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ARTÍCULOS
PUBLICADO EN LÍNEA: 26 DE DICIEMBRE DE 2016 | DOI: 10.1038/NGEO2864

Superciclo en la zona de subducción ecuatoriana

revelada tras el terremoto de Pedernales de 2016
J.­M. Nocquet1 *, P. Jarrín2, Sr. Vallée3, PA Mothes2, R. Grandin3, F. Rolandone1,4, B. Delouis1,
H. Yepes2 , Y. Font1,D. Fuentes2 , M. Régnier1 , A. Laurendeau2 , D. Cisneros5, S. Hernández2, A. Sladen1,
J.­C. Singaucho2 , H. Mora6 , J.Gomez5, L. Montes5 y P. Charvis1

Generalmente se supone que los grandes terremotos liberan toda la tensión acumulada desde el evento anterior, lo que implica un
riesgo sísmico reducido después de ellos. Sin embargo, largos registros de la historia sísmica en varias zonas de subducción sugieren
un comportamiento de superciclo, donde la tensión acumulada durante siglos se libera a través de grandes terremotos agrupados, lo
que resulta en un período prolongado de mayor peligro sísmico. Aquí combinamos resultados de sismología histórica, datos de
geodesia actuales y densas observaciones locales del reciente terremoto de Pedernales de Mw 7,8 de 2016 para reconstruir el
presupuesto de tensión en la zona de subducción de Ecuador desde el gran terremoto de 1906. Mostramos que el terremoto de
Pedernales implicó la ruptura sucesiva de dos parches en la interfaz de placas que estaban bloqueados antes del terremoto y muy
probablemente se superponen al área ya rota en 1942 por un terremoto similar. Sin embargo, encontramos que el deslizamiento
cosísmico en 2016 excede el déficit acumulado desde 1942. El momento sísmico de cada gran terremoto durante el siglo XX excede
aún más el déficit de momento acumulado desde 1906. Estos resultados, junto con la inactividad sísmica antes de 1906 destacada
por los registros históricos y paleosismología marina, abogan por un superciclo de terremotos en el margen Ecuador­Colombia. Este
comportamiento, que ha aumentado el riesgo sísmico durante 110 años, posiblemente todavía continúa y puede aplicarse a otras
zonas de subducción que recientemente experimentaron un gran terremoto.

registraron desplazamientos dinámicos que alcanzaron los 2 m y los datos del

D urante el de
La zona siglo XX, la
producción subdivisión
albergó Ecuador­Colombia
una de las secuencias sísmicas más acelerómetro mostraron aceleraciones máximas del suelo superiores a 1 g (ref.
grandes jamás registradas por sismómetros1–5 . La secuencia comenzó 18). A partir de una inversión de datos de GPS estáticos y de alta velocidad de
con el gran terremoto de 1906 Mw 8,5–8,82,6–8 , que rompió un segmento de campo cercano, acelerómetro, radar interferométrico de apertura sintética
aproximadamente 500 km de largo del megaterremoto desde el norte de (InSAR) y datos de sismómetros globales de banda ancha, encontramos que el
Ecuador hasta el sur de Buenaventura (latitud 3,9◦ N) en Colombia1,2 . Durante terremoto de Pedernales de 2016 rompió un segmento de 100 km de largo del
las décadas siguientes, tres grandes terremotos (Mw 7,7–8,2)2–5 rompieron megaempuje (Figs. 3 y 4 y Métodos). Se produjeron de uno a seis metros de
nuevamente varios subsegmentos dentro de la misma área, secuencialmente deslizamiento sísmico dentro de una franja estrecha de 40 km con tendencia
de sur a norte (Fig. 1). El terremoto de Pedernales de 2016 parece marcar un norte­sur en el megaempuje entre profundidades de 15 y 30 km. Nuestro
nuevo paso en la secuencia porque tuvo lugar en el mismo segmento ya roto modelo predice pequeños desplazamientos verticales en alta mar, lo que es
por el terremoto de Mw 7,8–7,9 de 19424,5 . consistente con la ausencia de una ola de tsunami notable después del terremoto
Todos los eventos de la secuencia ocurrieron en el megaempuje donde la Placa y la pequeña señal observada en tres boyas DART en el Océano Pacífico (Figura 6 complemen
oceánica de Nazca se subduce debajo de la Astilla Andina del Norte9–15 (NAS), Después de una lenta liberación de momento durante los primeros 5 s, la
un dominio del antearco que se mueve 8–11 mm año­1 hacia el noreste con ruptura se propagó hacia el sur a una velocidad promedio de 2,3 km s­1 e
respecto a la parte estable de la Placa de América del Sur12– 14. Debido a esta implicó la ruptura sucesiva de dos asperezas adyacentes distintas (Fig. 3).
partición, el movimiento relativo de Nazca/NAS es ~85% de la tasa de La segunda aspereza de 40 × 40 km2 se rompió en un corto lapso de
convergencia de la Placa de Nazca/América del Sur12,16 , lo que lleva a un aproximadamente 10 s con un deslizamiento superior a 5 m, lo que contribuyó a
déficit de deslizamiento máximo de 47 mm que se acumula cada año en la más de la mitad (2,8 × 1020 Nm, Mw 7,6) del momento total liberado (5,4 ×
megaóxido. Las mediciones del Sistema de Posicionamiento Global (GPS) 1020 Nm, Mw 7,8 ). ). Esta parte de la ruptura, ubicada a aproximadamente 20
realizadas en los años anteriores al evento de 2016 demuestran una rápida km de profundidad justo debajo de la línea costera poblada, se correlaciona con
acumulación de tensión, con un acoplamiento intersísmico espacialmente los extensos daños reportados desde Pedernales hasta Canoa (Fig. 1). Además,
los datos de movimiento
heterogéneo, confinado principalmente dentro de los 35 km menos profundos del megaempuje12,17 (Fig. 1) .del suelo (Fig. 3) y las funciones de tiempo de origen
relativo (Fig. 7 complementaria) resaltan una directividad de la ruptura hacia el
Modelo de ruptura del terremoto de Pedernales de 7,8 Mw de 2016 La sur, consistente con los severos daños observados en ciudades ubicadas al sur
ruptura del terremoto del 16 de abril de 2016 pudo observarse con de la ruptura, como Manta y Portoviejo18 . Aparte de la respuesta local del
precisión mediante datos sismológicos y geodésicos locales (Figura 2 terreno y las malas construcciones de los edificios, nuestro modelo muestra que
y Figuras complementarias 1 a 5). En la costa, GPS de alta velocidad (HRGPS)
las propiedades de ruptura desempeñaron un papel clave en el daño observado.

