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Apunte Académico N°11

Clase: Clase 11
Unidad: Trastornos relacionados con sustancias y trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos.
Asignatura: Salud Mental.
Escuela: Escuela de Técnico en Enfermería de Nivel Superior.
Introducción:
Según lo señalado Bermejo (2011), la adolescencia es una época de transición entre la niñez y la edad adulta
y constituye un periodo de importantes cambios físicos, emocionales, sociales y cognitivos que provocan
ambivalencias y contradicciones en el proceso de equilibrio personal y social, convirtiéndose en un
momento crítico para el desarrollo del individuo. Se trata de una etapa decisiva en la adquisición y
consolidación de los estilos de vida saludables, así como un tiempo de experimentación y elección de
conductas relacionadas con la salud en un sentido amplio, es decir, con todo aquello que proporciona al
individuo un bienestar y desarrollo a nivel bio-psico-social.
Para San Martin (Citado en Bermejo, 2011) la salud no es una condición dada o determinada solo
biológicamente, sino que representa un estado variable que debe ser constantemente cultivado, protegido y
fomentado.
En este punto, los hábitos alimentarios adquiridos en la infancia y adolescencia son decisivos para el
comportamiento alimentario en la edad adulta, y este, a su vez, puede incidir en los de las siguientes
generaciones.
Por lo tanto, la adolescencia se transforma en una etapa donde el consumo de drogas, los problemas
alimenticios y el desarrollo de conductas de riesgo sexuales y de violencia se hacen cada vez más frecuentes.
La OPS señala que el consumo nocivo de alcohol en adolescentes debe ser considerado como un problema
de salud pública, ya que es causa fundamental de traumatismos, en específico de los causados por el
tránsito, violencia y muertes prematuras (Minsal, 2013).
Según el Informe sobre el Consumo de Drogas de las Américas de la OEA (2019) reveló que los estudiantes
secundarios de Chile son los que presentan un mayor consumo principalmente en cocaína, marihuana y
tabaco entre otros 32 países de la región. El documento evidencia que el consumo de tabaco por parte de
los escolares alcanza el 24%, en comparación a países como México, Argentina y Bolivia, que no superan el
15%, a su vez, el 30% de los jóvenes estudiantes de enseñanza media chilenos reconoce consumir
marihuana y las tendencias por sexo muestran que el consumo de cocaína entre los hombres pasó del 1,5%
al 1,7% entre 1994 y 2016, y entre las mujeres pasó del 0,3% al 0,5% en el mismo período.
En cuanto a los trastornos asociados a la alimentación representan la tercera enfermedad crónica más
común entre las jóvenes llegando a una incidencia del 5%., si bien es un trastorno cuya aparición es más
común entre las mujeres, los varones se ven afectados por estos es una proporción de 1:10 (Lopez y cols.,
2011).
Bajo este contexto, este apunte incorpora los trastornos relacionados con sustancias y de alimentación más
prevalente en la población adolescente, incorporando la importancia del rol de enfermería en estas
patologías y en la entrega de cuidados de calidad y humanizados.

Desarrollo:
1. Trastornos relacionados con sustancias:
Los trastornos relacionados con sustancias son aquellos problemas de salud provocados por el consumo
agudo o crónico de sustancias psicoactivas.
Según las actualizaciones del DSM-5 (2013), los trastornos relacionados con sustancias abarcan diez clases
de drogas distintas:
 Alcohol.
 Cafeína.
 Cannabis.
 Alucinógenos.
 Inhalantes.
 Opiáceos.
 Sedantes/hipnóticos/ansiolíticos.
 Estimulantes (Anfetamina, cocaína y otros estimulantes).
 Tabaco.
 Otras sustancias (o sustancias desconocidas).
Estas diez clases no son radicalmente distintas entre sí, cualquier droga consumida en exceso provoca una
activación directa del sistema de recompensa del cerebro que participa en el refuerzo de los
comportamientos y la producción de recuerdos.

