Está en la página 1de 3

MASONERÍA Y SIMBOLISMO ZODIACAL.

Sebastián Jans

Los templos de la Masonería Universal son representación simbólica de lo que, los masones
de cada rito, consideran necesario destacar como los contenidos fundamentales de su concepción masónica.
Sin embargo, más allá de tales particularidades, la gran idea que se expresa siempre en la distinción espacial
y simbólica del lugar destinado al desarrollo ritual –el templo – es que corresponde a una representación
simbólica del Universo.
En el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, aquello se hace mucho más patente que en otros Ritos, que
presentan muros menos dotados de componentes simbólicos, por ejemplo, en el Rito de Schroeders. La idea
del Universo en el Rito E\ A\ y A\ se manifiesta tangiblemente en la presencia de los signos del zodiaco, y las
doce columnas que sostiene la bóveda sideral.
En este Rito, los signos zodiacales están ubicados a veces en las mismas columnas, como es el caso de la
masonería chilena o mexicana, o bien, en el cielo del templo, sobre las columnas, como ocurre en la
masonería colombiana. En los nuevos Manuales de Procedimientos para Tenidas de Primer Grado de la Gran
Logia de Chile, se señala: "En la parte superior de los muros o sobre las columnas, mejor aún, alrededor de la
Bóveda Celeste, irán pintados los doce Signos del Zodiaco, según el orden que les corresponde a las
estaciones del hemisferio norte de la tierra". A estos componentes simbólicos se agregan el sol y la luna en el
oriente, y sobre las dos columnas del pórtico, una granada y una esfera, que sumados al lazo o cadena que
circunda el templo por el friso, robustecen la idea de universalidad o de concepción cósmica. Obviamente, no
puede obviarse una explicación respecto de esta última afirmación, considerando el valor que tiene la
propuesta de la ciencia actual, respecto de un mundo caótico, divergente de la concepción de origen greco-
pitagórica de un cosmos, o universo ordenado y armonioso. Sin embargo, ontológicamente el hombre tiene
que dar un orden para organizar su estudio y proveerse de una metodología de búsqueda, por lo cual, más allá
de la naturaleza caótica, todo constructo intelectual por excelencia requiere de un orden indagatorio. La
importancia que tienen los signos del zodiaco en la Masonería es trascendental. En primer lugar, porque,
todos los componentes simbólicos que están presentes en la ornatura del templo, ligan a la Masonería a las
tradiciones iniciáticas y esotéricas de más antigua data en la historia del Hombre. De ellos, las concepciones
astrales relacionan a la Masonería con las remotas formas de conocimiento y sabiduría de la civilización
humana. Ellos no conectan a una Masonería profunda, que tiene sus raíces en las elaboraciones más sublimes
de la sabiduría del hombre, y que mantienen sus constantes en el sentido trascendente de la naturaleza del
homo sapiens. Vilipendiada por cierto absolutismo empírico y por los prejuicios de la modernidad, la
indagación zodiacal es un punto de unión con una forma de exploración especulativa, tan válida como otras
disciplinas que profesionalmente tienen más reputación en el concepto academicista del conocimiento. Esta
indagación acompañó al hombre por más de tres milenios, para sucumbir en su legitimidad bajo la impronta
de la modernidad, anatemizada y caricaturizada, como lo han sido otras formas del conocimiento. Es lo que
también ocurre con el alquimismo, que ha sido motejado como una obsesión por la transmutadora de los
metales. Por cierto, quien piense que el objeto del estudio zodiacal, que emerge con las primeras culturas
humanas, bajo la anatemizada denominación de "astrología", es una simple búsqueda horoscópica de
adivinación cotidiana del futuro, está haciendo una caricatura. Consideraciones más extensas sobre el tema,
están presentes en un trabajo que me correspondió presentar ante la Resp\ Log\ de Estudios e Investigación
Mas\ "Pentalpha" # 119, publicado en el Anuario 2001, que apunta a una revaloración de la astrología y del
estudio zodiacal y a su presencia simbólica en la Masonería. El objetivo de éste artículo, apunta más bien a
señalar algunos aspectos interpretativos del simbolismo zodiacal. El primer aspecto que debemos tener
presente, es que los signos zodiacales representan la idea cósmica. Esto, es el sentido pitagórico de un orden
del Universo, que el hombre construye para entenderlo, para desentrañar sus misterios, sobre una mirada
trascendente que se sostiene en la trina indagación consustancial del pensador: ¿qué somos?, ¿de donde
venimos?, ¿para donde vamos?. El segundo aspecto, es que, el Zodiaco no solo está presente en los signos
que adornan el templo. En algunos Orientes, la venda que cubre los ojos del recipiendario, durante la
ceremonia de iniciación, es también llamada "Zodiaco". Esto puede tener varias interpretaciones simbólicas,
algunas de ellas absolutamente contrapuestas, según el acento o perspectiva en que se perciba la explicación
simbólica. La banda muaré que tercia el pecho del maestro, también es identificada con la franja zodiacal,
queriendo representar con ello que el hombre, al acceder a la maestría, se encuentra en el centro mismo del
Universo.
Tenemos, pues, que en un sentido general, los signos zodiacales establecen la relación simbólica con el
Universo, y la ubicación de ellos en el Templo debe tener un orden en su distribución, manteniendo la
condición cósmica.
Para determinar masónicamente ese orden, resulta irrelevante la ubicación o el determinismo hemisférico que
puedan darse respecto al carácter de la orientación del templo, sea boreal o septentrional. Por un efecto
cultural y de fidelidad a los orígenes boreales el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, la disposición del templo
masónico ha quedado con un norte simbólico, no hemisférico, representativo de los fríos y las sombras, de lo
incipiente y remoto, y con un sur simbólico, que representa el calor y la plenitud de la luz, de lo logrado y
cercano. Este factor determina la disposición boreal de los seis primeros signos (Aries, Tauro, Géminis,
Cáncer, Leo y Virgo), y septentrional de los otros seis (Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y
Piscis). Esto se compatibiliza con la idea del desplazamiento del Sol por la franja zodiacal durante un año, en
tanto los trabajos masónicos simbólicos, efectivamente, dan condición solar a quien preside la logia, que
desarrolla su acción desde el norte hacia el sur (recordemos por ejemplo, como circula la palabra). En
consecuencia, el primer signo (Aries), debe ubicarse inmediatamente a la derecha del Venerable Maestro,
seguido hacia occidente, por el norte, de manera consecutiva, por los otros cinco signos boreales. Continúan
por el sur, de occidente a oriente, para terminar en Piscis, junto al oriente. En el libro "Guía de Oro del
Francmasón", Luis Umbert Santos (1), éste notable autor masónico señala la relación zodiacal con los
oficiales de una logia del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, al indicar: "Las dignidades de la logia son 12,
porque doce son las columnas del Templo de Salomón", equivalentes a los 12 signos zodiacales o los meses
del año, eternos apoyo del tiempo". En tanto, Francisco Javier Peña (2), agudo investigador masónico
chileno, se sumó a un planteamiento pre-existente de que los signos zodiacales en el templo masónico,
representan doce facultades del espíritu. Así, Aries es la voluntad guiada por el cerebro; Tauro, la fuerza del
pensamiento silencioso; Géminis, la unión de la razón y la intuición; Cáncer, el equilibrio entre lo material y
lo espiritual; Leo, los anhelos del corazón; Virgo, la realización de las esperanzas; Libra, la percepción
externa equilibrada; Escorpión, la generación de las ideas; Sagitario, la facultad organizadora del espíritu;
Capricornio, la regeneración o renacimiento; Acuario, la ciencia y la verdad; y Piscis, la paciencia y la
obediencia. Uniendo ambas ideas, si el tránsito del Sol marca o determina la condición y cualidad del tiempo,
referencia humana necesariamente humana – cósmica -, como el Venerable Maestro marca y determina el
hacer de la logia, podemos establecer las siguientes relaciones, entre los signos zodiacales, las facultades del
espíritu y los trabajos de una logia masónica:

Signos boreales

Aries la voluntad guiada por el cerebro


Secretario

Tauro la fuerza del pensamiento silencioso


Hospitalario

Géminis la unión de la razón y la intuición


Experto

Cáncer el equilibrio entre lo material y espiritual


Maestro de Banquetes

Leo los anhelos del corazón


Primer Vigilante

Virgo la realización de las esperanzas


Guarda Templo

Signos septentrionales

Libra
la percepción externa equilibrada
Segundo Vigilante

Escorpión la generación de las ideas


Bibliotecario

Sagitario la facultad organizativa del espíritu


Maestro de Ceremonias

Capricornio la regeneración o el renacimiento


Tesorero

Acuario la ciencia y la verdad


Orador

Piscis la paciencia y la obediencia


Past Venerable Maestro

No es el propósito de este breve ensayo explayarnos con extensión respecto de estas relaciones que hemos
apenas esbozado, y que buscan solo ser sugerentes propuestas para un estudio más particular y acabado. Sin
embargo, apropósito de los que hemos expuesto, en otro de sus libros, Luis Umbert Santos (3), en el capítulo
referido a las "Exequias Masónicas", pone relevancia en la presencia zodiacal que también se pone de
manifiesto en la ceremonia fúnebre, al decir: "El templo revestido de colgaduras negras, sembradas de
lágrimas y guarnecidas de galones y borlas de plata, presentan un triste y majestuoso aspecto. Todos los
símbolos y emblemas que lo decoran, al igual que el trono del Venerable Maestro y los bufetes de los
Dignatarios y Oficiales, y los asientos de los Obreros, se hallan cubiertos de negro crespón. Alrededor del
friso se destacan solamente los cuatro signos del zodiaco: el de Géminis y Leo, al Norte, y el de Libra y
Acuario al Sur, para significar que la muerte alcanza a los hombres de todas las jerarquías y edades". Como
podemos ver, las sugerencias simbólicas que pueden derivarse de la presencia simbólica del zodiaco en el
templo masónico pueden ser crecientes. Lo importante es que, en el contexto de la necesaria presencia de los
signos zodiacales, en la ornatura del espacio en que los masones trabajan sus ritos, se da la posibilidad de
acoger una propuesta de conocimiento, que la antigua sabiduría del hombre dejó como un trascendente
legado. En virtud de ello, la Gran Logia de Chile, en la publicación reciente de sus Manuales de
Procedimiento para Tenidas, deja establecida la importancia en la decoración del templo los siguientes
criterios. En el caso del templo de Aprendices: "En la parte superior de los muros o sobre las Columnas,
mejor aún, alrededor de la Bóveda Celeste, irán pintados los doce Signos del Zodiaco, según del orden que
les corresponde a las estaciones del hemisferio norte, por ser allí donde se originó nuestro Rito (4)".

También podría gustarte