1Université Côte d'Azur, IRD, CNRS, Observatoire de la Côte d'Azur, Geoazur, F06560 Valbonne, Francia. 3 2759 Quito, Ecuador. 2 Instituto Geofísico, Escuela Politécnica Nacional,
4
Instituto de Física del Globo de París, Sorbonne Paris Cité, Universidad Paris Diderot, UMR 7154 CNRS, F75005 París, Francia.
Universidades de la Sorbona, Universidad UPMC París 06, CNRS, Instituto de Ciencias de la Tierra de París (ISTeP), F75005 París, Francia. 5
Instituto Geográfico
Militar, 2435 Quito, Ecuador. 6
Servicio Geológico Colombiano, Proyecto GNSS GeoRED, Centro de Procesamiento y Análisis de Datos Geodésicos, Bogotá,
Colombia. *correo electrónico: nocquet@geoazur.unice.fr

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ARTÍCULOS
Acoplamiento
(%)
100
80
−10
2° norte
60
40 1979 Mw 8,2
20 0
Placa de Nazca
ruptura
1906
1958 Mw 7,7
Nazca/
Astilla del norte de los Andes
1° norte
Esmeraldas
dutitaL
1906 Mw 8,8
47 mm año­1 Muisne
Cojimies
2016 Mw 7,8
andino
0°
Pedernales
1942 Mw 7,8
Gente
Norte
Canoa
81° O 80° O
Longitud
Figura 1 | Mapa de grandes terremotos anteriores y acoplamiento intersísmico a lo largo de la
zona de subducción central de Ecuador y sur de Colombia. la linea negra
con triángulos indica la ubicación de la zanja. Las estrellas negras indican la ubicación de
los epicentros de los grandes terremotos del siglo XX. Las líneas blancas gruesas delimitan
el área de mayor momento de liberación de los terremotos5 , mientras que la línea blanca que
sigue la trinchera muestra la extensión de ruptura propuesta para el gran terremoto de Mw
8,8 de 19062 . Se muestran el epicentro (estrella amarilla, este estudio) y el mecanismo
focal del terremoto de Pedernales del 16 de abril de 2016. La escala de colores en la
esquina superior izquierda indica el acoplamiento espacial intersísmico derivado de las
mediciones GPS de 1994 a 2013.
Las líneas grises discontinuas son contornos de profundidad de la interfaz de subducción
cada 10 km (ref. 41).
Presupuesto de
deformación La Figura 4 muestra una notable correlación espacial entre la
distribución de deslizamiento cosísmico y los modelos de acoplamiento
intersísmico. La ruptura solo se propagó marginalmente hacia áreas de bajo
acoplamiento intersísmico (<20%) mientras que un deslizamiento sísmico mayor
(>2 m) ocurrió en áreas de mayor acoplamiento (>60%). Esta correlación, ya
observada en terremotos recientes19,20, es consistente con un modelo en el que
la interfaz de subducción está compuesta de asperezas sísmicas discretas que
persisten durante el período intersísmico y están separadas por zonas asísmicas
débiles2 . El área de ruptura de 2016 abarca las ubicaciones de epicentro
propuestas para el terremoto de Mw 7,8–7,9 de 19424,5,21 (Fig. 4).
En los Métodos, mostramos que, a pesar de las incertidumbres inherentes a la
escasez de registros en 1942, la información disponible coincide con una gran
superposición entre las distribuciones de deslizamiento de los terremotos de 2016
y 1942, como se propone en la ref. 8. Bajo este supuesto, primero observamos
que los ~6 m de deslizamiento sísmico máximo exceden en gran medida el déficit
una ventana de tiempo superior a 110 años. Una explicación simple podría ser
de deslizamiento de 3,5 m acumulado desde 1942, suponiendo un acoplamiento completo.
Se ha observado un exceso en varios terremotos recientes22–25 y generalmente
se atribuye a la dinámica de la ruptura22,26 o al hecho de que el terremoto
anterior no restableció por completo el déficit de deslizamiento27,28. Aquí,
integrado a la escala de toda la zona de ruptura de 2016, encontramos que el
deslizamiento durante el terremoto de 2016 excede entre un 30 y un 60% el déficit
de deslizamiento estimado a partir de los modelos de acoplamiento intersísmico
extrapolados durante el período 1942­2016, favoreciendo por lo tanto esta última
explicación. . Para el período 1906­1942, el terremoto de 19425 tuvo un momento
(M0 =6–8×1020 Nm, Mw 7,8–7,9) de tres a cinco veces mayor que el déficit de
momento acumulado durante 36 años al ritmo actual. Concluimos que la tasa
sísmica en el segmento Pedernales no es consistente con la idea de rupturas
sucesivas (1906, 1942, 2016) del mismo
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aspereza, liberando el déficit de deslizamiento y momento acumulado desde el
terremoto anterior. Aunque reconocemos incertidumbres potencialmente grandes
en los modelos de acoplamiento intersísmico cerca de la trinchera donde los datos
GPS proporcionan bajas restricciones (ver Métodos y Figura complementaria 10)
−20
−40
−30
o la posibilidad de variaciones temporales en la acumulación de tensión29,30, se
Colombia llevaron a cabo cálculos similares en muchos segmentos de subducción en otros
lugares . condujo sistemáticamente a la conclusión de momentos sísmicos más
pequeños que el déficit de momento estimado a partir de modelos basados en
GPS de acoplamiento intersísmico19,20,31 . Se espera este resultado porque el
Ecuador deslizamiento posterior después de grandes terremotos32, los eventos episódicos
de deslizamiento lento o la sismicidad moderada20 contribuyen a liberar una
fracción de la tensión acumulada. El terremoto de 2016 parece ser anormalmente
grande en comparación con el balance de momento obtenido en otras zonas de
subducción. Una conclusión similar también se sostiene si se considera la hipótesis
Astilla
alternativa según la cual los terremotos de 1942 y 2016 tuvieron áreas de
deslizamiento principales cercanas pero diferentes. Como se desconoce la
distribución del deslizamiento del terremoto de 1942, asumimos de manera
conservadora que liberó la mayor parte de su momento en un área de la interfaz
comprendida entre la latitud 0.5◦ S– 0.5◦ N a lo largo del rumbo y desde la trinchera
hasta 40 km de profundidad. Encontramos que el área seleccionada acumula un
79° O
déficit de momento de 8 ± 1,5 × 1018 Nm cada año (ver Métodos).
Este valor equivale para el período 1906­1942 a solo del 30% al 60% del momento
liberado por el terremoto de 1942, o del 50% a un máximo del 90% del momento
liberado por los terremotos de 1942 y 2016 juntos para el período 1906­1942.
Periodo 2016. El momento en que se rompió el presupuesto para los otros
segmentos de las zonas de subducción Ecuador­Colombia durante el siglo XX
constituye un argumento aún más sólido.
Suponiendo un acoplamiento total sobre sus respectivas áreas de ruptura,
encontramos que el terremoto de 1958 Mw 7,7 en el norte de Ecuador5 tuvo un
momento sísmico que excedió entre un 50% y un 180% el momento acumulado
desde 1906. Para el terremoto de 1979 Mw 8,2 en el sur de Colombia2,5 , el
momento sísmico El momento es al menos un 70% mayor que el momento
acumulado desde 1906 (ver Métodos). Descartamos errores en la velocidad de
movimiento de la placa como un posible sesgo de nuestros cálculos. De hecho,
una estimación directa utilizando los sitios GPS en las Islas Galápagos ubicadas
a 1.000 km de la costa frente al margen de Ecuador indica una tasa de
convergencia Nazca/NAS de 47 mm año­1 . La cinemática de la NAS se deriva de
mediciones de GPS distribuidas en una gran área desde la latitud S hasta 4,6◦ N
◦ con una deformación interna insignificante y es consistente 3 con las tasas de
deslizamiento del Holoceno en las fallas continentales que acomodan su
movimiento12. Por lo tanto, la incertidumbre de la tasa de deslizamiento en el
megaempuje es como mucho de unos pocos milímetros por año, demasiado
pequeña para explicar la discrepancia en los presupuestos de momento encontrada aquí.
Superciclo sísmico En modelos
simples del ciclo sísmico, los terremotos grandes y grandes liberan la tensión
elástica acumulada durante el período intersísmico anterior en asperezas muy
bloqueadas, restableciendo el déficit de deslizamiento y momento. El balance de
momentos durante la secuencia sísmica Ecuador­Colombia desafía esta visión.
En el segmento de Pedernales, independientemente de si el terremoto de 1942
tuvo una gran superposición con la ruptura de 2016, los terremotos de 1942 y
2016 corresponden a una liberación de un déficit de momento acumulado durante
que el terremoto de 1906 no liberó toda la tensión acumulada antes y posiblemente
ni siquiera rompió las áreas donde ocurrieron los terremotos de 1942 y 2016. Esto
sería consistente con magnitudes menores propuestas para este gran terremoto7,8 .
Aun así, tanto el deslizamiento máximo como el promedio durante el evento de
2016 indican que persistió un déficit de deslizamiento residual significativo después
del terremoto de 1942.
En la parte norte de la zona del terremoto de 1906, donde la superposición con
los terremotos de 1958 y 1979 es menos dudosa, el momento liberado por los
terremotos supera aún más claramente la tensión acumulada desde 1906.
El alto índice de sismicidad observado desde 1906 contrasta con la falta de
registros históricos de grandes terremotos en la costa de Ecuador
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a b
1,0° norte
80cm 15cm

