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ARTÍCULO HISTÓRICO

La figura de Hermilio Valdizán Medrano en la medicina peruana


The figure of Hermilio Valdizán Medrano inside Peruvian medicine

Jeff Huarcaya-Victoria1,2,3,a
1
Centro de Investigación en Salud Pública, Instituto de Investigación, Facultad de Medicina Humana, Universidad de San Martín de Porres. Lima, Perú.
2
Escuela de Estudios Generales, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú.
3
Departamento de Salud Mental. Hospital Central de la Policía Nacional del Perú “Luis N. Saenz”. Lima, Perú.
a
Médico psiquiatra

An Fac med. 2018;79(1):75-82 / http://dx.doi.org/10.15381/anales.v79i1.14597

Correspondencia: Resumen
Jeff David Huarcaya Victoria En enero de 1918 —hace 100 años—, acontecieron dos hechos de gran importancia para la medicina
jeff.huarcaya@unmsm.edu.pe peruana: la aparición del primer número de los Anales de la Facultad de Medicina y la inauguración del Asilo
Dirección: Av. Talara 681. Dpto. 701 - Colonia de la Magdalena, actualmente conocido como Hospital “Víctor Larco Herrera”. Entre los notables
Jesús María, Lima. médicos que participaron en ambos sucesos, destaca la figura de Hermilio Valdizán Medrano, padre de la
Teléfono: (511) 965765585 psiquiatría peruana. Graduado en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
(UNMSM), Valdizán participó activamente en el mundo académico de inicios del siglo XX, promoviendo
Recibido: 29 noviembre 2017 grandes reformas pedagógicas, además de su trabajo como publicista e historiador. Asimismo, destacó en la
Aceptado: 15 enero 2018
clínica psiquiátrica, introduciendo la enseñanza y evaluación estructurada de la medicina mental, con base
en el hombre peruano. Actualmente, podemos apreciar el alcance de su gran visión, como un adelantado a su
tiempo, pues rescató a las personas con trastornos mentales y recuperó la sabiduría de nuestro pasado ante
Conflictos de interés: Ninguno. el desprecio. En el presente artículo presentamos, de forma breve, la vida y obra académica de Valdizán, con
Fuentes de financiamiento: la finalidad de afianzar la identidad de la medicina y psiquiatría peruanas.
Autofinanciado. Palabras clave: Psiquiatría; Enseñanza; Perú (fuente: DeCS Bireme).
_______________________________
Abstract
Citar como: Huarcaya-Victoria J. La On January 1918, hundred years ago, two events of great importance for Peruvian medicine took place: the
figura de Hermilio Valdizán Medrano emergence of the first issue of the “Anales de la Facultad de Medicina”, and the inauguration of the Asilo
en la medicina peruana. An Fac med. Colonia de la Magdalena, currently known as “Víctor Larco Herrera” Hospital. Among the notable doctors
2018;79(1):75-82 who participated in both events, the figure of Hermilio Valdizán Medrano, father of Peruvian psychiatry,
DOI: http://dx.doi.org/10.15381/anales. stands out. Graduated from the Faculty of Medicine of the Universidad Nacional Mayor de San Marcos
v79i1.14597 (UNMSM), Valdizán actively participated in the academic world of the early twentieth century, promoting major
pedagogical reforms, in addition to his work as a publicist and historian. He also stood out in the psychiatric
clinic, introducing the teaching and structured evaluation of mental medicine, based on the Peruvian man.
Today, we can appreciate the scope of his great vision, as an advanced for his time, because he rescued
people with mental disorders and regained the wisdom of our past before contempt. In this article we present,
briefly, the life and academic work of Valdizán, in order to strengthen the identity of Peruvian medicine and
Psychiatry.
Keywords: Psychiatry; Teaching; Peru (source: MeSH NLM).

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La figura de Hermilio Valdizán Medrano en la medicina peruana Jeff Huarcaya-Victoria.

