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Disolución de matrimonio.

ARTICULO 435.- Causas de disolución del matrimonio. El matrimonio se disuelve por:


a) muerte de uno de los cónyuges;
b) sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento;
c) divorcio declarado judicialmente.

Divorcio.
El divorcio en el Código Civil y Comercial
El CCyCN cambia el enfoque en la materia, eliminando el régimen de causalidad (con o sin atribución de
culpabilidad) sustituyéndolo por un sistema incausado donde no se ventilan ante los Tribunales los hechos
que motivaron la ruptura. Claro está que el divorcio siempre tendrá, como sostienen Mizrahi y Medina,
“causas”, pero ellas no serán de interés para los jueces. Se pone especial acento en las consecuencias del
divorcio y no en sus causas. En concordancia con ello se eliminan todas las restricciones de plazos que
contenía el CCiv. El divorcio así regulado es entonces simplemente voluntario, y los cónyuges podrán
expresar conjunta o unilateralmente esa decisión, sin necesidad de exponer y probar los motivos que los
llevaron a ella. El único requisito indispensable para la tramitación de la causa será la presentación de un
convenio regulador, aunque la falta de acuerdo sobre éste no impide al juez decretar el divorcio (arts. 437
y 438 del CCyCN).
Es decir que alcanza con que uno de los esposos no desee continuar con el matrimonio para que pueda
demandar el divorcio, sin que el contrario pueda oponerse a la petición por motivos materiales, y sin que el
juez pueda rechazar la pretensión. En síntesis, el matrimonio se celebra y se sostiene por la voluntad
coincidente de los contrayentes, y cuando la voluntad de uno de ellos o de ambos desaparece, se faculta a
cualquiera de los integrantes de la pareja a disolver su vínculo matrimonial. Por último, es importante
señalar que la declaración del divorcio debe ser judicial (art. 435, inc. c., CCyCN), dejando de lado la
posibilidad de tramitarlo en sede administrativa, y que es nula toda renuncia a la posibilidad de solicitarlo
(art. 436, CCyCN).

Proceso de divorcio.
Legitimación
El art. 437 del CCyCN, determina que ambos cónyuges pueden solicitar el divorcio en forma conjunta o
cualquiera de ellos puede realizarlo unilateralmente.
En caso de presentarse conjuntamente no existe óbice para que lo realicen con una única representación
letrada, ya que se tratará de un proceso voluntario.

ARTICULO 436.- Nulidad de la renuncia. Es nula la renuncia de cualquiera de los cónyuges a la facultad de
pedir el divorcio; el pacto o cláusula que restrinja la facultad de solicitarlo se tiene por no escrito.

ARTICULO 437.- Divorcio. Legitimación. El divorcio se decreta judicialmente a petición de ambos o de uno
solo de los cónyuges.

Requisitos
La petición debe estar acompañada de un convenio regulador, que sólo en caso de petición conjunta será
un convenio propiamente dicho. En caso de presentarse un solo de los cónyuges, deberá acompañar un
proyecto de convenio, y, corrido el traslado pertinente, el otro podrá presentar el suyo propio.
En este último caso los esposos deberán explicar las razones en las que fundan su propuesta y arrimar los
elementos de prueba necesarios, el juez, de oficio o a petición de parte, podrá pedir se agreguen otras
pruebas que considere necesarias para pronunciarse sobre la validez del acuerdo. En ningún caso la falta
de acuerdo sobre aspectos relativos al convenio regulador impedirá el dictado de la sentencia de divorcio,
debiendo resolverse esos conflictos mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local (art. 438
in fine, CCyCN).

ARTICULO 438.- Requisitos y procedimiento del divorcio. Toda petición de divorcio debe ser acompañada
de una propuesta que regule los efectos derivados de éste; la omisión de la propuesta impide dar trámite a
la petición.
Si el divorcio es peticionado por uno solo de los cónyuges, el otro puede ofrecer una propuesta reguladora
distinta.

