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UNA CIVILIZACIÓN

LEJANA
Y
MISTERIOSA

MARCO ALONSO LÓPEZ

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Coges el libro, llegas a la dedicatoria y descubres que está
dedicado a alguien que no eres tú, no será así esta vez.

Este libro está dedicado a NOELIA DIEGUEZ FANJUL, para


que nunca dejes de soñar.

a NAIARA DIAZ FANJUL, para que comiences a hacerlo.

y a ARIADNA FANJUL RIO, para que cuando crezcas y leas


estas páginas comprendas que se puede vivir siendo una eterna
“soñadora” (como lo he sido y, sigo siendo yo).
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INTRODUCCIÓN
Dicen que las primeras frases de un libro son las
más importantes, voy a intentar plasmar en estos
primeros instantes y en estas primeras frases, el
porqué quiero editarlo.
Creo firmemente, que las personas en general
nos dejamos llevar por lo que los medios de
comunicación de toda índole nos van inculcando
a lo largo de nuestra vida, eso en el fondo nos
anula, hace que no pensemos. Pero todos
tenemos al final preguntas sin respuesta en temas
como: la religión, la filosofía, las relaciones
humanas, la política, los temas morales.
Pues bien, en cierto modo, todo parte de que
debemos conocernos mejor, de conocer mejor
nuestra historia, por lo menos, según entiendo,
asi nos acercaremos a una de las preguntas
fundamentales de la existencia humana ¿de
donde venimos? Asi que me pareció interesante
que pudiera dejar algo escrito sobre “mis propias
conclusiones” sobre esa “historia”.
Indudablemente, no soy más que un simple
aficionado, sin la preparación adecuada para
poder presentar un estudio con solvencia
académica. No obstante he leído mucho sobre
nuestros orígenes y sobre las antiguas
civilizaciones y desde mi modesta perspectiva
creo que falta algo, ese “algo” no puedo definirlo
con claridad, pero diría que la sensación final
que percibo es de que “eso” que falta es
simplemente “algo que estorba”. ¿A quién
estorba? francamente no lo sé.
Así que me propuse, con humildad, tratar de
hacer (en base a todo lo leído) un ejercicio, un
intento de mostrar como un boceto, en unas
pocas pinceladas, ese comienzo real de nuestra
historia.
Y que me perdonen los muy ortodoxos porque
para mí, la ciencia, en general, es crucial para la
economía, para la salud, para el medio ambiente,
para nuestra vida en cualquiera de sus vertientes.
Pero, precisamente por ello, los estudios, y
descubrimientos que analiza, deben estar exentos
de creencias religiosas, morales e ideológicas y
por tanto apartadas de sectarismos de toda índole
y condición.

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Dicho lo anterior, la ciencia que importa, para este
pequeño libro es la arqueología,( que así se
denomina la que estudia e interpreta nuestro
pasado), es interesante ver que en realidad
todavía está en penumbra. ¿Cuántos hallazgos
históricos se han vuelto a sumir en las tinieblas
para ser redescubiertos años o siglos más tarde, o
también desaparecer para siempre?.

Varios ejemplos: La misteriosa ciudad


deshabitada (descubierta en medio de la jungla
brasileña) descrita en el manuscrito 512 de la
Biblioteca Nacional de Rio de Janeiro que jamás
ha sido localizada. La ciudad capital del Imperio
Monomotapa en Zimbawe, cuyas imponentes
ruinas ciclópeas fueron descubiertas por los
portugueses en el siglo XVI, y que no fueron
revisitadas hasta finales del XIX, y finalmente no
fueron investigadas científicamente hasta bien
entrado el siglo XX. Nadie sabe todavia dónde
está Ity Tawy, la capital del imperio egipcio
durante la XII dinastía, o la bien documentada
Yamatai, capital japonesa durante el período
Yayoi (I-III d.C.)
Lo que si nos ha confirmado la ciencia, “hasta
ahora”, es que ya existían Homo Sapiens hace
seiscientos mil años con una capacidad craneal
similar a la actual (1500 cm3).
Suponiendo todo esto como cierto, (dadas las
múltiples excavaciones arqueológicas y las
pruebas de carbono 14. realizadas). Pero
entendiendo también que teníamos ya raciocinio
hace cien mil años, surge una primera cuestión:
¿Estuvimos 90.000 años recolectando frutos,
cazando y escondiéndonos en cuevas y después,
de repente, en poco más de 5.000 años, los
últimos cinco mil años, domesticamos animales y
plantas, construimos ciudades, creamos
religiones, filosofías, estados, civilizaciones?
Aqui viene entonces el dilema….¿fue eso posible,
fue así como ocurrió?
Yo parto de la idea de que eso no es posible, de
que nuestro progreso científico y cultural fue muy
anterior, posiblemente entre 17.000 y 20.000 años
antes. Por supuesto ese progreso se efectuó
paulatinamente, pero indudablemente surgió
antes.

Y si fue como pienso, mucho, muchísimo antes de


las cifras que la ciencia ortodoxa oficial maneja
actualmente. Podemos haber pasado de la edad
de piedra a la era de internet, pero repito, ningún
humano de hoy es diferente a sus antepasados de
500 o 600 generaciones atrás. Pero lo mejor es
que comience a exponeros mi propia “teoría”,
espero no defraudaros y que este libro os
entretenga y sobre todo os ayude a pensar.
HACE MILES DE AÑOS
El habla, los sonidos que realizamos para
comunicarnos existen (según los expertos) hace cien
mil años, y resultaría sorprendente que la
comunicación escrita (por medio de dibujos
simbólicos) no hubiera surgido hasta hace solo cinco
mil años. Pero así nos lo asegura la ciencia. Como
curiosidad diré que dicha creación (al igual que la de la
rueda) se asevera que fueron descubiertas por el pueblo
Sumerio, en la tierra hoy conocida como Irak. Dicho
pueblo procede para la “ciencia ortodoxa” de un sitio
DESCONOCIDO.

