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Erudición como sanación

PARA EMPEZAR
“Soy un pobre joven que sigue sus inquietudes y temo que pasaré esta vida en dicha
persecución de metas gregarias. Al final encontraré que desperdicié todos mis talentos por
haberme entregado a todo aquello que fabricaron los dueños de este mundo”
LA ORGANIZACIÓN DE LA MENTE ha sido un tòpico muy poco socorrido para
investigaciones cientificas y, què decir de esta nula actividad en el tiempo actual y
predecesor. La vida organizada, la que da cuentas a alguien, es una vida digna de gozarse
porque es parte de un cosmos y desecha el caos. Este tipo de vida se alcanza cuando
miras al cielo, de ahí baja la lluvia y los rayos del sol. El pensamiento romanticista alemán
vino a traer a los seres humanos un ejemplo de organización y búsqueda de la pureza en el
arte, las ciencias. La planta no tiene tiempo de pensar en inquietudes como lo hace el
hombre, por eso su flor llega en el justo momento que se esperaba como adorno, los
pètalos abren y el pistilo crece como órgano femenino dispuesto a recibir la semilla que lo
fecundarà para concebir un fruto. En todo el proceso de la naturaleza existe una
organización y el hombre que ha de asimilarla, dominarla. Los órfebres constructores de las
capillas del renacimiento mantenían un estricto orden en sus procedimientos para dar forma
a los retablos con precisión y simetría milimétrica. El amor derramado por sus manos surge
al ver los avances de sus obras, que cuanto màs acabada está, menos se tiende a
abandonarla por el plàcido deseo de terminarla para admirar tanta belleza. En efecto, es la
alegoría motivacional de poseer una mente organizada, el delirio por terminar una obra
mueve a todo artista, y al final confiere a nuestro juicio su interpretación. Cômo nos
atreveríamos a emitir una crítica sin tener fundamentos. Tan sólo basta escuchar a todos los
youtubers opinar en podcasts hablando de lo que no saben.

Sentidos e ideas puestos a trabajar todos a una, acuñando los rostros de los pasos que
damos en el peregrinar. En cambio, los demonios de carne y hueso, que persiguen sus
propios sueños y su propio misticismo pero lo odian en los gentiles o extraños en sus
conceptos, ningún orden podemos esperar en toda aquella mercancía de su autoría. Si
bien, por protección de nuestra vida, o de nuestros intereses podríamos no hacer caso a
quienes alteran nuestra organización, asociaciones neuronales que nos llevan a actuar de
una forma en que buscamos protección y satisfacción de necesidades, es inevitable recibir
estímulos y distracciones que nos desvían de nuestros propósitos y objetivos. Aun habrá
quien se mofe de las mentes creativas, de los que se separan de los vicios y buscan estar
por encima de sus inquietudes más simplistas, pero quien lo haga puede ser condenado a
la prisión de sus vicios, sin libertad bajo palabra.

Grandes son las ciudades famosas por sus vinos como Mendoza en Argentina o Napa,
notables recursos y tradición de familias exitosas envuelven su historia en la que no cabe
ningún advenedizo que con su intervención altere el orden establecido. Toda buena
gobernanza impone restricciones y en la producción de comestibles y bebidas el control es
aùn mayor.

En la industria gastronòmica requerido es el control de calidad para preservar una


reputación, algo que no se conseguiría si no existe un orden y disciplina que evite el desvío
de los parámetros vistos en la experiencia del arte culinario. Desgastarse recibiendo quejas
de comensales, lesiones con cuchillos, quemaduras, asì como el culteranista pasó por
problemas imposibles de resolver a su favor, hambrunas y demás avatares que le robaron
tiempo para la lectura y la ejercitación, pero no por ello fueron inhibidos para generar partos
con los que nos agasajamos en la literatura universal.

Un tono impetuoso y en exceso burlón con el que muchas fábulas fueron adaptadas para
concitar vasallos con sus opresores; obras escritas que atestiguan de modo directo o
sigiloso que esa organización es digna de ser admirada y entintada en papel por lo que no
fue casualidad que la censura de los tiempos renacentistas (estamentos organizados)
remitieran a las autoridades a muchos de estos autores. Sus locuciones nos deleitaron el
oído y nos han movido, también, a entender lo nocivo de la imposición bien orquestada.

Pensar cosas hermosas invitaba Peter Pan a los niños. Lo hermoso de los poemas nada
conocidos para una crìo pequeño de parvulario podemos organizar para presentàrselos en
un dìa cualquiera como lo hicieron nuestras maestras de hace 40 o 50 años. Ideales que
tienen una historia especialmente portentosa con resucitaciones por todos los siglos. Un
gran descalabro sufrió la humanidad con los motores que se le dio a la imprenta y
cinematógrafo generando exponencialmente producciones que dan rienda suelta a la
satisfacción de toda clase de pasiones como la pornografía y el multiculturalismo, quillet de
debilidades y pasiones extremas.

El equilibrio se perdió, los resultados están a la vista, la población mundial creció en


proporciones nunca vistas, y el patrimonio de los productores de estas tramas tòxicas
también floreció. Sin embargo, si se està sediento de conocer prototipos literarios de
alimento espiritual y sanos equilibrios no hay mas que imitar a los eruditos que de tanto
buscar se puede llegar a dictaminar, como lo hicieran los filòlogos alemanes, que entre el
Ramayana y el Popol Vuh hay muchos paralelismos como cantos, salmos y bailes que
compendian explicaciones de la vida y la creación.

Semejantes paralelismos, hoy mismo, se pueden contar en horas de transmisión


electrónica, en todos los países del mundo, en forma de satisfacción de cualquier tipo de
gustos, dicha creatividad literaria o musical tienen revestimiento de lascividad y proliferaciòn
de gérmenes psicópatas. Es un estado telepático el que mueve toda una generación del
siglo que nos venga a cuento, pero los simplistas solo atinan a decir que esta colinealidad
debe tener su explicación en los hilos que mueven extraterrestres que jamás hemos visto.

Las cosas aquí expuestas se pueden analizar con diferente criterio: con el de un sofista,
un dogmático, un demagogo, un racionalista o con el de los dueños de este mundo. En
particular, los dichos de éstos últimos son plegarias que retumban como mantras en
coloquios y entrevistas de líderes de opinión que tienen acceso a los medios electrónicos.

No cejan en sus esfuerzos, la masificación de sus conceptos negativos forman parte de


un protocolo que deviene de la época de la ilustración, mediante la reproducción del sistema
republicano o democrático. Los saberes de los pueblos están muy lejos de ser de interés
para estos protocolos, y solo los encuentran atractivos cuando hallan en ellos puntales
para confundir a la opinión pública.

Es entonces que les otorgan derechos propios así como espacio para la multiplicación
de sus ideas que promuevan el pluriculturalismo, uno que nos mueva a escoger, a
inclinarnos por un equipo deportivo, por un decreto presidencial, por un credo,
segmentaciones que facilitan las metas de estos dueños del mundo que tejen hilos con
diferentes metodologías para acrecentar la manipulación y el consecuente incremento en la
rentabilidad de sus inversiones.

Haciendo turbia la vista a través del cristal, empañando los criterios con una amplitud
mal entendida es la mecánica con la que la mente convierte un cielo hermoso en un
infierno, un futuro exitoso en la degeneración o la indigencia.

La filosofía es la ciencia de la pretensión legitima de dar claridad a una cruel realidad, la


de un hombre arrojado del paraíso, acomodado en un lugar en donde su integridad se ve
amenazada a diario, escapando de duelos a muerte con individuos o situaciones, que al
principio no parecen tener significatividad en la infancia, pero que al ir adquiriendo edad
reconoce su plena dimensión.

Es claro que un individuo puede hallar explicaciones de esa realidad, muchas de ellas
ideologizadas, muchas de ellas sopesadas y otras cuyo origen es el impulso de la
ocurrencia. Cuando se sopesa, al mismo tiempo se reconstruye un tejido local con células
de otras partes del cuerpo, con pensamientos alternativos, algunos te imponen su agenda,
otros te facilitan un encuentro con la sabiduría, tu eliges.

Cuando no sopesa el hombre se halla fuera de su tiempo, semejante a un estado de


coma, es un ente disperso, no se concentra en sì mismo, quizás se encuentre en el dilema
de liberar a su mente pero es posible que no tenga la seguridad necesaria para dar el paso.
Retomar las representaciones que hicieron los filósofos, conduce al ànima que vaga en
pena a escuchar y leer sustantivando nutrientes màs elaborados que los simplistas de
influencers. La hipótesis radica en que al prestar atención a los marcos teóricos y
referentes de siglos, hará que anules las vulgares ideas de autores como Carlos
Cuauhtémoc Sanchez renunciando a aprender leyes de la naturaleza concebidas en las
vísceras de las cuentas millonarias de oportunistas.

Estás en todo tu derecho de optar por exacerbar tu curiosidad con anécdotas imposibles
de comprobar de estos vagos escritores, o bien buscar el maná, la leche y la miel del
conocimiento y la ciencia que sí es ciencia. Discernir la ciencia conlleva marcar el territorio
de tu alma con un antes y un después.

Las comunidades como las de el amazonas no tienen momentos diversos porque son
indiscernibles las acciones en cuanto a su temporalidad. Un dìa puede parecer para sus
nativos un siglo, y un siglo puede parecer un dìa. Las mutaciones de pensamiento de estos
pueblos, el transformar su reflexión es algo fortuito pero no imposible. No obstante,
cualquier cambio se darà en los términos en que màs convenga a un poder hegemónico y
no necesariamente acorde a los intereses propios de ellos mismos. ¿Tendràn tal vez el
presentimiento de retrocesos o afectaciones y deciden permanecer en su estado natural ?

Guaicaipuro era un cacique aborigen del amazonas muy respetado por su comunidad.
Resueltos los españoles que pretendían obtener el control de sus dominios decidieron
atraparlo con una expedición compuesta de soldados de los más valientes y de indios
baquianos originarios de una tribu ya sometida al imperio. Fue de noche la alevosa
arremetida, murieron niños y sus madres y cuando lograron someter al cacique, en los
estertores de su muerte expresó en su lengua: “Venid, venid extranjeros, venid y ved como
muere el último hombre libre de estos montes” (Lector venezolano, 1986 pag. 40).

Motivaciones egoìstas en el actuar de los sometedores, y absolutamente comprensibles


las de los sometidos a resistirse. Es la imposición de un sistema organizado por encima de
otro que también lo es, pero que no generò las suficientes capas de la cebolla como para
relacionarse en forma diplomática con quienes habrán de venir a conquistarlos y
avasallarlos. En el acuñamiento los conquistadores decidieron usar en sus nuevos
territorios el mismo troquel que utilizaron en Europa sin ninguna clase de adecuación o
comedimiento.

Con toda libertad, en el plano emocional e intelectual, los seres humamos tenemos
preferencias a la hora de inclinar el oído a toda clase de dichos que profieren, como
depredadores imperialistas, filósofos, psicólogos, y toda clase de académicos, coaches o
intelectuales, y en hacerlo no se percibirá una sensación de tortura y dolor como la que
experimentó Guaicaipuro. Si eliges un clásico, barroco o teórico de gran reputación queda
en ti la sensación de salvación, de una guía que conduce con relativa seguridad tus pasos
hacia juicios informados, logran la firmeza en los cimientos quienes sedimentan con ansia la
sapiencia.

Toda la teoría està incorporada visible o invisiblemente en el pensamiento sistemático


que pusieron en pràctica los triunfadores. Los designios que resultan de este pensamiento
producen fruto, las divagaciones y delirios de los coaches solo dan una aproximación en la
que es requerida la concurrencia de paralelas condiciones a las que ellos vivieron o les
relataron sus entrevistados en investigaciones y otras indagatorias.

En la Isla de Santorini la mayoría de las actividades se hacen al aire libre, se cocina en el


patio, la ducha también y todos aprecian las costumbres de esta cultura, propios y extraños.
Nadie te enseña a comprender y apreciar el medio en que vives, lo aprendes cuando
prestas tu atención a historiadores, arqueólogos y cronistas que nos cuentan còmo era la
vida en el entorno que habitamos. El arqueólogo Spyridòn Marinatos comenzó a excavar en
1967 en Akrotiri y al poco tiempo murió in situ.

Los vestigios fueron apareciendo a la par de serpientes como sucede en cualquier


excavación, los frutos de su esfuerzo los cosechò su aprendiz Dumas. Una forma muy
común de reconocer y apreciar tu entorno, tu comunidad es recrear o reproducir hechos
históricos de la localidad, de esculturas y arquitectura que prevalecieron y con el tiempo
desaparecieron, aunque no del todo, porque los eruditos a eso dedican su vida, a rescatar
la sabiduría ancestral.

Nos comunican, sin tanto laberinto, de una cultura floreciente como todas las islas de
Creta, famosa por sus textiles y cerámicas, tanto como sus minotauros que nacieron por la
inseminación mitológica que hicieron toros en mujeres sacerdotisas, quienes vestían con
cortos corpiños para mostrar sus pezones simbolizando el poder del amamantamiento y la
energía que podían compartir a sus hombres, cuestión descifrable cuando se atiende el
conocimiento de otros pueblos como el hindù que nos enseña sobre la energía interna del
cuerpo que fluye en forma continua de la mujer al hombre con tan solo mostrar el busto y el
disfrute de los mismos durante el acto ìntimo.

Tambièn sabemos que el trono de los minoicos no era tan majestuoso, que estaba al
nivel de los asientos de sus secuaces.
En general, los estudios arqueológicos permiten hermanar a los habitantes actuales de
Santorini, con los minoicos porque las lluvias de aquel entonces eran tan copiosas como las
actuales que hacían que las casas se pegaran unas a las otras y el calor que padecían era
insoportable por lo estrecho de sus calles. El rey Felipe II le encargò a sus protomédicos
como Francisco Hernandez y Monardes, que “apreciaran”, buscaran plantas medicinales
para publicar un catàlogo americano de fármacos basados en esa posible herbolaria
sanitaria del nuevo continente y, asì, poder contar con remedios para la recuperación de la
salud de los peninsulares en la Nueva España.

Al hacer esta clasificación, como la muy reconocida labor filológica de Fray Bernardino
de Sahagùn, el rey nos dio una lección de apreciar lo nuestro, de saber lo que nos
pertenece y, en ese sentido, no ha lugar a que se nos proponga un método para ayudarnos
a reconocer lo que tenemos, lo que hacemos bien. En lo anterior hallamos lo posterior, los
retablos nos dan la entrada al cielo y del cielo bajan a los retablos las manifestaciones
espirituales.

Pompeyo, el emperador romano, mandò construir un anfiteatro especial para celebrar y


elogiar todo aquello que era Roma, la gloria de su emperador, y aunque cayera en el
autobombo, encontramos en esta acción un ejemplo perfecto para animarnos a imitar su
complacencia y sentarnos a reconocer lo bueno que tenemos, en nuestro entorno, en
nuestra personalidad, en lo propio, porque a menudo admiramos lo que otros tienen, se
convierten en ídolos los métodos de otros, como la situación educativa de Mèxico,
adoptando recetas del extranjero, cuando es menester estudiar lo que se hace y darle figura
a la creatividad de individuos competentes locales para instaurar sus propuestas.

Hay remedios y recetas de los que podemos apropiarnos como sucedió con el
descubrimiento que hizo James Lind en su buque Salisbury (1746), quien tuvo la genialidad
de advertir que al contar con cítricos en los viajes, y una excesiva limpieza de las naves fue
posible eliminar por completo el terrible padecimiento del escorbuto, que diezmò a muchas
tripulaciones de diferentes imperios.

Sin embargo, cualquier hallazgo o descubrimiento se puede hacer cuando las personas,
las naciones se sientan a apreciar y considerar sus capacidades, su entorno, a descubrir lo
que poseen, inventariarlo y producir una derivación positiva de todo ello para la posteridad.

Es en extremo frecuente que los coaches y apóstoles de la prosperidad y la autoayuda


nos juren que nadie nos enseñó a apreciar lo que hacemos, el lugar donde nacimos y
vivimos o a la persona que tenemos en nuestra vida o nuestras pertenencias o logros, o
peor aún, nuestros hijos. Se aprovechan de la inexistente formación acadèmica y de
sabiduría de los individuos, sus libros llegan como mercancìa ACME, o sea, en el momento
justo en que el lector los requiere para enderezar un poco su camino con dichos ramplones.

Una falacia de grandes proporciones no ha existido porque si de algo no carecemos es


de figuras, de rostros, de modos de hablar que materializan todo aquellos conceptos que
habremos de ocupar para vivir. La vida que tenemos no es una idea abstracta porque todos
tenemos a diario una receptividad dinámica en detalles que florecen en nuestra realidad
galopante: de un entrar y salir de nuestros hogares, diligencias internas o externas en las
que nos ocupamos de quienes amamos, que no estamos disminuidos en nuestras
capacidades como para no valorar el permanente contacto que tenemos con el exterior,
con quienes viven cerca de nosotros.

En resumen, los filósofos de la antigüedad nos dan las pautas para hacer un verdadero
aprecio para un uso racional con un pleno respeto de todos nuestros recursos, escribieron
un legado de conocimientos que nos posibilitan destrabar el “nudo gordiano” que vemos en
cada situación de la vida.

Por otra parte, la música y el arte nos proporcionan sensaciones y emociones que
elevan la energía y el ànimo de quien las disfruta, para apreciar el espacio en donde nos
desenvolvemos; nuestra incapacidad por no poseer pertenencias puede hacer que muchos
se sienten a escuchar música o a escribir poemas porque se han cansado de la pereza y la
frustración, siendo que las artes y la música son exclusivas de los seres humanos muy
educados, pero también existen expresiones artìsticas en todo ser humano sin importar sus
inclinaciones o acumulación de conocimientos, muchos de ellos nos heredaron piezas
musicales o literarias sin imprimirle su autorìa, son los llamados cantos y escritos del
dominio popular.

Hubo un tiempo en que todo el curriculum escolar era aprender dichos, fábulas y
expresiones musicales, y en la antigüedad este tipo de conocimientos edificó una sapiencia
mucho más compleja que la actual, las estadísticas demográficas marcan un equilibrio, la
barbarie estaba concentrada en ciertas áreas geográficas de condiciones meteorológicas
adversas a la fragilidad del hombre y por lo mismo el resto del planeta supo excederse en el
refinamiento de virtudes codiciables, virtudes que alimentan el alma errante del ser humano.

Es dificil disimular la irritación que ha provocado durante décadas cualquier consejería


locuaz. Si uno de ellos es infamante, la multitud de opiniones, argumentos que han guiado a
generaciones con sus improvisaciones confieren una mayor confusión.

Sufren de una innegable incapacidad de generar filosofía porque su estructura de la


realidad “ de las cosas que son” no encajan en ningún esquema, sus ideas son como
cuerpos sin carne, huesos secos que exigen una mayor fè en sus resultados.

Las cascadas de aplausos no se detienen en sus presentaciones en auditorios abiertos,


alimentan su hybris al darse cuenta de la total desorientación de almas con boleto en
mano para asistir escalando con frenesí por soluciones a sus problemas, alegrías
momentáneas, esperanzas y el juego de palabras que profieren son la convocatoria
perfecta para hallar en ellos un oasis artificial tan anhelado por èstos naúfragos sedientos.

Usan metodologías conversacionales para generar estados emocionales y mentales que


venden caro, terminan con un bolsillo vacío y salen cargando con sus mismos problemas
pero con la pertenencia al culto de los que tendrán éxito en todo lo que hagan con tan solo
seguir ciertos esquemas o procedimientos establecidos por personajes imaginarios parte de
la retòrica de sus monólogos.
Los asistentes a sus conferencias y asiduos a adquirir su “literatura” sienten que se
empoderan o emancipan desde el momento en que pagan su boleto de entrada o su libro,
su exigua dialéctica no les permite diferenciar entre una seudociencia y la ciencia, son
equiparables a los que se acercan para que les lean las manos, el tarot o “el café”.

Lamias que raptan incautos con sus lecturas, vuelan por todos los países agotando
localidades, segregando impunemente, desde su barcaza fanfarrona, de las ánimas al
silogismo, cazan mentes carentes de hibridez con los cànones màs elementales de la vida.
Sus dichos son cantos que atraen con el erotismo de un éxito fácil y que siempre està en la
elevación del ego emancipado por la improvisación; tan agresiva es la tentación de estas
sirenas de la pluma y el papel que Lorelei quedarìa fascinada por estos asaltos.

Figuras míticas del tipo best seller lucran en sobremanera por un tiempo, aunque tarde o
temprano terminan mal cuando los tiempos cambian y aparecen nuevos seudocientíficos,
que en mejores tèrminos son talentos de la oratoria y verborrea. Como el joven numantino
Viriato que se lanza de la torre antes que caer en las manos de Escipiòn el africano, todos
debiéramos cometer el mismo suicidio, antes que comprar sus libros, asistir a sus
conferencias o ver alienantes películas hollywoodenses.

Si tú casa está limpia serà para ensuciarla o conservarla limpia. La gente que se recrea
en el pensamiento de moda también refieren de una necesidad de aliviar sus frustraciones,
corazas y sociopatìas que no resolvieron en su etapa formativa. Liberan sus reflejos y
creen que en su naturaleza está el compartir su vida con otros pero en el fondo está muy
marcada una exigencia que todos los demás la perciben como mendigar.

¿Ensuciar tu casa para despuès ponerla en orden ? Si te haces rey, te cubres de


esplendor, pules tu lenguaje, compensas tus precariedades con excelsitudes, despiertas tu
avidez, pasas de ser un conato de incendio a una bola pírica inextinguible, platicas con tus
antepasados con tus espejos de obsidiana de fondo negro como acostumbraban los mayas,
de no hacerlo dejarìas que la selva te cubra con sus plantas y te engulla.
Este espíritu de ascenso en las virtudes limpia tu interior, y la ensucias cuando prestas
oídos a los nuevos conceptos, a los coaches, a los guiones cinematográficos de Hollywood
hechos por sociedades de los poderes fàcticos. Sociedades anónimas con agendas
destructoras de los valores de todas las nacionalidades.

Cualquiera que se siente a observar y analizar una cultura y costumbres de otros, y


encuentre valores negativos o de vergonzoso proceder buscarà por cualquier medio
alejarse de dichos valores. Esta actitud de mantenerse incólume no les conviene a los
judíos dueños del mundo. Ellos buscan exaltar los valores negativos, que detestan,
haciéndolos ver como buenos y deseables, de forma tal que sea posible acelerar el suicidio
intelectual y moral de el quorum humano global.

Es muy claro que estos dueños generan a diario arremetidas contra nuestra mente
haciendo las huellas de las escaleras pequeñas y los peraltes altos, como los que
encontramos en la torre mayor de Chichen Itzá. Esos escalones fueron diseñados así para
que los que subieran tuvieran una solemnidad y adoración absoluta a su dinastía,
semejante postura inclinada tenemos todos cuando consumimos sus guiones en películas y
música estrafalaria, una actitud análoga tienen ellos pero, por el contrario, se organizan y
prestan adoración a sus credos para no contaminarse, a no ser que quisieran perder el
poder económico y político.

Siempre estuvieron y están en condiciones favorables de apoyar la difusión de todo tipo


de precariedad conscientes que de esta forma inciden en las mentes de las masas quienes
gustan de estas expresiones, quienes no prestan ni oído ni vista para encontrar oasis en la
vacuidad moral del mundo, y por omisos comprometer la autoimagen.

Con estas artimañas organizadas, unos preservan y adquieren una supremacìa en lo


moral, se ayudan entre ellos (siempre que demuestren pertenecer al mismo linaje milenario)
en todas las formas posibles sin escatimar en gastos y al resto de la población de la
humanidad miran como vasallos a los que hay que aplastar. Los otros, el resto que no
somos como ellos, los “goyim” , al caer en las trampas de sus propuestas artísticas y sus
textos carentes de sustancia nos condenamos a perder la DIGNIDAD que Atenas conquistó
con la excelsitud de toda virtud en toda disciplina del conocimiento. No podemos
responsabilizar a los dueños del mundo por nuestra estupidez sistemática, lo que resta
hacer es redireccionar nuestros pasos.

Quien no entienda que el ser humano de todos los tiempos tiene una obligaciòn
imperiosa de construir una investidura y autoimagen, elevarse como las pirámides con una
reputación, una posición, puede equipararse su nulo cumplimiento con la mediocridad.
Asesinan con hachís, su futuro; no es sorpresa que el debate de las drogas, y en particular,
el de la marihuana se extienda por todos los gobiernos, porque es un camino idóneo para
eliminar la reputación y una autoimagen modesta, al hacerlo te conviertes en asesino, aun
sin probar la droga.

En sus digresiones registradas en libros, Marco Polo evitò al máximo recorrer desiertos
y montañas escarpadas, siguió siempre la ruta de los rìos y lugares de gran comercio,
agricultura y artesanìa.

El nunca se imaginó que las generaciones futuras practicarían todo lo contrario: las
bibliotecas están vacías, los talleres de orfebrería con escasa matrícula y campos
abandonados. Es la vida en un salar, un desierto. A medida que pasan los años y tomamos
acciones para construir esta investidura, concomitamos con nuestros valores el buen
proceder en la construcción individual de nuestra identidad, de nuestra imagen que
podemos ver en un espejo.

El low-life norteamericano se construye con la peor oferta disponible de contenidos, las


peores vestimentas y las palabras màs soeces. El grecorromano no puede darse un minuto
ni de silencio en su tarea constructiva. Escenario perfecto del inicio de una película cuando
un individuo recrea su pupila en la literatura, filosofía o religión que lo empuje al bienestar.
Somos pordioseros que añadimos conceptos a nuestra vida, todos los cuales prestan la
misma utilidad que la de un ropaje.

Epoca tras época de nuestro existir mudamos de prendas de acuerdo a nuestros


intereses y conveniencias, todo aquello que preste auxilio a justificar una frugalidad, una
misoginia, un chauvinismo o cualquier postura tendenciosa. Su origen es claro. Es posible
equipararlo con la oferta total de ideas que lleguen a nuestros oídos: conferencias,
programas de entrevistas en radio o televisiòn, un libro, una película. El alma de quien
desea justificarse, legitimar su investidura, o construir su ideología recorre todos los
rincones de la noosfera en busca de lo que le cumpla su deseo. Anda errante como Caìn
pidiendo consejos y conceptos, es un pordiosero.

El que le otorga su consejo se enriquece, es autor best seller, es una celebridad, es el


dueño de una revista para caballeros. Tanto el que ofrece como el que solicita pueden
considerarse espontáneos, viven y sufren la crisis de la filosofía. En poco o nada buscan
ceñirse a la sabiduría ancestral. Y no lo hacen porque la consideran pasada de moda,
anquilosada, fuera de contexto. -¿ A mì de què me sirve leer las palabras de Sèneca o de
Platòn?....-Vivieron en otro tiempo, no corresponden sus dichos con nuestra realidad-. Nada
más alejado de la realidad.

Los verdaderos filósofos buscan apurar a los seres humanos a elevar su condición
humana a una instancia superior, nos conminan a un papel mas activo que ser solo simples
depositarios de una continuidad y obreros subordinados a los mismos esquemas. Los
contenidos y conocimientos en la actualidad cumplen con los objetivos que persigue una
“Pedagogía de la asimilación”, la cual es el brazo ejecutor de políticas publicas cada vez
más lesivas de de derechos humanos de los individuos en todas las naciones.

El coaching es un instrumento analgésico indispensable para la “asimilación” de


obligaciones, facilitador de actitudes frente a las asignaturas pendientes que imponen las
políticas pùblicas neoliberales, consejos condimentados con múltiples testimonios exitosos
de obreros, que como tú, pero sin queja y amargura, dan resultados a todas las labores que
penden como anclas de fierro fundido sobre sus cuellos.

Los planes y programas de estudio de todo el mundo poco a poco dejan fuera todo
conocimiento filosófico y científico para dar paso a este tipo de contenidos. Es
completamente absurdo considerar como teoría o principios racionales a todo aquel dicho
tradicional, costumbre o usanza.

Si bien es cierto que se necesita mucho arte para ser “entendido por todos”, si se
renuncia a los conocimientos sòlidos y fundados, y se sustituyen por estrategias, tácticas y
acciones que a muchas personas hipotéticas les han dado resultados, serán éxitos hechos
a base de principios con aroma a invento, apilamiento de constructos de hechura incierta.
Es de toda normalidad citar a autores best seller en las charlas diarias en un programa de
televisiòn con este tipo de ingenio vulgar, andamiaje seductor de còmicos, marionetas,
conductores de televisión y personajes teatrales creados especialmente para convencer de
una nueva tendencia o guìas para garantizar continuidad de una forma de pensar que
detenta el grupo en el poder.

Hay verdades operantes de cualquier siglo que pasan por nuestras neuronas con
distinguida facilidad. No las ponemos en duda. Si te dicen que el que a hierro mata a hierro
muere sabemos en la cartografía de nuestros impulsos que mucho de razón contiene este
dicho. Este tipo de principios morales no forman parte de la continuidad que preserva un
status quo.
Son verdades por todos conocidas. Sin embargo, tenemos memoria de una constante
representación simbólica de problemas y misterios que hemos resuelto, en ocasiones sin
tener conciencia de còmo se llegó a un buen desenlace. Nuestro ingenio es suficiente para
librar cualquier contratiempo. En este tipo de situaciones es donde el coaching intenta
ayudarnos, al mismo tiempo que nos entretiene nos impregna de ideas verticales con los
dueños del poder.

Muchos coaches tienen acuerdos con los gobiernos para mantener la armonía y al
mismo tiempo se produce la continuidad. El miedo que tienen los pocos dueños del dinero
y el poder no es en vano: El corazón de los hombres pueden adquirir el carácter de fieras
dispuestas a alterar el orden, la revolución violenta en razón de injusticias y nula
distribución de la riqueza.

Pensadores contemporáneos fungen como comparsas del stablishment como Jorge


Castañeda o Enrique Krauze, letras autorizadas por las màs altas esferas del control global.
Nos invitan a ser pero al mismo tiempo no nos toleran por vulgares y por sufrir de un
enanismo intelectual, según su visión. Sus escritos son productos elaborados con la mayor
vertical actividad, siempre dando la razón al poderoso y demeritando los esfuerzos de los
harapientos que estamos por debajo de toda jerarquía, sus escritos llevan el sello de no
poder ser devorados mas que por doctores de su misma alma mater universitaria.

De toda temática opinan como si nada ocurriera en verdad, sin emoción, sin involucrar
una solución viable, solo exponen por exponer, y en el inventario de su producción
intelectual en lo único que marcan eficiencia es en el etiquetamiento de todo. Este es rojo,
aquel es un “Mesìas tropicalizado”, uno màs es autoritario, otros anarquistas y otros
moderados.

Anticipan el infierno de un régimen o preparan el camino para su gallo favorito. El vacío


de sus propuestas cobran carácter positivo, no importando que al tèrmino de su gobierno se
deslinden del tal por la vìa màs cómoda, la del olvido. Viven con toda conciencia las artes y
las letras de sus colegas, sollozos de gusto manifiestan si de filologías y crònicas se trata.
Empero destruyen toda resistencia que se oponga a la aceptación generalizada de la obra
artística de cualquier autor de su gusto, de la misma forma en que promueven la victoria de
determinado grupo de poder político.

Como autor es infinitamente satisfactoria la sensación sublime que produce el enterarte


de que un lector encontró su lugar en el universo gracias a uno de tus textos. ¿ Què
categoría de intelectual puede tener alguien que no le importan sus lectores? Solo escribir
para agradar a sus líderes, mecenas políticos, y obtener en esto una buena cantidad de
dinero.

No parece importarles mucho su responsabilidad como escritores, mucho menos su lugar


en la historia. Sus ideas tampoco les importan, responsabilizan a las modas y tendencias
sus virajes como si quien tiene una cita con el destino pudiera llegar por cualquier vìa. Sus
frecuentadores y patrones se maravillan con todo tipo de producción que sale de sus
plumas por el prestigio que tienen. Crìa fama y èchate a dormir.
El mundo no es màs asequible por sus palabras e ideas, tampoco por sus intervenciones
y defensas a esquemas y proyectos políticos: aventuras fornicarias del poder y las letras. En
la palestra y ante audiencias es flagrante su equivocación, su escasa ecuanimidad al poner
en la cima a sus favoritos y denunciar o atacar a los nada afines a sus ideas.

Las relaciones humanas pueden tener muchas equivocaciones, en algunos casos


dejando huellas negativas perennes. La exposición a la que sometes tu corazón y mente
acarrea consecuencias peores. Ninguna responsabilidad es imputable a quienes
deliberadamente publican contenidos perniciosos, es tarea de cada uno indagar la buena fè
del autor que leemos, pero en todo caso, es posible evitarnos serias complicaciones
volviendo al Ateneo.

El editor o presentador de libros, con el afán de venderte la idea de que su propuesta es


inofensiva te convencerà que mientras permanezcas leyendo cualquier libro llevas mucho
por ganar, y nada que perder. Y la forma en que uno puede escudriñar la coherencia de un
autor es buscando ciertas palabras o ideas que lo pueden representar como un simulador.
En diferentes capítulos de su novela, de su tesis, de su propuesta acadèmica modifica,
rehace, se contradice hasta hacer que la mentira y la verdad sean una sola.

Ninguna corcondancia es perfecta como la bíblica, alguien puede interpelar, pero con
solo dos capítulos podemos hallar las redes de invenciones incoherentes que pretenden
deslumbrar a un lector impresionable, uno nada docto como decía Sor Juana.

Fenómenos editoriales se consideran a sì mismos, rellenos de vacìos espirituales diría


otro. Escritos que surgen como alimento para el hambre de valores y normas morales. Por
el camino de la mentira se puede llegar a la autenticidad creen muchos de ellos, agregan
que no importa si sus historias son reales ya que la mente ha dejado de confiar en el
positivismo de la evidencia para dar paso a la magia de la anécdota surrealista.

De esta forma, Cuahtemoc Sanchez consiguió exponer en una de sus novelas moralistas
que un individuo se contagiò de SIDA en una noche de copas en un hotel de Acapulco, con
una desconocida que dejó una nota hecha con lipstick en el espejo. Para luego defenderse
cuando fue descubierto que dicho suceso había ocurrido diez años antes en un país de
Sudamèrica.

No obstante, el afirma que para cada libro publicado invirtió “años de investigación”. La
invitación està ahì, para que afirmemos nuestra elección sapiente de regresar a buscar a los
griegos, a la sabiduría ancestral, o nos quedemos con las migajas (coaching) que cubren
vacìos existenciales.

El temor a ser hallados faltos de sustancia mueve a muchos a leer. Desde niños
debemos encontrar las definiciones de todos los millones de vocablos, antes de que los
vocablos nos definan a nosotros. Habemos de aparentar tener conocimientos o habremos
de obtenerlos de verdad. Nulificar nuestra existencia es el castigo de no saber nada, de no
leer nada, es cuando dejamos a los que están en eminencia la decisión de hacer con el
destino de la nación uno semejante al objeto de sus caprichos.
Salir de nuestro autoinfligido ninguneo se puede lograr cuando descubres que ese coach
que dice escribir novelas moralistas después de años de investigación solo te esta tomando
el pelo porque sus escritos solo llenan sus propios vacìos morales, y los de aquellos que lo
admiran porque tampoco han logrado conectarse con la sabiduría ancestral y dar forma a su
Ser. ¿ Quien puede màs que cimentar sus palabras en referentes sapienciales cuando los
encuentra al hacer investigación?

Tejer propuestas literarias o acadèmicas con vulgaridades es el equivalente a invitar a


tus amigos a un McDonalds. Convengo en que muchos datos no comprobables puedan
impactar, eso sì muy evidente, en aquellos que no tienen una formación científica.

Por ejemplo, Dale Carnegie hace la afirmación en uno de sus libros que èl se animò a
escribir, aun a pesar de que sus amigos dueños de editoriales le conminaron a no hacerlo,
ante una triste realidad de que 8 de cada 10 libros que se publican en los Estados Unidos
son un rotundo fracaso. Este enunciado puede tener una validez lógica, pero no
necesariamente una validez universal.

En otro orden de botones está la muestra de lo que es una validez universal cuando al
afirmar que el agua hierve a los 100 grados centígrados en ciertas condiciones de presión
atmosférica, por lo cual Dale Carnegie toma por sorpresa a sus lectores al decir que su éxito
es de mucho mayor valor dado el número desproporcionado ( no necesariamente
verdadero) de fracasos en la industria editorial.

Su libro es incompleto y tendencioso por fallar en proveer de datos fiables en casi todas
sus premisas a lo largo y ancho de cada uno de sus textos. Dale Carnegie, en pleno siglo
XXI ha repetido la misma hazaña de vender ideas erróneas pero tan permanentes como las
que convencieron al mundo de lo que era el mundo según los geógrafos griegos como
Eratóstenes y Posidonio. Muchos de los postulados de estos coaches estimulan las áreas
emocionales de los lectores.

El espíritu humano està muy propenso a aceptar cualquier idea que circule por la
noosfera, màs aun si se trata de condimentos que exalten las hormonas de los individuos.
Volar sobre el pàntano, juventud en éxtasis, apenas son dos títulos que reconocemos como
aliciente para un buen ànimo, tal como lo hace la droga famosa conocida como “Êxtasis”.
La mente demanda ser atendida primero antes que las emociones, por mucho que nos
entreguemos a lo afectivo, todos tenemos una forma de intuición racional que nos impulsa a
exigir que se nos faciliten los datos o las evidencias en vez de anécdotas baratas que
debilitan la mente exacerbando la emoción. Aun los espectadores de las obras de Calderón
de la Barca, en aquel siglo XVII del teatro clásico, muchos de ellos analfabetos fueron tan
exigentes como los de nuestros tiempos.

La confianza en las palabras del hombre se vuelve imposible, por lo que si el señor
Cuauhtémoc Sanchez me dice que hay un hambre por volver a las normas morales y sus
sueños y fantasias son la respuesta a esa necesidad, si el señor Dale Carnegie me dice que
la actitud de los demás depende de mi actitud no hay pensamiento diferenciado en ello,
pero no son guìas científicas para fundamentar la actividad del pensamiento.
La solución no puede hallarse en un hombre en particular; todos están sujetos a las
mismas pasiones y el reconocerles alguna autoridad en sus dichos constituye un error
epistemológico del que tratarè en otro apartado. Lo que ignoran y hacen que el público
lector que tienen cautivo omita de sus cogitaciones es que los conflictos humanos están en
la superficie, en la epidermis de un instante determinado, y sus anécdotas o relatorìa de
hechos y situaciones que pretenden aplicar como postulados de solución a todo tipo de
situaciones similares son anacrónicos y no concurrentes.

El escepticismo que se aplica en estos casos no es uno pesimista que te hace dudar de
todo hasta de tu misma existencia. Ofrezco la posibilidad de que un autor best seller
recluido en la sección de autoayuda en un anaquel de libros no sea transmisor de
soluciones sòlidas o contenga la ventaja de un cimiento firme de conocimiento, y solo sea
una vanidosa celebridad que ha construido una industria de libros exitosos bajo la
construcciòn de varios autores, que por un salario mínimo, maquilan ideas inconexas al por
mayor, tantas como nombres tiene un directorio telefónico ordenado alfabéticamente.

En este punto, estimado lector, quizás te estès preguntando por una posible obsesión
por estas figuras de la pluma y el pensamiento contemporáneo en lo que a autoayuda se
refiere. La duda por la autenticidad y la sustancia que generan estos escritos, no es por
envidia de sus ingresos y ventas millonarias, surge porque en el esfuerzo por llegar a
postulados y ponencias de estatura mínima en la Ciencia un espíritu nos permea: el de
hacer un recorrido intelectual paralelo al que hicieran los grandes científicos, sabios
ancestrales y filósofos griegos. Es el regreso al ateneo, o la ensoñación del paseante
solitario.

Quedan muchas cuevas en el conocimiento por descubrir, muchas aristas en las


montañas a las cuales es posible aventurarse, santuarios no conocidos o que no están en
lugares tan atractivos como el jardín inmenso que es Europa, y esto nos puede motivar a
mostrar indiferencia ante los vendedores de textos y conferencias surrealistas, de los más
grandes del mundo como Og Mandino.

Aún si nuestra aventura quedara recluida a mil ejemplares vendidos te invito a que te
unas a deleitarte con los verdaderos epistemólogos y filósofos, confecciona con ellos tu
vestuario con palabras e ideas que te pueden aportar para reinventarte y rechaza la
improvisación bestselleriana. Sigo dando màs razones como el no encontrar un trabajo de
erudición en estas obras.

