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Finales
del siglo XIX y principios del XX.
Autor:
Celia del Palacio Montiel
Institución:
Universidad de Guadalajara
Síntesis:
La transición al periodismo industrial de tres periódicos mexicanos. Finales
del siglo XIX y principios del XX.
Antes que nada, resulta imperativo definir el concepto principal que se aborda
aquí: región. Resulta sin embargo difícil establecer qué concepto se usará, ya que
las regiones a que me refiero aquí no corresponden siempre a los “estados”:
denominaciones territoriales basadas en criterios jurídicos y políticos,
históricamente determinados, que actualmente conocemos.
Por otro lado, estamos entendiendo como moderno, al periodismo que comenzó a
circular a finales del siglo diecinueve en México y que a diferencia de los órganos
inminentemente políticos del siglo XIX, empezó a tener algunas de las
características de los periódicos que hasta hoy conocemos.
Como algunos otros estudiosos de la prensa,[3] pensamos que la génesis de las
características de la prensa actual se manifiestan hace un siglo, precisamente en
esa etapa histórica que todavía define muchos de los rasgos de la organización
social presente: el Porfiriato.
Durante estos años, se operó un cambio decisivo que culminaría más adelante en
la prensa de masas. De momento, se inició una nueva concepción de la empresa
periodística.
En 1894 surgió la Revista Azul, que fundaría en México la idea del suplemento
cultural encartado los domingos en el periódico. Se le ha llamado la primera
publicación moderna donde se propone la construcción de un gusto cultural y un
canon literario.[5] En este mismo sentido, en 1898, surgió la Revista
Moderna (1898-1911).
Así como El Imparcial inició la era del periodismo moderno en la ciudad de México,
en otros estados de la república la modernidad periodística no se hizo esperar
mucho tiempo: La Gaceta de Guadalajara, de 1902, fue la que emuló al periódico
de Reyes Spíndola, ayudada por la llegada del linotipo a la ciudad de Guadalajara
en 1904. En el estado de Veracruz, el periodismo moderno comenzó a
desarrollarse desde 1880 con El Diario Comercial y de manera definitiva, con El
Pueblo, de 1915, aunque el linotipo llegó al puerto en 1909, para ser utilizado por
el hasta hoy decano de la prensa nacional: El Dictamen[9]. Mientras que en
Sinaloa, tocó el privilegio de inaugurar el periodismo moderno a El Correo de la
Tarde, que comenzó a presentar signos de modernidad desde su nacimiento en
1885.
Guadalajara.-
La instalación de la imprenta en Jalisco (Nueva Galicia en ese momento) tuvo
lugar a fines de 1792 con Mariano Valdés Téllez Girón. Debido a la enorme
centralización que siempre ha operado en el estado, hablar de los inicios de la
prensa en Jalisco es, en verdad, hablar de los inicios de la prensa en Guadalajara.
Al acercarse las elecciones de 1909, los periódicos toman partido, los grandes
diarios reducen considerablemente el espacio dedicado a otros temas y se
convierten en instrumento de propaganda política. Es importante pues recalcar
que además de aquellos periódicos llamados “electoreros”, todos los grandes
periódicos se convertían en instrumento de promoción del dictador.
Veracruz.-
La llegada de la imprenta al primer puerto del país, Veracruz, data de la última
década del siglo XVIII. El primer impreso que se reconoce como veracruzano, son
unas Alabanzas a San José, impresas en 1794 por Manuel López Bueno. El
periodismo en el estado de Veracruz se inició en 1795 con la Gaceta del Real
Tribunal del Consulado, editada por el mismo López Bueno, aunque el primer
periódico en toda forma que se conserva es El Jornal Económico Mercantil de
1806.
Desde los inicios del periodismo en Veracruz se pueden apreciar algunos rasgos
de modernidad y de adelanto en relación con el de otras partes de la república, sin
embargo sería también en las últimas décadas del siglo XIX que se percibirían las
mismas características del periodismo moderno señaladas más arriba.