INTRODUCCIÓN zán Medrano (figura 1). Dado el contexto BREVES APUNTES BIOGRÁFICOS
histórico actual, altamente tecnológico y
A inicios de 1918 tuvieron lugar dos even- muchas veces deshumanizado, cobra vi- Hermilio Valdizán Medrano nació el 20
tos trascendentales en la medicina pe- tal importancia el trabajo prístino de Val- de noviembre de 1885 en Huánuco. Fue
ruana: primero, la publicación del primer dizán, del cual podemos reconocer sus hijo de don Hermilio Valdizán, de ascen-
número de los Anales de la Facultad de tres grandes pilares: la docencia médica; dencia vasca, y de doña Juana Medrano.
Medicina, la revista biomédica más anti- la investigación, particularmente históri- Su padre poseía gusto por la calidad y el
gua del Perú (1); segundo, la fundación del ca; y su obra como pionero de la psiquia- arte; su madre era tierna de sentimien-
Asilo Colonia de La Magdalena, conocido tría peruana. El presente trabajo tiene tos y de voluntad firme (2). A los 8 años
actualmente como Hospital “Víctor Lar- como objetivo bosquejar una estampa quedó huérfano de padre, dolorosa ex-
co Herrera”, en homenaje al filántropo y espiritual y académica del maestro Valdi- periencia que narró posteriormente en
benefactor de dicho hospital. Cada uno zán, para lo cual revisaremos su biografía un artículo: “Yo tenía ocho años de edad
de estos eventos merece un artículo de y sus principales obras, con el propósito, cuando ocurrió la muerte de mi padre,
revisión propio para un análisis histórico un poco ambicioso, de que los estudian- la primera muerte que yo recuerdo con
detallado. No obstante, en estos dos su- tes de medicina y médicos en general, alguna nitidez; pues solo muy vago e
cesos podemos encontrar un punto en luego de leer esta revisión, acudan a los impreciso es el recuerdo que conservo
común: la presencia de Hermilio Valdi- siempre vigentes trabajos de Valdizán. de la muerte de dos hermanitas y de un
hermanito, ocurridas años antes. Yo re-
cuerdo haber llorado mucho, viendo llo-
rar a todos los míos… recuerdo aún un
gesto de pequeño iconoclasta al arrojar
a tierra una imagen de San Antonio, de
la cual había solicitado el milagro de sal-
var la vida de mi padre” (3). Gesto icono-
clasta que no repitió con la muerte de su
madre que ocurrió cuando él regresó de
Europa: “Señor, nunca perdí mi fe en tu
misericordia… Yo te conocí a través del
alma purísima de mi madre. Fue ella la
que me dijo tu nombre y ella fue la que
me hizo ver tus bondades infinitas en las
sonrisas y en las alegrías de la vida. Aho-
ra, cuando ella ha emprendido el viaje
sin retorno, cuando ella duerme el sue-
ño sin despertar, cuando ella vive la vida
de venturas que le conquistaron sus vir-
tudes y su serenidad en el sufrimiento,
yo pienso en Ti más que lo que pensé en
vida de ella. Y espero más que lo que es-
peraba entonces y creo más que lo que
entonces creía… Que mis hijos crean en
Ti y esperen en Ti, como cree y espera
su pobre padre” (4). En este escrito, sin
duda uno de los más bellos que brota-
ron de la pluma de Valdizán, vemos no
solo el profundo amor que sentía por su
madre, sino también cómo soportaba
estoicamente los diferentes infortunios
que le golpearon durante su corta vida.
Y es que, tras la muerte de su padre, su
familia tuvo que migrar hacia Lima en
busca de nuevas oportunidades, y em-
pezaron a sufrir las limitaciones de la po-
breza (2). Valdizán debía trabajar y utilizar
Figura 1. Hermilio Valdizán Medrano (1885-1929). Fotografía poco conocida encontrada en un
folleto conmemorativo por el décimo aniversario de la muerte de Valdizán (Biblioteca histórica de la sus múltiples talentos en los estudios
Facultad de Medicina San Fernando de la UNMSM). para ayudar en la economía familiar (5).

