupo de reconocimiento arrumba-
ron demasiado hacia el Norte y no
encontraron nada ... pero uno de ellos,
norteamericano, Spruance también r e al regreso hacia la flota japonesa, avis-
t6 al 58-4 Grupo Operativo y dio la
las pesadillas para los norteamerica- alarma. Ozawa sabía ya dónde esta-
nos fue la posibilidad de que la arma- ban los portaviones norteamericanos
da japonesa dejase a un lado Midwav. y ordenó un ataque inmediato. las
eludiese los portaviones norteamerica- 0830, los portaviones de Kurita pusie-
nos que la esperaban y se dirigiese ron en el aire cuarenta y ocho avic-
directa a Pearl Harbuor. En esta oca- nes torpederos Zero con una escolta
sión estaba decidido a esperar que los de dieciséis Zeros. La Fuerza ~ De
japoneses vinieran a él. No pensaba Ozawa, contribuyó con cincuenta y
moverse ni dirigirse a su encuentro, tres bombarderos en picado, treinta y
corriendo el riesgo de dejar sin pro- siete aviones torpederos y cuarenta
tección a la flota de invasión que es- ocho cazas Zero, a las 09,00, la Fuer-
taba descargando en las playas de za B de Joshima puso en el aire
Saipan. una tercera oleada de cuarenta y siete
las 00,45 del 19 de junio, la fuerza aviones a las 0930.
de Kurita catapultó dieciséis hidro- Pero los planes de Ozawa empeza-
aviones, seguidos, treinta minutos des- ron a fallar desastrosamente desde su
pués, por otros catorce aviones de r e mismo comienzo, en el momento en
conocimiento de los portaviones. Los que los aviones despegaban. Desde las
hidros encontraron al grupo de com- 08,16, la Fuena a » había sido detec-
bate norteamericano y dieron la in- tada por el submarino norteamericano
formación , pero fuer on cogidos por Albacore. Visto por su periscopio, el
los cazas de pos portaviones del 58-4 Tahio presentaba u n blanco ideal, obli-
gado a mantener el rumbo y velocidad
constantes durante el despegue de sus
aviones. Era tan bueno que el coman-
dante del Albacore no le importó que
le fallase la dirección de lanzamiento
y disparó una salva de seis torpedos
en abanico contra el Taiho. Entonces
se prdujo uno de esos actos de herois-
mo que se convierten en legendarios.
En el momento de despegar de la cu-
bierta del Taiho uno de los pilotos de
ataque, Sakio Komatsu, avistó las es-
telas de los torpedos y lanzó su avión
en picado sobre una de ellas en un
intento de salvar a su buque. El sa-
crificio de Komatsu salvó al Taiho de
aquel torpedo, pero otro alcanzó su
blanco y estalló. En el primer momen-
to, las averías parecían poco importan-
tes y el Taiho se mantuvo en forma-
ción... pero su sistema de combusti-
bles había sido dañado por la explo-
sión y empezaron a formarse en el in-
terior del casco emanaciones letales.
Entre tanto, los cazas de los porta-
viones norteamericanos estaban ya en
acción contra los aviones japoneses

El Zulkaku un destructor, y el Chitose


sufriendo un ataque a6reo.

