Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Entrevista A Fritz Perls
Entrevista A Fritz Perls
A. B.: Bien...
Fritz: Su corazón empieza a latir más rápidamente... Continúe.
A. B.: Veo la espalda del piloto allí y, usted sabe, yo no estoy segura que él
pueda hacerlo.
Fritz: Bueno. Levántese y dígale eso.
A. B.: (Como piloto del avión) Lo siento, señora, lo siento mucho, señora, lo
siento terriblemente, pero nosotros sí sabemos cómo manejar este avión;
hágame el favor de regresar a su asiento. Todo está bien y bajo control.
Fritz: OK. ¿Cuál es su nombre? ¿Adelaide? ¿Adelaide?
A. B.: (Como Adelaide) Escúcheme, yo puedo volar este avión mejor que
usted con mi mano izquierda detrás de mi espalda. Ud. sabe que hay unos
pocos diales pequeños y cosas técnicas aquí. Pero yo podría aprender eso
en un par de meses. Usted sabe que soy suficientemente inteligente como
para aprender eso. Ahora vuelva a sentarse ahí y yo voy a llevar a cabo esta
función.
Fritz: Diga esto de nuevo: "yo voy a llevar a cabo esta función."
A. B.: Es hermoso.
Fritz: Usted tiene un ejemplo ahora en el que no estamos analizando. Sólo
estamos integrando. Usted ha dado el modelo, algunas de sus necesidades
de dominar. Yo le permití enmendarse para que se sienta un poquito más
fuerte.
A. B.: Cierto, cierto.
Fritz: Esto es la Terapia Gestalt.
A. B.: Bueno, realmente, tal vez para que yo lo entienda más profundamente,
tendríamos que trabajar con esto veinte veces o veinte años. O tendríamos
que invertir un año, quizá, trabajando en esto para que opere dentro de mí.
Fritz: No, no, no, no. Ahora tengo que decirle lo que dije ayer, que encontré
una solución finalmente. Usted no necesita quedarse veinte años en el diván
o ir a terapia un año sí y un año no. Nosotros podemos hacer todo esto en
aproximadamente tres meses. De la neurosis a la autenticidad. Y la solución
es la comunidad terapéutica: donde nosotros vamos juntos, trabajamos
juntos, y hacemos terapia juntos. El núcleo de la terapia está en aprender a
confrontar sus opuestos. Una vez que usted conoce esta manera de
confrontarse con los opuestos, la próxima vez podría hacerlo más fácil. Si yo
le doy, por ejemplo, un ejemplo de lo que son los opuestos más frecuentes en
las personas, entonces verá lo que pasará. El ejemplo de los opuestos más
frecuentes es el “perro de arriba” y el “perro de abajo”. Y nosotros
extrapolaremos un fragmento para esto.
A. B.: bien.
Fritz: El “perro de arriba” se sienta aquí (en una silla). El “perro de arriba”
empieza, "Adelaide, usted debería..." (Otra vez, cambie de asientos cuando
cambie de roles)
A. B.: (Como “perro de arriba”) Ah!... Yo voy a bajarte una bofetada porque...
voy a bajarte una bofetada porque no estás viviendo la vida, bueno,
eficazmente en todos los niveles. Estás demasiado llena de conflictos; estás
demasiado llena de bosta; no has sido una buena madre de tus niños.
Fritz: OK, cambie de asientos. Usted es el perro de abajo.
A. B.: (Como “perro de abajo”) Yo soy una persona muy necesitada. No puedo
hacerlo sola. Necesito un hombre que cuide de mí. No puedo pararme sola.
Fritz: Ahora, escriba este libreto.
A. B.: Sí.
Fritz: ¿Usted ha notado esto? Cada vez que se cambia de asientos, usted
cruza sus piernas y aprieta sus genitales, y en ese mismo momento usted se
cierra completamente.
A. B.: (Como el “perro de abajo”) Por aprobación, usted sabe. Por amor y
aprobación. Usted es el gran padre y yo quiero que me diga, "Adelaide, tú
eres genial. Realmente lo eres. Eres maravillosa, carajo. ”Y, eh... eso es todo
lo que es ser un ser humano en esta tierra. Simplemente ser bastante
razonable y tener un poco de amor y un poco de cariño, y sobrevivir
económicamente. Eso es todo lo que se necesita.
Fritz: ¡Cambie de rol ahora!
A. B.: (Como el “perro de arriba”) Pero eso no es todo lo que hay, eso es lo
que tú dices. A estas alturas tienes que involucrarte en algo. No puedes
hacerte a un lado y simplemente sentarte a mirar. OK. Si necesitas
involucrarte, hazlo. No es una cosa tan difícil de hacer. Hay miles de cosas
ocurriendo allí afuera. Tienes todos los modos de involucrarte. Hazlo y ve qué
sucede.