El diagnóstico de trastornos relacionados con sustancias se divide en 2:


a) Trastornos por consumo de sustancias: Para ello la persona debe tener 2 o más de los siguientes
criterios en 12 meses:
 Uso peligroso de una sustancia.
 Problemas sociales/interpersonales relacionados con el consumo.
 Incumplimiento de los principales roles por su consumo.
 Problemas legales.
 Síndrome de abstinencia.
 Tolerancia.
 Usa mayor cantidad/más tiempo.
 Intentos repetidos de dejarlo/controlar el consumo.
 Emplear más tiempo del que se pensaba en actividades relacionadas con el consumo.
 Problemas físicos/psicológicos relacionados con el consumo.
 Deja de hacer otras actividades debido al consumo.

Y clasifica en tres grados de severidad, según el número de criterios que cumpla:


 Leve de 2 a 3 criterios.
 Moderado 4 a 5 criterios.
 Grave 6 o más criterios.

b) Trastornos inducidos por sustancias: Incluyen las siguientes categorías:


 Intoxicación (la pueden producir todos los grupos de sustancias salvo el tabaco): es un síndrome
reversible producido por la ingestión o exposición a una sustancia con cambios psicológicos o
comportamentales, clínicamente significativos, que se presentan durante el consumo de la
sustancia y no se deben a otra enfermedad.
 Abstinencia (por el consumo de alcohol, cafeína, cannabis, opiáceos, ansiolíticos e hipnóticos y
sedantes, estimulantes, tabaco y otras sustancias): conjunto de reacciones físicas o corporales
debidas al cese o reducción del consumo prolongado y en grandes cantidades de una sustancia,
que causa malestar clínicamente significativo o deterioro de la actividad laboral o social y no se
debe a otra enfermedad.

Minsal (2013) señala que la adolescencia es la edad en que más frecuentemente se produce el inicio del uso,
abuso y se aumenta el desarrollo de dependencia en la edad adulta, de la misma forma, los adolescentes
poseen mayor tendencia al abuso de múltiples sustancias que los adultos.
Entre los factores del desarrollo que contribuyen al uso temprano o continuado de drogas se encuentran el
sentimiento común de los adolescentes de ser invulnerable, la necesidad de autonomía, y la influencia o
presión del grupo de pares.

Factores de riesgo:
Schulman (2014) señala que son varios los modelos teóricos que se han encargado de desarrollar y analizar
esta problemática, entre los más aceptados se encuentran el modelo biopsicosocial y el modelo de
competencia social.
Ambos modelos, destacan el carácter multidimensional de la problemática del consumo, identificando
varios factores de riesgo, entre estos factores tenemos:
Factores de riesgo en lo personal: Dificultad en el manejo de las emociones, impulsividad, problemas con la
autoestima y auto concepto, dificultad para postergar la satisfacción, intolerancia a la frustración, curiosidad
y búsqueda de nuevas sensaciones, predisposición genética hacia el consumo de alcohol y otras drogas,
poca claridad en el proyecto de vida.
Factores de riesgo en lo familiar: Abandono, poco reconocimiento o expresión de afecto, ausencia de
normas y límites claros, ausencia de respeto y disciplina, poca claridad en los valores, modelos paternos
autoritarios o muy rígidos, maltrato y violencia intrafamiliar, problemas de comunicación, conflictos
familiares frecuentes, patrones familiares de consumo de drogas, patrones familiares de conductas
delictivas.
Factores de riesgo en lo comunitario: Escasa organización y participación comunitaria, actitud permisiva
frente al consumo de drogas, disponibilidad de drogas y presencia de tráfico, ausencia de solidaridad y
espíritu de trabajo, desarraigo cultural, carencia de líderes comunitarios (sanos), ambiente de violencia y
maltrato.
Factores de riesgo en lo social: Crisis de valores, pocas oportunidades educativas, empobrecimiento
creciente de la población, exclusión social, desempleo, programas de prevención insuficientes, presencia de
redes de distribución de drogas, nuevas modalidades de penetración de las drogas.

Como vemos, son múltiples los factores de riesgo que se interrelacionan entre sí, generando mayores o
menores probabilidades en un sujeto para que incurra en el consumo de drogas.