127
procedentes de Guam, en un combate ho quedó ardiendo durante seis horas
de gran estilo que no remitió hasta antes de hundirse a las 1828.
las 10.00 horas, justo cuando las in- Independientemente de la mutilación
cursione s japonesas de los portaviones sufrida por la pérdida de las dos ter-
estaban siendo avistadas en el radar. ceras partes de sus portaviones de flo-
Empezaron entonces los combates aé- ta, los dos últimos raids de Ozawa en
reos en masa que los norteamericanos el día 19 sufrieron la suerte del pri-
bautizaron después con el nombre de mero. El último, compuesto por ochen-
«La Gran Cacería de Paros ae las Ma- ta y dos aviones, fue u n esfuerzo
rianasn. Durante todo el día, los uorta- combinado del Zuikaku y los portavi*
viones norteamericanos mantuvieron nes ligeros de la Fuerza «Bn. No ha-
en el aire un gran total de 300 Hellcats, biendo visto nad a uelo de ida,
formando una formidable oarrera que cuarenta y nueve aviones de este raid
\se las hubo, un poco despectivamen- arrumbaron a la basea aérea princi-
te, con los aviones de ataque de Oza- pal de Guam, aOrote Fieldn ... y trein-
wa y curi u11 riúmero cada vez menor ta de ellos fueron echados al agua por
de aviones basados en tierra. Hellcats del Essex Hornett y Cowpens
antes de que alcanzaran la isla.
Las tres primeras oleadas de ataque
El día 19 de junio de 1942 fue el día
japonesas fueron destrozadas entre las
más desastroso de la historia de la
10OO y las 12OO horas. La primera, pro-
mar ina japonesa desde Midway. Se
cedente de la fuerza de Kurita, perdió
perdieron dos portaviones. La flota de
cuarenta y dos aviones de sesenta y
Ozawa había lanzado al aire un total
nueve, y ninguno de ellos consiguió
de 373 aviones de los que solamente
llegar a posición de ataque. La olea-
regresaron 130 mientras los norteame-
da nrincipal de Ozawa, de una fuerza
de ciento veintiocho aviones, todavía ricanos habían perdido solamente 29.
lo pasó peor; solamente sobrevivieron Pese a todo, Ozawa decidió volver a
treinta aviones. No pudieron causar presentar combate al siguiente día 20.
más que averías sin importancia en el Como de costumbre, sus pilotos ha-
bían regresado contando historias de
acorazado Indiana y en los portavio-
portaviones norteamericanos en llamas
nes Bunker Hill y W a s p
v hundiéndose que fueron aceptadas
Habían de transcurrir varias horas como ciertas. Además, Ozawa tenía la
antes de que Ozawa se diera cuenta de falsa ilusión, en la que quería creer,
toda la magnitud de su derrota -pero de que gran número de los aviones de
antes, se acumularon sobre él nuevos los portaviones que no habían regre-
desastres-. las 12 20 el submarino sado, estarían en Guam y seguirían
norteamericano Cavalla penetró en la dispuestos para el combate. En conse-
cortina de destructores de la Fuer- cuencia puso rumbo al Noroeste, con
za « » y metió tres torpedos en la la intención de reabastecer su flota y
panza del Shokaku que estaba manio- atacar nuevamente al otro día.
brando vara recoger aviones. Sacudido El transbordo de Ozawa del Taiho
por repetidas ex~ los ion es e gasolina al crucero Hugano contribuyó mucho
v en llamas. el Shokaku se mantuvo a hacerle perder el control de las tres
flote tres 'horas hasta que al final, fuerzas japonesas y virtualmente, dos
una tremenda explosión lo echó a pi- tercios del día 20 se perdieron en 6r-
que. Ahora, ya sólo quedaba el Mui- denes, contraórdenes y desorden en el
kaku de todos los portaviones que programa de petróleo Esta operación
atacaron Pearl Harbour en diciembre hubo que suspenderla a toda prisa a la
de 1941. El final del Taiho se produjo llegada de un mensaje del Atago bu-
casi simultáneamente con el del Sho- que insignia de Kurita, informando
kaku. Las emanaciones que se habían que había interceptado un parte de
ido acumulando bajo cubierta desue avistamiento norteamericano. La 8
el ataque torpedero del Albacore por Fuerza Operativa navegaba a toda
la mañana, terminaron por hacer ex- fuerza rumbo al Nordeste en persecu-
plosión a las 14 32 con lo que el Tai- ción de Ozawa, de modo que a las
13 30 la distancia que separaba a am-
bos contendientes se había reducido a
aLa ran Caceríade Patos de las Marie 300 millas. A las 1624 los porravio-
nm= tro bombardero en picado japonés nes norteamericanos lanzaron un raid
derribado en masa de 131 aviones, con una for-
129
midable escolta de ochenta y cinco
Hellcats. Era lo que podía represen-
tar el fin de la batalla, pero se apro-
ximaba el crepúsculo y quedaba una
orobabilidad de que la flota japonesa
pudiera escapar a cubierto de las
sombras de la noche.
A
norteamericanos avistaron a la fuerza
de aprovisionamiento treinta millas
al Sudeste de la flota de combate.
Mientras el sol descendía hacia el ho-
rizonte, los últimos aviones de Ozawa
combatieron desesperadamente para
rechazar a los norteamericanos, pero
no pudieron evitar que fuera echado
a pique el portaviones Hiyo y que su-
frieran graves averías los Chiyoda,
Zuikaku y Haruna y el crucero Maya.
Pero, sobre todo, el golpe de gracia lo
habían recibido los aviones de la 1.
Flota Móvil. Al caer la noc he s obre
los buques japoneses en retirada, so-
lamente habían quedado indemnes
treinta y cinco de sus aviones.
La Batalla del Mar de Filipinas ha-
bía terminado. Fue la última de las
clásicas batallas de portaviones por-
que los japoneses no volverían jamás a
estar en disposición de participar en
otra. Sus terribles pérdidas aéreas ha-
bían secado la savia de la flota, pri- nas. Pero, ¿cuál sería el pr6ximo ob- El Shokaku centrado por las bombas
vándola de su poder ofensivo, redu- jetivo aliado? ¿Esta ría en la ruta di- acuerdo de que el ataque a Filipinas
ciéndola a una carcasa impotente. recta hacia el Japón por las islas Ryuk- debería realizarse por la isla de Leyte
Todas las deficiencias bajo las que yu y Bonin? ¿Se lanzarían sobre For- v los partes optimistas de Halsey, no
longitud de sus cubiertas de vuelo
los japoneses se habían visto obligados mosa para aislar de la metrópoli el sólo convirtieron a Leyte en el primer
a luchar, se habían unido para produ- Area Sur ? ¿T omaría la forma del objetivo, sino que adelantaron dos me-
ses su conquista. Leyte pasaba al pri- sible que tomaran cubierta aviones en
cir una nuevo desastre. El radar nor- inevitable intento de liberar las Filipi- aquellas híbridos: la solución consis-
teamericano había destruido las espe- mer lugar de la lista y su asalto se
nas? ¿O estaría en la propia Area tió en que los hidros amarasen a su
ranzas de Ozawa de combatir a gran fijó para el 20 de octubre de 1944.
Sur : en Malaca o en Indonesia? ¿Qué podía hacer la flota de com- costado y fueran izados a bordo con
distancia. La falta de defensa de las Transcurrieron varios meses de in- plumas. Como compensación fueron
posiciones en tierra contra las prepo- bate japonesa para defender las Fili-
tensas discusiones antes de que estas pinas ? Los portaviones que sobrevi- dotados de radar y se aumentó su ar-
tentes flotas anemigas, condujo a la preguntas tuvieran respuesta. La con- mamento antiáreo. De este modo, el
eliminación de los importantísimos vieron a la destrucción en el Mar de
troversia bullía y amenazaba con pro- se y el Hyuga, que nacieron como
aviones basados en tierra. Y los pilo- Filipinas habían regresado a aguas ja-
ducir un choque entre MacArthur, nb- ponesas, carentes de aviones y de do- dreadnoughts clásicos, termi naron
tos japoneses, a pesar de toda su va- sesionado por su promesa de liberar con el arma ment o siguiente: ocho ca-
lentía, habían sido lanzados al com- taciones adiestradas. La flota de com-
Filipinas lo antes posible, y los almi- ñones de 14 pulgadas; dieciséis anti-
bate sacrificándoles en vano cuando bate se había retirado a la rada de
rantes King y Nimitz, que eran parti- .Linnga, e n Singa pur, ce rca de las ú1- aéreos de 5 pulgadas; cincuenta y sie-
todavía no eran más que unos párvu- darios de un avance directo desde las / te de 5 milímetros, antiaéreos, y cien-
los en su oficio. timas reservas de petróleo.
Marianas haacia el Oeste, nara llegar Se estaban construyendo ocho nue- to ochenta lazadores de cohetes de
La derrota japonesa en el combate a Formosa y la costa de China. Pero pulgadas (éstos disparaban misiles con
del Mar de Filipinas selló la senten- vos portavione s -la mayoría de ellos,
los mandos norteamericanos del Pací- como el gigantesco Shinano, eran con- cabezas de fósforo, dirigidos por lar-
cia de las Marianas, aunque las guar- ico sabían muy bien que, a pesaE de gos hilos y con una terrible ineficacia).
niciones japonesas combatieron con la versiones de diversos cascos-, desde
su ventaja en fuerzas, sólo podrían in- el de un acorazado de la clase Yama- El resultado se tradujo en una pareja
tenacidad acostumbrada, Saipán fue tentar lo que quedara al alcance de de ridículos espantajos que no eran
tomada el 10 de julio, Tinian el 1 de to, como el citado Shinano, hasta cas-
sus recursos. Y en septiembre, el de- cos de petroleros. La penuria de la ni chicha ni limoná, sobre todo si se
agosto y Guam el 1 de agosto. Se ha- bate Formosa-Filipinas fue resuelto por tiene en cuenta que no fue posible
bía alcanzado el primero de los obje- flota de combate japonesa en lo que
los informes de Halsey. Los ataques respecta a aviación embarcada ya ha- dotarlos de suficientes pilotos de hi-
tivos principales en la marcha hacia el éreos contra Filipinas estaban en- droavión adecuadamente adiestrados,
Japón, y el Pacífico Central quedaba bía sido reconocida en 1943 cuando se
contrando una posición sorprendente- convirtieron los acorazados Hyuga e y nunca llegaron a tener completos sus
didamente en manos norteamerica-
mente débil. Se había llegado ya al , Zse en transportes de hidroaviones. La llamados grupos aéreos.
Un intenro aesesperado de Cbmpensar las
graves pérdidas de portaviones. El Ise.
cuando fue construido.

