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Manual de Arqueologia medieval De la prospeccion a la historia teide/base Il Economias, sociedades e instituciones Demografta. — Las lineas principales de la evolucién demogrfica de Occidente aparecen hoy con bastante claridad." El estancamiento que caracterizé a la Alta Edad Media (quizds con una efimera secuperacién al final del siglo vit y principies del 1x) explica, por Jo menos parcialmente, las estructuras sociales que ve formes, entonces, asi como las modalidades Desde finales del siglo x, se empezaron a manifestar indicios seguros de un cambio de tendencia, Las incidencias de este fenémeno sobre la ocupacién del suclo, sobre el habitat y sobre la organizacin social, son también manifcetas, Des Buds, desde comienzos del siglo xrv, la curva demogréfica se detiene en un nllane, A partir de mediados de este siglo, unas cpidemias catastréficas modifiearon nie 9 menos profundamente, segtin los lugares, los fndices de poblacién, engendrando importantes desplszamientos humanos. Para esta época, la documentacién exenta ofrece, si no v +4 akg Fim: Manuel de démographie historique, Pats et Gendve, 1967. J. C. Russet: RLintt (hose! Medic! population, Transactions of the American Philosophical Socege rr IP8) dey Recent advances in ‘medievd denoprupsy, «Speculum, RL. cy) Huns: Les limites des statistiques pour les recherches de demographic médiiode ehorrg Ccimeernhie historiques, 1968, pigs, 43.72. B. Guneainx: Pers, la plas onde othe a, Occident méditeal?, «Acta Poloniae Historian, 18 (1968), pass, 18°37, $5 aang ot: Recherches sur la population et la superficie des ctés remontont & la plriode Tease, it, 19451953, 3 vol, (Bibl. Bcole Pat. des Hautes Brades, vl. 287, 296 501) C Rentit: Decline of population 200-700, «Bulletin of the Intemat. Committee of Heer, Cs I938). HL vant Wanvexs: Le densité de population au IX* ticle, ehandies a Feaagnaenttts de Ia Fédés. archéclogique et histor de Belgguer, 1936. F Lot: Conpenses mowrapbiques sur la France aw IX sidcle, Le Moyen Agen, 32 (1921). Cit, Re 1s population de VillenewvesSeint Georges att XI siecle, elbadn, $9 (190) 32 DDE LA HLISTORIA A LA EXcAVACIGN dios, referentes, sobre todo, a los dos iiltimos siglos de Ia Edad Media. Peto queda todavia mucho por hacer en este campo: faltan por aprovechar numetosos docu mentos de archivos, relatives tanto al campo como a las ciudades. Sobre la inversién de la tendencia demogréfica que se consolids hacia el afio 1000, podré leetse el excelente articulo de L. Génicot, Sur les témoignages daccroissement de la population en Occident du XI° au XIII siécle.* El recuento de fuegos ordenado por el rey Felipe VI de Francia, en 1328, deberia permitir el eélculo, con una aproximacién satisfactoria, de la poblacién de una buena parte del reino en aguella época. Sin embargo, es sabido que la palabra fuego es. ambi- ‘gua: existian el fuego real —hogar en el que vivia una familia— y el fuego fiscal —unidad de percepcién del impuesto—, cuyo valor exacto se nos escapa general- ‘mente. De ahi las conclusiones tan divergentes que los historiadores han extraido del mismo texto de 1328. No se trata de discutirlo aquf, pero, por lo menos, hay que tener en cuenta que, en esta materia, incluso algunos documentos de caréctet cuantitativo no estén exentos de discusién.” La recesién demogréfica que se inicié haacia el afio 1300 ha llamado la atencién de casi todos los historiadores que se han ccupado de Ia historia econémica y social del final de la Edad Media. Repetidas veces se han expuesto los elementos del problema, asf como las consecuencias catastr6ficas de las grandes epidemias.” Los estudios