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Apunte Académico N°10

Clase: Clase 10.


Unidad: Trastornos de Ansiedad.
Asignatura: Salud Mental.
Escuela: Escuela de Técnico en Enfermería de Nivel Superior.

Introducción:
La ansiedad es uno de los estados más habituales por la que transitan las personas, todos hemos
experimentado la ansiedad alguna vez en nuestra vida. Para Hernández y cols., (2009) la ansiedad es una
vivencia universal y normal que surge en respuesta a exigencias de la vida cotidiana como tener que rendir
un examen, ante una operación quirúrgica, frente a la amenaza de un despido laboral o por el riesgo de
reprobar un semestre académico, etc. En estos casos la ansiedad opera como señal para buscar la
adaptación, suele ser transitoria y la persona la percibe como nerviosismo y desasosiego.
En niños y adolescentes las variaciones de la ansiedad están en función de la edad y en determinados
miedos que son normales en el niño y tienden a desaparecer con la edad; de igual modo, la ansiedad ante
situaciones sociales es típica de la adolescencia.
Es importante señalar que para muchos niños, adolescentes y adultos este estado de ansiedad puede
persistir en el tiempo y se transforma en una situación permanente que puede alcanzar la intensidad del
terror o del pánico, pudiendo causar conductas mal adaptativas y un deterioro personal importante que
puede llevar a disminuir la calidad de vida de las personas y de su entorno.
De esta manera, la ansiedad normal se transforma en una situación patológica para el sujeto, la cual se
caracteriza por altos niveles de incapacidad, genera un impacto considerable en el bienestar personal, en las
relaciones sociales y en la productividad en el trabajo, con el agravante de que su alta prevalencia y el curso
recurrente o incluso crónico de muchos de ellos, los puede hacer tan inhabilitante como cualquier otra
enfermedad física crónica (GPC del SNS, 2008).
La OMS (2017) señaló que, en el 2015, la proporción de la población mundial con trastornos de ansiedad fue
de 3,6%, al igual que la depresión. Además, señaló que los trastornos de ansiedad son más comunes en las
mujeres que en los hombres (4,6% en contraste con 2,6%, a nivel mundial). El mismo documento menciona
que muchas veces los trastornos ansiosos y depresivos se presentan simultáneamente (comorbilidad),
asociándose con una mayor severidad de los síntomas y también con una mayor incidencia de suicidios.
En función de estos datos, se hace necesario abordar estos trastornos en esta asignatura y se considerarán
aquellos trastornos de ansiedad más prevalente, su sintomatología, manejo y tratamiento, destacando la
participación del rol del TENS en el manejo de estos usuarios y la necesidad de entregar una atención
humanizada y de calidad.

Desarrollo:
1. Generalidades de los trastornos de ansiedad:
La ansiedad es una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que
adopte las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.
Es importante entender a la ansiedad como una sensación o un estado emocional normal ante
determinados contextos y que constituye una respuesta habitual a diferentes situaciones cotidianas
estresantes. Así, cierto grado de ansiedad es incluso deseable para el manejo normal de las exigencias del
día a día. Cuando la ansiedad sobrepasa cierta intensidad o supera la capacidad adaptativa de la persona
es cuando la ansiedad se convierte en patológica, y provoca malestar significativo con síntomas que afectan
tanto al plano físico, como al psicológico y conductual (GPC del SNS, 2008).
En la siguiente tabla se muestra las algunas diferencias entre ansiedad normal y la patológica, señaladas por
Salaberria et al, (1995).
Ansiedad normal y ansiedad patológica
Normal: Patológica:
Características Episodios poco frecuentes, Episodios repetidos, intensidad
generales: intensidad leve o media, alta, duración prolongada.
duración limitada.
Situación o estimulo Reacciones esperables y Reacciones desproporcionadas.
causante: comunes a las de otras
personas.
Grado de sufrimiento: Limitado y transitorio. Alto y duradero.
Grado de interferencia Ausente o ligera. Profundo.
en la vida cotidiana:

Bases biológicas de la ansiedad:


Según lo señalado en Eby y Brown, (2010) la experiencia de la ansiedad parece originarse en el encéfalo
primitivo, específicamente en el sistema límbico. Durante la ansiedad hay un aumento de flujo sanguíneo al
sistema límbico y a la corteza cerebral; desde el sistema límbico se transmite estímulos al sistema nervioso
autónomo y luego al sistema nervioso simpático produciendo los síntomas fisiológicos propios de la
ansiedad y desde el sistema límbico también son trasmitidos hacia la corteza cerebral, en esas áreas el
sujeto tiene los pensamientos sobre la ansiedad, de esta manera los sentimientos, la respuesta fisiológica y
los pensamientos forman parte de la experiencia de la ansiedad.

Signos y síntomas de la ansiedad:


Los signos y síntomas de ansiedad son similares para niños, adolescentes y adultos, suelen ir desde una
intensidad leve hasta llegar a ser incapacitantes. En la medida que los síntomas sean más intensos, más
permanentes en el tiempo y generen malestar significativo se transforman en síntomas de ansiedad
patológica.

Síntomas físicos o fisiológicos: Síntomas psicológicos y conductuales:


Vegetativos: Sudoración, sequedad bucal, mareos e Sentimientos o pensamientos de preocupación,
inestabilidad aprensión
Neuromusculares: Temblor, tensión muscular, Sensación de agobio
cefaleas, parestesias (Adormecimiento)
Cardiovasculares: Palpitaciones, taquicardias, dolor Miedo a perder el control, a volverse loco o
precordial sensación de muerte inminente
Respiratorios: Disnea Quejas de pérdida de memoria
Digestivos: náuseas, vómitos, dispepsia, diarrea, Irritabilidad, inquietud, desasosiego
estreñimiento, aerofagia, meteorismo
Genitourinarios: Micción frecuente, problemas en Conductas de evitación de determinadas situaciones
la esfera sexual
Inhibición o bloqueo psicomotor, obsesiones o
compulsiones
Hernández y cols., (2009).

Desde el punto de vista psicológico, los pensamientos negativos son frecuentes en la ansiedad y se
caracterizan por ser exagerados, irracionales y difícil de controlar. Se denomina “pensamiento catastrófico
reverberante”, y esta forma de pensamiento da a lugar excesivo miedo, excesiva vergüenza y preocupación
extrema (Gold, 2006).
Etiología de los Trastornos de Ansiedad:
Las causas de los trastornos de ansiedad no son totalmente conocidas, pero están implicados tanto factores
biológicos como ambientales y psico-sociales.
Entre los factores biológicos se han encontrado alteraciones en los sistemas neurobiológicos gabaérgicos y
serotoninérgicos, así como anomalías estructurales en el sistema límbico.
Se ha observado que se presenta en ciertas alteraciones físicas y una mayor frecuencia cuando hay uso y/o
retirada de medicinas, alcohol, drogas y/o sedantes y otras sustancias. Por último, existe cierta
predisposición genética en la aparición de estos trastornos.
Entre los factores ambientales se ha encontrado la influencia de determinados estresores ambientales, una
mayor hipersensibilidad y una respuesta aprendida.
Como factores psicosociales de riesgo para estos trastornos se encuentran las situaciones de estrés, el
ambiente familiar, las experiencias amenazadoras de vida y las preocupaciones excesivas por temas
cotidianos. Como factores predisponentes, se ha observado la influencia de las características de la
personalidad. Parece ser que es la interacción de múltiples determinantes lo que favorece la aparición de
estos trastornos de ansiedad (GPC del SNS, 2008).
Para Ochando y cols., (2017), los niños con inhibición comportamental, tímidos y con tendencia al
retraimiento en la primera infancia, presentan más tendencia a desarrollar trastornos de ansiedad en etapas
posteriores del desarrollo. Además, destaca la psicopatología parental, padres sobreprotectores, estilos
educativos muy punitivos, familias disfuncionales, conflictos escolares, situación social y económica
desfavorable que pueden generar una sensación de inseguridad crónica que colabore en la génesis de un
trastorno de ansiedad.