Bajo cualquier punto de vista que


pudiera parecer ni remotamente es-
ta r apoyados en bases razonables la
flota de combate japonesa no podía
estar lista para nuevos combates an-
tes del Año Nuevo de 1945. Lo verda-
deramente terrible es que incluso
cuando se estaba combatiendo por Sai-
pan en junio y julio se pensó en se-
rio en enviar a los acorazados Fuso v
Yamashiro radiantes de gloria y escu-
piendo fuego por todos sus cañones
con la esperanza de por lo menos
frenar un poco la ofensiva norteame-
ricana. Hay que apuntar en el haber
del almirante Toyoda el haber vetado
idea tan descabellada basándose en
que incluso el mismo sacrificio sería
totalmente inútil. Considerando el con-
cepto correcto y tradicional del aco-
razado como plataforma artillera para
combatir y destruir a los adversarios
de su misma especie aquella opinión
calificaba el asunto de forma muy be-
névola.
Pero cuando los norteamericanos se
lanzaron sobre Filipinas en octubre de
1944 no le quedaba a la flota japo-
nesa absolutamente nada que hacer
para oponerse salvo un ataque desca-
bellado por este estilo. lo que ocu-
rrió a su debido momento fue indu-
dablemente el capítulo más absurdo
de la historia de las guerras navales.