més ticos en datos concretos atafien a los paises y regiones donde la documentacién es més abundante y perti- nente. Este ¢3 el caso, en Francia, de Provenza; la obra de R. Baratier, La démo- graphie provencale du XIII* aw XVI" siécle;* aporta unas noticias que nos gustarfa tener para las provincias més septentrionales. Con todo, se han obtenido intere- santes resultados, gracias a una interpretacién cada dfa mds critica de los docu- mentos fiscales, habiéndose descubierto recientemente un recuento referente a la poblacién de Reims en 1422, comparable en todos los aspectos al que R. H. Bau- tier publicé, hace algunos afios, sobre Carpentras.* 46, En los «Cahiers dhistoire mondiales, 1 (1953). Véase también J. Z. Trrow: Some evidence of the thirteenth century popilation increase, «English Historical Review», XIV (1961). “41. A propésito de las discdsiones « las que dio lugar el estado de los fuegos de 1528, véase G. Founcum: La population dans la région parsienne oux environs de 1328, «Le Moyen ‘Agen, LXI (1956), pégs. 63:91. Para la ciudad de Paris, Put. Doutncsr: Le chiffre de population de Paris au XIV" ‘sidcle: 210000 ou 80,000 babitants?, «Revue Historique, CCXYI (1956), pags. 35.44. 48, Por ejemplo, M. Postan: Some economic evidence of declining population in the later myidle ages, «Economic History Review», II (1950). J. Gutassow: Essai de recensement et dinterprétation des sources de Vbistoite démographique en France au XIV" sidcle, «Con ar8s international des sciences historiques. Résumé des communications», Stockholm, 1960. 49. Y. Reouann: Conséquences ot intérdt démograpbique de la Peste Noire de 1348, Population», 1948. Estas consecucncias se manifestan en casi todos los sectores de la vida condi, social y cultural; asi pues, insistiremos repetidas veces sobre ello en los pérrafos aguientes 530, Parfs, 1961. Vésse también P, A, Févainr: La population de ta Provence @ la fin du XV" sidele, «Provence Historiques, 1956. 31, Feus, population eb structure sociale au XV* sitcle: Vexemsple de Carpentras, «Anne Jesv, XIV (1959), pigs, 255-268. cONOMIAS, SOCIEDADES F INSTETUCIONES 3 Geografia bistérica, —La expresion «geogratia histérica» esté tomada aqui en “ eruido pinky cy Gas de los limites espaciales dentro de los aa we desarrollaron las sociedades medievales. La Géographie de la Gaule aw Vl a he {ue descrita por A. Longnon.® En el manual de L, y A. Mirot, se encontrat tina visién genetal de Ia geografia histérica de Fou nediral Demme wipbién de buenos trabajos sobre las variaciones fronteras | reir ke 1 " c ‘ia, he la cach del dominio capeto y la formacion de la unidad terri- torial de Francia j Pero es evidente que el arquedlogo, en contacto por su tarca con los vestigios Fa ant sada lega h concer de un modo menos rtiaro a este sivtincin de los datos espaciales y diacrdnicos. En este aspecto, el vocabulario jo esti todavia bien establecido. Si se cred el término «geohistoriay es oat fhente, segsin parece, porque la denominacién «gcografia histGrica» estiba en © vivje corriente demasiado ligada a una sola —la més restringida— de fas sis Niferciones que podin expresar. De becho, podrfamos lamar también i i del campo, el Ma Sociedades rurales. — Sobre la historia agratia y 1a vida 0, wyar Mesdperdasagi Muzeum (Museo de a vida rural) public anualmente, en By ‘iivcst una bibliograia que consagra una parte importante a le Edad Media’ |, Monnats Dionne de oie able, «reve del vides hs Hunite boneaie ats’ La Normandie occidentale entre 1a Seine ot " st: Histoire du paysage rural en Flandre, Bruxelles, 1966. Entre los uy, Ba a di Ban aie, Po 31 Put, Pate rerum rasicrar internationals ot imo olsen donde se 