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La articulación del espacio en el

“campo de hoyos” de Manantial de


Peñuelas (Celada del Camino, Burgos)

LUIS VILLANUEVA MARTÍN1


luisvillanueva@antequem.com
EDUARDO CARMONA BALLESTERO2
educarmonaball@gmail.com
MIGUEL ÁNGEL ARNAIZ ALONSO2
MARÍA EUGENIA DELGADO ARCEO1

RESUMEN
El trabajo presenta parte del registro arqueológico documentado en Manantial de
Peñuelas (Celada del Camino, Burgos), “campo de hoyos” de adscripción calcolíti-
ca y broncínea. La particularidad del sitio es que integra los habituales hoyos junto
a evidencias de cabañas. Esta circunstancia, junto a la peculiar morfología de una
de ellas (longhouse), plantea un marco de discusión sobre las evidencias detectadas,
su cronología y la articulación espacial del yacimiento.

Palabras clave:
Campaniforme, Protocogotas, Longhouse, Meseta Norte

ABSTRACT
The work is focused on part of the archeological record documented in the site of
Manantial de Peñuelas (Celada del Camino, Burgos), a “field of pits” with two pha-
ses: Chalcolithic and Bronze Age. This site has a singular archaeological record be-
cause there were pits and an evidences of dwellings too. This circumstance, and the
peculiar morphology of one of dwellings (a longhouse), allows to discuss about the
archaeological evidences, their chronology and the spatial organization of the site.

Keywords:
Bell-Beaker, Protocogotas, Longhouse, Spanish North Plateau.
1
Antequem S.L.
2
Área de Arqueología. UBU.

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Actas de las segundas jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero 2012

1.- INTRODUCCION tra establecida por los habituales hoyos


junto a evidencias de cabañas. La docu-
El trabajo forma parte de una colabo- mentación de este tipo de estructuras
ración que estableció entre la empresa no es habitual en contextos broncíneos
ANTEQUEM S.L y el Área de Arqueo- del oriente de la Meseta. Esta circuns-
logía de la Universidad de Burgos con tancia, junto a la peculiar morfología
objeto de integrar la documentación de una de ellas (longhouse), plantea un
recuperada en Manantial de Peñuelas marco de discusión en torno a dos ejes:
dentro del marco de investigación del la relación temporal de las evidencias y
Grupo de Investigación de Arqueología e la articulación espacial del yacimiento,
Historia de la Meseta Norte. Este Grupo en especial en su fase de la Edad del
indaga sobre las sociedades campesi- Bronce. El conjunto debería permitir
nas segmentarias en todo su devenir la configuración de una base empírica
histórico, en un proceso que va desde capaz de establecer inferencias sobre
el Neolítico (5000 cal a. C.) hasta la An- la ordenación de los espacios de pro-
tigüedad Tardía (S. V d.C). ducción y reproducción social de la co-
Este trabajo centra su atención en munidad responsable de la génesis del
parte del registro arqueológico docu- yacimiento.
mentado en el yacimiento de Manantial
de Peñuelas (Celada del Camino, Bur- 2.- LOCALIZACIÓN Y
gos). En este lugar se han reconocido un EMPLAZAMIENTO
conjunto de evidencias arqueológicas
que conforman un “campo de hoyos” El yacimiento se localiza sobre una loma
de adscripción calcolítica y broncínea. muy ligera sobre la margen derecha del
La particularidad del sitio se encuen- río Hormazuela (Fig. 1), dominando su

Figura 1.- Localización de Manantial de Peñuelas.

110
La articulación del espacio en el “campo de hoyos” de Manantial de Peñuelas

Figura 2.- Distribución de los sectores en los que se dividió la intervención arqueológica.

vega y la del río Arlanzón, ya que ambos circundantes (Villanueva Martín y Ba-
cauces discurren en paralelo hasta su rranco Ribot 2011b).
confluencia en tierras de Villazopeque.
Se trata de un espacio que se encuentra a 3.- REGISTRO ARQUEOLÓGICO
medio camino entre las cuestas de pára-
mo y la vega del Arlanzón. 3.1.- Estratigrafía:
El enclave se documentó durante Interfacies y depósitos
las labores de seguimiento de las obras
del AVE (Villanueva Martín y Barranco Como es habitual dentro de la
Ribot 2011b). En concreto, se reconoció Cuenca del Duero, en un campo de
por la presencia de estructuras negati- hoyos las relaciones estratigráficas do-
vas excavadas en el substrato geológico cumentadas se circunscriben a los de-
que se encontraban colmatadas con se- pósitos contenidos en tales estructuras;
dimento oscuro. Asociado a estos relle- los hoyos se suelen caracterizar por for-
nos aparecían fragmentos de cerámica a mar un conglomerado sin que apenas
mano. Las evidencias se detectaron en tengan relaciones físicas. Precisamente,
dos sectores diferentes: en la traza de la esta ausencia plantea una problemática
infraestructura (50 estructuras) y en el que aún no ha sido resuelta convenien-
préstamo PV-6b, que se localiza inme- temente. Es muy difícil interrelacionar
diatamente al sur de la misma (unas 220 los hoyos entre sí. De esta manera, la
estructuras) (Fig 2). Dada la afección de información siempre adquiere rasgos
las obras se propuso la excavación del problemáticos, dado que se ciñe exclu-
yacimiento. El área de intervención sivamente al interior de los hoyos, por
(Villanueva Martín y Barranco Ribot lo que éstos se convierten en islas de
2011b) alcanzaba las 6 ha, de las cuales datos difícilmente relacionables.
se preservaron como reserva arqueoló- Todo el conjunto de cuencas de se-
gica 1,2 ha. Por lo tanto, no se excavó la dimentación formadas por superficies
totalidad del yacimiento que se extien- de alteración han seguido un proceso de
de por el resto de la loma. La extensión formación y relleno semejante en el que
total es difícil de estimar debido a la se reconoce básicamente un esquema
mala visibilidad de los terrenos o fincas simple: apertura de la estructura negati-