Curso y pronóstico:
La guía clínica del consumo perjudicial y dependencia de alcohol en menores de 20 años del Minsal (2013)
menciona que el curso del trastorno debido al consumo de sustancias en la adolescencia es variable, los
adolescentes con problemas de abuso a menudo disminuyen o dejan de utilizar drogas a finales de la
adolescencia o la adultez temprana, mientras que aquellos con dependencia y/o más factores de riesgo es
más probable que continúe para cumplir los criterios para uno o más trastornos por uso de sustancias
Este mismo documento señala que los jóvenes que presentan uso de sustancias y frecuentes intoxicaciones
a menudo manifiestan cambios en el estado de ánimo, la cognición y el comportamiento. Los cambios de
comportamiento pueden incluir desinhibición, apatía, hiperactividad o agitación, somnolencia e
hipervigilancia. Los cambios en la cognición pueden incluir dificultad para concentrarse, cambios en la
atención, perturbaciones perceptivas y en el pensamiento tales como delirios. Los cambios de humor
pueden ir desde la depresión a la euforia.

Tamizaje en la detección del consumo de sustancias:


Existen dos tipos de screening para detectar consumo de alcohol y drogas:
 Pruebas de laboratorio.
 Cuestionarios.
Las pruebas de laboratorio pueden ser utilizadas como screening (detección) o bien como confirmación del
consumo de sustancias, estas pruebas se pueden realizar sobre muestras de orina, saliva, cabello o sangre,
entre otros, siendo la muestra de orina es la más comúnmente utilizada.
Las pruebas de tipo cuestionario tienen costos menores, no requieren de procedimientos de toma o análisis
de muestras y son de resultados más rápidos. En este caso, sin embargo, los resultados dependen del
reporte que hace una persona y la veracidad de sus respuestas.
Entre los cuestionarios que han sido validados y más utilizados en Chile son:
 El AUDIT (Alcohol use disorder identification Test) test que permite la detección temprana de
personas con problemas de alcohol, es uno de los instrumentos de uso más extendido actualmente,
Es un instrumento rápido, posible de ser administrado o auto-administrado, que consta de 10
preguntas, midiendo consumo de riesgo, consumo perjudicial y dependencia.
 CRAFFT es una encuesta auto-administrada que detecta abuso o dependencia de alcohol y/o
drogas en adolescentes. Consta de 6 preguntas, con respuesta sí o no, cuyo punto de corte es
mayor a 2 puntos. Indaga sobre la relación de alcohol y drogas, y el uso del automóvil, sobre el
consumo de sustancias en búsqueda de algún efecto determinado, contexto social del consumo e
identifica quienes requieren intervención (Minsal, 2013).
Diagnóstico integral:
La evaluación o diagnóstico integral tiene como objetivo determinar si el adolescente está utilizando una o
más sustancias, qué efectos tiene el consumo de sustancias sobre los diversos ámbitos del funcionamiento
psicosocial del adolescente, y si el problema se ajusta a criterios para el diagnóstico trastornos relacionados
al consumo de sustancias.
También, a partir de esta información, determinar las necesidades particulares del adolescente y formular
intervenciones apropiadas a partir de un cuadro completo de la vida del joven.
El diagnóstico integral del adolescente debe incluir necesariamente la participación de padres o figuras
significativas, así como otras personas relevantes en las diversas áreas de vida del joven, escuela,
comunidad, pares, etc.

Muchos de los adolescentes que acuden a atención en salud mental muestran importantes problemas
relacionados con sustancias, así como también ocurre que las sustancias exacerban y mantienen los
trastornos de salud mental. La presencia coexistente de abuso o consumo de sustancias complica el curso
clínico, el cumplimiento del tratamiento farmacológico y el pronóstico de estos jóvenes, y es el factor más
importante para aumentar el abandono del tratamiento, el riesgo de suicidio, psicosis o la depresión en ellos
(MInsal, 2013).

Tratamiento de los trastornos relacionados con sustancias:


El objetivo principal del tratamiento de adolescentes con consumo de drogas y alcohol es mejorar las
condiciones de vida del adolescente y su bienestar.
Un plan de tratamiento debiera incluir los siguientes ámbitos:
 Trabajar en la motivación y compromiso.
 Participación de la familia para mejorar la supervisión, el seguimiento y la comunicación entre los
padres y adolescente.
 Resolución de problemas, con desarrollo de técnicas para mejorar las habilidades sociales.
 Estrategias de prevención de recaídas.
 Abordaje psicosocial y / o farmacológico de los trastornos psiquiátricos comórbidos.
 Aumento de las conductas pro-sociales, relaciones entre iguales, y el funcionamiento académico.
 Considerar la duración adecuada del tratamiento y el seguimiento.