1° norte

LOS
0,5° norte LOS (cm) 0
(cm) 60
50
6 40
0° 0° 30
4
20
2
10
0 30 10
−2 −4 −6
0
−10
dutitaL

dutitaL
0,5°S

1°S
0
1.0°S

LOS LOS

1,5° 2°S
S 81,5° O 81° O 80,5° O 80° O 79,5° O 79° O 81° O 80° O 79° O 78° O

Longitud Longitud

Figura 2 | Desplazamientos estáticos cosísmicos a partir de GPS e InSAR. a, datos de campo cercano. Las flechas blanca y roja muestran los desplazamientos GPS horizontales y verticales respectivamente. El desplazamiento de la línea

de visión (LOS) para el interferograma descendente ALOS­2 envuelto (1 de abril de 2016–29 de abril de 2016) con una franja cada 12,125 cm se muestra utilizando la escala de colores que se muestra a la izquierda. El vector LOS

está indicado por la flecha negra. El desplazamiento positivo corresponde al movimiento que se aleja del satélite. La estrella blanca muestra la ubicación del epicentro de este estudio. b, Datos de campo intermedio y lejano. Las flechas

blancas muestran desplazamientos horizontales. El interferograma descendente de Sentinel­1 sin envolver (del 12 de abril de 2016 al 24 de abril de 2016) se muestra utilizando la escala de colores que se muestra a la izquierda de

la figura.

a b d
6 segundos 30 segundos 30 1,0° norte

0,25° norte 25 AATC

3 20 0,5° norte
mamá
0° 15
−20
2 1
−40 10 0° PDNS
0,25°S
dutitaL

50
)10­1s×m
N(

CABP FLFR
81

0,5°S

dutitaL
0,50°S 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
s
C 1.0°S AMNT
12 segundos 36 segundos 5­23 segundos

3
1
0,25° norte 3 0,25° norte

81,0 80,5 80,0 79,5 79,0

0° 2 1 0° 2
4 Longitud (°O)
0,25°S 0,25°S Es AATC 5
3
dutitaL

dutitaL

50 50 0
0,50°S 0,50°S
mc

−5 −5 −5
25­33 segundos
18 segundos 42 segundos
mamá 10 5
0,25° norte 2 3 0,25° norte 5
0 0
1 0 −5
mc

0° 2 1 0° −10 −5
4
3 0 0
0,25°S 3 0,25°S PDNS 0
dutitaL

2
dutitaL

−50 −20
mc

−20
0,50°S 0,50°S
0 100
CABP
−50 50
33­53 segundos
−100
24 segundos 48 segundos

0­50­100
mc

0,25° norte 3 3 −150 0

0,25° norte

FLFR 40
0° 2 1 1 0° 0
4
2 20
0 −20
mc

0,25°S 0,25°S 0­50­100

dutitaL

dutitaL

3
1

40 20
0,50°S 0,50°S 10 AMNT
20
0 0
0
mc

−10 −20 −20

80,50 80,25 80,00 79,75 80,50 80,25 80,00 79,75 80,50 80,25 80,00 79,75 0 50 100 0 50 100 0 50 100
Longitud (°O) Longitud (°O) Longitud (°O) s ss