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Actas de las segundas jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero 2012

va, en la mayoría de los casos con difi- Hoyos siliformes: en esta categoría
cultades para reconocer el estrato de ori- se agrupan las unidades negativas de
gen de la misma, y colmatación con una morfología simple colmatadas por una
o varias unidades estratigráficas. Cuan- o varias unidades horizontales. Es el
do la secuencia excede la amortización a tipo más frecuente (159 casos). Son con-
través de un solo depósito se reconocen tendedores de planta paracircular aun-
episodios de distinta naturaleza, que que con potencias y perfiles variables
pueden atender a acciones antrópicas y (cilíndricos, en cubeta y troncocónicos).
naturales, como estratos originados por Este tipo de estructuras se relacionan
derrumbes de las paredes del hoyo, in- con un uso original como silos o espa-
tersección de interfacies más modernas, cios de almacenamiento de recursos
rellenos intencionales con materiales críticos.
diferenciados. Además, las evidencias Fosas complejas: En el transcurso
se encontraban afectadas por procesos de la excavación se han detectado 17 fo-
erosivos que han modificado sus con- sas cuya morfología permite inferir un
diciones originales. Al estar construidos proceso de formación complejo. Como
sobre materiales blandos y en una zona aspecto compartido cabe señalar que
de ladera, la mayoría de los hoyos ape- tienen grandes dimensiones y plantas
nas conservaban una parte de su tama- irregulares con tendencia al óvalo, pa-
ño original. En muchos casos se puede redes curvas y fondo regularizado. En
considerar que solamente se ha docu- la mayoría de los casos los niveles de
mentado el fondo de la estructura, con relleno son homogéneos y se pueden re-
apenas 20 cm de potencia. En su mayoría lacionar con un mismo proceso de col-
los contextos presentaban una deficien- matación. En otros casos, se aprecia que
te conservación mediante estructuras su formación se debe a la acumulación
de poca profundidad, lo que ha hecho en un mismo espacio de estructuras que
que resultara imposible determinar los se intersecan. Este tipo de fosas com-
puntos de apertura y la forma original plejas se han interpretado en muchos
de sus paredes; es decir, la primitiva es- casos como “fondos de cabaña”. La
tructura estaba completamente arrasada comprensión de tales evidencias como
y resultaba casi imposible llegar a saber verdaderas cabañas resulta problemáti-
cómo era en origen. En definitiva, estas ca (Márquez Romero y Jiménez Jaimez
condiciones indican que el yacimiento 2010: 331-46). Estas evidencias son insu-
está fuertemente alterado, por varios ficientes para la denominación ofrecida.
procesos post-deposicionales: agentes Además de ello, es necesario otras man-
erosivos, labores agrícolas, o incluso por ifestaciones: agujeros de poste, suelos
una combinación de ambos factores. apisonados, o con otros materiales. Es
Sin querer profundizar en demasía decir, lo que se denomina una superfi-
sobre los aspectos metodológicos apli- cie de frecuentación. Por otra parte, re-
cados, sí es necesario puntualizar que sulta poco creíble que en unas ocasiones
las interfacies negativas y sus respecti- se conserven los agujeros de poste y en
vos rellenos recibieron una nomencla- otras no. En tal caso, es necesario pun-
tura genérica denominada “contexto”. tualizar las condiciones mejores (cau-
En total se documentaron 254 de tales sas) de preservación de unas zonas y
contextos (Villanueva Martín y Barran- otras del yacimiento. Dado que si no es
co Ribot 2011b) si bien responden a dis- así, no se llega a entender la presencia o
tintos tipos, los cuales pueden agrupar- ausencia de ciertas huellas
se en los siguientes modelos:

112
La articulación del espacio en el “campo de hoyos” de Manantial de Peñuelas

Hoyos de poste: se han documenta- parte de lo que sería la crujía central de


do un total de 61 repartidos en dos con- la cabaña, sobre la que se sustentarían
centraciones distintas. En uno de estos los postes centrales de la cubierta a dos
casos (Fig. 3) su disposición ha permi- aguas. El área interior de la parte con-
tido definir la existencia de, al menos, servada de la cabaña estaría entre 130
una cabaña de gran tamaño (longhouse). y 139m2.
Esta se localiza en la zona suroriental Además, hay otras evidencias que
del espacio ocupado por el préstamo se pueden asociar a este conjunto. En el
PV6b. Presenta planta alargada de 24 interior existen algunos hoyos que pu-
metros de longitud por unos 5,80 me- dieron corresponderse con elementos
tros de anchura, definida a partir de la sustentantes de algún tipo de estruc-
existencia de 32 hoyos de poste peri- tura interna. También se documenta-
metrales dispuestos de forma regular, ron diversos hoyos de poste en el lado
con orientación suroeste-noreste y una septentrional, cuya disposición podría
cabecera redondeada en el extremo su- estar indicando la existencia de una
roeste. Mientras que el extremo contra- estructura adosada. Las dimensiones
rio permanece abierto, probablemente de este espacio anejo serían de aproxi-
porque en ese lado se han perdido las madamente 8 por 5 metros, longitudes
huellas que conformarían el cierre. Las máximas en ambos casos. Éstos últimos
evidencias se completan con varios ho- plantean una problemática particular
yos alineados longitudinalmente en la ya que no se puede descartar que se de-
zona interior de la cabaña, formando ban a la existencia otra cabaña distinta.