¿Entonces podría ser que trajeran consigo desde ese


“lugar desconocido” enseñanzas más adelantadas
que les permitieron destacar sobre los demás pueblos
de la región?
Los Sumerios inventaron unos caracteres
cuneiformes que conseguían presionando la
arcilla húmeda con unas astillas en forma de
cuña. Lo anterior a esos escritos sumerios lo
denominamos PREHISTORIA y todo lo ocurrido
en esa prehistoria es solo considerado como “mito
y leyenda”, porque según se supone solo podría
ser trasmitido por el habla de generación en
generación.
Pero ¿existe una historia perdida antes del
Neolítico, en la que pudieron existir varias
civilizaciones o al menos conatos de las mismas?

La historia ortodoxa dice NO. La crítica a las


posibles civilizaciones pre-Neolíticas, o
podríamos decir, a las civilizaciones del
Paleolítico, consisten en primer lugar en que no
existen evidencias arqueológicas.
Evidentemente hay pocas, y las que hay no han
podido ser explicadas y han sido apartadas de la
historia oficial, y en muchos casos ocultadas.
Pero existe otra justificación importante que, para
la historia oficial, parece ser suficiente para
explicar nuestro oscuro pasado cavernario y poco
productivo de, por lo menos, 90.000 años: y esa,
para ellos, es “el clima” y, en concreto, las
glaciaciones cíclicas que venimos padeciendo
desde hace cientos de miles de años las que
impedirían nuestro desarrollo.
Pero algo no concuerda, el último periodo glacial
comenzó (se cree) hace unos 110.000 años, con
su apogeo hace 20.000, y su final hace 12.000
años.
Es decir, que el Hombre moderno, ese del que se
han hartado de decirnos que es un ejemplo sin
parangón de adaptabilidad e inventiva, de
supervivencia, se ha visto relegado a poco más
que a ser un oso de las cavernas, durante 90.000
años.
No obstante, durante los periodos glaciares no
todo el planeta ha estado ocupado por hielos
perpetuos, y por lo tanto no es una explicación
realmente sostenible, ya que la emigración de los
Homo Sapiens a las zonas frías (donde se
encontró al Neardenthal, mejor adaptado a dicho
hábitat) fue consecuencia de su ánimo
expansionista, de su espíritu explorador, algo que
aun hoy todavía conservamos Por lo tanto, ni las
evidencias arqueológicas ni las evidencias
climáticas deberían servir como explicaciones
generalistas que den un carpetazo a dicha
cuestión.
Pensemos en el repentino fin de la glaciación
justo antes de nuestro interglaciar y cálido
Holoceno: ¿es que ese mito del diluvio, del
cataclismo, de la subida de las aguas, no debe de
tener algo que ver con ese fin de la glaciación?

Es muy posible que el drástico cambio climático


producido con el final de la última glaciación
generase una catástrofe de proporciones bíblicas
(nunca mejor dicho), en un grupo de seres que
históricamente han mostrado una gran
predilección por las zonas costeras, (nos gusta
vivir cerca del mar).
UNA BARRERA MENTAL
Hace ahora doscientos años, los hombres
blancos (de clase acomodada) debían viajar para
ver como vivían “las razas inferiores”.
Cualquiera que no fuera blanco era inferior. La
cuestión en esa época era que la mente estaba
cerrada a la razón, yo les pido que hoy intenten
abrirla para saltar esa barrera. Es famosa la frase
de Albert Einstein “la imaginación es más
importante que el conocimiento”. La verdadera
perspicacia proviene del pensamiento no
encasillado y poco tiene que ver con lo que a
menudo entendemos por “la verdad de las
cosas”.

Pero pongamos un ejemplo “Egipto”. Los egipcios


son vistos como algo extraordinariamente remoto
y a través de sus numeroso papiros logramos
retroceder en el tiempo hasta hace unos 3.500 años
antes de cristo. Y gracias a los primeros escribas y
a historiadores posteriores como Herodoto,
tenemos un vasto conocimiento de esos 3.500
años, pero ¿Qué sabemos de las culturas
anteriores? Ya se lo digo yo, NADA.
UNA CIVILIZACIÓN
DESCONOCIDA
Entonces: ¿Existió acaso una cultura
superavanzada en la prehistoria? Yo así lo creo.
Si no la ha habido, ¿cómo puede ser, por ejemplo,
que un pueblo primitivo en Gran Bretaña durante
la edad de piedra tuviera un sistema de medida
basado en la comprensión del sistema solar?
El profesor de ingenieria Alexander Thom, irritó
al mundo científico hace 40 años, al afirmar que
había descubierto que las construcciones del
período tardio de la edad de piedra habian sido
realizadas mediante una unidad de medida
estandar que tenia un valor fundamental preciso
( 82,966 cm), que él denominó “yarda megalítica.
La idea de que aquella primitiva gente pudiera
alcanzar semejante precisión era inaceptable para
la ciencia arqueológica convencional.

