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El objetivo principal del lavado de dinero es permitir que las ganancias provenientes de
actividades delictivas parezcan legítimas y tengan orígenes legítimos. Este objetivo se
logra mediante la realización de una serie de transacciones financieras y comerciales
destinadas a eliminar u ocultar la conexión entre los fondos ilícitos y sus actividades
delictivas originales. El lavado de dinero facilita que las ganancias ilegales ingresen a la
economía legal y se utilicen para fines legítimos, lo que dificulta rastrear sus orígenes
ilegales.
Ley Contra el Lavado de Dinero u Otros Activos: Establece las disposiciones legales
para prevenir, controlar y sancionar el lavado de dinero y activos en Guatemala. Define
las actividades que se consideran lavado de dinero, establece las obligaciones de
reporte para diversas instituciones financieras y empresas, y establece las sanciones
para aquellos que participen en actividades de lavado de dinero.
Ley Contra el Financiamiento del Terrorismo: Guatemala también tiene una legislación
que aborda el financiamiento del terrorismo y establece medidas para prevenir que se
utilicen fondos con fines terroristas.
Ley de Bancos y Grupos Financieros: Esta ley regula el sector financiero en Guatemala
y establece las responsabilidades de las instituciones financieras en la prevención y
detección del lavado de dinero y activos. Obliga a las instituciones a llevar a cabo
procedimientos de debida diligencia, reportar transacciones sospechosas y mantener
registros adecuados.
Ley de Extinción de Dominio: Esta ley permite al Estado guatemalteco confiscar los
bienes y activos adquiridos a través de actividades ilícitas, incluido el lavado de dinero.
La extinción de dominio es una herramienta que se utiliza para despojar a los
criminales de las ganancias derivadas de sus actividades delictivas.
Paraísos fiscales: Se utilizan lugares sin impuestos para resguardar el dinero y evitar
implicaciones jurídicas. La falta de supervisión del patrimonio individual motiva a los
lavadores a usar esta estrategia.
Las consecuencias legales para quienes son declarados culpables de lavado de dinero
en Guatemala son severas y están establecidas en la Ley Contra el Lavado de Dinero u
otros Activos.
Prisión inconmutable: Los responsables del delito de lavado de dinero enfrentan una
pena de prisión que oscila entre seis y veinte años.
Multa: Además de la pena de prisión, se impone una multa igual al valor de los bienes,
instrumentos o productos objeto del delito.
Comiso de bienes: Se ordena el comiso, es decir, la pérdida a favor del Estado, de los
bienes, instrumentos o productos utilizados o provenientes del delito de lavado de
dinero, a menos que pertenezcan a un tercero no responsable del hecho.
Costas y gastos procesales: Los condenados deben pagar las costas y gastos del
proceso judicial.
Imputabilidad de personas jurídicas: Las personas jurídicas pueden ser imputadas por
delitos de lavado de dinero cometidos por sus órganos regulares cuando estos actos
estén dentro del giro u objeto normal o aparente de sus negocios.
Ley Contra la Delincuencia Organizada: Esta ley establece medidas adicionales para
combatir la delincuencia organizada, que a menudo está vinculada al lavado de dinero.
Ley de Extinción de Dominio: Esta ley permite al Estado incautar los bienes y activos
relacionados con actividades ilícitas, incluyendo el lavado de dinero.
Facilitación de Medios: Implica proporcionar los medios o recursos para llevar a cabo
actividades de narcoactividad, como proporcionar vehículos para el transporte de
drogas.
Concurso de Delitos: Cuando una persona comete varios de los delitos anteriores en
un solo acto o en una serie de actos relacionados, puede enfrentar cargos de concurso
de delitos.
Venta de Bienes Decomisados: Los bienes decomisados que sean de lícito comercio se
venderán, y el producto de la venta se destinará a los fondos privativos del Organismo
Judicial. Estos fondos se utilizarán especialmente para la lucha y prevención de los
delitos relacionados con la narcoactividad.
Secuestro y Embargo: Se puede decretar el secuestro judicial penal sobre todos los
bienes, instrumentos y objetos del delito susceptibles de comiso, así como el embargo
sobre bienes suficientes para cubrir las obligaciones civiles derivadas del delito.
Destrucción de Drogas: Las drogas incautadas son destruidas de acuerdo con la orden
judicial. En el caso de plantaciones de drogas, el Ministerio Público puede autorizar su
destrucción en el mismo lugar, documentando las características y cantidad
encontradas.
Trámite legal: Inicia los procedimientos legales necesarios para llevar a cabo la
extinción de dominio de los bienes identificados. Esto implica la presentación de casos
ante los tribunales y la realización de los trámites legales correspondientes.
Administración de bienes: Una vez que los bienes son sometidos a extinción de
dominio, la unidad se encarga de administrarlos. Esto puede incluir la venta en subasta
pública, el uso por parte de instituciones públicas o cualquier otra medida que permita
la utilización adecuada de los bienes para fines de prevención y combate contra la
narcoactividad.
En primer lugar, los bienes que caen en comiso incluyen armas, objetos, dinero,
vehículos inmuebles o valores empleados en la ejecución de los delitos definidos en
esta ley, así como los que sean derivados de los mismos o adquiridos con los valores
obtenidos en la comisión de tales delitos. Los bienes decomisados de lícito comercio se
venden, y los ingresos obtenidos se destinan especialmente a la lucha y prevención de
los delitos contemplados en la ley, a excepción de los bienes mencionados en el
artículo 57, que pasan a formar parte del patrimonio de la Policía Nacional Civil.
Además, la ley otorga al juez la facultad de tomar medidas precautorias, que incluyen el
arraigo de los acusados, el embargo de bienes, la anotación de los bienes en el
Registro de la Propiedad, el secuestro de bienes, el secuestro de libros y registros
contables, la suspensión de patentes, permisos y licencias utilizados para cometer el
delito, la inmovilización de cuentas bancarias de los imputados o personas beneficiadas
por los delitos, y la clausura total o parcial de lugares utilizados para actividades
delictivas. Estas medidas precautorias tienen como objetivo garantizar la efectividad de
las resoluciones judiciales y pueden ser revocadas por el juez si así lo considera
necesario.
En última instancia, la sentencia definitiva emitida por el juez incluirá el comiso de los
bienes en secuestro y establecerá el monto de las responsabilidades civiles. Si estas
responsabilidades no se pagan dentro de los tres días posteriores a la firmeza del fallo,
se procederá a la ejecución de lo resuelto, lo que implica la subasta de los bienes
embargados y, en su caso, la adjudicación en pago.