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7 - Ten406 - C10 - Apunte Academico
7 - Ten406 - C10 - Apunte Academico
Introducción:
La ansiedad es uno de los estados más habituales por la que transitan las personas, todos hemos
experimentado la ansiedad alguna vez en nuestra vida. Para Hernández y cols., (2009) la ansiedad es una
vivencia universal y normal que surge en respuesta a exigencias de la vida cotidiana como tener que rendir
un examen, ante una operación quirúrgica, frente a la amenaza de un despido laboral o por el riesgo de
reprobar un semestre académico, etc. En estos casos la ansiedad opera como señal para buscar la
adaptación, suele ser transitoria y la persona la percibe como nerviosismo y desasosiego.
En niños y adolescentes las variaciones de la ansiedad están en función de la edad y en determinados
miedos que son normales en el niño y tienden a desaparecer con la edad; de igual modo, la ansiedad ante
situaciones sociales es típica de la adolescencia.
Es importante señalar que para muchos niños, adolescentes y adultos este estado de ansiedad puede
persistir en el tiempo y se transforma en una situación permanente que puede alcanzar la intensidad del
terror o del pánico, pudiendo causar conductas mal adaptativas y un deterioro personal importante que
puede llevar a disminuir la calidad de vida de las personas y de su entorno.
De esta manera, la ansiedad normal se transforma en una situación patológica para el sujeto, la cual se
caracteriza por altos niveles de incapacidad, genera un impacto considerable en el bienestar personal, en las
relaciones sociales y en la productividad en el trabajo, con el agravante de que su alta prevalencia y el curso
recurrente o incluso crónico de muchos de ellos, los puede hacer tan inhabilitante como cualquier otra
enfermedad física crónica (GPC del SNS, 2008).
La OMS (2017) señaló que, en el 2015, la proporción de la población mundial con trastornos de ansiedad fue
de 3,6%, al igual que la depresión. Además, señaló que los trastornos de ansiedad son más comunes en las
mujeres que en los hombres (4,6% en contraste con 2,6%, a nivel mundial). El mismo documento menciona
que muchas veces los trastornos ansiosos y depresivos se presentan simultáneamente (comorbilidad),
asociándose con una mayor severidad de los síntomas y también con una mayor incidencia de suicidios.
En función de estos datos, se hace necesario abordar estos trastornos en esta asignatura y se considerarán
aquellos trastornos de ansiedad más prevalente, su sintomatología, manejo y tratamiento, destacando la
participación del rol del TENS en el manejo de estos usuarios y la necesidad de entregar una atención
humanizada y de calidad.
Desarrollo:
1. Generalidades de los trastornos de ansiedad:
La ansiedad es una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que
adopte las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.
Es importante entender a la ansiedad como una sensación o un estado emocional normal ante
determinados contextos y que constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones cotidianas
estresantes. Así, cierto grado de ansiedad es incluso deseable para el manejo normal de las exigencias del
día a día. Cuando la ansiedad sobrepasa cierta intensidad o supera la capacidad adaptativa de la persona
es cuando la ansiedad se convierte en patológica, y provoca malestar significativo con síntomas que afectan
tanto al plano físico, como al psicológico y conductual (GPC del SNS, 2008).
En la siguiente tabla se muestra las algunas diferencias entre ansiedad normal y la patológica, señaladas por
Salaberria et al, (1995).
Ansiedad normal y ansiedad patológica
Normal: Patológica:
Características Episodios poco frecuentes, Episodios repetidos, intensidad
generales: intensidad leve o media, alta, duración prolongada.
duración limitada.
Situación o estimulo Reacciones esperables y Reacciones desproporcionadas.
causante: comunes a las de otras
personas.
Grado de sufrimiento: Limitado y transitorio. Alto y duradero.
Grado de interferencia Ausente o ligera. Profundo.
en la vida cotidiana:
Desde el punto de vista psicológico, los pensamientos negativos son frecuentes en la ansiedad y se
caracterizan por ser exagerados, irracionales y difícil de controlar. Se denomina “pensamiento catastrófico
reverberante”, y esta forma de pensamiento da a lugar excesivo miedo, excesiva vergüenza y preocupación
extrema (Gold, 2006).
Etiología de los Trastornos de Ansiedad:
Las causas de los trastornos de ansiedad no son totalmente conocidas, pero están implicados tanto factores
biológicos como ambientales y psico-sociales.
Entre los factores biológicos se han encontrado alteraciones en los sistemas neurobiológicos gabaérgicos y
serotoninérgicos, así como anomalías estructurales en el sistema límbico.
Se ha observado que se presenta en ciertas alteraciones físicas y una mayor frecuencia cuando hay uso y/o
retirada de medicinas, alcohol, drogas y/o sedantes y otras sustancias. Por último, existe cierta
predisposición genética en la aparición de estos trastornos.
Entre los factores ambientales se ha encontrado la influencia de determinados estresores ambientales, una
mayor hipersensibilidad y una respuesta aprendida.
Como factores psicosociales de riesgo para estos trastornos se encuentran las situaciones de estrés, el
ambiente familiar, las experiencias amenazadoras de vida y las preocupaciones excesivas por temas
cotidianos. Como factores predisponentes, se ha observado la influencia de las características de la
personalidad. Parece ser que es la interacción de múltiples determinantes lo que favorece la aparición de
estos trastornos de ansiedad (GPC del SNS, 2008).
Para Ochando y cols., (2017), los niños con inhibición comportamental, tímidos y con tendencia al
retraimiento en la primera infancia, presentan más tendencia a desarrollar trastornos de ansiedad en etapas
posteriores del desarrollo. Además, destaca la psicopatología parental, padres sobreprotectores, estilos
educativos muy punitivos, familias disfuncionales, conflictos escolares, situación social y económica
desfavorable que pueden generar una sensación de inseguridad crónica que colabore en la génesis de un
trastorno de ansiedad.
Agorafobia: Miedo o ansiedad que aparecen frente a dos o más situaciones agorafóbicas, por
ejemplo: Miedo a ir en el transporte público, a estar en lugares abiertos, en lugares cerrados, hacer
colas o estar en medio de una multitud, etc. Estas situaciones se evitan activamente, o requieren la
presencia de un acompañante o se soportan a costa de intenso miedo o ansiedad. La persona teme
o evita dichas situaciones por temor a tener dificultades para huir o recibir ayuda en caso de
aparición de síntomas similares a la angustia.
Trastorno de ansiedad social: Miedo o ansiedad intensos que aparecen prácticamente siempre con
relación a una o más situaciones sociales en las que la persona se expone al posible escrutinio por
parte de otros (Hablar en público, conversar con personas extrañas, dar una charla, etc.). La
persona teme actuar de una determinada manera o mostrar síntomas de ansiedad que puedan ser
valorados negativamente por los observadores.
Conclusiones:
Como hemos visto, los trastornos ansiosos son un grupo de situaciones psiquiátricas que pueden
presentarse en todas las etapas del desarrollo y de diversa forma, constituyen situaciones de salud mental
que pueden llevar a un gran sufrimiento emocional y una repercusión a nivel personal, académica, social y
familiar y que si nos es solucionada a tiempo puede acarrear múltiples complicaciones.
Es importante señalar, que los tres pilares en el tratamiento de estos pacientes son la psicoeducación,
psicoterapia y los psicofármacos.
Referencias bibliográficas:
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en Atención Primaria. Recuperado de: https://portal.guiasalud.es/wp-
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