La Revolución Francesa y El Imperio de Napoleón 1-71

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A. Z. MANFRED N. A. SMIRNOV LA REVOLUCION FRANCESA = = wy EL IMPERIO DE NAPOLEON Versién al espafiol de Rafael Caceres C. EDITORIAL GRIJALBO, S. A. Méxtco, D. F., 1969 43 coreccion 7) LA REVOLUCION FRANCESA Titulo de Ja obra original: Version al espafiol de Rafael Caceres C. de Ia edicién rusa de la Editorial Ciencia, Moseti, 1967. © 1967, Editorial Ciencia, Mosed. D. R, ©, 1969, sobre la versién espafiola por Editors Jalbo, 8. A, ‘aventda Granjas, 82, México 16, D. F Gre PRIMERA EDICION EN ESPAROL Reservados todos los derechos. Este libro no puedo sor ro- producido, en todo 0 en parte, en forma alguna, sin permiso. BENET [Me 144 S&S el LA GRAN REVOLUCION BURGUESA DE FRANCIA (1789-1794) A fines del siglo xvi existian ya en Fran- cia todas las premisas para una revolucién bur- guesa. El tipo de economia capitalista, entonces progresivo, habia alcanzado un nivel considerable. Pero cl régimen feudal absoluto, tas relaciones feudales de produccién eran un obstéculo para. la consolidacién de wn nuevo mado de produccién, el capitatista. Unicamente la revolucién podia des. truir este obstéculo. 1. FRANCIA EN VISPERAS DE LA REVOLUCION Formacién de la situacién revolu! Profundas contradicciones separaban el Tercer Es- tado de las clases privilegiadas, el clero y la nobleza que eran el baluarte del régimen feudal absolut, El Tercer Estado constituia aproximadamente el 99 por ciento de la poblacién de Francia, carecia de derechos politicos y dependia de las dos clases privilegiadas y del poder autécrata del rey. A fines del siglo xvi, al aleanzar el capitalism en Francia cierto nivel de des- rrollo, dentro de la denominacién dni al del Tercer Estado estaban incluidos grupos de clases totalmente distintos por su posicién social y econémi ca. No obstante, todas las clases y grupos de clases a_-medie’ cer Estado sufrian la opresi que formaban el aunque en un grado diferente, del régimen feudal soluto y estaban muy interesados en su destrucci desarrollo de las relaciones capitalistas exigia imperiosamente Ia ampliacién del mercado interior, nposible sin la supresién de la opre pero esto era sidn feudal en el campo, Como el feudalismo radicaba el problema principal de ante todo en la agricultur la revolucién que se aproximaba era el agrario, En los afios 80 del siglo xvitr, cuando se habian agudizado mucho las contradicciones fundamentales de la sociedad feudal, Francia sufrié la crisis comer- cial ¢ industrial de 1787-1789 y la mala cosecha de 1788. Un gran niimero de campesinos pobres, que t 6 bajaban en los pueblos para las: m turas:«: ala jacturas’ expi- talistas y los mayoristas, perdid a causa de la. crisis industrial sus ingresos complementarios. Muchos cam. pesinos, que habitualmente emigraban durante el oto- Fo y el invierno a las grandes ciudades para trabajar en ia construccién, tampoco encontraban empleo, Aw entaron de un modo extraordinario Ia menvlicidad y el vagabundeo. lo en Paris el nime: Xs y de vagabundos constituia casi la tereera parte de la Poblacidn, La pobreza y la miseria aleanzaron. un Ie mite maximo. El aumento de las revueltas de. can sinos y_plebeyos indi » de mendigos aba que las capas bajas de la poblacion, los millones de ‘campesinos, explotados oprimidos por la nobleza, el clero, las autoridades lo- cales y eentrales y Ia pequeiia burguesia de la clea, los artesanos, los obreros, agobiados por an tates superior a sus fuerzas y Ia extrema pobreza, no ou ede populares. se extendieron por muchas provinciae del Al mismo tiempo, los eizeulos diri ia quiebra del Tesoro obligaban a la monaryuia 4 tos ordinarios, Pero hasta en la Asamblea de Notables de 1787, que integraban representantes de la gran no bleza y’altos funcionarios, Luis XVI tropend con wea de convocar a los Estalos Generates, que no se bian reunido durante 178 afos, En agosto de’ 1788 Despu mala cosecha de 1788 los motines neros de los sefiores, obligab as. Por todos los iados encontraba ro Necker, muy popular entre la burguesia, al que habia retirado de este cargo en 1781. ‘Para su lucha contra las clases privilegiadas la burguesia necesitaba el apoyo de las masas popula~ res. La noticia de la convocatoria de los Estados G nerales, despertd 2n el pueblo grandes esperanzas. las ciudades los motines relacionados con el abasteci- miento empezaron a fusionarse cada vez més con el movimiento politico que dirigia la burguesia, Las re vueltas de los obreros y de otros elementos populares de las ciudades, empezaron a adquirir_un cardcter agitado, claramente revolucionario, En 1788 se regis traron grandes disturbios populares en Grenoble, Ren nes y Besanzon; en estas dos ultimas ciudades, parte del ejército destinado a combatir el movimiento se negé a disparar sobre el pucblo. En muchas ciudades, entre ellas en algunas tan grandes como Marsclla, Tolén y Orleans, durante el otofio de 1788 y el invierno y la primavera de 1789 los obreros y los pobres de la ciudad asaltaron las casas de los funcionarios, apoderindose del trigo al macenado y estableciendo precios de tasa mas bajos para el pan y otros productos alimenticios. ‘A finales de abril de 1789 se produjo un levanta- miento en el suburbio de Saint-Antoine, de Paris, Los sublevados saquearon las casas del odiado Revellon, duefio de una fébrica de tapiceria, y de otro indus: trial, Henriot. Contra los sublevados se mandaron destacamentos de la Guardia y de caballeria, pero los obreros se defendieron firmemente, empleando pi dras, adoquines y tejas. En la lucha sangrienta que se origind cientos de personas fueron muertas y heri- das. Fl levantamiento fue aplastado, pero los obreros arrebataron a las tropas los cadaveres de sus camara. das y al cabo de unos cuantos dias una manifestacién de duelo, amenazadora y majestuosa les acompaiié hasta el cementerio, El levantamiento de Saint-Antoine 8 impresioné mucho a los conteriporaneos. Demostré Ja altura que habia alcanzado la ola de la ira popular, el enorme poder que ocultaba La clase dirigente —el rey y la aristocracia fe dal— resultaron impotentes para detener el crecimie to de la indignacién popular. Las antiguas palancas, con