el aspecto que tuvo después de


ertido en acorazado-portaviones
con un corta cubierta de vuelo a popa.
133
En otoño de 1944, mientras estaba lle- máximo castigo posible con torpedos
gando a su punto álgido el gran debate y bombas.
norteamericano para decidir el próxi- Fase 2: Concentración de la Fuerza
mo objetivo, el Alto Mando japonés, Móvil en Brunei. Sale a la mar pa ra
igual que sus enemigos, está pregun- interceptar la fuerza de invasión.
tándose algo muy parecido. La res- Fase 3: Se destacan las escuadras de
pues ta fue Ün de operaciones que batalla de la Fuerza Móvil para en-
trataba de afrontar todas las eventua- frentarse con la flota de invasión pa-
lidades previsibles v que era el envite rada frente a las playas de dese m-
estratégico más asombroso de la Se- barco.
gunda Guerra Mundial. Fase 4: El almirante Ozawa, con los
Los japoneses lo llamaro n Opera- últimos portaviones, actúa como cebo
cien SHO - victoria -. Era el'vlan para atraer a las fuerzas de portavio-
de empleo de la Fuerza Móvil en la de- nes norteamericano y separarlas de l
fensa del país, con cuatro alternati- flota de invasión.
vas, según fueran los posibles sectores Lo mismo que la Operación A
donde se rechaza ría el ataque: SHO- (plan de defensa de las Marianas), se
l , basado en la hipótesis más proba- confío demasiado en la eficacia de los
ble, el ataqu e a Filipinas; SHO-Y, ataques previos de la aviación basa-
cubriendo el ataque a Formosa y Ryuk- da en tierra. En primer lugar, e1 radio
yu, el objetivo propuesto por King y de 700 millas excedía en mucho las
Nimitz; SHO-3 y SHO-4 , prevenía n posibilidades de los aviones que en
el ataque a la metrópoli -las islas octubre de 1944 estaban basados en Fi-
meridionales de Honshu, Kyushiu y lipinas. El comandante de la Fuerza
Shikoku-, el SHO-3 y las nor teñ as Aérea de la 5. Base, Filipinas, almi-
de Hokkaido y Kuri les el SHO-4 . Se rante Takejiro Ohnishi, recibió trein-
había llegado a la conclusión -muy ta de los aviones de reconocimiento de
acer tada por cierto- de que los nor- la flota de Kurita para suplementar su
teamericanos, en el siguiente empu- capacidad de reconocimiento. Pero to-
jón, sólo podrían concentrarse en uno do lo que se consiguió fue dejar sin
de aquellos objetivos. La idea general exploración al grueso de la Fuerza
del plan consistía en lanzar absoluta- Móvil, privándole del conocimiento an-
mente todos los buques disponibles de ticipado de la presencia de buques,
la Fuerza Móvil a detenerlos. aviones y submarinos enemigos.
No era un plan razonable -no lo En principio, no se pretendía que ac-
fue ni nunca pudo haberlo sido-. Er a tuase sola la Fuerza Aérea de la 5. Ba-
el gesto del jugador que pone ruido- se de Ohnishi. Debían colaborar con
samente su último puñado de fichas los aviones basados en Filipinas, los
sobre un número, sin esperanzas de pertenecientes a la Fuerza Aérea de la
rehacerse sino, en el mejor de los 6. Base, situados en Formosa al man-
casos, de reducir sus pérdidas y, en do del aImirante Shigeru Fukudome.
caso de perder, retirarse con la cabe- Pero, a partir del 1 de octubre, ata-
za muy alta por la puerta grande. El ques en masa de los portaviones nor-
plan SHO, en resumidas cuentas, no teamericanos, neutralizaron la avia-
era ni más ni menos que eso. ción de Formosa, exactamente del
mismo modo que se habían neutrali-
La hipótesis más estudiada fue la co- zado los aviones de Guam antes de la
rrespondiente a SHO-l , vor se r Fi- batalla de las Marianas. En el mo-
lipinas un objetivo tan claro para los mento de descargar el hacha sobre
norteamericano, quedando su ejecu- Filipinas, los aviones de Ohnishi se
ción prevista en cuatro fases: habían quedado solos y no bastaban,
Fase : Ataques a la flota de inva- ni por asomo para producir efectos
sión norteamericana, al entrar dentro notables.
de las 700 millas de distancia, con Por lo tanto, la Flota M6vil tenía
aviación de base en tierra. Infligir el que cabalgar hacia la muerte sin co-
bertura aérea. Lo que resultaba más
incomprensible para las mentes occi-
l impresionante a m a t o sufre las dente- dentales, sin embargo, no es el hecho
lladas del poder aeronaval norteamericano de que ésto no le importara a nadie,
por primera vez al rechazar los bombar- sino que las muchas críticas que se
deros en el mar de Sibuyan. hicieron al plan se basaban en que no
eran muy grandes los daños que se po-
drian causar al enemigo. La idea de
sacrificar la flota como víctima pro-
piciatoria les tenía sin cuidado con tal
de cobrarla con el mayor daño posi-
ble al enemigo. Los arduos esfuerzos
que se hicieron para que los mandos
navales se compenetrasen con el plan
SHO tuvieron, por sus ulteriores
consecuencias, demasiado éxito. La
idea fatalista de sacrificio aue ~resi-
dió su concepción caló tan hondo en
la conciencia de todos que, cuando al
fin y al cabo, se presentó la oportuni-
dad de una victoria, nadie pensó en
aprovecharla.
La invasión de los norteamericanos
en Leyte fue un asunto de tanta en-
vergadura que no era posible que co-
giera desprevenidos a los japoneses. La
invasión se inició el 17 de octubre con
el ataque de la vanguardia de la flota
de invasión a la isla de Subuan, en
la boca del golfo de Leyte. El mensaje
de aler ta Preparados para Operación
\ SHO-1 fue transm itido inmediata-
mente a los barcos de la Fuerza Mó
vil, y la orden ejecutiva de iniciar la
operación la envió Toyoda a la maña-
na siguiente.
En la arenga de Kurita, que se ha
conservado, dirigida a sus comandan-
tes de división, se resume fielmente la
actitu d de los japoneses con respecto
a la Operación SHO : es difícil ima-
ginar que un comandante occidental
hubiera podido oír tales palabras sin
presentar inmediatamente la dimisión.
Sé que muchos de vosotros estáis
resueltamente en desacuerdo con nues-
tro cometido. Pero la situación bélica
es mucho peor de lo que ninguno de
vosotros pueda imaginar. ¡NO sería
vergonzoso conservar la flota intacta
1 mientras perece la nación? Creo que el
Cuartel General Imperial nos brinda
una gloriosa oportunidad. Precisamen-
te porque me doy cuenta de la grave-
dad de la situación bélica es por lo
que estoy deseoso de ejecutar este
cometido trascendental del ataque al
golfo de Leyte.
N o debéis olvidar que hay milagros
(las italicas son del autor). ¿Quién
puede asegurar que no hay siquiera
una probabilidad de que nuestra flota
sea capaz de hacer cambiar el cur-
de la guerra en una batalla deci-
a? Es preciso que tengamos ocasión
de enfrentarnos con nuestros enemi-
gos. Combatiremos con sus fuerzas
Arriba: Almiran te Takeo Kurita Coman.
dante de la principal fuerza de combate en
Leyte. Abajo: El vicealmirante Shoji Nishi-
mura: su cometido consistía en irrumpir
en el Golfo de Leyte conduciendo su es-
cuadra a través del estrecho de Surigao.
Derecha: Los primeros ataques aéreos je
poneses hacen blanco en la flota de inva-
sión norteamericana. del vicealmirante Kinohide Shima. a las órdenes del almirante Mikawa,
operativas. Espero que no os tomaréis Consistía en los cruceros pesados As en el archipiélago de Pescadores (en-
a la ligera vuestros cometidos. Estov hig r Nachi el crucero ligero Abu- tre Formosa y China continental) con
convencido de que actuaréis bien y kuma cuatro destructores. La fuerza el curioso cometido de actuar como
lealmente. de Shima y el papel, apasionadamente fuerza móvil de contraataque de su-,
La operación SHO , com o práctica- discutido, que desempeñó en la Bata- perficie . E sto o curría el 18 de octu-
mente todas las que emprendieron los lla del Golfo de Leyte, nos permite bre, día en que se transmitió la or-
japoneses en la Segunda Guerra Mun- contemvlar una imagen fascinante del den ejecutiva de SHO-1 . T res días
dial, requería el movimiento conjuga- confuso modo de pensar del Alto Man- después, le llegó a Shima una contra-
do de fuerzas muy dispares. Los por- do 'aponés en la Segunda Guerra Mun- orden que decía: Se considera acon-
taviones de Ozawa, vendrían por el dial. Los barcos de Shima no forma- sejable (para la fuerza de Shima) pe-
Norte, desde las aguas metropolitanas ban parte de las fuerzas de Kurita ni netrar en el golfo de Leyte por el Sur,
y -como se decía en la jerga del d e se había previsto que operasen con a través del estrecho de Surigao y
sierto- se pavonearían hasta ser Ozawa. La cosa venía de lejos. En los cooperar con la 1. Fuerza de Ataque.
detectadas por los portaviones norte pasados combates aéreos de Formosa Al hacer aqué llo, el Estad o Mayor
americanos. La enorme l. Fuerza de y a consecuencia de los fantásticos había actuado de una forma increíble-
Ataque de Kurita sald ría de Lingga partes de una gran victoria sobre los mente desastrosa. Dejaron al desdicha-
Roads, para ir primero a Brunei y, portaviones estadounidenses, se dio do Shima solo, sin subordinarle ni a
luego al golfo de Leyte a través del orden a Shima de entrar en la L v r i a Kurita ni a Nishimura, sin saber nada