Contienen mensajes del tipo publicitario y muy concordante con la propaganda de ideas
que en la historicidad encuentras han recurrido las altas esferas del poder. Muchos de
estos autores no tienen ningún compromiso teòrico, y mucho menos pràctico, de esclarecer
cualquier problematización en su pertinente intervalo de tiempo en el que ubican sus
anàlisis, omiten contextualizar e historizar los hechos que enuncian y aseguran que no son
ficticios, les dan un tratamiento con frases acuñadas y añaden considerandos intempestivos
a sus ponencias pervirtiendo la formulación idónea de hechos mediante el uso de aleatorios
sucesos que incrementan la sensación de una lectura placentera.
Supón que todo el mundo les creyera y pusiera en pràctica todos los pronunciamientos
de los coaches. Cuantos ricos habrìa, cuanta gente feliz, gente con habilidades
emocionales, gente asertiva, personas emprendedoras y motivadas, gente positiva. Debido
a la diversificación del pensamiento y a que no vivimos bajo un régimen único mundial que
controla las ideas (aparentemente) es que no participan de un andamiaje teorico todos
estos autores, o no es fácil hacer esa distinción en un análisis hermeneutico aunque por
sus credenciales sabemos que tienen al menos una idea de esta indispensable implicación
objetiva con los marcos teóricos.

En las universidades se exige una teorizaciòn seria, bien construida, rechazan las tesis
una y dos y hasta veinte veces pero a èstas estrellas de la industria editorial nadie les refuta
el hecho de que muchos de sus dichos no tienen validez. Un nivel destacado de
alejamiento de subjetivaciones es requisito vital para que los libros de autoayuda y de
consejos para alcanzar logros significativos en el progreso individual o colectivo puedan ser
validados como aportación a la episteme.

La contribución del pensamiento vulgar a las corrientes del pensamiento de cien años a
la fecha ha permitido reconstruir el andamiaje de una doxa esotérica para unos cuantos y
un discurso exotérico para el publico en general, y no es el camino idóneo para una
masificación del pensamiento complejo. Es muy tentadora la oferta de empresas editoriales
a artistas de la actuación, deportistas, políticos, para que se sienten con un equipo de
trabajo a redactar un libro de autoayuda, semejante postulación hacen los partidos políticos
para no perder votantes.

No es imposible que una actriz de telenovela pueda emitir juicios verdaderos en uno de
sus tantos libros de autoayuda; sin embargo, los procedimientos que marca la validación
con un rigor cientificista de contrastaciòn con la epistemologìa no se cumplen en lo màs
mínimo.

En este libro, tal como muestra la portada, nos proponemos darnos el privilegio de que el
ateneo nos habite, y desechar en la basura lo que no tenga raíces milenarias. Las funciones
del cuerpo, las de la mente no se pueden explotar con tanto recurso discursivo moderno sin
bases. La diferencia o discernimiento de las cosas requieren a veces luz, y a veces no tanta
luz como cuando se trata de disfrutar de una aurora boreal.

La erudición, conocimiento de todas las cosas debiera ser la meta del ser humano, la
más grande, entre muchas otras, la más excelsa. La vida esta llena de cosas muy bonitas,
muy llamativas, intenciones muy buenas, pero la sustancia de la vida no es superflua como
los adornos y accesorios con las que viene empacada. La sustancia o esencia de la vida se
descubre con los pasos de los años, todas esas proporciones ingeniosas con las que las
cosas, los animales, la flora y los astros han sido concebidos no es posible entenderlas de
manera simplista con filosofías y construcciones improvisadas , que levantan muchas
dudas tanto sus propósitos como sus productos o conclusiones.

Engaño inflexible es la torpe dedicación a improvisaciones, rechazando la erudición.


Todo lo que nos conecta con el conocimiento nos eleva del estado material del cuerpo, nos
hace trascender, y las obligaciones y cargas diarias nos distraen de nuestro fin último que
es el viaje al más allá. Los espacios en los que habita el hombre son cambiantes y se
alteran en la misma proporción en que lo hacen los requerimientos vitales. Sven Hedin
descubrió ciudades en Asia que fueron abandonadas por dichos cambios.

Maravillados por estos descubrimientos de Hedin arqueólogos franceses y alemanes se


echaron la mochila a sus espaldas para luego encontrar las huellas del imperio de Alejandro
Magno. Desarrollar las aptitudes más notables en nuestro inventario de capacidades,
ignorando lo que otros buscan imponernos es el verdadero espíritu de depredador, no el de
la especulación financiera como lo desarrollan los dueños de este mundo.

El hombre tiene ciertas aptitudes al nacer, pero ya cuenta con un cumulo de expectativas
ajenas que pesan sobre su cabeza. Estas expectativas deben ignorarse por completo,
provengan de una institución oficial como la escuela o de tu familia, porque ni unos ni otros
se harán responsables de ti cuando termines solo, cuando las miserias e infortunios estén a
la orden del día. No es provechoso filosofar filosofías ajenas todo porque a este o aquel le
ha rendido frutos.

Muchos estudian para hablar eruditamente de las cosas, otros para conocerlas de
verdad en todos los trajines por los que han evolucionado tales cosas. Los filósofos y
coaches de esta prosperidad que nos venden se prepararon muchos años para vendernos
sus libros, y no les importó si esas ideas fueran sustantivas o no, las acomodaron y
maquetaron en sus libros con tal de que tuvieran una excelente acogida y venta.

Es preciso reconocer que durante muchos años nos hemos movido sin afán por conocer
o saber qué es esto que tenemos en nuestras narices que es el aliento de la vida. Moverse
o no en dirección de cualquier directriz marca el devenir de la humanidad. Las directrices
que van y vienen sobre nuestro espíritu son como bombardeos continuos que no cesan y
que van sembrando en nuestras mentes toda clase de imágenes, instrucciones y planes
mediante una imposición autoritaria, sea por medio de canales familiares, institucionales o
de la calle (informales).

En un estado de excelsitud, de erudición es fácil ser confundido con directrices


premeditadas que vas encontrando en la vida, con mayor razón somos influidos cuando
tenemos solo nociones simplistas. Las aptitudes, talentos y otros recursos propios del
individuo se ven obstaculizados con estas agendas y guiones que tienen prioridad en la
formación del individuo.

La tarea de este libro, de este autor es convencer a los adolescentes y jóvenes de


acercarse al verdadero conocimiento, cualquiera que este sea, y vomitar todo aquel escrito
que te imponga una agenda ajena, un guión extraño a tus intereses. La tarea es
desembarcar y detener la acción de querer tomar agua de cualquier manantial, es el
averiguar con los nativos qué naturaleza tienen las aguas que encontramos delante de
nosotros. La vida no es un afán de subirse a cualquier singladura, ha de ser un viaje lleno
de excelencia.

El mundo es un desierto, pero los cedros, acacias, olivares y arrayanes solo aparecen
ante las miradas con luces rebosantes. Ese desierto es un educador verdadero, le gusta el
silencio de quien está atento a aprender, puede ser hermoso cuando aparecen los oasis,
que es la voz que guía en medio de la corrupción, con sus danzas de mujeres hermosas
cubiertas en velos que niegan a la primera vista los confines del saber.

Con toda certeza el desierto es la miseria en la que iniciamos nuestros primeros años de
la juventud, que nos preparan para la hostilidad de los años venideros. Un lugar de
intemperie situación de desamparo, tiempos de desgastes y violencia, sin esos sacrificios
no se forma el carácter en esos primeros años de gran plasticidad y resiliencia para
aquellos años venideros en que se formará un hogar, una familia que requerirá de toda
nuestra resistencia a toda decadencia que nos intentan vender a nuestras mentes,
decadencia en la música, en lo que leemos, en nuestro trato con los demás, malos
desempeños que generan una mala imagen, por la falta de firmeza o alimento que da esa
firmeza, confianza y seguridad en uno mismo, situación que imposibilita el aprendizaje
indispensable que tenemos todos los seres humanos para dar protección y amparo a las
siguientes generaciones.

Los dueños del capital y los medios de comunicación, que por testimonio sobrado
sabemos quienes son, han dedicado su esfuerzo y recursos en contaminar las mentes y
conciencias de todo el globo terráqueo justificados en el hecho de que todos los que no
compartimos de su religión somos bestias salvajes con gustos y vicios que hay que
satisfacer.

Un ejemplo muy claro lo tenemos en Rusia, tres siglos atrás, Ucrania, y otros países de
Europa. Destiladores de whisky que provocaron hambrunas en muchas villas de Europa y
Norteamerica, mientras ellos se hacían de buenos recursos permanecieron en sus valores y
religiosidad, sin importarles que el veneno de su alcohol llegarà a obreros y campesinos de
todas edades. Ellos ( de quienes todos conocemos su identidad envenenadora) se
enriquecieron también con la pornografía y se aprovechan de toda lascivia y vicio humano
para bloquear el futuro de todos excepto el de su etnia religiosa.

El ser humano, como fundamento, tiene el de cuidar a otros, ser sincero con ellos,
buscar hacerles el bien. La prueba esta en que nuestro cuerpo tiene miedo de hacer las
cosas mal. Si nos sonrojamos tenemos miedo a que se nos vea que nos estamos
sonrojando, ya sea porque se pueda pensar que estamos mintiendo o expulsando un gas, si
subimos una colina y fácilmente experimentamos vértigo evitamos a toda costa seguir
escalando para no sentirlo.

Si cantamos una canción no nos sentimos bien si nos equivocamos con la letra, pero se
nos ha hecho tan anecdótico y tan presente entregarnos a los vicios que los promotores del
mal, los dueños de este mundo nos ponen al alcance la pornografía o los movimientos
candenciosos de bailes lascivos. Es una gran contradicción que si el ser humano evita
ciertas situaciones que nos hacen sentir mal no evitemos por completo todo aquello que se
nos vende a nuestros cerebros. Automatismos que llegaron para quedarse sin que hagamos
algo para arrancarlas de raíz.

El último eslabón de lo que estos filósofos al servicio de los dueños del mundo nos
intentan vender es el de la autonomía, una más parecida a la anarquía que a una verdadera
autorregulación. Una filosofía que elimina las dependencias, el ayuntamiento, que no la
homogeneidad o pensamiento único que ahora se transforma en la filosofía del nuevo orden
mundial. El ayuntamiento que es regresar a casa y que todos en ella convivan y sean
generosos, independientemente de que sean familia o no, una dependencia sana en las
escuelas, con intercambios y colaboracionismos, una comunión entre vecinos de una calle o
un condominio se va eliminando y ha devenido en un aislacionismo, el individualismo en su
máxima expresión.

En ejercicio de su autonomía, y viendo el control estricto que tenían los reinos de


Portugal, España y el imperio musulman, el rey inglés Enrique VII decretó que Cabott se
hiciera a la mar con la ruta del llamado paso del noroeste, y siguiendo este camino se
encontró con Terranova y el Artico. En esa autonomía y falta de unión entre las potencias
europeas se dio como antesala de futuras guerras y odios entre naciones europeas,
precisamente por esa falta de generosidad y valorar la comunión, la unión de fuerzas para
realizar dichas expediciones por el mundo.

Los dueños del mundo saben todas estas historias que desunieron al mundo y las
aplican de nuevo, día con día, porque es la mecánica idónea en que pueden gobernar los
destinos de la humanidad, el aislacionismo es la herramienta perfecta. Aun la biblia nos
profetiza de la utilidad de esta herramienta que es el dividir cuando dice que unos a otros,
dentro de una familia, se dividirán y se entregarán a las autoridades mediante la delación.
Todo empieza cuando en una familia se comienza a separar, a irse cada uno a su
habitación en momentos en que ha lugar reunirse como en eventos para celebrar fechas
especiales, o bien, cuando nuestros hijos ven cómo nos esmeramos más en el trato y
hospitalidad con gente desconocida que con la que tenemos lazos consanguíneos.

Cambian las cosas y la forma de transformarlas, llegan los días en que nos preguntamos
¿dónde vamos a vivir?, ¿con quién voy a viajar?

Todos nuestros desplazamientos, dentro y fuera de la casa deben estar bien pensados,
muy organizados, para que cada paso que damos cuente. Las dependencias pueden
ayudarnos a darnos el sentido de las cosas, o al menos fungir como recordatorios vivos, el
aislacionismo y divisionismo permite que los dueños del mundo florezcan aún más. Ellos si
toman en cuenta a su familia, no están aislados, consultan a otros con mayor sapiencia y
están siempre en contacto unos con otros dándose apoyo sabiendo que el resto del mundo
esta dividido, a nivel familiar, a nivel nacional, porque ellos mismos con sus productos,
mercancías y tendencias se han encargado de proporcionarnos los medios para esa
“autonomía” mal entendida.

La ciencia te empuja hacia fuera, te hace ver lo que nunca has visto, ver todo el exterior
como procuraban los físicos de Jonia. Es la fiesta de los olvidados porque quien se afana en
la ciencia busca historias antiguas, todas aquellas del viejo mundo e inframundo. Quien lo
hace no evita toparse con fractales y teselaciones, con infinitas coronas concéntricas de
homotecia interna, donde los quiebres más ocultos repiten los patrones más generales.
Imposible no tener una cita con las funciones matemáticas, aquellas que nos ayudan a
explicar el mundo, y también las que solo están de adorno.
Nada es más viejo que hacer analogías, más repetitivo que la polémica o conservador
como el combate. Por simpatía con la luz buscas personas no instruidas para mostrarles el
mundo, a nadie le gustaría permanecer en la caverna escuchando como otros disfrutan de
los lúmenes allá afuera. Radico como síntoma de ignorancia incurrir en gastos y decrecer
en invenciones e inversiones.

Mucha ciencia te aleja de las habilidades sociales, poca ciencia te hace el alma de la
fiesta, por lo que si los científicos destinaran mucho de su tiempo para actividades de
enseñanza en la universidad los hallazgos y las patentes disminuirían notablemente. El
mundo oscila en el péndulo de los que inventan y los que destruyen, los que crean una
teoría y de los que se mofan de ella; de los que atienden bien a su familia y de los que por
negligencia envían a cada uno de sus hijos a casas de adopción.

Es increíble que para poder tener fama tengan los artistas que divorciarse o incurrir en
adicciones para atraer más públicos. ¿ Por qué no nos atrae la corrección y la virtud? Es
cierto que el hombre cuando se pone en el plan de ser correcto puede caer en la soberbia y
la vanagloria como Pompeyo, perorar en lo bueno de la vida hace a muchos inclinarse a la
prosopopeya y se puede terminar ciego y loco por tanta luz en los ojos como el Quijote. Tu
motivación hacer el bien sea el de explorar nuevos caminos, aquellos que se nos escapan
del mapa, descubrir un remedio para un mal o ampliar tu casa.

No comunica verdad quien no se desposee de las escamas de sus ojos, quien no se


suelta de los asideros de los apetitos de toda clase que padecen sus carnes, toda
civilización que se precie de serla ha de comenzar con este desposeimiento. Las ideas que
tomas en tu juventud, en tus estudios iniciales, te marcan para toda la vida. Tus ideas te
hacen crecer más allá de las intenciones que tengas en tus primeros pasos.

Tus padres te arrojaron a la comunidad de la vida, pero en realidad tu mismo te


arrancaste de ellos y empezaste a vivir por tu cuenta. Tus padres sufren y gozan al verte
construir tu embarcación, cuando te ven soltar las amarras sufren más, cuando tu obra,
suficiente ya, se va alejando y corres a favor o contra corriente. Todos somos llamados a
llegar a ser una eminencia, pero no todos usamos la misma en el bien de los demás. Cada
vez son más los que buscan su propio beneficio a costa de la ruina del resto. Analizando la
formación de muchos eminentes nos damos cuenta de cómo desde chicos fueron
conducidos a la destrucción de sus vicios y los de su prójimo.

Recorrer descriptivamente el territorio que cada uno de ellos acotaron, se ve difícil


abarcar toda su obra pero por sus últimos actos podemos determinar su legado. A medida
que vamos creciendo como profesionistas vamos tomando decisiones que dan cuenta de
nuestra adhesión decisiva a las distintas formas de civilización, a determinada jerarquía de
valores y a determinada forma de interpretar la vida y la muerte.

La civilización que se descarga en diferentes vasijas, en diferentes ideologías, credos


y tendencias no es civilización: es un deshielo de cumbres gregarias y hormonales,
debilitamiento de un pulmón en sus diferentes fases de cáncer, diferentes ríos que
erosionan la tierra por ese deshielo. La misión de la formación de quien busque la
eminencia es alejarse de toda influencia exótica o de moda, desoir a pedagogos y filósofos
por correspondencia, escritos de improvisados como los que escriben libros de autoayuda
o superación profesional como César Lozano, es apegarse a todo el caudal de ciencia y
cultura rescatando los olvidados tesoros de todas las civilizaciones del mundo.

Es volver a lo propio de cada etnia, de cada cultura, sus tradiciones derramando todos
esos secretos de humanidades que de un tiempo a la fecha se han ido sepultando para dar
paso a contenidos filtrados por gobiernos y editores a su servicio. ¿Cuántos universitarios
en esta globalidad conocen de los esfuerzos científicos de colegas en su localidad?
¿quiènes están estudiando sobre la producción literaria y artística de su comunidad?. No
hacemos por investigar algo de todo ello si no lo vemos en nuestro plan de estudios, los
alumnos y sus maestros se concretan en investigar contenidos relativos a una curricula.

No digo que los estudiantes y sus maestros ignoren cómo investigar, solo afirmo que
van dejando de lado todo aquello que por política no es conveniente tratar, se trata aquello
que los de arriba han decretado debes conocer, por ejemplo el calentamiento global o la
explosión demográfica. Tenemos una representación moral de los temas que debemos
conocer, visión fragmentaria, y no tiene ningún valor porque mucho de lo que se nos da en
nuestra formación inicial no fue acompañado de nuestra curiosidad, no logramos estudiar a
fondo como lo hace un arqueólogo.

Ninguno de nosotros nos pareció valer la pena sacrificar nuestra vista, nuestras
pestañas leyendo a altas horas de la noche en el ara de fusionarnos con lo divino
conociendo más allá de lo que nos encargaron nuestros maestros. Nos untamos los
cabellos con gel para que no se notara que no nos habíamos bañado al siguiente día de
nuestra jornada, jurándole al maestro que estuvimos hasta muy entrada la madrugada
leyendo pero en realidad estuvimos viendo televisión o escuchando música con los antiguos
aparatos de reproducción musical que pesaban casi lo mismo que nosotros.

Debiéramos dejar de exigir prácticas imposibles de lograr en la formación de nuestros


alumnos, dejar de perturbarlos con esa charlatanería perniciosa de que nosotros hacemos
lo mismo cuando no lo estamos haciendo. Los chicos que tenemos a nuestro cargo no
llegarán a ser eminentes si no logramos que se enamoren de la actividad tecnológica, pero
antes que eso, del crecimiento en la lectura, el alfabeto y un poco de jabón antes de llegar a
la escuela.

Caemos en una burda caricatura, un desconocimiento completo de la jerarquización de


estudios que exige toda educación, de la suficiente flexibilidad para lograr la interiorización
de los elementos que deben adquirir, con la intención de igualar hacia arriba, no hacia
abajo. Me es imprescindible poner de ejemplo que en muchos pueblos de nuestro país, la
gente acostumbra bañarse antes de ir a la biblioteca, de ir a pasar un rato en la plaza, de
jugar a los dardos en la feria.

Una actitud parecida requerimos los docentes, adornar nuestra aula, preparar los libros
y darles herramientas y elementos que eleven el carácter de nuestros alumnos, que logren
dar la importancia que nosotros le damos a sus estudios. Es la consagración de la
corporeidad cotidiana. Las verdades que nos interesan, el amor por ejemplo, es toda una
consagración. La música que nos gusta, que nos hace inclinarnos por ese amor es una
representación de ese amor, aunque no es el amor per sé.
El verdadero amor está, más que en la suerte de un encuentro, en el cultivo, en la
adaptación de los hábitos de los enamorados, en el seguirse buscando aunque pase el
tiempo, disfrutar la actividad pero también el tiempo de espera para iniciar cualquier
actividad, son calorías de alimento espiritual, un sabor que nadie podrá encontrar en el
amor a menos que se conmueva con cada paso que el enamorado da en la polvorosa. Lo
mismo pasa en el estudio y en la formación porque es un amor por el conseguir el más alto
rango, la presea, la mención honorífica.

La erudición no es una ficción sentimental, no es una bella dama a la que una


vagabunda aspira recibiendo instrucción y pràctica de buenas maneras. La inteligencia
construida artificialmente no produce buenos entendedores, como en momentos en que se
requiere entender verdades absolutas a partir de palabras sueltas o afirmaciones
abruptamente interrumpidas, es dejar la burla y el sarcasmo, por mucho que Hollywood nos
los imponga como recursos discursivos o tretas para hacer el corazón màs engañoso de lo
que ya es.

Todo el saber humano y la erudición se reduce a tomar decisiones inteligentes, mucho o


poco puede crear el ser humano mientras que primero privilegie el sospechar de todo y de
todos. No basta el estudio ni el ingenio si no existe una sabiduría por las buenas elecciones,
virtud que solo la otorga la naturaleza o Dios. Hay eruditos que por muy doctos que son,
eligen lo peor, gustan de lo menos plausible, todo les sale mal, se reúnen de amistades de
las menos agraciadas o que les puedan favorecer en algo, cometen errores en la
delegación de sus asuntos y dan màs complacencia en sus fiestas a sus invitados que a sus
patrocinadores. Es actuar como la abeja o la mosca, una elige la miel, la otra, la hediondez.

Expresamos nuestras maneras de ser y nos sentimos orgullosos de cualquiera que sea
nuestra actitud. Situaciòn deplorable entretenernos en mostrarles a los demás la varianza
de nuestras actitudes en mayor medida a la constancia de nuestros trabajos. Ningùn pintor
que se precie de serlo deja su trabajo a medias, los colores se adhieren con màs firmeza a
medida que se practica una adecuada superposición de capas, dejando secar cada capa,
saber què tipos de colores se usan primero y cuales después, saber cuàles nos pueden dar
efectos de resaltado o de volumen.

El trabajo paciente del artista tiene mucho de enseñanza para las demás disciplinas,
algunas actividades te pueden alejar del sueño biológico requerido por el cuerpo.

En la forma de conducirnos hallamos señales de que hemos sido bien instruidos, cuando
partimos de limpiar nuestra área de trabajo antes de iniciar nuestras diligencias, cuando el
pintor pule bien su madera antes de ponerle la primer mano de barniz, el campesino
barbecha y el apostador de caballos estudia bien sus estadísticas antes que emitir una
quiniela.

Denostar la manera de comportarnos emprendiendo la organización del continuo


pulimiento de los defectos constituye el regreso al ser del que fuimos separados, ese ser
que somos nosotros mismos en estado de gracia, es el divorcio de tus muy peculiares
circunstancias para llegar a ser hijo de una constante organización intelectual e
independencia o autonomía de criterios que es lo que marca un carácter firme.

Tener carácter no es gritar, golpear mesas cuando se quiere establecer una ordenanza,
es el ser fiel y leal a tus principios y convicciones y defenderlos incluso con la vida. La
sabiduría que llega con la edad es libertadora y salvadora, rompe el limite entre el tiempo y
la eternidad, lo coyuntural y la operación soberana universal. ¿ De què me libera? De qué si
no de la afectación que lo físico hace a lo moral, de la imaginación erótica que nos distrae
de nuestros deberes y disminuye las facultades de tu entendimiento, operación mental que
a veces nos recuerda que somos eternos.

Cuando recibimos una ofensa, una injusticia, o cuando obtenemos aquello que tanto
deseamos nos recuerda que no representan nada esas situaciones si las comparamos con
la inmensidad de la eternidad, por mucho que nos lleven presos por facilitarle a los lectores
las verdades y falacias palpables en la circulación de ideas en la noosfera, por otro lado
tambièn nos recuerda que habremos de recibir un castigo monumental cada vez que
tropezamos y lastimamos al prójimo.

Nada màs sabio que renunciar a las riquezas y falsos honores o adulaciones que nos
distraen del objeto final al que estamos destinados, consideración que bastaría para
rechazarlas decididamente pero quienes aspiramos a ello, aparte, tenemos miles de
aguijonazos cotidianos en nuestro actuar que intentan desviarnos en la ruta.

Encontramos en el mundo real que la individualidad nos arrastra a considerar màs los
recuerdos nostálgicos, buscando causas que entretengan nuestros sentidos como
voluntariados a los que nos entregamos deliberando si buscamos otros donde no dudemos
de nuestro entusiasmo altruista. En todo momento lo bueno que hacemos nos parece una
quimera.

En el cuidado que debiéramos tener sobre la apropiación de valores hemos fallado. No


es patente de la escuela la transmisión de valores. Después de haber reconocido el valor
que tenemos como nación, la pertenencia a la misma, a sus recursos, del valor de nuestros
antepasados y sus obras, en relación análoga al autoelogio de Pompeyo, en la elipsis e
hipérbole.

No hay mucha catalogo en el inventario de las buenas obras de los transmisores de


valores, muchos de ellos en la didáctica avarientos más de gloria que de resultados, prestos
a corregir pero no a dar un ejemplo, con imitación de otro universo que no corresponde al
de sus palabras. Qué corrección puede dar quien se recrea en desventuras, indiscreciones
y trascendidos de celebridades y no en las moralidades de grandes personajes de la
historia. Si bien es cierto que no hay cosa realmente buena que no proceda de Dios, tales
obras son inasibles, todas las demás obras son apariencias y en la sabiduría, que
marcamos anteriormente, habremos de sospechar de toda infinitud de apariencias sin
apurarse a fijar como sutil esencia a ninguna.
Es perseguir a la mujer deseada, o por decirlo de otra forma las obras humanas y
reformarte a mitad del camino cuando súbitamente adviertes que se desvanece y te
estrellas con la encíclica. La verbalidad es la principal forma de distinguir a un hombre de
valores a uno con la precariedad. Acaparas entendimiento cuando disciernes que los
votantes no ponen atención a lo que dice un hombre cuando lo eligen muy a pesar de las
bestialidades que profiere en su discurso.

Hallas un poder de sugestión muy grande en ciertos exponentes en la cátedra de


valores, en los dirigentes políticos que venden la idea de ser inmarcesibles, poseen una
imagen construida por Gaby Vargas la asesora de imagen, la cual es una surrealista porque
dicha construcción aventaja a la que ejerce la verdadera esencia del objeto.

Deben el impulso e ímpetu que tienen a la destrucción de una visión exterior


convencional mediante el uso de estratagemas, poses y gestos calculados que confunden a
las mayorías quienes no importando de que país se trate, en especial Estados Unidos y
otros países latinoamericanos, la opinión que externan en las encuestas y en las urnas
confirman que han sufrido una anamorfosis instrumentada por dichos asesores políticos y
de imagen.

De ahí que muchos admiren el arte contemporáneo que tanto revuelo causó desde
principios del siglo XX, porque contienen enigmas “sinfín” las cuales son mitomanías cuyo
objetivo es hacer que los personajes (en las pinturas o en la política) aparezcan misteriosos
y codiciables por más insulsos que estos puedan ser. Fantasias que nos hacen abandonar
la razón, maravillas prodigiosas que emanan de nuestros sueños y nos conducen a un
estado de filósofo que no debate sobre las necesidades que lo aquejan sino de las
promesas y agendas que impone su líder.

Reformarse y volver a los caminos de los que nos extraviamos, es volver al ombligo del
mundo después de encontrarlo cuando decidimos soltar para su vuelo en libertad dos
águilas que parece que no atinan a estrellarse en el lugar señalado por Zeus, porque a
pesar de que sigue estando en el mismo sitio al final del río Pristus, las rocas frediadas
imponen un obstáculo para llegar al Monte Parnaso, lugar reverencial, Antro Coricio, cueva
que simboliza la conexión con la sabiduría que perdemos por tanta confusión y distracción a
la que estamos sometidos.

Los miembros de nuestro cuerpo se van transformando, sufriendo envejecimiento y


decaimiento, el aspecto valoral del individuo (obra de la conciencia) también debe recurrir a
cualquier clase de transformación sujeta a la intencionalidad y dignidad que posee
cualquier sujeto. El tiempo que pasa es el principal motor de cualquier transformación.

Nadie, en su sano juicio, que se vea día con día en el espejo, a medida que pasan los
años, no habrá en algún momento de advertir de la urgente necesidad de entrenamiento en
las virtudes y los valores cuando se carece de ellos. Las virtudes no se beben de la fuente
Castalia, se practican día con día en todos los espacios y ambientes en los que nos
desenvolvemos. Cada pensamiento de la mente habrá de ser dimensionado, cada
sensibilidad o emoción que nos caracteriza conviene sopesar, cualquier esquema que
utilicemos para hacer cálculos y hacer elecciones, sospechando de nuestra
autocomplacencia y autobombo.

Cada momento de aparente cansancio habremos de revisar si realmente estamos


cansados o solo aburridos, la manera más sencilla es buscar si participa nuestra voluntad
de ese cansancio porque tal vez no es físicamente ineludible la necesidad de descansar. La
manera de escudriñar si has envejecido y te has bajado de los carros honoríficos de los que
se transforman y buscan reformarse y reconstruirse en su ámbito valoral es volviendo a la
gente que siempre te ha rodeado, con aquellos que has crecido y te has formado, si ellos
han conquistado más coronas o poseen menos que tú, si sus cabezas son más blancas que
la tuya y se han esforzado más en todo tipo de diligencias es menester considerar que tu
vida no ha tenido avances y es hora de renovarse o morir.

Todos podemos llegar a dictaminar que en el largo recorrido de nuestra vida no hemos
sido uno, sino muchos diferentes, personalidades que han ido sufriendo mutaciones, una
surgió de otra, y que dichos contrastes hacen que los eruditos psicólogos y sociólogos sigan
doctorándose en los mismos sin atinar en sus deliberaciones. Si contemplas con
diapositivas, fotografías o escritos tuyos esos diferentes retratos hablados que poseemos
podemos llegar a sufrir una impresión tan grande ante estas metamorfosis psíquicas
producto de años de poco autoconocimiento y autoobservación.

Muchos escritores colocan su fotografía en alguna parte de sus libros donde no


desaparezca por el maltrato de sus lectores, la ponen para que sus descendientes lo
conmemoren y recuerden porque no sea que futuras generaciones carezcan de la
tecnología del lenguaje, hayan emigrado y aprendido otro idioma o simplemente para
contrastar su jovialidad y amabilidad de sus años mozos con la frialdad de una mirada
maliciosa en la edad senil.

Para una transformación no es requerido una abrupta ruptura con una forma de ser, la
convulsión como las de los niños en fiebre no traen sanidad, destruyen las neuronas y lo
mismo se produce cuando una persona se convierte en otra, cambia de religión o muda de
amistades por unas nuevas nupcias situación de chantaje del nuevo cónyuge.

Una vida totalmente monótona y de remansos es imposible, porque las circunstancias de


la vida siempre hacen que un ser encaje en sus pendientes de inclinación, ya sea que su
vida vea una cuesta arriba o una de cuesta abajo llámese a ésta la famosa prosperidad que
nos venden los coaches y filósofos de la nueva era. Las bailarinas de la columna de
Acantos de Praxíteres se hicieron para festejar la prostitución de los griegos, muy criticadas
por muchos sofistas de ese tiempo, y Plutarco sigue celebrando su existencia porque
prefiere celebrar los buenos momentos que la guerra y la muerte que con mayor pasión se
celebra en toda clase de frisos en los frontones.

La historia de una personalidad depende totalmente de la historia del estado de cada


corazón, de sus psicologismos y sociologismos, de sus emociones convulsas y galopantes.
En la enseñanza de valores nunca he escuchado a ningún maestro preguntarle a sus
alumnos: —¿ Qué día nació el amor que le tienes a tu amada, que sucedía a tu alrededor?
— ¿ Desde que día dejaste de confiar en tu mejor amigo?— Nos aterroriza perder el tiempo
en situaciones personales por caer en violación a la privacidad de los sujetos pero no nos
da miedo que ese individuo se incluya en la estadística de los ciudadanos que acumulan
acciones insensibles, recuento que nadie hace en ningún país por ser “violación al derecho
a la privacidad”.

Las gotas de agua erosionan cavernas mientras tu y yo aquí tenemos esta dialéctica, los
gusanos están construyendo seda en muchas partes del mundo y, también, mientras tanto,
cada acto u omisión en la necesaria transformación de un individuo deja huella en forma
invisible o visible, porque como dice Séneca: —“ Yo mismo, cuando digo que todo cambia,
ya he cambiado”.—

Es la perseverencia en la transformación, para bien o para mal, la única que toma lugar
en el corazón del ser humano, y depende de lo que estén engullendo tus neuronas y
corazón será el próximo estado o personalidad que habrá de mostrarse ante los demás. La
imposición de una filosofía ha de tener lugar, sea que se trate de una vulgaridad, de
empachos que producen las drogas o el alcohol, o de una transfiguración de un ente
sapiente con una cabeza caída para adelante o caída para atrás, y lo que debemos de
evitar por todos los medios adoptar en nuestra personalidad la figura de un cabrío, vivir en
pleno desorden y confusión, inmóvil e insensible por tantas libaciones o adicciones, gulas,
ahogados entre malos deseos e intenciones, asistentes a la lectura de manos o la suerte.

Es por demás imperativo que solo nos hallemos postrados ante el oráculo de la
sapiencia y ésta se convierta por lo menos en nuestra última morada, si es que acaso nunca
logramos reformarnos, nunca atinamos a obtener nutrición de los sabios y nos
conformamos con los dichos vulgares de los bestsellerianos, la verdadera sapiencia
ancestral otorgará el favor de sentir aguas parlantes fluyendo por nuestro interior.

Los sabios antiguos aconsejaban la lectura de la historia, primero la personal o familiar,


después toda la que nos permea en la comunidad, en la nación y toda suerte de pueblos
vecinos y de tierras lejanas. Hoy, la fòrmula para el éxito se vende en librerìas con el sello
de “un millón de ejemplares vendidos”, no compedian ninguna lección de la historia pero por
lo menos entretienen a las masas de lectores que se acercan a los libros buscando una
apariencia de deseo de obtener superioridad.

Leer la historia debe tener como principal finalidad la recta ordenación de los asuntos
personales, desde la infancia la curricula debiera tener textos de buenos ejemplos y
lecciones morales, para que luego no vengan los coaches a vendernos libros que se
intitulan: “Lo que nadie me enseñò, aquí està”. Es virtuosismo en maestros y padres de
familia dar reprimendas sin citar malos ejemplos, evitar a toda costa enervar las mentes de
nuestros hijos y pupilos para que no se lancen a los vicios que deben desdeñar.

Habrà quien presuma de mucha sinceridad y no siga este consejo, que no omite ningún
detalle por aparecer muy honesto, pero produciendo trastornos en sus aleccionados. Una
forma más recomendable de asegurar que a quien se aconseja tome el compromiso con
mayor seriedad por elegir un camino o una virtud es el de ser breve y ameno, sería el
equivalente a lo que hacen las farmacéuticas al ponerles un sabor agradable para que los
niños no rechacen la medicina y se afiance la ordenanza del galeno.

El cuerpo está en equilibrio, o no lo está. Desde que nacemos vemos una simetría en
los ojos de nuestras madres, una estabilidad emocional que podremos contemplar, si es
que la tiene, y nos la transmite a nuestra mente. De sus cuidados maternos aprendemos a
cuidarnos por nosotros mismos. O no lo aprendemos. La sede de las emociones se entrega
al imparable trabajo de reconocer cada una de nuestras partes en nuestra anatomía, de
nuestros sentidos, y nuestras madres nos disponen a observar todo el aprecio que ella tiene
por cada una de nuestras partes, con ternura nos dan ese aseo que nos es imposible
administrarnos por ser recién nacidos.

Es este primer afecto, el que nos mueve a tenerle amor a la vida, a conservar nuestra
integridad. Ella nos da consejos de còmo cuidarnos, nos da nuestra primer guía de
supervivencia y los motivos para tomarla en serio. Durante este tiempo aprovechan para
sonreírnos y darnos un beso en la frente o las mejillas, estamos ansiosos de escuchar su
dulce voz cuando se aleja de nosotros, el menosprecio que podemos encontrar en miradas
ajenas, en otras madres, otros individuos con los que se topa la mirada nos hace trémulos y
con frenesì lloramos por la mirada que hemos perdido de ella, el personaje de carne y
hueso màs sagrado en nuestra corta vida.

Nuestra madre nos proporcionò el ejemplo del autoconocimiento, a poner toda nuestra
atención en cada parte de nuestro cuerpo, no solo del cerebro, porque cada una intervino
en nuestro desarrollo. Fue el cerebro el último órgano del cuerpo al que nos animó para
ponerle atención, resolviendo acertijos o aprendiendo a leer, a memorizar una cara de un
juego de tarjetas de combinaciones. En la cultura del país del sol, el cerebro es uno de los
primeros focos de atención de las madres, de tal manera que cuando el niño pone un pie en
el primer colegio en su vida, lo primero que sucede en ese encuentro es una evaluación
donde se probarà cuánto trabajo han hecho las madres con sus hijos tanto en el
conocimiento de todas las partes de su cuerpo como también el hacer un sondeo de las
habilidades cognitivas que marcan las técnicas de estimulación temprana japonesas.

Lleva su tiempo la búsqueda de emociones y sentimientos asertivos, a algunos les toma


toda la vida, en parte porque se niegan a conocer su cuerpo, y en parte porque no tienen un
modelo de emociones y sentimientos con elementos de ecuanimidad. La infancia es sin
duda el período en que el cuerpo está lo más explícitamente posible presente en lo
cotidiano de la vida: las alegrías de las comidas especialmente preparadas para las fiestas,
apagar velitas en los cumpleaños, las golosinas de los abuelos o la comprensión o
connivencia que se da con ciertos miembros de la familia, el placer de la primera bicicleta o
de los patines con ruedas, los primeros esquís y primeras experiencias de la nieve, los
primeros patines para el hielo, los juegos en la calle, en los jardines, en el bosque, en la
playa.