Al momento de formular las propuestas, las partes deben acompañar los elementos en que se fundan; el
juez puede ordenar, de oficio o a petición de las partes, que se incorporen otros que se estiman pertinentes.
Las propuestas deben ser evaluadas por el juez, debiendo convocar a los cónyuges a una audiencia.
En ningún caso el desacuerdo en el convenio suspende el dictado de la sentencia de divorcio.
Si existe desacuerdo sobre los efectos del divorcio, o si el convenio regulador perjudica de modo manifiesto
los intereses de los integrantes del grupo familiar, las cuestiones pendientes deben ser resueltas por el juez
de conformidad con el procedimiento previsto en la ley local.

Audiencia
El art. 438, tercer párrafo, CCyCN, establece que el juez debe convocar a las partes a una audiencia en caso
de falta de acuerdo sobre el convenio regulador o alguno de sus aspectos. En caso de convenio suscripto
donde se hayan acordado todas las cuestiones, el juez dictará el divorcio sin más trámite sin necesidad de
audiencia.

Homologación
El juez debe homologar el convenio regulador, dicha potestad le permite evaluar su contenido, y
eventualmente objetarlo cuando advierta que perjudica de modo manifiesto los intereses de los
integrantes del grupo familiar.

Efectos del divorcio.


Convenio regulador
El convenio regulador es un negocio jurídico familiar de carácter mixto por intervenir los particulares y la
autoridad judicial que tiene por finalidad regular los efectos de las situaciones de crisis de matrimonio; por
ello es la primera fuente de regulación entre los cónyuges, por delante de la decisión judicial, que sólo
opera en defecto de acuerdo de éstos. El art. 438 establece la obligación de acompañar a la demanda
conjunta de divorcio, un convenio regulador, en caso de ser solicitado unilateralmente, debe acompañarse
una propuesta de convenio y correrse traslado a la otra parte, quien podrá, a su turno, presentar una
propuesta alternativa.
ARTICULO 439.- Convenio regulador. Contenido. El convenio regulador debe contener las cuestiones
relativas a la atribución de la vivienda, la distribución de los bienes, y las eventuales compensaciones
económicas entre los cónyuges; al ejercicio de la responsabilidad parental, en especial, la prestación
alimentaria; todo siempre que se den los presupuestos fácticos contemplados en esta Sección, en
consonancia con lo establecido en este Título y en el Título VII de este Libro. Lo dispuesto en el párrafo
anterior no impide que se propongan otras cuestiones de interés de los cónyuges.

A su turno el art. 439 regula el contenido del convenio, éste debe contener:

- a) Atribución de la vivienda.
- b) Distribución de bienes, ello en principio y cuando los cónyuges estén bajo el régimen de
comunidad (arts. 463 y ss., CCyCN), y no hayan decidido acordar la partición en forma privada (arts.
500 y 2369, CCyCN). También cuando en el régimen de separación de bienes tienen bienes en
condominio que quieren disolver.
- c) La compensación económica, siempre y cuando ella fuere acordada, a falta de acuerdo el juez
deberá fijar su procedencia a petición de parte.
- d) El ejercicio de la responsabilidad parental, a ese efecto 641, inc. b), establece que en caso de
cese de la convivencia éste deberá seguir siendo compartido, salvo acuerdo o decisión judicial que,
en interés del hijo, determiné el ejercicio exclusivo o distintas modalidades. Asimismo se establece
la obligatoriedad de fijar los alimentos debidos a los hijos.

Esta enunciación no es taxativa, y pueden proponerse otros aspectos que se considere necesario acordar o
resolver, por otra parte en caso de no existir atribución de vivienda, bienes a distribuir, compensación
económica o hijos bajo responsabilidad parental, los cónyuges deberán hacer saber esa circunstancia al
juez o tribunal.