El tratamiento debe ser multimodal, incluyendo las diversas intervenciones que responden a la evaluación
integral, al carácter psicosocial (Intervenciones a nivel individual, familiar, grupal y comunitario) y
farmacológica (cuando sea requerido).

Desde el punto de vista farmacológico, la utilización de estos va a depender del tipo de consumo de
sustancias, entre los más comunes tenemos:
Alcohol: Se utiliza disulfiram que es un fármaco que produce una reacción aguda cuando se asocia al
consumo de alcohol, esta sustancia bloquea el metabolismo del alcohol lo que provoca el incrementando los
niveles de acetaldehído causante de un conjunto de reacciones adversas del consumo de alcohol (Resacas).
Lo que se trata de lograr con esto es que el paciente asocie esa sensación desagradable con la conducta de
consumo de alcohol que es la que queremos eliminar. Se utiliza en comprimidos, pellets o inyecciones.
Opioides y opiáceos: Se utilizan terapias de sustitución, para controlar el consumo e iniciar la disminución
de este, el objetivo principal es tratar de controlar el consumo del paciente con fármacos que produzcan
efectos semejantes a los de la heroína y diversos opioides y opiáceos.
Tabaco: Se utilizan antidepresivos (Se asocia consumo de tabaco a depresión), antagonistas de la nicotina y
sustitutivos de la nicotina (Parches, chicles, inhaladores, etc., (Szerman y cols, 2017).

Cuidados de Enfermería en usuarios con consumo de sustancias:


 Identificar factores de riesgo para consumo de sustancias en la población adolescente y adulta.
 Aplicación de cuestionarios para detectar consumo problemático.
 Derivación oportuna a salud mental.
 Consejería y contención en usuarios con consumo de sustancias.
 Atención de urgencias en usuarios con intoxicaciones.
 Realización de test para screening de drogas.
 Establecer relación terapéutica para trabajo con usuarios con consumo.
 Control signos vitales en pacientes hospitalizados.
 Realizar psicoeducacion en el paciente (Sexualidad, factores de riesgo, sustancias de abuso, higiene,
adherencia al tratamiento, fármacos y efectos secundarios, etc).
 Intervenciones también se tratará el autocuidado, la autoestima y las habilidades sociales para que,
cuando se reinserten en la sociedad, hayan desarrollado dichas habilidades.
 Prevención de recaídas.

2. Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos:


Los trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos son enfermedades de salud mental complejas,
multicausadas, que afectan principalmente a adolescentes y mujeres jóvenes, representan la tercera
enfermedad crónica más común entre las jóvenes llegando a una incidencia del 5%. Si bien es un trastorno
cuya aparición es más común entre las mujeres, los varones se ven afectados por estos es una proporción de
1:10.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ubicado a estos trastornos entre las enfermedades mentales
de prioridad para los niños y adolescentes, dado el riesgo para la salud que implican (Lopez y cols, 2011).
Para Madruga y cols (2005) son enfermedades psiquiátricas, que se caracterizan por tener una alteración
definida del patrón de ingesta o de la conducta sobre el control del peso, que produce un deterioro físico y
psicosocial.
Para el DSM-V (2013), incluye en esta categoría a los siguientes trastornos:
 Trastornos de pica: Ingestión persistente de sustancias no nutritivas y no alimentarias durante un
periodo mínimo de un mes (Papel, tierra, pelos, etc.).
 Trastorno de rumiación: Regurgitación repetida de alimentos durante un periodo mínimo de un
mes. Los alimentos regurgitados se pueden volver a masticar, a tragar o se escupen.
 Trastorno de evitación/restricción de la ingestión de alimentos: Hace referencia a la evitación o
restricción en la ingesta de alimentos, y donde debe presentarse al menos una de las siguientes
consecuencias: bajo peso, deficiencias nutricias significativas, afectaciones importantes en el
ámbito psicosocial, entre otras.
 Anorexia nerviosa: Se caracteriza por una restricción del consumo energético en relación a los
requerimiento que conlleva a un peso corporal marcadamente bajo, la presencia de un miedo
intenso a ganar peso o a convertirse en obeso y la alteración de la percepción del peso o la silueta.
 Bulimia nerviosa: Se caracteriza por la presencia de episodios recurrentes de atracones de comida
y presencia de comportamientos compensatorios inapropiados posterior a la ingesta (Consumo de
diuréticos, laxantes, ayuno prolongado, ejercicios, inducción de vómitos, etc.)
 Trastorno de atracones: Episodios recurrentes de atracones en periodo determinado, de una
cantidad de alimentos claramente superior, con sensación de pérdida de falta de control sobre lo
que se ingiere durante el episodio. Este trastorno no incorpora comportamientos compensatorios.