Figura 3 | Evolución temporal de la rotura y ajuste a datos HRGPS y acelerómetro. a, Instantáneas de deslizamiento acumulado cada 6 s, codificadas por colores (igual que en la Fig. 4a) y con intervalos de contorno cada metro. Las líneas

rojas son contornos de profundidad de la interfaz de subducción cada 20 km (ref. 41). b, función de tiempo de origen. c, Instantáneas seleccionadas que muestran las tres fases principales de la ruptura durante las ventanas de tiempo de 5

a 23, 25 a 33 y 33 a 53 s. Estas instantáneas muestran la propagación de la ruptura hacia el sur y la liberación del momento principal que ocurre entre 25 y 33 s durante la ruptura de la segunda aspereza. d, Mapa de ubicación

de los datos de HRGPS (triángulos) y acelerómetro (cuadrados) utilizados en el estudio. e, series de tiempo HRGPS observadas (líneas negras) y modeladas (líneas rojas) y acelerogramas integrados para los componentes este

(izquierda), norte (centro) y arriba (derecha). La escala de desplazamiento está en centímetros y el tiempo en segundos con referencia al tiempo de origen del terremoto. Los datos y los sintéticos se filtran por debajo de 0,08 Hz

y se mantienen osets estáticos para las estaciones HRGPS más cercanas (PDNS, CABP, FLFR). Las amplitudes más altas y una señal más simple registrada en AMNT en comparación con AATC resaltan la propagación hacia el sur y

la directividad resultante hacia el sur.

antes del siglo XX15. Ciudades como Portoviejo y Manta fueron fundadas durante el siglo XVI y reportaron daños de tanto los terremotos de 1942 como los de 201618,34. Sólo existe una remota probabilidad de que un terremoto similar

intensidad III por el terremoto de la corteza terrestre de Riobamba de 1797 M7,5–7,9, ubicado a 230 km tierra al de 2016 los hubiera golpeado aproximadamente cada siglo sin dejar ningún relato histórico.

adentro33. Ambas ciudades sufrieron graves daños durante

Por lo tanto proponemos que la zona de subducción Ecuador­Colombia

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 (%)
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Ac
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b 0,5° norte
100
a 80
−20
0,5° norte −10
0° 60
3
1 −30 −40
1 40

dutitaL
20
3 0,5°S
0
1

0° 2
Deslizamiento

81° O 80,5° O 80° O 79,5° O

dutitaL

3
(m) 7 6 5
4 Longitud

4 C
0,5° norte
0,5°S 3
2
1 2016
0°
3
2 1

dutitaL
81° O 80,5° O 80° O 79,5° O
0,5°S
Longitud
1942

81° O 80,5° O 80° O 79,5° O

Longitud

Figura 4 | Distribución espacial del deslizamiento del terremoto de Pedernales de 2016. a, Los colores de verde a rojo muestran la extensión y cantidad de deslizamiento cosísmico
(escala de 1 a 7 m) con intervalos de contorno cada metro. La estrella blanca muestra la ubicación del epicentro de este estudio (longitud 80,17◦ W, latitud 0,35◦ N). Las líneas negras
discontinuas son contornos de profundidad de la interfaz de subducción cada 10 km (ref. 41). b, Mapa de acoplamiento espacial intersísmico como en la Fig. 1 junto con los contornos
de deslizamiento para 1, 3 y 5 m. c, Distribución de deslizamiento con el área principal de liberación de momento para el terremoto de 1942 Mw 7,8–7,95 superpuesta. Los mecanismos
focales de los terremotos de 19425 y 2016 se muestran con sus respectivos epicentros (estrellas blancas). La estrella negra indica la reubicación del epicentro de 1942 de
ISC­GEM21 .

ilustra en la actualidad un comportamiento de falla predicho por modelos físicos 5. Swenson, JL & Beck, SL Terremotos de subducción históricos en Ecuador de 1942 y Perú de 1942,
que incluyen variación espacial de la fricción de la falla35 e identificado por y ciclos sísmicos a lo largo de los segmentos de subducción de Colombia­Ecuador y

estudios paleoseismológicos36–39, mostrando terremotos agrupados
temporalmente separados por períodos de inactividad sísmica. Un estudio
reciente de paleosismología marina en el margen ecuatoriano respalda aún más
esta opinión, ya que los depósitos provocados por terremotos muestran turbiditas
similares a las de 1906, hace aproximadamente 600 años, seguidas por un grupo
de eventos con un tiempo de recurrencia de 40 a 70 años y luego un período de
Perú. Pura aplicación. Geofís. 146, 67­101 (1996).
6. Abe, K. Tamaño de los grandes terremotos de 1837­1974 inferido de datos de tsunamis.
J. Geophys. Res. 84, 1561­1568 (1979).
7. Okal, EA Uso de la magnitud del manto Mm para la reevaluación del
Momento de los terremotos históricos. Pura aplicación. Geofís. 139, 17–57 (1992).
8. Ye, L. et al. El terremoto de Mw 7,8 (Ms 7,5) del 16 de abril de 2016 en Ecuador: un
cuasi repetición del terremoto de Ms 7,5 de 1942 y rerupción parcial del terremoto de

