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La anciana y la esposa.

Ornella acaba de ingerir una dosis de medicamentos suficiente


para quitarse la vida. Es la tercera vez que intenta suicidarse. Tras arrepentirse y ya desesperada,
simulando la necesidad de ir a la guardia del hospital por una afección hepática, la mujer le ruega a
Juan, su marido, que la lleve al Hospital Alemán. Le oculta lo que realmente ha hecho y el riesgo
real consiguiente por el que atraviesa. Juan desconfía de la razón dada por la esposa; cree que el
motivo verdadero es el deseo de su mujer de visitar a su madre, que está internada allí mismo.
Durante el trayecto, Juan conduce a excesiva velocidad por la Av. Santa Fe y ha salteado
también algunos semáforos en rojo. Ya cerca del hospital, atropella a una anciana que no pierde el
conocimiento y que acepta ser llevada inmediatamente por el mismo conductor al mismo hospital,
asumiendo él todo costo de atención. Al llegar a la guardia, Ornella, la esposa, expone cuál es su
verdadera situación. Ambas mujeres son atendidas de urgencia. La anciana queda paralítica en sus
dos miembros inferiores, como producto del accidente. Ornella, precisamente en razón de haber
sido asistida en tan breve lapso, es salvada con dificultad habiendo pasado algunas horas en terapia
intensiva, pero finalmente sobrevive. Es altamente probable que Ornella no habría podido
sobrevivir si Juan hubiera conducido desde el inicio de modo totalmente adecuado a las reglas de
tránsito.

Variante: Suponga ahora el caso inverso. Ornella sólo quiere ir a visitar a su madre, pero
Juan -que ha visto en la basura dos cajas vacías de medicamentos- supone erróneamente que su
mujer ha intentado suicidarse de nuevo; y, como no cree en las negativas de ella -que las dos veces
anteriores fue salvada milagrosamente de la muerte-, corre desesperado al hospital, y atropella
entonces a la anciana en las condiciones antes relatadas.

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