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Clase 6 - Liderazgo Dialógico
Clase 6 - Liderazgo Dialógico
En este número
LIDERAZGO DIALOGICO
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Muchas veces ciertas uniones de empresas aparentemente exitosas
muestran rápidos signos de tensión. Un ejemplo fue City Group, la unión de
Travelers Group y Citycorp, que después de ocho meses de haber formado la
empresa, despidieron a James Dimon, quien actuó como mediador entre las
mismas y era considerado el aparente heredero de los dos ejecutivos que co-
lideraban la firma. Dimon fue ampliamente respetado y su partida no fue el
resultado de una actuación deficiente, pero como lo dijo más tarde un gerente fue
el resultado de “políticas corporativas”.
evolucionado a partir de los principio centrales del campo del “diálogo”, y que
puede llevarnos a la creación de espacios que disuelvan la fragmentación y permita
que se exprese la “sabiduría colectiva” de las personas.
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El concepto de diálogo
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El término diálogo viene del griego y significa “flujo de significado”. La
esencia del diálogo es una pregunta que pone en la superficie ideas, percepciones y
entendimiento que las personas aún no poseen.
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“Liderazgo Dialógico” es el término que le he dado a una forma de liderar
que consistentemente libera, a través de la conversación, el potencial creativo
escondido en cualquier situación.
Cuatro cualidades distintivas respaldan este proceso: las habilidades para (1) sacar
a la superficie la voz genuina de las personas, (2) escuchar profundamente, (3) dar
un espacio para respetar como legítimo los puntos de vista de otras personas, (4)
ampliar la conciencia y la perspectiva. En otras palabras, un líder dialógico es
equilibrado y suscita o provoca el balance porque, así puede internalizar, apropiarse
de estas cuatro cualidades y activarlas en los demás.
Una vieja historia sobre Gandhi ilustra bien este concepto. Un hombre se
acerco a Gandhi a pedirle consejo porque su pequeño hijo estaba comiendo
demasiada azúcar. Gandhi pensó un momento y luego le dijo: “vaya a su casa y
vuelva en tres días”. El hombre así lo hizo y cuando regreso con su muchacho
Gandhi le dijo al niño. “No debes comer tanta azúcar” El hombre intrigado
preguntó: “¿porqué necesitó tres días para decir esas palabras?” a lo que Gandhi
replicó: “porque primero yo debía dejar de comerla”. Igualmente el liderazgo
dialógico implica ser un vivo ejemplo de lo que se pregona – es decir demostrar
estas cualidades en la vida diaria.
Observar las acciones que realizan las personas puede darnos una gran
información sobre la calidad de sus interacciones y puede indicarnos si están
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moviéndose hacia el diálogo o hacia la discusión. Por ejemplo en un sistema
dialógico cualquier persona puede optar por cualquiera de las cuatro acciones en
cualquier momento. Aunque se puede tener preferencia por una posición, cada
individuo puede “movilizar e iniciar” “seguir y completar acciones” “oponerse” y
“observar y proveer perspectiva” en cualquier momento. Ninguno de estos roles es
mejor o peor que el otro. Son todos necesarios para que el sistema funcione
correctamente. A medida que las personas reconocen estos diferentes roles y
pueden actuar a partir de este reconocimiento, comienzan a crear una secuencia de
interacciones que mantiene la conversación moviéndose hacia el equilibrio.
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sus voces y a veces a aumentar el tono crítico de sus comentarios. En estos casos,
la gente escucha las críticas, pero no el intento subyacente de clarificar, corregir o
proveer balance e integridad a la situación.
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Usted puede oponerse, en la creencia de que sabe más que cualquiera, o desde una
postura de respeto, en la cual usted reconoce que sus colegas tienen el sentido
común (la sabiduría) que usted puede no ver. También puede actuar escuchando
selectivamente e imponiendo su interpretación de lo que otro participante está
presentando. O puede escuchar solidariamente basando su comprensión de lo que
se dice como una experiencia directamente observable.
Aquí hay cuatro prácticas implícitas – Dar Voz, expresar nuestra verdad y
alentar a los demás que hagan lo mismo; Escuchar como participante del otro,
Respetar la coherencia de las opiniones de los otros, Suspender nuestras
certezas. Cada una requiere ser cultivada y desarrollada.
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Escuchar. Recientemente un gerente en un programa que yo estaba
conduciendo dijo. “Sabe? Siempre me he preparado para hablar, pero nunca me he
preparado para escuchar”. Esto sucede porque siempre damos por sentada la
escucha aunque es realmente muy difícil de hacer. Seguir bien requiere que
cultivemos la capacidad de escuchar –en lugar de darle o imponer significado a lo
que las otras personas están diciendo. Seguir profundamente es amalgamarse con
alguien hasta el punto en que comenzamos a participar enteramente en la
comprensión de cómo ese alguien comprende. Cuando no escuchamos todo, lo que
tenemos es sólo nuestra propia interpretación de lo que se dijo.
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reacción. Yo le pedí que compartiera conmigo la lección más importante aprendida
en su trabajo. Me dijo: “La indagación y la violencia no pueden coexistir”. El respeto
verdadero posibilita una indagación genuina, auténtica.
Dar Voz. Finalmente, emitir nuestra opinión es tal vez uno de los más
desafiantes aspectos del liderazgo dialógico. “Discurso Valiente”, dice el poeta
David Whyte en su libro El Corazón Exaltado “siempre nos ha mantenido
sobrecogidos”. Sucede porque es muy revelador de nuestra vida interior. Dar Voz
es revelar lo que es verdadero para cada uno de nosotros, sin considerar las
influencias que podrían modificarlas.
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estrecha nuestra visión y nos ciega a las alternativas que podrían ser útiles para
todos.
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