cuya ayuda las autoridades reales mantenian al pueblo en sumisién, fallaban. La violencia y las repre- salias ya no producian efecto. id 7 Contr culos de la Corte, la de- cisién de convocar a los Estadcs Generales no tran- quilizé, sino Gnicamente favorecié el aumento de la actividad politica de las masas. La redaceién de las instrucciones a los diputados, la discusién de es- tas instrucciones, Ias mismas clecciones de los diputa- dos del Tercer Estado, todo esto, durante largo tiempo, caldeé la atmésfera politica. En'la primavera de 1789 Ja agitacién social abareé a toda Francia. Los Estados Generales. Su transformacién en Asamblea Constituyente I 5 de mayo de 1789 Estados Generales. reunfan en Versalles los rey y los diputados de la noble- za y cl clero pretendian limitarlos a las funciones de Srgano consultivo, convecado para solucionar un pro- particular, como era el de las dificultades fi- cieras del Tesoro. Los diputados del Tereer Estado, al contrario, insistian en la ampliacién de las facul tades de los Estados Generales, se esforzaban en trans- formarlos en el érgano supremo legislativo del pais. Mas de un mes duraron las inutiles discusiones sobre el orden que se debia seguir en las sesiones; por estamentos (lo cual proporcionaria la mayoria a la nobleza y al clero) 0 todos juntos (Io cual garanti- zaria el papel dirigente a los diputados del Tercer Estado, que dispenian de la mitad de los yotos). 117 de junio los diputados del Tercer Estado se decidieron a dar un paso arriesgado: se constituyeron en Asamblea Nacional e invitaron a los demas diputa~ dos a unirse a ellos. El 20 de junio como respuesta al intento del gobierno de hacer fracasar la reunién de la Asamblea Nacional, los diputados del Tercer Estado se reunieron en el picadero (en el jucgo de pelota) y juraron no separarse hasta que no fuese aprobada la Constitucién. res dias después, por orden del los Estados Generales; el monarca inisist diputados debian dividirse por estament por separado? Pero los diputados del T no se someticron a esta orden, continuaron sus reu- niones y se ganaron a una parte de los diputados de otros estamentos, entre ellos un grupo de personajes influyentes de la nobleza liberal. El 9 de julio la Asam- blea Nacional se declaré Asamblea Constituyente, su premo érgano representative y legislative del pueblo francés, Hamado a elaborar sus leyes fundamentales. El rey y los partidarios del régimen feudal abso- luto que le apoyaban se negaron a aceptar las deci siones de la Asamblea Nacional. En Paris y en Ver- salles se concentraron tropas adictas al rey. La corte preparaba la dispersién de la Asamblea, El LI de ju- lio Luis XVI hizo dimitir a Necker y le ordend aban: donar inmediatamente Ia capital. en que los y deliberar er Estado 2, BL COMIENZO DE LA REVOLUCION. LA CAIDA DEL ABSOLUTISMO La toma de la Bastilla y provecd una La noticia de las disposiciones de! Jujo eb EL 12 de j gvan agitacién en TF 10 primer choque entre el pueblo y las tropas. El 13 de julio sonaron las campanas tocando a rebato. Obreros, artesanos, pequeiios tenderos, funcionarios y estudi tes Henaron las plazas y las calles. El pueblo empezd @ armarse, apoderandose de decenas de miles de fu- siles. Pero la temible prisién la Bastilla seguia en manos del Gobierno. Las ocho torres de esta fortaleza, ro- deada de dos fosos profundos, ‘parecian un baluarte inexpugnable del absolutismo, El 14 de julio, por la mafiana, una muchedumbre se precipité hacia los mux ros de la Bastilla. El comandante de la fortale la orden de abrir fuego. No obstante las vietima: el pueblo siguié el ataque, Los fosos fueron franquea- dos; Carpinteros techadores . Artilleros, que se hal ‘ado al lado del pueblo, abrieron’ fuego sus proyecties hicieron pedazos las’ cadenas de uno de los puentes levadizos. El pueblo irrumpid en el inte- rior y se apoderd de la Bastilla. El Ievantamiento victorioso del 14 de julio de 1789 fue el principio de la revolucién. El rey y-el partido feudal tuvieron que hacer concesiones bajo la presién de las masas populares. Necker fue repuesto, El rey aprobé las decisiones de la Asamblea Nacional. Esos dias se formé en Pa nistracién de la ciudad, el municipio, integrado_ por representantes de la gran burguesia. Se formé la Guar- dia. Nacional burguesa. Su jefe era el marqués de su interven cién en la guerra de las colonias norteamericanas de Inglaterra por stt independencia, caida de la Bastilla produjo una gran impresién no sélo en Francia, sino también fuera de ella, En Rusia, en Inglaterra, en los Estados alemanes ¢ ita- lianos todos los hombres progresivos acogieron con pezd el un érgano de adn Lafayette, cuya popularidad se deb’ entusiasmo los acontecimientos de Paris, u La “revolucién de los municipios”. Levantamientos campesinos La revolucién se extendia impetuosamente por to- do el pais. El 18 de julio se inicié el levantamiento en Troyes, el 19 en Estrasburgo, el 21 en Cherburgo, el 24.en Ruan. En Estrasburgo, el pueblo fue, subl vado durante dos dias, dueio absoluto de la ‘ciudad. Los obreros, armados con hachas y martillos, violen- taron las puertas de Ia alealdia; ef pueblo penetrd el edificio y quemé todos los documentos que alli se guardaban. En Ruan y Cherburgo los habitante que habian salido a la caile a os de “jPan!” y ; Muerte a los acaparadore: ron vender el pan a precios mas bajos. En Troyes el pucblo sublevado se apoderé de armas y tomé el ayuntamiento, im las ciudades de provin ron barridos tos antiguos érganos del poder y se crearon municipios electivos. A menudo, los funcionarios del rey y las vie~ jas autoridades de las ciudades, por miedo a los I Vantamientos populares, preferian abandonar sin re- sistencia el poder a los nuevos municipios burgueses. La noticia del levantamiento en Paris con la caida de la terrible Bastilla, fue un potente impulso para el movimiento campesino. Los campesinos se armaban con horcas, hoces y cadenas, saqueaban las propieda des sefioriales, quemaban los archivos feudales, se apoderaban de las tierras y los bosques de los terra- tenientes y se los repartian, I escritor ruso Karamzin, que pasé en agosto de 1789 por Alsacia, escribia: “Por toda Alsacia se nota Ia agitacién. Pueblos