De esta clasificación, nos centraremos particularmente en Anorexia y Bulimia nerviosa.


Anorexia Nerviosa:
Para el diagnóstico de este trastorno el usuario debe cumplir con los siguientes criterios:
A. Restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que conducen a un peso
corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud
física. Peso significativamente bajo se define como un peso que es inferior al mínimo normal o, en
niños y adolescentes, inferior al mínimo esperado.
B. Miedo intenso a ganar peso o engordar, o comportamiento persistente que interfiere en el
aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo.
C. Alteración en la forma en que uno mismo percibe su propio peso o constitución, influencia
impropia del peso o la constitución corporal en la autoevaluación, o falta persistente de
reconocimiento de la gravedad del bajo peso corporal actual.
En cuanto a criterios de gravedad, se basa en el índice de masa corporal (IMC):
 Leve: IMC: Mayor o igual a 17 kg/m2
 Moderado: IMC de 16-16.99 kg/m2
 Grave: IMC de 15-15.99 kg/m2
 Extremo: IMC menor a 15kg/m2

Bulimia nerviosa:
Para el diagnóstico de este trastorno el usuario debe cumplir con los siguientes criterios:
A. Episodios recurrentes de atracones: Un episodio de atracón se caracteriza por los dos hechos
siguientes: Ingestión, en un periodo determinado (p. ej., dentro de un periodo cualquiera de dos
horas, de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas
ingerirían en un periodo similar en circunstancias parecidas. Sensación de falta de control sobre lo
que se ingiere durante el episodio (p. ej., sensación de que no se puede dejar de comer o controlar
lo que se ingiere o la cantidad de lo que se ingiere).
B. Comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso,
como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el
ayuno o el ejercicio excesivo.
C. Los atracones y los comportamientos compensatorio inapropiadas se producen, de promedio, al
menos una vez a la semana durante tres meses.
D. La autoevaluación se ve indebidamente influida por la constitución y el peso corporal.

Los criterios de gravedad se basan en la frecuencia de comportamientos compensatorios inapropiados:


 Leve: un promedio de 1-3 episodios de comportamientos compensatorios inapropiados a la semana
 Moderado: un promedio de 4-7 episodios de comportamientos compensatorios inapropiados a la
semana
 Grave: un promedio de 8-13 episodios de comportamientos compensatorios inapropiados a la
semana
 Extremo: un promedio de 14 episodios o más de comportamientos compensatorios inapropiados a
la semana.

Tratamiento de los usuarios con trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos:


El tratamiento para estos trastornos requiere de un equipo multidisciplinario en el que participan médicos
familiarizados con estos trastornos, especialistas en nutrición, psiquiatras, psicólogos y profesionales de
enfermería. Este tratamiento incluye la psicoterapia, los psicofármacos, el tratamiento nutricional y de las
complicaciones de la enfermedad.
La finalidad de los programas de tratamiento en los TCA, es la de ofrecer a estos pacientes un plan
terapéutico global donde se integre y coordine las actuaciones de diferentes especialidades.
Los objetivos del tratamiento:
 Restaurar el peso corporal.
 Tratar las complicaciones físicas asociadas.
 Mejorar la motivación del paciente para que normalice sus hábitos dietéticos y colabore en el
tratamiento.
 Educar al paciente sobre nutrición saludable y patrones de alimentación adecuados.
 Abordaje de conflictos psicosociales.
 Corregir pensamientos, actitudes y sentimientos erróneos sobre su trastorno.
 Tratar las complicaciones psiquiátricas asociadas (autoestima, depresión, etc.).
 Favorecer la colaboración de la familia.
 Prevenir recaídas.
Una vez establecido el diagnóstico se debe seguir un tratamiento que se prolonga varios años, y puede estar
organizado en diferentes modalidades asistenciales con diferentes niveles de intensidad:
 Ambulatorio.
 Hospital de día.
 Hospitalización.
 Tratamiento en la residencia del usuario.
 Programa de prevención de recaídas.
 Programas específicos para pacientes resistentes a tratamiento.