El profesor Thom murió en 1985 sin poder


explicar como era que hace miles de años podían
aquellas gentes llegar a alcanzar semejante
nível de precisión y exactitud. Posteriormente
en el año 2004, el profesor Alex Butler y el
investigador Christopher Knight, consiguieron
publicar sus investigaciones sobre el tema
aplicando técnicas forenses a la arqueologia y
abarcando un abanico de culturas que se
extendian desde la prehistoria hasta los primeros
tiempos de la historia escrita, descubriendo que
incluso unidades de medida que se tienen por
relativamente modernas como la libra, la pinta el
gramo y el litro resultaron ser milenarias y estar
ligadas a las mismas dimensiones del sistema
solar, la historia de la evolución humana no es
como nos la contaron.
UNA CULTURA LEJANA
En las fronteras occidentales de Europa hubo una
cultura que dejó miles de construcciones que aún
se mantienen en pie. Desde algunas regiones de
Escandinavia y el mar Báltico hasta el norte de
España y especialmente en las Islas Británicas.
Este pueblo desconocido y desaparecido hace
milênios, edificó con enormes piedras
gigantescos monumentos, estos
CONSTRUCTORES, presuntamente primitivos,
realizaban dichos emplazamientos alineados con
el Sol, la Luna o algunas estrellas, algunos
especialistas actuales han llegado a la conclusión
que dominaban todos sus movimentos. La
construcción denominada “Newgrange” (foto
siguiente)
Ubicada en Irlanda, (la pongo como ejemplo),
tiene un largo pasadizo interior cuidadosamente
construído para permitir que, en el solstício de
invierno y poco antes del amanecer, la luz de
Venus penetre hasta la câmara central una vez
cada ocho años. Venus se mueve de tal manera
que tiene un ciclo predecible de cuarenta años,
con una pauta de cinco veces ocho años. Esto
proporcionó al pueblo que diseñó esa estrutura de
“Newgrange” un calendario tan preciso que hoy
en día solo es superado por los relojes atómicos.
¿era un pueblo primitivo? Alexander Thom,
ingeniero de profesión, nacido en Escocia en
1894, fue el primer hombre que estudió en
profundidad estas increibles estructuras, Thom se
dió cuenta de que muy lejos de haber sido
levantadas de un modo rudimentario, esas
construcciones tenían un escrupuloso diseño y un
avanzado conocimiento de la geometría y de la
astronomía.
Thom hizo detallados estudios de cada conjunto
arqueológico que pudo tener a su alcance y
concluyó que todas esas estructuras tenían un
patrón, una medida estandar que siempre daba
82,966 cm y que él denomino “yarda
megalítica”. Thom descubrió que habían usado
también múltiplos de dicha medida, incluidos la
mitad y el doble y también que se había dividido
en 40 subunidades que el denomino “pulgadas
megalíticas”.

Por supuesto fue rebatido por todos los


Arqueólogos refutados del momento,
seguramente porque toda idea de una unidad de
medida prehistórica se enfrenta con la visión que
ellos tenían de los logros del hombre del
neolítico.
Pero algunos arqueólogos que posteriormente
han revisado cuidadosamente sobre el terreno los
trabajos de Thom lo han visto de diferente forma.
Por ejemplo Tony Crear, investigador e ingeniero
galés, y Euan MacKie, investigador del Instituto
Hunterian de Escocia que han comprobado la
veracidad de sus mediciones.
Así pues si sus hallazgos son verdaderos, ¡Quizás
deba volver a escribirse la historia de la
civilización¡
ALGUNAS CONCLUSIONES:

Se ha podido probar que la “yarda megalítica” es


algo real y, que utilizando el sistema geométrico
basado en el número de rotaciones de la tierra en
un año, derivaba directamente de la circunferencia
polar terrestre.
Cuando se comparan los hallazgos del profesor
Thom con los que se efectuaron en las
excavaciones de la islã de Creta sobre la cultura
minoica (por el refutado profesor Graham
Donalson) descubrimos que ambos parecen estar
basados en el sofisticado sistema
geométrico que parte de una circunferencia
de 366 grados. La precisión de la correlación
geométrica entre estas dos unidades que
aparentemente no tenían nada en común, hace
que se pueda plantear la preexistencia de un
sistema. general en el que un segundo de arco de
la circunferencia polar es igual a 366 yardas
megalíticas y a 1.000 pies minoicos.
Por último se comprobó que las unidades del
sistema megalítico al ser elevadas al cubo
reproducen con una exactitud del 99,90% las
medidas británicas “modernas” , como la libra y
la pinta (entre otras)
¿De donde surgieron estas medidas? ¿Qué
civilización las invento? ¿Quién las trasmitió a tantos
pueblos distantes entre sí por cientos y miles de
kilómetros?

En otra profunda investigación que realizo


Christopher Knight consiguió encontrar un nexo
de conexión entre el principio megalítico y la
masonería. Si la masonería
A medida que él profundizaba en esa
investigación llegó hasta la época del Antiguo
Testamento y aún más atrás. Allí encontró que la
ciencia y la religión habían sido las dos caras de
la misma moneda, una moneda en la que el
estudio y la adoración del planeta Venus estaban
conectados con la astronomía y con la
construcción. Desde los emplazamientos
megalíticos de Gran Bretaña hasta el Templo de
Jerusalén, encontró indicios de la meticulosa
observación de Venus, una observación que
aparentemente estaba asociada con el nacimiento,
la muerte y la resurrección.

Toda la planta de un templo masónico está


diseñada en relación con la astronomía, en la que
los tres principales oficiantes están en el este, el
sur y el oeste, para indicar la salida del Sol, el
mediodia y el crepúsculo. En el este, hay dos
grandes pilares que representan los pilares de
Boaz y Jaquín, del Antiguo Testamento, que
marcaban los extremos norte/sur de las salidas del
Sol en el solstício en el templo original,
supuestamente construído por el rey Salomón.
Se supone que el candidato a formar parte de la
masoneria es un “cantero”, en el muy importante
“tercer grado de la masoneria” el o ella son
“matados” ritualmente y luego resucitados casi en
la oscuridad total mientras el planeta Venus sale
simbólicamente por el este antes que el Sol.
El ritual masónico usado hoy; dice que el
verdadero secreto de la Orden se perdió hace
más de 4.000 años y que debieron entonces
crearse normas substitutivas que están todavía
vigentes.

Posiblemente, tal y como yo lo veo, un pueblo


desconocido enseño a los habitantes de Europa
occidental, hace 17.000 o 20.000 años la forma
de crear una medida tomada directamente de
Venus, “la reina del cielo” (para los antiguos
pueblos). Esas enseñanzas se las trasmitieron a
un “grupo de elegidos” los sacerdotes o místicos
de las tríbus imperantes. Eso dío a esas minorías
el conocimiento del trabajo de la tierra y de la
piedra, la comprensión de la astronomía y la
habilidad para manejar al resto de los hombres.
TRES
PRUEBAS
ARQUEOLÓGICAS
PRIMERA PRUEBA
TASILI n´AJER
Ubicado en un extraño paisaje lunar de gran
interés geológico, el sitio de Tasili n’Ajer alberga
uno de los conjuntos más importantes del mundo
de arte rupestre prehistórico. Unos 30.000 dibujos
y grabados que permiten seguir las huellas de los
cambios climáticos, las migraciones de la fauna y
la evolución de la vida humana en los confines
del Sahara, desde el año 9000 a.C. (incluso quizás
anterior).
Ubicación de Tasili en el mapa.
La extensión que ocupa equivale a la mitad de
Andalucía, pero ¿como pudieron los hombres
prehistóricos pintar semejante obra? A primera
vista si, pero hay muchas, muchísimas pinturas
con elementos químicos como la hematita y
la goetita, responsables de dar los
colores rojo y amarillo respectivamente,
desconocidos hasta miles de años después en
culturas ya avanzadas, y como explicar que
cientos de esos grabados apenas tengan menos de
un milímetro de espesor.