Figura 3.- Agrupación de hoyos de poste con morfología de


cabaña alargada (longhouse) y un posible añadido al norte.
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Actas de las segundas jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero 2012

Hornos: se identificaron dos estruc- a) Distribución y representativi-


turas cuya función original pudo ser la dad de la muestra
de horno (contextos 400 y 510) debido a
que ambos mostraban, tanto en las pa- El conjunto de materiales documen-
redes como en el fondo de sus estructu- tado procede casi exclusivamente de
ras negativas, una intensa rubefacción o las estructuras siliformes. A excepción
una superficie ennegrecida. El uso que de unas pocas piezas de industria líti-
pudo darse no es claro pues no hay nin- ca recuperadas en superficie, el resto se
gún elemento determinante que permi- localizó en los rellenos de los distintos
ta realizar inferencia alguna. hoyos que conforman el yacimiento. En
Fosas simples: se ha documentado este sentido, se han documentado mate-
un pequeño número de contextos (10) riales arqueológicos en 75 hoyos de los
que poseen planta rectangular, con las 254 documentados. El estado de conser-
esquinas redondeadas, con paredes rec- vación de los restos es variado, aunque
tas o ligeramente curvas y fondo plano. se reconocen dos tendencias claras: un
Su proceso de formación es semejante alto porcentaje de restos concreciona-
al de los hoyos siliformes. Estos datos dos (el 80% de la cerámica y la práctica
hacen pensar en que se trata de restos totalidad de los restos óseos), cubiertos
de tipo arqueológico y de funcionalidad con una potente costra calcárea, y una
desconocida. fragmentación reducida en virtud del
Manchones: además se han identifi- tipo de contexto en que se localizan: ho-
cado 6 manchones sin morfología clara yos amortizados presuntamente como
que no se corresponden con estructura basureros. En este sentido, llama la
alguna. Conforman contextos arqueoló- atención el alto número de fragmentos
gicos independientes sin funcionalidad de tamaño grande o que conservan bue-
determinada. na parte del recipiente.
Así, se han documentado un total
3.2.- Materiales arqueológicos de 2.429 restos que se distribuyen de
manera desigual entre los hoyos (Tab
El registro arqueológico incorpora 1). Una faceta a destacar es la falta de
una colección de materiales que ha ser- relación entre la capacidad volumétrica
vido para definir ciertos aspectos del ya- de las estructuras negativas y el Núme-
cimiento, sobre todo los referidos a la de- ro de Restos arqueológicos conservados
terminación de cronologías relativas para (NR), algo habitual en el registro de la
los hoyos y la atribución cultural de los Prehistoria Reciente y que, de momen-
mismos. Bien es cierto que el criterio se- to, ha recibido distintas atenciones e in-
guido, la identificación de determinados terpretaciones (ver p.e. Alameda Cuen-
fósiles-guía cerámicos como elementos ca-Romero et al. 2011; Bellido Blanco
discriminatorios dentro de los contextos, 1996; Díaz del Río 1995, 2001). Un caso
presenta problemas derivados del uso de particular relieve lo representa el
casi exclusivo de la cerámica decorada hoyo 400, en el cual, con apenas 1m de
como elemento diagnóstico, lo cual deja al diámetro y 0,45m de profundidad, se
margen a un buen número de contextos recogen un total de 382 restos, muchos
que no aportan cerámica significativa. No de los cuales pertenecen a una gran
obstante, el método es válido en cuanto a orza de almacenaje que fue encontra-
la determinación de fases de formación da prácticamente completa, la cual se
del yacimiento, como veremos posterior- acompaña, de manera casi exclusiva,
mente. de otras grandes piezas de ollas y orzas.

114
190 28 28
200 18 18
210 16 16
230 4 4
240 61 61
270 219 219
La articulación del espacio en el “campo
280de hoyos”
13 de Manantial de Peñuelas
13
310 22 22
350 12 12
Esta distinción revela una deposición 370
CONTEXTO
35
Cerámica Lítica Fauna
Elementos
de
Manteado
de barro/
35
Total
diferenciada que no se relaciona direct- 380
(NR)
79
(NR) (NR)
10 molienda abobe 89

amente con la amortización simple de 10


390
40
400
26
54
1
369 13
26
54
1
382
los hoyos como basureros. En relación 60
410 16 21 17
2

con esto, la baja presencia de rodado 70


460 41 2 61

en las cerámicas y la abundante carbo-


80
470 37
4 1 38
4
100
510 102
60 2 102
62
natación son indicadores indirectos del 140
520 6 1 16

escaso desplazamiento que han sufrido 150


530 63
10 3 63
13

las piezas desde su posición primaria a


160
570 2 37 2
37
170
600 8 1 8 89
su depósito en un contexto, los hoyos, 180 2 2

donde la humedad o unos niveles Tabla


190
1.- Tabla
28
resumen sobre los contextos
28

freáticos más altos en el pasado han


200 18 18
con 210
material arqueológico.
16 16
permitido la decantación en un grado 230 4 4

tal como el observado. b) Cerámica


240 61 61

También es desigual la distribución


270 219 219
280 13 13
de los materiales en virtud del tipo. En Como 22se ha señalado, el elemento
310 22

este sentido, la inmensa mayoría corre- más350 abundante


12
recuperado en la 12ex-
370 35 35
sponde a fragmentos de cerámica: 2.169 cavación
380 es79 la cerámica,
10 cuya cantidad89

piezas, que suponen el 89,3%. El resto asciende


390 a542.169 fragmentos. El análisis 54

se reparte en 240 restos faunísticos, que del 400


conjunto
410
369
ha deparado
2
unos13
resulta-
382
2
suponen un 9,9%, 4 elementos líticos, dos460que sintetizamos
4 2 a continuación.6
que alcanzan el 0,2%, 3 elementos de Todo el
470 4 conjunto mantiene unas 4

molienda (0,1%) y 13 fragmentos de pautas


510
520
técnicas
60
comunes
2
1
derivadas62
1
manteado de barro y restos de “ado- de 530unas 10condiciones 3 de producción 13