inactividad de aproximadamente 300 años. precedente a la secuencia del siglo XX40 .
Los modelos de evaluación de peligro sísmico comúnmente suponen que la
probabilidad de ocurrencia de un gran terremoto (7 < M < 8) en las décadas
posteriores a un gran terremoto (M ≥8,5) se reduce localmente, debido al tiempo
requerido para recargar la falla. Como ahora hay varios segmentos de
subducción después de un gran terremoto, la lección aprendida de la zona de
subducción de Ecuador­Colombia es que un gran terremoto también puede tener
el efecto opuesto de iniciar una fase de mayor liberación sísmica, donde los
grandes terremotos ocurren con mayor frecuencia. con mayor frecuencia que
durante los siglos anteriores al gran terremoto.
Métodos
Los métodos, incluidas las declaraciones de disponibilidad de datos
y los códigos de acceso y referencias asociados, están disponibles en la
versión en línea de este documento.
Recibido el 27 de septiembre de 2016; aceptado el 23 de noviembre de 2016;
publicado en línea el 26 de diciembre de 2016
Referencias 1.
Kelleher, JA Zonas de ruptura de grandes terremotos en América del Sur y algunas predicciones.
J. Geophys. Res. 77, 2087–2103 (1972).
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largo de la costa Ecuador­Colombia. Toro. Sísmol. Soc. Soy. 72, 1241­1253 (1982).
3. Beck, SL & Ruff, LJ El proceso de ruptura de la Gran Colombia de 1979
Terremoto: evidencia del modelo de aspereza. J. Geophys. Res. Tierra sólida 89, 9281–9291
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4. Mendoza, C. & Dewey, JW Sismicidad asociada con los grandes
Terremotos Colombia­Ecuador de 1942, 1958 y 1979: implicaciones para los modelos
de barrera de ruptura sísmica. Toro. Sísmol. Soc. Soy. 74, 577–593 (1984).
Ms 8,6 de 1906 en Colombia­Ecuador. Planeta Tierra. Ciencia. Letón. 454, 248–258
(2016).
9. Pennington, W. Subducción de la cuenca oriental de Panamá y sismotectónica del noroeste de
América del Sur. J. Geophys. Res. Tierra sólida 86, 10753–10770 (1981).
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ARTÍCULOS
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de subducción global. J. Geophys. Res. Tierra sólida 117, B01302 (2012).
Agradecimientos Este trabajo ha
sido apoyado por el Institut de Recherche pour le Développement de Francia (IRD) y el
Instituto Geofísico, Escuela Politécnica Nacional (IGEPN), Quito, Ecuador en el marco del
Laboratorio Internacional Conjunto 'Terremotos y Volcanes en los Andes del Norte ' (concesión
IRD 303759/00). Financiamiento previo de la Agence Nationale de la Recherche de
Francia (subvención ANR­07­BLAN­0143­01), Program National de Télédétection Spatiale
(subvención PNTS­2015­09), SENESCYT (subvención Fortalecimiento del Instituto
Geofísico) y SENPLADES (subvención Se reconoce Generación de Capacidades para
la Difusión de Alertas Tempranas) de Ecuador. Agradecemos al Instituto Geográfico Militar (IGM)
y a la OCP de Ecuador, y al Servicio Geológico Colombiano, Proyecto GeoRED de
Colombia por el uso de sus datos. Agradecemos a las redes sísmicas globales de banda
ancha pertenecientes a la FDSN (en particular IRIS y GEOSCOPE) y a los contribuyentes de
IGS por el acceso gratuito a sus datos sísmicos y GPS de banda ancha. Se agradece el
apoyo de la ANR JCJ EPOST (subvención ANR­14­CE03­0002) y de la oficina del
IRD en Ecuador durante el análisis y el estudio post­terremoto. Finalmente,
agradecemos a M. Ruiz y A. Alvarado de IGEPN por el apoyo logístico durante las
semanas posteriores al terremoto y a G. Ponce por su ayuda con los datos sismológicos.
Contribuciones de los autores J.­
MN coordinó el trabajo y escribió el artículo con FR, MV, RG y HYPAM, AS y PC editaron el
artículo. MV y BD realizaron la inversión de deslizamiento cinemático.
RG llevó a cabo análisis InSAR. DF, SH y BD determinaron la ubicación del epicentro.
AL y J.­CS realizaron el análisis de los datos del acelerómetro. AS realizó el análisis del
tsunami. J.­MN, FR, PJ y DC realizaron análisis GPS. YF, PJ, MR, PAM, J.­MN, FR y MV
mantienen las redes geodesia y sismológica desde 2008.
PJ, FR, PAM, DC, HM y J.­MN llevaron a cabo trabajos de campo para recopilar datos
después del terremoto. JG, LM y PC contribuyeron con apoyo logístico.
Información adicional La información
complementaria está disponible en la versión en línea del documento. La información sobre
reimpresiones y permisos está disponible en línea en www.nature.com/reprints.
La correspondencia y las solicitudes de materiales deben dirigirse a J.­MN
Intereses financieros en competencia Los
autores declaran no tener intereses financieros en competencia.
5
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ARTÍCULOS
Métodos Datos
geodésicos. Analizamos los datos del GPS utilizando el software GAMIT/GLOBK v10.642,
utilizando la estrategia descrita en la ref. 12. Para los sitios GPS continuos43 (CGPS), los
desplazamientos estáticos cosísmicos se derivan de la diferencia entre la posición obtenida el día después
del terremoto (17 de abril de 2016) y la posición antes del terremoto promediada durante 3 días. Los
sitios GPS de la campaña se midieron entre 3 y 14 días después del terremoto. Contabilizamos los
desplazamientos postsísmicos en los sitios CGPS interpolando el desplazamiento
postsísmico observado en los sitios CGPS más cercanos, restamos el valor obtenido y sumamos
de manera conservadora una incertidumbre correspondiente al 30% del desplazamiento postsísmico
interpolado. Usamos el código TRACK42 para procesar datos de 1 muestra por segundo, con
respecto a un sitio de referencia ubicado a 400 km al este de la ruptura, asegurando que no haya
superposiciones temporales de las ondas sísmicas. Utilizamos datos SAR de la banda C Sentinel­1
(Agencia Espacial Europea, longitud de onda 5,55 cm) y la banda L ALOS­2 (Agencia Japonesa
de Exploración Aeroespacial, longitud de onda 24,25 cm) para determinar el desplazamiento
cosísmico de la línea de visión hacia el interior. Los interferogramas de franja ancha de Sentinel­1
(modo IW) se calculan utilizando una versión modificada44,45 del software ROI_PAC46 disponible en
https://github.com/RaphaelGrandin/ROI_PAC­Sentinel1. Los interferogramas de amplia franja
ALOS­2 (modo WD1) se calculan utilizando el software GMTSAR47. Procesamos dos interferogramas
Sentinel­1 de los pases ascendente (29 de marzo de 2016–22 de abril de 2016) y
descendente (12 de abril de 2016–24 de abril de 2016), y un interferograma ALOS­2 en el
pase descendente (1 de abril de 2016–29 de abril de 2016 ). El componente de fase topográfica se
corrige utilizando SRTM DEM48. Se aplica un filtro adaptativo49 antes de desenvolver utilizando el
algoritmo de corte de rama50 corregido manualmente contra errores de desenvolvimiento. Los retrasos .
atmosféricos estratificados evidentes en los interferogramas Sentinel­1 se corrigen