enteros se arman.” Lo mismo se registraba en otras provincias. Los leyantamientos campesinos, que habian empezado en el centro del pais, en la Isla de Francia, desbordindose como un torrente irresistible, a fines de julio y en agosto se extendieron por casi, todo el pais. En el Delfinado, 12 a fu de cada cinco eastillos de tos nobles tres fueron qui madoso destruides, Enel Franeo-Condado, tusso destruidos cuarenta castillos. En Limousin, Ios cane Pesinos levantaron un cadalso delante del castillo de tin marqués con la siguiente inseripeions ahorcado todo al que se le ocurra pagar la fonts al terrateniente, asi como el propio termteniente a ile a. reclamarla.” Los nobles, presas del miedo, abandonaban sus sy huian a Tas grandes ciudades, lejos de los envueltos en tas lamas de los levanta: Los levantamientos campesinos obligaron a la Asamblea Constituyente a ocuparse a toda pris del problema agrario, Ein las resoluciones del 4 al TL de agosto de 1789, ia Asamblea proclamé que el “réq men feudal era totalmente abolido”. Pero sélo se ama. laron gratuitamente las llamadas cargas personal los diezmos de la Iglesia, Tas demas eargas feudalea, que se derivaban del hecho que el campesing po én usufructo un trozo. de “Aqui ser jerra, debian ser rescata stablecid no S6lo en interés de la nobleza, sino también de una parte de la burguesia, que compraba aceleradamente las propiedades de Ia nobleza y al mismo tiempo adquiria los derechos feu- dales. La Declaracién de Derechos del Hombre y del Ciudadano Los levantamientos campesinos y la “revolucién de los municipios" en las ciudades, ampliaron y con- solidaron Ja victoria obtenida por el pueblo de Paris el 14 de julio de 1789. El poder en el p ticamente a manos de la burguesia. supremacia en el municipio de Paris y en otras ciu- dades de Francia. La fuerza armada de la revolucién 13 la Gi denes. En la Asamblea Constituyente también naban Ja burguesia y la nobleza liberal que se le ha bia unido, Entonces la burguesia era una clase revolu ria, Luchaba contra el régimen feudal absolute y tra taba de destruirlo, Los idedlogos de la burguesia, que encabezaban el Tercer Estado, identificaban los idea es sociales de su clase con los intereses de toda la nacién francesa y hasta de toda la humanidad. El 26 de agosto de 1789 la Asamblea Constituyen- te aprobé la Declaracién de Derechos del Hombre del Ciudadano, el documento mas importante de Ia Revolucién Francesa, que tuvo una trascend his- torica mundial. “Los hombres nacen libres y son lt bres e iguales en derechos”, proclamaba la Declara- cién, Este principio revolucionario fue enunciado en un momento en que en la mayor parte del mundo el hombre continuaba siendo siervo, un objeto, cuando cn el Imperio Ruso y en otros paises de régimen feu- dal absoluto habia millones de siervos de la gleba y en las colonias de Ia burguesa y arist tra y en los Estados Unidos de Ami trata de ¢ claracién e1 mundo fi ables del hombre y del cuidadano, naturales grados, la libertad individual, la libertad de pal la libertad de pensamiento y el der tra la opresin, n la época en que el régimen fel n casi toda Europa, los prin burgueses, antifeudales, de la Declaracién de Derechos del Hombre y del Ciudadano, desempefiaron un papel Progresivo importante. Produjeron gran impresién en los ‘contempors ron profunda huella en la conciencia social de los pueblos. Pero la Declaracién ‘os. Los princi un valiente reto revolucionario al idal. Se proclamaba como derechos ii ios proclamados en la De 1 absolute pios democ \eos y de; 4 Proclamaba también como “‘sajgrado” ¢ inalterable el derecho de propiedad. Es verdad que entonces en ello habia un elemento progresivo, la defensa de la pro- piedad burguesa frente a los atentados del régimen feudal absoluto. Pero ante todo, el derecho de prop! dad estaba dirigido contra las capas necesitadas. Su procl: n creaba en realidad condiciones inme- Jorables para una nueva forma de la explotacién del hombre por el hombre, para la explotacion capitalista de los trabajadores, Pronto se hizo patente el gran desacuerdo entre los principios humanistas, las grandes promesas de mocraticas de la Declaracién, y la politica real de la Asamblea Constituyente. En la Asamblea Constituyente el papel principal lo desempefiaba el partido de los constitucionalistas, los cuales defendian los intereses de la gran burgue. sia y de la nobleza liberal. Los dirigentes de este } tido, el conde de Mirabeau, un negociante politico flexible y falso, el habil y reservado abate Sicyes y otros, gozaban de mucha influencia y eran muy po- pulares’en la Asamblea Constituyente. Eran partida- Fios de la monarquia constitucional y de reformas li- mitadas, que debian consolidar Ia soberania de la gran burguesia. Llegada al poder sobre la ola de la suble- vacién popular, la gran burguesia puso inmediatamen- te de manifiesto su deseo de no permitir profundas modificaciones democraticas. A los cinco dias de haber proclamado con entu: siasmo la Asamblea Constituyente la Declaracién de Derechos del Hombre y del Ciudadano, se inicié el debate sobre el sistema electoral. Segiin la ley apro- bada por la Asamblea, los ciudadanos se dividian en activos y pasivos. Los ciudadanos pasivos eran. los que no poseian propiedades, carecian de derecho a clegir y ser elegidos. A los ciudadanos activos, los que Poseian determinados bienes, se les concedian dere 15 chos electorales, En contradiccién directa con el prin~ © igualdad, proclamado en la Declaracién, la burguesia intentaba legalizar su soberania y privar a los trabajadores de derechos politicos. Levantamiento popular del 5 y 6 de octubre EI rey y el partido de la Corte no pensaban aceptar las conquistas de la revolucién y preparaban activa- mente un golpe contrarrevolucionario. El rey no r ficé la Declaracisn de Derechos del Hombre y del Ciudadano y los decretos de agosto sobre la abolicién de los derechos feudales. En septiembre legaron mas tropas a Versalles, El 1" de octubre en el palacio real hubo una manifestacién contrarrevolucionaria de los oficiales reaccionarios. Todo esto indicaba que el rey y sus allegados tenian la intencién de disolver la blea Constituyente y aplastar la revolucién co: ayuda del