bes”, que suponen el 0,5% de las evi- domésticas,


570 definidas
37 por unos proce- 37

dencias. A continuación se detallan las dimientos técnicos simples y una es-


600 8 8

características del conjunto en relación tandarización laxa. No vamos a exten-


a las distintas categorías observadas. dernos en las características técnicas de
las piezas puesto que son las habituales
Elementos Manteado
a los conjuntos prehistóricos de las zo-
CONTEXTO
Cerámica Lítica Fauna
(NR) (NR) (NR)
de
molienda
de barro/
abobe
Total nas: mayoría de inclusiones calizas y/o
10 26 26 cuarcíticas, acabados alisados, algunos
40 1 1
bruñidos y testimonialmente engoba-
dos o escobillados. Nos detendremos en
60 16 1 17
70 1 1
80 37 1 38 aquellos aspectos que puedan aportar
100 102 102
información significativa al tema que
nos ocupa. En este sentido, cabe señalar
140 6 6
150 63 63
160 2 2 la presencia de un grupo piezas con ba-
170
180
8
2
1 9
2
rro aplicado (4% en el exterior y no uti-
190 28 28 lizado al interior), normalmente asocia-
200 18 18 do a orzas y ollas. Este tipo de técnica es
210
230 4
16 16
4
común en yacimientos broncíneos del
240 61 61 oriente de la Meseta Norte y Alto Valle
270 219 219 del Ebro (Apellaniz 1974; Apellaniz y
280
310
13
22
13
22
Domingo Mena 1987; Barrios Gil 2004;
350 12 12 Jimeno Martínez 1984; Jimeno Martínez
370 35 35 et al. 1988; Juez Aparicio 2005; Moral del
Hoyo 2002; Ródanes Vicente 1999).
380 79 10 89
390 54 54
400 369 13 382
410 2 2
460 4 2 6
115
470 4 4
510 60 2 62
520 1 1
530 10 3 13
Actas de las segundas jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero 2012

Después de la exposición de los as-


pectos técnicos, tiene interés establecer
las características tipológicas de la col-
ección.
La variabilidad morfológica, rec-
ogida en una tabla de formas (Fig. 4),
revela que la mayoría de ellas encajan
dentro de contextos del Bronce. Es
posible afinar más debido a la presencia
de perfiles carenados (D3, D4) propios
de la fase Protocogotas (Abarquero Mo-
ras 1997, 2005), que se combinan con
otros propias de momentos anteriores,
bien del final de Calcolítico, en forma
de cazuelas de perfil acampanado (D6)
(Delibes de Castro 1977; Garrido Pena
2000), o bien de las fases antiguas del
Bronce meseteño, en forma de orzas de
perfiles en S, de desarrollo elipsoide o
carenados (D5, D7 y D9) (Rodríguez
Marcos 2007; Valiente Malla 2001).
Dentro de los recipientes de mor- Figura 4.- Tabla de formas cerámicas.
fología simple, también se pueden
cuencos de desarrollo cónico o tron-
cocónico (A2 y A3) que encajan bien en
contextos Protocogotas. El resto de las
piezas son menos expresivas: cuencos
abiertos tendentes a la esfera, alguna
forma cerrada, ollas y cazuelas de perfil
esférico y globular. Además, están rep-
resentados, aunque en menor medida,
las orzas de almacenaje de perfil cilín-
drico y las ollas de cocina de perfil glob-
ular. Quizá alguna de ellas, como la C2
y la A7, con perfiles ovoideos entrantes
o salientes, permitan inferir la presencia
de elementos de tradición calcolítica en-
tre el conjunto, vinculada a los tipos de
naturaleza acampanada. En todo caso,
estas piezas son escasas.
En líneas generales se han docu-
mentado a partir del estudio de los ma-
teriales recuperados en la excavación
arqueológica tres tradiciones alfareras
distintas. Una de estas producciones se
puede atribuir genéricamente al Cal-
colítico y otras dos son encuadrables
dentro de contextos del Bronce. Figura 5- Recipientes con
decoración campaniforme.

116
La articulación del espacio en el “campo de hoyos” de Manantial de Peñuelas

Las piezas del Calcolítico (Fig. 5)


reúnen un catálogo de decoraciones y
formas que las ubican dentro del ho-
rizonte Ciempozuelos (2600-1900 cal
BC) (Garrido Pena 2000). Junto a ellas
se reconocen otros rasgos minoritarios
de ascendencia calcolítica: pastillas re-
pujadas o ciertas formas ovoideas que
se asocian a determinados tipos de uso
común (cazuelas, cuencos,...) también
habituales en contextos campanifor-
mes. La presencia de este conjunto es
muy reducida respecto a las piezas de
atribución broncínea, por lo que parece
que la fase de ocupación campaniforme
fue menos intensa.
Las piezas de cerámica pertene-
cientes a la Edad del Bronce (Fig. 6)
presentan la decoración característica
correspondiente al horizonte Protoco-
gotas. Los temas que aparecen en estas
piezas se vinculan a los que en la etapa
mencionada se definen como “espigui-
lla”, “zigzag” y trazos oblicuos. Otros
Figura 6.- Recipientes con
rasgo característico es la ubicación bajo
decoración Protocogotas.
el borde y la carena de los motivos. La
ausencia de boquique sugiere que tales
piezas del Bronce pueden corresponder
a un momento inicial de Protocogotas
(Abarquero Moras 1997, 2005; Rodrí-
guez Marcos y Abarquero Moras 1994),
que se podría enmarcar dentro del lap-
so cronológico 1750-1550 cal BC.
El tercer grupo está compuesto
por un alto número de piezas de gran
formato (ollas y orzas) que se decoran
con los característicos cordones (Fig 7),
digitaciones en el labio o a través de la
aplicación de barro en los dos tercios
inferiores de la pieza. Su presencia en
contextos con piezas decoradas con mo-
tivos Protocogotas no desentona con lo
habitual para el Bronce Medio y, en este
caso, la distinción entre unos morfoti-
pos y otros obedecería a aspectos fun-
cionales más que con valor cronológico.
Sin embargo, en algunas ocasiones se
Figura 7.- Gran orza recuperada en el
encuentran con piezas de perfiles care-
contexto 400 (2011/03/400/1).