Epidemiologia de los trastornos ansiosos:


La OMS (2017) señala que, en el 2015, la proporción de la población mundial con trastornos de ansiedad fue
de 3,6%, siendo más comunes en las mujeres que en los hombres (4,6% en contraste con 2,6%, a nivel
mundial). En la Región de las Américas, se estima que hasta 7,7% de la población femenina sufre trastornos
de ansiedad y solo 3,6% de los hombres.
Las tasas de prevalencia no varían sustancialmente entre los grupos etarios, aunque se puede observar una
tendencia a una menor prevalencia en los grupos de mayor edad.
El número total estimado de personas con trastornos de ansiedad en el mundo es de 264 millones en el
2015, lo que refleja un aumento de 14,9% desde el 2005 a consecuencia del crecimiento y el envejecimiento
de la población. Los trastornos de ansiedad están clasificados como el sexto factor que contribuye a la
pérdida de salud sin consecuencias mortales a nivel mundial y figura entre las diez causas principales de
años vividos con discapacidad en todas las Regiones de la OMS.
Los trastornos de ansiedad constituyen uno de los trastornos mentales más frecuentes en la infancia y
adolescencia, con una prevalencia entre el 3 y el 31%, estando asociado a dificultades académicas, sociales,
a la depresión, a la tentativa autolítica (intentos de suicidio) y al abuso de sustancias en la edad adulta
(Ochando y cols., 2017).

Diagnóstico de los trastornos ansiosos:


El diagnóstico de los trastornos de ansiedad se basa en la historia clínica del usuario que son obtenidos a
partir del examen mental y la entrevista psiquiátrica (Ver apunte académico N°4).
Es importante indagar en niños, adolescentes y adultos la historia de sucesos vitales, comorbilidades,
temperamento, tipos vínculos (padres, familia, adultos significativos), capacidad de adaptación, rendimiento
académico, historia de maltrato, acoso escolar, pérdidas importantes, etc.
Existen algunos cuestionarios para detectar ansiedad en los niños, que pueden ser aplicados por
profesionales expertos, sin embargo, una buena entrevista y examen mental será suficiente para el
diagnóstico.
La dificultad de expresión verbal en los niños puede entorpecer la valoración de los síntomas en los cuadros
ansiosos (Ochando y cols., 2017).
Curso y pronóstico:
Los trastornos de ansiedad cursan crónicamente, con períodos de remisión y exacerbación, si los pacientes
reciben un tratamiento adecuado los períodos críticos disminuyen.
Sólo de un tercio a la mitad de los enfermos presentan una forma crónica y persistente aun recibiendo
tratamiento.
La ansiedad se asocia con tasas de suicidio altas y es la complicación más temida, otras son el abuso de
alcohol, sustancias y automedicación (Escobar, 2010).

Tratamiento de los trastornos ansiosos:


La psicoterapia y psicoeducacion suelen ser el tratamiento de elección en estos trastornos, requiriendo
apoyo farmacológico, fundamentalmente cuando: el grado de ansiedad es moderado o severo, el impacto
de la clínica en la vida social o escolar es alto, o cuando existe comorbilidad asociada o la respuesta a la
psicoterapia es limitada. Por lo tanto, el abordaje de los trastornos de ansiedad es multimodal y la selección
sobre la modalidad de tratamiento debe basarse en la severidad de la sintomatología, la presencia de
comorbilidad, la edad del usuario y la naturaleza de los factores causales (Ochando y cols., 2017).
La psicoterapia que ha demostrado ser más efectiva es la terapia cognitivo conductual (TCC), su objetivo es
reducir la ansiedad mediante el descubrimiento y posterior modificación de los pensamientos erróneos o
negativos que presentan estos usuarios y con ello modificar la reacción conductual a las situaciones que
provocan ansiedad (Eby y Brown, 2010).
Los principales medicamentos usados para los trastornos de ansiedad son antidepresivos, medicamentos
ansiolíticos y bloqueadores beta para controlar algunos de los síntomas físicos (Palpitaciones, sudoración,
etc). Con un tratamiento apropiado, muchas personas con trastornos de ansiedad pueden vivir vidas
normales y plenas (NIMH, 2009).