El contenido mínimo establecido en el art. 439 puede ser ampliado o disminuido por los consortes. Será
ampliado cuando los esposos consideren que existen situaciones que corresponde regular y no están
incluidas en la norma o disminuido cuando no se den todas y cada una de las hipótesis previstas, ya sea
porque no tienen hijos, o porque éstos son mayores de edad, o porque ambos han abandonado o carecen
de una vivienda en común, o porque están unidos en un convenio de separación de bienes que haga
innecesario celebrar convenios sobre distribución de bienes, o porque no existen desequilibrios que deban
ser regulados mediante prestaciones compensatorias. También pueden ser incluidos en el convenio
regulador, la disolución del condominio en el supuesto que en el régimen de separación de bienes tuvieran
bienes en condominio.

ARTICULO 440.- Eficacia y modificación del convenio regulador. El juez puede exigir que el obligado otorgue
garantías reales o personales como requisito para la aprobación del convenio.
El convenio homologado o la decisión judicial pueden ser revisados si la situación se ha modificado
sustancialmente.

Convenio regulador de atribución de la vivienda conyugal


Muchos pueden ser los convenios que los cónyuges pacten sobre la atribución del hogar conyugal. En este
punto interesa saber cuál va a ser el efecto de estos convenios frente a los herederos. En el efecto
sucesorio de la atribución de la vivienda tendrá mucha importancia la forma como se hubiera convenido la
atribución. A saber: Los cónyuges pactan que uno de ellos continuará habitando el hogar conyugal, sin
establecer un derecho real de uso y habitación. Cabe preguntarse si este convenio obliga a los herederos, o
si éstos tienen facultad para excluir al cónyuge del inmueble que fue sede del hogar conyugal.
Creemos que tal convenio no se transmite a los herederos, y por ende éstos no están obligados a mantener
al ex cónyuge en la vivienda después de la muerte. En este orden de ideas, lo cierto es que el “derecho de
habitar el que fue sede del hogar conyugal” no es un derecho puramente patrimonial, sino que está
imbuido de un carácter asistencial. Éste se advierte claramente cuando no hay acuerdo sobre la atribución
del hogar conyugal y el juez debe decidir al respecto, supuesto en el que se valora principalmente quién es
el más necesitado de ambos cónyuges; ello aun cuando la solución al problema habitacional sea por
convenio entre los cónyuges. Las obligaciones asumidas por el causante no obligan a los herederos, como
no lo obligan las obligaciones alimentarias.

Convenio regulador de alimentos


La intención del CCyCN es que, en casos de divorcio, se fije con claridad en el convenio de los cónyuges la
cifra a que alcanzan los gastos de sostenimiento de la familia, por todos los conceptos, y la contribución de
cada uno de los cónyuges de forma clara, señalando las formas y las garantías de pago, así como las bases
para evitar la desvalorización. Tratándose de divorcio, las cargas financieras más importantes serán, en
principio, los alimentos de los hijos comunes, debiendo fijarse la contribución en particular del progenitor
que no los va a tener en su compañía. Uno de los temas que en la práctica provoca mayores controversias
entre los cónyuges que pretenden separarse o divorciarse es el de la fijación de la pensión de alimentos a
favor de los hijos comunes. La obligación de abonar los alimentos es solidaria, esto es, corresponde ambos
progenitores; empero en el convenio en general únicamente se fijará la parte correspondiente al
progenitor no custodio; pues carece de sentido que el otro progenitor se pague a sí mismo. El convenio de
alimentos debe fijarse aun en el caso de que se fije el cuidado personal con modalidad alternada, ya que si
ambos progenitores cuentan con recursos equivalentes, cada uno debe hacerse cargo de la manutención
cuando el hijo permanece bajo su cuidado; si los recursos de los progenitores no son equivalentes, aquel
que cuenta con mayores ingresos debe pasar una cuota alimentaria al otro para que el hijo goce del mismo
nivel de vida en ambos hogares según lo dispuesto en el art. 666 del CCyCN.

Efectos del divorcio.