Los relatos de los niños y adolescentes reportan la manera tan variada en que se fueron
autoorganizando al interactuar con sus padres, con sus parientes, amigos y maestros.
Mucho antes de poder hablar ya experimentamos la mediación de ellos, sea que estemos
dormidos o despiertos, el subconsciente registra incluso cuando nos cargaron de la sala a la
recamara, nos quitaron la ropa de gala, después de una fiesta, y nos pusieron la de dormir.
Sin esos primeros cuidados no habrìamos podido construir nuestra subjetividad, y sin la
subjetividad todo ser humano va perdiendo todo carácter humano para convertirse, ya sea
en un monstruo o en un ser viviente que requiere de intervenciones postreras en su vida
como la de orientadores o siquiatras, o simplemente de leer textos de autoayuda o estarà
sujeto a una construcción sicològica o social basada en guiones e ideas confusas de
seudocientíficos posmodernistas que se apoderaran de la mente.
Aprendimos desde chicos dos principios que nos guiaràn el resto de nuestras vidas: el
principio de inclusión y el de exclusión. La relación con los otros que están cerca de
nosotros se convierte en una extensión de nosotros mismos, los consideramos como a una
parte nuestra e incorporamos a nuestro repertorio formas de reir, expresiones del rostro,
acentuaciones en expresiones cotidianas y modos de comportamiento.
Ampliamos la necesidad de la mirada de nuestra madre, a la mirada del padre, la abuela,
el tío y sin esas miradas difícilmente nos podemos sentir parte de esa familia, o en un futuro
cercano, de cualquier grupo, asociación o de la misma escuela. Antes que el individuo
forme parte de un proceso de sujetamiento en el que la fuerza poderosa del estado le
otorgue una identidad, o que el grupo al que pertenecerá convenga en aceptarlo, antes que
ese SuperYo (Dios, mito, ideas, pensamiento hegemónico, coaches de la prosperidad,
guiones judíos de Hollywood) inicie su persecución para subyugar al individuo conviene
que adquiera autonomía y preserve su afecto por su madre.
El estorbar el trabajo de la madre, o realizar este hermoso papel con negligencia es el
principal combustible para el requerimiento futuro de orientadores, sicólogos o de cursos
para la autoayuda. Existe en México una frase para distinguir a tales individuos:— ¡Qué
poca madre!.— Son individuos que no frecuentan a su familia, ya sea en el éxito o en el
fracaso, no dan importancia a sus recuerdos, no cumplen su responsabilidad con la familia
que procrean o simplemente no tienen ningún tipo de afecto, se unen a las asociaciones
delictuosas o solo coquetean con sus propósitos por no tener las agallas suficientes para
unirse a sus efectos.
Diferentes trastornos en la edad adulta tienen su origen por esta carencia de cuidados
maternos: Doble personalidad, mente fantasiosa, histerias, falta de comprensión por los
errores de los menores de edad o de la torpeza senil(paradoja de la edad), y muchos otros
sicologismos y sociologismos como la mímesis temporal de actitudes de tribus urbanas
(metaleros, punk, pachucos, hooligans), y obsesiones compulsivas.
Un afecto equivalente al que le tenemos a la madre es el amor por la patria. Las ideas
crecen solas, sin importar las cultives o no. La idea que tienen los españoles de España, los
daneses de Dinamarca, los jamaiquinos de Jamaica, es siempre la misma: vivir acorde a
sus intereses por encima de extranjeros.
En la biblia se habla de los lugares altos que tenían los pueblos en honor y homenaje a
sus dioses, linajes y dinastías de gobernantes o en recuerdo a sus victorias en la guerra.
Junto a estas torres de homenaje, una serie de bandos llenos de afirmaciones conscientes y
autorizadas o compartidas por todo un grupo de individuos: un pueblo o una legión de
soldados. Certificados de adhesión a ciertas formas de organización o civilización que
reúnen diferentes ideas o concepciones con las que se percibe o interpreta toda
manifestación de vida o de la muerte. Ceñirse a lo propio, a lo autóctono es tener amor a su
patria, es buscar la mirada de la madre.
El SuperYo estatal le tiene envidia a este afecto, a este amor por las raíces, por eso
mismo tanto los políticos como los organismos internacionales legislan en favor de un
multiculturalismo, es la imposición de un sincretismo de ideologías para avasallar y
subyugar, en primer lugar a los más desorientados y organizados, a los que menos aman a
su familia y a su patria, y en segundo lugar a aquellos que con amor invariable les cala con
mucho dolor cualquier agresión a sus afectos, sea por su madre, por su familia y finalmente
por la patria que Dios les dio.
Es una gran tarea que los nuevos planes de estudio han ido marginando de la curricula,
el abandonar las influencias exóticas y reforzar la construcción de una intersubjetividad
colectiva del apego a sus pertenencias. Para nadie es desconocido que muchos de los
secretos milenarios de aborígenes de los diferentes continentes los podemos conocer solo
si nos inscribimos en la matricula de antropología de las principales universidades europeas
o norteamericanas.
Hacer eco en forma cotidiana de algo tan sublime como las especias que nos gustan de
nuestra cocina y alabar a nuestra madre en su papel de excelente cocinera es un tipo de
patriotismo que se tiene un paralelo cuando admiramos las formas, colores, objetos y
sonidos de animales endémicos de nuestro territorio, la monumentalidad de sus palacios
junto a toda obra de infraestructura que le sirve de aparejo para surtir los efectos y
provisiones necesarias de una ciudad, y todos los prodigios de las huellas de culturas
ancestrales que robustecen ese amor por nuestra madre patria.
No hay mayor motivación para amar a la patria que exponer a las nuevas generaciones
contenidos referentes de los grandes campos, montañas y la agricultura, desoir el llanto de
los huérfanos y las viudas al recordar los caidos en batallas de guerra, naufragios y
siniestros causados por la madre naturaleza. Consagrar y transubstanciar los recuerdos en
un amor genuino, sin enfermiza sentimentalidad, sin la truculencia de una bandera
ideológica que invita a la venganza por el desastre que dejó el saltòn, la langosta, la oruga y
el pulgón.
Lo habremos de expresar cumpliendo nuestros deberes con la familia, el bienestar
común con los vecinos haciendo màs dignos los espacios que compartimos. Se es patriota
cuando destinamos los recursos para mejorar nuestro entorno, hacer que encaje nuestro
destino con el giro que realice el resto de la humanidad en la búsqueda de astros. Es muy
triste cuando como nación no estamos a la altura del resto del planeta y tenemos que
solicitar asistencia por nuestra incompetencia o falta de seriedad.

Todos estamos atados a una misma rama, del mismo modo en que lo están las hojas, y
este ejemplo de la botánica nos debe hacer recordar, cada vez que lo olvidemos, que no
dejamos de ser una sola unidad, que recibimos por medio de la savia los nutrientes
necesarios para crecer, y que una vez que decidamos soltarnos del árbol para
transplantarnos a otro (otra nación) no se logrará, ni poco ni mucho.
La búsqueda de nuestros propios intereses puede darse mediante la adaptación a los
hábitos de moda o puede fluir desde nuestro interior. Los intereses no pueden ir en contra
del interés de superación personal y nacional. Aumenta el peso de significación de nuestros
hábitos cuando encontramos razones, motivaciones y cómplices para engranarnos con los
intereses elegidos. Será que nuestro encantamiento sea porque lo hemos adquirido o por
que está en nuestra médula hacer tal o cual cosa o porque algo vimos en algún libro, o
imitando a algún personaje célebre.
Si los intereses los hemos adquirido por la tecnología de la retórica o por que nos ha
llegado por el cordón umbilical, sustrajimos de los procesos mentales de nuestros padres,
sea un vicio como el alcohol o un gusto por la filatelia. Los hijos de los nobles, en tiempos
pasados y actuales, se han de inscribir, por la fuerza, en academias militares, muchos de
ellos terminan siendo crueles que, por la pesada instrucción militar, deciden usar sus
piquetas y bayonetas para molestar a quien se cruce frente a ellos.
El educar los impulsos animales es primordial antes de aventurarse en la elección de
nuestros intereses, no veo otra forma de educar esos impulsos mas que convenciendo a los
adolescentes de que el mundo es una bola amorfa que habremos de nivelar, la tarea es
ardua e infinita y no podemos entretenernos en bestialidades. Para pulir esta tierra
ocupamos de una maestría en el uso de diferentes utensilios y técnicas, asi como de todo
nuestro ingenio que no puede sustituir artificios elaborados por otros.
El buen ambiente en la familia alienta y da campo a todas las formas de aptitud, algunas
ficticias por un tiempo, otras perennes cuando la constancia se suma a todas las buenas
actitudes que dan claridad a la vista. Una bestia amodorrada se comienza a manifestar en
los primeros años mediante la rebeldía de contradecir indicaciones parentales de evitar el
tabaquismo o solicitar autorización para ir a una fiesta juvenil, esa bestia es controlada si
hay una historia espiritual en esa familia, meditación y buena comunicación, de lo contrario
podemos contar en la estadística un fracaso más, el descenso prematuro al inframundo y no
en barcaza solar como los egipcios.
En una multitud como en las que se forman en el abordaje de un subterráneo no podrías
distinguir a los elegidos para un buen porvenir, entre todos ellos prevalece una fraterna
igualdad: la de una común esperanza por un buen futuro. Algunos de ellos levantan la nariz
del polvo unos milímetros por mes, otros por año, y ninguno de ellos está totalmente seguro
de que sus esfuerzos sean los correctos, mucho menos si no educaron sus intereses,
hábitos y aficiones desde pequeños. En nuestras frentes imprimimos insignias heráldicas
cada vez que elegimos lo mejor de lo mejor en gustos y ocupaciones.

La fama y la buena fortuna se la buscan robando dinero y obteniendo recursos mal


habidos en la burocracia y en las corporaciones todos aquellos pobres diablos muertos de
hambre que no tienen una historia espiritual familiar de virtudes y buen gusto. Ese buen
gusto que hizo que Alfonso Reyes recogiera del suelo miles de papeles que fue ordenando
para corregir y maquetar sus textos y ganarse su pan de la manera en que los hombres se
lo ganan: trabajando duro. Muchos creen ser víctimas de las crisis económicas o de los
vaivenes de los fenómenos naturales que hacen perder cosechas, pero nadie considera ser
víctima de la falta de compromiso con el refinamiento de sus virtudes y capacidades.
Dichas virtudes y capacidades se van entretejiendo a medida que alguien les pone
atención, sean sus padres, sus maestros, pero en general debe ser el individuo quien se
concientice de tenerlas, o carecer de ellas. La escuela vocacional respondería a la
necesidad de dar al individuo el espacio y los recursos para favorecer sus naturales
aptitudes e intereses, cuando desarrolla sus primeros artefactos y productos la primera
verdad absoluta aparece ante nuestros ojos. Todo lo que no proviene de esas capacidades
naturales puede ser una producción inducida o reproducir lo que otros han hecho.
Esta mente es fértil para que los tratados hechos por los agentes del nuevo orden con
sus agendas neoliberales y posmodernistas, Caronte que guía a las sombras, habite en
ella, en la mente del que no desarrolla sus ideas y capacidades. Las aptitudes para ver
cosas que nadie ve, las de un individuo diletante, las naturalistas que permiten describir en
la pintura los orígenes del mundo o las que se manifiestan haciendo abstracciones o la
experimentación, hacen su sitio favorito en una mente que se sustrae de la imposición y la
simpleza.
Las capacidades y habilidades tienen una relación objetiva unas con otras, pero cuando
son advertidas ante la observación de otros podemos caer en la subjetividad, en
consecuencia, es trabajo del individuo trabajar con su propia vocación relegando a un papel
secundario opiniones de asesores. Una muy interesante forma de conocer nuestra propia
vocación o aptitud radica en cuestionarnos la actividad favorita para desempeñar, aquella
que también nos haga sentir otros la conozcan y aprendan o, incluso, codayuvar como
instructores de la misma.
Si hallamos virtudes naturales para comunicarnos con determinados agentes que
ejercen tal profesión, si sentimos simpatía por lo que hacen, por sus esfuerzos y sentimos
elevar nuestro espíritu desde el momento en que nos acercamos al lugar en donde se
desarrolla dicha ocupación, y si aparte, sentimos que tenemos habilidad para construir o
reparar en forma autónoma todo aquellos instrumentos y dispositivos que se utilizan en la
misma, se confirma dicha afición.
No debemos carecer de reunirnos con aquellos que comparten nuestra afición, para
obtener esa energía que dé orientación a nuestros pasos, porque habrá siempre muchos
que intentaran desviarnos. Son comparecientes ante el trono que intentan acusarnos de
que nos desviamos de nuestra misión en la vida y se les da autorización para circundarnos,
ponernos mil tropiezos y de esa forma salir bien o mal librados en la faena. Si caemos o nos
desviamos de nuestros intereses y vocación en la vida con tentaciones vulgares que a
muchos les es sencillo derrotar, será una pena muy dolorosa por la debilidad de nuestro
espíritu, quien en tal descripción entra no mamó la fuerza y voluntad que una madre sabia
provee el cual te enfila al éxito con su mirada, con sus cuidados y consejo cotidiano.
Por muy esquivo que sea un hijo para el consejo y la buena crianza, quienes se queden
en la medianía o la indigencia por mucho que se esfuercen sus progenitores en guiarlos al
éxito, no podría afirmarse mas que tales pusilánimes que ningún provecho retornaron a la
inversión de sus padres en su manutención, estuvieron siempre predestinados a ser
bufones, despojos de voluntad vacilante, se advierte en ellos un amor decidido por el desvío
porque desde niños inertes permanecen ante cualquier buena obra, llega el día en que se
entregan a las drogas o a toda clase de antivalores, muy alejado de lo que un espíritu sano
emprende por naturaleza.
Son ellos los principales promotores de la inclusión de ideologías que promueven una
falsa universalidad de conductas que en tiempos actuales son aceptadas, tanto como para
mover todo tipo de legislaciones a su favor…de la medianía y la vulgaridad.
Es engañoso el corazón, por lo mismo no hay que tener como indubitable lo que nos
interesa, podría ser que cambiemos de parecer. La duda puede ser un síntoma de que tu
camino al paraíso no es el que tu estàs dispuesto a seguir. De la duda sigue la congoja, el
ensimismamiento porque si hemos dejado de interesarnos en esa afición, esa profesión que
creìamos nos ocuparìa de por vida estaremos entrando en el mismo caos que tenìamos
antes de seguir la ruta que ahora consideramos equivocada.
Sea que hemos descubierto que nuestro pensamiento fue contaminado por la
ingenuidad y el idealismo, que nuestro yo lo idealizamos y no trazamos con asertividad el
camino que nos daría la raciòn suficiente diaria de aceite y pan para nuestro sustento, o
para nuestros descendientes, y sea que lo hayamos advertido a tiempo es mejor que se
presente este escenario de descubrirte a ti mismo desnudo para cubrirte con la ropa de un
buen análisis, una màs precisa meditación sobre lo que son realmente tus preferencias para
no ser eternamente despojado de este paraíso y enraizar en la intemperie.
Solo se logra cuando amas la verdad y luchas contra tu propio corazón afecto a las
emociones pasajeras, que se deja llevar por las apariencias de las cosas y no juzga a
profundidad. El corazón no se pone a sopesar por sì solo, es como los asnos y los camellos
solo se ponen en pie cuando el amo los apremia. El corazón es supersticioso, gusta de las
soluciones fáciles y las concupiscencias, cree en el mal de ojo como los ciudadanos de
Leptis Magna que colgaban elementos fàlicos en las esquinas para librarse del frìo que
sentían en la espalda cuando sentían la presencia de espiritus en contrasentido.
Nuestro corazón se protege de la razón y gusta de posponer la reflexión para que no se
descubra de sus verdaderas intenciones. Igualmente, este condenado corazón se cura del
mal de ojo con la duda, pasando del bienestar al malestar, de la obligación al placer. Pero
no hay conocimiento en el placer, solo en la acción, no hay salud en la pasividad solo en la
diligencia.
No hay cadenas ni grilletes que nos aten a la servidumbre como lo vivieron esclavos o
pueblos sometidos en la antigüedad. La presión coercitiva que ejerce la sociedad en el
individuo no es comparable con esos niveles de tortura. En cada acto en que la autoridad
intenta someter al individuo se genera un desgaste en ambas partes, la autoridad pierde su
escaso carácter humano, si usa los medios equivocados, y el individuo se apropia de
tozudez cada vez que incurre en violar las leyes que dan equilibrio en su trato con los
demás.
Que el secreto en que el individuo comprenda la importancia de la ley es no detener la
sanción en episodios de mal comportamiento. Frente a eso no hay libro de autoayuda que
pueda mejorar el desempeño del sujeto frente a una sociedad màs coercitiva en temas de
relevancia social de reciente estreno como lo es el respeto a la diversidad sexual, el
derecho de otros grupos en situación vulnerable o incluso en lo que al respeto a la
naturaleza, la flora y la fauna confiere.
La alternativa para amansar a dichos individuos reincidentes està en la cultura y el amor,
la forma de corregir una línea equivocada que se elige con cada acto de las personas,
inmiscuirlos en tareas en donde se les pueda infundir amor por los demás a través de
actividades tradicionales o propias de su cultura de origen. Quizà haya algún rebelde que
tenga creencias propias para desafiar al sistema, sin embargo, por lo general son actitudes
sin racionalidad.
Cuando la vida en comunidad no le parece amena y atractiva, el sujeto irracional es muy
sensible ante el hecho, de inmediato enfoca su energía a querer alterar el orden para
sujetar el universo a sus caprichos. El ostracismo al que condenamos al poco sociable lo
encadena a una soledad desmesurada, la misma sombra de su soledad duele porque
sabemos que no han cometido delito pero lo rechazamos porque no se atiene a los rasgos
de la normalidad que los demás convienen en mostrar. Esa soledad trabaja en el
imaginario del individuo rechazado, aquel que creemos tozudo por no convenir a los efectos
a los que todos, lo hace detestar lo presente y cuando lo expulsamos y se libera su molestia
se disipa, su nueva realidad lo proyecta a un nivel màs elevado o lo hunde màs pero es
conveniente no someter màs allà de lo humano a quien cree tener argumentos para
rechazar un sistema que considera impertinente.
Todos hemos conocido a quien liberándose de un régimen que rechaza alcanza una
magistratura en el extranjero. Un capricho de cerebrada racionalidad es el deseo por la
flexibilidad, poderse mover según se trate de la ocasión o de su estado de ànimo. Hay
elementos inamovibles y nada negociables, pero la autoridad se inclina por prohibir por
completo todo sin conceder una prebenda en forma parcial. Menester es comprender a
civilizaciones más condescendientes cuando se trata de adecuar un lineamiento según se
trate la actividad que se ha de realizar, como los japoneses que mueven sus muros
conforme a la variedad de sus pretensiones para realizar en sus habitaciones interiores en
los hogares.
Sería racional violentar un lineamiento que a todas luces se puede avizorar como
perjudicial cuando ya ha pasado todo el proceso para su decreto. Las medicinas tardan
mucho tiempo en mostrar sus verdaderos efectos. Desde el momento de su autorización
pueden estar lesionando tejidos o órganos vitales del cuerpo por mucho que ejerza un
efecto reparador en el padecimiento del enfermo. Si el enfermo se rebela porque presiente
un efecto adverso ¿podría tenérsele por tozudo? La ciencia y la autoridad ve en los seres
humanos objetos o màquinas que deben obedecer a sus leyes.
Las ciencias màs humanas como las que instituyen a la educación y la sociología inhiben
y prohíben las tendencias naturales del individuo como lo son su autonomía, la iniciativa y la
inventiva. El peso de las disposiciones legales es tan significativo, sobre todo en aquellas
naciones que están, o estuvieron, bajo un protectorado, que sus ciudadanos, o súbditos
resintieron una determinación en su destino de la cual en pleno siglo XXI no logran
deshacerse.
Es el caso de México, que por cabildeo norteamericano, ha establecido legislaciones
que inhiben la participación ciudadana con el burocratismo, pero se vende la idea al
exterior de que se promueve la misma. El peso de la demanda de drogas que se utilizan
como recreación en Estados Unidos ha hecho que México carezca de paz y seguridad que
no permiten a los individuos establecer alianzas estratégicas exitosas con individuos de
otras naciones por el miedo que tienen en el extranjero de pisar suelo mexicano. Ninguna
autonomía llega a tener éxito por ser heredera de un autoritarismo.
Los individuos al poseer libertad y autonomía no se conducen con asertividad cuando
han permanecido años bajo un sistema vigilante y coercitivo. Los primeros pasos que se
dan en forma independiente la mayor parte de las veces resultan ser erráticos por no
ceñirse a un proyecto de vida realista y la carencia de técnicas y una cultura sana.
Volviendo al ejemplo de México, la nación entera puede emanciparse del control
norteamericano pero con tan solo sentir la permanente amenaza de tener cerca al país
vecino es suficiente para estar alerta ante cualquier decisión que tomen los mexicanos y
sea mal vista por ese ojo de eterna vigilia que intimida por su historial de sujeción y
destrucción que han ejercido en casi todo el planeta.
No hay cadenas ni grilletes que aten a Mèxico a Estados Unidos, estamos atados por
propia voluntad.
Es en el pináculo de tu existencia el tiempo para recordar lo que has aborrecido toda tu
vida, o sopesar lo bello desechando lo malo, la observación de lo que te estorba, el candor
de lo amoroso y lo tierno que te funde en la energía cósmica, sustancia que te dio origen.
Me he peleado con los obstáculos porque su abrazo calamitoso me es deprimente, es un
acompañamiento que activa tu sabiduría, pero aun asi detesto la adversidad como ella me
detesta.
Molestia grande siento cuando pasè de largo ante el trabajo arduo y valioso de artistas o
creadores, pensadores. Debi quedarme ahí contemplando el destello de su talento,
corresponder con su grandeza departiendo con ellos en la mesa, en admirar su obra.
Cuando fui a un museo, tiempo perdido para muchos, es pèrdida para mì no permanecer
observando su técnica magistral. Tuve la gran fortuna de contar con clases de maestros
muy preparados, excelsos, que dieron horas de su tiempo a quien esto escribe, llenaron
pizarrones de ecuaciones, de explicaciones, demostraciones, argumentaciones, y con el
paso del tiempo no hallo en ninguna parte maestros de esa talla, eso aborrezco en verdad.
Admiro con celo a los que tienen dudas, mas que a los que presumen certezas, sin
rayar en el escepticismo, me es mas fácil confiar en quien duda de todo porque el que
afirma sin probar me es igual que el funambulista sin red. Se volvieron idiotas quienes
opinan del trabajo del maestro, o es que en verdad desean culpar de todo al maestro
porque cuando desmenuzan su tarea solo observan su calidad y no otros factores que
influyen en su tarea. ¿O que acaso quien estudia una pieza de un reloj ignora las demás?.

Las virtudes que se buscan en el magisterio deben ejercitarse primero, con la guía de
los que se dicen expertos, después con la observación de sus directos supervisores, y hasta
entonces poder enviarlos al campo de trabajo. En ese sentido, las aulas anexas a las
escuelas normales, que tiene poco desaparecieron, eran un lugar singular y excelente para
dicha tarea.
Denuesto la acción de quien busca virtudes cuando no se previsualiza el resultado
esperado, en ensayos y en pruebas. Los pilotos aeronáuticos las realizan, con mayor razón
quien trabaja en la formación de las futuras generaciones.
Aborrezco que el stablishment decrete los temas en la progresión cognitiva del ser
humano. En los planes de estudio no existe un orden de cosas plenamente establecido
encaminado al empoderamiento del ser humano, lo lleva al fracaso y al engaño.
Aborrezco el tiempo en vida de la gente que pudiendo acusarse de todo se complace en
la impunidad, en su supuesta inocencia, ocupan los peldaños en todos los organigramas y
plantillas laborales, son genitivos de màs hijos que también se adhieren a esta forma de
ser, terminan siendo las grandes figuras de la humanidad, pervierten las costumbres,
promueven la mezcla de todos y se enriquecen dando a las bestias la saciedad a sus
gustos y desviaciones.
El agua clara apacible, limpia y pura genera paz en el alma. Las aguas turbias, llenas
de pornografía, de voces y letras musicales pervertidas convierten al alma en un torbellino
de pasiones que estancan los ànimos y la voluntad. Esto lo saben los productores, los
dueños de los periódicos y cadenas de televisión, escritores y guionistas. Carentes de todo
se vuelven quienes no se ejercen en la virtud, y esa es la principal misión del acaudalado
pensador único, jacobino y defensor de la estrella de David. La virtud es como el pilote de
cimentación del edificio, la palmera que cubre a la isla del vendaval.
Buscamos con denuedo el afecto de los demás, similar acción es menester con el
ejercicio de las virtudes, son tus amigas màs preciadas y necesarias en el momento de la
necesidad y la adversidad. Si atesoramos como valores a las virtudes te conviertes en
atalaya vigilante del menor indicio de maldad o peligro próximos en el andar. La mayor
belleza de esta existencia es la mujer, y la sabiduría, decía Sòcrates, èsta al incrustarse en
cualquier ser humano lo eleva a ese mismo escaño, es paladear el sabor de un fruto muy
conocido, no nos conduce a cosificar a la mujer su sapiencia, pero si a codiciarla.
Cuando el talento aparece, puede no ir acompañado de la capacidad de valorarlo. La
misoginia es ancestral, su aparición no fue repentina, es resultado de una lucha constante
por la degradación de un valor, un talento genitivo, creativo, el de la mujer, solo indica una
pèrdida de la capacidad para valorar a la mujer, o un deseo intrínseco de evitar esa buena
ponderación.
Si amais a las mujeres por ser mujeres, por como son, què feliz se suele ser. En cambio, las
amamos, y ellas se aman a sì mismas por lo que se espera de ellas. Si odiáis a las mujeres
vana encomienda porque todos procedemos de una. No puede existir una ley que obligue a
amar las mujeres pero tampoco puede impedir que se les odie, las normas son
quebrantables.
Lo más probable es que quien odie a las mujeres se odia a sì mismo porque es odiar su
propia carne. La poesía es el camino idóneo para conocer a las mujeres con sus alegrìas,
sus cuitas, sus amagos y pensamientos internos. La lógica es la forma màs segura de hacer
estallar tu cabeza con sus presiones. La mujer te lleva al cielo, los pensamientos al infierno.
Otra cosa muy distinta es que no sepas tratar a la mujer, que la odies, que su naturaleza te
provoque lo contrario a lo que generalmente produce: alivio y felicidad.
Encuentro que donde hay una mujer no hay desamparo ni soledad, ni infortunio, por
mucho que explotara el Vesubio y acabara con las vidas de todos. Las consecuencias de
una vida de pensamientos es la creación de la vida, de la mujer, después del hombre. Dios
no se ha equivocado en crear primero a la mujer y después al hombre. El hombre regresa al
utero cada vez que se integra con la mujer en una sola carne, y es el recordatorio mas
grande que tenemos la humanidad que el acto sexual entre seres humanos ha de ser el
hombre entrando en la mujer.
Reconocer mi naturaleza, la de los seres vivos, la flora y el cosmos es tarea de quien se
ilumina con la energía de la mujer. No hay tiempo para desperdiciarlo, la vida es corta, la
bóveda celestial y sus astros infinita, tanto como las células de cada organismo. El error
frecuente del hombre es tener esperanza de todo, la esperanza muere antes de nacer
porque lo que ha de suceder toma forma y lo que no por mucho que se espere aparezca no
logra constituirse por mas pócimas mágicas y ungüentos que te embarres por el cuerpo.
La única esperanza posible para el hombre es estar cerca de una mujer. La mujer es el
acompañamiento perfecto para un juego en serio, el hedonismo y el esparcimiento sin ellas
sería tanto como venir al mundo condenado al fuego eterno. Las funciones pràcticas de la
vida impensables sin sus cortesías y cuidados, el sueño apacible en toda la madrugada sin
sus besos cortos o largos llena de jùbilo y consejo, aunque misoginicamente acusamos a la
almohada de ese proceder.
Dos elementos sagrados hay en la existencia: la mujer y la sabiduría. Muchos pueden
tener cercanía con ellas y no haber develado este misterio, que fuimos echados en el
planeta tierra sin la capacidad de valorar lo sagrado y comenzamos por dar ese carácter a
todo menos a lo que realmente lo es. Algunos adoran como tal a los deportes, otros a las
drogas y otros màs, la mayoría, el dinero. La idea que màs opaca a la inteligencia y al valor
de la mujer es la culpa. Todos los relatos de la antigüedad refieren la lucha del hombre por
sanar de la culpa, de sus pecados, contenidos en sus homicidios o injurias leves.
Debido al carácter puro y santo de nuestro ser al nacer, de poco en poco nos hundimos
en la culpa al ir la ejercitación de la virtud. Fueron nuestros predecesores quienes nos
enseñaron a pecar, a gritar, a llorar sin mesura o a reírnos del otro. Ninguno ha pecado sin
haber visto a alguien màs cometer cualquier insuficiencia en la normativa. Es entonces que
el hombre se da por vencido y busca a su creador, busca el alivio de la culpa, y el Creador
le otorga el perdón y la sanación mediante la sabiduría y la mujer, otra cosa es que el
hombre rechaza dichos remedios y recurre a inventar màs caminos para su regeneración.

Y nos entretenemos con ideas que nos parecen filosofía, pero no llega a ser filosofía,
como el pitagorismo. Se entretuvo la humanidad con adoraciones a dioses falsos, ideas
falsas, temáticas que no llevaron a ningún lado, instrumentos musicales ya desaparecidos,
monumentos altos como las pirámides egipcias que jamas fueron replicadas en otras
civilizaciones, excepto por aquellas que, insospechadamente, fueron concepciones
mentales energéticas de sus contemporáneos egipcios, en especifico los mayas o los incas.
El grupúsculo dominante de la tierra se ve beneficiado cada vez que un ser humano
distrae su atención de la sabiduría y del bien hacer, de los valores y la paz interior que da el
hacer lo correcto. Me parece detestables sus producciones cinematográficas, de las que
tanto nos advirtió el gran maestro. Este grupúsculo vende como objeto a la mujer, al mismo
tiempo generando odio por sus posturas y génesis de ideas confeccionadas en su sapiencia
curativa de la humanidad.
La mujer es la solución, la medicina. Es mucho lo que hay que tratar sobre ellas, es
poco el espacio para entenderlas. Todo premio esta en la vida ordinaria, todo castigo
comienza con la muerte, la muerte nos separa de la sabiduría y de la mujer, decía Salomòn,
en la muerte esta el fruto de la ceguera y la necedad.
En mi infancia eran tenidos por sabios los que dominaban el griego y el latìn. Los que
retenìan mucho de historias, de nombres de pinturas o museos, formulas matemáticas, eran
los que se consideraban exitosos o en vìas de lograrlo. Despues en la adolescencia conoci
a los que se afanaban mucho partiendo cebolla y asando carne, vendiendo tacos o
manejando un local de venta de bebidas preparadas, ellos los considerè cercanos a la
opulencia.
La actividad màs visiblemente recompensada pude radicarla con certidumbre aquella
que rondò en el progreso, en la constancia y en perdurar en los mismos esfuerzos o faenas,
los que salieron del negocio, por mucho que hubiesen tenido éxito los eliminè de mi
admiración. El virtuoso esta en todos lados, el mediocre y vulgar también, pero es de buen
gusto permanecer al lado del primero. El arte de la poesía estaba en los tiempos antiguos
en el de imitar lo bueno, reproducirlo con palabras o con expresiones gestuales. Los retratos
y pinturas pasaron por el mismo proceso, su fortaleza y buena aceptación radicaba en
poder hacer una semblanza fiel de la realidad, de el modelo que posaba para el artista.
Nuestros maestros de la infancia hicieron una buena labor pidiéndonos como deberes
las biografías de los próceres de la historia, de nuestra patria, de algún científico o de algún
emprendedor, aventurero que conquistò la cima màs alta del planeta. 40 años después me
doy cuenta que el sistema educativo maneja como una mera practica social del lenguaje la
estructura de una biografía omitiendo el profundizar en el sentido de la virtud de los grandes
factibles de producir un contagio de los valores dignos de ser imitados por los educandos,
reduciendo asì, a tan solo compartir el conocimiento de la conjugación de los verbos
utilizados en la redacción.
En todos los casos dignos de ser imitados siempre hubo en ellos el espíritu de privilegiar
cosas que ellos consideraron mayores a otras, relegando las menos importantes a una
simple contemplación, con el mayor compromiso por aquellas que el sentido común
considera de grado superlativo en todas las categorías del razonamiento. En ello
manifestaron mucha virtud.
Las cosas duraderas han dejado de ser duraderas porque todo mundo busca lo efímero
y en ello cancelan la virtud. Por eso conviene decir que si un negocio obtuvo muchas
ganancias, mas que otro que aun pervive por mas de 40 años, sin las ganancias que obtuvo
el primero, debe ser màs ejemplar el segundo porque aun existe, porque aun puede dar un
servicio a la comunidad, un producto, una necesidad satisfecha.
El hecho de que al primero le haya sido posible obtener una ganancia mas jugosa no
implica que le pertenezca la virtud, su fugacidad lo mantiene categorizado como un negocio
menos conveniente que aquel que tiene mayor tiempo en la preferencia del mercado del
cual participa. El sentido virtuoso del campo empresarial no estriba en la ganancia rápida,
es el permanecer como participante activo y benefactor en los rumbos de una sociedad.
En su libro “El judío internacional” denuncia esta diatriba entre algunos sectores del
pueblo judío, religiosos, trabajadores y afanosos por el bien comùn y el contraste con otros,
del mismo pueblo, que buscan afanosamente la utilidad y la ruina de los demás con sus
usuras y especulaciones.
Antes que elogiar algo sería un buen punto de partida sentar principios. Para mì, el
principio de la sabiduría està en Dios, pero también en la mujer, en la mujer virtuosa, y de
ahí los hombres nos impregnamos de esa luz. Me resulta muy encomiable que en la familia
todos presenten sus estándares de comportamiento, lo mismo en la escuela o en la
empresa. Si es en la empresa también cuenta lo que esperan los trabajadores, no solo el
dueño del capital.
En la escuela, debemos contar con la opinión de los educandos, lo que esperan de su
paso por la misma. No establezco una relación de pares porque unos tienen eminencia por
encima de los otros, pero cuenta mucho su opinión. Las cosas buenas no suceden por
suerte o por un azar inteligible, podrían acontecer pero no es lo màs conveniente para
nadie, aquí solo tendrían, de acontecer dichos hechos, una suerte de milagros inexplicables
incluidos en un acervo bibliográfico interminable, tales ubicaríamos pertinentemente como
fàbulas y leyendas rosas autoadjudicadas por países que nos venden un supuesto
excelente devenir histórico.
Es el caso de los Estados Unidos e Inglaterra, asì como de otros países europeos
herederos del legado protestante reformista quienes formaron sus naciones a partir de
dominar y destruir a sus semejantes por todo el planeta achacándole su éxito a un dios que
solo ellos entienden, y presumiendo su supremacía con sus pies en las cabezas aplastadas
del resto de la humanidad. Sus particularidades han llegado a todos los rincones del orbe y
no descansan hasta que cada uno de los seres humanos que compartimos esta existencia
abrazamos con denuedo sus concepciones y constructos, mediante mercancías, programas
de televisión, radiofónicos, música y libros.
Esos yos que ahora prevalecen por todos lados, tan aborrecibles como amados y
buscados en diferentes generaciones, décadas que no pasan de diez, son egos instituidos
en convicciones ìntimas de un dialogo famoso de una película anglosajona o europea, una
manifestación de sus filosofìas tribales del desprecio a los valores, de rebelarse ante la
disciplina y las disposiciones que marcan el buen gusto y la distinción.
La elección de principios es muy personal, puede rayar en la arrogancia si no es guiada
por tutores o por nuestros padres pero siempre van acompañadas de un examen de ingreso
a diferentes grupos sociales a los que aspiramos: al escolar o al de los amigos callejeros o
de juerga. Muchas veces elegimos los principios sin atender sus bases filosóficas o
històricas. Comunicarte con el màs allà, de lo acontecido y registrado sería lo màs
adecuado antes de elegir. Recuerdo, en mis tiempos de preparatoria escuchar a muchos
maestros poseer una formación dialéctica casada con el socialismo o comunismo, algunos
hasta de anarquismo, pero al prefigurar los resultados de sus acciones preferí abstenerme
de probar ese caliz y apartarlo de mi vista.
Otro tipo de maestro que encontré fue el esotérico, el que poseìa verdades ocultas que
en ocasiones nos daba una probada, tan solo para animarnos a investigar, pero sin la
valentía del compromiso con su ideario. La primer elección de un valor es el de
comunicarse con tu madre, pedir sus brazos, su regazo y atenciones son valores
superlativos en el ser humano, tanto vale que muchos al enfrentar su muerte buscan los
brazos de su madre o por lo menos la invocan.
El segundo valor, considerando opiniones diversas, el màs privilegiado es el de pasarla
bien, la comodidad, no tener calor, hambre, sed o tristeza. Al mencionar la comodidad se
me viene a la mente el estar limpio, en un ambiente humano, càlido, armonioso, sin
preocupaciones. Es cierto que quien no se preocupa de nada muy poco crece o prospera.
Aborrezco estar siempre bajo presión, lo he estado desde infante. Muchos comparten este
sentimiento. La incomodidad de estar en el mismo lugar puede ser detestable también, la de
no hallar cambios o nuevas aspiraciones o retos, nuevos niveles de salario.
El estar en la comodidad implica ver la manera cruenta impia de perder tu patrimonio
porque las erogaciones continúan y los ingresos merman por la disminución del valor del
dinero. Se tendría que ser austero y miserable para no gastar en nada, lo frugal es posible
viviendo solo, no asi con familia: cumpleaños, gastos variados y el debido esparcimiento
que si se desdeña se incurre en la falta de cuidado por el bienestar emocional de tus seres
queridos.
La fobia más grande que tengo es a la impureza, no es un desprecio por la realidad
porque quizá todo este contaminado o retorcido. Los listos son los impuros, los que no se
preocupan por elegir lo mejor, lo cual es mi definición de pureza. Los que lucran son los
listos. La palabra esclavo aparece en los medios digitales mas veces que la palabra pureza.
La pureza esta obligada a mantener una actitud de rectitud, no tanto de puritanismo, no es
la reunión de las monjas o los que no se entregan a los placeres carnales los puros, esos
son puritanos: los puros son los que saben que hacer y cada vez lo hacen mejor, sea en su
sexualidad, en los negocios o en el estudio. La virtud y la pureza son sinónimo.
El resultado de entregarse, a la clase de virtud o pureza que propongo en este texto, es
quedarte solo, que te etiqueten como ocultista, esotèrico, extraño, lejano a todos, una
otredad difícil de entender. Quedas relegado, emboscado para que todos te tomen como
referencia de: “la persona que todos conocemos”, el loco, el fenómeno. Porque la virtud
verdadera para las mayorìas solo la poseen sus santidades, los clérigos, los monjes o las
catequistas. Una sociedad en donde influye la suerte, la tenacidad de cada individuo
mantiene ocupadas las mentes, esa meritocracia que permite a unos ascender y a otros los
devalúa no tiene nada que ver con la virtud, y si mucho con que las personas se entreguen
màs y màs a lo nuevo. Muchos años fueron totalmente útil los cassetes, los componentes
de sonido “vintage” en 2018 aún tienen la capacidad para su reproducción. Los que
estamos siendo victimas de la obsolescencia vivimos felices, aunque con mucho miedo por
ver llegar el dìa en que no podamos llevar un bocado de comida a nuestros hijos. Conquista
màs la mercadería que el agua bendita del cura. De la misma manera, el virtuoso ha
quedado fuera de la ecuación, el retorcido reguetonero famoso tiene mas oportunidades
para la movilidad social, con todo y que en sus videos representen lo peor de la filosofía
humana.

La vida comenzó para cada uno cuando nos comimos la manzana, cuando perdimos la
pureza, con la terrible consecuencia de alcanzar una edad en la que regresamos al Edèn y
lanzamos por la ventana el libro de John Milton.

La erudición en la familia
La familia es una esperanza de una nueva humanidad, nutre y forma el carácter de los
individuos. ¿Acaso sabemos què canales usa para esta transformación?

En el cotidiano esquema de la familia hay fortunas e infortunios. Cuando la tutora de la


casa se levanta un torbellino de acciones con pasión acontecen pero cuando el hombre, la
figura fuerte de la casa, se pone en pie la fuerza moral es el respaldo del ìmpetu femenino.
Las diferencias de opinión entre los dos siempre llegan a buen tèrmino, caso contrario se
resquebraja la familia. Las mujeres son de Venus, los hombres de Marte dice un buen
bestseller. En forma disimulada y periòdica el libro abunda en ideas inciertas de las cuales
no van acompañadas de evidencia de lo ahì establecido.
A pesar de las diferencias la economía de las familias ha perdurado por siglos pero el
autor bestselleriano intenta rematar a la ya tan denigrada familia con un divisionismo
inflamante. Con tramas de asedios y batallas en el hogar donde pareciera que los
entedimientos y desentendimientos forman parte de lo interesante de la relación. No crece
el texto màs allà de diseccionar versiones estenográficas de mil participantes de ambos
sexos que podrían todos estar mal informados o equivocados en sus criterios, entes
individuales que actúan con su pareja de la única forma que han conocido porque jamàs se
han ilustrado.
Atina y desatina al igual que Ovidio, el mencionado autor Gray, al afirmar que las
mujeres deben ser colmadas con regalos y que en ello debe írsele la vida al hombre porque
ellas solo están dispuestas a sacar el mejor partido con sus galas y coqueterías. La
diferencia entre Gray y Ovidio es que este último muestra su gran competencia al
desarrollar todo un método científico para un arte como lo es el amor.

Los grandes estudiosos abordan el amor con responsabilidad por las múltiples aristas
en el ámbito intelectual que se materializan en el amor, no con entrevistas y testimonios de
parejas que por la paranoia de saber que serán incluidos en un libro pueden mostrar mucho
protagonismo o redundar en hipérboles. (espacio para extractos libro Gray)
Hablar de la salud de la familia es profundizar en la sanos azares de los cònyuges que
la estructuran, sin un buen gobierno conjunto el deterioro y nulificaciòn de las pocas o
muchas victorias se hace patente.
La eterna calma con la que muchos matrimonios viven sus días al lado de sus familias
contrastan con el gran amor por los altibajos de otros que finalmente destruyen a sus
familias y heredan a sus hijos la misma entrega al trote galopante de sus pasiones. Derrotas
que infectan a la sociedad. Si bien es cierto que en el funcionamiento biológico de las
mujeres hay días en que son màs impresionables y sensibles también lo es el hecho de que
las mujeres màs maduras son menos impresionables que las jóvenes, que quien està
enfermo sin sospecharlo lo es y su comportamiento y respuesta a los vaivenes de una
relación, o de su familia, se tornarà màs errática que cuando está completamente sano.
Dividir al hombre y a la mujer por un supuesto origen planetario metafórico debió
representar para el autor muchos dividendos y muchas carcajadas por la consciente tomada
de pelo que le hace a sus lectores que se antoja infinita porque cada dìa màs y màs pisan
su palito.
Se antoja màs probable conferir a ambos integrantes de una relación una fuerza de
gravitación proclive a generar respuestas de variada índole al estar orbitando alrededor de
su ser amado. Pero esta sensación de gravitar y ser atraído es un síntoma tanto del amor
como del desamor, del entendimiento como en el desentendimiento. Solo la distancia
elimina todo conjuro. Tan diferente es el amor del entendimiento como lo es la cantidad de
tiempo y esfuerzo que requiere cada uno de ellos.
Para entenderse los seres humanos precisan de muchos años de conocimiento y
preparación, disposición o voluntad propiciatoria para el acto de unir criterios. El punto de
entendimiento entre dos puede ser un instante después de muchos años o desde el primer
dìa, en cambio el amor es un manà continuo interno que nos hace migrar a la esencia del
objeto amado. El amor es volcarse en pro de una persona, de una cosa, de una profesión,
el odio es dirigir la atención a ese objeto pero para lastimarlo o desaparecerlo. Si la familia
es nuestra vocación, ¿ por què nos equivocamos tanto en el trato a nuestro conyuge de
forma tal que desaparecemos el lazo familiar?
Y si no era nuestra vocación formar una familia, por qué dimos el paso? El alcance del
compromiso y el funcionamiento del amor lo asimilamos en veredas de observación
psicológica o en un momento de obcecación o ceguera emocional e intelectual. Tenemos en
nuestra cabeza solo lo que nos han enseñado, los productos de los medios propiedad de la
hegemonìa, y de los consejos de sus intelectuales y coaches.