1947. A. Lonawon: La formation de le golfe normanno-breton, a4 DE 1A HISTORIA A LA FXCAVACréN Encontramos en ella los apartados siguientes: Historia de Ja vida rural en general, Técnicas de produccién agricola, Condiciones naturales de la agricultura, del bos. que y de los cultivos, Los pastos, La ganaderfa, La utilizacién de los productos agricolas y Los tipos de establecimientos rurales. El estudio de las sociedades rurales medievales ha conocido, desde 1930 apro- ximadamente, un desarrollo hasta entonces ignorado. El mérito debe ser atzibuido, en gran parte, a la actuacién y a les investigaciones de Mare Bloch y de Ch. E. Perrin, Las Recherches sur la seigneurie rurale en Lorraine d'aprés les plus anciens censiers (siglos rx-x11), publicadas en 1935 por este ltimo, abricron un camino muy fecundo, cinco aiios después de la aparicién de los Caractéres originaux de Vhistoire rurale francaise, de Marc Bloch, denso, luminoso y estimulante manifesta de una nueva escuela.” Recordemos que las semanas de Spoleto han dedicado una de sus sesiones a la vida rural en la Alta Edad Media ® y que el tomo I de la Cambridge Economic History lleva por titulo The Agrarian Life in the Middle Ages.* Son tan numerosas actualmente las obras de valor relativas a las sociedades rurales de la Francia medieval, que no podemos citarlas todas. Tenemos, en primer lugar, un manual fundamental: L’économie rurale et la vie des campagnes dans UOccident miédiéval, de G. Duby.® Disponemos, ademas, de una serie de estudios detallados, cefiidos generalmente 2 Ios limites de una regién natural o de un antiguo principa. do feudal.® Durante los tres tltimos decenios, se han perfeccionado los métodos tradicionales de investigacidn, a Ia vez que se descubrian y utilizaban nuevas fuen- tes de informacién. Sin embargo, ni la préctica de las excavaciones, ni tampoco Ja prospeccién en superficie han sido todavia utilizades, por lo menos en Francia, de un modo sistemético. No obstante, cllas podrfan proporcionar una contribucién insustituible a las investigaciones sobre las sociedades rurales de la Edad Media 59, Paris, 1931. Como sucede con todas las obras de pioneros, algunas conclusiones de la de M. Broctt se vieron répidamente disminuidas de valor por las investigaciones, que él habia suscitado. EI mismo autor realiz6 abundantes adiciones y moiieaciones en los aticulos ‘que publicg, especialmente en los «Annales d'Histoire Economique et Sociale». R. DAUVERGNE hha recogido estos textos y ha puesto al dia la bibliografia de Ia primera edicion de los Carac res originaux. Ask pues, la segunda edicidn de esta obra (Parl, A, Colin, 1952, 2 vols.) oftece, junto al texto de 1931, imumerosos ¢ importantes complementos. 60. Agricoltura © mondo rurale in Occidente nelllto medio evo, Spoleco, 196, G1. 32 ed, Cambridge, 1966 (Trad. espafola: La vida agraria en ta Edad Media, Madrid, Ed. Revista de Derecho Privado, S. A.), B. H. Stichien vaw Bari: De agrarische Gescbiede nis van WestEuropa, Utrecht, 1960 (Trad, inglesa: The agrarian bistory of Western Europe, A. D, 500-1850, Londres, 1963; trad. espafola: Historie agraria de Europa Occidental, 00-1850, Barcelona, eds. Peninsula, 1974) 62. Pars, Aubier, 1962, 2 vols. (Trad, espafiola fragmentaria: Economfa rural y vide campesina en el Occidente medieval, Batcelona, Peninsula, 1968). 