1878 fue el año de mayor producción periodística en todo el país. De los 238
órganos de prensa nacional, a Veracruz corresponden 31. La mayor parte de
estos órganos de prensa son efímeros, muchos de ellos sólo alcanzaron a vivir
unos meses, sobre todo aquellos con finalidades electorales o de coyuntura
política, que una vez pasado el acontecimiento, dejaban de publicarse. Hay un
crecido número de periódicos en 1879-1880 y 1883, años que coinciden con las
luchas electorales en el estado. No se puede averiguar mucho acerca de los
tirajes y suponemos que deben haber sido bajos.
Podemos afirmar que fue a fines de los años noventa cuando comenzó a
desarrollarse el periodismo moderno en Veracruz. En la escena periodística, como
en toda transición, coexistía en la última década del siglo, el periódico “moderno”,
que recibía protección de Porfirio Díaz y a su vez defendía a las clases en el
poder, junto con otros periódicos artesanales de poco tiraje y largos editoriales y
artículos políticos que por no poder defender su independencia, fueron muriendo
poco a poco.
Sinaloa.-
Las gestiones iniciales para llevar una imprenta a Sinaloa comenzaron con el
gobierno de Guadalupe Victoria, en octubre de 1824. El presidente adquirió una
pequeña imprenta con valor de 4,500 pesos al presbítero Joaquín Furlong. El
vicegobernador Francisco de Iriarte y Conde, hombre culto educado en
Guadalajara, fue el encargado de gestionar la compra y el traslado, vía
Zihuatanejo, de la imprenta destinada a la provincia de Sinaloa. Fue también él
quien contrató los servicios del impresor José Felipe Gómez, tipógrafo
descendiente de Ignacio Gómez, primer impresor de Michoacán. Don José Felipe
había servido a los hermanos Rayón e incluso a José María Morelos y Pavón.
El primer impreso de Sinaloa fue la Convocatoria para las elecciones y las Bases
Generales para la integración del Congreso, ley publicada y sancionada el 8 de
noviembre de 1825.
Después el taller estuvo inactivo ya que fueron trasladados los poderes al Real de
Minas de Cosalá, Provincia de Sinaloa, por el levantamiento armado de los indios
yaquis y mayos instigados por el cura párroco de Cocorit.
Sin embargo una característica que hace especial y diferente a este órgano
periodístico, es la posición crítica que guarda el periódico respecto a los
gobernantes en general, a excepción de Porfirio Díaz. Los mismos gobernantes
porfiristas se quejaron muchas veces de la posición crítica del periódico.
Conclusiones.-
Después de este recorrido a vuelo de pájaro por tres distintas regiones de México
y ver el desarrollo de su periodismo y la manera en que las publicaciones
periódicas se fueron modernizando a finales del siglo XIX, podemos concluir que si
bien no son tan importantes las diferencias regionales, ya que los periódicos
presentan más o menos las mismas características de modernidad, los mismos
contenidos y los mismos formatos, el punto que parecería tener mayor
importancia, es que la modernidad periodística no empezó con El Imparcial en
1896, como se ha repetido durante años en las historias del periodismo en México.
Vemos que desde 1885 en Mazatlán El Correo de la Tarde contaba con una serie
de ventajas materiales para la realización de un periódico en vías de ser moderno,
así como algo parecido ocurría en Veracruz desde 1880 con El Diario Comercial.
Parecería en este sentido que la población más rezagada fue paradójicamente,
Guadalajara, segunda en importancia en la República Mexicana, cuya modernidad
periodística se inició en 1904, con la utilización del linotipo por parte de La Gaceta
de Guadalajara, sin embargo, el carácter propiamente industrial de la prensa no se
llegaría a consolidar hasta después de 1917 (año de la fundación de El
Informador, periódico más longevo de la entidad y uno de los más importantes
hasta la fecha).