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A los 10 años se presentó, junto con la tesis “La alienación mental entre los todos se encontraban festejando la navi-
Julio C. Tello, ante Pedro Labarthe (1855- primitivos peruanos”. A partir de enton- dad con sus familias, debido a la bondad
1905), filósofo y educador, solicitando ces, su obra comenzó a extenderse tanto de Valdizán (11). El maestro falleció a los
su matrícula en el “Colegio de Lima” en en cantidad como en calidad, logrando 44 años. El destino quiso que rindiera su
condición de excepción, ya que pagaría posicionarse, sensu stricto, como funda- vida en aquel hospital tan querido por
sus estudios con trabajos que prestaría al dor de la Psiquiatría peruana (9). Valdizán él, centro de su curiosidad intelectual y
colegio fuera de su horario de clases (2, 5). continuó trabajando, a pesar de encon- devoción afectiva con sus pacientes y
Cuatro años más tarde, al cumplir los 14 trarse mal de salud. ¿Qué era lo que mo- alumnos. Si Valdizán no aportó más a la
años terminó sus estudios secundarios y tivaba al maestro? ¿Por qué seguía tra- medicina y psiquiatría peruanas fue por
se dedicó a la docencia y al periodismo, bajando, aun a costa de su propia salud? haber muerto prematuramente. En pala-
bajo los seudónimos “Bachiller Alma- Probablemente en los prolegómenos bras de Jorge Basadre: “(Valdizán) fue un
gro” y “Juan Serrano”. En 1903, a los 17 de su Diccionario de Medicina Peruana hombre sabio, bueno, modesto, trabaja-
años, ingresó a la Facultad de Medicina podamos encontrar la respuesta: “… he dor y disciplinado. Gran médico, supo ser,
de la Universidad Nacional Mayor de San creído y continúo creyendo que cada uno al mismo tiempo, escritor limpio, fácil y
Marcos (UNMSM). Paralelamente, surgió de nosotros debe a la colectividad en que ameno e investigador serio y seguro” (12).
su interés por la investigación, tal como vive la colaboración personal que es ca-
observamos en este pasaje: “Obra de es- paz rendir en la vida: y yo, que era capaz
tudiante de ejemplar pobreza, mi labor de este empeño conservador, de este es- HACIA UNA PSICOLOGÍA MÉDICA:
de acumulación debía resentirse de las fuerzo que tiende a evitar que el tiempo VALDIZÁN DOCENTE
exigencias de la vida: condenado a tra- y el olvido se lleven recuerdos que vale
bajar rudamente, con ritmo que repre- la pena conservar, me consideré en la La capacidad docente de Valdizán se hizo
sentaba todo un grave atentado contra la obligación de proseguir este esfuerzo, sin notoria desde sus épocas de estudiante,
nutrición en general y contra aquella del esperanza alguna, sin ilusión alguna…” (6). como nos lo recuerda su discípulo más
sistema nervioso en especial, debí inte- Así continuó su vida Valdizán, con la con- prominente, Honorio Delgado: “Maestro
rrumpir muchas veces esta paciente re- vicción de que debía entregar al Perú lo por inclinación desde los 15 años, Valdi-
copilación de datos. Los meses anteriores mejor de sí mismo, desesperanzado, des- zán enseñaba su curso de enfermedades
a los exámenes finales, sobre todo, repre- ilusionado por encontrar mayor resonan- nerviosas y mentales en forma verdade-
sentaban paréntesis ineludibles…” (6). Así cia en sus colegas, pero siempre firme y ramente perfecta. A la claridad, el orden
también, podemos advertir el infatigable estoico. Finalmente, debemos resaltar y la elegancia de la exposición, unía cier-
ritmo de trabajo que fue una constante una de las más notorias características to fervor, que con su poder suasorio y
en toda su vida. de Valdizán: su proverbial generosidad y su jovialidad se tornaba casi apostólico.
bondad. Al respecto, Juan Francisco Vale- Sus clases, las más concurridas de toda
Posteriormente, se graduó como Ba-
ga, discípulo y amigo personal del maes- la Universidad, eran siempre amenas y
chiller en Medicina con su tesis “La de-
tro dijo: “La bondad de Valdizán corría fructíferas: la objetivación grata y la anéc-
lincuencia en el Perú”, en 1910, mante-
pareja con su talento. Él se daba equitati- dota no faltaba nunca” (2). Desde su cáte-
niéndose siempre como el primero de
vamente a todos. No niego sus predilec- dra de enfermedades nerviosas y menta-
su promoción. Debido a su especial sen-
ciones afectivas, pero como eximio co- les (conocida como cátedra de psiquiatría
sibilidad para con el prójimo y a su gran
nocedor del alma humana y del porqué a partir de 1918), comenzó a extenderse
capacidad de análisis, Valdizán mostró
de sus flaquezas y desviaciones, a todos el magisterio de Valdizán, que resumirse
interés por los aspectos psíquicos de la
amaba, sin excepción. La siguiente ob- como una forma de reacción frente a la
medicina; sin embargo, la práctica psi-
servación realizada por un amigo común, especialización médica dirigida a ver solo
quiátrica en el Perú no se encontraba aún
expresa muy bien esa modalidad de Val- órganos enfermos, olvidando el psiquis-
instituida como tal (5). Afortunadamente,
dizán. El amigo me dijo: Yo no compren- mo de los pacientes, tal como advirtió
en mérito a sus grandes logros académi-
do la bondad de Valdizán. Me recibe con Delgado: “… el predominio creciente de
cos, el gobierno peruano lo envió becado
cariño del que no puedo dudar. Pero en una especialización que tiende a sustituir
a Europa, donde pudo afianzar su interés
seguida ingresa el chinito alienado que va al médico general, unido de por vida a
por la psiquiatría y la investigación rela-
por las colillas de cigarros y lo recibe con sus clientes, por técnicos competentes
cionada con la historia de la medicina pe-
el mismo afecto que a mí” (10). Generoso en aspectos circunscritos de diagnóstico
ruana (2). Permaneció principalmente en
y bondadoso con todos, por ese motivo, y el tratamiento de enfermedades, con
Italia, donde tuvo como maestros a gran-
el 25 de diciembre de 1929, Valdizán re- quienes el paciente no se vincula sino
des médicos: Augusto Murri, profesor de
partió de su propio sueldo de diciembre, de manera circunstancial” (13). En su cur-
clínica médica y neurólogo, en Bolonia,
regalos a los pacientes del Hospital “Víc- so de 1918, Valdizán señaló: “El médico
y a Sante de Sanctis, psiquiatra clínico y
tor Larco Herrera”, además, concedió el deberá pensar siempre en el compromi-
precursor de la psiquiatría infanto-juve-
día libre a los médicos. Sin embargo, iró- so psíquico incuestionable que toda en-
nil, en Roma (7, 8).
nicamente, ese mismo 25 de diciembre le fermedad representa y deberá atender
En 1915 retornó al Perú, obtuvo el gra- sobrevino una crisis anginosa. No había a dicho compromiso, con idéntica solici-
do académico de doctor en Medicina con ningún médico en el hospital, puesto que tud e idéntico afecto con que atiende al