2. Tipos de trastornos ansiosos:


La actual clasificación del DSM-5 (2013) describe los siguientes trastornos ansiosos:
 Trastorno de ansiedad por separación.
 Mutismo selectivo.
 Fobia específica.
 Agorafobia.
 Trastorno de pánico.
 Trastorno de ansiedad social.
 Trastorno de ansiedad generalizada.
 Trastorno de ansiedad inducida por sustancias.
 Trastorno de ansiedad por enfermedad médica.
 Trastorno de ansiedad no especificado.

Tortella-Feliu, (2014) describe cada uno de los trastornos de la siguiente manera:


 Trastorno de ansiedad por separación: Miedo o ansiedad intensos y persistentes relativos al hecho
de tener que separarse de una persona con la que le une un vínculo estrecho, y que se evidencia
en un mínimo de tres manifestaciones clínicas centradas en: separase de figuras de apego,
preocupación excesiva por la posible pérdida de sus figuras de apego (Por accidentes,
enfermedades o catástrofes), por malestar psicológico subjetivo, por el rechazo a quedar solo en
casa o desplazarse a otros lugares (escuela, trabajo, etc.) y/o presencia de pesadillas o síntomas
físicos ante la separación de esas figuras de vinculación o su anticipación.
Debemos considerar que la ansiedad que presentan los niños al separarse de su cuidador habitual
es normal a partir de los 4-5 meses de edad, y va disminuyendo a partir de los 3 hasta los 5 años en
que entienden que la separación no es para siempre.

 Mutismo selectivo: Se define por la presencia de un fracaso constante de hablar en situaciones


sociales específicas (p. ej., en la escuela, trabajo, etc.), a pesar de hacerlo en otras situaciones (En la
casa o frente a familiares). Dicha alteración produce un deterioro en los logros académicos o en la
comunicación social y presenta una duración mayor a un mes.

 Fobia específica: Aparición de miedo o ansiedad intensa y persistente, prácticamente inmediata e


invariable respecto a un objeto o situación específica, que se evitan o soportan a costa de intenso
miedo o ansiedad. En los niños los síntomas se pueden expresar como: llanto, rabietas, quedarse
paralizados o aferrarse.
Las fobias especificas pueden ser a los animales (perros, arañas, gusanos, etc.), lugares cerrados
(claustrofobia), tormentas, volar, a la sangre, a las intervenciones dentales. En los niños las más
frecuentes son fobia escolar, a la oscuridad, a animales, monstruos, alturas, agujas o espacios
cerrados.

 Agorafobia: Miedo o ansiedad que aparecen frente a dos o más situaciones agorafóbicas, por
ejemplo: Miedo a ir en el transporte público, a estar en lugares abiertos, en lugares cerrados, hacer
colas o estar en medio de una multitud, etc. Estas situaciones se evitan activamente, o requieren la
presencia de un acompañante o se soportan a costa de intenso miedo o ansiedad. La persona teme
o evita dichas situaciones por temor a tener dificultades para huir o recibir ayuda en caso de
aparición de síntomas similares a la angustia.

 Trastorno de pánico: Presencia de crisis de angustia inesperadas recurrentes, se caracterizan por


episodios súbitos de ansiedad intensa y/o miedo que duran menos de una hora, alcanzando su
máxima expresión en los primeros 10 minutos y que se acompañan de síntomas somáticos como
palpitaciones y sensación de falta de aire, así como del temor de que se llegue a presentar una
terrible consecuencia física, mental o social por la crisis. Posterior a la crisis de angustia los
pacientes refieren sentirse cansados o exhaustos, la frecuencia de las crisis puede variar, de ser
ocasionales en meses o años a más de 10 o 20 crisis en un día.
Las crisis de angustias es el cuadro psiquiátrico que se presenta con más frecuencia en los servicios
de emergencia de los hospitales generales, porque el paciente lo confunde con un infarto.