ejército. En el otofio de 1789 nuevamente empeord mucho el abastecimiento de Paris. Las capas bajas padecian hambre. Entre las amplias masas de trabajadores de la capital, sobre todo entre las mujeres, que pasaban horas enteras en las colas del pan, crecia el descon: tento, incrementado por los insistentes rumores sobre Jos _preparativos contrarrevolucionarios de la Corte. E15 de octubre Mes, E1 pueblo roded el palacio real_y en el amanecer del 6 de octubre irrumpié dentro. Ei rey se vio obli- gado no solo a ratificar todas las decisiones de la Asamblea Constituyente, sino también, por exigencia det pueblo, a trasladarse con su familia a Paris. La Asamblea Constituyente hizo lo mismo. Este nuevo levantamiento revolucionario de las masas populares de Paris, al igual que en las jornadas sas enormes se dirigieron a Versa- 16 de julio, hizo fracasar las int nes_contrarrevolu- cionarias de la Corte © impidié la disolucién de la Asamblea Constituyente. El rey, después de trasla~ darse a la capital, quedé bajo la vigilancia del pue~ blo y ya no podia oponerse abiertamente a las refor mas révolucionarias. La Asamblea Constituyente pudo seguir su trabajo sin ningiin obstécula y continuar las reformas burguesas. Confiscacién de las tierras de la Iglesia. Legislacién burguesa de la Asamblea Constituyente En noviembre de 1789, para terminar con Ia crisis econémica y quebrantar el poder de la Iglesia, que via de apoyo para el régimen feudal, la Asamblea Constituyente decidié confiscar las tierras de aqué Ha, declararlas “propiedad nacional” y ponerlas en venta. Al mismo tiempo se tomé la decisién de emi tir Jos Mamados asignados, obligaciones monctarias del Estado, cuya validez garantizaban los beneficios obtenidos al vender las tierras de la Iglesia. Se pen saba pagar la deuda del Estado con los asignados, pero éstos se convirtieron después en el papel mo- neda corriente. En mayo de 1790 se legalizé el procedimiento de Ja venta de las “propiedades nacionales” en peque fios terrenos a pagar en 12 afios, Pero pronto se anu- 16 el fraccionamiento del terreno y el plazo de pago disminuyd hasta cuatro afios, En estas condiciones Sinicamente los campesinos ricos podian comprar las tierras de la Iglesia. Al mismo tiempo, segiin las le yes de marzo y mayo, se establecian unas condicio- nes muy dificiles para el rescate de las cargas feu- dales por los campesinos. Los campesinos manifestaban abiertamente su descontento con la politica de la Asamblea Nacional 7 burguesa y nuevamente inic la lucha. En el oto- fio de 1790 se reanudaron los levantamientos campe- sinos, otra vez comenzaron a arder las casas de los terratenientes. En muchos sitios tos campesinos, al asalt casas y los castillos, quemaban todos los documentos archivados y dejaban de pagar los impuestos feuda- les. A menudo los campesinos de los pueblos vecinos convenian que “nadie debe pagar el impuesto sobre Ja tierra y aquél que lo pague debe ser ahorcado”. La Asamblea Constituyente envié a las provin= cias envueltas en el levantamiento campesino tropas, la Guardia Nacional y delegados con plenos poderes. Pero todos los intentos de apagar el fuego de los le. vantamientos campesinos fracasaron Durante les afios 1789 a 1791 la Asamblea Cons- tituyente realiz6 otras reformas que consolidaron en Francia las bases del régimen social burgués. Abo- lid ta divisién en estamentos, los titulos hereditarios de la nobleza, le retiré al clero el derecho a registrar los nacimientos, los matrimonios, las defunciones y colocé a la Iglesia y a los sacerdotes bajo control del Estado, En vez de la organizacién administrativa medieval se implanté a divisién uniforme de Fran- cia en 83 departamentos, se abolieron las corpora- ciones, se suprimié: la reglamentacién por parte del Gobierio de Id produccién industrial, se anularon las aduanas interlores y otras limits que eran un obstiewlo para el desarrollo de la industria y el co- Todas je eran de carac ér progresivo, correspondian a los intereses de la burg sesfa_y estaban Man dicicnes favorables para el desarrollo de su actividad comercial e indust AI mismo tiempo, la Asamblea Constituyente adop- t6 leves dirigidas especialmente contra los trabaja- fas reformas, que histéricame! adas a garantizar unas con- dores, Asi, a raiz de los aconteci octubre de 1789 se aprobé una I plear el ejército para la represié tos populares, que permitia n de los levantami EI movimiento obrero. Ley de Le Chapelier La esencia de la clase de la poli Asamblea Constituyente se manifests claridad en la persecucién del movi nm Francia, a fines del siglo xvii no existia una gran in- dustria mecanizada y, por consiguiente, no habia pro- letariado fabril. Pero habia muchas categorias de obre- ros asalariados: obreros de facturas centralizadas y dispersas, oficiales artesanos, obreros de la construc- cin, obreros portuarios, peones, etc. Algunos grupos de obreros, sobre todo los que eran naturales de la aldea, avin estaban vi © a otra clase de propiedad, y para ellos el trabajo asalariado era a menudo una ocupacién auxiliar, Mas a vez mayor de obreros el asalariado st convertia en la fuente principal de su existencia. Los obreros integraban ya una parte conside de la poblacién de ciudades. En Paris, en el momento de la Revolucién el namero de obreros con sus familias se elevaba a trescientos mil Los obreros no tenian ningtin derecho y dependian npleto de sus duefios, El salario era bajo y no to de precios. 