mar de Sibuyan y el estrecho de San barr er los r&sto s del enemigo. En lu- de los movimientos de las demás uni-
Bernardino. Debía coordinarse con el gar de ésto, tuvo que retirarse a toda dades de la Fuerza Móvil, pero obli-
desplazamiento, también desde Brunei, prisa hacia aguas metropolitanas. Era gándole a cooperar con ellas. No se
de otra escuadra de batalla más len- precisamente a la escuadra de Shima obtuvo con ello resultado alguno, no
ta, la del vicealmirante Shoji Nishi- a la que se refería Halsey cuando en- sirvió para nada más que para consu-
mura, que debería llegar al Golfo de vió su famoso mens aje de Estoy re- mir considerable cantidad de precioso
Leyte a través del estrecho de Surigao tirándome a la máxima velocidad ha- combustible.
-navegacion considerablemente más cia el enemigo . La ruerza ae Kurita lleg6 a Brunei
corta que la de Kurita y sus acoraza- Para compensar la merma de presti- el 2 de octubre, el mismo día en que
dos, de mayor andar. gio que causó aquel fracaso, el Esta- las puntas de lanza de MacArthur se
Por último, h a ~ i a na cuarta escua- do Mayor de la Armada japonés se clavaron en las playas de Leyte. Kurita
dra, la Cenicienta de la Fuerza Móvil: apresuró a poner la fuerza de Shima salió hacia aquel punto la mañana del
la pomposamente llamada 5. Flota ,
a siete millas una de otra, con el Y a -
mato Musashi y Nagato en el centro
de la primera y el Kongo y Haruna
en el de la segunda. Los submarinos
Darter y Dace patrullaban por el paso
de Palawan, que da entrada al mar de
Sibuyan y, detectando en su radar las
formaciones japonesas, se acercaron a
investigar los contactos. Fue un prin-
cipio escalofriante de la Operación
SHO-1 : el Darter echó a pique al
Atago capitana de Kurita y obligó al
Takao a regresar renqueando a Singa-
pur escoltado por un destructor; el
Dace a su vez, causó la voladura del
crucero Maya. Kurita, depués de trans-
bordar su insignia al Y a m a t o ordenó
dar la máxima velocidad y franquear
cuanto antes aquel lugar peligroso.
La primera noticia de que se acer-
caban por el Oeste poderosas fuerzas
japonesas, la tuvieron los portaviones
norteamericanos que navegaban fren-
te a la isla de Samar y por el vecino
golfo de Leyte, al ser localizada la
escuadra de Nishimura a las 09 12 del
día 24. Se lanzó contra ella un ataque
aéreo pero sólo se consiguieron lige-
ras averías en el acorazado Fuso y
en un destructor. Casi al mismo tiem-
po fue avistada la fuerza de Kurita a
la entrada del mar de Sibuyan, y se
preparó inmediatamente otro ataque
aéreo para frenarla.
Sin embargo, antes de que pudie-
ran despegar los aviones de ataque
norteamericanos, los aviones japone-
ses de base en tierra salieron de sus
Arriba: Soberbia fotografía de uno de los aeródromos de Luzón, cogiendo a los
dos superacorazados de la clase Yamato portaviones norteamericanos cuando
realizando un violento giro babor durante todavía tenían sobre cubierta a sus
la incursión través del mar de Sibuyan. aviones bombarderos y torpederos. Du-
Centro: El Musashi encaja un impacto de rante un mometo fugaz los pilotos ja-
torpedo. Abajo: Los últimos momentos del poneses tuvieron a su alcance la dora-
Musashi hundiéndose rápidamente de da ocasión que se había ofrecido a los
proa. norteamericanos en Madway: los por-
taviones enemigos en su momento
más vulnerable. Pero los magníficos
22 seguido por Nishimura la noche pilotos japoneses de Midwav habían
del mismo día, mientras la fuerza de dejado de existir. Los ataques japone-
diversión de Ozawa - e l cebo de los ses fueron intensos, pero desorganiza-
portaviones- se acercaba por el Nor- dos sólo obtuvieron un éxito y sólo
te. El día 23 por la mañana, de re- uno. Lograron un impacto de bomba
pente, se abrió el prólogo de la Bata- en la cubierta del Princenton que in-
lla del Golfo de Leyte, a cargo de cendió la gasolina de aviación y acabó
los -submarinos norteamericanos que por causar su abandono y hundi-
-igual que en la Batalla del Mar de miento.
Filipinas-, pega ron sus golpes los Los acontecimientos más dramáticos
primeros. del día 24 fueron los incesantes ata
La Fuerza de Ataque de Kurita na- ques lanzados contra las dos fuerzas
de Kurita mientras se abrían paso tes-
14
4
dos. El golpe de gracia lo recibió en el Tres piques muy cercanos al Yamashiro
Los bombarderos sorprenden al acorazado explosión de los torpedos había ras- cuar to ataque a l as 14 30 horas en-
Yarnashiro y al crucero Mogarni durante gado la coraza a proa proyectando cajando otros dos impactos de torpe-
su aproximación a la boca del estrecho hacia afuera una a modo de gigantes- do que lo dejaron a 12 nudos. Kurita
ca cuchara que metía toneladas de También otros buques de la Fuerza
de Surigao se vio obligado a ordenar al coman-
agua a bordo. Se planteaba un dile- de Ataque habían sido averiados y Ku-
dante del Musashi a l as 15 00 que m a- rita se vio obligado a reducir la ve-
ma agobiante. Si el Musashi continua- niobrar a con independencia con lo
ba con los demás buques del grupo locid ad a 18 nudo s -velocidad peli-
tanidamente a través del mar de Si- que quedó totalmente abandonado a grosamente baja- siendo inevitables
buyan hacia el estrec ho de San Ber- manteniendo la velocidad contaría l sus propios medios. posteriores ataques aéreos. Para redu-
nardino. Los aviones norteamericanos menos con el beneficio del fuego an-
tiaéreo de los demás buques y si se El qui nto ataque a las 15 10 conti- cir el riesgo invirtió el rumbo hacia
concentraron su atención sobre los nuó restándole velocidad y dejándolo el Oeste esperando la llegada de la
mastodontes del grupo de cabeza: quedaba atrás disminuyendo la en-
tra da de agua se convertiría en un esta vez a seis nudos pero seguía noche para lanzarse por el estrecho
Yamoto Musashi y Nagato. Las nume adrizado gracias a la desesperada con- de San Bernardino a cubierto de la
rosas bombas no consiguieron otra blanco innerme. Su dotación hizo ab-
trainundación moviéndose lentam ente oscuridad.
cosa que rebotar en la coraza de los solutamente cuanto pudo para mants
y con todos sus cañones en acción. Aquella maniobra tuvo mucha tras-
enormes acorazados pero los pertina- nerse con el resto de la flota pero
Pero ya sólo podía s er cuestión de cendencia porque durante la tarde del
c a ta qu es t or pe de ro s fu er on u n la rapidez de la entrada de agua era
tiempo. A eso de l as 18 50 la proa del 24 había sido al fin localizada la fuer-
asunto muy distinto. El tercer ataque demasiado para ellos; se vieron obli-
Musashi estaba totalmente sumergida za de diversión de Ozawa por los por-
norteamericano que se produjo a las gados a producir voluntariamente una con las enormes torres de 18 pulga- taviones de Halsey. Todas las aparien-
13 25 se concentró exclusivamente contrainundación para mantener el das a ras de agua. Finalmente a las cias eran de que Kurita y sus acora-
contra el Musashi al que lograron al- barc o adrizado pero el excesivo au- 19 35 no pudo más: escoró a ba bor zados se estaban volviendo con el rabo
canzar con tres torpedos. El Musashi mento de desplazamiento redujo la ve- puso la quilla al aire y se fue a pique. entre piernas por lo que Hasley tomó
podía d ar todavía 22 nudos pero la
la tan criticada decisión de abandonar encima. Con los ataques de estos úl- rita hizo la señal de caza general y
la guardia del estrecho de San Ber- timos se inició la destrucción de la con el Y a m a t o disparó la primera sal-
nardi no para lanzarse a la persecu- escuadra de Nishimura. vabe 8 pulg adas a las 06 59.
ción de los portaviones japoneses sin Todo empezó a l as 03 00 con e l ata - Los portaviones de Sprague tapa-
dejar allí sus cuatro acorazados para que de los destructores que torpedea- dos por los chubascos y produciendo
cubrir la entrada del estrecho. ron al Fuso haciéndole salir de la 1í- todo el humo que podían arrumb aron
Entre tanto por el Sur la escuadra nea mortalmente herido. El Y a m a g u - al Este intent ando alcanzar la máxi-
de Nishimura emboca el estrecho de m o voló y el Mishishio quedó inmóvil ma velocidad y lanzar al aire sus avio-
Surigao en la última ram a de su de- y hundiéndose. El Asagumo perdió la nes. las 07 16 seguían todos indem-
rrota hacia el Golfo de Leyte. Esperan- proa y se volvió a meter vacilando en nes pero los piques de las salvas ja-
do en la otra boca estaba el contraal- el estrecho. La línea de cruceros nor- ponesas caían cada vez más cerca y
mirante J. B Oldendorf con seis aco- teamericanos abr ió fuego a las 03 52 Spreag ue envió a sus tres destru ctores
razados y ocho cruceros formados en seguida por los acorazados dos minu- de escolta al contraataque. Consiguie-
firme línea de batalla perpendicular al tos más tarde. El Y a m a s h i r o y el Mo- ron dejar mal herido al crucero K u -
rumbo de Nishimura. Lo que ocurrió gami se vieron obligados a invertir el m a n o - q u e tuvo que abandonar el