63, A. Ditutace: La vie rurale en Bourgogne jusqu'an début du XI sidcle, Micon, 1941, 2 vols. R. Bournucue: La crise dune société. Seigneurs et paysans du Bordelais pendant la Guerre de Cent ans, Strasbourg, 1947. G. Dusy: La société aux XT" et XID siecle dans la région maconnaise, Patis, 1959. G, Founntsn: Le peuplement rural en Basse-Auvergne durant Te haut moyen dge, Paris, 1963. R. Fossusn: La terre et ler hommes on Picardie jusqu' la fin du XIII sidcle, Pals y Louvain, 1968, 2 vols, conovt, SOCIEADES B-NSTTUEIONES 6 ‘tats campesinos o sefioriales. Desde hace algunos afios, esta laguna ee ae ares agua, Loe autores de vants obras en prepara) Copecialmente sobre Champagne y las regiones de Charente, han decidido tener en tuenta las excavaciones arqueolégicas en su trabajo de investigacién. “ ‘Al lado de las grandes monografias regionales, debemos_ Citar, enti muchos 0s, algunos articulos o libros especialmente wtiles para nuestro objeto isos gary thoes apt, —s fences y los pas a te 20 et re ‘Sin embargo, la observacién directa del slo se Ptetado actual puede llenar esta laguna. Puede llevarse a cabo a partir de inoyafa aces, © inclso a pari de un exten atento del aspecto de as teas Ui psfesonamiento de ts ténicas de Ta fotografia aren y, sobre todo, de ay prstacién ha hecho progresar noblemente eva rama de In arqecogi, A we Cor las lnvesgciones de los ggrfor —como, en Francia, E, Jullard— bas lpuesto una inestimable conrbucton® Deade la publicacisn en Londres, en 1953 (el libro de 0. G. 8. Cord, todavia cnsierado como fundamental Archaeology in the Fld, ban apareido ca. Gran Bretaa varios twabjos importantes, eo | Isms Hina! 'A. Verhust ha ofrecido una notable vsin de_conjunto dé ete bite," el general G. Schmiedt ha mostrado lo que la foto aérea puede aportar ‘il conocimiento del paisaje agrario medieval : a or lo que rexpeta Ia esrcrras gutsy, guns elementos fandamens tales han sido deGnidos por A. Meynier, Les paysages agraires® Las investgacion un mn Nee een a i Mat a ene ie rater fio gs fit XV ee, «Annales da Midi, LXTL (1930), M. Gowow: Les insttvions cf I soci om Fores au XIV" stele dopres ler testaments, Micon, 1960, R. BouraucHi: Une cis pie Foe ie rt ei bier eam it AVE i Pa Bm Sa OO ee Saco Lach ne A ee, mal eas ty vt 7 ail 2 reed a tle Ba alee a es tae ele a vais einer lane ees ee tw ficial ei cee Secor Se ac Sian il ety ies aes BEE Rw nf hentia of anhing cartbwars ad hee ee as itroduction a Varcbéolagie soak, nae de lage née Loar 6ie igs. 4302 (Pans Co be i ee riconstruzione del pacsaggio agrario altome. te te te, Soh nes TD 9. Paris, Colin, 1958. 36 DE LA HISTORIA A LA EXCAVACION realizadas sobre este tema en Francia, con anterioridad a 1957, han sido enumera- das en una resefia critica.” Desde entonces, han aparecido varios estudios de carécter general, entre los cuales podemos citar: P. de SaintJacob, Recherches sur la structure terrienne de la scigneurie;" X, de Planhol, Essai sur la gendse du pay- sage rural en champs ouverts,« y G. Duby, Le grand domaine de la fin du moyen dge en France." Aunque la Histoire du paysage rural en Flandre, de A. Verhulst,* trate de una sola regién, reviste un valor excepcional desde el punto de vista meto- io. Por otro lado, los estudios relativos a una zona particular son muy abun- ites. Los documentos medievales no permiten nunca, por s{ solos, reconstituir ente- ramente Ja imagen de un terreno. Ha sido puesto a punto un método para efectuar dicha reconstruccién. Se emplean, si se dispone de ellos, becerros y otros documen- tos relativos a la administracién de los dominios rurales, procedentes de la época moderna, ast como los planos parcearios, que no son escasos en el siglo xvi Remontndose a lo largo de las épocas, a partir de esta base de investigacién, se puede Iegar a restituir la configuracién parcelaria de un terreno medieval.” | Progreso y retroceso de los cultivos.