14a 18 horas de tra- bajo al dia era lo h calificados. Un azote para todos ellos era el paro, que aumenté mas en vispera de la Revolucién, como re: sultado de la crisis industrial y del comercio, En Paris continuaban los levantamientos obr n agosto de 1789 cerca de tres mil trabajadores de celebraron una manifestacién exigiendo burguesa de la niento obrero, Jados a la tierr: grand: por seguia el aum bitual, incluso para los obreros 19 aumento del salario; la manifestacion fue dispersada—’ El movimiento huelguista, dirigido por organiza- por un destacamento de la Guardia Nacional. ‘Tam: ciones obreras (el Club tipogrifico, la Hermandad de bién reinaba Ia agitacién entre los obreros sin traba- los carpinteros, ete.), produjo una gran inquietud en- jo. que estaban ocupados en trabajos de terraplenado tre los patronos. Estos se dirigieron r4pidamente pri organizados por el municipio. Los obreros amenaza- mero al Municipio de Paris y desp mente, a ron incluso con quemar el ayuntamiento, la Asamblea Constituyente con la pretensién de que in 1790 y 1791 se crearon organizaciones obreras, se tomasen medidas drasticas contra los huelguistas. ‘0 origen en parte estaba relacionado con las aso: iones prerrevolucionarias, pero que en lo funda mental representaban unas asociaciones nuevas de tipo profesional. En aquel tiempo los mis activos eran los impresores, que eran mis cultos y conscientes que el resto de los obreros. En 1790 se fundé en Paris la pri mera organizacién de tipégrafos, la “asociaci grifica”, que adopté un reglamento aprobado p amblea gerteral de los representantes obreros’ particular, preveia la ayuda mutua en caso de enfe medad y ‘de vejez. En el otofio del mismo aio fue fundada una organizacién mas desarrollada y perfecta de los obreros de las imprentas, el Club tipografico y filantropico. Este club empezé a editar su propio ér- gano. Organizé la ayuda mutua entre los obreros y dirigié su lucha contra los patrones, En otras ciuda des también surgieron asociaciones semejantes de los | La Constitucién de 1791 Organizaciones profesionales tan adelantadas como el Club tipografieo eran entonces una excepeién, Pero también los obreros de otras profesiones intentaron crear sus asociaciones. Asi, por ejemplo, surgié La Hermandad de los carpinteros, que contaba con n de afiliados, nes de los patronos y a proposicién del diputado Le Chapelier promulgé cl 14 de junio de 1791 un decreto por el que se prohibia a los obreros bajo pena de mul- © de prisién asociarse y declararse en huelga. Dos dias después, el 16 de junio, la Asamblea Constitu- yente dispuso el cierre de los “talleres ben anizados en. 1789 para los obreros sin trabajo. as autoridades vigilaban minuciosamente el cum- plimiento de la ley Le Chapelier. Su infraccién se castigaba severamente. Marx dice, que esta ley intro ducia con “medidas policiacas estatales la competen- cia entre el capital y los trabajadores dentro de un marco comodo para el capital...” obreros de las impren En la primavera de 1791 hubo'en Paris grandes huelgas. Los tipégrafos y los carpinteros fueron los que intervinieron mas activamente, por ser los herreros, cerrajeros, ebanistas, zapate- albafiiles, techadores—, en total unos 80 mil. era de cardcter progresivo. Pero revelaba con clari dad la naturaleza clasista de la burguesia vencedora. Los autores de la Constitucién pretendian perpetuar no sdlo la desigualdad de propiedad entre los hom- bres, sino también en contradiccién directa con Ia Declaracién de 1789, la desigualdad politica de los fe Arras, partida convencido ¢ inflexible de la democracia, que cada vez era mis eseuchadgign el pais. Clubes y sociedades populares, El movimiento democratico de 1789 a 1791 Durante la Revolucién aumenté mucho la activi dad politica de las masas populares. En Paris desem- pefiaban un papel importantisimo los érganos de ad ministracién local por barrios 0 distritos, mis tarde transformados en secciones. Sus frecuentes reuniones eran una verdadera escuela politica para la poblacién de la capital. Los dirigentes del municipio burgués intentaban poner fin a las continuas reuniones de los distritos y secciones y transformarlas en simples reu niones electorales, convocadas muy pocas veces, pero los elementos democriticos se oponian a esto por to- dos los medios, En Ia capital y en las ciudades de provincia surgian 22 diferentes clubes politicos QT club reunta politicos bur- gueses de diferentes matices, desde Mirabeau hasta pierre club de los cordeleros, que surgié en abril de ia de centro politico a las gentes del pueblo que habian intervenido activamente en los aconteci- mientos revolucionarios. Muchos “‘ciudadanos_ pasi- vos” formaban parte de él y en sus reuniones inter- venian también mujeres. Entre las personas que lo integraban estaba el brillante orador Jorge Danton (1759-1794) y un periodista de talento, Camilo Des: moulins, Desde la tribuna del club de los cordeleros se criticaba 4speramente la politica antidemocritica de la Asamblea Constituyente y la Constitucién de 1791. En el “Club social” y en Ja vasta organizacion por creada, la Federacién mundial de los amigos de la verdad, se colocaban en primer plano las pretensiones sociales; el club publicaba el periddico Boca de hie- ro, Los organizadores del “Club social” eran el abate Claude Fouchet y el periodista N. Baunville. El amigo del pueblo, periédico editado por Marat, tuvo una enorme influencia sobre el movimiento re volucionario democritico. Médico y cientifico, Juan Pablo Marat (1743-1793) desde los primeros dias de la Revolucién se consagrd por completo a la lucha. Defensor inquebrantable de los intereses y de los de rechos del pueblo, amigo de los pobres, demécrata yolucionario, Marat odiaba de todo corazén Ia tirani y la opresién. Fue el primero en advertir que el yugo 23 feudal era reemplazado por 1 yugo de la “aristocracia de In riqueza”. En st periodico, auténticamente por pular, y en sus panfletos de espiritu combative, Maret de'la Corte, Ia politica antipopular de Necker, Ie wie, na la traicién de lov jefes del partido de’ los itucionalistas, Mirabeau, Lafayette‘ete, que ader, mecfan la vigilancia del pucblo con frascabobse Ia “hermandad”y Ia. “confianea”, Marat predicaba de cisén revolucionari, tndicaba al pueblo que no debla hasta el completo exterminio de los enemigos de la Revolucién. ; os . =” La corte, la nobleza y la gran burguesia lo odiaba: le perseguian y acosaban. La simpatia y la ayuda del pueblo permitian a Marat seguir desde la clandestini- dad, donde a menudo se tenia que oculta, la lucha por La crisis de Varennes El rey y el medio que le rodeaba, imposibilitados como se véian de actuar abiertamente, preparaban en secreto un golpe contrarrevolucionario, Desde los pri- meros dias de la Revolucién empezé la huida de la aristocracia francesa al extranjero. En ‘Turin y d pués en Coblenza fue creado un centro de la emigra cién contrarrevolucionaria, que magteniascontactorcon los gobicrnos absolutos