Fritz: Usted parece empezar a experimentar algo.
A. B.: ( como el “perro de abajo”) ¿Cómo te atreves a decirme una cosa así?
Yo estoy a cargo tuyo. Me voy a sentar por los próximos treinta a sentir
lástima por mí misma y no voy a hacer nada. Y no me digas lo que hacer. No
me digas. Se me mezclaron los roles. Se me mezclaron.
Fritz: Eso es porque los roles están mezclados.
A. B.: Claro. No quiero hacer nada. Parte del entusiasmo que yo tenía por la
vida se ha ido, y yo sigo tratando de encontrarlo otra vez, pero no puedo. Y no
sé qué chispa es la que me va a hacer sentir viva otra vez.
Fritz: Bueno.
A. B.: ¿Que ponga mi voz en esa silla...? Mi voz es bonita. Una vez hice un
show en la radio. Tú eres una voz bonita. Tú estás viva, eres interesante, eres
bonita, grave, inteligente... eres una voz que refleja lo profundo. Es una voz
excelente. Y no sólo eso, sino que te ha llevado muy lejos este tipo de voz con
la gente, inmediatamente ordena algo. Las personas la escuchan porque
tiene esta cualidad... (cambiando).La voz se controla.
Fritz: “Yo me controlo”.
A. B.: Ah. Yo soy la más grande manipuladora en la tierra. Pero tengo que
estar aquí mismo. Soy la peor manipuladora de la tierra porque todos ven a
través de mis manipulaciones después de un rato. Al principio no, pero
después ellos ven a través de mi manipulación. Y yo pienso que puedo jugar
un juego que nadie más reconoce, pero ellos me ven. Ellos me ven. Y yo no
me doy cuenta que ellos me ven. Ésa es la parte estúpida.
Fritz: No cambie su voz.
A. B.: La apenada soy yo. La apenada soy yo. La apenada soy yo. La apenada
soy yo. La apenada soy yo. Y deja esa estupidez de sentir lástima por vos
misma. La apenada soy yo.
Fritz: Más pena, más.
A. B.: Adelaide, yo me siento apenada por ti, pero, este mm...
Fritz: Ten mucha pena.
A. B.: yo me siento apenada por ti y me siento apenada porque Dios te dio
mucho y tu sólo no lo has aprovechado todavía. Simplemente no lo has
hecho. Realmente no lo has hecho. Siento lástima por ti porque no puedes
ponerte de pie. Ah, tú te has puesto de pie bastante, pero podrías hacerlo
más seguido.
Fritz: ¿Qué escucha usted?
A. B.: A una niña suplicando.
Fritz: ¿De qué edad?
A. B.: Siempre llego a los nueve. Hubo algo a los nueve.
Fritz: Otra vez...
A. B.: Ah, yo lo siento por ti, Adelaide, por esa estúpida familia, y todos los
gritos en mis oídos. Ellos estropearon mis oídos. Yo no podía escuchar. Así
que me cerré y cerré mis oídos. Pero es tiempo de abrir tus oídos ahora.
Porque nadie está gritando ahora. Y apegarte a tu niñez es tan aburrido. Es
tan aburrido. Estoy cansada de pensar en ella. Realmente no me interesa. Si
realmente no te interesa ya, entonces todos lo que tienes que hacer es abrir
tus oídos y escuchar. Eso es todo lo que tienes que hacer. Simplemente
escucha. Escucha al mundo. Escucha la música. Y escucha. Tal vez sea todo
lo que hay que hacer.
Fritz: Cambie y dialogue con sus oídos.
A.B.: Mis oídos. Estos oídos están... mis oídos están cerrados. Yo soy mis
oídos y estoy toda cerrada y no escucho. Yo me cerré toda. No quiero
escuchar. Estoy oyendo sólo una cosa. Sólo estoy oyendo a alguien gritando
terriblemente. Todos gritan... Todas esas personas horribles, horrorosas, de
mi familia con la excepción de ese hermoso padre. ¿Podía escucharlo? No, yo
no podía escuchar a nadie.
Fritz: ¿Su padre?
A. B.: Él era patético, pero bueno.
Fritz: Hable con él.
A. B.: Querría haberte amado más cuando estabas aquí. Eras un hombre
dulce, un hombre muy inteligente, un hombre sabio. Y yo no te escuché. Yo
no te escuché en absoluto. Me hubiera gustado. ¡Si tan sólo mis hijos
pudieran escucharte!. Ellos no tienen ningún padre a quien escuchar. Ellos
tienen un ambiente totalmente diferente.