¿Con qué los pintaron? ¿Quién fue capaz de usar


la caseina de la leche en pinturas de la edad de
piedra?
Tasili desde el aire.
-Detalle de pinturas de Tasili.

Al llegar a este punto es conveniente retroceder al


pasado, retroceder al final de “LA ULTIMA
GLACIACIÓN” hace doce mil años, más o
menos. En ese tiempo (según los expertos) los
hielos que cubrían gran parte del planeta
comenzaron a retirarse. Las grandes masas se
comenzaron a fundir y los océanos elevaron sus
niveles entre sesenta y ciento veinte metros de
altura (niveles que conservan en la actualidad).
Lentamente, el frente polar se reactivó, enviando
humedad desde el noroeste hacia el Mediterráneo.
Y otro tanto sucedió con los monzones que
soplaron cargados de lluvia desde el golfo de
Guinea.
Entonces el desierto del Sahara despertó a la vida
y se hizo el milagro, las capas freáticas
ascendieron, los lagos se multiplicaron a
millares y los rios surgieron entre arenales y
peñascos. Del macizo montañoso del Agahhar, al
sur de la actual Argelia, brotaron decenas de
cauces y el agua fue bañando el gran desierto
transformándolo en un vergel. Fue una explosión
de vida al que la ciência denomina “el gran
húmedo”. Todo esto está ratificado por los
satélites rusos y americanos.
La nave “columbia” proporcionó imágenes
rotundas sobre centenares de cauces secos que
cruzaron el desierto hace doce u once mil años.
También por fotos infrarrojas y por el radar
captaron la existência de una red de lagos bajo las
arenas del desierto que llegaron a alcanzar los
siete mil kilómetros cuadrados. Los cereales
cubrían cientos de kilómetros, el desierto se pobló
de animales como cocodrilos, jirafas, elefantes,
ciervos, rinocerontes y esos animales, y otros que
hoy nos son desconocidos, son los que están
pintados en Tasili n´Ajer, un lugar perdido a miles
de kilómetros donde hoy no puede existir casi
ningún tipo de vida.
Aún hay algo más sorprendente en esas piedras
castigadas por el sol en el centro del desierto
aparece grabado un barco de tres palos a 479
metros de altura , claro, hay que imaginar que
cuando fue pintado posiblemente el agua estaría a
pocos metros del promontorio, quizás solo a cien
metros por debajo de él.
¿Por qué desapareció? En realidad fue un lento,
muy lento declive, el clima cambió, quizás el eje
terrestre volvió a desplazarse. El caso es que poco
a poco el desierto fue recuperando su antiguo
dominio, y entonces ocurrió que además de
sepultar los lagos y los ríos, lentamente también
fue sepultando los asentamientos humanos
que durante miles de años se habían establecido
en sus riberas, las ciudades desaparecieron bajo
toneladas de arena y con ellas decenas de
civilizaciones.
Por cierto, según la ciencia en un plazo (que hoy
vemos muy lejano) de más o menos dos mil años
el actual desierto volverá a ser un jardín del edén
¿Pero donde fueron los antiguos habitantes de
estas tierras? ¿Que lenguas hablaban? ¿Que tipo
de civilización habían alcanzado?

El hombre moderno tiene tendencia a asociar las


corrientes migratorias de la antiguedad con
hombres primitivos huérfanos de ideas y de
cualquier manifestación cultural, en mi opinión
los pueblos que emigraron de esta amplísima
zona de Africa eran todo lo contrario.
Las pinturas y grabados del desierto son
elocuentes se aprecia en ellas que conocían la
domesticación de los animales, vestían ropajes
inusuales para la época (lienzos transparentes,
ricos bordados) practicaban el aseo de cuerpo y
enterraban a sus muertos y todo esto hace ya
10.000 años, además tenian una lengua común
(hoy totalmente perdida) “el bereber antiguo”, y
todo este rico bagaje saltó con ellos a nuevas
tierras, como por ejemplo EGIPTO.
Es sorprendente observar que en las pinturas de
Tasili se observan grabados de “carros y barcas”
idénticos a los “egipcios” de varios miles de años
después. En realidad la ciencia no sabe que decir
sobre el particular. Pero está claro que los dibujos
existen y que tienen entre 7.000 y 9.000 años de
antiguedad.
Carros de Egipto ¿Como es posible?

Según la ciencia el primer faraón de la primera


dinastía comenzó a reinar hace 4.930 años, algo
no cuadra.

Además según la ciencia, el caballo y el carro no


se conoció en Egipto hasta el año 1.780 antes de
cristo, con la invasión del pueblo Hicso (un
pueblo de Siria).
En mi modesta opinión es un error, el caballo y
el carro llegaron a Egipto desde estas tierras de
Argelia probablemente dos mil años antes de lo
reconocido oficialmente, las pinturas en la
piedra son tercas y reales. Y además es posible,
yo diría que casi es seguro, que les llegara
también una forma de ver la vida, y un
conocimiento que posibilitó el despertar de un
pueblo. Que les llevaría a la cima de los de su
ámbito unos siglos más tarde.
SEGUNDA PRUEBA ABU-el-HOL

“el padre del terror”

La esfinge, la famosa esfinge de la meseta de


Gizeh en Egipto.