117
Actas de las segundas jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero 2012

nados, bruñidas, sin decoración, cuyos pondientes al Bronce Medio es signifi-


paralelos se encuentran en contextos cativamente superior.
del Bronce Antiguo (Rodríguez Marcos
2007; Valiente Malla 2001). De nuevo, c) Industria lítica
este conjunto es minoritario dentro del
yacimiento. El conjunto de industria lítica (Fig.
La convergencia de tradiciones alfa- 8) es bastante reducido (4 piezas), la
reras diferenciadas es algo habitual en mayoría de ellas procedentes del nivel
los yacimientos de la región. Ejemplos superficial. Las más significativas son
de la convivencia de campaniforme con dos dientes de hoz, uno de ellos con lus-
elementos Protocogotas los encontra- tre de cereal. La reducida presencia de
mos en el yacimiento palentino de La industria lítica en el yacimiento sugiere
Huelga (Pérez Rodríguez et al. 1994) o que la gestión principal se realiza fuera
los burgaleses de Paulejas (Carmona del mismo.
Ballestero 2010), Las Veguillas (Alon-
so Fernández 2003; Uríbarri Angulo d) Restos faunísticos
y Martínez González 1987), Los Cas-
cajos-El Blanquillo (Martínez Puente Sólo 18 de las estructuras excava-
1989) o El Portalón de Cueva Mayor das han proporcionado algún tipo de
(Juez Aparicio 2005). Lo mismo ocu- vestigios de esta clase. Así, se ha recu-
rre con otros donde se solapan en for- perado un total de 240 restos, muchos
ma de palimpsesto distintas fases de de ellos fragmentados o degradados
la Edad del Bronce, como el propio de debido a procesos postdeposicionales
Las Veguillas (Alonso Fernández 2003), como erosiones radiculares y afecciones
El Mirador (Moral del Hoyo 2002) o El químicas (concrecionado), fruto del en-
Portalón de Cueva Mayor (Mínguez Ál- torno geológico. A falta de los resulta-
varo 2009). Ahora bien, a tenor de los dos de un estudio arqueozoológico, el
resultados, el volumen de restos corres- inventario preliminar (Tab.2) muestra la

Figura 8.
Elementos de
industria lítica
recuperados en
Manantial de
Peñuelas.

118
La articulación del espacio en el “campo de hoyos” de Manantial de Peñuelas

Contexto UE Tipo de restos NR

60 61 Indeterminado 1

210 212 Costilla de bóvido 16

380 382 Astas y molar de ciervo. Fragmentos indeterminados 10

410 411 Indeterminado 2

460 461 Falange de bóvido e indeterminado 2

510 511 Indeterminado 2

530 531 Indeterminado 3

570 571 Fragmentos de bóvido 37

600 601 Vértebra indeterminado 8

950 951 Costillas, vértebras y calcáneo de ciervo 133

960 961 Molar ovicáprido 2

970 971 Vértebra bóvido 5

1180 1181 Indeterminado 1

1190 1191 Indeterminado 3

1200 1201 Indeterminado 1

1630 1631 Indeterminado 4

1830 1831 Costillas especie indeterminada 1

1840 1841 Metatarso de bóvido 2

1890 1891 Indeterminado 3

2540 2541 Molar de ovicáprido 4

Tabla 2.- Tabla con los datos referentes a los restos faunísticos recuperados.

presencia de las especies animales más que remiten a una técnica constructiva
habituales en este tipo de yacimientos con notable arraigo en la Meseta Norte.
arqueológicos (Delibes de Castro y Her- Además, se han documentado sendos
rán Martínez 2007; Díaz del Río 2001; molinos barquiformes de arenisca.
Fabián García 2006; Morales Muñiz y
Liesau 1994), con una cabaña ganade- 4.- PROBLEMÁTICA
ra formada por bóvinos y ovicáprinos
a las que se suma el aprovechamiento Las evidencias arqueológicas documen-
de especies no domésticas a través de la tadas en Manantial de Peñuelas ofrecen
caza (cérvidos). aspectos que invitan a la consideración
y debate. Entre los más destacados se
e) Otros restos encuentra, por un lado, la relación tem-
poral de las evidencias, vinculada a los
Junto a estos materiales se han docu- procesos de formación y transformación
mentado otros que suelen ser habitua- del yacimiento. Por otro, la articulación
les en este tipo de yacimientos como los espacial de los contextos y su carácter
restos de “adobe” o manteado de barro, diacrónico o sincrónico, en especial los
119
Actas de las segundas jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero 2012

vinculados a la Edad del Bronce por ser muy poca profundidad. Sólo 38 de ellas
los mayoritarios y más elocuentes. Por tenían más de 0,50m de potencia, y 193
último y en relación con los aspectos estructuras no superaban los 0,30m (de
apuntados se plantea un problema es- las cuales 125 estaban por debajo de
pecífico debido a la documentación de 0,20m), consecuencia directa del estado
evidencias de cabañas: la relación de las de arrasamiento en el que se hallaban.
mismas, en especial la longhouse, con el Las causas de esta alteración son anti-
resto de evidencias del yacimiento. Ta- guas en algunos casos, consecuencia de
les problemas se tratan en el apartado procesos geomorfológicos, cuyo ejem-
que se expone a continuación. plo son desplazamientos de materiales
blandos por la pendiente, o modernos,
5.- DISCUSIÓN fruto de los arados, pero el resultado es
el mismo: la destrucción de los estratos
5.1.- Sobre la relación temporal superiores del yacimiento. En relación a
de las evidencias este punto se puede señalar que la pre-
sencia de materiales más duros ha pro-
Tal y como anunciábamos anterior- vocado la conservación de los agujeros
mente, un problema general a todos los de poste de las cabañas. Allí donde los
campos de hoyos es aquel que se rela- agentes destructivos han sido obstaculi-
ciona con la falta de relaciones estrati- zados por la mayor resistencia del sus-
gráficas entre los diferentes contextos. trato geológico.
En rigor sólo se puede establecer con No obstante, la ausencia de estrati-
certeza una secuencia de acontecimien- grafía relacionada con elementos posi-
tos o eventos independiente en cada tivos es una pauta tan general que no
uno de ellos. Esto supone un problema se puede achacar solo a causas de mo-
desde el momento en que la mayoría vilidad, vinculado al género de vida de
de los contextos no se relacionan física- sus habitantes, o de acciones postdepo-
mente, de tal manera que la gran ma- sicionales. Desde este punto de vista es
yoría forman espacios independientes posible plantear, como indica la Antro-
difícilmente relacionables. La secuencia pología Cultural, actos racionales dedi-
interna de cada contexto suele ser sim- cados a desmantelar tales estructuras,
ple y repetitiva, aunque no necesaria- cuyo sentido puede ser variado (recicla-
mente producto de la misma acción o je, reubicación, reinicio de ciclos vitales,
grupo de acciones. Las de constatación ritos de destrucción, etc…). La clave
más sencilla atienden a la apertura del está entonces, en determinar aspectos
contenedor y su relleno, con el agravan- que varían, desde la organización so-
te de que entre las dos actividades in- cial de los grupos, hasta sus formas de
dicadas pudo existir un largo proceso; subsistencia y ver el impacto que pro-
esto es, su apertura, uso original y final ducen tales aspectos en el desmantela-
se encuentra disociado en la mayoría de miento y la finalidad del mismo. Esta
los casos, reflejando, a su vez, un lapso idea enlaza con otras propuestas para
temporal difícilmente ponderable. contextos semejantes como la “hipó-
Todo ello aparece empeorado por el tesis de la reposición” a un estado an-
grado de desmantelamiento de las es- terior a la ocupación (Márquez Rome-
tratigrafías originales que se manifiesta ro y Jiménez Jaimez 2010: 452) o de la
en este tipo de yacimientos. Por ejem- posible destrucción ritualizada de los
plo, en Manantial de Peñuelas la mayor hábitats (Sánchez Polo 2010: 181-82). A
parte de las estructuras conservaban diferencia de estas propuestas que in-