 Trastorno de ansiedad social: Miedo o ansiedad intensos que aparecen prácticamente siempre con
relación a una o más situaciones sociales en las que la persona se expone al posible escrutinio por
parte de otros (Hablar en público, conversar con personas extrañas, dar una charla, etc.). La
persona teme actuar de una determinada manera o mostrar síntomas de ansiedad que puedan ser
valorados negativamente por los observadores.

 Trastorno de ansiedad generalizada: Presenta ansiedad crónica y preocupaciones de carácter


excesivo y persistente, la mayor parte de los días, ante la vida en general y que se prolonga
durante un periodo de, al menos, seis meses y causa un deterioro social, escolar o en otras áreas
del funcionamiento. El paciente está intranquilo, inquieto, con pensamiento catastrófico sobre lo
que le rodea, no se puede controlar, es irritable y tiene tensión motora con hiperactividad
simpática, hipervigilancia, fatiga y sensación de no soportar más la desesperación que lo invade.

 Trastorno de ansiedad inducida por sustancias: Se caracteriza por síntomas prominentes de


ansiedad son secundarios a los efectos fisiológicos directos de una droga, fármaco o tóxico.

 Trastorno de ansiedad por enfermedad médica: Se caracteriza por síntomas prominentes de


ansiedad son secundarios a los efectos fisiológicos de una enfermedad subyacente.

 Trastorno de ansiedad no especificado: Acoge aquellos trastornos que presentan ansiedad o


evitación fóbica prominentes y no reúnen los criterios diagnósticos de los trastornos de ansiedad
específicos ya mencionados o bien no se dispone de una información adecuada.
Rol de Enfermería en los trastornos ansiosos:
Identificar los síntomas ansiosos en niños, adolescentes y adultos es una tarea compleja, muchas veces estos
síntomas se manifiestan como quejas somáticas que van a orientar hacia una patología de tipo orgánica,
para ello es fundamental que los profesionales de enfermería desarrollen las destrezas y habilidades para
lograr identificar los síntomas y realizar una derivación oportuna a los especialistas.
También, se hace necesario humanizar la atención clínica en estos pacientes, ya que muchas veces son
considerados como pacientes exagerados y que no tienen urgencia de atención.
En los niños y adolescentes se complejiza la situación, debido a la dificultad en la expresión de sus síntomas.
Se recomienda para los profesionales de enfermería:
 Establecer una buena relación terapéutica entre paciente y profesional.
 Escuchar las quejas con atención y sin interrupción, como también permitir expresar sus
emociones.
 Establecer una alianza terapéutica se basa en la confianza y comprensión.
 Proporcionar psicoeducación al paciente y familiares (padres) en relación con: patología, fármacos,
efectos secundarios de los fármacos, evolución, técnicas de relajación y de control de ansiedad
(Ejercicios respiratorios, relajación muscular, pensamientos positivos).
 Educar en relación con la adherencia al tratamiento y el éxito de su recuperación.
 Proporcionar primeros auxilios psicológicos cuando sea necesario.

Conclusiones:
Como hemos visto, los trastornos ansiosos son un grupo de situaciones psiquiátricas que pueden
presentarse en todas las etapas del desarrollo y de diversa forma, constituyen situaciones de salud mental
que pueden llevar a un gran sufrimiento emocional y una repercusión a nivel personal, académica, social y
familiar y que si nos es solucionada a tiempo puede acarrear múltiples complicaciones.
Es importante señalar, que los tres pilares en el tratamiento de estos pacientes son la psicoeducación,
psicoterapia y los psicofármacos.

Referencias bibliográficas:
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2. Gold, A. (2006). Trastornos de ansiedad en niños. Recuperado de:
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