de Europa, Gambrellos: emigvaie {tes se discutian proyectos. para la intervencién de pai- -$¢5,extranjeros contra la Francia revolucionaria. Luis XVI a través de agentes secretos mantenfa contacts ‘on los emigrantes y las cortes europeas. En cartas ‘Setretas dirigidas al rey de Espaiia ya otros monar, ‘uropeos renegaba de todo lo que se habia visto ligado a hacer desde el principio de ta Revolucién 24 de antemano aprobaba todo lo que sus representantes ereyesen necesario emprender para el restablecimie: to del “poder legitimo”. El 21 de junio de 1791 Paris fue despertado por el toque de rebato. Se anunciaba una noticia extraord naria: el rey y la reina habian huido. El pueblo quedé indignado. Ante una evidente traicién, de graves con- secuencias para la Revolucion, empez6 a armarse. La huida del rey formaba parte de un complot cui- dadosamente preparado. El rey debia huir a la forta leza fronteriza Montmedy, donde habla tropas a Tas érdenes del marqués de Bonillé, ferviente monarq co, y desde alli, a la cabeza del ejército contrarrevo- lucionario, dirigirse a Paris, disolver Ia Asamblea y restablecer el régimen feudal absoluto. Ademas, 10s conspiradores peniaDa abe Ia yids ae rey te Parte moveria a los paises extranjeros a la intervencién con el fin de restablecer en Francia el antiguo régimen. Pero, cuando la carroza del rey estaba ya cerca de la frontera, un intendente de correos, Droue, reco= nocié a Luis XVI, disfrazado de lacayo, dio la voz dé alarma entre la poblacién y emprendié la persecucion. En Varennes ef rey y Ia reina fueron fetenidos por ampesinos armados. Ambos, acompajiados por una enorme multitud, fueron devueltos a Paris como pri- sioneros del pueblo. La traicién del rey, clara para todos, dio lugar a una aguda crisis politica. El club de los cordeleros en- cabez6 el movimiento de las masas populares, las cuales insistian en que el rey traidor abadonase el po- der. La reivindicacién de la Repiblica, que los corde- leros ya habian lanzado antes, tenia ahora muchos par tidarios no sélo en la capital, sino también en provir Asi lo exigian los clubes de Estrasburgo, de Cler- mont-Ferrand y otras ciudades. En las aldeas se re- crudecié la lucha de los campesinos contr feudales, Pero la gran burguesia en el poder no queria abo- lr el regimen mondrguico, En sus intentos de salvar y fehabilitar In monarquia, la Asamblea Constituyen: te adopté una mocién que enia ie fA EI 17 de julio el club de los cordeleros convoes mi: les de parisienses, principalmente obreros y artes: nos, en el campo de Marte para que firmasen una peticién que exigia la deposicién del rey y su juicio. Contra la pacifica manifestacién del pueblo fue lan. zada la Guardia Nacional al mando de Lafayette. La Guardia Nacional abrié fuego. Cientos de heridos y muchos muertos quedaron en el campo de Marte Las matanzas del 17 de julio de 1791 significaron el paso abierto de la gran burgu posiciones contrarrevolucionarias. A fines de septiembre de 1791, terminado su man- dato, fue disuelta la Asamblea Constituyente. El 1? de octubre del mismo aio se reunia Ia Asamblea Legis lativa, elegida sobre la base de un sistema electoral restringido. fa mondrquica a las La derecha de la Asamblea Legislativa la consti- tuian los feuillants, el partido de los grandes finan cieros y negociantes, armadores de buques que trafi- caban con esclavos, duefios de plantaciones, de minas y grandes propictarios de tierras e industriales rela~ 26 ad cionados con la produccién dé articulos de lujo. Esta parte de la gran burguesia y la nobleza liberal que taba con ella, sé mostraban interesadas en la conser- vacién de la monarquia y de la Constitucién de 1791. Durante el primer tiempo, apoyandose en el numeroso grupo de los diputados del centro, los feuillants desem- pefiaron un papel dirigente en la Asamblea Legislativa. La izquierda de la Asamblea la integraban dip tados relacionados con el club jacobino, Pronto se di vidi dos grupos. Uno de ellos era el de los girondinos (los mas eminentes diputados de este pa tido habian sido elegidos por el departamento de G ronda). Los girondinos representaban a la burgue: de la industria y del comercio y a los nuevos terratenientes burgueses, principalmente de los departamentos del sur, del sudo te y del sudeste, interesados en la com- acién burguesa de la sociedad. Eran ies que los feuillants. En un principio tam: bién apoyaban la Constitucién de 1791, pero después se pasaron al campo de la Reptblica y se transforma- ron en republicanos burgueses. Los oradores mas fa mosos de los girondinos eran el periodista Brissot y Vergria re los jacobinos 1a politica de los girondinos era criticada por Robespierre y otros politicos, que representaban los intereses de ios grupos mis demo- criticos de la Francia de entonces. En la Asamblea Legislativa eran apoyados por un grupo de diputados de la extrema izquierda, Estos diputados fueron Ila- mados montafieses, pues en la Asamblea Legislativa y después en la Convencién ocupaban los escafios mas altos de la sala de sesiones, en la “montafia”. Con el paso del tiempo el término de “montafieses” se hizo sindnimo de “jacobinos”. Los girondinos y los montafieses actuaban al prin- cipio juntos contra el partido contrarrevolucionario de 27 la Corte y contra el partido dirigente de los feuillants, pero después empezaron las discrepancias, que se con virtieron en lucha abierta entre unos y otros. Situacién politica del pais a principios de 1792 En 1792 empeoré Ia situacién econdmica de Fran a. Se agudizé nuevamente Ia crisis comercial e in dustrial, que se habia atenuado algo en 1790-1791, reducian con particular rapidez las ramas de la indus- tria que antes trabajaban para la Corte y la aristocra- cia, también para la exportacin. La fabricacién de ar ticulos suntuarios se suspendi6 casi por completo. Auimenté el paro, Después de la sublevaciin de agosto de 1791, de los esclavos negros en la isla de Santo Do- mingo (Haiti), se dejaron de vender productos colo niales, azdear, café y té. También aumentaron los precios de otros articulos alimenticios. En enero de 1792 se iniciaron en Paris grandes disturbios a causa de la carestia y Ja falta de alimen- tos. En Burdeos, en la