entonces fue un suicidio táctico de rumbo materialmente machacados por combate- pero el efecto más impor -
los proyectiles norteamericanos; sólo tante que produjeron los torpedos nor-
quedó indemne el Shigure que tam- teamericanos en realidad fue obligar
bién se retiró. El Mogami consiguió a los acorazados japoneses a una ma-
entr ar renqueando en el estrecho pe- niobra evasiva para esquivarlos y man-
ro el Y a m a s h i r o fue rematado con tener abierta la distancia. Pero sabr e
torp edos y s e fu e a p ique a las 04 19. todo dieron tiempo a poner en el aire
Durante todo este espacio de tiem- los aviones de los portaviones que em-
po la fuerza de Shima fue siguiendo pezaron a realizar ataques individua-
la estela de Nishimura tratan do de les a par tir de las 07 39 obligando a
Arriba: El almirante William F. Halsey. Su penetrar con él en el Golfo de Leyte retirarse averiado al Suzuya a conse-
decisión de perseguir a la flo ta de porta- Dara realizar la prevista reunión con cuencia de uno de ellos.
viones de Ozawa. que actuaba como cebo Kurita en la mañana del día 25. Pero
al llegar al estrecho vio cómo había Pero la situación seguía siendo de-
permitió que la flota de Kurita se desli. sesperada para los diminutos porta-
zase por el estrecho de San Bernardino. sido barrida la escuadra de Nishimu-
ra muoho más potente que la suya. Al viones norteamericanos. La máxima
Abajo: El contraalmirante Jesse B. Oldem velocidad que podían dar eran unos
dorf cuya escuadra de bata lla rechazó a rayar el alba por Oriente Shima aban-
donó toda idea de penetración v con- ridículos diecisiete nudos y medio por
Nishimura en el combate nocturno del es- lo que los cruceros Chikuma Chokai
trecho de Surigao. Derecha: Contraalmi- dujo la retirada de los maltrechos res-
tos supervivientes del combate del es- T o n e y Haguro les iban alcanzando
rante Clifton Sprague cuya pequeña fuer- implacablemente. L o s portaviones
za de portaviones tuvo que huir para sal- trecho de Surigao.
Es en este momento tras el desca- Gambier Bay Kalinin Bay W hit e
var l a piel bajo los impactos de la artille- Plains y Fanshaw Bay de la cola de
labro espantoso del estrecho de Su-
ría de las acorazados de Kurita.
rigao cuando se produce una espec-
tacular cambio en la fortuna que puso alcanzados por el fuego de los cruce-
a Kurita a un pelo de la victoria. Al ros siendo el primero el que quedó
desembocar del estrecho de San Ber- más malparado quedándose cada vez
nardino sus acorazados sorprendieron más atrás y muy escorado. Los des-
totalmente desprevenida a una flota tructores trataron intrépidamente de
de portaviones estadounidense. atraer sobre ellos el fuego japonés
peores consecuencias que las de la La fuerza de Kurita salió del estre- pero sin resultado en cuanto a aliviar
cho a eso de l as 00 35 del 25 y arr um - a los portaviones y sufriendo ellos en
Nishimura salió del estrecho en una bó sucesivamente al Este y al Sur pa- cambio el hundimiento del J o h n s t o n
perfecta línea de fila. con el crucero ra barajar la costa de Samar y en- y el Roberts y quedando fuera de
Mogami en cabeza seguido de los aco- tra r en el Golfo de Leyte. Al amane- combate el Denis. El G a m b i e r B a y
razados Fuso y Y a m a s h i r o con los cer los buques evolucionaron pa ra acabó siendo abandonado a las 0850
destructores Asagumo y Mishishio ce- adoptar puestos de defensa antiaérea. y se fue a pique con la quilla al aire
rrando la retaguardia y los otros dos Esto oc urría a las 06 27 y en segui- a las 09.07.
Y a m a g u m o y Shigure en las amuras. da a las 06 45 se avistaron po r el Sin embargo no se crea que a los
Pero no era solamente la abrumadora Sur en el horizonte una serie de más- japoneses las cosas les iban a pedir
línea de batalla de Oldendorf quien tiles de buques. Se trataba del Gru- de boca. Los aviones de los portavio-
esperaba a Nishimura; debía ade- po de portaviones de escolta del nes aumentaron los considerables da-
más aceptar el desafío de los ataques contraalmirante Clifton Sprague for- ños producidos por los intrépidos des-
de destructores y lanchas rápidas mado por el Fanshaw St. Lo W h i t e tructores con su fuego artillero y hun-
apostadas a ambos lados de la boca Plains Kalinin Bay Kitkun Bay y dieron a los cruceros Chokai y Chi-
del estrecho dispue stas a echársele Gambier Bay. Sin perde r tiempo Ku- kuma. Pero el T o n e y el Haguro se-
guían reduciendo la distancia a los su insignia al quedar fuera de com-
portaviones. Cuando, a las 09,15 habían bate el Zuikaku- y cinco destructo-
conseguido llegar a 10.000 yardas de res.
distancia, Kurita, de improviso, les or- El último acto de la Batalla del
denó romper el contacto. Golfo de Leyte se representó el día 26
Kuirta no podía ver ,lo que ocu- en el curso de la retirada hacia Bru-
rría. La maniobra evasiva aue el con- nei con los restos de la fuerza de ata-
traataque torpedero norteamericano que. Fue perseguido con intensos ata-
les había obligado a realizar. había ques aéreos en masa, pero consiguió
dejado a los acorazados muy atrás y librarse sin otra pérdida que la del
separados de los cruceros. Está claro crucero ligero Noshiro.
que Kurita no llegó a darse cuenta de La Batalla del Golfo de Leyte fue
la debilidad de la fuerza de portavio- la mayor de todas las de la historia
nes que la fortuna le había puesto en naval. La flota de combate japonesa
bandeja, y la tomó por muchísimo consiguió, al fin, el encuentro deci-
más poderosa. Bajo esta impresión, a sivo que tanto había ansiado, pero
las 12,36 se dio la vuelta y puso la sufrió una derrota aplastante. El ban-
proa hacia el estrecho de San Bernar- do nipón perdió tres acorazados, un
dino. La crisis había pasado. portaviones de flota, seis portaviones
ligeros, seis cruceros pesados, cuatro
Pero no había terminado la Batalla cruceros ligeros y nueve destructores.
de Samar. Los portaviones estadouni- Los norteamericanos, en cambio, per-
denses no estaban todavía fuera de dieron solamente tres portaviones li-
peligro porque se vieron sometidos en- geros y los tres destructores de escol-
tonces al primer ataque deliberado de ta qiie tan gallardamente se enfren-
kamikazes de la guerra. En ellos pe- taron con la fuerza de Kurita, frente
reció el S t . Lo quedaron gravemente a Samar. Pero no es por meras pérdi-
averiados el Santee, Suwannee y Kali- das materiales como han de medirse
nin Bay. Los restantes portaviones si- los verdaderos resultados de Leyte. Lo
guieron hostigando a los acorazados importante es que aquella batalla fue
de Kurita en su retirada, obteniendo la última vez que la Fuerza Móvil ope-
impactos en el Nagato y el T o n e . l ró como una unidad de combate. Ku-
apagarse las últimas luces de aquel rita regresó a g u i inetropolitanas
día, Kurita .estaba muy adentrado en japonesas con los acorazados supervi-
el estrecho de San Bernardino. vientes, abandonando el Pacífico Cen-
Mientras se estaba representando tral y Sudoccidental a merced de las
todavía el drama de Samar, unas fuerzas operativas aliadas que, a par-
cuatrocientas millas al Norte de allí, tir de aquel momento, empezaron a
la fuerza de portaviones de diversión prepararse para el avance definitivo
de Ozawa se enfrentaba a su destino hacia el Japón,
frente a Cabo Engaño. El primer ata- La esencia suicida de todo el plan
que norteamericano hizo blanco en los SHO hace que se caiga fácilment e
portaviones japoneses a las 08,30 del en el desprecio de las posibilidades de
día 25 El Chitose sufrió tanto que se una victoria táctica japonesa. Pero las
hundió a las 09,30, y el Zuikaku y el fuerzas de Kurita , ayudadas por la
Chiyoda quedaron desmantelados. Los brillante maniobra de engaño de Oza-
ataques siguieron implacablemente du- wa, estuvieron en un tris de alcanzar
rante todo el día y dieron cuenta de un gran éxito. (Conviene subr aya r en
todos los portaviones japoneses. Al este punto que solamente en otra oca-
final, a Ozawa no le quedaba más que sión de la Segunda Guerra Mundial,
el Hyuga y el Ise, el crucero ligero consiguieron los acorazados cazar a
Oyodo -al que tuvo que tra nsbo rda r un portaviones por sorpresa, frente a
Noruega en 1940, cuando el Scharn-
horst y el Gneisenau hundieron al Glo-
Arriba, izquierda: El acorazado Nagato, en riotrsl . Kurita fue vencido por sus va-
acción contra los aviones. Centro, izquier- cilaciones en el momento crucial. En-
da: Uno de los cruceros de Kurita el Tone trevistado después de la guerra, alegó
o el Chikuma) e s elegido como blanco. como disculpa válida el estado de ago-
Abajo, a la izquierda: Un ~~Kamikazenero tamiento mental y físico en que lo
ruge al lanzarse al ataque sobre el porta- habían sumido aquellos tres días abru-
viones White Plains. madores.
149
Arriba abajo: El Zuiho sufre un ataque frente cabo Engaño Arriba: Cabo Engaño; el portaviones híbrido se se debate tratando de rechazar a U