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órgano enfermo y a la función enferma” cuchen atentamente al enfermo; permí- parte de su obra a investigar y difundir
(14)
. En un gesto visionario para su época, tanle una exposición completa de hechos entre sus estudiantes las creencias cultu-
Valdizán se adelantó varias décadas al y limítense a orientarle convenientemen- rales del peruano antiguo y moderno. En
movimiento psicosomático impulsado en te y a volverle al buen camino expositivo su lección inaugural de 1918 manifestó:
el Perú por Carlos Alberto Seguin. En sus cuando caiga en los tan generalizados vi- “Tendrá ventajas indiscutibles para us-
clases, siempre recordaba a sus alumnos cios de la divagación y de la prolijidad… tedes conocer, con una cierta amplitud,
la estrecha relación existente entre el Si ustedes interrumpen sin motivo al nuestra Medicina popular, para poderse
cuerpo y el ser anímico del enfermo: “… enfermo… corren ustedes el riesgo per- dar cuenta exacta de muchas consultas
el médico, en el laborioso ejercicio de su sonal de ser estigmatizados como ligeros que les serán dirigidas por el enfermo o
práctica profesional, llega a olvidar aque- y el riesgo, mayor aún, de disminuir las por la familia del enfermo, a propósito de
llas vinculaciones entre físico y psíquico ventajas sugestivas…” (14). Con esta apro- ciertos agentes terapéuticos que obran
y, yendo más lejos todavía, concluye por ximación empática hacia sus pacientes, verdaderos milagros psicoterápicos en
relegar la Psicoterapia al dominio exclusi- y gracias a su hábil pluma perfecciona- manos de los curiosos de la Medicina
vo de la Psiquiatría, asociando indebida- da en su labor de periodista, Valdizán popular” (14). Este conocimiento se fun-
mente, la idea de Psicoterapia a aquella nos legó descripciones psicopatológi- damentaba en una razón práctica: gene-
de psicopatía, en general y de psiconeu- cas enriquecedoras de diversos cuadros ralmente, los enfermos tienen creencias
rosis en particular” (14). En esta clase de psiquiátricos en sus obras “Historias de propias respecto a lo que les sucede y a
1918, Valdizán nos recuerda que, en sus Enfermos” (16) y “Locos de la Colonia” (17), su tratamiento. Por tanto, un buen mé-
comienzos, la medicina era una disciplina en las cuales no solo hay un interés por dico debería conocer estas creencias
ocupada a operar con fuerzas psíquicas, conocer el síntoma que causa sufrimien- populares, sin criticarlas, tal como se-
por lo tanto, la psicoterapia, entendi- to, sino también por la persona que crea ñaló el maestro: “No discutan ustedes
da por el maestro como “la cura de las dicho síntoma en su contexto histórico y jamás el valor de estas medicaciones;
enfermedades por medio del espíritu” social. En suma, de acuerdo con Delgado, no tengan jamás una sonrisa de incre-
era un recurso terapéutico que no de- las clases impartidas por Valdizán servían dulidad en presencia de ellas: Respeten
bía estar limitado a la psiquiatría, sino como un “excelente desespecializador”, la fe del enfermo, respeten su creencia y
que todo médico debía practicarla. Para “el maestro Valdizán volvía el interés de no se tomen jamás la libertad de herirla,
Valdizán, cada enfermo tenía una forma los alumnos hacia lo verdaderamente im- ni siquiera levemente” (14). El interés por
particular de entender su enfermedad, portante: el enfermo concreto, como uni- la medicina popular devino en la publi-
y era labor indispensable del facultativo dad compleja, armónica, histórica y psi- cación, junto con Ángel Maldonado, en
poder comprender la psicología de sus cofísica. Con esto hacía tomar conciencia 1922, de un Tratado de tres volúmenes,
pacientes, para ayudarlo no solo con su al futuro médico de su verdadera misión: a nuestro juicio, pionero de la antropo-
dolor físico, sino también con su dolor aliviar o curar a hombres dolientes” (2). logía médica mundial (recordemos que
psíquico, ya que “el médico está obligado Eros pedagógico, pasión, bondad, clari- Caudill publicó su clásica monografía so-
a estudiar a sus enfermos para que le sea dad, en suma, el amor por la medicina, la bre antropología médica en 1953). En el
posible establecer las diferencias psíqui- docencia y sus alumnos aseguró el éxito volumen I se presenta una revisión de las
cas que separan a unos de otros y para del magisterio de Valdizán, pues, como tradiciones y mitos médicos peruanos, a
actuar de conformidad con estas diferen- sabemos, las mejores enseñanzas tienen través de los datos recogidos por cronis-
cias” (14). Si bien cada paciente tiene una una profunda carga afectiva: el amor nos tas, naturalistas, arqueólogos, antropólo-
forma propia de comprender su enfer- puede permitir entender mejor a nuestro gos, entre otros. Tras ello, realizaron una
medad, según Valdizán todos presentan prójimo. clasificación de las prácticas de los bru-
dos rasgos comunes: la ansiedad produ- jos, acorde con sus objetivos en función
cida por la pérdida de salud y el temor a de su modo de trabajo y variantes regio-
la muerte, los cuales se calman muchas ANTROPÓLOGO, MÉDICO E nales (5, 19). En el volumen II, se observa la
veces con la sola presencia del médico al HISTORIADOR terapéutica usada por el pueblo, ya sea
que los pacientes tienden a erigir como animal, vegetal o mineral. Este apartado
“símbolo” de restauración del bien perdi- La medicina, en general, y la psiquiatría, destaca por la profundidad de la informa-
do. Por eso, Valdizán recomendaba a sus en particular, si se desvincula de los as- ción y su desarrollo, siendo lo más resal-
alumnos que la primera aproximación al pectos culturales de su comunidad, po- tante el compendio botánico (figura 2).
enfermo debía hacerse de la mejor ma- dría caer en la estrategia cultural típica Cada entrada presenta una breve historia
nera, con el fin de desvanecer temores de los actores e instituciones dominan- y describe las aplicaciones populares de
y no permitir la aparición de creencias tes, constantemente comprometidos en la planta en cuestión. Se evidencia que
falsas. Tal como señalamos en un traba- el esfuerzo de normalizar u homogenei- el tratamiento del reino vegetal en aquel
jo previo: “La primera entrevista clínica zar, así como de jerarquizar, encapsular, entonces se acompañaba de la enseñan-
constituye el andamiaje sobre el que se hegemonizar, excluir, criminalizar, “pato- za en las escuelas de medicina de las
construirá la relación médico-paciente, logizar” o marginar prácticas y poblacio- hoy desaparecidas cátedras de botánica
por lo tanto, debemos saber realizarla” nes que se apartan del ideal (18). Valdizán, médica, desaparición impulsada por la
(15)
. Asimismo, Valdizán aconsejaba: “Es- consciente de este problema, dedicó química farmacológica, relegándose a la