No se le puede abonar a nadie la responsabilidad de su fracaso o de la pèrdida del


equilibrio y mucho menos cuando ese equilibrio no ha sido parte de tu inventario de
conocimientos. Equilibro: esa estabilidad que nos enseñaron los griegos de la cual no
debiéramos desviarnos ni un poco. La estabilidad euclidiana se trazò en un desierto y la
cartesiana en una hoja de papel que es mucho mejor porque contiene líneas, abstracciones
y letras con las cuales podemos comprender con fidelidad aquello que el brillo del sol no
ayudò.
Conocerse a simple vista representa un esfuerzo minúsculo comparado con la labor
titánica que con diligencia debe hacerse todos los días. Las grafías de los acuerdos en la
relación no son suficientes para describir el tamaño y forma de los acuerdos y
desencuentros que incumben a la travesía amorosa. Los problemas se estrellan con fuerza
como las olas en las orillas y después de su estruendo retroceden y en forma incesante se
siguen estrellando conviniendo con esta acción el moldeo de una vida más plena acorde a
los trazos hechos por los héroes epónimos que han establecido un hogar, césares que
heredan su apellido y legado a sus augustos.
Muchos de esos problemas tienen que ver con lo más sublime de un lazo que es la
procreación, las diferencias que de ella surgen representan un dilatado contorno que
envuelven a muchos otros relieves con un tupido cúmulo de discursos y controversias
cotidianas de menor importancia que pueden hacer una vida más plena o una tortura
sicológica permanente.
Nadie en su sano juicio desea salir de aguas mansas, de ríos de viñosas colinas que
amortizan nuestros antepasados de glorias en nuestra familia y que por una buena o mala
elección de pareja puedes escalar cimas, elevarse hasta el cielo para que nos ilumine la
luna y las estrellas, o bien, recibir la unción del yugo del buey, incapaz de escapar.
Los valores que unen a la familia tienen todo que ver con la monumentalización y
expansión de los dominios y el legado. No atañe a ningún valor familiar el exceso en
consumos, sean éstos mercancías o diversiones. En el mundo actual existe una industria
multimillonaria estética, textil, cosmetológica, que se dedica a fabricar piezas dentales,
injertos capilares, liposucciones, maquillajes, ropa de marca, zapatos, bolsas y un sinfín de
mercaderías y lujos para que el ser humano permanezca en un consumo que le proporcione
este psiquismo de una supuesta felicidad.
Todos estos implementos van siempre acompañados por leyendas, celebridades,
héroes reales o imaginarios, deportistas admirados, y no nos importa sentir la aflicción
producto del gasto desmesurado en tiendas y portales electrónicos de ventas en línea. Hay
quienes ocupan una fiesta de vez en cuando para ser feliz, otros ocupan alterar su
conciencia usando drogas o alcohol. La volición debe ser educada por los miembros de una
familia porque es una aventura de la mente. La voluntad para hacer algo puede ser como
un relámpago que surge y se apaga de repente.
Educar la voluntad, el querer lo bueno puede ser un acto consciente o un fenómeno de
abundancia de ideas positivas que mueven a la persona hacer algo bueno. En la familia se
motiva para entender que el trabajo es lo bueno, el esfuerzo es bueno y dejar la pereza es
bueno. Nos dijeron que robar es malo y lo creemos en tanto que no nos gusta que nos
roben. Nos ponen en nuestro menú diferentes opciones y fluctuamos entre ser sapiens-
demens según lo que elegimos.
Por eso la voluntad es una aventura de la mente porque deambula en una selva de
peligros y recompensas y nunca llegas a ninguna parte. Llegado el tiempo si el hijo de
familia encuentra la forma de obtener un ingreso tendrá mucha voluntad de hacer muchas
cosas pero quizás la mayoría de las opciones que se atraviesen en su camino serán
situaciones negativas como el usar drogas, irse de compras compulsivas para llenar la
casa de cosas superfluas que no ocupa o quizás vayas a un casino y derroche la mayoría
de lo que ha ganado en una sola mano de baraja. Y quien te puede criticar tal acción si es
dinero tuyo. Tus actos son ráfagas pulsionales que si no son educados desde el vientre
materno corres el riesgo de tener la voluntad de afectar incluso a tus seres queridos.
Los excesos deben ser considerados vicios, con los cuales se pierden el dominio de sí, y
se puede percibir que el individuo reduce su actividad, se va alejando de quienes están más
inclinados por la obligación y la intensidad en la responsabilidad. El exceso es una variedad
más de la pasividad de los individuos. Por el contrario, las personas que miden sus actos,
que no están sometidas a sus pasiones tienen mayor facilidad para controlar sus actos,
establecen estrategias en función de sus necesidades ya que cuentan con un estatuto en el
que, convencidos de que al dominarse a sí mismos, podrán dominar a los demás. Mala
orientación el que un individuo atempere sus deseos tan sólo para poder dominar a su
prójimo pero muchas veces es requerida esta conducta por ejemplo por capitanes del
ejército y personas que están en niveles jerárquicos que requieren someter a otros en la ley
y el orden.
A muchos nos cuesta trabajo entendernos con los que disfrutan de un exceso en la
jactancia y en la risa, el entendimiento nos parece algo sagrado y no algo cómico. Lo cual
no quita que los hombres y las mujeres puedan descifrar su vida y la de los demás de la
manera en que más les plazca, según las emociones dominantes de sus grupos de
contactos, parientes o amistades que frecuenten, en forma virtual o presencial. A muy pocos
nos motivaron en el arte de sensibilizarnos en el entendimiento y conducción en la vida que
privilegie la forma más apropiada de cada cosa que hagamos, según el nivel de seriedad
que se requiere para cada momento. El objetivo que se persigue con una conducta
adecuada es el permitir una vida en común, la fé en la razón como norma única de
conducta, razón que multiplica los rasgos que le dan verosimilitud a los actos, actos que
desenmascaran a los conceptos y les dan forma para ser estudiados por quien desea
estudiar la conducta humana.
Se escribe tanto de cada cosa, que a las personas ya les da mucha pereza leer sobre
todo lo que se ha escrito, por eso mismo buscan frenéticamente , la parodia, el meme, el
autorretrato, la selfie, y se quedan con la imagen del huevo temiendo que se les agobie con
conocer por completo la granja de la avicultura.
Lo que es bello de contemplar de eso mismo podemos platicar, hablar, relatar a otros.
Lo que no es bello de observar lo podemos callar o mantener en reserva por un tiempo.
Todas las significaciones de nuestros dichos pueden tener tantos bautismos como actitudes
tengamos para expresar aquello que decimos. Serìa deseable para el que habla como para
quien recibe el consejo que manifieste todo aquello que se encuentra en su interior para
purificar el alma, las làgrimas y las lamentaciones por la muerte de un ser querido o el
fracaso que no deseamos que se haga público, todo lo podemos ignorar pero al hacerlo
afectamos nuestro mundo interior.
El mudo se irà al infierno sin la remisión de sus pecados. Una vez pasado el tiempo de
vivir los valores en familia las tendencias innatas de hacer lo malo se multiplica. El
sacerdote Elì nunca estorbò a sus hijos cuando era el tiempo y ellos lo destruyeron. El
nombre, el prestigio, el apellido desaparece en cada ocasión que omites el regaño, la
plàtica, el razonamiento con tu hijo.
El entusiasmo que te mueve a multiplicar buenos ejemplos en la pràctica de valores en
tu familia lo concede el observar la destrucción de otras familias. Lo potencia el ver còmo
muchas familias entregan a sus hijos a la banalidad, misma que comienza cuando ponen a
sus recién nacidos bajo el cuidado de sus empleadas domèsticas porque no desean que les
ensucien sus prendas de marca costosa. Y de què forma mantienen estas familias
adineradas la armonía si no es con la temperancia de sus ànimos incluso en momentos en
que se otorgan licencia para la irracionalidad y negligencia.
Un error màs profundo que la intemperancia y el desequilibrio es hibridar conductas y
actitudes ajenas. Suponer que lo que hacemos està bien hecho sin contrastarlo con un
prototipo de excelencia siempre es lo màs común y lo màs fácil. Los seres humanos
estamos convocados a hibridar lo bueno, lo excelso, desechando todo lo que no pruebe ser
edificante. En el ànimo de una familia, o de cualquier persona que viva en la soledad
siempre debe estar el deseo de vivir todo lo bueno y desechar lo malo, pero la complicación
radica en evaluar si un elemento que se hace presente es pernicioso o de beneficio.
En el mejor de los casos la decisiòn inicial de escoger pareja fue lo màs dificil porque
no hubo un mètodo certero a tu alcance para no equivocarte. Es una pelea de vientos
arremolinados y contrarios convenir acuerdos para formar una relaciòn sentimental. El
celibe que busca su consorte se asemeja a quien se para en la cima de una colina y
observa los posibles navios para embarcarse, escoge aquel que muestra menos
inestabilidad ante las aguas embravecidas, el que le dè mejor resguardo una vez a bordo.
En el cálculo se advierte que dicha nave te fatigue la vista lo menos posible en ese futuro
no muy lejano, cuando la emociòn del primer amor termine, su inevitable ocurrencia esta
disponible para observaciòn con ayuda de un telèmetro, la visiòn clara que de ratos llega a
uno cuando dejas de idealizar a la persona y encuentras fallas que tarde o temprano
apareceràn pero no con la fuerza suficiente para descartarla, es cuando te animas a soltar
amarras.
La persona que escogiste no ha llegado a tu vida por el acto desordenado y
desconcertante de una estrella que colisionó trayendo consigo como pasajero a quien vas a
desposar. La explosiòn que se produce cuando te sorprende en tu caminar te deja casi
ciego, los rayos de luz entran a tus ojos y nublan toda tu psique. Una vez que va
desapareciendo el estupor y emociòn del encuentro, pudiendo en ello tomar de tres meses
a diez años, los lucidisimos alardes de los ornamentos de la princesa son ignorados por el
varòn, los deseos de la pareja se violentan con las obligaciones y la responsabilidad.
Los momentos de admiraciòn mutua cambian por los de satifacer necesidades de toda
índole, los compromisos sociales, en una palabra: el tedio. Cuando el universo de la pareja
es creado, la familia da sus primeros pasos, comienza la repartición de penas y alegrías,
algunas traen de fábrica etiquetas de involuntarias y otras de insospechadas.
Las horas del día no le alcanzan al necio para sentir arrepentimiento por las injurias
causadas al conyuge; el sabio cumple con sus obligaciones y al terminar la jornada prodiga
caricias y apapachos toda la noche. Un alma solitaria que busca refugio en otra no puede
lastimarla a no ser que desee solo usarla para despues destruirla. Cuando andamos y
desandamos el camino de maltratar a nuestro conyuge surge la idea de la separación
definitiva para traer la ortodoxia idónea a los abusos y tempestades que en nada elevan la
autoestima de los hijos.
La mecánica de maltrato sucede tambien con los mas impredecibles vaivenes
actitudinales: un día con toxicidad valiente disfrazada de una buena intención, en otro con
presiones extremas y en uno más con calma fastuosa. Lo profano nos invade incluso
cuando debieramos estar concentrados en nuestra atencion al nucleo de nuestra existencia.
¿ Habría algo más vulgar que permanecer en la ligereza y los rodeos cuando lo
requerido es soplar a nuestras acciones con aires de novedad, de pensamientos
reformadores, de adornar nuestro caminar con los frutos de nuestras buenas cosechas,
porque lo ordinario es tan viejo como los cerros? cuando lo requerido es soplar a nuestras
acciones con aires de novedad, de pensamientos reformadores, de adornar nuestro caminar
con los frutos de nuestras buenas cosechas, lo ordinario es tan viejo como los cerros.
Al principio de este analisis declarè que tratarìamos la organizaciòn de la mente, de
nuestras acciones, sin desdeñar la oposiciòn que existe entre lo emocional y lo racional, no
queda claro en què momento una modalidad expresa la otra, y en muy escasas situaciones
se combinan ambas. Esperarìamos en una relaciòn sentimental que las situaciones
cotidianas presentaran dicha combinaciòn, que èstas estuvieran en el mismo plano y se
manifestaràn como atributos tan reales como las esencias que nuestro olfato percibe al
llegar a un nuevo hogar, en tal manera se excluirìa cualquier equivocaciòn.
La dicciòn de ambos cònyuges, sus disposiciones y gesticulaciones remiten en mucho
a distinguir los mecanismos psicologicos presentes durante una discusiòn, pero gracias a
que un acuerdo conyugal tiene por fin preservar la familia es de suponer que el espiritu que
debe prevalecer sobre ellos es el limar toda aspereza para suspender toda acciòn que
destruya a la familia y fundirse en un eterno abrazo. Esta eterna lucha entre el bien y el mal,
las viñetas que ponen pausa a la estabilidad emocional de un hogar, podrìan zanjar el
camino medio entre el ejercicio de lo evidente y lo utòpico que son las conducentes
posturas de el hombre y la mujer.
A veces uno de los dos adopta cualquiera de los dos bandos, no es exclusivo de un
sexo cualquiera de estas abstracciones. Los asesores y coaches avezados en la superaciòn
de una pareja, o los que guian a las familias, protestaràn contra el supuesto del contrato
eterno, pero al mismo tiempo fustigan con su oferta de recetas y recursos para asegurar el
èxito en una azarosa conducciòn de dos almas que se lian en la búsqueda del
entendimiento.

Con el paso de los años las parejas, las familias sufren desviaciones y evoluciones
marcadas por eventos internos y externos, algunos que contrarían y otros que favorecen.
Fluyen las situaciones como un rìo caudaloso y solo asiéndose de las ramas y escombros
en las orillas es posible sobrevivir. Estas ramas pueden ser de la tradición clásica, o pueden
ser de la suerte de las canonjías intelectuales que suministran consejos autorizados por el
establishment.
En este juego de consejerìas, de la madre, del padre, de un libro, un sacerdote o de
asirse de consejos verdaderamente sustanciosos que entran en juego con las acciones
instrumentadas por ambos consortes provocando con ello una serie de interacciones y
retroacciones que pueden resultar en que la pareja se vea imbuida en una vorágine de
situaciones que nunca sospecharon, que se acerquen a cultos religiosos, que de tales no
barajaban anteriormente como posibilidad. La talla, el habla y los meneos de todos los que
adquieren el lazo nupcial cambian con el tiempo de modo inevitable, por culpa de todos los
determinismos y azares que van enfrentando en su caminar. La sociedad conyugal se
desarrolla para bien o para mal por servir a toda suerte de situaciones de tino y desatino, a
veces sin la posibilidad de tomar aliento entre esfuerzos.
Surge con el nacimiento de los hijos, miles de líos que amedrentan la solidaridad y
estabilidad en los nuevos periplos como familia: le persiguen infames situaciones que
levantan su cuchillo sobre la cabeza de cada uno de los integrantes, los caminos se van
cerrando al paso, se exclama con voz de espanto a diario por la escasez y la mala
disposición de todos, en el trabajo y en la familia, sobre todo en la parentela política. Esto
no sucede en las familias judías, no tienen en sus mentes el divisionismo que los contenidos
electrónicos e impresos que ellos mismos producen. Desde el primer día del compromiso
formal el desierto se convierte en la morada.
Las fieras rugen noche tras noche y si no fuiste educado para afrontar la adversidad, los
malos tratos producto de la desesperación, serán los peldaños que conduzcan a poner
distancia con un buen futuro. Las ideas que nos capacitan para emprender un viaje exitoso
por la vida desaparecen y solo toman forma cuando existe la necesaria estabilidad y
solidaridad. Las actuaciones que tenemos como pareja, como familia, deben estar en
sintonía con el bien de todos, no solo con los movimientos físicos y psicológicos que
caracterizan al afecto, también asegurándonos de tener hiperactividad positiva en cada
jornada, con una fluencia ilimitada, con una eterna obstinación de afirmar un estado de alma
íntegro y excelso en todos los miembros de la familia.
Todos los dominios en donde se desenvuelve la familia se contaminan con el uso
excesivo de la televisión, la mala literatura y música, asi como de otros entretenimientos
nocivos y adicciones, antes que aportar riqueza espiritual te conectan con el ruido y malas
influencias que limitan al raciocinio y al pensamiento infinito de positivos efectos. Las
acciones y pensamientos que debemos procurar en una familia, y en cualquier empresa es
las que provean de conceptos y abonos a la cuenta del crecimiento como grupo o conjunto.

Desviar nuestra atención a lo negativo implica contemplar la inmensidad de


posibilidades que no nos pertenecen, la lujuria de la vista, el despilfarro de los recursos, la
multiplicidad en las disensiones que son como la olorosa fragancia de los cedros del Líbano
cada vez que permanecemos en la idea de que es mejor clamar tener la razón y la verdad
absoluta en las discusiones de pareja, en vez de preferir la armonía de un punto medio.
Los coaches y maestros de autoayuda nos convocan a dar pasos en las andamiajes de
la irracionalidad en nuestro apostadero familiar, a elevar el ego fastidiando con actitudes
teatrales narcisistas, y al mismo tiempo otros como Kim Butler nos enseñan argumentos
publicitarios disfrazados de consejos de prosperidad. El horizonte de la familia es tan
grande como se decida en pareja, o bien, en el caso de las familias monoparentales las
contribuciones individuales pueden ser más claras que en pareja por la eliminación de la
facción alterna, que busca su propio interés, frente a los problemas cotidianos.
El tiempo que tienen los padres y madres solteros para iluminar las áreas de principal
atención, en algún tiempo la casa, después los hijos, pasara por decadencias o
desatenciones que son periodos de tiempo en que se cargarán de ideas o vacas gordas
que luego utilizan en periodos de pobreza intelectual o espiritual, en los que la actividad e
hiperactividad producto de los infinitos requerimientos de la familia nos harán falsamente
sentirnos vacíos por culpa de nuestros paroxismos obsesivos.
Por esta “percepción” de intrusiones del conyuge que vive aparte, y su consecuente
limitación de sus derechos para con sus hijos por el orgullo de tener la custodia, es una
ocasión más en que activamos el guión judío como el visto en la película protagonizada por
los actores Sally Field y Robin Williams: “Mrs. Doubtfire”. Extendemos nuestra autonomía
cuando nos ocupamos de nuestra profesión y cuando nos ilustramos pero también cuando
nos ocupamos de nuestras obligaciones y atenciones hacia nuestros seres más próximos,
hijos o nuestros padres, respetando sus plenos derechos. El nombre más horrible que se
pueda pronunciar: alienación, comprende entregar el futuro de los pensamientos de los hijos
a los demonios.
La inercia que clama el conyuge que detenta la tutela de los hijos, de homogeneizarse
con sus hijos y estorbar la convivencia heterogénea, no tiene razón de ser. Dos mitades que
no se convirtieron en un todo durante el matrimonio tienen la oportunidad de organización
solidarizándose con el bien de los hijos, hacer equipo permaneciendo en la frontera de los
proyectos de nuestros descendientes.

Vemos con frecuencia en los guiones judíos que esto no es así. Hay una lucha entre
padrastros y hermanastros, una desorganización y se incrementa con este aprendizaje el
rompimiento de un orden social. No se puede tejer una sociedad sana destejiendo y
complicando la salud mental de la familia. Una sana alternancia radicarìa en conservar la
armonía ante cualquier adversidad o malentendido, una quietud producto de reflexiones que
lleven a soluciones discutibles pero asequibles.
La dulcificación y apaciguamiento en el ambiente familiar solo se logran cuando
entendemos el alcance de la solidaridad y el de contemplar la opinión del otro con màs valor
que la propia, por màs equivocado que estè. Estar abierto de mente a las situaciones que
vive el otro, y trasladar esta actitud a los hijos para cuando crezcan la reproduzcan en la
generalidad de las situaciones que los envuelvan. La pareja se confronta con un lenguaje
binario que debe llegar a producir proposiciones unitarias.
Son de mucha cotización los bienes que proceden una arreglado orden y quietud porque
es la equivalente uniformidad y concordia de la cabeza con el resto del cuerpo. El universo
de problemas al que se ve sometida una familia no es infinito porque si lo fuera también, de
manera análoga, las estrellas que se alimentan de hidrògeno ya se habrìan apagado
porque mucho del hidrogeno se transforma en helio, si las estrellas provinieran de un
espacio de tiempo infinito. Las cosas que vivimos en familia nos sirven para algo o nos
impiden para algo.
Nunca hay algo que permanentemente limite o acrecente los problemas, sinsabores o
momentos felices porque las cosas no son siempre algo por sì mismas sino por el
significado que les demos que puede cambiar de un dia para otro. Aprovecha màs desnudar
las cosas de sicologismos delante del tribunal que es la realidad porque los enemigos están
afuera esperando devorarnos. El primer principio de la solidaridad y unitarismo en la familia
es el de prevalecer y vencer la adversidad juntos, aun mas alla del dia de la firma del
divorcio, en el caso de las familias en la desgracia de una disfunción emocional.
Esos momentos inconscientes en que con la premura de actuar no tuvimos la paciencia
de esperar el momento preciso en que llega el mutuo entendimiento precipitándonos a los
tribunales por una separación privilegiando la reputación y el nombre y dejando de lado un
futuro que quisimos construir. La falta de escrúpulos morales es la primer causa de las
separaciones y divisiones entre individuos y culturas, cada quien busca lo suyo sin importar
si en el crucero donde dejamos nuestra unidad nos insultemos y humillemos antes de
perseguir nuevos sueños.
No fue asi entre Abraham y Lot, por mucho que su mujer lo hiciera desistir de seguir al
lado del gran patriarca. Uno de los dos sueños será un logos justo y el otro injusto, o bien
ambos equivocados pero nunca los dos estarán al dividirse en un logos justo porque de
estarlo significaría permanecer en el mismo camino de unión y fraternidad. El reinado de la
voluntad impregnada de comprensión constructiva que permite poner sobre la mesa la
racionalidad de la búsqueda en la solución de los problemas, una serie de círculos
concéntricos que parten de las primeras causas de las cosas hasta las últimas, actitud que
no toma posesión de ambos seres cuando se separan o se dividen.
Las manifestaciones de cada uno en una relación sentimental no son del todo
subjetivas, mucho de lo que expresamos intenta configurar una objetividad interna de
nuestro espíritu, un deseo de sujetamiento del otro a nuestras propias leyes, y es en esa
medida cuando despertamos e incentivamos el descubrimiento de las leyes internas de
nuestro igual en cualquier binomio emocional. Una parte de nosotros se multiplica por sì
misma; y esa misma parte que està en nuestro compañero sentimental se multiplica
también y se suma al producto de las otras partes que nos integran más la parte que al otro
le corresponde que también está en uno.
Fuera de ese binomio están las fuerzas externas, algunas oscuras, algunas a favor de la
familia y otras más, la mayoría, en contra. La estrecha conexión que hay entre la conciencia
de un individuo y la de su época es innegable. Lo mismo sucede con la conciencia común
en pareja. Las creencias que hemos adquirido antes y durante de formar una familia
influyen en potente manera cuando se trata de decidir mantener el curso de la relación o
bifurcarse.
El hombre “tal como debe ser” y la mujer “tal como debe ser” influyen en nuestras
deliberaciones y en las que habremos de instruir a nuestros hijos. Para la ciencia el ser
interno del individuo en ocasiones puede ser un refugio de situaciones caóticas y eso ha
hecho que se multipliquen las consultas con el gabinete psiquiátrico o psicológico. Las
visitas al templo de diferente religión, la apuesta por entregar recursos monetarios a las
mismas para la “salvación del alma” después de un divorcio ya son parte de nuestra cultura.
El alma tiene un ritmo y armonía parecido al ritmo cardiaco pero muy rara vez
dedicamos esfuerzo en reconocerlo y experimentarlo mediante la meditación y la
autobservación. Es entonces que hacemos más caso de las teorías contemporaneas,
generalmente autorizadas por mentalidad sionista, y el futuro de las relaciones humanas se
encuentra en la repartición de fichas que esta hegemonía dictaminadora realiza.
Permítaseme decir que las armonias y ritmos espirituales del alma no se ponen a tono
con las leyes, que se hicieron para los naturales prevaricadores, ni con la advertencia o la
prohibición, ni con las teorías sicologicas o las que separan al hombre de la mujer entre que
uno proviene de marte y la otra de venus, sino de estar en contacto con palabras de belleza
y optimismo, de tributo y contacto con la naturaleza, la escultura, la música y la danza.
En una palabra, en la educación continua con alto sentido artístico. En toda educación
artística la habilidad y destreza del hombre y la mujer producen los resultados que al
transmutarse con ideales y metas loables generan el buen ritmo y carácter del espíritu que
habita en el alma. Esta orientación obligadamente conduce a los reyes magos al
conocimiento del pesebre donde nace la humanidad a lo cual la divinidad pone la mayor
parte alumbrando con su cometa brillante. La mirada que se dirige a la mujer, con la
admiración de su belleza, es arte.
El mirar a la mujer como objeto o como digna de ser humillada o vejada no puede caber
en la mente de ningún ser humano. Es importante recordar que en la tradición clásica
existen igual número de esculturas femeninas que las masculinas, pero estas figuras como
las de Electra, Dejanira, Tecmesa o Yocasta constituyen el inicio de la fé del ser humano en
su propia humanidad, la cual inicia en su propia costilla.
Pagamos con dinero la sangre ( Wergeld ) que derramamos cuando hacemos de la
mujer un objeto porque nuestra madre es una mujer y no es ficción que perdamos la vida
(lex talioni) en un futuro por cada herida que causemos a nuestras compañeras de vida. Sin
embargo, no hay necesidad de llegar a estos extremos cuando permanecemos toda la vida
en rectificaciones constantes a partir de una educación continua porque toda acción y
decisión ha de tener pertinencia e idoneidad si es que queremos construir una generación
sana y exitosa en nuestros hijos.
Los sionistas nos remiten a creer que en nuestro futuro esta la posesión de riquezas,
son los Mefistòfeles con su oferta y convocatoria a enseñorearte del mundo antes que
preservar tus valores para transmitirlos a tus descendientes. Ese espejo del futuro es muy
diferente para el resto de la humanidad al que usan ellos. Por mucho que los acusemos de
poseer las riquezas del mundo, los activos, los bonos y los medios de comunicación en
realidad lo que los hace diferentes es su espejo profético.

En èl ellos ven a sus familias conservando sus valores, sus deseos, su visión, religión.
El resto de la humanidad usa un espejo que ellos construyen: un espejo en donde
observamos la gloria, el dinero y perseguimos tales efectos descuidando a nuestras familias
y ni què decir de ver en ese espejo el cultivo de esos valores requeridos para asegurar la
permanencia como familia o nación. Odian los valores de las naciones y las encaminan a
ser naciones de ambiciosos, practicantes de todo tipo de antivalor como el despilfarro y la
búsqueda de la alteración de la conciencia con las drogas, el peculado en el caso de los
convocados al servicio público y a los puestos de representación popular.

Una vez consumados los delitos propios de la cultura que hemos adoptado, la parte en
que sentimos la urgencia de redención por nuestros delitos somos llevados como ovejas al
matadero a vaciar nuestras cargas en la religión, a compartir un poco con una de esas
religiones o incluso depositar todo lo malhabido. El espejo que nos han construido los
sionistas nos dice que el paso a seguir una vez que hemos pasado por las manos del
redentor es el seguir delinquiendo: en ningún momento damos los pasos necesarios para la
adquisición de valores y mucho menos a conminar a nuestros descendientes a seguirlos.

Nadie puede ser un ejemplo para otros cuando no se practican los valores. Antes que
los seres humanos regresen al Monte Olimpo a pedir sabiduría para reconstruir sus valores
primero se verà que acudan a sus templos a cooperar con los monumentos religiosos
fastuosos que les dan fama y gloria. ¿No fue acaso el regresar a los clásicos lo que ayudò a
atemperar los instintos criminales de los pueblos barbáricos del norte europeo? Italia fue la
que adoptò a los griegos y fueron ellos los que nos sorprendieron màs que cualquier otro
pueblo del planeta con sus descubrimientos y obras artísticas.

Cuando un estadounidense prominente aparece en la pantalla chica hablando de los


valores de su país ¿de què valores estamos hablando? En nada se parecerán a los valores
que proclame una eminencia francesa o italiana. Unos diràn que las dificultades son
inevitables para formar el carácter de héroe, son abofeteados por las circunstancias y los
otros proferirán loas al camino excelso de su patria donde todo es un ensueño como el de la
cenicienta.

Por supuesto que la metáfora no se cumple en el segundo y ademàs se enfrentan a la


posibilidad de cortar con su autoexilio migratorio si se hallan en una situación de miseria o
arrestados por oficiales de inmigración. En el caso de los que son hispanos huyen de su
cultura a una tradición vulgar y exigua de propuestas simplistas y reduccionistas. El dinero y
el mercantilismo es su destino al abrir esa puerta grande por la que abandonan miles de
años de evocaciones poéticas de héroes y de emociones sublimes.

El resto de la humanidad nos identificamos con la sororidad de la literatura, la lectura de


Shakespeare, Emily Dickinson, Virginia Woolf, Truman Capote. Contemplamos de vez en
cuando series americanas que nos americanizan y nos empanizan con sus aderezos
sionistas, es todavía màs doloroso observar còmo los que emigran a ese país viven en
carne propia, dìa con dìa, la maldición de sus ideales y costumbres. De inmediato se hacen
frìos y ya no contemplan el dolor de las ausencias, la alegría de la cercanìa con los seres
queridos, el gozo de recibir la primavera y asistir a las pirámides a experimentar la energía.
Lo cambian por una cultura en donde la distancia entre familiares es mejor y tiene un precio
que es el pago del alquiler de la casa o el cableado telefónico si es que se insiste en
convivir màs de cerca. Permutan la intensidad de las emociones y la estètica por la vida
relajada donde no tiene utilidad la formalidad, ni en el vestuario ni en las actitudes; la
estabilidad de siglos de la cantera por elementos constructivos frágiles como la madera y la
asistencia a obras artísticas por la visita a los grandes complejos comerciales de ropa de
marca, perfumes y accesorios.

La cultura hace a las familias y las familias a la cultura. La cultura americana la


podemos resumir en tres patadas. La cultura clásica podríamos escribir de ella miles de
siglos y nunca terminaremos de hablar de ella. Siempre tenemos algo que decir de nuestra
sangre grecorromana. No podemos prescindir de su plenitud, de sus ruidos, de su pasión.
Recursos hay muchos para deleitarnos en ellos, de la cosmética de palabras que pueden
hacer suaves las negociaciones, de caracteres singulares que hacen de todo latino todo un
personaje, un héroe.

La modernidad no puede tener buen fin sin la antigüedad clásica, no es posible


desmadejar el todo unitario de la cultura grecorromana sin salir afectado por sus principios,
una afectación positiva muy obvia para cualquier nación heredera de este legado latino,
porque es cotidiano que un latino que se disponga a leer el Quijote, absorba toda la
tradición clásica experimentando la belleza de su pensamiento descifrable para cualquier
ente humilde que no tiene màs pretensión que deleitarse en ella para palpitar con exaltación
y éxtasis.

No es requerido estudiar latìn, griego, retòrica, gramática, dialéctica para acercarnos a


nuestra herencia grecorromana. Es parte de nuestros glóbulos rojos los cuales son letrados
desde el mismo momento en que nos extraen del vientre materno. Los estudios antes
mencionados son solo la aspiración natural como la que siente el seminarista o el
convocado al otro estamento como lo es el ejército. En ninguna otra cultura se les da voz y
raciocinio a los pastores de ovejas, a los pescadores y leñadores. Es màs común que en
cualquier cultura se les dè la voz a los dioses e ídolos pero nunca a la gente humilde como
lo es en la cultura milenaria grecolatina. Nuestro legado nos conmueve con su genio literario
donde desdichados y solitarios todos nos regocijamos en la soledad y en la cual estamos
acostumbrados a que los destinos divinos nos llenen de azares imposibles de vencer y toda
clase de vicisitudes y marasmos.

Y còmo no olvidarnos del vicio predestinado de nuestra soledad cuando adoptamos y


nos ceñimos a nuestros escritos y producciones de nuestros antepasados con su
asombroso tejido de vocablos latinizados o helenizados que mueve a oyentes y lectores,
con sus recitaciones gestuales, una teatralidad sobrenatural y barroca en sus soliloquios y
entremeses donde abundan los hipérbaton y las construcciones de pensamiento lógico y
moral, en insultos y juego de lealtades.

Nuestra hispanidad determina mucho de lo que vivimos los latinos, nos ha marcado que
el primer general de Roma fue Rómulo, y no Remo, nuestras plaquetas han sido raptadas
como las sabinas, nos las pillaron y en ellas imprimieron el tatuaje del conflicto constante,
nuestra forma de vivir caprichosa y complicada, que incluso en la forma de bañarnos
habremos de encontrar, como en “La Celestina”, todos los efectos en nuestro haber para
bañarnos, productos que dan mucho què pensar por la aceptación de los accesorios
concurrentes en nuestra cultura provenientes del mediano y lejano oriente.

Por màs que hallemos en común con pueblos que influyeron de lejanas civilizaciones, la
herencia grecolatina es la màs fuerte, porque copiamos lo bueno de los pueblos lejanos
mas nuestra originalidad es objeto de envidia en el mundo anglosajón-barbàrico, y màs para
los judíos, dicho que se refuerza con que somos el blanco màs frecuente en sus
fabricaciones de leyendas negras que estigmatizan nuestra tradición clásica. Nuestros
sueños son màs grandes que los intentos de su realización y que la pureza de nuestras
intenciones, todos los libros que se pueden escribir no valen tanto como nuestras
conversaciones. En la cultura grecolatina las estrellas las vemos en estado nefelibata, su
blanco destello nos parecen ser extensiones de nuestro plumaje, la roca cristalina del
palacio de Neptuno.

Te puede gustar, siendo latino, buscar nueces en los nogales y sentir que cada una al
caer es un siglo pasado y otro venidero como las bellotas de el Quijote. Buscar lo que pasa
mas alla de la corteza de nuestra individualidad, casa o nación, sabiendo escuchar a
propios y adversarios en las artes de la retòrica, y hasta a los de un tercer mundo semántico
como lo hicieron los frailes al encontrarse con el mundo precolombino, supieron resistir ante
sus muchos y doctos argumentos registrando cosa por cosa en los códices con los cuales
hoy sabemos de sus adoraciones a dioses zoomórficos y cálculos astronómicos, no con
fines de hacerles justicia y conservar su cultura, porque no eran directores de museos, sino
de dejar impresa su huella por una mínima emoción empática por sus tradiciones, cuestión
inaceptable para otros imperios destructores como el anglosajón.

Les negamos nuestras mujeres, incluso nuestras hermanas, a los pretendientes, a


quienes vemos como adversarios. No asi el anglosajón, quienes gustan incluso de observar
cómo son vistas como objeto de uso sus propias mujeres. En la cultura grecolatina no
necesitamos que los coaches y gurùs de la buena imagen y prosperidad nos recomienden
la depuración de detalles en nuestra vida que nos estorban, es la base del desarrollo de
nuestra civilización, no el perfeccionamiento de las armas para la milicia para la imposición
de nuestras políticas como los imperios depredadores, de los cuales nos hemos ocupado
mencionar con sus detalles màs generales. Los tratadistas grecolatinos nos incitan a
revisar, a la luz de nuevos conceptos, todo paganismo e inmoralidad que produzca ácaros y
termitas que nos carcomen inadvertidamente.

Una mejor forma de un deslinde de la herejía es conocerla a fondo con este espíritu
viajero por el mundo para hacer alianzas y transmitir la tecnología de una lengua
esplendorosa y refinada como la policròmica grecolatina. Es decir, nuestra cultura se
empeña en esculpir estatuas morales de nuestros ancestros, la poesía y la literatura, pero
también de buscar una interpretación del extranjero, no asì de su destrucción y aislamiento
como lo hicieron los anglosajones con las culturas indígenas de Norteamérica.

Toda la atención que puede merecer la estilística, la aportación y dotaciones de


esculturas y artesanìas de muchas civilizaciones, por muy paganas y zoomórficas que èstas
sean se la hemos dado sin intervenir con la actitud tòxica de destruir de sus naturales
expresiones y testimonios. Es hasta los siglos màs recientes cuando alemanes, británicos y
norteamericanos sionistas, en afán por ocuparse y derrochar en algún proyecto excènctrico
fue que decidieron lanzarse por el mundo como arqueólogos recuperadores de huellas
ancestrales tanto en Egipto, Asiria, Persia, y algunes lugares recónditos de América, como
dan evidencia de ello sus principales museos.

Desplegaron sus brazos en la búsqueda de todo tipo de vestigios con la finalidad de


atesorar en colecciones eruditas sus museos y poder atraer turistas a sus tierras, al mismo
tiempo que crearon leyendas negras para atacar a las naciones herederas de la cultura
grecolatina. Los pedazos de la realidad que nos entrega cada civilización con sus mitologías
no nos ayudan mucho a ubicar sus hechos históricos en su dimensión y cronología, como
tampoco ellos mismos, los anglosajones entienden en excelencia el origen de su carácter
barbárico de dioses nórdicos o cèlticos.

Han sido franceses, españoles e italianos quienes han podido configurar con excelencia
dichas tareas hermenéuticas y arqueológicas. Para ello, contamos con elementos y
documentos que han dormido en cámara criogénica por siglos, asi como huellas de batallas
y alianzas con estas civilizaciones paganas. Los pueblos nunca han estado separados por
muros excepto los de la intolerancia e irracionalidad de la nula diplomacia generadora de
guerras y racismos. En las letras hispano-grecorromanas conocì el justo medio entre amar y
aborrecer.

Los estudios literarios de muchas civilizaciones no ofrecen la posibilidad de la misma


calidad en los asuetos contemplativos de los que la tradición clásica posee. Por citar
algunos temas està el estudio de la liviandad en la emisión de juicios y dichos, como
aquellos que teniendo muchos defectos se ufanan en hacer disgresiones de lo que ellos
carecen o aun no resuelven en su devenir. El estudio de musas y fuentes de inspiración
reales o imaginarias se lo debemos a siglos de reflexiones y literatura clásica.

El mundo clásico le dio la bienvenida a una crema y nata universal a las nuevas
conciencias provenientes de varios continentes y somos los hispanoamericanos, franceses,
italianos, rumanos y portugueses los únicos herederos. Vimos rodar cabezas desde la
época de la revolución británica y la francesa porque el mundo es agitado por el dictado
azaroso de seres humanos que en nada se parecen a nosotros los latinos, en todo nos
envidian y su único modus vivendi ha sido la usura y su modus operandi la perversión de
todos los valores universales para dividir en gremios a toda la humanidad.

La medida de lo bello con todo tipo de artificio es el preámbulo con la que nuestra sangre
apasionada nos emplaza a costear y a trazar con mucho cuidado nuestros destinos, que si
acaso estamos seguros de la medida nos vemos a nosotros mismos como forjadores de
nuestra propia trampa. En este punto el azar dictado por la monolítica sapiencia de los
usureros barbones inclina a el exceso de confianza y a evitar la cautela.

No nos limitemos de buscar comprender nuestro entorno pero no podemos fiarnos ni


subvaluar o sobrevalorar. Nuestras expectativas no excedan la preceptiva pero solo con
muy excelentes acciones esperemos alcanzar la estrella deseada. En muchas ocasiones
nos vemos presionados por nuestros amigos o conocidos a tomar decisiones fuera del
alcance de nuestras capacidades, pero en la cultura clásica no existe margen de error para
actuar contando con aquello que no está en nuestras manos disponer, trátese de lo
monetario o de un ingenio con el que no contamos.

Una vez más los usureros nos moverán a mover cargas más allá de nuestra destreza y
fortaleza. Sólo es señor quien conoce su exacta capacidad de respuesta y mas vale
refrenarnos que dejar expuesta nuestra miseria. Es mejor seguir advertencias que perseguir
riesgos y para ello podemos experimentar en los curiosos que prueban sus iniciativas sin
cautela y pronto caen en la desgracia. Mas no corremos en la aventura sin antes probar
nuestras acciones con muchos ensayos porque al primer golpe el herrero no termina de
forjar la espada.