atacantes Abajo: Uno de los últimos ataques al Zuiho


último int nto

de vuelo fuertemente acorazada refor- línea de flot

de Filipinas del Golfo de Leyte se la situación


aceleró su entrada en servicio entre sa. El buque
angustiosas prisas. Lo tripula ron con propia en a
en caso de ocurrir lo peor siempre
quedaba la solución de vararlo en la
costa. Pero el comandante del Shinano
capitán de navío Toshio Abe no quiso
inmu tarse tomó la asombrosa deci-
sión de mantener el rumbo y no redu-
cir la velocidad de 20 nudos.
La agonía del Shinano duró increí-
blemente ocho largas h oras. No se hi
zo nada ni siquiera intenta r adrizar el
barco por contrainundación como ha-
bía hecho el Musashi en el mar de
Sibuyan. El Shinano empezó a escorar
poco a poco al principio de forma im-
perceptible pero pron to con mayor
rapidez. Al hundirse lo hizo en muy
puco tiempo dando la vuelta y des-

10 55 del día 29. El capitán de navío


Abe se fue a pique con su barco s e
gún la mejor tradición naval pero con
él murierc idos 500 hombres
de una do1 1 400 Fue el des-

Abajo: Bombarderos medios = E - 2 5 ~ aca-


ban con un destructor a treinta mlillas de
Amoy (China] en abril e 1945 Derecha:
La última reacción: los aKamikazesr. l
almirante Ohnishi ofrece sake a cuatro de
sus pilotos. Derecha. abajo: Un arma aKa-
mikazer naval. Se trata de un Kaiten
-torpe aLow Lancen tripulado por un
hombre- esperando en su rampa de lan-
zamlentch
perdicio estúpido y criminal de un
inagnítico buque de guerra que revela-
ba el fatalismo que se había apodera-
do de la Armada Imperial japonesa
la gran pérdida de pericia profesional
que sufría.
Alredcdor del Año Nuevo de 1945, la
flota de combate japonesa había lle-
gado ya casi al final de su camino.
Los portaviones y acorazados supervi-
vientes estaban agazapados en los
puerros contribuyendo con sus caño-
nes antiaéreos a la defensa contra los
masivos ataques de la aviación aliada
que, por entonces, estaban devastando
la metrópoli japonesa. La flota estaba
destinada a hacer una última salida:
la épica del Yamoto al estilo kami-
kaze en el vano intento de aliviar la
presión que sufrían los defensores de
Okinawa en abril de 1945.
En feb rer o marzo de 1945 se ha-
bía desarrollado la lucha por Iwo Ji-
ma, la más sangrienta de las batallas
de la guerra del Pacífico. Okinawa era
ahora el último objetivo que quedaba

Izquierda: El fin. El Aoba en Kure. Abajo


izquierda: El primer ataque logra hacer
blanco en el Yamato en su carrera ~ u i c i d s
hacia Okinawa. Abajo. Los mayores sub
marinos conshuidos en el mundo pero
prácticamente ~nú tiles: a clase japonesa
de sumergible f portaviones 1 400.
l fin os restos del Ise