120
La articulación del espacio en el “campo de hoyos” de Manantial de Peñuelas

ciden sobre facetas ideológicas, el des- • Campaniforme: contextos 100,


mantelamiento muestra una racional- 1200, 2180 y 2200.
idad que, aunque se exprese mediante • Calcolítico dudoso: contexto
acciones rituales, ha de ser explicada 530.
en relación con la realidad material de • Bronce Antiguo: contextos 150,
la existencia, que, al fin y al cabo, es la 400, 510, 880, 950 y 1900.
que trata de justificar la ideología y los • Bronce: contextos 60, 270, 310,
actos ritualizados. No obstante, esta 910, 930, 960, 1140, 1180, 1550,
situación entra en contradicción con un 1640, 1910 y 2400.
fenómeno particular de Manantial de • Bronce Medio Protocogotas:
Peñuelas, que se puede hacer extensivo contextos 80, 170, 190, 280, 350,
al resto de yacimientos excavados re- 380, 940, 1100,1110, 1240, 1580,
cientemente con motivo de la obra del 1630, 1830, 1840, 1900, 1960 y
AVE por ANTEQUEM SL. No deja de 2540.
ser llamativo que sólo 75 de los 254 con- • Indeterminado: el resto de con-
textos contengan restos arqueológicos textos.
(Villanueva Martín y Barranco Ribot
2011b). Es decir, los sedimentos parecen Es necesario realizar una pequeña
proceder de colmataciones no antrópi- valoración sobre esta información. En
cas o su relleno se realiza con materiales ella se pone de manifiesto las limitacio-
procedentes de depósitos sin restos ma- nes del uso de fósiles-guía en este tipo
teriales. Lo que indica la necesidad de de contextos. En primer lugar, solamen-
incluir en los proyectos de excavación te se dispone de piezas elocuentes en
de este tipo de yacimientos, amplios una pequeña parte de los contextos (41
estudios geomorfológicos y sedimen- de 254) lo que supone que solo se dis-
tológicos. En definitiva, la estrecha co- ponga de información temporal en un
laboración con disciplinas de la tierra. porcentaje muy reducido de los mismos
Por otro lado, en Manantial de (16,1%). El grado de incertidumbre que
Peñuelas, como en tantos otros ya- este aspecto genera es tal que supone
cimientos de este tipo, la relación tem- un grave problema a la hora de esta-
poral de las evidencias se puede esta- blecer inferencias de cualquier tipo. No
blecer de manera relativa a través de las obstante, se pueden establecer algunas
atribuciones culturales manifestadas consideraciones de carácter general.
por los materiales. En este sentido, las Se reconocen al menos dos fases de
piezas cerámicas decoradas son las que formación diferentes del yacimiento.
aportan información. En algunos casos Por un lado, una primera que pare-
ha sido posible afinar bastante, mien- ce circunscribirse al Calcolítico Final
tras en otros se ha optado por otorgar (2500-1900 cal BC) a tenor de la pre-
una atribución genérica: Calcolítico o sencia de elementos del Campaniforme
Bronce. A veces algunas piezas de dif- Ciempozuelos. La frecuencia de contex-
erente atribución convergen en un mis- tos de esta cronología es baja, práctica-
mo contexto, como por ejemplo en el C. mente testimonial frente a los del Bron-
1960 (Campaniforme y Protocogotas). ce. Por otro lado, una segunda fase de
En estos casos, como es evidente, la atri- formación de contextos de la Edad del
bución otorgada de manera definitiva Bronce. La frecuencia de adscripciones
es la más moderna. Teniendo en cuanta es considerablemente mayor por lo que
este tipo de situaciones, las atribuciones se puede inferir que a dicho momen-
quedarían de la siguiente manera: to deben pertenecer la mayoría de los