— Junto a los métodos tradicionales de la investigacién histérica, basados en el estudio de las fuentes escritas, hay que destacar aqui la eminente contribucién de la toponimia y de Ia polinologia. ‘Tan importantes son para el arqueGlogo estas dos disciplinas, que nos ocuparemos especialmente de ellas més adelante (véanse pags. 181-183 y 332-334). Jo, Joan, A, Meyunn, X me Beacon, G. Saurn: Sct ares of ay sages raves: 4m quart de site de recherches jones, Nancy, 1937 (cAnoales de TEs, in 1) ee a yn odin ani 37, hay oe er ont FC fencia especial « a admitable obra de Re Diost Etsl tr la formation du poyage rir fon. ‘gais, Tours, 1934. i ren U1. Nancy, 1959 («Annales de VEst®, mémoire n? 21). 2 slid 1B. Premiére conférence interatonse dbictire économiane (Stock : cova économigue (Stocoin, 1960), Pais 74, "Véase mis aria, nota 56 TB. B. Bune: Structure agrire et Sconomie rurale des plateaus tetcnes entre la Seine tt Pie, Caen 60 (oben Get gear cpa weno ev cpio tn de low problemas). Td, Probes reals au strcrres ogsives de Ta BasseNNormondie, «Annales oh Nonssutny, V (595, pln, LUFis4 Ds Cotsen © gn do Soe op Drape, ca Eventail de Uistoire vivante, Hommage a Lucien Febore,t. 1, 1953, pigs, 153-186. A. Pars Sei Le baronnie du Newbourg. Essel @istoire ager, Konomigne cf socal, Pats, 196 To Meman: La métanie et volition ageine de le Gane poitecine de la fim du Mojen dge 2 te Revolution, Paris, 1958. G. Foutsicn: Les tranjformations du porelare en Base-A- weave at cours de Taw moves dg Naty, 939 (ebay, mi, 0¥ 2D, ia, Hicowmer: Loceupelion du sol du pays entre Tarn ef Garonne, *Annaes du Mii, LXV (1953). G. Sicaxn: Le métayage dans le midi Toulousain a ta fin du moyen dge, Tou. louse, 1957. es ape paras ee "is. F Downie: Ler métbodes de histoire grave, «Annales ESC», VI (1951 4 sions, iy, Contribution 2 Put de Vorgntation der Vlages nornands a Moped, «Annales de Normandic», I (1952), pags. 99-123. “ coNoMfis, SOCIEDADES E INSTITUCIONES 37 Innumerables investigaciones de cardcter local o regional han sido realizadas sobre el amplio movimiento de roturaciones iniciadas en Occidente a principios (lel siglo x1. Este fenémeno ha sido tratado, en particular, por todas las grandes tnonografias citadas anteriormente,” habiendo sido también objeto’ de estudios e+ fiecilicos, referentes sobre todo a Artois,” Maine” y a las regiones montafiosas de Haute-Provence:® Pocas veces, en Francia, dicho fenémeno vino acompafiado de Jmportantes desplazamientos de poblacién® A este vasto movimiento de expan: iin de cultivos sucedié, durante los dos sitimos siglos medievales, una recesién. Se abandonaron entonces las tierras mediocres y no fue Ia Ginica causa de ello una cvldente y grave inversién de Ia tendencia demogréfica. También contribuyeron tnichos otros factores econémicos, sociales incluso politicos y militares. Pobla- dos enteros fueron abandonados y cayeron en ruinas. Algunos investigadores en timero ereciente se dedican, desde hace unos veinte afios, a descubrir sus vestigion tn el suelo, Este sector es, sin duda, actualmente uno de los més espectaculares tiutivantes de la arqueclogfa medieval. Las excavaciones més importantes han sido temprendidas en Rougiets (Vat), por la seforita Démians d’Archimbaud, y en diver: sos emplazamientos arqueolégicos del centro de Francia, por la VI Seccién de In Freole Pratique des Hautes Etudes, bajo la direccién de P. Courbin y después de J. M. Pesez. La arqueologia del poblado desaparecido cuenta ahora con una Iibliografia bastante considerable en To que se refiere a Europa occidental y cen: tral, Sobre Francia, citaremos sobre todo 1a voluminosa obra publicada en 1965 con el titulo Villages désertés et histoire économique.” Después de varios eapft Jos consagrados a problemas de método, encontramos en ella