El imperio romano se convocó a ser el más grande, el más infinito, el que cubriera la
mayor parte del territorio conocido en lo que era la tierra, y éste ejemplo nos invita a imitar
esta grandeza, la misma espiritualidad contagió a los reyes católicos avivando la esperanza
de cubrir el último confin de la tierra con la consigna del evangelio. Quien tiene un deseo en
la cultura clásica, su deseo es infinito y no poca cosa, se desea el todo y se estudia todo lo
que es susceptible de ser conocido. Sin embargo, nos dejamos poner grilletes o nos
convencemos con falsas grandezas de prosperidad como las que nos venden los coaches.

La fama la otorga el tamaño de la proeza, la medida de los territorios conquistados, el


ángulo más grande de la brújula a la cual es menester navegar sin tocar los límites
trazados por la bula papal. Aun seguimos hablando del esplendor de más de tres siglos de
dominación hispánica, del tamaño de las letras de Cervantes y Lope de Vega, de la
aventura de dimensiones épicas de los consortes católicos por el Nuevo Mundo a la cual se
le puso fin cuando las barbas impusieron su dominio en Francia e Inglaterra. Y si tú eres de
los que no ponderan su cultura y su herencia grecolatina como la más grande y le apuestas
a aprender el idioma de los negocios olvidando tu naturaleza majestuosa para pasar a ser
un cocinero de hamburguesas baratas pues mucha suerte con tu nueva cultura, dejas la
mitad de todo para conseguir un treintaidosavo de la nada.
No nos está vedado aprender cualquier idioma, solo es cuestión de no marginarte del
instintivo afán de acreditar la naturaleza de tus genes que llevan impreso el sello de la
grandeza de muchos siglos y que emana del interior como caudal iniciando toda clase de
empresas originadoras de riquezas materiales o espirituales. Uno de los primeros síntomas
de esa grandeza es no entregarse al hedonismo y a la alteración de la conciencia como lo
viven los que no pertenecen a esta tradición y herencia en exceso mencionadas.
Dentro de la política de la responsabilidad social se generan empresas con fines
lucrativos o altruistas pensado también en ser un empres modelo a seguir para los demás.
Y qué ejemplo podemos ser si nos entregamos a toda clase de perversiones o diversiones,
excesos y despilfarros. (espacio para ejemplos cultura de hedonismo y perversión).

La empresa se corrompe con nuestras acciones y toda clase de extorsionadores harán


acto de presencia para devaluar nuestros esfuerzos. Algunos de los que intentarán
destruirnos primero nos moverán a simpatizar con ellos y validarán nuestras acciones pero
en el fondo elaborarán la emboscada y el laberinto que guíe los pasos para caer en ésta.
Del mismo lugar de donde surgen las calamidades surgen los prodigios pero uno y otros
nos están vigilando a cada paso que damos, cada amistad que elegimos y a cada fiesta a la
que asistimos y lo que hacemos o decimos en ellas.

Por eso, el primer acto de un profesionista, de un empresario debe ser refrenar las
pasiones, y que mejor que autoobservarnos por un tiempo, no dar ningún resquicio al que
habla mal de nosotros porque le es escuchado más sus reproches que nuestras plegarias
por una buena fortuna en nuestros proyectos. Todo ésto, lo calculamos tanto así de sobra lo
sabemos, pero si hay alguien no entendido o conocedor de lo que por sus venas corre no le
queda de otra más que leer nuestra abundante doxografía.

Si no tienes esta herencia es normal que hagas citas de Woody Allen o de cualquier film
que ha ganado oscares, cuando clamas propiedad de ideas o valores. La exposición de
ideas en la cultura clásica pasa por un proceso de purga y aseo atendiendo las raíces
etimológicas de lo que se intenta decir, deteniéndote en el afloro de expresiones de ornato
siempre con el criterio de adscribir lexicografía emanada de las selecciones màs acertadas
y pertinentes para barroquizar los objetos o mensajes que nos embarga el corazón. Una vez
màs: esa es tu herencia. No dejes que Trump y los que piensan como èl te digan què eres y
cuànto vale tu herencia. La herencia anglosajona vale cero: nada.

Uno mismo vale cero cuando te confías y desaprovechas el tiempo, la pereza solo
conduce a los vicios que tanto han puesto de cabeza este mundo: las drogas, perversiones
y actitudes psicópatas que guìan a la autodestrucción. Los anglosajones se quejan de que
los inmigrantes les roban los trabajos pero antes que empuñar una pala o el instrumento de
la labranza se echan a buscar y acosar indocumentados en las ciudades y en el bordo
lìmitrofe.

Nuestra herencia y cultura latina no es asì. Damos el lugar que tiene a cada cosa porque
la buena fè es lo que nos caracteriza, pero èsta actitud no consiste en dar por hecho que el
que ocupe un puesto deba ser tratado como tal sin cumplir su obligación, la reputación se
construye y es visto como deuda el ser respetado cada quien en su puesto cuando se
cumple con el contrato establecido. Todo debe estar en su posición original, cada pieza y
cada engrane, de no ser asì viene la falta de certeza y el desconcierto.

Los conciertos son herencia clásica, estar en un mismo sentir, aglomerar los diferentes
talentos y tocar una pieza musical al unìsono. El trabajo del director de la orquesta contiene
toda una estructura de obligaciones y pone en armonía a todos los componentes del
ensamble. Primero fueron los conciertos musicales y después los equipos de futbol, en
ambos permea la cultura y herencia grecolatina, porque el orden no viene de los bàrbaros y
tampoco de los judíos.
Entre judíos la individualidad y el caudillismo es la base y no la fòrmula, el trabajo en
equipo es tradición clásica. Los judíos y los bàrbaros de vez en cuando se indigestan con
tanto protagonismo y promoción personal que se mueven a tomar las armas y se matan
entre ellos como lo sucedido con Kennedy o con Yitshak Rabin. Frustraciòn se siente
cuando el trabajo en equipo, el concierto de una armònica es atribuida su autorìa o herencia
a los anglosajones o a los judíos porque son precisamente ellos quienes mueven con dinero
y mùsculo las decisiones de jueces en juegos olímpicos o en cualquier competencia,
incluida la armamentista origen de su mùsculo. La razón del debilitamiento de los países
herederos de la cultura grecolatina es que somos países de buena fè, de imperios y
gobiernos generadores de riqueza cultural, hacendaria e infraestructura en beneficio de los
vulnerables y no en abono a los dueños del capital.

Esa buena disposición ha abonado en la cuenta de las mayorìas pero precisamente èsto
reviste de debilidad política y económica para el accionista, para el financiero internacional.
La apuesta del especulador se orientarà a quienes le provean de recursos y les niegue el
beneficio a quienes no poseen portafolios de inversiones. De nada nos ha servido a quienes
poseemos esta buena fè, esta civilización grecolatina, el bárbaro y el anglosajón inculto se
han apropiado de los frutos de nuestra herencia para fumàrsela en una oleada de ataques y
promoción de antivalores mediante sus películas y canciones.

El daño y la sensación del desaseo no lo sienten quienes no tienen referentes de


civilizaciones antiguas por eso a ellos les parece música a sus oìdos cuando leen y
escuchan producciones literarias y audiovisuales, es de lo màs normal. La identidad normal
de las sociedades ha pasado por todas las modas que han impuesto los dueños del capital
y los judíos apoyados en sus naciones fuertes como Estados Unidos y Rusia, con sus
políticas de capitalismo salvaje y comunismo, hedonismo y existencialismo o ateísmo.

En decenas de siglos de cultura grecorromana se excedieron eruditos en la auscultación


refinada de los màs sublimes conceptos, la retòrica y la elocuencia, para que a últimas
fechas, en menos de cien años estos desaliñados toscos y movilizadores de vulgaridad se
han apropiado de medallas por la fuerza y también clamen ser herederos de lo que no han
sido jamàs.

La formalidad o el aliño, como se conoce en la tradición clásica, edifica tanto al simplón


como al elegante porque es la única forma de trascender a tu tiempo y ser dejar un legado,
es la dignidad de Atenas quienes no escatimaron esfuerzo y recursos para elaborar sus
elementos constructivos, sus ofrendas y procesiones a sus dioses, de ahì èsta bien
acostumbrada calidad en ser y hacer, por algunos conocida como urbanidad, para otros
formalidad, puntualidad, ejemplaridad y devoción a cada faena emprendida.

Los latinos podemos dar la vuelta a las situaciones prevalecientes a cada lugar donde
migremos, pero si nos forramos de las mismas actitudes y hondonadas de miserias del
entorno lo único que podemos presumir es el haber pertenecido a una gran civilización. Un
viaje al pasado, a la época de la antigüedad no se hace para copiar y traslapar pràcticas a
nuestro tiempo condenándonos a repetirlas, pero como Demòstenes, podemos estar
condenados a repetir o a huir de la antigüedad, a no tomar en cuenta sus principios o
especificidades sobre las pràcticas que uno realiza, o a perfeccionarlas, pero la cuestión es
viajar a ese tiempo para tomar referentes.

¿Acaso toda conducta dentro del closet es mejor que actuar? Hay una bùsqueda de
autonomía en lo que se refiera a la adopción de una u otra cultura, pero ninguno se queda
sin gremio, la cultura es pertenecer a un gremio, incluso los que se quedan en el closet
pertenecen ya a un gremio: el de los anoréxicos. Estos anoréxicos son los radicalizados y
los que están en proceso de autodestrucción de sus vidas, tomando decisiones arbitrarias e
irracionales, aun sabiendo que no abonan a un beneficio propio, ya no digamos el
comunitario. En la misma medida en que los políticos se han adueñado de los presupuestos
y de nuestras conciencias para reelegirlos y seguir actuando en nuestra contra, tampoco
existe en nosotros una benevolencia cuando nos destruimos con las drogas y el desenfreno,
èsto es muy conocido para quienes viven en los Estados Unidos, todos sienten este deseo
de desenfreno y por eso mismo debemos bendecirnos por no pertenecer a esta nación y
orar por aquellos parientes que sì.

La cultura espiritualista griega, romana o la latina catolicista se nulifica con los


siquiatrismos anglosajones que pretenden reducir todo a los dictados judíos de Freud y
encerrar varios siglos de tradición clásica a meros deseos incontinentes de copulaciones y
masturbaciones, o a desdeñar a todos los de origen latino a ser todos unos violadores
cuando son ellos los proveedores principales de pornografía y malos ejemplos en su música
y tradiciones familiares disfuncionales vistas hasta en películas aptas para los niños como
las caricaturas o mi pobre angelito. No obstante, el latino en tierra ajena sigue retratando el
paraíso en su trato afable con los demás, le mueve la buena fè y no la violencia del
xenófobo.

Y con siglos de tradición clásica corriendo por sus venas le viene en gana siempre
entresacar de las mentiras una sola verdad que es que como latinos solo aspiramos a
recibir lo que sea de buena voluntad entregado en nuestras manos y no estamos para
arrebatar cosa alguna. En un momento de charla podemos apasionarnos de un extremo al
otro pero no por ello incurrir en no considerar los argumentos de nuestro interlocutor.
Nuestra grandeza no es la simbólica que solo almacena palabrerìa del sueño americano, es
ontológica porque importan màs los hechos y materializar las buenas intenciones, para
halagar de verdad lo que es digno de ser apreciado, porque nos causa disrupción el de
labios fingidos pues al aparecer asì es como desnudez impùdica su vacilación. De ningúna
manera podríamos declamar un soneto con tono descompuesto, sino que antes bien el
jolgorio de las plazas que se deleitan en los coros, recitaciones y bailes va correspondido
con las mejores interpretaciones, sabemos interpretar de forma magistral, no solo producir
vítores y loas a quien se anima a ser el espejismo y no el oasis.
De la misma forma podemos unirnos para echar abajo una enmienda recetada por el
anglosajón, una receta pagana de coaches resueltos a obtener la remuneración de su
conferencia puesto que ellos creen que convencernos es lo màs sencillo, pero para
encender el apasionamiento masivo por una idea tendrían que elevar el carácter brioso de
sus palabras y ademanes, no solo enturbiar el sonido con su supuesta voz de autoridad por
venir en defensa de las ideas de los dueños del mundo.

Nuestras lenguas grecolatinas son lisonjeras y llenas de aderezos, no son voces


descompuestas de rapiñeros de la barbarie que se molestan cuando usamos su lengua con
nuestro tono y acento. Sea que el latino hable, cante, baile o calle, atiza el fuego con su sola
mirada y de esto es famoso Julio Iglesias o Maria Callas. Pero han hallado al latino como el
chivo expiatorio y culpable de todas sus calamidades que no es otra cosa que su pereza. La
màs lamentable tiranìa a la que aspira envolver su cuerpo el latino es la tiranìa del amor, no
la del judío ni el anglosajón con sus vulgaridades, solo aquella que produce total
desasosiego como las llamas del fuego que recubren la casa incendiada, y se nos salen los
ojos cuando la amada pasa por nuestra acera.

Hay amores de niños y amores con mucho seso de grandes pero todos los amores nos
encadenan y nos hacen los mejores amantes del amor y del ser amado, porque el abono
gradual al mèrito està inherente en nuestras neuronas y no de llevar al ser amado a la
intimidad en forma estrepitosa y súbita como el anglosajón desea.

Los latinos sabemos que constreñir las inquietudes y espontaneidades de los


adolescentes animados por los elixires del amor solo merma el desarrollo de las virtudes y
la energía de un alma con vocación por amar y dejar huella de sus amores con letras, su
genio para las artes plásticas y su figura en el escenario. El anglosajón lo animarà con
películas con exacerbación de pasiones sexuales y le aportarà la profilaxis para un sexo
seguro. La tradición española era no permitir que las viudas se casaran antes de un año
pero cuando hubo grandes pestes los reyes emitìan un decreto para librarlas de la soledad
y el desamparo.

El primer aviso de un amante a su posible mujer amada y codiciada es con miras de


establecer una amistad de mutua ayuda y no la vulgaridad de cosificar a la mujer. Muy
dados a ofrecer flores muy frondosas que adornen las habitaciones donde vive la
pretendida, tanto y cuanto adornan con su presencia, regalos sencillos bajo el principio de
màs vale la virtud que el precio, y no los grandes derroches como nos acostumbraron las
películas de Hollywood que inclinan al corazón de las mujeres a convertirse en trepadoras y
cazafortunas: es el amor bajo el principio mercantilista de Adam Smith.

Las sopas que nos presentan en el menú, los azares de la vida podrían consistir en,
quizás, rescatar los resabios ancestrales, medievales, renacentistas, o acercarte a una
vida más sobria, o finalmente ser un prosaico que todo reduce a buscar la abundancia sin
importar qué tan legítimos sean los medios para conseguirlo. Hay tales que buscan la
compañía de amigos por el atuendo a la moda que llevan puesto y su interés es conseguir
un mejor nivel de vida con tan solo estar pegado a tal o cual que confía en su buen gusto y
su derroche en vestuarios de moda.

Existen quienes aun siendo desconocidos abordan a gente que ven bien vestida, sin
mediar razón se le aproximan y buscan su amistad con la misma intencionalidad. La
tradición clásica nos mueve a expresarnos siempre en la dirección de la conversación
sapiencial llena de luces, mejorando con los artificios de la lírica poniendo distancia con la
indiscreción, superstición y falta de ideas, teniendo en tu interior los mejores gestos que en
tus actitudes externas.

Valorar la lengua comprende muchas acciones como ajustar las cuerdas de la guitarra
para que den el tono esperado, empolvar las mejillas de vez en vez con el talco tótem que
imprime buen semblante y suerte a la doncella que busca ornamentarse ante la mirada de
un futuro marido volando por encima de los aquilones de una fiesta generosa y ruidosa,
descifrar los jeroglíficos del alma latina apoyados en la piedra roseta para emitir mensajes
de gloria y buena disposición.

Si con la música podemos mover conciencias y activar buenas costumbres, según


Aristóteles, es con el uso adecuado de la palabras la vìa a conformar la aceptación de un
argumento o una proposición a todas luces beneficiosa para todos, templando la férrea
voluntad caprichosa de una multitud de consejos anómicos. Con el uso racional y la
contemplación de las virtudes del espíritu convenimos en tomar posturas frente a un
conflicto, moviéndote con el máximo fervor e ilusión, pero solo ante conflictos que nos
permiten tomar un tiempo para su resolución, porque estar al borde de un precipicio no da
holgura de tiempo para pensar en la forma de ponerse a salvo.

La cultura latina tiene en máximo favoritismo el amor, la poesía pero también el hacer
alianzas con el otro. Se distingue por exaltar al hombre y a sus profesiones, cualesquier
nacionalidad de las que procedan y cualquier actividad que ocupen su tiempo de existencia,
entre tanto mantengan altas virtudes en su ejercitación. La manía por la autenticidad es un
valor de herencia grecolatina. No basta que se nos diga que hay virtud deseamos
cerciorarnos múltiples veces por inseguridad o por apasionamiento. El amado busca la
fidelidad de su amada en cada momento y el interesado por un diamante verifica su valor
obsesivamente con muchos valuadores antes de hacer la compra.

La virtud y no las herramientas son la base de la apreciación que hacemos los


individuos de carga psicológica latina. Mientras que Marx nos distingue por lo que sabemos
hacer y con qué lo hacemos, un individuo con ascendencia judía barbárica, los filósofos de
tradición clásica dicen, por el contrario, que la excelsitud en las expresiones orales y
corporales materializan el cielo en la tierra. Rebajar al ser humano a los utensilios de los
que hace uso apunta a la denigración del poeta y a la supremacía del carnicero.

La poesía nos da la posibilidad de azuzar transformaciones en nuestra alma, la misma


acción que efectua el mazo en la forja de una herramienta, de una simple solera obtener
una espada. No hay verdaderas fronteras entre el ser humano y los animales pero sí con los
que siguen las tradiciones barbáricas, porque colindan con la anomia y la ucronía. Se tiene
mayor confianza en una racionalidad en los animales, solo que por el momento no hemos
sido tan inteligentes los seres humanos para descubrirla. No nos hemos propuesto entender
a los animales pero es casi seguro que cuando se les entienda nos hermanaremos con ellos
antes que con el anglosajón. Todo hueco de tu cabeza es embargado por el deseo y el
apetito por conocer y materializar virtudes y cuando no hay tiempo para ésto lo que llena tu
cabeza es al menos la ilusión de una presunción falsa de excelencia en virtudes, mas
nunca presumir ser una bestia que se embriaga con la sangre y el dolor de los demás.

Todas las facultades creadoras que podamos encontrar en el oriente, en el medio


oriente, en el norte de Europa, no se comparan con el ingenio, estilo y buen gusto del latino.
Se expresan formidablemente en pensamientos, diseños, lenguajes, se distinguen por sus
proporciones simétricas y tienden un lazo de unión con el que concibió y diseño del
universo.

Sabemos que las aptitudes artísticas de la herencia grecorromana son las màs
excelentes por aclamación, tal como se discutia en los tiempos antiguos el éxito o fracaso
de una comedia o una parodia como las contiendas teatrales entre Esquilo y Sòfocles.

Tenemos en nuestras células información inaccesible sobre secretos milenarios que al


saber de ellos te exaltan, te motivan, te envuelven su aspecto exòtico que fascina y atrae a
millones de turistas anualmente.

Estàn ahì, en las ruinas de Europa, todo a la vista pero aflora en nuestras expresiones
cotidianas que relatan todas esas experiencias humanas en años de esplendor latino y
griego. Encuentro en todas las zonas de mi cuerpo y de la sociedad latinoamericana,
hispana, una complicada mezcla de hechos históricos, tradiciones y obras artesanales que
no confunden al ser humano porque la principal característica del latino es su simetría con
la filosofía del creador.

El alma latina es el aroma del creador, esencia que despierta sensibilidad y fantasìa,
pasión y profundidad de la campiña dorada del buen discurso. Solo el latino ve en una llama
de una vela: luz, armonía, gozo y amor. Cuando se va extinguiendo, cuando el pabilo se va
acabando no queda mas que subir la mirada para buscar esa luz en el cielo, ha partido esa
persona con el Altìsimo, o se ha ido esa pasión del alma, esa materia que tanto estancò
nuestros pensamientos. Es estar feliz y no saber por què cuando todo sale mal, cuando
hemos perdido al ser amado, cuando nos sentimos resignados ante la falta de trabajo y
saber que nuestra sangre latina vale màs que la escasez temporal.

Teofrasto nos dejó el ejemplo de no perder el tiempo ante las adversidades, nos hereda
el gusto por estudiar las plantas, los minerales, las sensaciones y emociones para formar la
estética de los caracteres o personajes de obras. El latino, al igual que España. es el
primero en ser intervenido por el Imperio Romano y el último en caer ante el filo de su
espada por un carácter fuerte e ingobernable. Suficientemente bien definido es nuestro
carácter, según esos canones y no podemos desviarnos de èl ni a derecha ni a la izquierda.
Sabemos quien es el adulador por sus actos, y también quienes, con sus actos, son dignos
de encomio.
La lucha màs grande que libramos contra el enemigo es el ataque a nuestra
reputación, la falta de escrúpulos que intenta mancharla. Dentro de estos lineamientos que
debemos conocer bien, caben todo tipo de condutas humanas y no necesitamos que
científicos de origen judío como Freud nos pinte siluetas o retratos abstractos de formas de
conducirnos ante los demás. Una vez que uno mismo reconoce sus propias inclinaciones,
nos caracteriza el no confundirnos con las actitudes del anglosajón, o del africano u oriental,
nunca se entrecruzan las líneas que son paralelas, quizás buscamos los mismos fines
diferentes culturas pero cada quien permanece en su buen o mal gusto.

La producciòn musical barroca nos pasma como el animal se sorprende cuando


escucha al ser humano, las notas son emitidas como lenguaje de dioses porque no las
entendemos y no hemos dado nuestro oido a entenderlas, pero eso no pone una barrera al
latino echado a pretender que con la poesia resolvera sus problemas y congeniara con su
creador. No todo latino es poeta pero la adopta casi inconscientemente como vehículo para
articular su vida mediante refranes, dichos y sabidurìa popular.
Un individuo que ha cursado sus primeras letras y que ha leido dos o tres lineas de un
poema sabe disfrutar del mismo por muy poco que sea capaz de producir uno propio porque
quien escribe tiene sus propios mecanismos, anomias, psicologismos que lo mueven o lo
refrenan de escribir. La musica y la poesia no se reproduce ni se copia se disfruta, se
interna en el tuetano del alma y, como reflejo instántaneo, explotan emociones y actitudes
más eficaces que las que producen los sermones en un altar.

La filosofía antigua es la creadora, en todas las culturas, de ascesis, de ejercicio de


virtudes. En particular la grecolatina predomina la hermenéutica de la acción individual.
Todas las expresiones remiten al cuidado de nuestras acciones, de la excelencia de
nuestras acciones. El monacato de la edad media recrea toda la tradición grecolatina, con
mucho miedo a las expresiones de censura de las autoridades eclesiásticas, quienes
siempre buscaron que no se disgregara el individuo de sus ordenanzas, se privilegia la
obediencia a la autoridad, tal como lo sufrió Juana Inés de Asbaje, quien pecó por atreverse
a buscar el conocimiento y la virtud siendo mujer.

El monacato se inunda de técnicas de autoobservación, de dejar de mirar el mundo


para ejercitarse en las virtudes internas, técnicas de la vida, técnicas del cuidado de las
propias actitudes, algo perdido y atacado por la cultura anglosajona que insiste en verternos
en el exterior y en la frivolidad de las expresiones colectivas. La vida interior es más
importante para la sangre grecorromana, como podemos leer en las expresiones literarias
que pintan a una Melibea muy encerrada en sí misma, conociéndose en sí misma la mejor
imagen que pueda dar a Calixto, animada por una alcahueta, que no busca los convites de
la carne por ganancia propia sino por recreación de el ejercicio de toda técnica amorosa
refinada, alejando de la mirada de sus enamorados las situaciones que los lleva a la muerte,
el alejamiento de la contemplación de las circunstancias que matan la fé y la esperanza del
individuo en el amor y todo valor universal.

En la expedición que inició en este libro, estimado lector, la capacidad de apreciación


por nuestros valores ha estado muy alejado de la apuesta irresponsable y más cercana de
una praxis continua analizando todo conocimiento evidente en las palestras, tinta de
filósofos antiguos y modernos, incluso de dichos y refranes que plasman la idea del trabajo
en la virtud, poniendo una distancia sagrada de la vulgaridad y el mal gusto que caracteriza
al pensamiento judaizante de Hollywood o de los anglosajones genocidas.

El grecolatino es el hombre ( o mujer) que está acongojado por la pérdida de sus


campos, de sus valles, se sube a un castillo ( de la virtud) y cuida sus palabras, cuidado sus
pasos para no tropezar en la escalada de esa montaña que guarda celosamente la sangre
del grial, o el fuego de Prometeo. Es el reconocer que las acciones de la vida tienen una
forma curveada porque cualquier cosa que decidas tarde o temprano te va a golpear sea
para bien o para mal, como la piedra en la honda de David. El descuidar la propia
excelencia también debe ser reconocida como uno de los mayores peligros a nuestra
integridad, no solo las acciones exteriores en nuestro entorno. La retirada a tu interior es
condición esencial para el conocimiento, para la virtud y no las acciones de nuestros
maestros o “facilitadores de aprendizajes” como llaman ahora.

Las reglas por las que uno debe regir la conducción de la autonomía son en realidad
heterónomas y eso es decir poco, porque es mucho más importante reconocer que en el
ejercicio de la virtud el criterio propio es lo que menos importa, la vida como ejercicio
demanda que estemos regresando cada día a nuestros primeros padres, y a todo código de
conducta como la que marca la conciencia y la espiritualidad intervenida por el Creador, en
la biblia y en cualquier libro de ejercicios espirituales que proponga reglas propias ajenas a
las de la sociedad prevalente de la época.

Si las reglas por las cuales un individuo debe regirse tuvieran origen intuitivo, no habrìa
razón para que fueran enseñadas por alguien con autoridad. Son reglas que se adquieren
mediante el ejercicio filosófico anclado en la literatura. Los libros de sabiduría a los que
acudimos vienen a ser entonces los tenderos que ofrecen todo tipo de mercancías que
serán alimento para nuestra alma, algunas de estas serán baratijas, otras vienen a ser
valiosas reliquias que proporcionan el aretè que da sustento al trabajo que realiza cada
individuo en su alma, la búsqueda de la virtud. Los primeros nutrientes en el alma se
consiguieron de los poetas, antes que los sofistas hicieran el trabajo de enseñanza moral.
La poesía pastoril es la màs antigua, asi como las moralejas de la mitología. Algunas de las
reglas màs importantes que nunca entendimos de adolescentes o niños fue que el amor es
un trabajo emocional, un apego espiritual en ocasiones.

Los pastores eran sujetos que les gustaba enseñar, recitar versos, adheridos a la
sabiduría local con sòlidos principios, muy èticos y concienzudos, conocedores y
practicantes del bien y aborrecedores del mal. En su vasta organización como pastores se
obsesionaron por describir sus actividades en cada una de sus líneas cual descripción
detallada de sus epopeyas con sus ovejas, temiendo siempre cometer un error que
provocara una pèrdida física en sus rebaños o en sus haciendas.

La falta de observación y autobservación sería una falta muy grave, en cambio


nosotros, los del siglo XXI no ponemos cuidado en lo que hacemos, mucho menos hacemos
reflexión sobre lo actuado. Eran estos pastores sujetos con un sentido autobiográfico muy
fuerte, una conciencia o superconciencia muy extensa, sapientes personajes que sabían
relacionar amenamente sus emociones con los objetos que los rodeaban entiendo de
manera màs excelsa las consecuencias de sus acciones primeras.

Este proceso ahora es muy conocido como gestión de vida, y en ello se les va mucho
dinero a los asistentes a conferencias impartidas por gurùs del conocimiento o de la
superación personal, todos ellos en alianza con cosmogonías americanizantes o influidas
por judíos que demuestran cuando prelan la historia estadounidense y la británica por
encima de cualquier otra, sus anécdotas representan siempre fielmente el estilo de vida
americano que hace que todos los seres humanos de este planeta añoren abandonar sus
naciones para emigrar al susodicho país que los hará felices.

Nuestro cerebro hace las adecuaciones necesarias ante los cambios que se van
suscitando en nuestra existencia, pero en la herencia grecorromana o grecolatina tenemos
mucho material para referenciar nuestras decisiones que no poseen las naciones
judaizadas o americanizadas.

La oferta de soluciones que podemos encontrar en estas cosmogonías todas conllevan


un alto sentido capitalista que relega a quien no posee los medios necesarios, como si las
células biológicas de nuestro cuerpo consideraran en alta estima el capital para poder
funcionar correctamente. Los procesos de pensamiento màs asertivos son los que debemos
perseguir en todo momento, no los trágicos, no los autodestructivos, no es vàlida la frase de
que cada quien hace con su vida lo que quiere porque todos afectamos al prójimo con
nuestras acciones. El cerebro lo sabe, la conciencia lo sabe pero el ser emocionalmente
competente dispone la no alteración de las instrucciones encriptadas bioquímicas que
nutren al cerebro con ganas de vivir, el cerebro enloquece con órdenes extrañas
provenientes de sustancias adictivas o por una actuación errática producto del libre
albedrìo. Hasta aquí no hemos abordado el problema del alma, en capítulos posteriores
llegaremos a ese espectro.

La naturaleza mercantilizada del consejo para la superación personal esta


correlacionada con el grado de avance social de las clases medias y altas, las clases bajas
o proletarias no tienen ningún espacio para la reflexión o depresión porque sus momentos
de ocio son muy escasos, sean èstos destinados para vacaciones, escapadas de fines de
semana o simplemente para tomar un tè en la cocina de su casa.

El conocimiento es una selva para quien no dispone su mente ni sus recursos para
penetrar en forma comprometida, suena pernicioso explorar sus regiones enredadas porque
la advertencia solo la han librado, con peligro de no regresar sanos y salvos, filósofos y
psicològos. El éxito en la ejecución de cualquier obra humana, permeada o no de
conocimiento, puede verificarse con la calidad de los elementos que envuelven el acto.
Valoramos la pintura de “La última cena” por su simetría entre los elementos contingentes,
los necesarios y el milagro que se produjo cuando hizo mezcla de materiales innovadores
por la rudeza del muro del convento en el que se realizó la obra.

Todo lo cual nos hace pensar que los territorios que deseamos conquistar no tan fácil los
entregan esos muros contenedores, los espíritus malignos que impiden a las conciencias y
mentes acceder a la plenitud de las ideas y los conceptos, las habilidades artísticas y las
buenas costumbres. Somos sátrapas persas buscando conquistar el territorio codiciado de
los griegos, quienes se niegan a favorecernos con su fluir de sus pensamientos y
paradojas. Hablar de pensamientos extravagantes no es objetivo de esta obra, aquellos que
no contienen un sentido utilitario, excentricidades que caracteriza a los más encumbrados.
Excentricidades que impulsan a los artistas a realizar ejecuciones artísticas inhumanas o
fuera de la realidad como lo serían los cambios de sexo con cirugía o a construir un edificio
con elementos arquitectónicos hechos a ultranza de toda posibilidad humana.

La forma final que toma cualquier obra, según la tradición grecolatina, cualquier
exposición escrita o de disertación, escultura o un simple desempeño como el que tenemos
con nuestros hijos como padres o como esposos, habrá de tener siempre toda claridad de la
intención propuesta desde el principio. La tradición clásica impide a una persona hablar en
doble sentido, con rodeos o excusas y no tener en mente cumplir aquello a lo que se
compromete. Toda simulación es castigada con el exilio, echados fuera del templado, y
muchas veces caliente, mediterráneo porque la hostilidad que se produce con la confusión
en la intención produce más frío que el hielo bárbarico del norte.

La primera intención del corazón de un grecolatino es la de acceder al conocimiento y a


desarrollar con pasión todo lo que hace, sea el amor, sea el odio, sea la guerra, sea la paz.
Sin duda ni vacilación. Es Jenofonte que después de vivir una impresionante aventura
luchando contra los persas se vuelve a alistar entre los mercenarios para volver a luchar,
ahora bajo los filas de un rey espartano.

La espiritualidad, principios y metodología.


Hemos sido llamados a conducir nuestra vida con una conciencia elevada. Una
conciencia elevada es aquella que tiene el propósito de anteponer a cualquier otra prioridad
su salud corporal, mental y espiritual, una sexualidad sana, consciente y sagrada, la
sanación a través del tacto, saber intimar con tus semejantes y la sexualidad y saber unir, y
no separar todo aquello que es sagrado masculino y femenino. Recuperar los artes perdidos
en los templos de las culturas antiguas y adaptarlos, hasta donde sea posible a las practicas
que llevamos en la sociedad en la cual estemos incrustados. Eliminar viejos patrones,
bloqueos, traumas, enlaces energéticos negativos para poder establecer nuevos enlaces
energéticos positivos con los demás. Eliminar esquemas y pensamientos que ya no sirven
en un proceso de sanación e integración con un nuevo ser, con una nueva entidad con
personas que practiquen exactamente lo mismo.
El cuerpo humano sano es vehiculo de la experiencia divina: y para ello debemos
estudiar como si fueramos doctores su anatomia, la fisiología y neurología. En esto
descubrirermos la importancia de la columna vertebral para el libre flujo de la energía vital y
la salud fisica, mental y espiritual. Los conceptos cientificos, filosóficos y espirituales de la
quiropráctica y la terapia craneosacral. (Tao chino). Las técnicas de alineación vertebral y
liberación de interferencias neurológicas y energéticas en la columna vertebral ( alinear
chackras).
La liberación somato- emocional, el uso y la importancia de la sexualidad sagrada en
las culturas antiguas: uno de los objetivos principales, es el de còmo recuperarlo en el
mundo contemporáneo, con su nueva moralidad, sus nuevas reglas que se oponen a los
usos del cuerpo y el espíritu que teníamos en la antigüedad. Establecer las bases
indispensables para una buena salud comenzando desde ejercitar la respiración para la
sanación. El flujo y la canalización consciente de la energía interna y externa. La activación
de la kundalini como despertar del ser humano. La meditación para orientar la vida con sus
problemas cotidianos o simplemente para admirar y gozar de la naturaleza y del propio
cuerpo y de los semejantes que nos acompañan por el viaje que es la vida mediante una
intimidad con palabras caricias y sexualidad que nos lleven a sanarnos unos a otros y a
compartir energía positiva.
Todos los corazones, todos los espiritus del planeta, que han participado de la
existencia han elevado plegarias y se han reunido delante de una fogata frente a sus
habitaciones u hogar, juntos o en forma individual anhelando un mundo mejor, pidiendo
salud para alguien enfermo, un cambio de actitud, la defensa de su pueblo por parte de
pueblos invasores.

Conjuntamos los elementos terrenales con los espirituales prendiendo incienso y velas
para unirlos a nuestras oraciones y buenas obras, acciones para armonizar con los demás a
través de los abrazos, la meditación, las caricias o las charlas, los consejos y exhortaciones.
Tiene mucha objetividad invocar a los seres espirituales cuando primero invocamos la
participación de los seres terrenales que nos acompañan para elevar una oración, para
contemplar la naturaleza o para construir un mundo mejor mediante el trabajo, ya sea físico,
espiritual.
Tenemos que ser guardianes o guardianas de estas practicas ancestrales en un
mundo de trabajos, de estress y de exigua valoración de lo sagrado y los fundamentos que
nos tienen en pie.
Primer Principio: No presionar por milagros o imposibles
Si alguien toma una acción tratando impedir la materialización de una circunstancia, o
una acción desfavorable que tomen otros, estamos perdiendo el tiempo. El principio del libre
albedrio es fundamental. Nuestras acciones deben guiarse a todo lo posible. En ritos
religiosos, en acciones de meditación neural, sexual o en cualquier ceremonia de atracción
de aquello que deseamos podemos aspirar a transformar una circunstancia, pero debemos
encaminarnos a ello sabiendo que lo deseable no necesariamente se materializará. En
nuestra decisión esta el de entristecernos por no poder cambiar una situación, o el de
adaptarnos a aquel ambiente que nos presenta la existencia.
El albedrio de las personas esta orientado por la divinidad y nada podemos hacer
cuando no podemos mover esa voluntad ajena o fuerza externa. Lo único que es posible es
orientar nuestros pensamientos y acciones hacia lo que SÎ es posible y es el vivir la
existencia, disfrutar lo único posible, lo único que no debe tener obstáculo. En cualquier
sociedad, en cualquier etapa de la historia diferente a la antigüedad se ha orientado a la
preocupación, a perseguir sueños imposibles, metas inalcanzables o a la mortificación, al
sufrimiento, todo lo cual, como su nombre lo dice, nos adelanta la hora de la muerte.
Tenemos una disyuntiva en la existencia, hacernos esclavos del trabajo, de las
obligaciones, de lo imposible, del sufrimiento, o hacernos esclavos de vivir nuestra
existencia y disfrutar de los sentidos, de lo bello, de la naturaleza, porque la vida solo se
vive una vez.
Segundo Principio:
La espiritualidad no es complicada
La espiritualidad no es repetir largas oraciones o hacer ayunos o infringirse dolor. La
espiritualidad se comienza a vivir cuando las personas hacen lo que deben hacer, disfrutan
de si mismas, se cuidan a si mismas y las necesidades de sus semejantes mas cercanos.
Se es espiritual cuando se es sensible al dolor ajeno, cuando conducimos, enseñamos y
guiamos al desvalido, al que esta en desgracia. Cuando le enseñamos a disfrutar la belleza
de la existencia, sin ignorar sus problemas o aflicciones pero al mismo tiempo sacándolo
poco a poco de ese agujero en el que nos encontramos a veces. Suficientes casos existen a
nuestro alrededor de personas que necesitan esta ayuda y ocuparnos de ello nos volverá
mas espirituales.
La espiritualidad comienza cuando nos damos un buen baño, limpiamos nuestra
habitación, nuestro hogar, y le eliminamos toda mala vibra con inciensos y velas.
Purificamos nuestro cuerpo y alma echando fuera toda preocupación o toda mala acción en
que hayamos incurrido recientemente. Nos ayudamos unos a otros con los sentidos,
subiendo nuestra energía con un abrazo o un masaje y le enseñamos a nuestros
aprendices a hacerlo sin morbo y con un propósito, ofrecemos nuestro cuerpo para que se
ayuden sus necesidades físicas o espirituales y le ayudamos a bañarlo o a purificarlo
usando nuestras manos o boca.
Se es espiritual cuando pasas de un caos a otro caos. El caos del sufrimiento queda
atrás y entramos al caos del gozo, del brinco, de la danza, del cantar, de la excursión por la
naturaleza, del cambio de habitos, de unos muy represivos y constreñidores de nuestra
libertad a unos emancipadores y precursores de sonrisas y risas, deleites y felicidad.
Se es espiritual cuando evitamos los conflictos y aconsejamos a los demas a estar lejos
de los conflictos. Cuando sacamos de nuestra cabeza que hay un dios que nos va castigar
por cada cosa que hayamos hecho mal. Ese conflicto mas alla de nuestra existencia
mantiene a todas las personas del mundo que son religiosas participando de festividades,
ritos y congregaciones para evitar una ira de una divinidad mal entendida. Es valido asistir y
compartir a estas reuniones pero solo que sea con el afan de estar bien y de alabar la
grandeza de todo lo que ha hecho, pero para ello no es necesario asistir a un templo, para
ello podemos ir a la playa y gozar y alabar al creador por ese mar, por esa islas bellas en el
horizonte, por el pozo de agua que nos surte el liquido y nos evita trasladarnos kilometros
para su acarreo.