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Figura 2. Entrada correspondiente a la “Palta”, en el tomo II de la Medicina Popular Peruana (19). Podemos observar una breve revisión
histórica del fruto, así como las aplicaciones dadas en la medicina antigua y popular (Biblioteca del autor).

botánica a una forma de especialización pasado, no guiado por el anhelo egoísta como las doctrinas y prácticas médicas
en biología (19, 20). En lo que respecta al de buscar en él un refugio a las inquietu- precolombinas en obstetricia, pediatría,
volumen III, se trata de un inventario que des de los problemas diarios, sino en bus- cirugía, dermatología y oftalmología. En
muestra, mediante documentos ilustrati- ca de consuelo y de consejo, para enten- cuanto a la medicina mental, sus traba-
vos, las características del ejercicio de la der mejor el presente y para situarse en jos más representativos se encuentran
medicina en el Perú durante el siglo XVIII. condiciones de una mejor colaboración en una compilación realizada por Javier
En la introducción se afirma: “El inventa- de las obras del porvenir (21). Gracias a los Mariátegui titulada Paleopsiquiatría del
rio demuestra, mejor que pudiera hacer- trabajos históricos de Valdizán, logramos Antiguo Perú (9). Además, publicó otros
lo el más prolijo y elocuente discurso, la superar la creencia de que nuestro pasa- trabajos en los cuales abordó la historia
asociación entre el folklore médico del do médico tuvo pocos méritos, otorgán- de la medicina en la época colonial hasta
presente e ideas y costumbres que toma- dole una perspectiva distinta (2). Resulta principios del siglo XIX (16, 17, 26-29). Es in-
ron su origen en los remotísimos tiempos ejemplificador el caso de Daniel Alcides teresante notar cómo Valdizán pasa de
del imperio de los Incas con ideas y cos- Carrión. Antes de que Valdizán publica- una visión positivista de la psiquiatría,
tumbres que, con sus personas, trajeron ra diversos trabajos sobre la “verruga influenciado por las enseñanzas de sus
a América nuestros conquistadores” (19). peruana”, se pensaba que el acto de Ca- maestros italianos —y por influjo de la
Según refirió Oscar Valdivia Ponce: rrión no era más que el sacrificio de un doctrina lombrosiana— a una visión más
“(Valdizán) Reconoce que no se puede pobre estudiante (2, 22-24). En palabras de amplia, social y cultural, que le permitió
estudiar las biografías aisladas si no se Delgado: “Valdizán nos ha probado que entender mejor a la población peruana,
profundiza en las costumbres culturales el mártir fue verdaderamente consciente lo cual muestra a un Valdizán abierto a
de los pueblos; pero al reconocer estos de su hazaña y que estudió su problema nuevas experiencias y conocimientos,
hechos comprueba que para compren- con método definido y talento superior” alejado del siempre cómodo, pero cier-
der la vida de los pueblos se debe pene- (2)
. En su Historia de la Medicina Peruana tamente perjudicial, pensamiento dog-
trar en la historia y por ellos se hace his- (25)
, describió los orígenes míticos y empí- mático. Así describió el maestro, de ma-
toriador” (8). Así pues, Valdizán acudió al ricos de la medicina en nuestro país, así nera romántica, su amor por la historia:

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“Enamorado de la historia de mi patria, lo largo del siglo XIX, modificándose la Muñiz, aquella religiosa volvió a hacerse
buscando en ella, a la vez que reposo a asistencia hacia los “alienados”. Para cargo de su puesto, sin haber aprove-
las fatigas de la diaria labor, explicación inicios del siglo XX, el manicomio era chado absolutamente la lección recibi-
de las amarguras del presente y augurio considerado como el centro ideal para da y sin haber morigerado en nada sus
de horas serenas…” (17). Más adelante, vis- el tratamiento científico y médico de los sistemas de represión brutal de agita-
lumbramos nuevamente su característica “alienados” (posteriormente conocidos ción de los alienados y de castigo de los
melancolía: “… puse mi labor modesta al como “enfermos o trastornados menta- mismos” (33). Nicolás de Piérola, con la
servicio de estas investigaciones históri- les”). Valdizán, durante su estancia for- finalidad de mejorar la asistencia de los
cas que, desgraciadamente, no han lo- mativa de cuatro años en Europa, entró alienados en el Perú, convocó a un con-
grado despertar la curiosidad entusiasta en contacto con esta nueva perspectiva curso entre los médicos para obtener un
de los elementos jóvenes, a despecho de tratamiento y la comparó con lo que estudio completo sobre las condiciones
de mis cálidas invitaciones y de mi ofre- sucedía en nuestro país. En este senti- que debe satisfacer una casa de insanos
cimiento sincero de una colaboración do, para comprender mejor la reforma (33)
. Después de varias vicisitudes, el 1 de
leal” (17). A pesar de la decepción por no impulsada por Valdizán, debemos apro- enero de 1918 entró en funcionamiento
encontrar mayor eco en la juventud, el ximarnos a la historia de la asistencia de el Hospital Nacional de Insanos, con el
maestro continuó con su infatigable la- los trastornados mentales en nuestro nombre de Asilo Colonia de Magdale-
bor de investigación histórica y antropo- país. Fue José Casimiro Ulloa quien inició na. Valdizán comenzó allí sus funciones
lógica, quizá esperando que algún día un la reforma de atención hacia los enfer- como médico residente. Para entonces,
joven médico retome la fructífera senda mos mentales en el Perú. Antiguamente, era el único médico con una formación
iniciada por él. En definitiva, Valdizán solo dos hospitales atendían a los locos: psiquiátrica sistematizada. Sin embargo,
comprendió la importancia del valor cul- el Hospital de San Andrés y el Hospital y tal como le ocurriera a Muñiz, Valdi-
tural en la medicina, de recoger datos y de Santa Ana. La asistencia en ambos zán encontró su labor humanitaria difi-
conocer la historia, no como una práctica establecimientos no se realizaba en las cultada por la frecuente intromisión de
de ocio intelectual, sino como una ta- mejores condiciones, tal como Ulloa las religiosas Hijas de San Vicente de
rea primordial para crear una identidad expresó: “La loquería de Santa Ana nos Paúl. De poco le sirvió contar con un
médica peruana. Este fue el proyecto de presenta desde luego un patio húmedo personal integrado por jóvenes médi-
Valdizán, que, si bien quedó trunco debi- o cubierto de lodo, donde se ven aquí cos con intereses en la psiquiatría (p.ej.
do a su muerte prematura, pudo encon- y allá montones de piedras, y en donde Lorente y Caravedo), pues las religiosas
trar continuidad con la aparición de una yacen sentadas echadas o en cuclillas tenían la potestad en el tratamiento
nueva generación de psiquiatras, dentro las desgraciadas locas que, cubiertas de los alienados. Llegaron a considerar
de la cual destacó la figura de Seguin, de harapos y con la expresión particular que los médicos solo debían atender las
quien ampliaría el trabajo valdizaniano al que da a sus semblantes su mal, se nos complicaciones “médicas” de los aliena-
adentrarse en la exploración de las singu- presentan como las brujas de Macbeth” dos, debido a que consideraban que el
laridades culturales, tanto de pacientes (33)
. Con la finalidad de mejorar el trato trastorno mental no era competencia
como de curanderos (30). Concordamos hacia estas personas, el 16 de diciem- médica. Tenían sus propias formas de
con Lastres en que “la obra histórica de bre de 1859 se inauguró el Hospital Ci- “sacar al diablo del cuerpo”, utilizando
Valdizán en el Perú no tiene paralelo, sus vil de la Misericordia (posteriormente grilletes, camisas de fuerza, jaulas, ca-
grandes dotes de erudito, su fino espíritu conocido como Manicomio del Cerca- labozos, entre otros utensilios traídos
de crítica, le facilitan con creces el acceso do), cuyo primer director fue Ulloa (34). del antiguo Manicomio del Cercado (35).
a edades pasadas” (31). Tras la muerte de Ulloa, ocurrida en En 1919, Caravedo invitó al agricultor y
1886, Muñiz continuó con la asistencia filántropo Víctor Larco Herrera (1870-
humanitaria hacia los alienados. Su de- 1939) a visitar el asilo. Conmovido por
ROMPIENDO LAS CADENAS DE fensa hacia estos pacientes hizo que se la situación en que se encontraban los
LOS LOCOS confrontara muchas veces con las reli- alienados, Larco Herrera apoyó la obra
giosas de la Hermandad de la Caridad, de Valdizán. Inició así un prolongado y
Durante el siglo XIX, la forma de aten- ya que ellas tenían una visión diferente belicoso enfrentamiento, en el cual las
ción hacia las personas que mostraban de tratamiento, basado en los castigos y religiosas trataron por todos los medios
conductas “desviadas” cambió: del tra- maltratos inhumanos. Como bien seña- de continuar con la dirección del asilo.
to punitivo se pasó al trato humanitario ló Valdizán: “Muñiz debía ser por fuerza Valdizán recurrió a su “ágil pluma” para
hacia el enfermo en los asilos, lo que un adversario para aquellas Hermanas convencer a distintas personalidades, y
favoreció, además, la aparición de la psi- de Caridad que pretendían ser árbitros junto con Larco Herrera, luego de ser in-
quiatría institucionalmente (32). Esta re- de la suerte de los desventurados en- corporado a la Sociedad de Beneficencia
forma, que tuvo como símbolo al alienis- fermos del Cercado: a él se debió que Pública de Lima, realizaron el cambio de
ta francés Philippe Pinel (1745-1826), de una Superiora, a la cual no caracterizaba las religiosas por personal laico capaci-
quien se afirma “rompió las cadenas de demasiada piedad, debiera ser alejada tado (35). Además, Larco Herrera donó
los locos”, tuvo lugar primero en Fran- del Manicomio y enviada a un Hospital una importante suma (aproximada-
cia, y posteriormente en otros países a de Arequipa. Solo que, apenas muerto mente 900 000 soles) para ejecutar las