Alimentos entre cónyuges divorciados
El sistema argentino los acepta, a diferencia del régimen anterior donde la extensión de la cuota estaba
determinada por la culpabilidad o inocencia de quien los reclamaba, y como natural consecuencia de la
eliminación del divorcio causado, ahora se regula un derecho de alimentos excepcional y que apunta a
casos de extrema necesidad del ex cónyuge solicitante. Claro está también que rige la libertad de acordar
una cuota mejor mediante el convenio regulador, siendo el régimen del 434 supletorio de dichos acuerdos.

Fundamento de la obligación alimentaria entre cónyuges con posterioridad al divorcio


El fundamento de la obligación alimentaria post divorcio se encuentra en la solidaridad divorcial o
solidaridad cuasi familiar que es la razón esencial de la prestación. Si bien es cierto que los divorciados
técnicamente no son familiares entre sí sino extraños, como enseña Fanzolato esto no significa que estén
equiparados a cualquier persona ajena, sino que los divorciados, entre ellos, son unos “extraños muy
especiales” que han roto sus vínculos jurídicos, aunque no los deberes morales reconocidos por el orden
jurídico.
Compensación económica
Concepto
La pensión compensatoria es un derecho personal reconocido al cónyuge al que el divorcio le produce un
empeoramiento en la situación económica de la que gozaba en el matrimonio, colocándole en posición de
inferioridad frente a la conservada por el otro consorte. El presupuesto esencial para otorgar la prestación
compensatoria radica en la desigualdad que resulta de la confrontación entre las condiciones económicas
de cada uno, antes y después de la ruptura. Cabe poner de resalto que no hay que probar la existencia de
necesidad —el cónyuge más desfavorecido en la ruptura de la relación puede ser acreedor de la pensión
aunque tenga medios suficientes para mantenerse por sí mismo—. Pero sí ha de probarse que se ha
sufrido un empeoramiento en su situación económica con relación a la que disfrutaba en el matrimonio y
respecto de la posición que disfruta el otro cónyuge, que tenga como causa adecuada el vínculo
matrimonial y su ruptura.

ARTICULO 441.- Compensación económica. El cónyuge a quien el divorcio produce un desequilibrio


manifiesto que signifique un empeoramiento de su situación y que tiene por causa adecuada el vínculo
matrimonial y su ruptura, tiene derecho a una compensación. Esta puede consistir en una prestación única,
en una renta por tiempo determinado o, excepcionalmente, por plazo indeterminado. Puede pagarse con
dinero, con el usufructo de determinados bienes o de cualquier otro modo que acuerden las partes o decida
el juez.

Pautas para fijar la compensación económica


Lo ideal es que los cónyuges determinen la compensación económica en el convenio regulador, pero si ello
no ocurre, el juez debe determinar la procedencia y el monto de la compensación económica sobre la base
de diversas circunstancias, entre otras:

- a) el estado patrimonial de cada uno de los cónyuges al inicio y a la finalización de la vida


matrimonial;
- b) la dedicación que cada cónyuge brindó a la familia y a la crianza y educación de los hijos durante
la convivencia y la que debe prestar con posterioridad al divorcio;
- c) la edad y el estado de salud de los cónyuges y de los hijos;
- d) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del cónyuge que solicita la
compensación económica;
- e) la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro
cónyuge;
- f) la atribución de la vivienda familiar, y si recae sobre un bien ganancial, un bien propio, o un
inmueble arrendado. En este último caso, quién abona el canon locativo.

ARTICULO 442.- Fijación judicial de la compensación económica. Caducidad. A falta de acuerdo de los
cónyuges en el convenio regulador, el juez debe determinar la procedencia y el monto de la compensación
económica sobre la base de diversas circunstancias, entre otras:

a) el estado patrimonial de cada uno de los cónyuges al inicio y a la finalización de la vida


matrimonial
b) a dedicación que cada cónyuge brindó a la familia y a la crianza y educación de los hijos durante la
convivencia y la que debe prestar con posterioridad al divorcio;
c) la edad y el estado de salud de los cónyuges y de los hijos
d) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del. cónyuge que solicita la
compensación económica
e) la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro
cónyuge;
f) la atribución de la vivienda familiar, y si recae sobre un bien ganancial, un bien propio, o un
inmueble arrendado. En este último caso, quién abona el canon locativo.
La acción para reclamar la compensación económica caduca a los seis meses de haberse dictado la
sentencia de divorcio.

