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PROCEDIMIENTO DE LAS MERMAS NORMALES Y ANORMALES

1. CONCEPTO:

La merma se define como aquella pérdida física originada en los procesos de producción o
fabricación, así como en las operaciones de comercialización, que los bienes involucrados
experimentan, ya sea por causas inherentes a los mismos procesos o por razones exógenas,
que se traducen en disminuciones o rebajas, que afectan la constitución y naturaleza de los
bienes

1.1 CLASIFICACIÓN:

 Merma Normal Las mermas normales están clasificadas como un tipo de mermas, las
cuales son inherentes al proceso de producción o a la naturaleza de la materia prima y
por ello, son inevitables de producirse. Es por esta razón que debe ser absorbida por el
costo de ventas. Las empresas industriales fijan porcentajes de pérdidas por merma
normal de las materias primas o suministros que se consumen en la producción de sus
productos, que se consideran en por esa razón normales, estas mermas se aplican al
costo de los productos elaborados en proporción al volumen de producción

 Merma anormal: Aquellas mermas que se producen en el proceso de producción cuyos


valores exceden los montos estimados considerados normales, estas pérdidas no
formarán parte del costo de los productos elaborados, se generan por eventos que la
empresa no puede anticipar por su naturaleza accidental, como por ejemplo productos
que se malogran por errores de los operarios o fallas originadas por moldes
defectuosos o maquinaria de producción descalibradas, estas pérdidas deben ser
asumidas como gasto del periodo.

2. TRATAMIENTO DE LAS MERMAS

2.1 TRATAMIENTO CONTABLE

El tratamiento contable de las pérdidas por mermas y desmedros depende de la normalidad de


las mismas dentro de los procesos productivos y comerciales. Las pérdidas normales son
reconocidas como costos mientras que las pérdidas anormales son reconocidas como gastos.

2.2 TRATAMIENTO TRIBUTARIO

De acuerdo con el Artículo N°37 de la LIR, para establecer la renta neta, se deducirá de la renta
bruta los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los vinculados a la

generación de las ganancias de capital, siempre que la deducción no este prohibida por la ley;
es decir, se debe cumplir con el Principio de Causalidad. En el inciso f) la ley del Impuesto a la
Renta, se establecen como deducibles las depreciaciones por desgaste y obsolescencia de los
bienes del activo fijo, así como las mermas y desmedros de existencias debidamente
acreditados.

De acuerdo con el Artículo N°21 del RLIR, la acreditación se trata de la siguiente manera:

Mermas: estas se acreditarán mediante un informe técnico emitido por un profesional


independiente, competente y colegiado o por el organismo técnico competente. En este, se
debe presentar por lo menos la metodología empleada y las pruebas realizadas. En caso
contrario, no se admitirá la deducción. Cabe destacar que la norma no indica en qué momento
se debe realizar el informe técnico; sin embargo, es necesario que la empresa sea prudente y
lo tenga con anticipación.

3. INCIDENCIA TRIBUTARIA DE LAS MERMAS

En lo que respecta al tratamiento tributario de las mermas, tanto normales o anormales, el


TUO de la LIR en el inciso f) del artículo 37, establece como gasto deducible las mermas
relativas a las existencias que se encuentren debidamente acreditadas.

Al respecto el Reglamento de la LIR, en el inciso c) de su artículo 21, dispone que dicha


acreditación debe efectuarse mediante informe técnico elaborado por profesional
independiente, competente y además colegiado o por el organismo técnico competente. En el
referido informe deberá consignarse la metodología empleada en su elaboración y el detalle
de las pruebas realizadas para su comprobación. Si no se contara con el detalle solicitado, el
gasto no se admitirá como deducción a efectos de establecer la renta neta. Con referencia a
este punto, a diferencia del tratamiento contable, aparentemente las mermas para fines
tributarios se aplicarían respecto de las producidas en el proceso productivo. No obstante,
consideramos que la merma puede darse, también, durante el proceso de comercialización.

Ahora bien, para fines contables las mermas normales son asumidas por el costo de los bienes
producidos, lo que implica que no originan ninguna provisión contable; sin embargo, las
mermas anormales que se reconocen como gasto, sí obligan a la contabilización de una
provisión contable.

Bajo el razonamiento anterior, podemos colegir que a efectos del Impuesto a la Renta la
provisión del gasto como consecuencia de las mermas anormales, no constituye gasto
deducible, en la medida que corresponde únicamente a una provisión de naturaleza contable.

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