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La figura de Hermilio Valdizán Medrano en la medicina peruana Jeff Huarcaya-Victoria.

obras necesarias y mejorar la asistencia año, recordando el natalicio del ilustre 2. Delgado H. Hermilio Valdizán. En: Mori G, compi-
psiquiátrica (36). Valdizán recordó los pri- maestro Hermilio Valdizán Medrano. lador. Homenajes y Personajes. 26 intelectuales en
meros días de la salida de las religiosas palabras de Honorio Delgado. Lima: Universidad
con especial angustia: “Días de angustia, Peruana Cayetano Heredia; 2012: 85-103.
3. Valdizán H. Ensayo de psicología del enfermo.
días de entusiasmo casi cruel por razón A MANERA DE RECAPITULACIÓN Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas.
de su intensidad, aquellos días de la sa-
1920; 3: 19-38.
lida de las religiosas. Se nos anunciaba a En el presente artículo destacamos la 4. Arnillas J. Hermilio Valdizán. Lima: Imprenta Edi-
cada instante los peligros de que íbamos figura humana de Valdizán, así como su torial “La Cotera”; 1940.
a estar rodeados, las dificultades que labor docente, histórica, antropológica y 5. Mariátegui J. Hermilio Valdizán. El proyecto de una
debíamos vencer, los inconvenientes asistencial. Existen aún muchas facetas psiquiatría peruana. Lima: Editorial Minerva; 1981.
con que habíamos de tropezar; aque- no descritas por la brevedad necesaria 6. Valdizán H. Diccionario de Medicina Peruana.
lla primera noche interminable en que para un artículo de revista: a) reforma- Tomo I. Lima: Talleres Gráficos del Asilo “Victor
cada ruido se nos ocurría un peligro y Larco Herrera”; 1923.
dor de la medicina legal y psiquiatría fo-
7. Valdivia O. Panorama de la Psiquiatría en el Perú.
en que cada rumor se nos antojaba un rense, en la cual trasladó el orden de la Vol 2. Lima: Editorial Universidad Nacional Mayor
daño: verdadera noche de perseguidos” exploración mental al campo del derecho de San Marcos; 1991: 67-77.
(37)
. Pareciera, pues, que Valdizán y sus —aún se conservan sus “Elementos de 8. Valdivia O. Historia de la Psiquiatría peruana. Lima:
discípulos tenían aún presente la ame- Jurisprudencia Médica” (38), clase dictada Gráfica Morsom; 1964: 186-93.
naza del retorno de las religiosas. Una en la Facultad de Derecho de la UNMSM; 9. Mariátegui J. Hermilio Valdizán y la Psiquiatría
vez superada esta desconfianza inicial b) introductor de la psiquiatría infanto- Peruana. En: Valdizán H. Paleopsiquiatría del
y comprendiendo la magnitud de lo antiguo Perú. Lima: Universidad Peruana Cayetano
juvenil en nuestro país, esto a raíz de las Heredia; 1990: 15-38.
conseguido, Valdizán escribió respecto enseñanzas brindadas por su maestro 10. Valega JF. Mis recuerdos de Hermilio Valdizán.
a esta gran reforma: “En los anales de Sante de Sanctis en Italia; c) publicista y En: Mariátegui J. Juan Francisco Valega y la Lima
la asistencia de enfermos en el Perú, editor, propuso la creación de una revista de su Tiempo. Lima: Congreso de la República;
ninguna de las formas de ella se realizó regular de publicaciones científicas de la 2000: 140-56.
tan rápida y radicalmente; ninguna re- Facultad de Medicina de la UNMSM: los 11. Anónimo. Hermilio Valdizán Medrano (1875-1929)
presentó esfuerzo más considerable, ni Anales de la Facultad de Medicina, cuyo Semblanza. An Fac med. 1996; 57(1): 69-70.
mayor y más inmediato provecho. En el 12. Basadre J. Historia de la República del Perú 1822-
primer número vio la luz en 1918. Final- 1933. Tomo 16. 6a ed. Lima: Editorial Universitaria;
espacio de pocos meses, el señor Larco mente, traemos a colación lo expresado 1970: 105-9.
Herrera y los médicos que le acompa- por Mariátegui: “La Facultad de Medicina 13. Delgado H. El Médico, la Medicina y el Alma. 3a
ñamos pusimos al país a la altura de los de la Universidad Nacional Mayor de San ed. Lima: Universidad Peruana Cayetano Heredia;
países civilizados y conseguimos reali- Marcos está en deuda con Hermilio Val- 1992: 23-36.
zar, verdad que con más de un siglo de dizán en lo concerniente a la publicación 14. Valdizán H. La psicoterapia extrapsíquica (Lección
atraso, la obre que el ánimo generoso inaugural del curso de 1918). An Fac med. 1918;
de sus Obras Completas, o por lo menos,
de Pinel realizara en Francia y que la no- 1: 250-271.
con lo que aún pueda compilarse de su 15. Huarcaya-Victoria J. Carlos Alberto Seguin: A 75
bleza espiritual de Chiarugi realizara en obra inédita. Y de un estudio interdisci- años de su labor asistencial en el Hospital Nacional
Italia: fue establecida en el Perú, el año plinario de la vida y del pensamiento del Guillermo Almenara Irigoyen. An Fac med. 2016;
de 1919, la “asistencia humanitaria” de Maestro y de la medicina de su tiempo…” 77(4): 403-8.
alienados, título de legítimo orgullo para (39)
. En este sentido, cabe señalar que no 16. Valdizán H. Historias de Enfermos. Lima: Biblioteca
el señor Larco Herrera y para los médi- solo la UNMSM está en deuda con Val- Popular “Hogar”; 1923: 91 pp.
cos que tuvimos la singular fortuna de 17. Valdizán H. Locos de la Colonia. Lima: Instituto
dizán, sino el Perú entero, ya que en la Nacional de Cultura; 1988: 180 pp.
acompañarlo en aquella obra” (33). obra de Valdizán podemos encontrar un 18. Sewell WH. The Concept(s) of Culture. In: Bonnell
De esta manera, gracias al esfuerzo genuino interés por todo lo que significa VE, Hunt Lynn, editors. Beyond the Cultural Turn:
de Valdizán, sus discípulos y de Larco el Perú: sus personas, sus alegrías y sus New Directions in the Study of Society and Cul-
Herrera, la Psiquiatría comenzó a apli- sufrimientos. Cada uno de nosotros po- ture. Los Angeles: University of California Press;
carse y enseñarse de manera organiza- demos “pagar esa deuda” teniendo siem- 1999: 35-61.
pre presente la labor del insigne maestro
19. Valdizán H, Maldonado A. La Medicina Popular
da. Posteriormente, surgió una nueva Peruana. Contribución al “Folk-lore” Médico
generación de psiquiatras, atraídos por huanuqueño, buscando consejos en sus del Perú. Tomos I, II y III. Lima: Imprenta Torres
el magisterio de Valdizán, entre los que escritos para obtener una práctica médi- Aguirre; 1922.
encontramos a figuras tan notables ca humanizada. 20. Cabieses F. La uña de gato y su entorno. Lima: Vía
como Honorio Delgado, Juan Francis Va- Láctea Editores; 1994: 125 pp.
lega, Carlos Krumdieck, Enrique Encinas, 21. Valdizán H. Elogio del Dr. Ernesto Odriozola. An
Fac med. 1922; 8: 31-41.
entre otros. En mérito a estos grandes REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 22. Valdizán H. El delirio en la enfermedad de Carrión.
aportes, desde 1985, a través de la Re-
1. Pacheco J. Anales de la Facultad de Medicina. La Crónica Médica. 1919; 36: 263-273.
solución Ministerial N° 0399-85-SA/ 23. Valdizán H. Apuntes para la historia de la Verruga
Un recuento, 1918 a 2008, con ocasión del 90°
DVM, se instituyó el Día de la Psiquiatría aniversario de la Revista. An Fac med. 2008; peruana. An Fac med. 1925; 11(2): 34-44.
peruana, el 20 de noviembre de cada 69(4): 278-86. 24. Valdizán H. Apuntes para una bibliografía peruana