Este monumento emblemático tiene para los


arqueólogos 4.500 años de antiguedad.
Lo sitúan en los tiempos del faraón Kefrén, por el
hecho de hallarse muy próximo al templo
funerario de dicho faraón y por suponer un
parecido en su rostro, por último, por la presencia
del nombre de Kefrén (Jafra) en la “estela del
sueño” descubierta en 1817 entre las patas de la
esfinge. Y por una estatua de Tutmosis IV (muy
posterior a Kefrén) y ya está, no hay más
pruebas ni más datos.
En 1991 surgió la polémica, el profesor de
ciencias y matemáticas de la Universidad de
Boston, el también geólogo ROBERT SCHOCH,
dio a conocer un estudio geológico de su base que
databa la construcción miles de años antes,
dándole una antiguedad cercana a los 8.000 años.

Si eso fuera así, Kefrén no levantó la esfinge,


quizás, todo lo más (eso si que es posible) la
restauró.

DATOS:
 La esfinge está construída sobre un
promontorio natural en la roca de la meseta
de Gizeh.
 El profesor y geólogo Robert Schoch,
(antes mencionado) mediante utilización de
ondas sonoras examinó con detenimiento las
rocas de su base, ayudado por el sismólogo
Dobecki y en octubre de 1991 comunicaron
su descubrimiento, que la zona frontal y parte
de las paredes del foso que la rodean
presentan erosión de dos metros de
profundidad ocasionada por LLUVIA. (En el
año 4.800 antes del presente aquello ya era un
desierto ¿entonces como puede ser? Muy
simple hay que retrasar su construcción
vários miles de años cuando todo el norte de
africa era un vergel hacia el año
7.000 ó quizás el 8.000 antes de nuestra era.
 Mide 73 metros de longitud y tiene 20 metros
de altura, antiguamente se encontraba
pintada, el cuerpo en color rojo y el tocado
de la cabeza en azul con rayas horizontales en
amarillo.
 Para algunos expertos, la esfinge ha sido
esculpida en diferentes épocas. Para Schoch,
por ejemplo, la primera parte o
“protoesfinge” constaba solo del torso, las
patas y la cabeza. Seria este el monumento
que erosionarian las lluvias. Posteriormente
se remodelaria (Imperio Antiguo) y cabe la
posibilidad de que se rehabilitara por tercera
vez. (Imperio Nuevo)

 Durante la invasión de los mamelucos, la


esfinge fue cañoneada y su nariz resultó
destrozada. También los soldados de
Napoleón la utilizaron de blanco para alguno
de sus entrenamientos con cañones
 Resumen final: “la esfinge ya estaba antes de
construirse ninguna de las pirâmides
que la acompañan”
TERCERA PRUEBA -
GOBELKI TEPE
El complejo arqueológico de Gobekli Tepe,
ubicado en el sur de Turquía, próximo a la
frontera con Siria, está considerado como el
templo más antiguo del mundo, atrayendo desde
hace décadas las miradas de historiadores e
investigadores de todo el mundo por los
numerosos enigmas que plantea su
descubrimiento.
Se estima que el complejo de esculturas, pilares y
grabados en relieves Gobekli Tepe fue construido
hace unos 15.000 años, siendo sepultado y
enterrado deliberadamente alrededor del año
8.000 a.C. por razones que se desconocen.
El lugar fue descubierto y excavado en 1963 por
un equipo de investigadores y arqueólogos de
las universidades de Estambul y de Chicago,
generando a partir de entonces numerosas teorías
entre historiadores sobre el propósito de su
construcción.
Los primeros estudios sobre el terreno
concluyeron que este amplio complejo fue
creciendo a lo largo de los años, lo que explicaría
la gran extensión de sus instalaciones en torno a
lo que parece ser un templo principal.
Asimismo, el conjunto refleja la gran
capacidad de organización conjunta que tenían
sus constructores, tanto desde el punto de vista
del material como del personal y el de la
alimentación de su propia mano de obra.
Pese a pertenecer a la época del Neolítico, o
principios de la Edad de Piedra, (época de
cazadores-recolectores que pasaron a desarrollar
la ganadería y la agricultura), las imágenes
esculpidas en sus columnas no reflejan ningún
tipo de escenas de caza o sacrificios de animales,
por lo que se descarta que fuese un lugar
destinado a los sacrificios y rituales.

El hecho de que no aparezcan animales comunes


de la ganadería, sino otros más exóticos y
peligrosos, como los cocodrilos, leones,
escorpiones y serpientes, hace conjeturar que
podría tratarse de un templo religioso de oración
a antiguas deidades, o incluso un complejo de
tumbas donde los animales representados en los
relieves de las piedras habrían de proteger a los
difuntos en el más allá.
Sin embargo, todos estos descubrimientos y
relaciones plantean otros interrogantes que siguen
sin respuesta. Uno de los principales enigmas
son los pictogramas y jeroglíficos ilustrados que
abundan en el lugar y que representan animales
que no forman parte de la fauna ni el hábitat de
la zona, razón por la que resulta difícil vincular
su significado con el complejo de Gobekli Tepe.
Asimismo, los restos de antiguas herramientas y
de huesos de animales hallados en los alrededores
del yacimiento no permiten asegurar que se
trataba de un cementerio, aunque sí posiblemente
de un lugar de reunión al que llegaba la gente y
habitaba en sus alrededores durante su visita u
hospedaje temporal.
Mientras tanto, hasta que no se obtengan más
certeza que arrojen un poco de luz sobre el
misterio, todo son hipótesis. A estas alturas
cualquier teoría sólo puede ser considerada como
una conclusión preliminar. Pero de ser verdad que
hay algún recinto de 15.000 años de antigüedad,
eso supondría que tendría 3.000 años más que
las primeras evidencias de agricultura que hasta
ahora tenemos, y también hasta ahora se creía que
eso, la agricultura, había sido la precursora de
nuestra civilización.
Pero es evidente que para construir este complejo
hizo falta una sociedad organizada, ya que los
arqueólogos calculan que serían necesarias más
de 500 personas para transportar las columnas de
10-20 toneladas (algunas pesan más de 50) desde
las canteras más cercanas a 100 y 500 metros.
Esto ha hecho que los investigadores lleven años
preguntándose hasta qué punto la agricultura
fue el motor de nuestra cultura.

Entonces, ¿qué es Göbekli Tepe? ¿Qué civilización lo


creó, y por qué?