primavera de 1792, hubo huel- ga de carpinteros y panaderos. Los obreros luchaban por el aumento del salario en relacién con el aumento de los precios. A la Asamblea Legislativa Negaban miiltiples peticiones de los obreros y las capas pobres, en las que se exigia el establecimiento de precios de tasa para los productos alimenticios y la represién de los especuladores. También habia agitacién entre los elementos pobres del campo. En algunas regiones de Francia grupos armados de campesinos hambrien- tos se apoderaban y repartian el trigo, exigian por la fuerza la venta del pan y de otros productos a precios de tasa. fa sin resolver el principal probl revolucién, el agrario. Los campesinos quer ma de la nla abo 28 e—_—— licién de todas las cargas feudales gratuitamente. A fines de 1791 volvié a aumentar el movimiento agrario. ‘Al mismo tiempo, cada vex eran més activas las fuerzas contrarrevolucionarias que Iuchaban por el restablecimiento del régimen feudal absoluto. En el Sur, los atistécratas, como Mamaban a los partidarios del feudalismo, intentaron promover una revuelta con trarrevolucionaria, El clero catélico realizaba una in- tensa propaganda antirrepublicana; en su mayor parte se negé a jurar la nueva Constitucién y aceptar las nuevas leyes. La Corte y otras fuerzas contrarrevolucionarias, al preparar el golpe decisivo contra la Revolucién, con- fiaban ahora principalmente en la intervencién de pai- ses extranjeros. 3. COMIENZO DE LAS GUERRAS REVOLUCIONARIAS. CAIDA DE LA MONARQUIA Preparaci6n de la intervencién contra la Francia revolucionaria La Reyolucién propicié el crecimiento de la lucha antifeudal en otros No s6lo en Londres y San Petersburgo, en Berlin y Viena, en Varsovia y Buda- pest, sino también al otro lado del océano, los medios sociales progresivos escuchaban con avidex las noti cias que Megaban de la Francia revolucionaria. La De- claracién de Derechos del Hombre y del Ciudadano y otros documentos de Ia Revolucién fueron traducidos ¥ publicados en muchos paises de Europa, en Esta. dos Unidos y en América Latina, El lema “Libertad, ldad y fraternidad”, proclamado por la Revolu- cién Francesa, era acogido como el principio de una nueva vida, el comienzo de la libertad. 29 ‘uanto m4 a era la simpatia de los medios progresivos. de todos los paises ha Francesa y sus ideas progi ocio hacia Ia Francia revolucion ropeos feudales critico-burguesa, EI principal organizador e inspirador de la coali- cién_contrarrevolucionaria fue Inglaterra. Los circu los ingleses te que al desaparecer el fe Se consolidase la posicidn internacional de Fra relorzase el mov propio pais. La diplomacia inglesa ha conciliar a las entoces ¢ emplear sus fuerzas reunidas contra Francia, A ello tendian también los esfuerzos de la Rusia zarista. En el verano de 1790, en la conferencia de Reichenbach cias a la mediacién de Inglaterra se logré arreglar S principales diferencias entre Prusia y Austria. En agosto de 1791 el emperador austriaco y el rey de Prusia firmaron, en cl castilo de Pilnitz, una de la Revolucién yor era el absolutos y de la Inglaterra aristo- dalismo jento democratic radical en su a para cién sobre la accién conjunta para ayudar al rey fran- cés, La declaracién de Pilnitz signifieaba un acuerdo de intervencién contra F I conflicto que surgié entre Francia y los prine pes alemanes a los que la Revolucién habia despojado de stis propicdades en Alsacia, hizo que a principios de 1792 se agudizasen ain més las relaciones de Austria y Prusia con Francia, Comienzo de la guerra con Austria y Prusia Luis XVI, sus allegados y la mayoria de los ofi- ciales y generales, procuraban por su lado acelerar Ja guerra, pues suponian que Francia no. resistiria 30 el -atag alcanzasen el con su ayuda, apl lo esto, Robes- pierre en el club jacobino se oponia a la declara~ cién inmediata de la guerra. Exigia la previa depu- racién de la oficialidad del ejéreito y advertia que en caso contrario los generales aristécratas abririan al enemigo el camino a Paris, Pero los girondinos se mostraron favorables a la guerra. ‘Temian el creci miento de la lucha de clases y suponian que un con- flicto armado desviaria la atencién de las masas popu lares de los problemas internos. Rel: © exterior y en cuanto los. intervencionistas. terior del y tar la Revolucién, Comprendi ionados con la gran burguesia de los centros comerciales (Burdeos, Marsella, ete.), los girondinos tenfan también la espe- ranza de que una, guerra victoriosa ensancharia las fronteras de Francia, afianzaria su posicién econdmi- ca y debilitaria a su principal adyersario, Inglaterra. El problema de la guerra condujo a la agudizacion de ja lucha entre los jacobinos, partidarios de Robes- pierre, y los girondinos. E120 de abril de 1792 Fran Austria, La aliada de ésta, Prusi en Ia guerra . Las predicciones de’ Robespierre se cumplieron. declaré la guerra a no tardé en entrar Durante las primeras semanas de la guerra el ejército francés, que seguia dirigido por aristocrats o por ge- nerales que no comprendian en absoluto las particula- ridades de una guerra revolucionaria, sufrié una sé de graves derrot La confabulacién secreta del rey y los aristécratas con los intervencionist S extranjeros, de la cual antes ainicamente se sospechaba, ahora, después de las trai- ciones de los generales, se hacia manifiesta. Los jaco- bi alaban esto en sus discursos y planfletos y Hamaban a la masas a la lucha con la contrarrevolu- cién interna como con la del 1 pueblo vio que habia Iegado cl momento de defender con las terior. 