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de la enfermedad de Carrión. An Fac med. 1925; pectiva de Carlos Alberto Seguin. Rev Latinoam 35. Llado M. Médicos Escritores. Lima: Ediciones Co-
11(2): 45-85. Psiquiatría. 2005; 5: 8-15. legio Médico del Perú; Sin Fecha: 97-110.
25. Valdizán H. Historia de la Medicina Peruana. Lima: 31. Lastres J. Hermilio Valdizán y la Historia de la Me- 36. Caravedo-Prado B. La Reforma Psiquiátrica en
Ediciones Hora del Hombre. 1944: 145 pp. dicina Peruana. An Fac med. 1935; 18(1) 113-125. el Perú. Lima: Clínica Baltazar Caravedo; 1985:
26. Valdizán H. Fernandinos de Antaño. An Fac med. 32. Porter R. Breve historia de la locura. Madrid: 55-69.
1919; 4: 244-50. Turner-Fondo de Cultura Económica; 2003: 93-122. 37. Silva M. Carlos Alberto Seguin. Otros perfiles, otros
27. Valdizán H. Los anatomistas de la colonia 1535- 33. Valdizán H. Diccionario de Medicina Peruana. frentes. Lima: Banco Central de Reserva Fondo
1821. An Fac med. 1919; 4: 164-75. Tomo I. Lima: Talleres Gráficos del Asilo “Victor Editorial; 1994: 155.
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29. Valdizán H. La facultad de medicina de Lima. An p. 106-183. Lima: Empresa Editora “Excelsior”; 1929: 175 pp.
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