Fritz: ¿Qué oye?
A. B.: Una mezcla. Oigo una mezcla de él y de ambos gritando.
Fritz: ¿Qué oye?
A. B.: Oigo la cinta del grabador. Eso es lo que escucho. Descubrí algo nuevo
en esto. Escuché algo completamente nuevo que nunca había escuchado
antes, Fritz. Se lo debo a usted. Descubrí toda una cosa sobre escuchar que
nunca había descubierto antes. Todo un sentimiento sobre abrir mis oídos.
Fritz: ¿Qué oye?
A. B.: ¿Qué oigo? Me oigo a mí misma queriendo escuchar.
Fritz: ¿Usted no tiene oídos todavía?
A. B.: ¿Yo no tengo oídos todavía? Estoy en camino, sin embargo, la gente
siempre me está diciendo, "Pero tú nunca me escuchas. No escuchaste lo
que te dije."
Fritz: Haga silencio.
A. B.: Está bien. Lo oigo suplicar conmigo, mi padre, para escucharme.
Fritz: ¿Qué oye ahora?
A. B.: el Vacío.
Fritz: Ahora...
A. B.: Oigo el grabador. Lo oigo a usted. Ajá... Ajá... Lo descubrí... Escucho lo
que es. Escucho lo que es ahora. Fritz: Más...
A. B.: Escucho el sonido de las personas en el pasillo. Lo escucho a usted.
Oigo el grabador. Oigo el aparato de aire acondicionado.
Fritz: ¿Qué oye?
A. B.: Así es. Oigo lo que es ahora.
Fritz: Usted necesita usar sus oídos.
A. B.: Descubrí un nuevo modo que me vino en lo que se refiere a escuchar.
Me escucho a mí misma y mi voz sigue allí afuera. Mi voz es... Siento esta
realidad dentro de mí, que yo sentí durante mucho tiempo. Pero mi voz no
transmite... esto no transmite lo que yo quiero expresar. En eso la
fragmentación me hace mentir. Fritz: El escuchar y el decir.
A. B.:. ¿Ve? Eso es... La cuestión sobre escuchar es... ¿Le digo? Ni siquiera
recuerdo ahora lo que he dicho como el piloto.
Fritz: Así que usted necesita el grabador.
A. B.: Es verdad. No retengo. No retengo.
Fritz: No, usted no incorpora.
A. B.: Pero, ángel, yo realmente no... usted sabe que yo le tengo que decir
esto... Realmente no vine a esta entrevista para hacer esto.
Fritz: Aaaaah...
A. B.: ¿usted sabía? Me refiero a que esto no es para lo que yo vine.
Fritz: Esas son sólo excusas.
A. B.:. Esas son sólo excusas.
Fritz: He pasado por esto cien veces.
A. B.: Eso no es lo que yo... no. ¿Podríamos continuar? ¿Por favor?¿ A las
mujeres se les permite conseguir lo que quieren, no? ¿No? ¿Por favor? Yo
quiero. Si no, la entrevista que yo había planeado, tendré que inventarla.
Fritz: No.
A. B.: Yo pondré lo que usted dijo en la lectura sobre "limpiarse solo el culo
es una señal de madurez". Tengo toda una nueva dimensión. Pero la cosa es
que sin haber vivido todo lo que viví hasta el momento, no la tendría. ¿Usted
sabe lo que quiero decir?
Fritz: Yo sí sé lo que quiere decir.
© Copyright 1972 por Adelaide Bry Nota biográfica sobre Adelaide Bry (por Max Gartenberg,
Agente Literario) Adelaide Bry era una escritora interesada en los distintos modos en que los
psicoterapeutas alcanzaron a curar las mentes, y en compartir este interés con los lectores en
general. En su libro “Inside Psychotherapy” (“Dentro de la Psicoterapia”), libro en el que esta
entrevista con Fritz Perls fue publicada por primera vez, ella entrevistó nueve prestigiosos clínicos
de diferentes escuelas. Entre sus otros libros hubo dos sobre análisis transaccional, “The T. A.
Primer” (“La Base del A. T.”) y “T. A. Games” (“Juegos de A. T.”), y “A Primer of Behavioral
Psychology” (“Una Base de la Psicología del Comportamiento.
Traducción al español: Gabriel Merino y Nora A. Guinsburg Producción periodística: Lic. Nora A.
Guinsburg Fuente periodística: Artículo publicado por Gestalt Critique, Revista de Terapia Gestalt,
Política y Espiritualidad, del Gestalt Therapy Institute of Cologne, Alemania.
fritzgestalt © 2001