empíricamente calculando una relación fase­elevación cuadrática lejos de la zona de deformación para
elevaciones superiores a 500 m sobre el nivel del mar. Una tendencia regional norte­sur en el interferograma
ALOS­2, probablemente debido a efectos ionosféricos. y/o errores orbitales, se corrige
empíricamente calculando una superficie polinómica de primer orden alejada de la zona de
deformación. Ambos interferogramas descendentes de Sentinel­1 y ALOS­2 muestran un
patrón de franja elíptica con un movimiento máximo del suelo de ~65 cm lejos del satélite, consistente con
hundimiento y movimiento horizontal hacia la trinchera sobre la base de la zona de ruptura. Debido a
un lapso de tiempo más largo y una menor coherencia de la banda C en áreas de tierras bajas con
vegetación, el interferograma ascendente Sentinel­1 no es lo suficientemente coherente como para
garantizar un desenvolvimiento de fase confiable en el área de máxima deformación y no se usó en la
inversión.
Métodos de inversión cinemática de ruptura. La inversión cinemática de ruptura incluye cinco conjuntos
de datos: HRGPS, GPS estático, acelerogramas (Figura 1 complementaria), InSAR y ondas corporales
a escala global. Seleccionamos desplazamientos GPS con magnitud superior a 1 cm y dentro de 200 km
del epicentro. Los interferogramas ALOS­2 y Sentinel­1 se han muestreado de acuerdo con el
gradiente de deformación local. Los tres componentes en el desplazamiento de ocho GPS de alta
velocidad y de diez acelerómetros fueron filtrados de paso de banda entre 0,015 Hz y 0,08 Hz,
excepto cuando el ruido de baja frecuencia en los acelerómetros requirió aumentar el límite inferior (a
veces hasta 0,04 Hz). . Los datos seleccionados del HRGPS y del acelerómetro garantizan un muestreo
homogéneo del área cercana al terremoto. A escala global, utilizamos 15 registros de banda ancha
de ondas P y 10 de ondas SH de la FDSN (Federación de Redes Sismográficas Digitales) con
diferente cobertura azimutal y patrón de radiación. Todas las formas de onda se filtraron con paso
de banda en un desplazamiento entre 0,005 Hz y 0,25 Hz.
Todos los conjuntos de datos se invirtieron simultáneamente utilizando el método de ref. 51, recientemente
adaptado y aplicado al estudio de megaterremotos52,53. La geometría del modelo consta de un
único segmento de falla de 150 km de largo y 80 km de ancho, dividido en 120 subfallas cuadradas
(Figura 1 complementaria). La geometría elegida con un rumbo constante (26◦) y un buzamiento
(23◦) es consistente con el mecanismo focal derivado de los datos telesísmicos (Global CMT54,
SCARDEC55) y el modelo SLAB1.0 (ref. 41) cerca de la costa. Dado que las inversiones iniciales
descartaron un deslizamiento significativo en alta mar a poca profundidad, no se requirió una
geometría más compleja que incluyera un buzamiento menos profundo cerca de la zanja. El modelo de
falla está incrustado en una estructura de corteza estratificada, determinada mediante el
modelado de las formas de onda sísmicas de un terremoto de Mw 5,2 (25 de noviembre de 2010).
Este enfoque garantiza que la complejidad de la forma de onda (hasta 0,08 Hz) debida a los efectos de
propagación se tendrá en cuenta en nuestra inversión. Los sismogramas sintéticos locales (HRGPS y
datos acelerométricos), los desplazamientos telesísmicos P y SH y los desplazamientos
estáticos sintéticos (GPS estático e InSAR) se calcularon utilizando el método del número de onda
discreto56, el enfoque de reciprocidad57 y el enfoque de la función de Green de la ref. 58
respectivamente, todos calculados consistentemente utilizando el medio estratificado (Tabla complementaria
3).
El tiempo de origen del terremoto y la ubicación del hipocentro se determinaron en el mismo modelo de la
corteza terrestre combinando los tiempos de llegada y las primeras direcciones de movimiento
registradas en 8 acelerómetros. El epicentro se encuentra a 81,17◦ de longitud W, latitud 0,35◦ N,
profundidad 17 km. La hora de origen del terremoto es el 16 de abril de 2016, 23 h 58 m 33 s.
La ruptura continua se aproxima mediante la suma de fuentes puntuales en el centro de cada subfalla.
Para cada fuente puntual, la función temporal de la fuente local está representada por dos funciones
triangulares isósceles superpuestas de duración igual a 5 s. Para cada una de las 120 subfallas, los
parámetros a invertir son el deslizamiento
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tiempo de inicio, el ángulo de inclinación y las amplitudes de las dos funciones triangulares.
Se realiza una inversión no lineal utilizando un algoritmo de optimización de recocido simulado. El
criterio de convergencia se basa en la minimización del desajuste de los datos cuadráticos
medios, con una restricción de minimización de momento y restricciones de suavizado opcionales
en el deslizamiento cosísmico, la velocidad de ruptura y las variaciones del ángulo de incidencia,
utilizadas para penalizar modelos innecesariamente complejos.
Desajuste del modelo de fuente cinemática. El modelo que se muestra en las figuras 3 y 4 corresponde a
una inversión de deslizamiento de falla cinemática obtenida al darle el mismo peso a GPS estático,
movimientos locales del suelo (HRGPS y acelerómetros) y datos telesísmicos, mientras que la mitad de
este peso se aplica a InSAR para tener en cuenta potencial desplazamiento postsísmico. La
velocidad de ruptura está limitada a estar entre 1 km s−1 y 3,3 km s−1 y la inclinación puede
variar en ±25◦ alrededor de un valor promedio de 122◦ . Se
aplicaron pequeñas restricciones de suavizado sobre la amplitud del deslizamiento, la velocidad de ruptura
y el ángulo de desprendimiento, así como una restricción de minimización del momento global. La
concordancia entre las predicciones del modelo y el movimiento local del suelo (HRGPS y datos del
, acelerómetro) se muestra en la Fig. 3 y en la Fig. 2 complementaria. Para los desplazamientos
cosísmicos estáticos del GPS, la raíz cuadrática media ponderada de los residuos es 8 mm, 6 mm
y 12 mm para los componentes este, norte y arriba respectivamente (Figura
complementaria 4). Para InSAR, la raíz cuadrática media de los residuos es de 12 y 20 mm para los
interferogramas Sentinel­1 y ALOS­2. Cerca de la costa se encuentran residuos más grandes, de hasta 5
cm para el interferograma ALOS­2 (Figura complementaria 5), lo que refleja la deformación postsísmica
entre la fecha del terremoto y el momento de la adquisición de ALOS­2 (29 de abril de 2016), pero
no afectan el modelo debido al menor peso otorgado a los datos InSAR en comparación con los datos
de campo cercano del GPS.
Validación del modelo a partir de la función de tiempo de fuente relativa y datos de tsunami. Como primera
validación independiente del modelo fuente, comparamos las predicciones de nuestro modelo con