121
Actas de las segundas jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero 2012

contextos indeterminados. Dentro de González 1988-89), Guaya (Berrocalejo


esta adscripción se han identificado dos de Aragona, Ávila) (Misiego Tejada et
atribuciones (Bronce Antiguo y Medio) al. 2005), en Las Camas (Villaverde, Ma-
aunque todas las piezas no desentonan drid) (Urbina et al. 2007), Ecce Homo
dentro de ambientes del Bronce Medio (Alcalá de Henares) (Almagro-Gorbea y
(Protocogotas). La cronología de estos Fernández Galiano 1990) y Larrumberri
contextos es genérica e imprecisa, dado (Obanos, Navarra) (Sesma Sesma et al.
que el ciclo temporal se extiende des- 2009: 72).
de el 1750 cal BC hasta el 1450 cal BC
(Abarquero 2005). 5.2.- Sobre la articulación espacial
Todo lo anterior incide en otra pro- de las evidencias
blemática que atiende a la ubicación en
el tiempo de uno de los aspectos singu- Teniendo en cuenta todas estas in-
lares del yacimiento, la cabaña alargada dicaciones, es necesario realizar una
(longhouse). Sobre su cronología no se valoración de la distribución espacial
dispone de dato alguno. Por ejemplo, de las estructuras. Sin embargo, a las
los rellenos de los hoyos de poste no limitaciones temporales señaladas se
han proporcionado materiales arqueo- le añaden otras que inciden en que este
lógicos ni tampoco otros susceptibles balance será en todo caso parcial y ses-
de una evaluación cronológica especí- gado, puesto que, como ya se ha relata-
fica, por lo que resulta difícil acceder, do, tan sólo se ha podido documentar
siquiera, a su datación genérica. De una pequeña parte del espacio que ocu-
hecho, la única estructura que ha pro- paba el yacimiento.
porcionado materiales es el contexto Una observación simple de la dis-
530, que se ubica físicamente dentro del tribución en planta de las evidencias
recinto, que no mantiene ninguna rela- permite observar que no se distribuyen
ción física con los hoyos de poste, pero regularmente por el espacio. En líneas
que sin embargo ha proporcionado pie- generales, la zona de máxima concen-
zas cerámicas consideradas, con dudas, tración de contextos arqueológicos se
Calcolíticas. localiza dentro del espacio afectado
Podemos acudir a la comparación por el préstamo PV6b, al sur de la in-
con otros yacimientos para intentar afi- tervención. No obstante, se extienden
nar un poco su posición crono-cultural formando agrupaciones o concentra-
tomando como referencia las analo- ciones, de aspecto anárquico u ordena-
gías morfológicas mejor conocidas. En das de manera radial.
este sentido, los casos documentados Se puede realizar una observación
de cabañas del Calcolítico en la Mese- más detallada tomando como referencia
ta (Carmona Ballestero 2012; Díaz del la distribución que ofrecen los contex-
Río 2001; García Barrios 2007) se corre- tos con atribuciones (Fig. 9). En la rep-
sponden con estructuras de morfología resentación se puede apreciar el distan-
circular o elíptica con dimensiones bas- ciamiento de los contextos calcolíticos
tante más reducidas que la cabaña doc- entre sí, que aparecen de manera sin-
umentada. Los ejemplos conocidos en gularizada y aislada. Este fenómeno se
la Meseta y valle del Ebro de cabañas reconoce en otros yacimientos excava-
de tipo longhouse son del Bronce Me- dos en este mismo tramo del Arlanzón
dio-Final o inicios de la Edad del Hier- como La Tejera (Villanueva Martín y
ro, caso del Teso del Cuerno (Forfoleda, Barranco Ribot 2011a), como también
Salamanca) (Martín Benito y Jiménez en otros lugares del valle Medio del Ar-

122
La articulación del espacio en el “campo de hoyos” de Manantial de Peñuelas

lanzón como Fuente Buena o Villafría realizar inferencias respecto de esta dis-
V (Carmona Ballestero 2012). Su expli- tribución sin entrar en la especulación.
cación de momento no está clara. Precisamente, los ejemplos conocidos
Las evidencias del Bronce son más de relaciones orgánicas entre hoyos
numerosas y se reparten de manera siliformes y cabañas (Carmona Ball-
homogénea por todo el yacimiento de estero 2012; Martín Benito y Jiménez
tal manera que casi todas las concen- González 1988-89) apuntan a una diso-
traciones cuentan con contextos de esta ciación espacial entre los espacios de
atribución. Teniendo en cuenta que hábitat/residencia y los lugares de al-
la cabaña alargada parece tener una macenamiento de producto. La distri-
cronología también broncínea, es inte- bución de hoyos siliformes respecto a
resante observar qué tipo de relación cabañas ha sido objeto de poco interés
espacial mantiene respecto a los hoyos. en las investigaciones desarrolladas en
En primer lugar, se encuentra rodeada la Cuenca del Duero. No obstante, al-
por una alta agrupación de contextos. gunas interpretaciones proponen como
Entre ella se encuentran estructuras hipótesis la ubicación de las viviendas
con atribuciones del Bronce pero tam- en los márgenes extremos (periféricos)
bién un contexto calcolítico. La ausen- de los lugares de hábitat, ocupando
cia física de contacto entre los hoyos los silos la zona interna del espacio al
de poste y los hoyos siliformes impide margen de las viviendas. Tal distribu-
establecer su relación temporal, por lo ción tampoco se observa en el caso de
que ni siquiera se puede aseverar la Manantial de Peñuelas. Las agrupa-
coetaneidad de los hoyos y la cabaña. ciones aparentemente no guardan una
Es imposible determinar siquiera si la relación orgánica aunque si se puede
cabaña se construyó antes o después de apreciar una ordenación general radial.
las estrcturas por lo que no se pueden Tal distribución apunta a algo usual: los

Fig. 9.- Plano de distribución de los hoyos y cabañas.