Y, ¿por qué sus constructores entierran bajo tierra


su creación hace ahora 8.000 años?
LA EVIDENCIA
DE
UNA
CIVILIZACIÓN
ANTERIOR
EL MAPA DE PIRI REIS
El Almirante Piri Muhyi I Din, o también
conocido como Piri Reis, realizó un mapa en
1513, que ahora se encuentra en “Topkapi”, un
museo de Estambul. En este se muestra zonas de
América y la Antártida con sorprendente
exactitud, mucho tiempo antes de su
descubrimiento oficial.

Piri Muhyi I Din (1470-1554) fue hijo de Kemal,


famoso pirata turco del siglo XV, y al igual que
él, fue Almirante (Reis) al servicio del Sultán
Selim I. Su pasión fue la cartografía y se dedicó a
ella en gran parte de su vida, recolectando y
diseñando cientos de mapas de todo el mundo.
El “Kitabi Bahriye”, fue una gran recopilación de
210 antiguos mapas copiados por él y obtenidos
de sus saqueos marítimos o comprados a
comerciantes en los muchos puertos donde
desembarcó. Dentro de esta obra destaca uno
creado en 1528 y especialmente otro de 1513, en
este se puede apreciar bordeando el océano
Atlántico la parte sur occidental de Europa, la
parte occidental de Africa, las islas atlánticas, la
parte sur oriental de América del Norte, América
central, gran parte de América del Sur y la costa
Antártica del sur del Atlántico.
Esta recopilación de mapas fue regalada de las
manos del mismo Piri al Sultán y allí se pierde
registro de su paradero por muchos siglos.

Muchos de estos mapas realizados en los siglos


XV y XVI fueron reapareciendo en distintos
lugares del mundo, y en 1929 en el
Palacio/Museo de “Topkapi” en Estambul
mientras se realizaba un inventario en los fondos
del antiguo edificio se encontró el extraviado
mapa de Piri Reis
Está realizado sobre una piel de gacela de 85 x 60
centímetros, rasgado en forma vertical sobre su
lado derecho, siendo esta una señal de que quizás
el mapa original hubiese sido un mapamundi,
incluyendo Asia, Oceanía y el resto de Europa y
Africa. Era el gran mapa realizado en el año
1513. A éste le siguieron otros mapas, así como
documentación donde el propio Piri Reis
explicaba que para la realización de sus mapas
utilizó 20 viejos planos y 8 mapamundi,
confeccionados en la época de Alejandro Magno.
Recordemos que Piri, por su cargo, era uno de los
pocos privilegiados con acceso a Biblioteca
Imperial de Constantinopla, la cual a su vez
contenía entre sus volúmenes los pocos escritos
que quedaban de la Biblioteca de Alejandría, y de
los de los imperios: Romano y Griego.
De estas antiguas fuentes, y de las recabadas a lo
largo de sus viajes obtuvo los datos cartográficos
volcados en sus mapas.
Ahora empiezan los puntos más llamativos sobre
este trozo de cuero.

El mapa de Piri Reis contiene con extremo detalle


las costas de Europa y Africa, cosa
verdaderamente sorprendente ya que debemos
recordar que en 1513 no existían instrumentos
que sirviesen de cronómetro, lo cual impedía a los
cartógrafos de la época trazar con precisión las
costas que navegaban, ya que no tenían forma
exacta de saber cuanto habían navegado, esto
desemboca en las clásicas deformaciones visibles
en los mapas tradicionales de la época y los
posteriores. A su vez el mapa contiene el
detallado y preciso contorno de las Américas,
Norte, Sur y el caribe, con sus decenas islas y
muchos de sus ríos, incluyendo las australes
Malvinas, Georgia del Sur, Tierra del Fuego, etc.
La cuestión es que Colón (a quien casualmente se
le acusa haber espiado antiguos mapas de
Calatrava antes de sus travesías) solo había
llegado a descubrir parte del Caribe,
fundamentalmente las Antillas, Cuba, y la costa
continental del Centro y de Suramérica que da al
Atlántico en las cercanías de Panamá.

¿Cómo pudo Piri trazar aquel mapa en 1513 en


el cual figura en contorno de las Américas si
recién se habían vislumbrado los primeros
vistazos del centro de dichos continentes (vale
la pena aclarar, además se creía que eran parte
de las Indias)?
¿Cómo puede aparecer en dicho mapa las
costas de Uruguay y Argentina, incluidos
archipiélagos y la misma patagonia, antes de
que Magallanes llegara a apenas ver la línea
costera patagónica en 1521?
Aun más extraño es el hecho de que al sur de
Tierra del Fuego ¡aparece la península
Antártida y muchas de sus islas!

El mapa no esta realizado como los mapas


actuales, en estos últimos, dado la forma geoide
del planeta, se estiran y achatan los contornos de
los continentes al acercarnos a los polos para
obtener así, sobre un plano rectangular el gráfico
de los continentes en forma proporcional a como
se muestran en la superficie del geoide.
Esta técnica no existía siquiera en 1513, a su vez,
el mapa de Piri fue confeccionado de una
manera totalmente distinta a la mayoría de los
mapas de la época; este se muestra como si fuese
una “foto” del planeta, o sea, las deformaciones
en los continentes son las causadas por la
curvatura de la Tierra, lo cual produce que el
mapa no intente demostrar las proporciones,
sino la realidad tridimensional de mares y tierras.