Naturaleza de la compensación económica


La compensación económica es independiente de los daños y perjuicios y de los alimentos. No son
alimentos porque su finalidad no es pagar las necesidades del cónyuge sino compensar razonablemente el
desequilibrio que la separación y/o el divorcio le produce. Prueba de que no se trata de alimentos la
tenemos en que la compensación económica es exigible desde que el divorcio se produce, mientras que los
alimentos lo son desde que surge la necesidad. Por otra parte, los alimentos son irrenunciables y la
compensación económica es renunciable.

Forma de pago de la compensación


La compensación puede consistir en una prestación única, en una renta por tiempo determinado o,
excepcionalmente, por plazo indeterminado. Puede pagarse con dinero, con el usufructo de determinados
bienes o de cualquier otro modo que acuerden las partes o decida el juez.

Daños y perjuicios
Si bien no se encuentra regulado como efecto del divorcio los ex cónyuges podrán reclamarse daños y
perjuicios.
Lo importante es tener en cuenta que, aunque para solicitar el divorcio en el régimen del Código Civil y
Comercial, no hace falta probar las causas que producen el rompimiento de la vida en común, de todas
maneras estas causas existen, ya que ninguna persona en su sano juicio se divorcia “porque si”. Siempre
hay un motivo que desencadena el rompimiento del matrimonio, la cuestión está en determinar si esta
razón es antijurídica, causa un daño resarcible, es producto de dolo o culpa y guarda una relación de
causalidad adecuada.
En la determinación de los presupuestos de la responsabilidad civil hay que tener en cuenta que según el
art. 1717, “cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no está justificada”. Y ni la
violencia verbal, ni la física, ni la psicológica, ni la infidelidad tienen justificativo alguno ya que lo justificado
es el ejercicio regular de un derecho y no el abuso del derecho o la conducta dañosa. Es por ello que
consideramos que, aún en un sistema de divorcio incausado, es posible reclamar la reparación de los daños
producidos por conductas antijurídicas que pongan fin al matrimonio. Advertimos que la situación será
más dificultosa ante el divorcio sin causa, porque en el proceso de daños y perjuicios habrá que probar la
culpa, el dolo y el daño que en la actualidad surgen del proceso de divorcio.

Atribución de vivienda
Una cuestión importante que los cónyuges o las parejas de hecho se plantean en un proceso de divorcio es
quién se queda ocupando la vivienda familiar y quién sale de ella, ya que el primer efecto de la crisis
matrimonial es precisamente la separación fáctica a fin de evitar —en muchos casos— males mayores.
El tema de la atribución del uso de la vivienda ha sido regulado en el art. 443, donde se han fijado
diferentes pautas para su determinación. Se prevé que cualquiera de los cónyuges puede pedir
judicialmente que se le atribuya la vivienda familiar, tanto que sea el inmueble propio de cualquiera de los
cónyuges o ganancial. El juez deberá establecer el plazo de duración y los efectos teniendo en cuenta las
siguientes pautas:

A) la persona a quien se atribuye el cuidado de los hijos;


B) la persona que está en situación económica más desventajosa para proveerse de una vivienda por
sus propios medios;
C) el estado de salud y edad de los cónyuges;
D) los intereses de otras personas que integran el grupo familiar.

La atribución de la vivienda puede producir diferentes efectos a saber:

- a petición de parte interesada, el juez puede establecer: una renta compensatoria por el uso del
inmueble a favor del cónyuge a quien no se atribuye la vivienda;
- que el inmueble no sea enajenado sin el acuerdo expreso de ambos;
- que el inmueble ganancial o propio en condominio de los cónyuges no sea partido ni liquidado.