ondas superficiales de banda ancha registradas en estaciones telesísmicas. Adoptamos un enfoque
empírico de la función Green (EGF), utilizando como EGF la réplica de Mw 6,7 (18 de mayo de 2016,
7 h 57). Las funciones de tiempo de fuente relativa (RSTF) se obtienen utilizando una técnica de
deconvolución estabilizada59, con cuatro restricciones físicas sobre las RSTF (causalidad, positividad,
duración limitada y área igual) impuestas en el proceso de deconvolución. La Fig. 7 complementaria
muestra las RSTF de las ondas de Love, registradas en diez estaciones del FDSN (curvas
rellenas), junto con las RSTF derivadas de nuestro modelo espacio­temporal, considerando una
velocidad de fase de las ondas de Love igual a 4,5 km s­1. Debido a que las variaciones de
los RSTF de ondas superficiales en función del acimut de la estación son fuertemente sensibles a las
propiedades horizontales del proceso de ruptura, la similitud entre los RSTF observados y calculados
es una validación independiente de nuestro modelo fuente. Confirma dos de las principales
características de propagación del terremoto: la propagación de la ruptura hacia el sur, con
una velocidad de ruptura promedio de 2,3 km s­1; y la ubicación espacio­temporal de la mancha
de deslizamiento dominante.
Como segunda validación independiente, utilizamos observaciones de tsunamis registradas en
las tres boyas de aguas profundas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica
(NOAA), siendo las más cercanas a la ruptura (boyas 32067, 32411 y 32413, figura complementaria 6).
Las tres boyas están situadas en acimutes diferentes de la fuente y, por lo tanto, son sensibles
a partes relativamente diferentes de la fuente. La primera oscilación del tsunami aparece claramente en
todas las estaciones, pero las señales son de amplitud relativamente pequeña (1 cm en las
estaciones 32411 y 32413) en comparación con el nivel de ruido (0,3 a 0,5 cm). Dado que la
baja relación señal­ruido podría inducir un sesgo en la inversión del deslizamiento de falla finita,
restringimos nuestro análisis a una predicción directa. Simulamos el tsunami correspondiente a
nuestro modelo de fuente de falla finita preferido utilizando un código numérico estándar de
diferencias finitas que implementa la teoría clásica no lineal de aguas poco profundas60. La
onda del tsunami se genera suponiendo que la deformación del fondo del mar causada por el terremoto
se transmite total e instantáneamente a la columna de agua de arriba. Se tiene en cuenta el efecto
batimétrico de "advección"61, que no es despreciable cerca de la trinchera62. La simulación se ejecuta
utilizando el modelo de relieve global de 1 minuto de arco ETOPO1.
Nuestra simulación de tsunami predice muy bien el tiempo de llegada, la magnitud y las principales
oscilaciones de la primera ola en las tres estaciones marinas (Figura complementaria 6).
El momento de las primeras olas del tsunami está directamente relacionado con la extensión de la
ruptura en alta mar. Por lo tanto, estos resultados del tsunami respaldan nuestro modelo preferido
de deslizamiento de falla finita y también nuestra interpretación de que la ruptura tuvo una
extensión costa afuera muy limitada, lo que explica la ausencia de un tsunami significativo
después del terremoto.
Superposición entre la ruptura de 1942 y 2016. Revisamos las diferentes observaciones disponibles para
discutir la superposición entre las áreas de ruptura de 1942 y 2016. Con un mecanismo de empuje y
un ángulo de inclinación poco profundo, el mecanismo focal indica que el evento de 1942 es un evento
de interfaz de subducción. Para este evento se han determinado dos ubicaciones de hipocentro4,21.
Ambos están ubicados dentro de áreas de deslizamiento significativo (~1 m) durante el terremoto de
2016 (Fig. 4 y Fig. complementaria 8). Las profundidades propuestas4,21 (19,7, 20 km) y buzamiento
5
(valor preferido de 20◦) son consistentes con el
Modelo de geometría de interfaz de subducción SLAB1.0 (ref. 41) para una ubicación a 70 km de
la zanja y con una ubicación similar al terremoto de 2016 determinada a partir de datos telesísmicos
(profundidad 17 km, buzamiento 19◦ –24◦, http:// www.emsccsem.org/Earthquake/
tensors.php?id=501158&id2=BIGQ7;INFO). Ambos
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Los terremotos no generaron tsunamis significativos, lo que sugiere que ambos no indujeron
movimientos verticales muy grandes en alta mar. Ambas distribuciones de réplicas muestran un patrón
muy específico con dos franjas de mayor densidad de terremotos ubicadas en la latitud 0,75◦ N y 0,2◦ S
respectivamente (Figura complementaria 8), también activas durante el período intersísmico63. Por lo
tanto, la distribución de las réplicas de 2016 no describe directamente la distribución del deslizamiento
cosísmico, sino que estimula áreas propensas a la sismicidad durante el período intersísmico.
Aunque las réplicas de 1942 parecen ser menos profundas en promedio, la reubicación de los eventos más
grandes del catálogo ISC­GEM21 los desplaza hacia el este unos 20 km. Así, dentro de las
incertidumbres, los terremotos de 1942 y 2016 activaron una zona similar de réplicas. La máxima intensidad
del terremoto de 1942 se encuentra en una zona que se extiende desde el sur de Pedernales hasta el
norte de Manta5 . Sugiere que las ondas sísmicas tenían una energía más fuerte en esa zona, como
también la tuvieron durante el terremoto de 2016. Aunque ciertamente no demuestra la superposición, la
similitud de los mapas de intensidad de 1942 y 2016 añade una observación que favorece una ubicación
similar de ambos terremotos. Finalmente, comparamos los sismogramas de los terremotos de 1942 y
2016 registrados en la estación DBN (Países Bajos). En 1942, un sismómetro Galitzin (período dominante
de 25 s) registró claramente la componente este de la onda P5 .
La estación sísmica DBN está ahora equipada por KNMI
(Koninklijk Nederlands Meteorologisch Instituut) con un instrumento digital de largo período, que
opera en un amplio rango de frecuencia que incluye la banda de frecuencia del Galitzin (http://rdsa.knmi.nl/
dataportal). La figura complementaria 9a muestra el componente este del terremoto de 2016, primero
desconvolucionado de la respuesta del sensor moderno de período largo y luego reconvolucionado por la
respuesta de Galitzin, de modo que ambas señales puedan compararse directamente. La comparación
confirma que el terremoto de 2016 tuvo una duración mayor que el de 1942. Por lo tanto, el terremoto de
2016 no puede considerarse una repetición estricta del de 1942. La comparación respalda además una
duración relativamente corta de 24 s para el terremoto de 1942, lo que implica que la mayor parte del
momento se liberó en las proximidades del hipocentro5 . Sin embargo, existe una clara similitud de las formas
de onda al cambiar las formas de onda de 1942 en aproximadamente 15 s (Figura complementaria 9b),
