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Dentro de las funciones más comunes resaltan las siguientes

Planificación y organización de la agenda diaria de la dirección. Protección y resguardo de los


documentos confidenciales de la empresa. Atención al cliente que espera citas o conferencias
con el jefe. Actuar como recepcionista en atención a las llamadas telefónicas.

Dependiendo del tipo de empresa y su capacidad, es posible que tenga que ejercer otras
funciones que le sean de complemento a las suyas, así como también se le puede requerir
actualización profesional para un desempeño más eficaz.

Contar con un título oficial en Asistencia a la Dirección. Capacidad para trabajar bajo presión y
resolver situaciones no planificadas. Tener capacidad para realizar su trabajo en equipo y para
atender a los clientes oportunamente. Muchas de estas cualidades pueden venir innatas en una
persona, pero hay otras que se pueden aprender mediante una formación adecuada como la que
ofrecen en el Ciclo Superior en Asistencia a la Dirección, que además te ofrecen un título oficial.

Dedicar más tiempo y atención a otras funciones y actividades

Poder contar con un asistente, le dará la posibilidad de priorizar y delegar otros asuntos, dando
mayor forma y organización a la empresa.

Trabajar de la mano con un candidato capacitado

Cuando se trabaja con un asistente, se puede tener garantía de que todas las área y
compromisos estarán cubiertos, además, se generarán respuestas oportunas a todas las
demandas que puedan hacerse ante la dirección. Un asistente de dirección sabe bien que los
clientes representan una pieza fundamental para los negocios y ante los múltiples compromisos
del jefe.

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