algunas _memorias de las excavaciones efectuadas en Francia, asf como el balance de los trabajos Hlevaclos a eabo en varios paises extranjeros. Hace poco, la VI Seccién de Ia Ficole Pratique des Hautes Etudes y la Academia Polaca de Ciencias han publieado el informe de las excavaciones realizadas en conjunto, sobre diferentes emplazamien- tos arqueolégicos, desde 1964. No hay que olvidar que, si el fendmeno de aban- dono de los poblados conocié en los siglos xv y xv una amplitud excepcional, se ‘lio también en diversos puntos a lo largo de toda la Edad Media, ya se tratase 71, Véase nota 63 78 M. Manet: Le déjrichment on Artois du IX* au XI sidle, eBulletin de 1a So iG des Antiquaires de la Morinien, 1956. 79, Re Larouens: Défrichement et peuplement rural dans le Maine au XI* et au XIP sitele, «Le Moyen Age>, 1948 80. ‘Tit. SciareRt: Cultures en Haute-Provence, Déboisements et paturages au moyen ge, Paris, 1959. 81 R. Bournvene: Les courants de peuplement dans VEntredew-Mers, «Annales is: toire Beonomique et Sociale», VIT (1935), pags. 1337. ‘82, aris, SEVPEN. 83, Archcelogie du village déserte, Pasts, A. Colin, 1970, 2 vols. Véase también ta biblio- rafts ciea daca por J. M. Prse2, bajo el ttulo Le village médiéoal, en Archéologie médiévale, i971, aes, 307324. Para Gran Bretafia, véase Deserted medieval villages; ed. M. Beresford y J. G. Hurst, GuildfordLondres, 1971. 38 DE LA HISTORIA A LA sxcavactOn de la desaparicién total de un hbitat 0 de su desplazamicnto hacia una nueva ubi cacién, no muy alejada de Ja primera, Instrumental agricola. Modos de cultivo. — Estos problemas, objeto del libro de R. Grand y de R. Delatouche, Lagriculture au moyen dge* kan ide, babinat mente {ratados por los autores de las. grandes monografias repionales citadas, mls arriba Hasta ahora, el pequetio instrumental de la Edad Media ba cate poco setuiado, Cuando, en una excavacién, se descubre algiin espécimen metilice’ ne fults, or lo general, complicado definir su destino cxacto. Por el contmaie: cokng dos instrumentos de labranaa, arado romano y arado de tuedas, y sobre ny otige- Fes Colucisn, existen numerosas obras. La de P. Leser, Enistebung und: Vor reitung des Pfluges"* es todavia muy itil. homme et la charrue, de A.C. ar dticourt y de la sefiorita J. Brunhes-Delamare,"" no aporta gran coss al medievalista, pero gftece una abundante bibligrafis. Mucho més til es a visién general pre ‘ertada por B. Gille sobre los instrumentos de labranza medicvales." Er oth dad, el tinico método correcto para conocer Ios instrumentos de lebores wine dos en la Edad Media debe tomar como punto de partida la obsermacén dae arados de ruedas y de los arados romanos de tipo tradicional, de los ve ce Sprservan hoy bastantes cjemplares. A partir de esta sblida base, se remoniant al curso de los siglos con Ia ayuda de textos, que son abundantes, y de algunos documentos arqueolégicos 0 iconogrifics.” La utilzacién exclusive, de cetee alte ‘mos es siempre peligrosa, ya que pocas veces podemos fiarnos de su objetivided. Los procedimientos de Ia agricultura medieval, y en particular la técnica de las otaciones de cultivos, son un poco mejor conocides. Dado que ests iiving Suid eettechamente relacionada con el pasaje y con ls estructras agratias,apercee Fiatada en Ia mayor parte de las obras de historia agraria citadas con antetentian Podemos citar, ademés, algunos estudios monogrificos.” Lo mismo sucede son iy species cultivadas. La historia de la viia ha sido tratada por R Dion, en un libre 84. Paris, 1950, 85. Vézse en particular nota 63. oe, Rechercher sur let instruments du labour au moyen dge,

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