Espiritualidad definida por quienes conoces


Todas las personas con las que te relacionas tienen una llave, un token o energía que te
puede beneficiar o perjudicar. Las personas con las que estas comprometida, por ser tus
familiares o tu pareja no entran en esta categoría. El ambiente de trabajo que escogiste
debiste pensarlo o reflexionarlo desde antes de insertarte en cualquier profesión. Qué tipo
de personas pensaste que te encontrarías cuando recién, en tus años mozos, decidiste
orientar tu vida hacia un rumbo u otro.
Si te decidiste por voluntario o paramédico debiste pensar que te enfrentarìas con
personas en problemas, que te robarían tu energía. Personas a las que te comprometiste, a
priori, a ayudar, a salir avante de un accidente o una intoxicación. Dichos eventos podrían, o
no, contaminarte, lo que definirá que tan perjudicial puedan ser esas personas es tu grado
de madurez, dominio de ti mismo y de resiliencia ante eventos desafortunados.
El dedicarte a la docencia implica guiar a personas, de cualquier edad, y debiste pensar
que esta actividad te robarìa mucho de tus sueños, por un corto sueldo. Los sueños de tus
tutorados irían primero en el orden de prioridades de tu meditación, el guiarlos a buen
puerto. Si te decidiste dedicarte a la curanderìa, o a la salud en general, debieras saber que
los canales energéticos de las personas que habrias de conocer estarían totalmente
desalineados.
El camino que siguiò el maestro de maestros fue un camino hacia el calvario
El camino de la ascensiòn, en virtudes, en riquezas es diferente a aquel que se sigue
cuando ayudas a los demàs. Este camino tiene mucho de un cuidado de ti, por encima del
cuidado de cualquier otro ser. Es el camino del intelectual, del emprendedor, del maestro
ascendido, del productor de discos, del bailarin, de aquel que se toma mas en serio su
bienestar y su sed de triunfo que el triunfo de los demàs.
La espiritualidad definida por tu ego es aquella en donde tu no crees en dioses, y
tampoco te dedicas a ser el benefactor de tu comunidad. Es una espiritualidad
comprometida con el aquí y el ahora, y con poner a trabajar tus talentos porque estas
convencido que nada te va a caer del cielo.
Para creer en algo requerimos ver, y quien no ve ningun resultado fructífero en su
existencia se dedica a dudar, a quejarse y a buscar una vìa de escape. El futuro es un Dios
desconocido, todos le temen, unos tienen una versión de lo que será el futuro, otros tienen
una distinta, ninguno ha regresado del futuro a decirnos cómo es ese dios que no se halla
en ninguna parte en el presente, al que le reprochamos todo lo pasado porque es lo más
fácil de echar mano para encubrir nuestras deficiencias pasadas.
El reunirse de muchas personas es el primer síntoma de que un alma no ha alcanzado
la madurez. La madurez está en una o dos o tres personas con quien convivir de mucha
confianza y finalmente en la vejez la soledad. La madurez es el proceso de cambio de
cosas a conceptos, de personas a ideas, de vivir a escribir lo vivido. El hombre hace algo
por su futuro porque tiene el temor de que monstruos o ideas o situaciones indeseadas se
apoderen de su actividad, compromete sus recursos y su tiempo en un proyecto tal vez
racional, tal vez no.
Hay quienes miran el éxito en otros, cuando compran una bolsa que le vieron a su
artista favorito, viven la vida del otro pretendiendo alcanzar los mismos beneficios.
Adquirimos identidad cuando nos formamos y lo hacemos con tanta ortodoxia como
Protàgoras con la finalidad de llegar a ser el sujeto que se nos dè la gana: como
francotiradores, mucamas, enfermeras o pepenadores, pero no necesitamos la imagen, la
fortuna de otro como aliciente para formarnos o alcanzar cierta identidad, tan solo es
requerido tener un profundo deseo interno de dirigirnos a cierta identidad. Las torturas
infernales que lleguen a obtener como recompensa nuestros modelos o personajes
favoritos, como en la tragedia griega, pasaràn a ser nuestras torturas y castigos.
Màs allà de tus propias pasiones o deseos nadie debería de aspirar a una identidad
que encontramos en nuestras tertulias o escenas teatrales con las que deleitamos nuestra
vista y audición. Las pasiones siempre son por otro, por la pareja, por el artista de cine,
siempre es elevar tu espíritu codiciando su esencia y olvidándose de la propia.
El que está ocupado en su identidad se olvida de los demás, aun de sus hijos, no tiene
tiempo para envidiar, desear o aspirar a ser alguien diferente al sujeto que ya es, pero que
perfeccionándose llega a una mejor versión. Quien no deja de buscar afiches, posters,
modelos, figuras paternales, maternales, no ha cesado de envidiar, de vivir la vida de otros.
El destino del ser humano es la soledad, esa última estación en el tranvía, todas las demás
estaciones están abarrotadas de problemas, de historias y de confusiones, de personas
dañinas o las nutrientes, de huéspedes y de anfitriones.
No está solo el que no recibe visitas de sus familiares o amigos, lo està quien desdeña
su presencia por una presea mayor, su propia identidad. Por ese deseo que tenemos de
encontrar algo en nuestros semejantes es porque inventamos imaginaciones sobre àngeles
que nos guian o que tienen un cuerpo que llegaremos a conquistar una vez muertos, ese
angel, imaginario, es la esencia del deseo del hombre a trascender a su propio cuerpo y
conciencia, a codiciar lo que no tiene y concretar su transformación cual oruga se convierte
en mariposa. Quien se olvida de todo y de todos y se concentra en su ser se encuentra con
que frente a sì tiene una vista a otra dimensión, un caliz sagrado que habrá de beber, sea
amargo o dulce, ese caliz es la esencia de tu identidad, de tu misión, de tu proyecto, de tu
empresa.
A partir de ese momento ya no existe màs el trabajo en equipo, solo el personal, el
único no perecedero, porque no nacimos pegados a los demás, nacimos libres y solos y asì
moriremos, asì pasaremos al vacío de la eternidad. No nos iremos tomados de la mano de
nadie, eso es un deseo romántico, pero imposible de cumplir, tampoco nos acompañaràn
nuestras pertenencias, es el momento de encontrar tu destino siendo Tù, no el otro, no
aquel que murió hace tiempo y que dio forma a tus pasiones, a tus lecturas, a las actitudes
ajenas que viste en Espartaco o en Moisès.
Las apetencias y los juegos nacieron por la interna necesidad de la vida perfecta. Nadie
juega a remover escombros o a limpiar un océano contaminado, quien nace del vientre de la
madre sepa que esta afuera para ser juzgado, ya no hay retorno, la perfección es su meta
impuesta por la existencia. Encumbrada la razón alcanzaríamos esa perfección que no
hayamos en la producción de una vasija o de cualquier objeto creado por la acción del
hombre. Esa razón es el fuego central de Heràclito, la que le da sentido a todas las cosas.
La fè en la perfección de las cosas, de esa naturaleza que se presenta ante nuestros ojos
es el camino a la perfección porque quien busca la perfeccion intuye que hay un orden en
todo lo existente, y ese orden va siendo dictada por la razón. No la razón humana, sì el
logos que dicta el funcionamiento de todas las cosas.
Es de locos pensar en divinidades cuando podemos estudiar este logos. Y lo es porque
hay mucho que observar de la naturaleza antes que construir creencias. El tiempo consume
a las creencias y aparecen otras sin màs remedio que el hecho de surgir de la nada o
derivada de otras. Las divinidades son esclavas de los números y del infinito por la
recurrente producción y reproducción de creencias en cada una de las generaciones de la
humanidad. Ante tanta maldad del corazón de los hombres es la misma medida de
diferentes técnicas para congraciarse con la divinidad, y es Dios quien prefiere alejarse,
ausentarse del universo como respuesta a esas oraciones de penitencia. Es una tristeza tan
grande cuando la condición de accesibilidad del ser humano a la divinidad se ve totalmente
rota, violada por esa gran ausencia de quien, debiendo dar respuestas mantiene un silencio
con la humanidad.
Tal situación es la principal causa de la multiplicidad pestilente de creencias opuestas
entre sì, que ha derivado en genocidios, en discriminación, en división y contubernio con las
fuerzas de la maldad, tienen como común denominador las calamidades sangrientas,
muchas de ellas, la religión.

Las creencias podrían constituir una invitación a habitar en esos templos donde se
curarìa la soledad, la que se origina por ese silencio divino. La llama del interior del templo
es la creencia, la cual debe ser atractiva, creible, abrigada por muchos, no por dos o tres.
La función religiosa de esa llama puede que sea una quimera, una mentira, pero si es creida
por muchos la constituye como una mentalidad que perdure por los siglos de los siglos, no
importa si al final ninguno de sus preceptos tenga algún indicio de factibilidad, o sea que al
pasar a la eternidad todos nos demos cuenta que ninguna de las creencias tuvo razón de
existir.
Cuán a menudo se concreta el apropiarse de una creencia y pasar a otra, lo cual es
visto como un cambio de ropaje que también hacen muchas especies animales durante su
existencia. Tan frecuente es a partir de que el hombre considera provechoso someterse a
una voluntad ajena a la suya, sea imaginaria o real, y aun asi nos burlamos del
sadomasoquismo y de quienes ejercen esta perversión que no es otra cosa que la
semejanza màs fidedigna de el sometimiento que produce la religión en sus creyentes.
Cuando las cosas empiezan a salir mal es hora de que buscamos una creencia, un ser
superior que nos asista lo cual convierte a ese superior en un objeto utilizado para la
satisfacción de nuestros caprichos. ¿Habrà algo que produzca en un incrédulo un celo de
imitación en todas esas religiones que están a nuestro alcance? No existe nada al respecto.
Comienzan siempre por hacerte pensar que si no perteneces a su creencia estas fuera de la
cobertura y fuera de una buena vida en la eternidad. Es similar al trabajo que hacen los
asesores de ventas de una aseguranza al ponderar sus virtudes contrastando con las
desventajas de permanecer en la compañía de la competencia.
La diversidad de creencias nos habla de la diversidad del pensamiento humano. Todos
tenemos derecho a creer en lo que mejor nos plazca pero encontramos que hay ciertas
creencias que son reprimidas y otras galardonadas. Tambien advertimos de la presencia de
una que esta por encima de todas las demás y con letras doradas tejidas en los bordes de
los manteles de sus banquetes: el resto le otorgan el cetro por su monogènesis en este
proceso de judaización de dos mil años.
Cualquier ser humano està enterado y les concede esta distinciòn de ser un credo
puro, sin sincretismos, sin elementos contaminantes, pero también con tantas exhibiciones
del celuloide nos han dejado bastante claro, y en ocasiones en carácter por demás
obsesivo, de sus progresos y cuitas, sus delirios y eminencias, autoglorificaciones y orgullo
por sus victorias militares relámpago, sus sistemas de seguridad y vigilancia, o aun sus
técnicas agrícolas, muros divisorios, y baja deuda externa, todo, según ellos, se encuentra
profetizado o inscrito en sus proyecciones numerológicas adivinatorias ( supuestamente
Jehovà odia la adivinación) o asì mismo en sus manuscritos milenarios o textos donde
recogen sus antologías de costumbres rìgidas de las que hacen tanta gala en estas
proyecciones cinematográficas.
Contienen màs enseñanzas en una hora que lo que se muestra en una disertación
acadèmica de la mejor universidad del mundo.

Toda creencia tiene su industria, su intensidad, sus momentos altos y bajos, asi como
sus líneas de obediencia y autoridad que siempre rayan en ridículos que no están nuestras
mentes preparadas para comprender. Las tareas a las que se ven sometidos los miembros
de una religión, o las de sus próximos aspirantes a pertenecer, conllevan una carga
emocional increíble que constituye el motor que los mantiene activos dentro de la misma.

En ocasiones podrán tener momentos tristes o adversos los cuales disminuyen esa
motivación requerida para permanecer en esta sicopatìa humana que es el credo religioso.
Construye un barco y huye de toda forma de cultura y religión decía Epicureo. Las
tareas, ,de las que ya adelanto, son los momentos en los que el creyente se mantiene atado
y correspondiente con su credo, se vuelven semirrutinarias y en ocasiones son imposibles
de mantener al dìa por lo cual tarde o temprano llega el momento en que el ciudadano fiel al
credo comienza su búsqueda de otra religión, menos gravosa, menos costosa y quizá hasta
màs amena.
La motivación se mantiene con elementos tanto objetivos como subjetivos, sean èstos
parte de sus canones milenarios como de las ocurrencias que de vez en cuando se derivan
de otros por insostenibles los primeros. Lo objetivo podría presentarse cuando en un credo
ofrecen un comedor para los pobres y eficazmente existan personas que se beneficien de
èste, o sus mismos miembros, pero también lo hay quienes diràn que fueron beneficiados
por alguna entidad espiritual en forma inexplicable y tal afirmación sirve por siglos de
fomento a la fè o razón para ingresar en dicha confesiòn.
Son las gerencias, a veces conductoras de estas creencias y a veces solo
observadoras de todas las manifestaciones de los feligreses, casi nunca corren el riesgo de
entorpecer aquellas tareas, rutinas o actividades en las que no están de acuerdo, incluso
cuando se trate de conductas que están por encima de la ley, por temor, por connivencia o
simplemente por omisiòn. En medio de las mayores tinieblas de la humanidad, en donde se
cometen delitos a diario, la religión podría ser un refugio, una fortaleza para las victimas de
la falta de compasión, sería la principal cobertura que le podemos agradecer, no obstante,
cuàntas victimas podríamos encontrar por la defensa a ultranza de su doctrina y el dominio
de los adversarios en guerras sin cuartel. Es tan absurdo que por un lado dan la mano con
la que pueden muchos vencer la dificultad pero al mismo tiempo haber mandado al otro
mundo a muchos por su intolerancia religiosa.
No hay vino que redima a los hermanos que asesinan a sus correligionarios, sea con
sus palabras, acciones, indiferencia o con el filo de la navaja de sus decretos de
excomunión o expulsión. Y no solo en el dia de su expulsión: con frecuencia semanal en
sus homilías o mensajes obnubilan con el resoplo caliente de los fuelles de sus
condenaciones de tal forma que incluso pueden salir de inmediato de sus lugares de
congregación a tomar las vidas de quienes no se conducen sus códigos de conducta
aceptados entre ellos, que no necesariamente son violaciones ante los ojos del resto de la
humanidad. Quizà esta fagocitosis haya ocurrido alguna vez en los miembros de la estrella
de las seis puntas pero se prevé màs probable lo contrario. Lo cual hace de esta creencia la
màs sospechosa por los crímenes que se han cometido en el resto de los credos desde
hace 2 mil años.
No se trata de culparlos solo por el deseo de hacerlo, la literatura disponible de todos
los credos pareciera tener una monogènesis como se especula lo tuvo el lenguaje. Postura
radical sería aquella en la que tuvieran culpa de todo, las pasiones y debilidades del ser
humano son muy ajenas a la facultad del hombre de ser capaz de construir un credo, un
sistema de ideas que le provean de un bienestar espiritual que es lo que podría constituir
una creencia.
CREENCIA POSITIVA
Defino tal creencia como aquella correcta para las cúpulas, pensamientos que debieran
circunnavegar nuestras meditaciones y ocupaciones. No se trata de condenar el creer en
algo, el objetivo de este texto es verificar si nuestros razonamientos son los que nos habrán
de llevar a buen puerto, sean los que establecen los dueños del mundo o sean los que se
ajusten a la razón, con inspiración de quienes, en la historicidad, si han razonado sus
meditaciones. El que sale del calabozo, la primera luz que abrasa la vista es adorada por
quien la recibe y asì es toda creencia cuando èsta opera a nuestro favor, o asi opera su
desuso cuando le abrimos la puerta a la razón. Desertamos y nos unimos a aquellos que
nos ofrecen su consuelo, en tiempos pasados también se habían adherido a tal o cual
creencia pero ahora, al igual que nosotros no hallamos palabras para justificar la estupidez
en la que hemos vivido y solo acertamos en congraciarnos todos en la dicha de haber huido
de la sinrazón.
Un dìa estuvimos con làgrimas en los ojos y un tiempo después con risas salidas del
corazón. Cada siglo tiene sus propias emociones y afanes, todo ello envuelve la mente de
los ciudadanos del mundo y los va arrojando a una vorágine de pasiones y creencias de
todo lo que se hace, de todo lo que existe. Miles de libros forman el vehiculo linguistico de
dichos pensamientos y todos llegan a la mole echada al fuego de la censura, de los que
rompen estos apegos con lo viejo y se alinean a lo nuevo. Rememorar es mal visto, suelen
ser llamadas dichas personas “melancólicas”y se les invita a que dediquen su tiempo a lo
nuevo, por muy insatisfactoria que la novedad resulte ser. Las cumbres màs altas de lo
antiguo compiten con las escarchas que pintan los copos de los àrboles, un cielo hermoso
se forma tanto de la nieve de la montaña como por la finura blanca de las cimas de sus
bosques. Si los pinos son los sicologismos del alma el monte vendrá a ser este hombre que
un dìa se adorna de ideas y creencias y al final caduca para migrar a un espacio verde y
listo para una nueva nevada, un vendaval, un granizo y un trueno que traerà el color blanco
del credo nuevo. Yo creìa que vivir en el pasado era bueno hasta que el sentido común me
abrió la mente y me hizo abrirme a esta creencia de que lo nuevo es lo que hay que vivir.
Dominio general es que los fenómenos naturales forman la primer capa de nuestras
creencias, nos hacemos un cùmulo de disertaciones diferentes desde la época de las
cavernas, està en las cuevas de Altamira y en las del último rincón del planeta. Luego està
que toda explicación de lo que sucede en el entorno podría formar parte de la sinrazón, del
mito, tan diverso es el universo de explicaciones, y no pretendo incluir ese inventario, el
permiso que nos damos de tener todo tipo de reflexiones y aserciones no nos hace màs
cientificistas nos hace màs curiosos.

Esta curiosidad va siendo normada por los que detentan el poder en un régimen y me
temo que en cada cambio de régimen, desde la antigüedad, ha provocado màs sangre que
la que se ha derramado en las tablajerìas y mataderos de carnes y aves. Lo perverso de el
inicio de una nueva creencia no radica en corromper o apostatar de lo ortodoxo sino en
lucrar y mover conciencias para someterlas al mismo yugo. Pongamos por ejemplo el
tèrmino “ecumenismo” que solo aspira a la homologación de conceptos que pueden adoptar
varias religiones. Como aplanadora de peculiaridades trabaja para que todos compartan lo
esencial y desechen todo aquello que los separa como hermanos de una fè parecida dentro
de esta religión terciaria conocida como cristianismo. Los anarquistas hallaron muchas
cosas en común con los liberales, èstos con los comunistas y èstos a su vez con las
brigadas internacionales.
Sus diferencias en sus credos, por positivismo o por pragmatismo se diluyeron y
sedimentaron los residuos de sus esfuerzos hasta su derrota. Las tesis personales que los
llevaron a su ocaso fueron trazadas por otros, pero ¿què creencia es realmente una tesis
personal de creación figurada en las entrañas de nuestro ser, y no ajena a nuestro aliento?.
Toda creencia que nos ha movido ha surgido en la mente de alguien màs, y son muy pocos
los que podemos decir que nuestras figuraciones e imaginerìas son de nuestra propia
inspiración. El celo por ser original consume tanto como el celo que dice la sagrada
escritura quema por defender los dichos del Altìsimo. Si bien es cierto que creer en Dios es
lo mìo, lo vuestro, también lo es que debemos conceder la posibilidad de que nos habla de
muchas formas y no como dicen los credos o adoctrinamientos religiosos.
Creer en lo que la institucionalidad del pensamiento y conciencia marcado ya en
nuestros tuétanos y se divulga por todos lados, lo que se apegue a los decretos es la
creencia positiva, lo que se aleje es la negatividad. Fue el crecimiento de los conceptos y
las palabras lo que dio la fortaleza indispensable a las creencias. A mayor número de
conceptos e ideas, a mayor número de palabras la creencia se va instituyendo como
mandato. La dirección que marcan las ideas y creencias han llevado a algunos pueblos a
creerse el centro del universo como lo es el caso del pueblo hebreo. Sus dichos y temas
escogidos de la vida forman parte de sus ejercicios de sus mentes, lo son para todos los
demás pueblos, por muy hindúes o esquimales que pudieran ser sus receptores de
mensajes, todos estamos expuestos a lo mismo desde que ganaron la II guerra mundial.
Hasta aquí, se evitò hablar clara y llanamente de lo que el ser humano debe de escapar y lo
que debe abrigar. Debièramos alejarnos de todos sus decretos pero no porque sean malos,
sino porque los que ejercen el mandato no los cumplen.
Son buenos para la humanidad sus decretos, pero los que lo implementan no cumplen
ni una tilde de sus leyes. Sus leyes, que son las de Dios, son en todo momento un alivio
para el alma, no asì los que están detrás de las mesas de cambio que fueron destruidas por
el mismo maestro en el templo. Pongamos por ejemplo a Carlos Marx. ¿ En què momento
adopta un sistema de conocimiento que refleje algo de lo que el maestro nos proporciona en
las sagradas escrituras?.
Podrìamos verificar la sustancia de las obras de grandes escritores, académicos,
investigadores. Todos ellos con premios y galardones como el Nobel, otros con distintivos
de menor rango pero todos ellos exaltados por la prensa y los medios de comunicacìòn
durante varias décadas y siglos. Los dichos y creencias, teorías que manejan los
pensadores, comunicadores, poetas o escritores de nuestro tiempo tienen mucho de
referencia a lo que sus antecesores manejan como cierto.
Si apuntamos que en los primeros lugares de las listas de eminencia del conocimiento,
y aun de la frivolidad, se encuentran los pensamientos hebreos, podemos concluir que
todos somos influidos por la producción hebrea. Empero, lo màs inquietante es que todos
los dichos de estos personajes de gran influencia mundial, no coinciden en nada con sus
enseñanzas religiosas. Dice Ausubel que el aprendizaje se logra con un buen uso del
lenguaje. Un hebreo sin igual, descubrió el hilo negro. Sin embargo esta por encima de toda
palabra su aserción dado su origen. Son las ratas de Borneo los científicos, académicos,
artistas de origen judío que ocupan la supremacía moral e intelectual. Ni con todos los gatos
del mundo que echaramos en paracaídas a esta isla que es la humanidad podría revertir su
influencia.
El autor Levi-Strauss podría ser el mayor referente de conocimiento sobre mitos y
leyendas de muchas tribus en el mundo. Con mayor asertividad habrìa empleado su tiempo
analizando todo el conocimiento judío que también es mitología en gran parte, sin afán de
generalizar. Quien se dedica a dilucidar, a desmenuzar el conocimiento, que en este caso
es el rincón este libro para incitar e invitar a operar esta noble tarea haría de este mundo
uno mejor, un camello que està màs cerca de encontrar el oasis en el desierto.
Por puro amor propio, por dignidad, el hombre debiera verificar la calidad de los
conocimientos y teorías que escucha, la calidad musical o pictórica, la pertinencia de lo que
lee conforme a un funcionamiento mejor en sus vidas. Napoleòn Hill escribió libros para
Estados Unidos, para un tiempo, sin embargo se leen hoy en dìa y ciudadanos de todos los
rincones del planeta le compran sus ideas en forma tan estúpida porque el contexto es
diferente para cada naciòn. Es una ebriedad y descontrol el llenar los anaqueles de todo el
mundo con libros que no fueron escritos para toda la humanidad.
En la historia de la formación de conciencias, criterios en una naciòn, se pretende que
la misma sea provechosa para los objetivos de la misma. No existe una ciudadanía
universal y por lo mismo no se puede pretender que los estudios, los dogmas o tesis de una
sociedad, como las que encontró en sus mas de 540 entrevistas que hizo Napoleon Hill a
principios del siglo XX puedan ser efectivos, ùtiles para el resto de la humanidad por los
siglos de los siglos. Existe mayor discernimiento entre los chicos que gustan de los
videojuegos para elegir aquellos que los entretengan que los que consumen teorías o ideas
de autoayuda como los escritos de Napoleòn Hill o Carlos Cuauhtémoc Sanchez.
A partir del momento en que llega a nuestras manos un libro, la información debe ser
susceptible de examinar nuestra alma, pero también debemos examinar las fuentes, la
entrega y la pertinencia de lo que leemos. El metapunto de todo lo que leemos, o en otras
palabras, cuando el lector siente que le ponen el dedo en la llaga de lo que adolece, de lo
que padece, ese examen es lo que lo va a mover o incluso conmover hasta las làgrimas.
Nuestra alma en un momento dado puede ser diáfana cuando ese libro idóneo ha llegado a
nuestras manos.
Parte del éxito en la búsqueda del libro, de la información radica en fructificar beneficios
para la persona, para la sociedad a la que pertenece, y parte se acumula a la gloria del
mismo autor que se ha atrevido a producir algo maravillosamente constructivo.
Tales libros, documentos, teorías pueden pertenecer a judíos o no judíos, pero de
ninguna manera debemos aceptar como excelentes aquellos libros solo porque la
comunidad internacional nos los enjaretan, y que generalmente tienen autorìa judía.
Podemos suponer que el deseo de internacionalización de un producto genere mayores
ganancias, pero èsta en el lector el permitir ser invadido o insaculado por las leyes del
mercado donde ya prevén quienes y dònde están sus principales consumidores en el globo.
En la libertad de pensamiento cabe el hecho de que todos los lectores se dejen llevar por
todo lo que leen, y no disciernen su consumo, pero no es racional dicha situación.
¿Es acaso la voluntad del Altìsimo quienes son los galardonados en todas las
actividades humanas? Desde los griegos se habla de estos menesteres, de quienes se
vuelven irreprochables, aquellos que caerán en el oprobio, quienes quedaràn en el anaquel
de las librerìas como unos verdaderos desconocidos y quienes serán los màs celebres. Que
se encarga de elevar a unos y de derribar a otros. En mi experiencia como lector puedo dar
cuenta que solo la vulgaridad vende, no hay dios que anime al falto de sabiduría a que
mejore su disertación, las publicaciones se vuelven màs populares en cuanto se vuelven
màs faltas de cordura y pertinencia con la realidad.
CONTINUACION DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Al público le gusta la mentira y la irracionalidad. Êsto lo aprovecha muy bien todo este
sèquito de autores de autoayuda y las empresas editoriales dan paso a todo aquello que
será en detrimento de la humanidad. Razòn que da combustible para llenar el aire, y los
estantes de libros de conocimiento que dè el portazo a la insensatez. Es molesto, y mucho,
que el camino para que un verdadero escritor llegue a concretar una obra sea largo,
tortuoso, que su sustento sea incierto y todas las variables concuerden en entorpecer una
producción idónea.
El fuego fue robado por Prometeo, los males son muchos los que aquejan a los que a la
verdad se aproximan, los que desean que la humanidad se ilustre se tropiezan a cada
instante como si la desolación, el desierto y la hambruna… fascinaràn acaso màs a los
dioses la malvivencia que el triunfo y la supremacía moral de todos. La desgracia de cada
hombre y mujer es la paga de no involucrarse en la tarea de hacer del mundo un bello lugar.
No consiste en terminar en la miseria o en un manicomio, no es el hecho de perder a todos
tus seres queridos porque es el destino de todo ser humano morir, la desgracia màs temible
debiera ser perder el tiempo en discusiones vagas, en detalles insignificantes y en dedicar
el corazón a matizar nuestras reflexiones en otros y no en nuestras propias acciones e
inconsistencias.
Lo que es màs conveniente para una persona en su vejez es vivirla sin dolores, sin
trabajos para llevarse un sustento a la boca, tener algo de vigor en pies y manos para no
ser de molestia para algún familiar o ser querido. Creo que es la edad en que dedicamos
nuestros pensamientos a criticar a los màs jóvenes en lugar de orientarlos, de exaltar la
propia obra denigrando el resto porque solo de esa forma justificaremos nuestras malas
acciones, algunas ocultas que solo saldrán a la luz en el último aliento de vida.
Es la generación de la estupidez. No tenemos idea de què hacer con la vida corta que
se nos ha prestado, los de la generación dorada, los del siglo de oro dedicaban su tiempo a
considerar todo lo que se presentara en sus manos hacer.
Te abruma el ocio y la pereza, te degenera los huesos el no estar ocupado en algo
fructìfero, las promesas de una Nueva Jerusalem son un vital motor para los pobres de
espíritu, porque quien desecha la oportunidad de la vida de hacer algo en bien de los
demás, orando porque acabe esta vida para ir a un màs allà el tal es el líder de la
generación de la estupidez. Se tiene la creencia de que por tener recursos podemos
insultar la dignidad de los demás.
Es la edad de los hombres robustos de ideas equivocadas, que no reparan en injuriar a
los demás. Què origen tendrán sus insidiosas inquietudes nadie lo sabe pero están en todas
las familias, enroscándose como serpientes y saliendo a la luz del dìa cuando todo les es
favorable y aparentan no tener ningún remordimiento, asi como nadie les concede un gramo
de su maldad y, al contrario, por todos visto su recompensa lo cual los capacita para seguir
en el medio de la mesa. Hijos que no restituyen a sus padres el precio de los cuidados que
les dieron, padres que desean cosechar lo que no aportaron de las manos de sus hijos, y
por el contrario pretenden mayores respetos a pesar de todos sus ultrajes.
Delante de las pantallas de televisión y de los anaqueles de las librerías tenemos
muchedumbres esperando la producción, -como pan caliente se espera-, quienes se
deleitaràn con la acidez de sus letras e imágenes para reproducir màs acciones similares en
sus casas, en sus familias. La creencia se alimenta en primer lugar de lo que nos dicen los
antepasados en sus tradiciones orales, después lo que absorbemos de los medios, de la
imagen y la melodía. Existe la misma creencia de que con malas palabras y gritos se podría
quitar lo insensato a los hijos. Quien asì piensa es fanático de literatura y cinematografía
que refuerce esos métodos. Vestirte de tinieblas solo hará que tu corazón se llene de
desdicha porque siempre habrá quien haga su faena como se hacìa en el siglo de oro: con
valores y en excelencia. La vida te odiarà, te llenarà de sufrimiento si haces el bien o si
haces el mal, pero es mejor padecer dolores en estado de gracia, gracia consigo mismo que
en remordimiento.
¿No sería mas satisfactoria nuestra vida si nosotros mismos crearamos a nuestra
imagen y semejanza todas nuestras CREENCIAS?. La vida nos puso el futuro como pones
una paleta y colores en tus manos para pintar en un lienzo lo que queramos. Que las
creencias solo fueran referentes para comenzar a modelar lo que habremos de creer es
cosa del pasado. Inauguro una vida sin religión, sin conciencia religiosa anquilosada, con
una nueva brújula, esa aguja que marea tanto con el movimiento de las olas. No se trata de
evolucionar, se trata de volver a nacer pero sin las creencias pasadas. He aquí, el mundo
anterior, todo ha sido borrado en el pizarròn, todo ha sido descargado de la computadora y
reseteado sus controles informáticos.
No es un llamado a acabar con el mundo actual, ni a mejorarlo, es comenzar una nueva
vida alejado de lo que no ha funcionado, y la verdad es que ninguna religión le ha
funcionado a nadie, ningun consejo de autoayuda, ningun paradigma. El azul no se ha
vuelto màs azul, se ha desteñido. Se ha cambiado por algún otro color, por el amarillo o por
el rojo, cuando se pretendía obtener azul. Y no porque no exista el azul, es que el azul nos
aburrió porque està en nuestra conciencia aburrirnos de todo, y màs del azul. Si intentamos
cambiar nuestras creencias sin desecharlas por completo eso sería evolución, reforma, es
no querer perder de vista la forma anterior, es no querer colapsar y desatinar en una época
de tantos desatinos, de tantos que han querido cambiar el mundo en la historicidad y no lo
han logrado.
Solo propongo fugarte de este mundo y sus ideas, sus creencias, para tener otras, no
para que dejes de estar en el suelo que pisas. Convertir tus ideas y creencias en unas
permeadas de misericordia y justicia, respeto por el otro, amor y no odio, no figuración del
deber, el deber mismo, no simulación del conocimiento, uno que si nos transforme y nuestro
entorno. Todos los grandes cambios que experimenta la humanidad se les ha dado un
tiempo en el calendario gregoriano específicamente en la época de la ilustración
desechando, por ejemplo, la llegada de Elcano a España después de circunnavegar la tierra
en 1522, lo cual confirmò la esfericidad de la tierra que se hubieron imaginado
acertadamente los griegos antiguos. Todos los cambios que podamos hacer en el año del
2019 se reflejaràn en los siguientes siglos.
La humanidad no va a desaparecer pronto, es posible advertir que la civilización en la
Tierra tiene siglos aun por delante y cualquier momento es bueno para considerar el
restablecimiento de las creencias que no tengan fundamento en lo infructífero. Ninguno de
los que han promulgado constituciones, normas, códigos, canones y demás reglamentos,
formularios perderà su gloria si tu dejas el mundo atrás. Comenzar una nueva vida con
nuevas creencias no es tirar la casa para volverla a construir, no es destruir el tempo para
levantarlo en 3 dìas, no es quedar en la incredulidad y el escepticismo. La emancipación del
ser humano no llega por pisotear las glorias pasadas, tirar estatuas del comunismo o de
Sadam Hussein. Sì lo es el dejar nuestras ocupaciones actuales en dilucidar en los tipos de
portales que abren al adolescente en diferentes religiones, exagerar el protocolo y el
etiquetamiento de cada conducta. Se abre la puerta al relativismo, diràn los viejos, que se
empecinan en darle todo el peso del poder a los credos religiosos, a los estamentos y a las
figuras cèlebres en todas las disciplinas de la actividad humana.
Nadie va a dejar la pintura de su lienzo porque un libro loco te diga que es bueno dejar
toda creencia, si lo que esta pintando es una obra de arte que impactara a los demás, què
importa que ideario la haya originado, cuales son las credenciales ( pleonasmo) de quien
obra es irrelevante, èsto debe concitar a quienes no les gusta lo que està resultando de sus
pinceles y sus colores en su paleta.
Las nuevas creencias son difíciles de determinar si es posible construirlas en cuestión
de horas o años. Las ideas viejas son fáciles de eliminar y ser acusado de revolucionario o
anarquista. Todo movimiento de conciencias toma años y a veces nunca se aterriza en algo
positivo precisamente porque las antiguas creencias son difíciles de dejar y porque los
ultradefensores de las mismas no permitirán que abandones la argamasa tan fácilmente.
Las creencias no tienen un punto de ebullición o de terminación, no es una casa que
puedas dejar abandonada para vivir en otra, o ser parte de un inventario de refugios en los
que te acoges según conviene la temporada del año o para evitar el excesivo pago de
impuestos como un paraíso fiscal a donde huyes con tu dinero para no ser gravado
onerosamente.
Es casi como la sombra que se produce con tus propios pasos en un dìa soleado, te
siguen a toda parte, aun en el estilo que tienes a la hora de probar alimentos, tales
concepciones te delatan delante de todos y aun en la soledad te persiguen como
depredadores. Los ideales y creencias son tan inherentes tanto a liberales como a
conservadores porque forma parte de una moralidad que da sentido al individuo. Existìa
entre los judíos una afición por sacrificar a Jehovà animales para la expiación de los
pecados.
En regiones vecinas fenicias se sacrificaba a Moloc bebès,y … ¿ cual es la diferencia?.
Si los judíos creen que hay que alimentar a su parentela, sus connacionales, no
cobrarles usura, y al resto de la humanidad (Goyim) hacer con ellos lo que se les plazca,
¿acaso este credo es humanismo?. Si los comunistas afirman que la propiedad debe ser
colectiva, y los fidencistas que quien no pase por sus lodos no està limpio de enfermedad,
què poder tenemos para desechar tales credenciales, y al no presentarse una apostasía de
sus miembros jamàs nadie se ha preguntado con què pegamento cohesivo se mantienen
vigentes dichas creencias por 40 u 80 años de existencia.
La mayor parte de la humanidad, los habitantes del tercer mundo filosofan sobre sus
creencias religiosas pero màs sobre las limitaciones que tienen en contraste con los
pudientes. Es tanta su fijación en su pobreza, en sus pocas capacidades que hasta su
lenguaje se ve transformado y utilizan para todo los dminutivos. Sobre este tòpico dedicò
todo un libro el poeta Octavio Paz. En lo único que podríamos reparar en cuanto a la
pobreza que jamàs se disipa es la falta de una buena organización de la vida. Creer que
tenemos un exceso de libertad para hacer o deshacer, para vivir con tal o cual persona y
después migrar a vivir con otra es lo que nos hunde en la pobreza. La cuestión de los
gastos es asunto secundario a las acciones propias de las personas que marcan un buen o
mal devenir.
La primer creencia positiva consistiría entonces en la supremacía de la organización:
aquellos que planifican su vida llegan a tener éxito en la vida, sin importar en què estrato
social hayan nacido. A èsta conclusión llega mucha gente cuando lee a Oscar Lewis su
libro: “Antropologìa de la pobreza”. No es coincidencia que las masas de los países pobres
tengan esta confusión. En la quinta acta de la Sesiòn No. 5 de los protocolos de los sabios
de Siòn podemos advertir que los dueños de los medios de comunicación tienen estrictas
òrdenes de confundir a las audiencias, a los lectores, “embarullando” las mentes con todo
tipo de chismes, vulgaridades y posturas extremistas en las opiniones de diferentes
expositores, editorialistas.
Esta supuesta mala organización que hace que las familias pobres se perpetúen en
esta desdicha tiene su origen en este protocolo, ya que podemos recordar que la pobreza,
como tal, con los efectos poderosos que detenta en la edad contemporánea no corresponde
con la suficiencia con la que se sostenía el imperio español en toda hispanoamerica. Fue
con la entrada de las repúblicas democráticas con las que se hundió a Latinoamerica en la
pobreza extrema que hoy se palpa. Un caso exitoso de que la organización en las mentes,
en las familias tiene un efecto potenciador para el empuje de la emancipación lo
encontramos en Chile. Su modelo económico, aunado a la justa distribución de la riqueza y
la eficacia con la que los chilenos construyen sus vidas da cuenta de que la buena
organización es una creencia positiva, tanto para empresas como individuos y familias.
La patria.
Conciencia apátrida orienta al ser humano a permutar su tierra por una vida mejor. Si en
ello te atraes una vida màs productiva, màs virtuosa es correcta la mudanza. Si por el
contrario te llevarà a una vida menos perfecta como decía Spinoza, una vida llena de
desdicha en una ética geometrìca no aceptable.
Siempre està en nuestra conciencia la creencia de que en nuestra patria podemos
vivir mejor. Apuntas un punto a la falacia cuando la realidad opera en tu contra y por mucho
que insistas en tu patria, si te pierdes de un puntaje mayor en tus condiciones de vida
susceptibles de ser halladas en otra latitud estaràs obrando en contra de tu misma virtud.
Quien mejor que Unamuno para describirnos su patria: España y Portugal. Toda la
sustancia de la Historia pareciera bordear como olas de océanos todos los rincones del
planeta las figuraciones, recuerdos y descripciones de la madre patria española. Todos le
pedimos la felicidad a la monarquía española, luego a la republica, luego a la monarquia de
nueva cuenta y finalmente nos desencantamos de toda forma de gobierno pero no del
paisaje español, portugués, de sus islas como Madeira, Canarias y Mallorca. Queremos lo
bueno pero no queremos pagar el precio de limitar nuestros placeres con la forma de
gobierno prevaleciente.
Toda gema española, construcción, pedazo de tela o concepto de fabricaciòn
hispanoamericana es una reliquia que produce un deliquio en quienes amamos la
hispanidad. Dentro del programa de desarrollo de inquietudes en la adolescencia uno de los
últimos eslabones tiene que ver con el amor a la patria, los adolescentes no entienden de
ese amor, no les parece que sea articulo necesario, lo consideren o no lo consideren lo
comenzaràn a reflejar ya muy tarde cuando las creencias de una patria mejor en otra latitud
les ha convencido en el laboratorio de ideas que es la exposición a contenidos
audiovisuales e informáticos disponibles para el ojo y oído humano. Los americanos se
quejan de la inmigración legal pero no hacen nada por mostrarse codiciables ante el lente
de la cámara y el chisguete constante de bytes en el internet.
El sol se detiene por la voz de ellos, los decretos naciòn por naciòn tienen un alto
contenido de ordenanzas directas de Washington y no pueden lograr detener un movimiento
migratorio que no desean, que alientan al mismo tiempo. Los mochileros y familias enteras
que se mueven a estas tierras sueñan con ser agasajados con mejores sueldos, con
lisonjas y magnificencias y lo que encuentran es todo lo contrario. El màs pomposo y
delicado homenaje reciben los inmigrantes provenientes de países europeos o los judíos,
pero también aquellos que sufrieron estragos de las guerras y destrucciones a su paso en
su hegemònica inquisitoria por recursos naturales. En muchas películas señalan que los
nazis buscaban con ansiedad y desenfreno recursos naturales, reliquias religiosas, cuadros
famosos y demás instrumentos financieros de cambio. Es tan insistente su pliego de
discusiones en los guiones que nos han hecho creer que ellos se mueven en excepción a
estas acciones y que solo buscan la paz y el orden de todos los rincones del planeta.
¿Quién podría dejar de amar su patria por mudarse a un país tan dañino como lo son
los Estados Unidos? Todos los que amamos nuestra patria, nuestra hispanidad convenimos
en advertir a nuestros congéneres que lo mejor es cultivar nuestra tierra y dar continuidad a
la obra de nuestros antecesores que en algún tiempo y espacio gobernaron con sabiduría
los destinos de la humanidad. El alma de hispanoamerica es un alma húmeda y crepuscular
como decía Unamuno, es imposible cortar con el cordon umbilical de un legado cuando se
trata de una herencia grecolatina, suele convertir a muchos que no pertenecen a estirpe y
convienen en establecerse en una naciòn latinoamericana o en la española por lo agradable
de su tròpico y la sencillez y candidez de su gente.