123
Actas de las segundas jornadas de jóvenes investigadores del valle del Duero 2012

campos de hoyos son la manifestación que este tipo de evidencias se están tra-
arqueológica de la existencia de lugares tando en muchos casos de manera algo
comunitarios, espacios sociales donde mecánica. Desde nuestro punto de vista
la comunidad campesina organizaba su faltan planteamientos teóricos aplica-
producción y reproducción social. En dos a la comprensión de los procesos de
cualquier caso, la escasa información formación y transformación del registro
geomorfológica unida a una docu- arqueológico. Ello plantea un problema
mentación estratigráfica de difícil rel- de fondo debido a que, si no se com-
ación, suponen obstáculos determinar prende adecuadamente esta formación,
si la vivienda alargada representa una es poco probable que se efectúe una
singularidad o es solo parte de un con- interpretación apropiada a partir de
junto más amplio no conservado, Este los datos arqueológicos. Basamos esta
hecho tiene implicación en el acceso al opinión en que en la mayor parte de los
conocimiento de la organización de la casos se asumen ideas simples sobre la
producción y reproducción social, la funcionalidad y proceso de colmatación
interpretación de las bases de subsis- de los hoyos que obvian aspectos cru-
tencia e incluso, imposibilita analizar ciales sobre las características que pre-
en cuestiones más complejas como los sentan los grupos sociales del pasado,
sistemas de propiedad. aspecto que puede determinar los pro-
cesos de formación (producción), uso
6.- PERSPECTIVAS (consumo) y abandono tanto de estruc-
turas como de los restos arqueológicos
Todos los condicionantes expuestos son contenidos en ellos. Esta simplificación
de tal magnitud que, con los datos ac- es palpable en cuanto se asume con nor-
tuales nos vemos incapaces de solventar malidad que los rellenos son desechos
la problemática expuesta. Sin embargo, domésticos, a excepción de aquellos
no quiere esto decir que desistamos, contextos que por su contenido no en-
sino más bien supone un acicate que cajan con esta premisa (inhumaciones,
debe espolear nuestros esfuerzos futu- asociaciones de objetos estéticamente
ros. Por ello, queremos plantear ciertas llamativos, enterramientos de animales
perspectivas que esta problemática no completos,..). En este caso, se conside-
resulta nos sugiere con el fin de generar ran depósitos “rituales” o “simbólicos”.
un nuevo marco de debate. Este tipo de lectura se realiza conside-
Si analizamos la información dispo- rando exclusivamente una faceta posi-
nible, se puede considerar que tanto la ble, la última, de todas las implicadas
ubicación, emplazamiento y los mate- en la formación del registro. El error se
riales arqueológicos aportan datos que encuentra en realizar analogías a partir
refuerzan postulados que se han con- de una especie de “foto fija” propor-
vertido en una variable prácticamente cionada por esta disposición final del
constante y apenas conocemos nada registro. Es lo que se ha denominado
nuevo sobre las sociedades de Bronce aplicación de la “Premisa Pompeya” (La-
después de la intervención. Entonces, motta y Schiffer 1999; Schiffer 1988).
las cuestiones que se nos plantean son: Por otro lado, la excesiva atención a
con este tipo de yacimientos ¿realmente los objetos en detrimento de los contex-
se puede ampliar el conocimiento que tos es otro de los factores limitantes de
tenemos? y ¿cómo? la interpretación de estos yacimientos.
En este sentido, uno de los primeros En este sentido, es manifiesta por su in-
aspectos a tratar es la constatación de suficiencia y la falta de resolución de la

124
La articulación del espacio en el “campo de hoyos” de Manantial de Peñuelas

información temporal aportada por los ALAMEDA CUENCA-ROMERO, M. C.,


fósiles-guía. Se necesita un buen pro- CARMONA BALLESTERO, E., PAS-
grama de dataciones radiocarbónicas CUAL BLANCO, S., MARTÍNEZ DÍEZ,
G. Y DIEZ PASTOR, C. (2011): “El “Cam-
que permita disponer de una informa-
po de Hoyos” calcolítico de Fuente Cela-
ción detallada, más si se tiene en cuenta da (Burgos): datos preliminares y pers-
que los rellenos de los hoyos pueden pectivas”, Complutum. 22 (1): 47-69.
provenir de cualquier lugar que conten- ALMAGRO-GORBEA, M. Y FERNÁNDEZ
ga estratigrafías coetáneas o anteriores GALIANO, D. (1990): Excavaciones en el
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mente este tipo de estrategias cuenta drid), Madrid.
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ción arqueológica en el yacimiento de “Las
económico que pocas intervenciones
Veguillas”, Barrio de Cortes (Burgos). Me-
preventivas o de urgencia pueden asu- moria técnica de intervención, pp. Burgos,
mir. Esto nos permite hablar de otra Servicio de Territorial de Cultura de Bur-
vía que es necesario potenciar y desa- gos, Junta de Castilla y León (Informe
rrollar, como es la colaboración entre técnico inédito), Burgos
empresas y entidades de investigación. APELLANIZ, J. M. (1974): “El grupo de Los
Esto supone la articulación de estrate- Husos durante la Prehistoria con cerámi-
gias conjuntas que permitan combinar ca en el Pais Vasco”, Estudios de Arqueolo-
gía Alavesa. tomo VII (monográfico).
la escala de intervención de las empre-
APELLANIZ, J. M. Y DOMINGO MENA, D.
sas -con grandes espacios intervenidos, (1987): Estudios sobre Atapuerca (Burgos):
decenas de miles de piezas recuperadas II. Los materiales de superficie del Santuario
y la gestión de un volumen de informa- de la Galería del Sílex, Cuadernos de Ar-
ción impensable hace unos años-, con queología de la Universidad de Deusto,
las posibilidades que ofrece el análisis 10. Universidad de Deusto, Bilbao.
de la arqueología académica -emplean- BARRIOS GIL, I. (2004): El yacimiento de Cue-
do analíticas específicas, involucrando va Lóbrega (Torrecilla de Cameros, La Rioja).
Una visión acerca del Neolítico y la Edad
a especialistas y desarrollando formas
del Bronce en el área occidental del Sistema
de investigación con pautas y tiempos Ibérico. Instituto de Estudios Riojanos,
exentos de la presión del mercado-. Esta Logroño.
combinación seguramente permitiría la BELLIDO BLANCO, A. (1996): “Los campos
puesta en marcha programas de otros de hoyos. Inicio de la economía agrícola
horizontes de trabajo sujetos a meca- en la Submeseta Norte”, Studia Archaeo-
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para conocer la realidad del pasado y Carmona Ballestero, E. (2010): Prestigio y
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permitan resolver la problemática ex-
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