Aquí se desliza otro misterio, ¿acaso ya se


conocía la forma geoide de la Tierra?, desde
tiempos anteriores a los templarios parece
existir ya la idea de que la tierra era
“redonda”, la cual Colón resucitó.
Y además ¿Cómo pudo ser tan preciso?,
recordemos que supuestamente no había manera
de medir el tiempo con precisión y en su mapa no
existen errores de posición de mas de medio
grado. En las anotaciones adjuntas al cuero de
gacela Piri Reis aclara no solo que sus mapas se
basan en otros más antiguos, sino que además
agrega “Hoy en día no existen mapas como
estos”.
Las fuentes cartográficas que Piri utilizó, se
desvanecieron con el tiempo, así como la mayor
parte de los registros escritos. Cuantas bibliotecas
antiguas ardieron; solo basta recordar a la gran
biblioteca de Alejandría, donde el fuego hizo
perder miles de años de conocimiento acumulado.
En la antigüedad, miles de veces sucedió que el
vencedor destruía las raíces del perdedor, su
cultura, su tradición, o también por las
catástrofes naturales, incendios,
inundaciones, terremotos, erupciones, pestes, etc.
Después de todo, es casi un milagro que algo
haya quedado de los tiempos remotos. La
cuestión de la pérdida de conocimientos por
catástrofes naturales es descrita precisamente por
Platón en este fragmento del diálogo llamado
“Timeo”, en el que Critias, un sabio egipcio,
habla con el griego Sócrates:

Critias: “…Y por eso, si se ha realizado alguna


cosa bella, grande o digna de nota en cualquier
otro aspecto, bien sea entre vosotros, bien aquí
mismo, bien en cualquier otro lugar de que
hayamos oído hablar, todo se encuentra aquí
por escrito en los templos desde la antigüedad y
se ha salvado así la memoria de ello. Pero,
entre vosotros y entre las demás gentes, siempre
que las cosas se hallan ya un poco organizadas
en lo que toca a la recensión escrita y a todo lo
demás que es necesario a los estados, he aquí
que nuevamente, a intervalos regulares, las
olas del cielo se echan sobre vosotros y no
dejan sobrevivir de entre vosotros mas que a
gente sin cultura e ignorantes. Y así vosotros
volvéis a ser nuevamente jóvenes, sin conocer
nada de lo que ha ocurrido aquí, ni entre
vosotros, ni entre los tiempos antiguos. Pues la
genealogía que acabas de citar, ¡oh Solón!, o
que al menos acabas de reseñar aludiendo a los
acontecimientos que han tenido entre vosotros,
se diferencian muy poco de los cuentos de
niños. En principio, vosotros no recordáis más
que un diluvio terrestre, siendo así que
anteriormente ha habido ya muchos de esos.
…”
Sin duda alguna lo más sorprendente en el mapa
es la aparición de la Antártida, descubierta en
1820 ¡300 años después de que Piri la dibujara
con sumo detalle!; si uno se toma el trabajo de
poner en el fondo la imagen austral del mapa de
Piri, y luego va superponiendo secciones de las
mismas latitudes Antárticas de un planisferio
típico y las gira contra las agujas del reloj en
mayor medida mas las cercanas al oeste y menor
medida las cercanas al este, (ya que hacia el
oeste, se encontraría en el mapa de Piri) se puede
notar la extraordinaria precisión, que en un
principio no era tan notable, dado a que no se está
acostumbrado a observar la proyección
deformada del planisferio.
Las islas coinciden, así como las bahías y
penínsulas de la costa Antártica.
A su vez se notará que sobran algunas islas en el
mapa de 1513, no solo en la zona Antártida, sino
además en el Caribe, donde la isla denominada
por el Almirante Piri como “Isla Antilla” coincide
en posición con las denominadas por Colón como
“Islas Antillas”, excepto por el hecho de que en el
primer registro es una gran isla central de un
tamaño similar al de Cuba, rodeada por otras
pequeñas islas, y en el segundo, al igual que en la
actualidad, allí se encuentran pequeñas islas, las
modernas Antillas.

Otras diferencias con la realidad se encuentran en


los ríos de América del Sur, el Amazonas aparece
dibujado dos veces (seguramente porque Piri lo
copió dos veces de dos mapas diferentes), el
Orinoco no está (pero en su lugar existen
lagunas), y el Río de la Plata no existe.

Además, parece no existir el estrecho de


Magallanes, o sea, la conexión entre el pacífico y
el atlántico que se encuentra al sur de Argentina y
Chile, en cambio, existe un puente de tierra entre
Tierra del Fuego y la Península Antártica.
Pero volviendo atrás, si le creemos textualmente a
Piri Reis, el copió su mapa de otros más antiguos,
lo que amplifica el misterio, y a su vez da
posibles razones a sus errores.
El nivel de los mares cambia continuamente, y la
diferencia en la distribución de las masas
terrestres cambia dramáticamente con los cientos
o miles de años de surgimientos y desapariciones
de masas terrestres e islas por actividad
volcánica, corrimientos de continentes por
actividades de movimiento de las placas
tectónicas, eras glaciares y cambios de climas, los
cuales acarrean a su vez aumentos o decrementos
de los mares y hielos que cubren o muestran
miles y miles de kilómetros cuadrados en
instantes mínimos geológicos (cientos o miles de
años).
Recientemente, la historia recopila sucesos de
este tipo, como por ejemplo hace pocos cientos de
años el surgimiento de islas enteras en los mares
del norte de Europa, y ni bien empezaban a
pelearse los reinos por estas, las mismas volvían a
hundirse, como si nada hubiese pasado; o el
famoso “puente de Bering” al extenderse el hielo
Artico en la última era glaciar, o la desaparición
(o surgimiento) de archipiélagos enteros por
variaciones del nivel del mar o actividad
volcánica, o más cercano aún, el corrimiento de
hasta treinta y dos metros de inmensas masas de
tierras en un solo día, en el reciente maremoto
asiático (y hablamos de un día).

El planeta se encuentra geológicamente activo y


seguirá cambiando. Una muestra los cambios
ocurridos desde que se hicieron los mapas en que
se basó Piri y la actualidad es que la costa
Antártica ¡se muestra sin hielos!
Lo cual nos deja solo dos caminos: O el mapa
fue hecho antes de que los hielos cubrieran
esas latitudes, o sea hace al menos 6000 años, o
fue hecho con tecnología de sonar para dibujar
la tierra oculta tras los hielos. ??
Repasemos lo que conocemos :
En 1820 se avista por primera vez la Antártida
oficialmente.
En 1929 el mapa de Piri Reis fue redescubierto.
En 1939 fue dirigida la primera misión de
investigación a la Antártida a cargo por el
Capitán Ritscher.En 1940 el mapa llamó la
atención de museos de todo el mundo y llegaron
copias de este a todas partes del mundo.En 1958,
con motivo de “el año geofísico internacional” y
gracias a la moderna tecnología, logran recabarse
datos acerca de las masas de tierra bajo la capa de
hielo de la Antártida.