31 14142 armas en la mano la patria y Ia Revolu insepa- rables ahora una de la otra. La palabra “patriota”, que se extendid precisamente en esta época entre el pueblo, tenia esos dos significados: denfesor de la patria y de Ja Revolucién. Millones de campesinos comprendian que los inter- vencionistas traian consigo el restablecimiento del odiado régimen feudal absoluto. Una parte consider ble de la burguesia y los campesinos ricos ya habia adquirido tierras, principalmente a expensas de las propiedades de la Iglesia. A fines de 1791 se habian vendido bienes de Ja Iglesia por valor de mas de u millén y medio de libras. La invasién extranjera y la posibilidad de la restauracién del régimen prerrevo- lucionario significaban una amenaza directa para esta nueva propiedad y para sus beneficiarios. Ante la trajcidn casi abierta del gobierno y de mu- chos generales, ante la debilidad y la inactividad de la Asamblea Legislativa, las masas populares, por in ciativa propia, salieron en defensa de la Francia revo- lucionaria, Em las ciudades y aldeas se formaron a toda prisa batallones de voluntarios; se crearon comités de Fecaudacién de fondos para su armamento. Las orga~ nizaciones y los clubes democriticos locales exigian de la Asamblea Legislativa la adopcién de medidas ex- traordinarias para la defensa de la patria y de la Re- volucién. Bajo la presin de las masas populares el 11 de julio de 1792 la Asamblea Legislativa promulgé un decreto que declaraba la “patria en peligro”, ‘Todos los hom- bres aptos para el servicio militar debian ser movili- zados. El Ievantamiento popular del 10 de agosto de 1792. Caida de la monarquia Cada dia se hacia mas patente que Ia victoria frente a la contrarrevolucién exterior era imposible sin la des- truccién de la contrarrevolueién interna. El pueblo cexigia insistentemente la deposicidn del rey y el severo castigo de los generales traidores. La Comuna (6rga- no de administracién de la ciudad) de Marsella a fines de junio de 1792 pidié la abolicién del poder real. Esta misma reclamacion se hizo en algunos otros departa- mentos. En julio en algunas seceiones de Paris, espon- tineamente, se suprimié la divisién de los ciudadanos en “activos” y “pasivos”. En una barriada en la que vivian muchos obreros y artesanos, se tomé el acuerdo de que la seccién “no reconocia ‘a Luis XVI como rey de los franceses”’ Durante el mes de julio estuvieron Hegando a Pa- ris grupos armados de voluntarios de provincias 0 federados. Los federados de Marsella trafan el “Canto del ejército del Rin”, del, joven oficial Rouget de Lisle. a cancién, que iba a ser Hamada la Marsellesa, se convirtid en el himno de combate del pueblo francés. Los federados estaban en intimo contacto con los jacobinos y crearon su érgano, el Comité Central. Co- mo reflejo de la decisién revolucionaria de las am- plias_masas populares de provincia, los federados presentaron a la Asamblea Legislativa peticiones en Jas que insistian en la supresién del poder del rey y en la convocatoria de una Convencién Nacional, ele- gida democraticamente, para la revision de la Consti: tucién, Al mismo tiempo que en siasmo revolucionario, fue publicado un duque de Brunswick, jefe del ejército prusiano con- centrado cerca de las fronteras de Francia. proclama al pueblo francés admitfa abiertamente que pais creck 33 el fin de la campaiia era el restablecimiento en Fran. cia del poder real y amenazaba a los “rebeldes” con duros castigos. El manifiesto del duque de Brunswick, que revelaba cinicamente los fines contrarrevolucio narios de la intervencién, produjo gran indignacién en el pais y aceleré la caida de la monarquia. Las masas populares de Paris, bajo de los jacobinos empezaron a prepararse para el levantamiento. Dos terceras partes de ones de Paris se adhirieron a la resolucién que exi gia Ia deposicién de Luis XVI. La noche del 10 de agosto el toque de rebato anun- io el comienzo de un nuevo levantamiento en la ca pital. El pueblo se reunia por secciones, formaba destacamentos. Los comisarios de las secciones pro clamaron la Co aria de Paris y enca- bezaron el levantamiento. Batallones de la Guardia Nacional formados por obreros de los suburbios, asi como tropas de federados procedentes de los departa: mentos, se dirigieron hacia el palacio de las Tullerias, Ja residencia del rey. El edificio era una fortaleza; en las proximidades habia sido concentrada artilleria Pero el grupo de voluntarios de Marsella fraterniz6 con los artilleros y al grito de “j Viva la nacién!” los arrastré consigo. El camino de palacio estaba libre. El rey y la reina se refugiaron en la Asamblea Legisla- tiva, Parecia que el levantamiento popular habia con: guido una victoria ineruenta, Pero en el momento en que los grupos de sublevados irrumpian en el patio interior de las Tullerias, los mercenarios suizos y los oficiales monarquicos que se encontraban alli abrieron fuego. Al principio el pueblo retrocedié, dejando de cenas de muertos y heridos, pero a los pocos minutos se entablaba una batalla encarnizada. Los habitantes de la capital y los destacamentos de federados ini ciaron cl asalto del palacio. Parte de sus defensores 34 murié, los dems capitularon, En esta batalla san- grienta el pueblo perdié unos quinientos hombres. we jst fue derrocada la monarquia, que habia existido en Francia cerca de mil afios. La Revolucién francesa se elevé a una nueva etapa, entré en un nuevo perio- do. El desarrollo de la Revolucién, en linea ascendente, se explica por el hecho de que al proceso revolucio- nario se habfan incorporado grandes masas de cam- pesinos y obreros de la plebe. La revolucién burguesa ponia cada vez mas de manifiesto su carécter popular. Nueva legislacién agraria Como resultado del levantamiento det 10 de agosto de 1792 el poder pasé pricticamente en la capital a manos de i Gin Peminconarat de Paris. La Asamblea Legislativa se limité a separar tempors mente a Luis XVI del poder, pero a instancia de la Comuna el rey y su. familia fueron detenidos. Fue publieado el decreto de convoeatoria de la Convencién Nacional; en su eleccion podian participar todos 1os hombres que hubieran aleanzado 21 afios, sin divisién alguna de los ciudadanos en “activos” y “pasivos”. La Asamblea Legislativa nombré un nuevo gobier- no, el Consejo Ejecutivo Provisional, que estaba com- puesto de girondinos; Danton era el inico jacobino gue formaba parte del Consejo. : Después del levantamiento pte del 10 de agosto, que habia mostrado la cnorme fuerza que se deultaba en el pueblo, era imposible retrasar mas el examen de las reivindicaciones de los campesinos, La Asamblea Legislativa, que hasta hacia poco aplazaba deadeRosamente el examen de cientos de. peticiones campesinas, ahora, con una rapide que indicaba su miedo ante la gran ira popular, se dedicé al problema agrario. 35

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