El aire que se resuella estando libre de códigos y maldiciones de un pueblo que no


quiere inmigrantes es felicidad pura y es el manifiesto màs puro de un apego por lo bello de
la historicidad que detenta con discursiva fidelidad la prosa de nuestra literatura y faenas
grandiosas de hombres y mujeres que dieron su vida al construir un nuevo mundo. Esta
invitación a crear un nuevo mundo de credos nuevos es el mismo camino que lleva a los
inmigrantes a dejar su patria, no porque no amen sus orígenes, sino porque se aspira a un
futuro mejor. Pierde la esperanza quien pierde el recuerdo de su camino recorrido, por lo
que es imposible que se pueda sugerir eliminar el amor a la patria en la renovación de
creencias.
Es más grande el amor que la pasión por las cosas y los bienes, son màs grandes los
afectos por las personas que por los procesos productivos en estas latitudes de la tierra. La
razón del tan famoso atraso que se nos achaca a los hispanoamericanos tiene que ver con
la sensación de suficiencia y gozo por la belleza de nuestros exteriores y el clima pero
también por el contentamiento con una herencia de valores y connivencia con las
expresiones holgadas de espíritu benefactor por nuestro entorno.
Hay lugareños en diferentes partes de latinoamerica que solo salen de su choza a
cazar, a pescar y de ahì a empinar el codo con una bebida o a retozar una tarde con el sol
de frente, mientras que el europeo y el oriental tienen en su mirada la eterna búsqueda de
la ganancia que es lo que los mantiene en el liderazgo económico.
La conciencia de la supremacía de una región con respecto a otra en el globo es lo que
conocemos como Patria. Esta, que es una creencia equivocada, ha representado por siglos
un pretexto perfecto para mostrar el odio interno de los seres humanos. Es por eso que no
podemos seguir abrigando ni defendiendo a ultranza nuestra patria, solo en la medida en
que los forasteros se les impida controlar nuestros destinos. En los mares de la duda no
existe el discernimiento de un falso amor por la patria, a menos que se trate de apátridas,
de oportunistas y mercenarios. Las ofertas de traición retemplan tus convicciones y es la
razón de que muchos gobiernen en contra de un buen futuro para su propia naciòn.
Mucho de este oportunismo es fomentado, y aun subsidiado, por inyecciones de capital
provenientes de intereses mezquinos de quienes gustan de confundir a la humanidad, de
los cuales hemos hablado abierta y profundamente en esta exposición prosística. Por
mucho que nos esforcemos en una demarcación, si los liderazgos están corrompidos por
esferas superiores nada podemos hacer para voltear la moneda, excepto que los echemos
fuera.
Nuestras creencias aun siendo buenas pueden sernos dañinas. Lo único que puede
probar que nuestras convicciones sean de beneficio personal se advierte cuando al paso de
los años nos han sido de alguna renta sea económica o espiritual, asì como que a un gran
número de habitantes de este mundo les reditue de la misma forma. Por lo visto las
creencias en el judaísmo no les ha traido nada bueno a sus practicantes, tampoco el
cristianismo, herederos de los primeros, porque son las formas de vivir mas sangrientas que
ha visto el ojo humano. Tampoco lo es porque no hay mucho interés en profundizar, se
quedan en el conocimiento superficial de su religión lo cual los hace propensos a aceptar
todo tipo de malas conductas y malas interpretaciones en sus dogmas.
Tantos sectarismos son prueba de ello, sin necesidad de abundar en la evidencia de
que aunque la religión de los hebreos ha producido un pueblo con la màs profunda
cohesión social, empática y espiritual del planeta, esta articulación milenaria es producto de
una buena organización de mentes industriosas y ambiciosas cuyo único propósito en la
vida fue la de obtener el control del gobierno temporal en el mundo, para evitarse tributar o
rendir fruto, lo cual es lo màs alejado a sus convicciones, el servir a los demás, mucho
menos el ser esclavizados como aparentemente lo fueron en ocasiones.
Es decir, y siendo màs claro, estamos hablando de un pueblo que vio la grandeza de
otros pueblos y desearon ser màs grandes como en la posteridad llegaron a serlo. Para
ellos se valieron de copiar toda clase de historias de la antigüedad como se puede
atestiguar leyendo leyendas y tradiciones de pueblos vecinos. Un pueblo que se cansò de
ser victima, de ser débiles, de no ser tan altos ni fornidos, ni tener atractivo visual y mucho
menos capacidades técnicas las cuales fueron copiando y aprovechando de su prójimo con
mayores riquezas.
Las convicciones màs firmes son las que acumulan un mayor número de ideas,
enseñanzas y valores. No sucede asì con las de los hebreos debido a que todo en sus
enseñanzas permea el miedo y no el amor. ¿Es el miedo la única idea que circula por la
mente del ser humano acaso? En todos los libros de los hebreos y cristianos solo se habla
de miedo y con algunos matices de amor. La obediencia sujeta al miedo, por la persecución
de un dios castigador y no una obediencia producto del razonamiento conjunto hacia los
màs excelsos valores humanos o hacia consagrar la vida a lo mejor sino a clausulas pètreas
que no permiten que la humanidad pueda expresarse en su totalidad apegados a como
fuimos diseñados por la naturaleza. La única vez que se escribe que Dios invitò a razonar
es en la parte en que lo conmina a traer fruto y comida a su casa para su mayor
bendición.Frase que utilizan los teleevangelistas para solicitar propiedades y dinero.
Toda creencia debe llevar a una complejidad, a un raciocinio superior, y a un mayor
orden. Què clase de orden tienen los hebreos cuando vemos que son actualmente los
orquestadores del desorden con sus celuloides de distribución universal. Serìa impráctico
pensar que sus doctrinas y dogmas podrían ser desplegadas en sus guiones
cinematográficos, sin embargo, còmo es posible esa ambigüedad y contrasentido de sus
ideales y creencias con lo que muestran de calidad en sus diálogos y temáticas que siempre
son en promoción de los màs bajos instintos y lo màs deplorable de la conducta humana
como el terror, la violencia y el genocidio intelectual.
Si de por sì es difícil concentrarse en conectar una idea inferior con una que nos de
movilidad la faena se antoja imposible cuando la persona tiene confusión mental con tantos
estímulos visuales, auditivos y de malas conductas a los que se ve expuesto en la era de la
información. Por fortuna, muchos de los adelantados, los que están continuamente
cambiando el mundo no abandonan las herramientas del pensamiento que los ayuda a
conectar ideas inferiores con las superiores, que no es toda la humanidad la confundida, y
es gracias a èsto, que los aviones no se caen ni la humanidad ha vuelto a ver una
hambruna generalizada como en muchas ocasiones aconteció en la historia del hombre.

Si aun si supiéramos que nuestra creencia es la màs magnìfica de todas, la màs


rentable en lo espiritual o econòmico, la màs aceptada por toda la humanidad, aun si juzgas
que es la màs racional, no debemos de dejar de escapar de toda forma de esclavitud, de
distracción y sì aplicarnos en la noble y acertada sujeción a los instrumentos de la
investigación con miras a la depuración de conceptos equivocados.
De cuando en cuando aparecen por doquier ideas que no se sujetan a lo que hemos
conocido anteriormente como “bueno” pero con fobia enfermiza las despedimos, y con
mucha màs intensidad, si encontramos en ellas sustanciación. Es nuestra eterna lucha, la
de hacer una secesiòn ante lo nuevo y lo que rete a la existencia de andromeda cuando
estàs en la vìa láctea. Està el caso de quienes leen con asiduidad irracional a determinado
autor que los indujo a pensar de cierta forma en su pretèrito, y al venir frente a sus estantes
de libreros una obra que rete al anterior se ciñe con làgrimas a los dientes que està
mudando.
La creencia puede tenernos tomados por los cuernos, de los testículos, puede tener el
control de nuestras vidas, y de èsto debemos escapar, de este mundo de creencias hasta
llegar a entender que la carne humana, el cerebro puede prescindir de credos, de ideas, de
convicciones, del oxigeno no, pero en tanto que mantengas tu vida sujeto a una creencia
sus dictados te gobernaràn.
Conciencia de lo que es un bien o es un mal ocupa la mayor parte de nuestros
esfuerzos, pensamientos y acciones. Solo el tiempo nos permite distinguir la verdadera
materia de nuestros actos, lo que podríamos considerar una acción buena solo con el
tiempo se nos abren los ojos y encontramos la verdadera naturaleza de aquella acción que
pesamos como algo bueno. Cualquier autor podría abundar en la morfología de las
religiones cuando se piensa en el bien y en el mal, pero la buena noticia es que el bien y el
mal no tienen nada que ver con la religión o con un ser supremo que no vemos.
El bien es lo que provoca la alegría en los seres humanos, lo malo es lo contrario. No
tiene mayor explicación. Otorgar nuestro apoyo a la cruz roja puede traer alegría a los que
eventualmente ocupan de sus servicios. Comprar una suscripción a la música digital cuando
se disfruta tanto nos llenarà de jùbilo lo cual lo enmarcamos en el bien. El nacimiento de un
bebè, o de una niña nos puede traer mucha alegría, pero no les traía alegría a los romanos
tener una niña, por lo cual procedìan a quitarles la vida. La conciencia deforme de quien ve
como una maleficio el nacimiento de una niña trae tristeza a la humanidad, por lo terrible de
sus actos, por lo cual la idea del bien prevalece, pero en un segundo nivel, no en el primero,
ya que en el primer nivel no encontramos la alegría en los pueblos que detestan el exceso
de nacimientos femeninos.
El judaísmo separa, relega y hace muchas distinciones, negándole derechos a las
mujeres, lo mismo las religiones cristianas fundamentalistas, promotoras de ese proceso de
judaización, por lo cual esas religiones constituyen una fuente de acciones perversas. El
estancamiento de una persona, cuando no tiene movilidad, ni en acciones, en cambio de
amistades, en adquirir una nueva piel como lo hacen las células del cuerpo cada 24 horas
no constituye, a la larga, una alegría para la persona, por lo cual no es algo bueno
permanecer en un mismo estado por muchos años. Muy pocas cosas que le acontecen a un
ser humano son analizadas a la luz de la glosa de escolios de Spinoza.
La mayor alegría produce un perfeccionamiento en el alma, lo contrario le produce una
distorsión y, por lo mismo, un empobrecimiento espiritual. La muerte de un ser querido es la
máxima prueba de este declive o muerte misma de nuestra alma por tanto llanto y
sufrimiento que nos produce la pèrdida irreparable del ser que amamos. El reino del mal
potencia a su máxima intensidad su intervención en nuestra vida y por mucho que
queramos asignar con supremacía el genocidio, las orgìas y otras calamidades y pecados
nos viene con mucha indiferencia que suceda tal o cual cosa, nuestro mal, nuestra pèrdida
es el mayor mal posible.
De la misma forma, los bienes que le acontecen a los demás nos parecen poca cosa si
nuestros bienes nos mantienen creciendo en nuestra conciencia espiritual. Al calor de las
copas del intelecto muchos podrán determinar que los bienes que vivieron los
contemporáneos que se vieron beneficiados con los milagros de Cristo pueden aplicar a
nosotros también, y hasta se dedican a invocar o a gritar letanías solicitando la
substanciaciòn de aquellos bienes en el presente. En la medida en que los pueblos
originarios del mundo, de Africa, America transmiten por tradición oral a sus herederos los
bienes que ellos experimentaron con tal o cual brebaje, los tales percibirán, con mucha fè
involucrada, esos mismos bienes de los cuales les dieron referencia previa a su decisión de
recibir la bondad prometida.
Cada bien que vivimos es nuestra tierra prometida, es nuestra tierra que mana leche y
miel, pero confiar en que esa bendición fluiría en una tierra tan àrida como la del medio
oriente es inducirnos a una interpretación particularista de la historia, que es que los que
promueven la idea de que por ser el pueblo elegido el israelita, todo les ha de ir para bien, y
para bienes indicarìa que los bienes que tienen los que nunca han conocido al dios de los
hebreos son bienes malditos. Existe un concepto que debiéramos tener presente, con
mayor énfasis los adultos, el del minimo de la bondad y del bien, que aplicado, por poner un
ejemplo, podría tener una máxima bondad el de evitar todo tipo de actitudes abominables
que puedan servir de malos ejemplos a los menores de edad, que están en proceso de
formación.
No podemos permitir que nuestros hijos lleguen al conocimiento de que hay personas
en este globo que piensan que son elegidos, y que como tales, todo lo que sale de sus
manos son como los toques del rey midas. Dicha convicción podría desembocar en una
rebelión, en la desesperación o en la apatía por conquistar la cima en toda la actividad
humana. Afortunadamente solo una población, de miles en el planeta, predica esta
supremacía moral, que en realidad es un disfraz de la mezquindad y la falta de misericordia,
solidaridad y amor.
Los vestuarios que usaba la humanidad en sus principios, eran incomodos, no cubrìan
del frìo, por lo tanto, no que no fueran buenos, no que no hayan sido ùtiles, el desarrollo que
la industria del vestido nos ha traido en tiempos recientes, confirma la naturaleza de un bien
mayor a los disponibles en la incipiente etapa de la prehistoria, que nadie en su sano juicio
retornarìa a los mismos. De la misma forma, los bienes a los que un ser humano cristiano
puede aspirar deben ser diferentes a los bienes que vivieron los que convivieron con el
rabino rey de los judíos.

La diferencia no es mucha, es el contexto, como tampoco es el mismo clima social el de


los años de gloria de el rey David al de Nabucodonosor 500 años después.
Un estado de gracia generalizado se produce cuando existe la justicia total. El destino
del hombre siempre es el cambio. Y dado que los cambios pueden producir un desorden,
como con el vivo ejemplo de la migración, la justicia siempre se ve desordenada o dañada
por los desajustes obligados que la actividad humana concatena. Còmo ha permitido la
humanidad la injusticia de concebir que existe un pueblo elegido y los demás somos
reprobados.
Una filosofía terciaria como la hebrea y cristiana que propugna que su Dios no hace
distinciones de personas pero al mismo tiempo decreta que hay elegidos y reprobados.
Tanto dolor se causa cada vez que un pueblo se siente en supremacía, en relación con el
resto, porque las banderas políticas en la historia universal han sido siempre influidas con el
termómetro de estos pueblos en supremacía, bebiendo de la copa de sus decretos y
ondeando toda aquella consigna que estè a tono con sus procedimientos. Las monarquías
fueron disueltas poco a poco por estas entidades o sociedades secretas que no pudieron
infiltrar en las filas leales a los monarcas.
Para no dejar entrever su gusto por la soberanía encargada a una sola mano también
replicaron el sistema representativo que ellos promovieron para el resto del mundo donde
gobiernan con la instrumentación de estas sociedades juramentadas que obedecen a este
proceso de judaización global. Muchas de las razones que dan los que defienden este
proceso, son totalmente dependientes de la fabricación de una conciencia con la que no
nace el ser humano, pero para lo cual se ve atraído desde sus primeros años de raciocinio
que es la Fè.
La fè es el callejón sin salida de quien se hace miles de preguntas sin respuesta. La
única posibilidad es creer en una de ellas por confianza ciega. Si a algo hay que dedicarle
toda nuestra fè es a la renovación. Vemos que nuestras células se renuevan diariamente a
un ritmo impresionante, el follaje de los campos pero nosotros no seguimos ese ejemplo. En
vez de eso, nos inventamos dioses y decretos de dioses para evitar pensar en que
podemos ser mejores en nuestras acciones, porque no hay manera de compararse con ese
dios, quien es en todo perfecto, esa perfección la consideramos inalcanzable y en eso nos
entretenemos en multitud de delitos pudiendo ponernos en la ruta de esa perfección.
No obstante, la calidad en la renovación también representa uno de los escollos en la
humanidad. Es bien sabido que no es posible ser perfecto, pero quien lo pudiera llegar a ser
podría alcanzar ese estado en desorden. Tal como las células cancerosas, se renuevan
pero pueden llegar a enfermar, a replicarse en forma desordenada, de la misma forma,
quien se renueva puede adquirir dichas actitudes de supremacía que lo hacen arrogante y
termina por ser el único compañero de su celda. Las enfermedades mentales de estos
individuos son un cáncer para la sociedad tanto como lo son la drogadicción y los
psicópatas.
La fè religiosa, viene a ser, por ende, el mayor impedimento de la mejoría de un alma.
Ya adelanto las razones a continuación. ¿ Què es lo que entretiene a un adulto de màs de
70 años si no es el estar rezando letanías o escuchando misa diariamente. ¿Quien le dijo a
este adulto que abstraído en estas ocupaciones de la fè adquiere alguna mejoría en su trato
con los demás?
Una de las finalidades de la fè religiosa, por lo que se sabe, es el de perfeccionarse en
el trato con los demás pero vemos que es todo lo contrario, sin afán de generalizar. El niño
no adquiere habilidades sociales y mucho menos modales en su trato con los demás con la
fè religiosa. La fè no es sinónimo de valores y sin embargo consideramos los colegios
religiosos perfectos para obtener estas habilidades.
Los cambios en los infantes deben ser conscientes, razonados, contrastados con la
diferencia que será tener actitudes negativas, lo mismo los adultos que pretendan alcanzar
una tardìa perfección en su forma de ser. Se dice que nunca es tarde para aprender, yo
dìria que nunca es tarde para cambiar, para reformarse, PARA HUIR DE ESTE MUNDO de
religión y otras abominaciones. Muy pocos de nosotros tenemos conocido lo que va
muriendo en nuestro ser, nuestro ejemplo de las células muertas nos da para pensar en
terminar de matar en nosotros lo que languidece, lo que no termina de irse, para que pueda
llegar lo nuevo a nuestra vida: una relación enfermiza, un vicio, una mala postura, una
palabra soez que nos es imposible cortar de la lengua.
Perverso es el corazón màs que cualquier otra cosa. La perversión podría ser un estado
de decadencia y de oscuridad en el alma de quien cede ante los malos deseos y el
desbordamiento de pasiones. Cualquier vìa puede conducirnos a esta exacerbación, pero
es màs temible cuando un asesino serial, un delincuente procede de un grupo religioso, un
sacerdote pederasta o un criminal de cuello blanco que toda su vida profesò cierto credo,
veredad que finalmente desembocò en una trayectoria negativa.
En consecuencia, ningun camino de purificación, devoción y puntual feligresìa dominical
nos aleja por completo de la perversión y la destrucción de nuestra alma. Ningun método
religioso està exento de llevar a sus practicantes a un estado demencial, un estado de
insatisfacción o de encubrimiento de pasiones por medio de centrar su atención en las vidas
de los demás. El énfasis de las religiones es, como ya hemos manejado en anteriores
párrafos, la culpa del ser humano por sus malas acciones, en algunas religiones aun con el
nacimiento de la persona ya se prevarica por el solo hecho de “provenir” de una estirpe que
desobedeció en un paraíso.
Es en este apartado donde pretendo demostrar que la religión, en muchos de los casos,
contribuye a una degeneración producto de sus lagunas dogmàticas. Dogmas que por
siglos han sido el vehiculo para que la humanidad transite de la paz a la hostilidad, de la
humilidad a la arrogancia, y para muchos recién nacidos o neonatos: desesperación, dolor,
muerte. La paz y el bienestar solo deben tener un origen en común: que es el hacer algo
por el sì mismo, y por los demás, algo que nos regocije, nos dè nuevos alientos de vida ya
que la tendencia del cuerpo desde que nacemos es el morir, para què seguir pensando en
la muerte y el castigo como lo predican a todos los puntos cardinales el evangelio, si lo
único que ha traido esa mentalidad es el genocidio, el odio, en vez de amor, superioridad
moral en vez de humildad, dolor en vez de placer.
El dogma màs grande, enigma, duda que tenemos todos los seres humanos es si
nosotros creamos a los dioses o los dioses o un Dios nos creò. El planeta, el universo ha
explotado, se ha enfermado, ha girado, movido, inclinado y la materia en cada planeta igual.
Tiene que haber un Dios de la geometría y las matemáticas que muevan todo sin necesidad
de la mano del hombre. Tiene que haber un hombre que invente a sus dioses porque nada
de ese dios se sabe por su propia voz lo que hoy conocemos de sus palabras o decretos.
Es decir, los dioses nunca han roto el silencio, excepto en sus manifestaciones de la
naturaleza, del mismo universo. En una parte de la escritura se menciona que Dios ha
enviado al mundo un espíritu de mentira y el poder para creerla. Esta mentira podría ser la
incapacidad del hombre para pensar que hay un creador, pero al mismo tiempo las
evidencias para creer en esa premisa. La mentira se extiende aùn màs en el sentido de
mostrar a la humanidad una escritura totalmente incoherente entre sì, con pedazos de
textos tomados de muchos relatos diferentes de la antigüedad y presentarse ante el mundo
como un libro inspirado por Dios.
Es de estilo de leyenda pero al mismo tiempo conteniendo muchos secretos que
apuntan a una verdadera procedencia del único Dios vivo que existe. No obstante, debido a
la condición humana errónea y concupiscente se advierte que el libro no tiene ningun efecto
sobre la vida de las personas, excepto que sea por dedicación y fè en su estudio.Ningun
libro de ética o de geometría tiene tampoco algún efecto sobre la conducta de las personas,
ni aun siendo objeto único de estudio y meditación, pero la única diferencia que tienen los
libros de ética comunes y la biblia es que la última ha producido millones de litros de sangre
derramadas en múltiples conflagraciones, discusiones familiares a muerte y ha producido la
mayor de las desgracias humanas que es cometer genocidios en nombre de ese Dios que
la inspirò.
Los libros de ética y valores jamàs han producido ni siquiera un debate ríspido entre
quienes lo analizan en una tertulia o foro abierto. Es de mi interés marcar la preferencia por
oler, sentir, reir, observar un atardecer, escuchar el trinar de los pàjaros, recoger entre mis
manos la arena. Todas las acciones de la humanidad, las positivas, las que no afectan a
nadie son la unión con la divinidad, toda la interacción con la naturaleza. Este dicho no es
ninguna creencia, es la verdad absoluta. Nada puede ser criminalizado, ni el uso de las
sustancias en nuestro cuerpo como la marihuana, o cualquier hierba o medicina que la
naturaleza aporte en tanto que no sea en nuestro daño o el de los demás.
La ética màs santa es la que llevamos a cabo cuando siendo humanos nos
comportamos como humanos, disfrutamos todos los placeres y los magnificamos o
enaltecemos con rituales sagrados para imprimirle toda la bienaventuranza que les es
inherente. Nuestros credos deben tamizarse, dejarse atrás cuando no pasan ciertas
pruebas que eliminen la fè, o la confianza ciega, o reafirmarse en caso de existir un
sostenimiento frente a otros credos, a los que llamaremos ingenuos. De las supersticiones
no es posible hablar porque son objeto de estudio de un filòsofo màs comprometido con
ellas como lo es Levi-Strauss, a quien es imposible de homologar.
Semejante a los rìos que bajan de una montaña, las actuales convicciones, religiones y
facciones políticas emanan de una misma fuente que es la reciente judaización irrefrenable
de la humanidad. Todas confluyen y comparten principios y no muestran tener diferencias
de fondo y mucho menos contradecir los intereses económicos del imperio. Comparsas y
cómplices del mismo proceso histórico. Alianza que les reditua inagotables recursos a todos
los frentes para mantener el control y la conducción del timòn que tiraníza al planeta y lo
sujeta a la suerte que ellos en cònclave determinan año tras año para cada naciòn.

Los postulados son los mismos: prohibicionismo, criminalización de conductas mediante


la convicción del error al cual se conoce como pecado. Los delitos del orden común
marcados por un prohibicionismo producto de estas creencias, mantienen en prisiones a la
mayor parte del inventario de reos, solo una fracción pequeña podemos categorizar como
delitos que afecten a la comunidad como el homicidio y el hurto. Estos ríos de creencias
descienden desde un mismo punto y van aderezadas con testimonios que refuerzan sus
falacias. …Actividad paranormal que se resuelve con el uso de la cruz en la religión católica,
viajes a Marte que solo existen en la imaginación de ingenieros de la NASA, prejuicios que
convierten a la mente en un consumidor de fantasìas y cuentos de hadas, utopías todas que
nos rigen y acrecentan el tablero de botones que encienden o apagan actitudes en la
masas.
Poder directivo de voluntades son todas estas mentiras e imprecisiones. Y quienes, en
la mercadotecnia usan estas mismas enseñanzas de la fè para triunfar en sus negocios
como los creadores de la marca Elvive, solo muestran que el poder de la religión es grande
e imposible de huir de èl. Serìa màs efectivo dirigir nuestras miradas a nuestro interior y
reparar todo lo que no sirve, conocer màs de lo que ignoramos, aprender de todo aquello
que nos es útil, pero perdemos el tiempo poniendo atención al misterio y a lo que nadie
puede comprobar.
El desgaste de recursos en una vida de 70 u 80 años haciendo viajes a lugares sagrados
para domar nuestras criaturas salvajes que habitan en la conciencia, creyendo que de esa
forma saldar es posible mediante una redención automática y perder la vida en ello como la
madre de Jorge Ortiz de Pinedo. Ninguna transformación psíquica experimentan los que se
aferran a la fè, cuando comienza la vida de un racionalista siendo racionalista permanece
asì hasta el fin de sus días alejado de la fè. No obstante, quien desde chico se aferra a un
credo religioso con denuedo, con menor frecuencia entra en la razón porque no sufre
ninguna transformación en sus criterios, mucho menos permaneciendo junto a quienes
comparten tal convicción.
Habemos quienes, a determinada edad de la madurez decidimos huir de la fè, no porque
nos pareciera perniciosa sino porque no experimentamos pureza en nuestras acciones, una
vida de excelencia excepto cuando salimos corriendo de sus dominios y fue que la belleza
de la vida y la ciencia nos coronò con sus guirnaldas. Somos muchos en uno solo en la
historia de una vida, excepto que tu vida sea entregada a una religión, a alguna facción
política. Pierdes totalmente tu identidad, adquieres una modelo que ha sido diseñada para
ti, en base a fàbulas y a leyendas, a historias de vidas de santos o a ejemplos imposibles de
replicar en una condición humana, muchas veces decadente.
La vida puede ser ascètica, pero una meditabunda en la mejoría del espíritu, una que
purifique los pensamientos, no una que repita letanías, mantras o estados sicològicos
ordenados por una autoridad religiosa. Una diseñada por uno mismo, porque ¿quièn mejor
que uno mismo para conocerse?
El corazón va acumulando depresiones y desdenes, hambrunas, estados sicològicos de
pesadumbre por la falta de oportunidades pero la carga màs gravosa es la religiosidad y la
culpa por el desbordamiento o continencia de los deseos del cuerpo.
Las mujeres que no tienen dinero para comprarse una prenda nueva de vestir son
ejemplo de ello, o el hombre que anda buscando en cada esquina una aventura sexual o
amorosa. Todos vamos aumentando el inventario de culpas porque nuestro caminar no es
el de acercarnos a la excelencia, lo es a la satisfacción de nuestras concupiscencias. Pero
no es la religión la que nos va descargar. La ciencia y la ejecución de ocupaciones que
beneficien a la humanidad es la respuesta.
Las únicas ocasiones en que habremos de conjugar el verbo “creer” sería cuando no
tenemos el dato exacto de lo que se nos pregunta. ¿ En què momento te enamoraste de
ella? ¿cuàntas veces has estado en el campo?. Toda palabra que pronunciamos nos
compromete, nos atan y cada vez que decimos creo en esto o aquello nos acomoda en
posición fetal para cualquier creencia. Es absurdo que nuestro cuerpo va cambiando dìa
con dìa, pero no asi modificamos ni una tilde de lo que profesamos en la fè. En este punto,
cualquiera podría preguntarse, y ¿ por què rayos habrìa de cambiar lo que se me ha venido
en buena gana aceptar por fè?.
Es una necesidad la agudeza ante lo que acontece a nuestro alrededor, morimos cuando
dejamos la continuidad en la modificación de nuestros pensamientos, incluso las células
cerebrales al no ponerse nuevas tareas o retos se comen unas a otras poniendo en riesgo
la estabilidad de la psique humana. El tiempo y, ya en la realidad, los nuevos tiempos, las
nuevas cosas van obligando a cambiar. Ese tiempo que proporciona la suficiente energía
como ola que choca contra nuestro casco al romper contra la proa y las nuevas direcciones
a las que se orienta nuestro espíritu, aun cuando no van en contra de la trayectoria
observada por años va generando una estela que modela la iniciativa propia para
trasladarnos a otro estado de conciencia, uno màs seguro, o uno màs informado.
En perpetua acción operan los dichos e indicaciones que reciben nuestros oìdos. La
imitación de lo que creemos correcto en actitudes y formas de ser, segmentadas por
regiones en la vasta geografía universal. Nos confunden las actitudes de los japoneses, las
hallamos muy peculiares, lo mismo nos acontece con tribus africanas, porque mientras màs
diferentes a nosotros son, màs confusión nos crea como la incompatibilidad entre versiones
de software en el ordenador.
Los códigos de conducta, como las líneas de programación provienen de diferentes
tradiciones u ordenanzas como la sagrada escritura o el coràn. Segùn Freud, mucho de lo
que somos, lo que creemos tiene su origen en los sueños. La película de Di Caprio es el fiel
ejemplo de esta aseveración. Es totalmente a la inversa. Los estímulos y acciones actúan
en los sueños y la prueba de que han logrado perturbar la psique de la persona es la
producción de pesadillas. Es absurdo establecer que si el mayor porcentaje de contenido en
nuestras pesadillas sea de origen religioso, todo mundo siga concentrado en poner en
primer lugar en sus vidas a la religión. Si se hace la prueba de olvidarse de todos las
indicaciones religiosas podemos experimentar una libertad asociada con la felicidad que da
la tranquilidad en los sueños.
Hay tantos imaginarios que rigen a millones de personas como aquel que encontró un
libro, en un sueño, y formò su secta religiosa conocida como mormón. En la historia de la
humanidad ninguna divinidad ha hablado en forma directa y ante millones de miradas para
dictar algún decreto de comportamiento, o simplemente para saludar o congraciarse con
alguna actividad.

En vez de eso, tenemos decretos cuyo origen fue… en sueños y apariciones que a
nadie màs constan excepto a la persona que clama ser receptor de los mensajes de una
divinidad. No se trata de valorar pruebas para favorecer el ateísmo.
Los elementos que dan credibilidad y fiabilidad a los dichos o palabras de divinidades
registradas en numerosos libros de la antigüedad siempre tienen que ver con presenciar
actos de los cuales no se tiene registro histórico en ningun libro. Pongamos por ejemplo la
revelación que se le hizo al apóstol Juan en la isla de Patmos. ¿ A quien le consta? Y si la
base para creer en las distintas convicciones religiosas sean las de que se verifiquen
positivamente, èsto es, que en realidad se confirmen en la pràctica, que en realidad ocurran
en los términos en los que se dio la revelación, en ¿què lugar queda este libro de
revelaciones?...
Es el momento en que millones de personas pueden estar inconformes y contestar a
èste tenor que es por fè que se cree en este libro, y les asiste, no la razón, la fè. Por què si
la razón es una propiedad de los seres humanos no se preocuparon las divinidades en
empatar sus decretos, apariciones y dichos con la necesaria verificación y comprobación,
testimoniales de muchas personas en todos y cada una de sus acciones de intervención en
los actos de la humanidad. Y la respuesta màs común que se da a èsto es de que la
divinidad es soberana y sabe còmo actuar sin que un ser humano le indique como habrìa de
hacerlo, argumento muy vàlido, excepto que al evitar este requisito dio pie, inevitablemente,
a provocar un ànimo de desprecio por la religión y por una relación continua con las
divinidades, que comúnmente denominaríamos como argumentos también válidos para
practicar un relativo “ateísmo”.
Si uno tiene relación con la divinidad te irá bien en la vida dicen por ahí en templos y es
vox populi. Se anticipa que no es así de sencillo. Hay que recordar a personas que
conocemos siempre firmes en su deber y tenían una relación con Dios y parece no
haberles ido bien. Todos aspiramos a que nos vaya bien en lo que hacemos y habrá quien
se esfuerza más que otro en esa encomienda, pero nuestro fin es el de un árbol caído, lo
único garantizado es ser echado en la hoguera.
Es una creencia muy digna de considerarse parte de los principios de toda religiosidad
que da cuenta de la cláusula principal de admisión a un credo. Si eres fiel a este credo te irá
bien, en caso contrario atente a las consecuencias.
Esta quien tome un camino hacia el mar como Jonàs, y el que se dirija a escalar
montañas, hay tantas cosas que hacer, respetando la presencia del creador en nuestras
vidas, pero sin comprometerte con ningún credo. Tambièn podrìas considerarte un
“fugamundi” al hacerlo. En este siglo tenemos muchos mitos, y muchos logos, como los
produjo Platòn, pero es importante saber cuando las nuevas generaciones deban discernir
entre un mito y un logos, asì como uno alimenta al otro. De otra forma terminamos como
militantes de algún partido político de cualquier religión. Desde el primero de octubre de
1956 se incluyo la leyenda “En Dios confiamos” en los billetes de los Estados Unidos.
Una naciòn indivisible, creyente en Dios con libertad para todos. Juramente en las
cortes usando la biblia poniendo su mano, son tradiciones protestantes que van màs en
favor de promover la idea de una teocracia para arrancar de la mente de los ciudadanos un
sostén en sus propios esfuerzos, y una entrega de sus recursos al Estado que ellos
representan.

Otras divisas de unidad y de promoción de la figura de poderío de Dios sobre la vida de


las personas son los himnos nacionales porque invocan la presencia de la divinidad para
vencer a los pueblos rivales, vecinos o adversarios. Un Dios que promueva la división de la
humanidad no puede ser una divinidad que pueda presumir de misericordia, fraternidad
entre todos los pueblos y la integración a una coloidal única sustancia como en muchas
partes de la escritura refiere tener un solo pueblo, un solo rebaño.
¿Por què ardemos en tanta pasión en buscar reliquias, santos, o respuestas en el màs
allà con brujos o curanderos cuando las respuestas podemos encontrarlas en la naturaleza
como se hacìa en la literatura del siglo de oro español?. Entramos a nuestra educación
elemental y surge la lucha entre la laicidad y la religión, que concursan por la mente de las
personas, que le entregan diferentes respuestas y conceptos, muchos de ellos argumentos
para los cuales el educando no se encuentra con la suficiente madurez para dirimir y que
pronto terminan por abonar, en el alma e intelecto de los participantes de esta educación,
en una confusión que les produce un repudio tanto por la ciencia como por la religión. Por
un lado aprenderán sobre el reloj cósmico, en el cual nos encontramos en un 31 de
diciembre, y por otro lado nos hablaràn de una manzana y de un padre y madre originario
que cometieron el pecado de desobedecer una orden aparentemente fácil de asimilar como
lo es rechazar un fruto prohibido.
El viaje interior es una peregrinación por las verdades del alma, ocultas para todos los
que no leen esoterismo, y para quienes se niegan a dejar sus creencias, y para quienes
nunca se toparàn con los escritos de Quevedo y de Baltasar Graciàn.
El laberinto lo comenzamos a conocer cuando hacemos un recorrido por la naturaleza y
todos los dichos que la divinidad esconde en cada situación que se vive, con los animales,
con las plantas, con el estudio de los astros y la mecánica de los fluidos y las caídas de las
aguas, las estaciones del año. Las verdades están selladas por secretos herméticos, y la
violación de estos sellos acarrea muchos peligros para los violadores porque una vez que
dejas este mundo de creencias y sus próceres, de pasarelas de posibles nuevas creencias
y de escalones a mundos que continuamente aparecen ante nuestras pupilas que nos
producen miedo, miedo a el empoderamiento que no sepamos què hacer con èl porque
quien se aleja de las hegemonías se siente huérfano de las mismas, onanista, hojeadores
de páginas de libros y revistas que nos muestren un camino parecido al que hemos llevado,
para no ser tan heterodoxos en contraste con nuestro prójimo, para no ser desechado por
ser aventurero, para mantenerte en contacto con los que se alimentan de las convicciones
que tenemos ya por erróneas pero que no terminamos rechazar en nuestro interior debido al
poco fluido de trànsito de compañeros encarrilados o iniciados en la apertura de un nuevo
espíritu, un camino por el que no circulan los despojadores de tu paz y tu luz.
La misma ridícula sujeción de las iras que hacìa Colòn en su plebe participante de sus
viajes a tierras desconocidas es la que hacemos con nuestro escrutinio de los que nos
acompañan, nos critican, sea nuestra pareja, nuestros padres o hijos, porque ellos no están
comprometidos con huir de todo aquello que les es pernicioso, pero tampoco permanecen
neutros: cada vez que pueden te hacen ver de tu error y de sus privilegios que mantienen
asidos de sus credos.
Te muestran que los pàjaros están volando en otra dirección y tu curso es contra ese
lugar donde se espera tierra firme. Su falta de interés por tu deseo de fugarte por considerar
dicha huida la misma muerte, por considerar tu virar en las aguas contra corriente, contra el
soplar de los vientos y sus emociones destierran las tuyas que aùn están a flor de piel, no
importando que tù te sientas mejor y ellos aùn esclavos, tu consideras que probablemente
ellos tengàn razón en creer en el prohibicionismo, en la sujeción al pago de tus culpas como
única meditación. No sufres de una mala experiencia y de ahì, en una forma suave y natural
decides tener otra mentalidad.
Las malas experiencias, como las que te ponen al borde de la muerte te harán abrazar
la idea de un màs allà. Las que tienen que ver con perder tu patrimonio te harán abrazar
aquellas que tienen que ver con la superstición como el barrido de las vibras o energìas
negativas. El terror por ver que la vida se agota y que has vivido para beneficiar a otros, a
tus líderes, y que no has hecho nada importante que te haga sentir mejor por estar sometido
a prestar obediencia a entregar tus recursos a una religión o a postergar tu bienestar por
proveer a los que dependen de ti, lo cual te deja en bancarrota, y que te amarran a una idea
que es la del arraigo, la creencia de no poder desplazarte a un lugar donde sabes tendràs
mejores oportunidades y prefieres la comodidad de tu zona de confort.
Tampoco tomas un libro y decides huir. Generalmente encontraràs libros de autoayuda,
de los que ya hemos tratado, con tremenda redundancia, que solo te alimentarà de ideas
también frecuentemente repetidas hasta el cansancio.
Imagina que tu camino està siendo sometido a toda clase de creencias que te han
vendido, que te has tragado con gusto. Imagina que en todos los nodos por los que circulas
tù tienes buenos frutos, mucha personalidad y una buena conciencia en este estado.
Seguramente la savia, los frutos te presentaràn ante los demás como un sujeto que se
esmera por parir transformaciones en tu entorno, que no solo en el papel dejas tus bellezas
sino que todos te las reconocen, que te reconocen como un agente de bien para los demás,
en tus palabras, en tu forma de ser, en tu presentación personal, en tus dichos y en el
cuidado que tienes por tu excelencia.
Todo mundo lo atribuírà a tu religiosidad o a tus creencias. Quien lo atribuya a tu interior
paz, tranquilidad y espíritu benefactor estarà màs cercano a ser un despistado, un distraído
o un ser que practique la destrucción de la religiosidad y la vana e inútil creencia. El corazón
es lo màs perverso que hay dice la escritura, y a una todos se han desviado. No hay para
ningun ser humano ningun mèrito, para ninguna individualidad existe alguna bondad,
ninguna entidad colectiva, por ende le puede ser adscrita la santidad y la bondad, y sin
embargo, cuando se gusta de los títulos nobiliarios asignamos la santidad a ciertas
jerarquías y se las quitamos cuando nos urge explicar la pederastia, los crímenes de las
inquisiciones europeas, la católica y la protestante.
Ese es el punto que debe provocar la huida a toda la humanidad de la religión, el doble
discurso. Dedicarnos a producir soluciones y crear nuevos ambientes, o simplemente
generando un ambiente fraterno con nuestros vecinos sería una tarea màs rentable que
dedicar tiempo a la religión, con ese espíritu que nunca contesta nada, y no ha roto el
silencio desde la creación del universo.

Dedicar a hacer algo bueno sin esperar nada a cambio como aquel hombre Sotnikov
que estuvo durante años dando mantenimiento, sin paga alguna, a una pista que sirvió de
aterrizaje de emergencia al avión Tupolev que había perdido toda esperanza de hallar un
lugar plano para acabar con la desesperación del fallo total de sus sistemas.
La divinidad no lo pensó muchas veces y se puso a crear. Nosotros podemos imitar este
plan de acción. Pareciera que quien es muy religioso encubre su holgazanería y la disfraza
de santidad. Levantarse cada mañana con ànimo fuerte con nuestras entrepiernas llenas
de semillas o de ovulos para incidir en todo lo que està a nuestro alcance. Rodearnos de
todo aquello que tenga carne o sustancia, frutos y asegurar la germinación de acciones, de
ideas con mucha esperanza por trascender en el tiempo, en el espacio.