En el mismo 1958 gracias al último suceso


mencionado en este año, Charles Hapgood se
interesó en el mapa y no tardó en poner en
manos del Escuadrón de Reconocimiento
Técnico de la Fuerza Aérea de los Estados
Unidos (USAF), encargado de la cartografía
militar norteamericana, una copia del mapa del
Almirante con la intención de comprobar la
precisión de sus contornos. En 1960, el teniente
coronel Harold Z. Ohlmeyer redactó sus
conclusiones.
En ellas admitía que la costa antártica que
representaba el mapa tuvo, forzosamente, que
"ser cartografiada antes de que fuera cubierta por
la capa de hielo". Y añadía que, en nuestros
días,"la capa de hielo en esta región tiene más
de un kilómetro de grosor".
En la misma década el científico espacial francés
y colaborador de la NASA Maurice Chatelain,
aseguraba: “estos mapas representan una
proyección plana de la superficie esférica de la
Tierra tal y como podría ser vista hoy por un
astronauta situado a una gran altura sobre
Egipto”.
Curiosamente, una foto obtenida por un satélite
sobre la vertical de El Cairo a una altura de 4.300
Kilómetros, muestra la misma deformación de las
costas que las copias de Piri Reis. Luego, el
profesor Sarton de la Universidad de Harvard,
realizó un completo estudio de las escalas y
distancias de los trabajos de Piri Reis.
En su informe final aseguraba que las distancias
entre los diferentes puntos eran exactas, tomando
siempre como baremo la medida griega estadio (1
estadio = 186 metros), la escala utilizada por el
navegante turco se extrajo de la medición de la
circunferencia de la Tierra realizada por el sabio
Eratóstenes en el siglo III a. C. Estos datos
corroboraban lo expuesto por el propio Piri Reis,
y es que la antigüedad de los mapas originales de
los que copió, se remontaba a tiempos de
Alejandro Magno.
Parece no haber argumentos en contra la
antigüedad del material en si mismo, al parecer, el
deterioro del cuero de gacela y las tintas
(materiales orgánicos e inorgánicos), así como
el estilo caligráfico de las anotaciones, el uso del
idioma árabe antiguo, y el uso de las herramientas
y utensilios con que fue confeccionado el mapa
en si mismo, no han despertado sospechas de
fraude pese a ser analizado por expertos y con las
adelantadas tecnologías de los últimos 70 años.
Cabe recordar que desde tiempos anteriores a
Colón, se creía en la existencia de un continente
en el extremo sur de mundo, y en muchos mapas
figura una masa sin forma específica. Se dice
normalmente que situaban tierras allí por el
solo hecho de “equilibrar la distribución de
tierras en el mundo”.
Este argumento fue muy exitoso en explicar la
aparición de continentes no conocidos en los
mapas del siglo XVI y XVII, pero no pudo
explicar la precisión en las siluetas de dichos
continentes en muchos otros mapas como el de
Piri Reis. Además existen otros mapas de la
misma época con algo similar y por lo tanto,
extraño e inexplicable:
1. Mapa de Zeno (1380) donde aparece
Groenlandia sin hielos.
2. Mapa de Yehudi Ibn Ben Zara (1487)
con una Groenlandia surcada de ríos,
valles y montañas, que no pudieron ser
confirmados hasta el año 1947 mediante
los sondeos de una expedición francesa
capitaneada por Paul Emile Victor.
3. Mapa Caneiro, del siglo XV, donde
aparece la costa Oriental de África con
toda precisión.
4. Mapa de Andreu Benincasa, con todo
tipo de detalles de la costa Norte de
Europa.

5. Mapa de Jorge Reinel (1510) con


excelentes representaciones del Océano
Indico y parte de Australia.

6. Mapa de Orenteus Finaeus (1531) donde


aparecen ríos y montañas en la
Antártica.
7. Mapa de Adji Ahmed (1559), donde
aparece el continente americano al
completo.
De entre la infinidad de misterios que la
arqueología y la historia nos presentan, este debe
ser “uno de los menos explicables” con teorías
rápidas y baratas, la precisión en sus cualidades
no pueden ser tachadas de mera casualidad. Este
pedazo de cuero de gacela pintado parece no
encajar en la historia conocida, esto sumado a
otros mapas, y otros tantos cientos de objetos que
tantas “teorías locas o cuerdas” han intentado
explicar, son un recuerdo constante acerca de lo
joven que es nuestra memoria, y lo larga pero
olvidada que es nuestra historia.

¿Cuántas cosas maravillosas habrán sabido y


hecho antiguas civilizaciones?, los Romanos, los
Griegos, los Fenicios, los Egipcios, los
Babilónicos, los Sumerios, y quizás otros que ni
siquiera tengamos la memoria de sus nombres,
borrados por el tiempo. Ante este dilema, muchos
han girado para el lado de la negación, otros para
el lado de los extraterrestres, otros, más
terrenales, para el lado de la Atlántida, con la
romántica idea de que quizás en el trágico final de
la supuesta isla está la explicación.
Yo me decanto por Africa, la que supongo la
cuna de las civilizaciones, quizás de la primera
civilización surgida de algún pueblo que quedó
bajo el “mar” del desierto y de donde
posiblemente proceda todo el saber que en
múltiples casos se perdió en la travesía de la
historia.

Quedan muchas, muchísimas dudas, muchas


preguntas, confío en que algún día la ciencia
consiga aclararnos de una vez como fue en
realidad nuestra verdadera historia.
Hasta aquí llegamos en este libro, recorrimos un
camino que ya han recorrido otros, en esta
ocasión, a mi modo. La historia tiene lagunas
turbias y muy vastas, rellenarlas es el gran
desafío; entender que no todo está explicado, que
no todo es como nos han contado. Y después, que
cada cual saque las conclusiones que considere
oportunas.
FIN
Gijón/Febrero/2018.

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