Criterios de hospitalización:
Las complicaciones médicas de estos trastornos pueden afectar a la mayoría de los órganos del cuerpo, los
signos y síntomas físicos durante la adolescencia se deben principalmente a la malnutrición y a las
consecuencias de las conductas compensatorias (Ejercicio, inducción vómitos, uso de laxantes y diuréticos,
ejercicio prolongado, ayuno) (Lopez y cols., 2011).
Se considera la hospitalización cuando se presentan las siguientes complicaciones:
 Pérdida de peso persistente (25-30% peso inicial o IMC menor a 17,5 kg/m2).
 Trastornos hidroelectrolíticos.
 Arritmias cardíacas: bradicardia (Frecuencia cardiaca menor a 45)
 Hipotermia, hipotensión
 Rechazo manifiesto a alimentarse.
 Fallo de tratamiento ambulatorio/ hospitalización en casa.
 Conflictividad familiar manifiesta ante un cuadro en evolución.
 Trastorno psiquiátrico que requiere ingreso (depresión mayor con riesgo de suicidio y psicosis
agudas) (Madruga, 2005).

Etiología de los usuarios con trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos:


En la etiopatogenia intervienen factores genéticos, biológicos, psicológicos, sociales y culturales que actúan
como factores predisponentes, desencadenantes o mantenedores de la enfermedad, considerándose en la
actualidad un trastorno multifactorial.
Entre los factores más importantes encontramos:
 Factores socio-culturales: cultura de la delgadez, ideal de belleza, sociedad de consumo, ideal de
juventud eterna, etc.
 Factores individuales (rasgos de personalidad): autoestima baja, perfeccionismo, autoexigencia,
autocontrol, baja tolerancia a la frustración, impulsividad, miedo al cambio, historia de vida, rasgos
infantiles.
 Factores familiares: sobreprotección, poca comunicación, altas expectativas, rigidez, antecedentes
de trastornos alimentarios u otros trastornos.
 Factores biológicos: vulnerabilidad biológica, herencia, peso.

Curso y pronóstico de los usuarios con trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos:


Según lo señalado por Jauregui y cols. (2009) el curso y el desenlace del trastorno por anorexia nerviosa son
muy variables y hace referencia a una mortalidad señalando que, a largo plazo, está aproximadamente en
un 10% bien por inanición, suicidio o desequilibrios electrolíticos.
En cuanto al curso de la bulimia describe un curso crónico y un curso intermitente con periodos de remisión
que se alternan con atracones. También señala que a largo plazo los síntomas de muchos pacientes tienden
a disminuir y que con periodos de remisión superiores a un año el pronóstico a largo plazo resulta más
favorable.

Cuidados de enfermería en usuarios con de los trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos:


 Establecer una relación terapéutica con el usuario.
 Contención emocional en situaciones de atención ambulatoria y hospitalizada.
 Control de signos vitales.
 Monitorización nutricional.
 Potenciación de la imagen corporal y favorecer la autoestima y el auto concepto.
 Favorecer la ganancia de peso.
 Educación sobre conductas de alimentación saludable al usuario y familia.
 Favorecer las relaciones interpersonales con el personal de salud.
 Prevención del suicidio.
 Intervención en casos de crisis.
 Aceptación incondicional del usuario, evitando juicios de valor.
 Asistencia a los padres para que comprendan y ayuden a sus hijos adolescentes.

Conclusiones:
Los trastornos relacionados con el consumo de sustancias y de los trastornos de alimentación y de la
ingestión de alimentos presentan algunas características comunes entre ellos, como una prevalencia
aumentada durante los últimos años y sus síntomas suelen aparecer por primera vez en la adolescencia y la
adultez temprana. En ambos trastornos las causas están relacionadas con factores sociales, biológicos y
psicológicos, y pueden provocar condiciones fisiológicas con riesgo de muerte.
Muchas veces las personas con estos trastornos no es consciente de su enfermedad, lo cual implica que el
tratamiento se comience con una escasa motivación para el cambio, por lo tanto, el papel de los
profesionales de la salud es la comprensión de estos aspectos cuando tengan los primeros contactos con el
usuario y su familia, este primer contacto será fundamental para el éxito del tratamiento y su posterior
adherencia.

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