La posición geográfica privilegiada de los dos puertos, uno del Pacífico y el otro
del Golfo de México, ayudó a hacer posible la modernidad periodística.
Vayan estas reflexiones, todavía muy preliminares, como el intento de hacer otra
historia, alternativa, del periodismo en México, contándola desde las regiones.
Bibliografía.-
NOTAS
[1] Para el caso de México, resulta útil consultar la recopilación que hizo Pedro
Pérez Herrero, a manera de “manual” para el estudio de la región, donde incluye
artículos de los autores más representativos en la corriente de la historia regional:
Luis González y González, Carol Smith, Eric Van Young, Guillermo de la Peña,
P.E. Ogden, Robert Sack y Marcello Carmagnani, para diferentes factores que
determinan la regionalidad: los demográficos, económicos y políticos entre otros.
Otra colección de artículos que puede resultar muy útil, es la hecha en la Revista
Relaciones del Colegio de Michoacán en otoño de 1997.[]
2 Burke, 1997. p.34[]
3 Florence Toussaint, 1989. Esta autora fue la primera en recalcar la importancia
de estudiar los órganos de prensa de este periodo histórico para encontrar las
bases fundacionales de la prensa contemporánea. []
4 Se han estudiado últimamente con mayor profundidad estos antecedentes de El
Imparcial, cuya modernidad hasta hace poco parecía surgir de la nada. Ver
Bonilla, 2002 y Lombardo, 1992.[]
5 Esta revista fue elaborada por Carlos Díaz Dufoo y Manuel Gutiérrez Nájera,
siendo su editor Apolinar Castillo, ex gobernador de Veracruz y editor también del
periódico capitalino El Partido Liberal. Fue, de hecho, a sugerencia suya que
surgió esa idea. Rafael Pérez Gay, “Literatura y política nacional” Sección
Palomar, Nexos, Núm 215, noviembre de 1995, pp. 88-90[]
6 Ver. Toussaint, 1989. p.61[]
7 Del Palacio, 1995.[]
8 Aguilar Plata, 1982[]
9 Miguel López Domínguez. La Caricatura política en El Dictamen. Tesis,
Universidad Veracruzana. En proceso.[]
10 Cfr. del Palacio, 2001.[]
11 Juan B. Iguíniz. 1955.[]
12 Llamamos “electoreros” a los órganos de prensa que sólo surgían para apoyar
una campaña política, fuera ésta la del presidente de la República en tiempo de
elecciones (o reelecciones), o las de los gobernadores de los estados, siempre
fieles a Díaz. Ver Romeo Rojas, 1982[]
13 Ver. Del Palacio, 1999[]
14 Sobre la cuestión de los posibles lectores de un periódico, véase Guerra, 1992;
otros tipos de lectura, Chartier, 1991 y un mayor acercamiento a los lectores de
periódico en el siglo XIX en Guadalajara, Del Palacio, 2001.[]
15 Ver. Trens, T.IV, p.335[]
16 Más sobre el ambiente del Puerto en estos años en García Díaz, 1992[]
17 Ver Gracida, 1994[]
18 Diario Comercial. N.-169, 26 de julio de 1906.[]
19 Idem[]
20 Para muestra, varios botones: “Atendiendo al provenir: la niñez en las cantinas
y billares”, “En pro de la niñez, lo que saca del Barrio Latino. Los bailes en los
patios”. “Estulticia y mala fe, defensa sesuda”, “Consecuencias del alcoholismo.
Los niños recogidos en las cantinas”, “Cartilla popular antialcohólica”, “El ahorro y
la civilización” Del Diario Comercial, 1906[]
21 Miguel López Domínguez, op. Cit.[]
22 Cfr. Olea, 1995.[]
23 Briones, 1999.[]
24 La información referente al Correo de la Tarde, proviene de Briones, 1999 y
2003.[]
Categoría:
Artículo
Área de interés:
Historia Cultural