por conquistar antes del asalto a Ja- fuerza a las 10 14 muy poco después
pón. Los desembarcos en aquella isla de haber cambiado el rumbo al Sur
empezaron el 1 de abril. Como de cos- para recorrer las últimas 300 millas
tumbre, el primer objetivo del ataque que les separaban de Okinawa. A las
era el dominio de los aeródromos de 11 44 empezaron a volar los primeros
la isla, que cayeron el primer día. La cazas norteamericanos alrededor de la
guarnición de Okinawa apeló al almi- formación, al límite del alcance de
rante Toyoda solicitando el apoyo de sus cañones.
un acorazado que les aliviase del aplas- Enseguida, a las 12 32 vieron apro-
tante diluvio de proyectiles con los ximarse la primera oleada de aviones.
que la flota de combate aliada esta- La escuadra empezó a aumentar la
ba triturando Okinawa. La respuesta velocidad para ponerse a toda fuerza
de Toyoda fue la orden de constituir y los ataques empezaron. Fue un puro
lo que de forma muy eufemística se v simple asesinato. Los japoneses ca-
denominó Fuerza Especial de Ataque recían totalmente de cobertura aérea
Martítimo . y, los pilotos norteamericanos ataca-
Consistía en el Yamato el crucero li- ban a placer. Se confiaba mucho en
gero Yahagi y los destructores Fuyut- los nuevos proyectiles San Shiki de
suki Suzutsuki Yukikaze Zsokaze Ha- 18 pulgadas, para empleo contra avio-
makaze Kazumi Hatsushimo y Asas- nes, que estallaban en el aire y pro-
himo. La orden que se dio a la Fuerza ducían como una gran perdigonada;
Especial de Ataque era bien sencilla: pero el rebufo de la artillería princi-
ir a Okinawa, meterse entre los buques pal del acorazado, disparando con la
de guerra aliados que navegaban fren- máxima elevación, tuvo efectos devas-
te a la isla y empezar a disparar apo- tadores sobre los sirvientes de las
teósicamente con todas sus bocas de otras armas y, además, se vio que los
fuego para causar el mayor daño po- San Shiki no servían vara nada.
sible antes de sufrir su destrucción Saturado con bombas y torpedos, el
inevitable. Esta escuadra suicida iba Yamato fue verdiendo gradualmente
mandada uor el vicealmirante Seiichi velocidad al ir emba6ando agua.
Ito, cuyo Puesto anterior había sido el Cuando empezó a escorar a babor los
de Segundo Jefe del Estado Mayor de pilotos norteamericanos concentraron
la Armada. más ataques torpederos sobre aquella
Por una vez, careció de importancia banda. Finalmente, sucumbió a las
la crónica carencia de combustible. 14 32 después de encajar diez impac-
Era un viaje sin regreso. tos de torpedo y, por lo menos, seis
La Fuerza Especial de Ataque salió impactos directos de bomba. En cuan-
de Tokuyama, en el Mar Interio r, el to al Yahagi ya hacía rato que se
de abril a las 1 5 2 0 horas. Casi in- había ido a pique. El poder aerona-
mediatamente se detectaron submari- val había aniquilado a la Fuerza de
nos aliados muy pegados a tierra y la Ataque, desbaratando la última jugada
fuerza aumentó la velocidad a veinti- de la flota de combate japonesa, que
dós nudos y se puso a zigzaguear pa- quedó detenida a más de 200 millas
ra zafarse de ellos. Sin embargo, a las de su objetivo.
21 30 la interceptación radio japonesa
sorprendió un mensaje urgente aliado Desde que la magnífica flota de
dando cuenta de la salida del Yama- combate japonesa había ido a la gue-
to. El día 7 a las 02 00 la Fuerza Es- rra barriéndolo todo ante sí, sólo ha-
pecial de Ataque doblaba el extremo bían transcurrido tres años y tres m e
Sur de Kyushu, y, cuatro horas más ses. Ahora, en 1945 las últimas unida-
tarde, al salir el sol, los destructores des supervivientes se agazapaban teme-
maniobraron para ocupar sus puestos rosamente en puerto, siendo destrui-
en la formación defensiva antiaérea das una a una por las bombas alia-
alrededor del Yamato. das. Cuando el 2 de septiembre el Ja-
Entre las 08 lO y las 09 00 los avio- pón se rendía, s610 quedaba a flote un
nes japoneses de reconocimiento con puñado de barcos de la que había sido
base en tierra, descubrieron grupos de la tercera marina del mundo. Se ha-
portaviones aliados en la mar, unas bían realizado todos y cada uno de
setenta millas al Este de Okinawa. Los los presentimientos del hombre que
p r i m eros aviones norteamericanos más había hecho para crearla, el al-
-dos hidros- fuer on avistados por la mirante Isoroku Yamamoto.
t /

HISTORI DEL SIGLO E L VIOLEN~


1

4 . BATALLAS Roio División Panzer, el puño acorazado , por


Pearl Harbour, p'or A J. Barker. Kenneth Macksey.
' La Flota de Alta Mar Japonesa, Por Ri-
-
La batalla de Inalaterra. .oor Edward Bi-
shop. chard Humble.
Kursk, por Geoffrey Jukes. El Alto Estado Mayor Alemán, por Barry
Golfo de Leyte, por Donald Macintyre. Leach.
Stalingrado, por Geoffrey Jukes. Armas de Infanteria, por John Weeks.
Los Tigres Voladores: Chennault en Chi-
1 Midway, por A. J. Barker.
Dia-D, por R. W. Thompson. na, por Ron Heiferman.
Tarawa, por Henry Shaw. PERSONAJES Morado
La Defensa de Moscú, por Geoffry Ju-
lre
,b .
Patton, por Charles Whitinq.
La Batalla de la Bolsa del Ruhr, por Char- Otto sk0rzeny, por charleswhiting
les Whiting. Hitler, por Al an Wykes.
El Sitio de Leningrado, por Alan Wykes por Phyllis Auty.
Mussolini, por Christopher Hibbert.
ARMAS Azul
CAMPAÑAS Verde
Armas Secretas Alemanas, por Brian Ford.
Gestapo SS, por Roger Manvell. Afrika Korps, por Kenneth Macksey.
Comando, por Peter Young. Bombardeo de Europa, por Noble Frank-
Luftwaffe, por Alfred Price. land.
Armas Suicidas, por A. J. Barker. Incursiones Fuerzas de Choque del De-
Lanchas Rápidas, por Bryan Cooper. sierto, por Arthur Swinson.
I La Flota de Alta Mar de Hitler, por Ri- Barbarroja, Invasión de Rusia, por John
chard Humble. Keegan.
1 Paracaidistas en acción. por Charles Mac- Operacibn Torch, Invasión anglo-america-
donald. na de l Norte de Africa, por Vicent Jones.
I T-34, Blindado ruso, por Douglas Orgill. La Guerra de los Seis Dias, por A. J. Bar-
Japanese Warships o W o r l d W a r A J warrs (Ian Allan, Londres) ; Armas Secretas Aliadas, por Brian Ford. ker.
The End i f the Imperial Japanese Navy Masanori Ito (W W Norton & Co Nueva Me-109, un caza incomparable, por Mar-
York, Weidenfeld & Nicolson, Londres) l tin Gaidin. POLITICOS
The B attle or the Pacific Donald Macintyre (Bastford, Londres) La Legión Cóndor, por Peter Elstob. Conspiración contra Hitler, por R. Man-
The W ar at Sea Captain S Roskill (Her Majesty s Stationnery Office, L El Caza Cohete, por William Green. well.
Incredible Victory: the Battle o M i d w a y Walter Lord (Harnish.Hamilto-., Warffen SS, los soldados del asfalto, por La Noche de los Cuchillos Largos, por
Londres) John Keegan. Nicolay Tolstoy.
Admira of the Pacific: the Life of Ya mar noto D Potter (He inemann, Londres)
U S Naval Operations in W o r l d W a r Samuel Monson (Little, Brown & Co,
Boston, Oxford University Press, Londres)
World War (Orbis, Londres) OTRAS OBRAS DE LA MISMA EDITORIAL
ENClCLOPEDlA EN COLOR FUERA DE COLECCION
Cazas 1919-1939, por Kenneth Munson. G~~~~~ en lrlandar vicente Talón
Bombardeos 1919-1939, por Kenneth Mun-
1 . q Los rusos en el Mediterráneo, por Vicen-
) C ~ S 1939-1945, por Kenneth Munson. te Talón.
/ Bombardeos 1939-1945, por Kenneth Mun- La Aviación Militar del Mundo Actual, por
son. Taylor.
Cazas en servici o. Desde 1960, por Ken- L Aviación Legionaria. España 1936-1939,
I neth Munson. r--
r Vinnn
en servicio. Desde 1960, por Buques de guerra españoles 1885-1971,

\
Kenneth Munson. por Aguilera y Elias.
Uniformes militares de la guerra civil es-
pañola, por Bueno J. M. El 5. Regimie nto de Milicia s Populares.
Uniformes militares de todo el mundo. Por COmin
por Kannik P. Yo fui Piloto de Caza Roio, por F. Tara-
Acorazados, por Martin Ldper J zona.
./

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