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Ella ha decidido solidarizarse con todos aquellos que tienen pocas oportunidades porque
no logran superar las dificultades de la escuela. Actualmente Maritza es una maestra
muy apreciada por sus alumnos y por los padres de familia que reciben su apoyo
ayudándoles con sus hijos. Este ejemplo de esfuerzo y solidaridad nos debe ilustrar que
todos podemos ayudar a los demás en sus limitaciones y dificultades porque estando
unidos todo es más fácil.
Suponer que la amistad, y más aún la solidaridad, significan apoyar a nuestros amigos
incluso en prácticas delictivas es un error que puede resultar fatal. Cuando un amigo
nos pide apoyarlo para hacer algo deshonesto, como amigos debemos hacerle
comprender su equivocación y deslindarnos de sus intenciones. De otra manera no
seremos solidarios, seremos cómplices.
Mientras el bebe es pequeño permanece con su madre, por lo general atado a su espalda
con una pieza de tela, cuando los niños comienzan a caminar solos, a comer solos, etc.,
entonces cada miembro de la tribu apoya y ayuda a los niños enseñándoles los usos y
costumbres de la comunidad y cada responsabilidad que los niños deben aprender. No
es que los padres se desentiendan de sus hijos sino que todos se asumen como una gran
familia. Los ancianos, los jefes y otras personas de posición social alta son tratados con
gran respeto. El cuidado de los mayores se considera un privilegio en vez de una carga.
La solidaridad en esas costumbres es algo habitual.
Martín Luther King pronunció una frase que hasta nuestros días tiene una gran
importancia, él decía: “Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los
peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos”. El
egoísmo y la avaricia han enfrentado a los seres humanos para verse como enemigos
cuando es mucho más fácil vivir en armonía. Qué pasaría si no hubiera nadie que
trabajara recogiendo la basura, o nadie estuviera dispuesto a apagar un incendio, o nadie
quisiera ser maestro. En poco tiempo la sociedad estaría en un abismo de
ingobernabilidad y caos. Los seres humanos debemos esforzarnos por aprender a vivir
en armonía y fraternidad. A resolver nuestras diferencias de manera pacífica y buscando
el bien común; eso abatiría la desigualdad y la pobreza que es a veces tan insultante.
Hacer de la co-dependencia un factor de unidad y fortaleza y así, al unir nuestros éxitos
personales, alcanzaremos las metas colectivas, el beneficio común, la solidaridad.
El etnólogo y antropólogo mexicano Guillermo Bonfil, acuñó una frase al referirse a los
pueblos indígenas de nuestra nación: “La fuerza de nuestra unidad es la riqueza de
nuestra diversidad”. Y es que México es un país policultural que ha logrado
consolidarse como nación a pesar del extraordinario mosaico de tradiciones y
costumbres que existen a lo ancho y largo del país. El sólo ejemplo de la comida nos
ilustra sobre la fantástica variedad de posibilidades: la comida yucateca, oaxaqueña,
poblana, etc. casi cada Estado en el país tiene una tradición exquisita y extraordinaria en
la preparación de alimentos. La unidad de los mexicanos está implícita incluso en el
nombre de nuestro país que cariñosamente llamamos México pero cuyo nombre oficial
es Estados Unidos Mexicanos. La palabra esencial es UNIDOS, eso es solidaridad: la
unidad a pesar de nuestra diversidad, o mejor dicho, por la riqueza de nuestra
diversidad.