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No se puede ser complacientes con el futuro, habrá que exigir más a los estudiantes, aunque

ello demande más trabajo a los profesores. Su desempeño profesional será en el horizonte
del siglo XXI. Por eso, se debe establecer la práctica de modificar planes y programas de
estudio, conforme las necesidades lo demanden, ser más flexibles para incorporar en el
currículum nuevos conocimientos en cuanto estén disponibles y no esperar a que formen
parte del sentido común.

Casarini Ratto, M. (1999) Teoría y Diseño Curricular. México. Trillas

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