como también se encuentra en la ref. 8. Esto indica que el mecanismo focal y la profundidad de los
terremotos de 1942 y 2016 son similares. Dada la ubicación propuesta para el hipocentro de 1942
y el cambio de tiempo observado, la explicación más simple para la similitud de la forma de onda
observada es que la ruptura de 1942 se superpone en gran medida con el segundo parche de alto
deslizamiento encontrado para el terremoto de 2016. Para probar aún más esta hipótesis, simulamos las
formas de onda que se habrían observado en la estación DBN para un terremoto virtual que tuviera
exactamente la misma distribución de deslizamiento cosísmico que nuestra solución para el terremoto
de 2016, la misma velocidad de ruptura de 2,3 km s­1 del hipocentro de 2016 . Las isócronas que se muestran
cada 5 s en el recuadro de la figura complementaria 9c indican una duración de ruptura de 25 a 30 s para
este terremoto , pero eso habría comenzado (ubicación hipocentral) 30 km al sur del
virtual. Un terremoto virtual de este tipo es capaz de reproducir no solo la duración de la señal en DBN
para el terremoto de 1942, sino que también reproduce el patrón principal de la forma de onda (Figura
complementaria 9c). Aunque no se descarta que otros modelos de ruptura también puedan reproducir las
formas de onda en DBN, esta simulación defiende un área de ruptura muy similar para ambos
terremotos. Esta comparación proporciona argumentos adicionales relevantes para la cuestión de la
superposición. Dada su menor duración, el terremoto de 1942 probablemente tuvo una propagación
bilateral, y debió tener una longitud de entre 50 y 100 km con centro en el epicentro. Ajustar una longitud de
este tipo sin superposición con la distribución de deslizamiento cosísmico de 2016 requiere que la
ruptura del terremoto de 1942 se ubique hacia arriba o hacia abajo de la ruptura de 2016. Una
ubicación descendente no coincidiría con la intensidad registrada en 1942 y habría implicado una
mayor profundidad (~40 km) contradiciendo la similitud de las formas de onda.
Una ubicación de inclinación hacia arriba también es poco probable debido al valor de inclinación de 20◦
y porque los terremotos de subducción muy superficiales (profundidad <15 km) tienden a tener una
velocidad de ruptura más lenta y una función de tiempo de origen más larga que el promedio64. Una
duración de 24 s es muy corta para un terremoto de Mw 7,8 y es un argumento en contra de una ruptura
superficial. Concluimos que, aunque la gran superposición no puede demostrarse en ausencia de datos
geodésicos, existe una probabilidad muy alta de que las distribuciones de deslizamiento de 1942 y
2016 se superpongan en gran medida y rompan un subconjunto común de asperezas bloqueadas.
Estimaciones de acoplamiento espacial intersísmico, deslizamiento y déficit de momento. El
mapa de acoplamiento intersísmico se deriva utilizando el campo de velocidad de la ref. 12
aumentado de dos sitios en el sur de Colombia proporcionados por el Servicio Geológico de
Colombia y beneficiándose de datos desde 2011. La geometría de la interfaz de subducción SLAB1.0
(ref. 41) entre la latitud 2◦ S y 4,6◦ N se discretiza utilizando 1.130 cuasiequiláteros. triángulos de aristas de
10 km de largo. Las funciones de Green que relacionan el deslizamiento unitario en la dirección de la Placa
de Nazca/NAS con los desplazamientos horizontales se calculan en un semiespacio elástico
homogéneo semiinfinito65. Utilizamos el enfoque de retroceso66 y un formalismo bayesiano en el caso
lineal67 para invertir el deslizamiento en cada subfalla individual. En este enfoque, la regularización se
impone a través de una matriz de covarianza del modelo Cm, que refleja el conocimiento a priori con
respecto a un modelo a priori m0 . Cm controla simultáneamente el suavizado y la amortiguación. En nuestro
enfoque, Cm se toma como una exponencial decreciente con respecto a m0 . longitud crítica L y
algoritmo de ponderada por un parámetro σ con unidad de mm año­1 . La inversión utiliza el
mínimos cuadrados acotado de la ref. 68. Este enfoque se utiliza para explorar el rango de
modelos permitidos por los datos GPS, cambiando el modelo a priori m0 de 0% (acoplamiento nulo) a
100% (acoplamiento total), σ la restricción
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al modelo a priori de 3 a 50 mm año­1 y una distancia de correlación crítica L de 20 a 100 km. Como
resultado, obtenemos una función de densidad de probabilidad (PDF) para el deslizamiento invertido
individual o para un subconjunto de ellos dentro de una zona estudiada. El deslizamiento total para el
terremoto de 2016 mencionado en el texto corresponde a la integral de deslizamiento sobre el área de
ruptura definida como áreas con al menos 0,5 m de deslizamiento en nuestro modelo.
La expectativa de la PDF y las incertidumbres asociadas derivadas de la PDF se dan con un nivel de
confianza del 95%. Cuando se convierte en tasa de déficit de momento, agregamos de manera conservadora
una incertidumbre adicional igual al 10% del valor estimado para tener en cuenta las incertidumbres en el
módulo de rigidez ( se usó 3×1010 Pa). El procedimiento de inversión se ilustra en la figura
complementaria 10 para el segmento de Pedernales. Para el terremoto del norte de Ecuador de 1958
(Mw 7,7), tomamos un área de ruptura de 50×50 km25 y un acoplamiento completo. El déficit
de momento máximo acumulado desde 1906 es ~1,9×1020 Nm, mucho menor que los valores de
momento sísmico de 2,8–5,2×1020 Nm propuestos para este terremoto2,3 . Para el terremoto del
sur de Colombia de 1979 (Mw 8,2), los valores límite superiores de 240 × 70 km2 para el área de ruptura2,5
conducen a un déficit de momento máximo de 1,7 × 1021 Nm acumulado desde 1906, suponiendo también
un acoplamiento completo. Esto es nuevamente significativamente menor que los 2,9 × 1021
Nm estimados para el momento del evento de 19792 .
Disponibilidad de datos. Los datos brutos de aceleración y GPS del IGEPN y el IRD se proporcionan previa
solicitud en http://www.igepn.edu.ec/solicitud­de­datos. Los datos GPS del IGM están disponibles en
www.igm.gob.ec, sujeto a las políticas de IGM. Los datos GPS de la red global GNSS IGS están disponibles
en http://www.igs.org. Los datos de Sentinel­1 están disponibles públicamente en https://
scihub.copernicus.eu. sujeto a la política de la Agencia Espacial Europea y al programa Copernicus. Los
datos del Advanced Land Observing Satellite­2 (ALOS­2) están disponibles en la Agencia de
Exploración Aeroespacial de Japón, sujeto a sus políticas. Los datos de DART están disponibles en
http://www.ndbc.noaa.gov. Los datos sismológicos globales de banda ancha están
disponibles en IRIS (https://www.iris.edu) y GEOSCOPE (http://geoscope.ipgp.fr/index.php/en ).
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