Cabe señalar que estos efectos producen consecuencias frente a terceros a partir de su inscripción
registral. Si se trata de un inmueble alquilado, el cónyuge no locatario tiene derecho a continuar en la
locación hasta el vencimiento del contrato, manteniéndose el obligado al pago y las garantías que
primitivamente se constituyeron en el contrato.

Numerosos son los criterios contemplados tanto por la doctrina como por la jurisprudencia para resolver a
cuál de los cónyuges corresponde atribuir el hogar conyugal del matrimonio. En principio, no existe
preferencia para ninguno de los cónyuges, solución que resulta coherente con el principio constitucional
de igualdad de los cónyuges receptado explícitamente en el art. 402. De acuerdo con lo expuesto,
corresponderá, en cada caso, estar a las circunstancias de hecho de la causa para determinar a cuál de los
cónyuges se le atribuirá el inmueble que fuera la sede del hogar conyugal. Ellos son:

- Interés familiar y de los menores. Uno de los criterios contemplados por la jurisprudencia para
determinar la atribución del hogar conyugal radica en la preeminencia del interés de la familia y el
superior interés del niño, otorgando el inmueble a aquel cónyuge al que se le otorgue también la
tenencia de los hijos del matrimonio.
- También corresponde contemplar la protección del grupo familiar más numeroso, que suele ser el
conformado por el cónyuge que ejerce el cuidado personal.
- Mayor dificultad para procurarse una vivienda. Preferencia a favor de la mujer. Según este criterio
jurisprudencial, corresponde otorgar provisoriamente el hogar a aquel de los cónyuges que tenga
mayor dificultad para conseguir una nueva vivienda.
- Enfermedad de uno de los cónyuges. En caso de que uno de los cónyuges, al momento de iniciarse
el divorcio, presente alguna enfermedad o disminución de las facultades de desplazamiento físico,
tendrá prioridad para la asignación del hogar, al menos en forma provisoria hasta tanto mejore su
situación o se liquide el régimen patrimonial de comunidad.
- Violencia familiar. Obviamente, debe ser excluido del hogar conyugal el cónyuge que ejerza, sobre
el otro o los hijos, cualquier tipo de violencia, ya sea física, verbal o moral.

Si bien se ha resuelto que tiene preferencia para mantenerse en el hogar conyugal aquel cónyuge
que permaneció viviendo en él, esta preferencia claramente cede cuando el que se fue lo hizo para
protegerse ante situaciones claras de violencia por parte del otro cónyuge.

ARTICULO 443.- Atribución del uso de la vivienda. Pautas. Uno de los cónyuges puede pedir la atribución de
la vivienda familiar, sea el inmueble propio de cualquiera de los cónyuges o ganancial. El juez determina la
procedencia, el plazo de duración y efectos del derecho sobre la base de las siguientes pautas, entre otras

A) la persona a quien se atribuye el cuidado de los hijos;


B) la persona que está en situación económica más desventajosa para proveerse de una vivienda por
sus propios medios
C) el estado de salud y edad de los cónyuges;
D) los intereses de otras personas que integran el grupo familiar.

ARTICULO 444.- Efectos de la atribución del uso de la vivienda familiar. A petición de parte interesada, el
juez puede establecer: una renta compensatoria por el uso del inmueble a favor del cónyuge a quien no se
atribuye la vivienda; que el inmueble no sea enajenado sin el acuerdo expreso de ambos; que el inmueble
ganancial o propio en condominio de los cónyuges no sea partido ni liquidado. La decisión produce efectos
frente a terceros a partir de su inscripción registral.
Si se trata de un inmueble alquilado, el cónyuge no locatario tiene derecho a continuar en la locación hasta
el vencimiento del contrato, manteniéndose el obligado al pago y las garantías que primitivamente se
constituyeron en el contrato.

ARTICULO 445.- Cese. El derecho de atribución del uso de la vivienda familiar cesa:
a) por cumplimiento del plazo fijado por el juez;
b) por cambio de las circunstancias que se tuvieron en cuenta para su fijación;
c) por las mismas causas de indignidad previstas en materia sucesoria.

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