Contemplar aquellos que se olvidan de lo esencial y desamparan incluso a sus


dependientes. Desprendernos de las inercias de las costumbres que nos hacen débiles
cuando se trata de argumentar un buen comienzo de una tarea, de un negocio que hemos
decidido emprender y para el cual encontramos miles de obstáculos. Las buenas ideas
tienen muchas envolturas, para llegar a su carne o a sus frutos se requiere de canalizar
todas tus fuerzas en ejercitaciones fallidas. Pero lo que determina la probabilidad de tener
éxito en cualquier actividad es observar con obsesión a los que no están perdiendo su
tiempo en creencias, falsas o verdaderas, a los que no ponen excusas para iniciar el fuego
del horno para cocinar pasteles y venderlos al mejor postor.;la rodea primorosamente de la
carne del fruto.

El siguiente paso es depositar nuestros esfuerzos en buena tierra, con socios de nuestra
confianza, que no sean ventajosos por lo menos, que no termine tu esfuerzo por la nula
germinación, por un fruto mal planeado, abandonado a su suerte porque llevaste tu
esfuerzo a germinar algo màs interesante sin haber dado el tiempo necesario al primer
proyecto. Muchas veces ocupamos nuestro tiempo y dinero en ilusiones o en cosas sin
sentido y cuando estamos encarrilados al éxito, muchas veces sin sospecharlo, dejamos de
regar la idea que acabamos de iniciar porque no creemos totalmente en ella. Si no logramos
aplicar nuestro creer en proyectos y dedicamos nuestro creer en lo espiritual, en lo invisible,
en lo imaginario, en la religión estamos peor de muertos que un sepulcro.

Estos proyectos abandonados, con conciencia o sin ella, este menosprecio por obtener
buenas notas, altas puntuaciones en la vida en algún test, alguna oposición, proyecto de
empresa o en la relación amorosoa que se deja por otra por negligencia o desdèn por no
haber calculado bien el alto o bajo vuelo de nuestra faena. Estas tareas que se
abandonaron porque tuvieron desde un principio algún foco de infección oculto, algún error
mínimo en su diseño son reflejo de una vida que no està enfocada en nuestro propio ser,
que hemos distraído nuestra mirada y reflexión para ocuparla con cosas vanas o
simplemente por dar màs tiempo a aquello que no tiene ninguna sustancia. La idea,
actividad o empresa nace sin sustancia, es tu dedicación lo que le va imprimiendo el tejido,
la carne, la pulpa, la mèdula que le darà sostenimiento. Tal como el creador hizo todo de la
nada.

El germen de tu porvenir no existe, va surgiendo en la medida en que le dedicas


tiempo a tus tareas. Esa semilla no te va a caer del cielo, a menos que sigas insistiendo en
lo imaginario que es tener creencias. Con la religión no es sensato debatir, ni discutir por
diferencias en los credos. Por eso mismo, quienes han resuelto hacer de su vida una màs
productiva, se alejaron de toda pèrdida de tiempo y empeñaron todo su esfuerzo en crear
cosas nuevas. Le dejaron el debate a los académicos y a las lavanderas que es casi lo
mismo. Todo acto deja huella en el alma. Pudièramos contratar y descontratar a las
personas en un trabajo tan solo por saber que es lo que sueñan, que es lo que reflexionan,
en què emplean su tiempo con su mente.

En Mèxico usamos mucho la expresión “tiene mucha cola que le pisen” y es muy
acertada aunque se explica mejor de la siguiente forma: Cada acto de las personas va
formando un eslabón de una cadena, que al ir corriendo detrás y delante de nosotros, se va
tropezando con las cadenas de los demás y llega un momento en que todo camino es
intransitable. El orden que lleva nuestras vidas, nuestras cadenas no es el orden de los
demás, y es en ese sentido, que es tan glorioso encontrar coincidencias con otros seres
humanos, en el sentir, en el proyectar, en el hacer, en el enamorarse o en el esforzarse por
alcanzar un fruto.

Una creencia positiva, puedo citar en este punto, por demás positiva sería la de unir
esfuerzos para alcanzar metas. Y lo es porque el pulso de las fuerzas exteriores a nosotros
es diferente en proporción, realidad cegadora de nuestros impulsos y de quienes nos den
acompañamiento porque podemos tener un negocio grande, con edificios, con ventas
mundiales y ser aniquilados al dìa siguiente si alguna entidad ajena a nosotros se lo
propone, y no por eso nuestra espontaneidad colectiva habrìa de conculcarse en ese
momento, pero tampoco lo hará la realidad exterminadora al no dejar de violentar a quienes
no les convenga proteger o respetar.

Esta siempre pendiente de cualquier movimiento, de cualquier invención, de cualquier


intento por regenerarla o de darle un nuevo sentido. Los primeros aviones que surcaron
nuestros cielos tuvieron fallos y murieron personas en esta faena de perfeccionamiento. Ahí
estaba la realidad acechando, aprovechándose de la insensatez de los ingenieros de esos
primeros aviones, colaborando con sus zarpasos destructores, pirotécnicos para derribar
aquello que el hombre se propuso hacer: conquistar los cielos para acortar distancias. En
dicha tarea se unieron colectividades que compartìan el mismo sueño, con sus horas extras,
su aportación de ideas para mejorar un remache, un alerón que diera sustentación. Dejaron
sus religiosidades a un lado y se dedicaron a construir algo muy benéfico para la
humanidad. Pero ahì seguía la realidad, capitalizando descuidos a los cuales conocemos
como errores humanos o falta de pericia. La realidad ruge cuando se trata de destruir, y se
queda muda cuando le pides respuestas. Entrega sus formulas matemáticas a quienes
renuncian por completo de sus vidas, de sus pasiones, de su poner en el centro de su vida
a Dios. Es tan incompatible la ciencia con Dios, sin embargo Dios està detrás de todo lo que
se mueve, se cae, se incendia o se alinea como los planetas.

En la generación de adeptos la religión siempre nos lleva la delantera en sus


contrataciones porque el ser humano es flojo, inconstante y viene más a cuento a tu vida
una fábula religiosa que la solución a tu problema de poner un plato en la mesa. La sagrada
escritura habla que la gran ramera perecerá con todo y sus contrataciones. Esto es muy
común en el lenguaje de un sistema religioso que busca negar adeptos a sus competidores
en el concurso de la atención de la humanidad. Lo es también por el imperativo recalcitrante
que produce esa incertidumbre de que es lo que sucede después de esta vida. De
inmediato viene a colación la situación de dar cuentas de nuestros actos. Científicos como
Lavoisier no repararon en estas ideas y por esa negligencia de abstraerse de lo que a todos
les preocupa fue que perdió la cabeza en la guillotina. Fugamundi es decapitar tus
creencias y dedicarte a crear. La política es otra actividad que produce adeptos y su
principal herramienta es la contratación de opiniones favorables y de fanatismo en la
admiración. Quien se ve acarreado para inclinarse por una postura política es aquel que su
vida ha perdido peso intelectual y requiere poner su corazón en apoyar una causa, cuando
la mejor causa es la propia.

Las lealtades son un sinónimo de contrataciones. En este concepto de lealtad va


mucho de sustancia el creer, la confianza. Quienes dan saltos agigantados saben del valor
de la lealtad. Habrà quienes presuman de progresar aun sin la lealtad pero son muy pocos.
No abundo sobre la lealtad militar o estamental cualquier fachada que tenga, tampoco en
las filiaciones producto de mitologías indoeuropeas, donde aun cuando en sus narraciones
se perciben traiciones y homicidio la lealtad permanece superando todo agravio en el trato
a sus discípulos, no hay mermas en la reproducción de nuevos discípulos de generación en
generación, el espíritu del error que se pasea por los vientos en todo el globo no privilegiò la
adhesión a una creencia verdadera y absoluta, pero si dio garantías de cumplir con las
cuotas de iniciación a toda mitologìa, cualquiera que fuera su índole, cualquiera que fuera
su ubicación geográfica, y en cualquier época de la historia universal. De no haberse
constipado en su acción el espíritu del error en los pueblos mesoamericanos habrìa dado
como resultado que los sacrificios humanos aztecas no hubiesen tenido ningún efecto en
los pueblos colindantes y no hubiesen abrazado la idea de acabar con los españoles por
tener un total contentamiento con el trato recibido por el imperio mexica. La voluntad para
seguir a un grupo de personas, a un líder, no aparece de la nada, es resultado de un
devenir, de una escuela, de una corriente de pensamiento, o de ese espíritu de error. Las
religiones son las que presentan menos problemas para construir lealtades por las razones
ya expresadas como el miedo que tiene la humanidad por el eterno descanso de su alma,
después de una vida de prevaricaciones o rebeldías.

La mecánica de construcción de lealtades que manejan los políticos, carteles de la


droga o los negocios de multinivel tienen mucho que ver con los modelos de éxito o fracaso
que presentan a sus miembros vigentes o a los que están por adherir, asi como la gran
necesidad que tienen las personas por percibir un ingreso. Mucho de creer en una utopía
tiene que ver con la necesidad económica, la situación màs còmica radica en que las
personas terminan por creer las mentiras con toda conciencia y plena confianza por el solo
hecho de sentir pertenencia a un grupo. Habrà quienes, en su normal curso de vida, como
toda buena persona construya una lealtad familiar y se realicen muchos progresos para
todos en empresas o en esfuerzos compartidos para sobrevivir. Son las lealtades familiares
las que están en màs peligro de romperse que otro tipo de lealtades como las de los
criminales. No hay un blanco màs frecuente en los guiones de Hollywood para atacar que
los valores y lealtades familiares.

De la forma mas impune, los guiones de la meca del cine estadounidense expresan
desaliento en las relaciones familiares, que es mejor tener tratos con desconocidos,
conformidad con situaciones de violencia intrafamiliar, las bondades del incumplimiento de
las promesas, el fastidio que producen los hermanastros o padrastros, y todas las
situaciones que se presentan siempre son explicadas, después en rueda de prensa, como
la realidad de lo que pasa en las familias, pero nunca hay un dialogo de orientación hacia un
bien común y a una vida excelsa en el dirimir las diferencias o expresas gratitudes.

El espacio aéreo internacional está regulado y existe una normatividad, una


organización, lo mismo en el marítimo, ¿còmo es que no se regulan las transmisiones de
valores o antivalores con las que se dominan el tiempo en que pasamos orientando
nuestras conductas con lo que observamos y oímos en los medios de comunicación: la
radio, el cine, la música?.

Dicho espacio no se regula aludiendo un falso respeto a la libertad de expresión, con


riesgo a caer en fascismos de antaño. Esos fascismos siempre trataron de dominar el
pensamiento, el orden de ideas de las naciones que gobernaron, no solo para mantener el
control de sus regímenes autoritarios sino también para preservar el bagaje cultural de sus
pueblos. La salud de las relaciones familiares, sus lealtades son las únicas vìas que
aseguran la permanencia de un legado familiar, la de una naciòn, también conducen a una
emancipación de todos sus miembros y eso es precisamente lo que los judíos buscan
detener a toda costa en este proceso de judaización del planeta: el empoderamiento de los
que no son como ellos. El hilo màs delgado en este proceso es precisamente lo màs
preciado que tenemos en el mundo: la familia. Hay actividades que pueden fomentar las
lealtades en la familia, ninguna de ellas se explora en el cine o en los libros de autoayuda
para incrementar los valores o la satisfacción en las relaciones familiares. La vida en el
campo es un aliciente de las buenas relaciones. Quienes viven en la metrópoli saben que
una salida al campo hace bien como familia.

Los nervios que rodean el cerebro se oxigenan y se puede pensar mejor las cuitas
familiares. Tradiciòn griega es abrir los pulmones y activar el cuerpo antes de hacer
cualquier cosa o de tomar alguna decisión. Agregarìa que ayuda mucho apoyarse en
bicicletas y descubrir lugares en el monte, convivir con la naturaleza. Entiendo por
materialismo la exposición de motivos, de realidades, de lo que se puede verificar con
testimonios. Lo contrario sería el espiritualismo, o el idealismo. Hablar con los hijos, ir a
divertirse a miles de atracciones cercanas a la familia sería el materialismo, orientarlos sin
pasar buenos tiempos, sin darles crédito a sus esfuerzos, sin taparlos en la cama cada
noche, sin correr con ellos en las bicicletas sería el espiritualismo. No necesita mayor
explicación. No existe lealtad familiar donde no hay respeto por la mujer, no hay equidad de
gènero ni interés por procurar un reparto equitativo de las tareas y las cosechas.

No basta con que en la familia se diga que se cree en algo, se respetan condiciones de
igualdad pero en la pràctica no se realiza, con la esperanza de que siempre habrá un
espacio para el perdón y el arrepentimiento entre todos. En la vida familiar tenemos muy en
claro que todo puede resolverse con el arrepentimiento y el perdón. Aun la violencia
intrafamiliar hasta donde la liga se rompa. Sin embargo no damos provisiones para ser
excelente en nuestro trato sea de índole materialista o espiritualista. El intelecto es muy
habitual a lo que es inmediato, a lo que representa un poco o nulo esfuerzo, rechaza con
mucha frecuencia todo aquello que implique un desgaste emocional o de poner en
perspectiva cuestiones màs elevadas que las cotidianas.

Por mucho que tengamos un plan de vida nos desviamos, nuestra naturaleza pensante
por muy avanzada que sea tiende a dejar de lado todo aquello que es valioso, por tedio e
incluso por negligencia, pero el desconcierto que nos produce cuando dejamos atrás
nuestras obligaciones, nuestros dependientes no podemos culpar a los estímulos externos
como los que producen los medios de comunicación, pero sì podemos evitar su influencia
huyendo de ellos. Nadie se va a angustiar por tus necesidades. Los marroquíes de a pie, los
que viven en las llanuras, están màs interesados en la energía solar que muchos habitantes
de países desarrollados. Se dirà que por sus características climáticas y geografía se eleva
la urgencia de obtener este tipo de energía, se han cansado de comprar velas, y deciden
irse por un esfuerzo algo pesado para sus posesiones, teniendo una economía de
subsistencia, la familia marroquí hace el esfuerzo por salvar el planeta y usar energía limpia
para iluminarse. El jefe de familia marroquí protege a su familia con una lealtad
incomparable.

Un elemento esencial en las lealtades, de cualquier tipo, e incluso en las familiares,


radica en no querer quedar mal con tu grupo, con tu líder o con tu proyecto de vida. La
angustia que se siente, es una angustia interna, si es que existe esa conciencia, no es
producto de la influencia de los que demandan esta lealtad, porque quien exige una lealtad
la anula, porque debe ser voluntaria. La lealtad que sienten los judíos por el progreso de los
que consideran de su composición de origen, es inalterable, entre familias se prestan o se
asocian con inversión inicial con tal de no permitir a otros grupos étnicos o religiosos vencer
en el espectro de actividad humana que se trate. Ellos, son el único grupo de población que
sienten en verdad la angustia cuando ven caer a un hermano de ellos, o ver que no logran
progresar, se ayudan y una de las formas mas tradicionales de ayudarse es evitando el
progreso de los que no son de su segmento étnico, los llamados “goyim”.

Muchos de nosotros tenemos que ignorar nuestra condición, nuestras malas finanzas,
por el hecho de conservar las lealtades familiares, de conservar esos lazos con quienes nos
sentimos màs identificados, y èstos familiares, que podrían ser familiares putativos,
representan el blanco de nuestros “advenires”, de negar nuestra posición, o precariedad,
con tal de que permanezcan las sonrisas en los rostros de sus seres queridos. ¿Hasta
donde poder ayudar o pensar en nuestra lealtad? Hasta donde todo el grupo, o el líder,
otorgue respuestas de gratitud.
Desde el momento que comienzan las decepciones se van extinguiendo la lealtad. La
lealtad muestra su cara màs sincera cuando los problemas aparecen, cuando se trata de
librar de la policía al jefe del cartel de las drogas y eres su guardaespaldas, cuando la
familia construye juntos un patrimonio a pesar de los embates de las crisis financieras y
laborales. Una prueba de lealtad a toda prueba, de familia, de apego a tus raíces
grecolatinas, de apego natural de los que son anglosajones a su enferma cosmovisiòn
repleto de traición y cobardìa, està contenida en mi siguiente reflexión sobre la novela “La
española inglesa” de Cervantes:

Entre los escombros, incendios y muertos la figura de Isabela fenecía, con sus vestidos
cubiertos de hollín de la polvora y la mirada catatónica, llorando sin làgrimas y sin poder
atinar qué hacer ante tantos embates estruendosos del ejercito inglès, que ha hollado a la
población civil de Càdiz sin poder defenderse, fue en el año de 1587.. En forma constante,
la corona inglesa pisoteò la obra de España por el mundo, ante las noticias de sus logros,
descubrimientos y riquezas, y como viles cobardes , cuando poco antes se sentaran a la
mesa a investigar, calcular y capitalizar todas las coordenadas que con esfuerzo y muchos
navíos y marineros muertos por todo el mundo, frente a locales salvajes o fuertes marejadas
que tumbaron sus galerones, los españoles tuvieron grandes pèrdidas frente a estos
onanistas que no se decidieron a zarpar por el mundo, estos ingleses que dejaron al tiempo
la mejor oportunidad para hacer lo mismo, previendo menos bajas para sus ejércitos
siguiendo las rutas trazadas, las menos peligrosas, con instrumentos que también robaron
e imitaron en manufactura como la brújula y otras herramientas para las cuales no fueron ni
un poco capaces de construir por su falta de abstracción y ligereza intelectual. Ya les había
tocado digerir la negligencia imitando los calendarios que se produjeron en Salamanca,
siglos atrás, los conocidos como gregorianos. El ataque sigiloso a Càdiz, fue el preludio a
muchos otros, incluyendo entre sus filas a todo tipo de bandolero y ciudadano marginal que
emprendiera el hacerles la tarea, de ahí el origen del crimen organizado financiado por el
mismo Estado, àsi fue, como con toda la tristeza habrìa la humanidad de atestiguar las
peores formas de cobardìa, que nadie supuso se darían, en ninguna época histórica previa.
Alejandro Magno jamàs se hubiese imaginado la poca calidad de exploradores,
conquistadores o colonizadores que serìan los ingleses y holandeses que como animales
carroñeros se dedicaron a purgar de hispanidad el mundo, sometiendo a los locales con la
técnica de la “ explotación por factorìa en los litorales”, sin entrar de lleno en los
continentes, por miedo, por calculo razonado de evitar ser derrotados, solo tomar lo que es
requerido y huir, sin dejar nada positivo a su paso por todas las latitudes a las que
decidieron imponer su poderío. La imagen de una madre solicitando al ejército inglés que le
regresen su hija, la cual, a todas luces les pareció una joya, su negativa respuesta para
restituirla a su madre después de tanta destrucción es la figura premonitoria con que
Cervantes nos advierte se habrìan de conducir todos aquellos que se maravillaran ante la
obra hispanista por los rincones del globo.

Isabela creció en Inglaterra siendo parte de la servidumbre desde pequeña en la casa


de Clotaldo, el capitán inglès que la secuestrò. Cervantes, siempre usò su tinta para
establecer escolios en cada párrafo, en cada oración, muchos de los cuales nos dan claves
de su pensamiento, de sus profecías. En sus obras nada es producto de la casualidad. La
hispanidad terminò siendo sierva de los deseos de los anglosajones, tanto en España como
en Amèrica. El nombre que Cervantes asigna a este capitán es Clotaldo, totalmente ajeno a
los nombres que usan los ingleses, un nombre hispano. Pero, ¿acaso no hacemos lo mismo
los hispanos, bautizar a nuestros hijos con nombres anglosajones como Peter, Andrew,
Bryan?, etc., etc. Era obvio que si Isabel terminò siendo sierva en la casa de Clotaldo,
también, en el futuro se avizoraba que los hispanos pusiéramos nombres anglosajones a
nuestros hijos. Cervantes tiene un excelente sentido del humor al llamar a los personajes
ingleses con nombres hispanos.

Continua el de la pluma contándonos que la familia inglesa, a pesar de ser tan buenos
con Isabel, nunca su bondad rayò en la gentileza de acabar con el sufrimiento de sus
padres regresàndola, la educaron y le dieron un lugar “ como de la familia”. No obstante, la
razón de no regresarla fue por descubrir en ella: inocencia, pureza y muchas virtudes, que
al entrar en su adolescencia crecieron tanto que todos pusieron admiraciòn en ella como
quien cuida el joyero que se esconde en el armario de la señora de la casa.

Emulando una profecía, èsta si muy cierta, no como las del libro de apocalipsis,
Cervantes pone en el corazón de los ingleses una pertinaz ambición, de la cual luego
culparìan a España de tenerla, puesto que siendo que la esposa de Clotaldo, Catalina, era
una buena esposa y madre, tanto con los suyos como con Isabel, parecióle mejor dejarla
entre ellos que procurar su regreso, como lo fue el caso de el arrebato y especulación de
tierras que practicaron los ingleses y norteamericanos en territorios y provincias de España
en America, el Caribe y Filipinas.

La chica, activa, simpática y bella, habrìa de cautivar con el paso de los años al
heredero de la casa del capitán Clotaldo, el joven Ricardo. Agrega que la familia era católica
en lo secreto, lo cual era conocido en aquellos años de la reforma protestante como una
traición a la fè de los ingleses. En nuestros tiempos, la situación se vuelve contraria ya que
los hispanos se vuelven en lo secreto…, protestantes!. Nuevamente el de la pluma se
apunta una nota favorable en su capacidad para soprender al lector con sus andanzas que
son reflejo de situaciones por acontecer en un futuro, que para su tiempo, no tenía ninguna
clave que lo hiciera abordar este juego de ocurrencias sobre la religión de los protagonistas
o el parecido del secuestro de la niña con la toma de territorios por la fuerza por parte de los
ingleses. Para lo primero, lo religioso, faltaba mucho por ocurrir, pero para el pillaje de los
tesoros y botìn español por el mundo era ya ordinario enterarse con los partes de marina y
navieros españoles.

Es increíble que Cervantes fuera tan ridículo y cursi con una nueva ocurrencia profética:
que Clotaldo enfermò cuando se vio perdido en su amor y admiración por Isabel al ser
requerido para casarse con una joven noble inglesa, situación arreglada entre familias como
se acostumbraba en aquel entonces. El lector se dirà a sì mismo: ¿ Quièn enferma con
fiebres tan intensas e irremediables tan repentinamente?, siendo causa desconocida para
todos, excepto para Isabel, quien presentìa que los males de Clotaldo se debían al amor.
Queda resuelta la cursilería de Cervantes si ponemos a pesar lo que trabaja en el interior de
las naciones anglosajonas cuando ven que otras naciones son dueñas de algo que ellos
desean tanto, y se sienten privados de tales posesiones, enferman a rabiar por su coraje de
no obtenerlas y solo se remedia su condición conquistando aquello que no habrìa de
pertenecerles, no sin antes mascullar durante muchos años entre ellos cuál será el
momento mejor para la rapiña, los medios y procedimientos siempre solicitándole todo a
“DIOS”, tal como Josuè hizo al estudiar el asalto a Jericò. Resuelta la no cursilería de
Cervantes, se puede continuar el lector deleitando con los siguientes pasajes que dan
cuenta de la tremenda clarividencia del autor.

Isabela le aclara a Ricardo que su afición por ella no la veria bien si sus padres no
hubiesen sido buenos con ella, que la fortuna no es completa por estar lejos de sus
congéneres, y las bondades que recibe no le dan para mucho más que para desearle un
bien eterno. Con la misma filosofía aceptamos los hurtos de el hemisferio enemigo pero
reconocemos los bienes y derrochamos parabienes en el usufructo que han generado, no
porque no habrìa sido mejor permanecer con sus padres en su tierra, sino que con sagrada
generosidad el hispanista concibe con resignación el disfrute de lo que un dìa le perteneció.
La virtud fingida por el anglosajón no tiene el màs mínimo ingrediente de autenticidad y
fraternidad como si los de origen grecolatino.

Los actos del hombre son juzgados por una voz superior. En el caso que nos confiere el
autor llega a oídos de su majestad la presencia de esta bella mujer y casi pierden su cabeza
por no haber puesto a sus pies a tan maravilloso ser, parafraseando los regocijos reales,
toda la corte se vio iluminada con su presencia y el simil es inaudito, años màs tarde
considerarían deseables todos los rincones descubiertos por los españoles, no porque no
tuvieran los propios, como sì por su engreída y descarada ambición por poseer màs. Tanta
codicia les produce lo ajeno, que como narra el autor, el hijo de una camarera real, de
nombre Aernesto se enamora perdidamente, aun sabiendo que su majestad ha instruido
que Ricardo habrá de merecer el amor de Isabela si acaso èste logra demostrar su valor
yendo a la guerra naval contra los turcos. Isabela no le corresponde, por muchos intentos
del varòn, que cobardemente, lo cual no es raro en su filiación anglo, le pide a su madre que
hable con la reina para que deshaga ese compromiso por ella sojuzgado.

Todo lo contrario a Aernesto es Ricardo. En sus contiendas con el enemigo, el autor le


adscribe un valor y gallardìa muy caracterìstico de los valores hispanistas, mostrando un
profundo respeto por el adversario. En un hecho descomunal, en una batalla naval le
perdona la vida a un turco, y con tremenda precisión matemática, tiempo después, Ricardo
cae en las manos del mismo turco y es liberado de prisión en una reciprocidad cervantina
de notaciòn exponencial.

En otro suceso de proporciones insospechadas, en altamar toma por rehenes a un


grupo de civiles españoles y entre ellos los padres de Isabela. De esta forma es como
Isabela se reencuentra con sus padres. La calidad humana de los padres de Isabela no deja
lugar a dudas en su gran amor por su hija, al tomar un barco que después fue invadido por
turcos, y liberado por ingleses. El desafio al destino, el robo de su hija que pudo encontrar
misericordia en la familia del inglès, la encuentra en el normal y exacerbado amor de su
familia por ella al no tener en nada su vida y echarse a la mar, aun con lo que èsto podría
representar como peligro porque los mares en aquel entonces eran acechados
continuamente y sin piedad a manos de piratas y musulmanes. El moverse de sus padres
en la búsqueda de su hija, aun muchos años después de su desaparición forzada conviene
meditar que echa por tierra todos los esfuerzos y bondades de los ingleses con la chica. Los
anglosajones pueden robarte, pero nunca merecer lo que han robado, y èsta es la prueba
de esta gran verdad. Aunque sea parte de una novela, sabemos que asi opera la realidad
en los corazones hispanistas y en los anglosajones. En los que buscan el beneficio propio o
en el de toda la humanidad. Si se tratara de comparar con los musulmanes, uno no alcanza
a entender cómo es que no se destruyen entre ellos mismos teniendo tan poca caridad, tan
poco amor. Pero es muy claro, como lo deja Cervantes, que los anglosajones, en toda la
obra de La española Inglesa, solo buscan lo propio, al grado de enfermar a la bella Isabela
con un veneno que le fue dado por la madre de Aernesto, para poder sacarla de la vida de
su hijo. Veneno que solo le hizo efecto en desfigurarle el rostro. El único veneno que puede
contra un hispano, en donde quiera que migre, es el desfigurar su rostro, su prestigio, pero
nunca su integridad o sus verdaderos alcances. El gobierno de Trump, y en general, los
gobiernos neoliberales de los Estados Unidos siempre han tratado de defenestrar la imagen
de los hispanos con su veneno, tal como lo hiciera la camarera de la reina inglesa. Cuando
Isabela regresa a España esto termina. Es increíble còmo Cervantes premoniza esta
situación que tanta polémica ha generado en medios de comunicación de nuestra época,
que es el terrible efecto que producen los migrantes hispanos en su país. Ese veneno que
ha producido legislaciones en contra tuvo su raíz, aun insospechadamente en ese veneno
(tòsigo) que refiere Cervantes se le dio a Isabela. Isabela, al poco tiempo de haber
regresado a España, recuperó su belleza y pureza de rostro. A diario, los hispanos se
quejan en Estados Unidos, de ser “atosigados” por su presencia legal o ilegal en territorio
norteamericano, el cual “no les pertenece”. En serio ¿no les pertenece?. España descubrió
America, no los ingleses.

La reinstalación en su integridad, prestigio y salarios caídos pertenecen al hispano que


regresa a sus raìces, al que vence el miedo de abandonar un territorio donde se le denigra y
le acecha a diario con políticas que buscan su repatriaciòn. La lealtad de la familia de
Isabela nunca estuvo en entredicho, el amor y codicia que siente el anglosajòn por las
glorias hispanistas nunca terminaràn, tampoco su veneno que solo desfigura, solo difama,
solo te hace abandonar la tenencia de lo que algùn dìa nos perteneciò.

No saber lo que se quiere o sì saberlo. Era la forma en que los romanos distinguían a las
masas. La otra forma de separar a las personas podría ser su dinamismo. La medida de las
cosas, para muchos, es el dinero que se posee. El dinamismo te va a colocar en una clase
social o en otra. El movimiento o movilidad social es un tèrmino muy manifiesto en todos los
textos de economía, filosofía o política para determinar la morfología en el progreso
individual o colectivo.

Imposible la movilidad social si en el camino no se construyen lealtades. La lealtad de la


madre con el hijo o hija podría ser inamovible, en la medida en que los hijos se convierten
en el primer propósito para la madre. Los hijos convienen en ayudar a su madre y salen a
estudiar, a trabajar y en esa medida convierten a los cuidados maternos en su primer
aliciente para alcanzar el progreso y movilidad social. Luego a su vez, en el mercado laboral
se construyen, o destruyen lealtades, que en algún momento podrían ser también lealtades
que se traigan a casa y que la madre pudiera refrendar su aprecio, porque asì conviene a
todos.

Nadie es despojado de sus mèritos existentes, su salario, sus posesiones por perder
alguna lealtad en el trabajo o en la familia. Sin embargo, es más dolorosa la pèrdida de la
lealtad porque es el único mecanismo que puede generar riqueza para todos. Aquel que
sabe lo que quiere, según los romanos, sabrà construir las lealtades necesarias para
prevalecer. Quien no sabe lo que hace, ni siquiera tendrá en consideración que lo màs
importante para la movilidad son sus relaciones y habilidades sociales para construir
lealtades que le permitan abrirse paso en la vida.

El que es leal lo es en lo poco y en lo mucho. Sin embargo, la lealtad no conoce el futuro,


tampoco la alimenta el pasado. El titiritero italiano que cobra a Sancho Panza 2 reales por
adivinar el futuro solo le informa de lo que está en curso, no sabe del pasado, tampoco
intuye el futuro, habla más de lo que realmente hace y se ausenta y embriaga más de lo que
predica. Por eso es importante crear, producir lealtades en el plano humano, puesto que en
la relación que se mantiene con lo divinidad nada es seguro, y dicho sin ser necesario
podemos asegurar que el maleficio es más seguro que tú beneficio. Tan solo hay que
revisar las escrituras para captar qué hay más amenazas y prohibiciones que
bienaventuranzas en esa interpretación de la realidad como lo es el “cristianismo”. Quizá
sea la razón de que muchos opten por otras interpretaciones, no porque nieguen a Dios a
quien es imposible ignorar su presencia, sino porque es imposible mantener una vida en
contienda con aquel que solo te asegura sufrimientos, obligaciones, tormentos y ajustes de
cuentas más que buenos momentos. Tal como lo marca la canción de U2 “One”:

Has venido aquí para el perdón?


Has venido a levantar a los muertos?
Has venido aquí para hacer de Jesús
Para los leprosos en tu cabeza?

Pedí demasiado?
Más de un montón.
No me diste nada.
Ahora eso es todo lo que tengo.
Somos uno
Pero no somos lo mismo.
Bueno, nosotros
Nos lastimamos mutuamente.
Luego lo volvemos a hacer.
Dices que
El amor es un templo,
El amor,una ley suprema,
El amor es un templo,
El amor, la ley suprema.
Me pides que entre
Pero luego me haces gatear.
Y no puedo aferrarme
A lo que tienes
Cuando todo lo que tienes está herido.

Un amor,
Una sangre,
Una vida.
Tienes que hacer lo que debes.
Una vida,
Uno con el otro,
Hermanas,
Hermanos,
Una vida.
Pero no somos lo mismo.
Llegamos a
Llevarnos el uno al otro,
Llevarnos el uno al otro.

La lealtad entre inteligencias como decía Maimónides, entre almas, mensajeros,


espíritus o carnes con hueso no tienen tampoco ningún buen futuro. No obstante es vivir el
construirlas y alimentarlas, generando juntos riquezas materiales o espirituales o tan solo
para hacerse compañía o darse calor de noche, que importa que el día de mañana
desaparezca, que importa que tú tengas otra lealtad o compromiso, quien te ama te acepta
todo, sobre todo siendo fan difícil comenzar desde cero una lealtad. Esperar virtud o
premios, coronas o defenestraciones en la vida posterior a esta es la peor señal de
holgazanería y conformismo al que puede aspirar una conciencia, una sana.

La conciencia es la intimidad que tiene el ser racional. Una intimidad privada a la cual
todo mundo desea entrar con sus decretos y filiaciones ideológicas. De tantos golpes se
alimenta el cerebro diariamente, tantas voluntades diferentes que intentan obtener a toda
costa la joya oculta o un albedrío favorable a propósitos ajenos. Es como si uno decidiera
permanecer con su pareja desnudos en casa todo el día y todos intentarán vulnerar dicha
privacidad tocando miles de veces a la puerta con sus propagandas y mercaderías.
Demasiada tortura produce la fortuna revolviendo el caldo del puchero en forma
ininterrumpida para desubicar las cosas y alterar los tiempos de lo que se debiera producir.

El salario que tarda en llegar al que lo merece y el salario que percibe el que al día
siguiente lo dispendia en juegos de azar, da tremendos golpes que nos sacan de nuestros
cabales que mas vale convertirnos en lo mismo que el destino: inquietadores escapando de
su mala intriga lo cual le produce achaques y contrariedad al ver que no produce en
nosotros esa petición de destruccion que tanto espera de nosotros, por el contrario se
retuerce viendo que expandimos nuestra conciencia con nuestros placeres y decisiones que
nos lleven al estupor, euforia, alegría y, con ello, escupirle en su rostro. Demasiada tortura
produce la fortuna revolviendo el caldo del puchero en forma ininterrumpida para desubicar
las cosas y alterar los tiempos de lo que se debiera producir.

El salario que tarda en llegar al que lo merece y el salario que percibe el que al día
siguiente lo dispendia en juegos de azar, da tremendos golpes que nos sacan de nuestros
cabales que mas vale convertirnos en lo mismo que el destino: inquietadores escapando de
su mala intriga lo cual le produce achaques y contrariedad al ver que no produce en
nosotros esa petición de destrucción que tanto espera de nosotros, por el contrario se
retuerce viendo que expandimos nuestra conciencia con nuestros placeres y decisiones que
nos lleven al estupor, euforia, alegría y, con ello, escupirle en su rostro.

Cuàntos de nosotros quisiéramos regresar al tiempo de la proclividad de deliberar que


nuestra conciencia ejercía con mucha prestanza en aquellos espacios de tiempo en que nos
invitaban hacer lo que todo mundo decía era malo y ahora podemos con toda razón afirmar
que a muchos de ellos les fue muy bien porque hicieron caso al grito de sus pasiones y
sensaciones, eliminando todo lo que dictaban conciencias ajenas y manifestando el dar
gusto a lo que el cuerpo solicita, y para lo cual supuestas malas conciencias han sabido
facilitar las circunstancias y un ambiente requerido para elevarnos pero aún, con cierto
temor de equivocarnos es posible desechemos a oportunidad al continuar en dar un no por
respuesta por pudor o por creer que podemos ser más santos que el más intachable.

La discordia rompe lealtades y es el primer paso que acontece a quienes se convierten


a otra religión, a otro estado de conciencia. Los que se quedan en otro estado se sienten
despojados de los nuevos conversos que serán neófitos en un nuevo estado de creencias.
El nuevo entendimiento se produce entre las fuerzas de los que se sienten vencidos y de los
vencedores. Entre los animales de vez en vez unos vigilan lo que hacen otros, lo que llega a
sus manos para alimentarse es objeto de envidia. El verbo antojar en francés es envy y es
preciso lo que se hace entre diferentes conciencias lo que nos hace denostar al que ya no
nos es leal por haber expandido su conciencia y pertenecer a otro gremio o a otro rubro de
actividades. El amor que nos prodigaron nuestros padres nos hace sentir capaces de
despertar todo tipo de afectos en otras personas, no sucede asì, no nos damos cuenta
porque no se nos enseño a conquistar los afectos y lealtades. El amor que tanto sintieron
los padres de Isabela nunca fue igualado por la nueva familia que la adoptò en la casa del
señor Clotaldo. Es utópico por completo el estado de gracia en que es hallado Isabela, solo
corresponder con la belleza de la chica y se exceden al cumplimentarla. Es preciso y
urgente que en las universidades e institutos de diferentes niveles integren al curriculum el
retorno a el estudio de la controversia, la elocuencia y otros atributos como el escoger las
mejores palabras y expresiones dado que es la única forma en que las personas pueden
llegar a construir lealtades y afectos.

La educación emocional solo lleva por objetivo el que exista una convivencia sana, pero
eso denota un temor de los estados reduciendo el nivel de agresividad de los pueblos que
pudieran afectar su status quo. La construcción de lealtades sería la corona máxima de la
inteligencia emocional, el que la educación trabaje por el individuo y su empoderamiento y
no la defensa de los privilegios adquiridos por las clases dominantes.

Empoderamiento
Empoderarse es el camino a restituirte lo que perdiste o hacerte de lo que no te
pertenece que te es indispensable. Es imposible el empoderamiento de sociedades
primitivas en Africa cuando por alguna razón los países imperialistas han movido sus hilos
mediante ejércitos paramilitares locales con el objetivo de desplazarlos, bloquearlos y
restringirles el acceso a lo básico para vivir. La nobleza y privilegio con el que nacen
muchos los empodera y fuera de esta categorìa todo el avance que es posible alcanzar en
la sociedad se concreta bajo diferentes arbitrajes. El primero y el màs grande es el de la
salud. Sin ella no es posible hacer nada. El desvalido o discapacitado sabe que puede
empoderarse pero su condición física le restringe de muchas oportunidades.
La lealtad es la herramienta para empoderarse para todo aquel que sabe construirla.
Como se expresó antes, la lealtad y arreglo en equipo conviene a todos y solo se cancela
cuando, por el contrario, es piedra u obstáculo para todos. La doctrina de Pìtàgoras era
mezclar la ciencia y la religión y hacerlas indisociables. Es una buena propuesta encaminar
todos los pasos a tomar la ciencia como religión, y la religión como ciencia de forma tal que
se asegure el empoderamiento. Si yuxtaponemos los principios de la ciencia, de las
matemáticas con la virtud y la ética podemos construir figuras que guardan las proporciones
de la esencia del universo. El universo no se ilumina cuando estemos tristes, enfermos o
fosilizados en la corrupción de del desacierto. Pero no distingue y elimina a aquellos que se
oponen o se niegan y practicar estos principios.

Tener fè en el porvenir no es suficiente si no se dan los pasos necesarios para activarte


en las coordenadas geométricas òptimas para levantar vuelo. Si la empeñas en la sabiduría
tampoco es suficiente si no se tienen las condiciones para echar al vuelo las campanas de
empapar tu alma de la semejanza con Dios. La naturaleza de Dios es de creatividad, de
generador de un orden, de un método y no es la intención de Dios convenir con la maldad
que se encuentra en la inacción, el desorden y la falta de reglas o de una metodología para
alcanzar la gloria. La vida frecuenta a las inteligencias creadoras y se aleja de las
holgazanas. El dinero no lo es todo, lo es el activar tu inteligencia con acciones y
pensamientos de diferente índole. Definitivamente existen quienes piensan que
empoderarse es tomar las armas de la inteligencia para echar abajo regímenes o
autoritarismos y tampoco cifras con ello ningun avance, a no ser que este empoderamiento
conmueva a toda la humanidad. Baste con darle a cada dìa una respuesta inteligente a
cada problema para computar màs atributos para un mayor apalancamiento. Nadie va a la
tienda a comprar pesadumbres o sinsabores.

Es inaudito e increíble que en las revoluciones no haya existido un interés de algún


grupo oculto que moviera a las masas. Por muy inconformes que se encuentre un nivel de
población, no se moverìan, ni ha sucedido, para derrocar a los opresores sin el ànimo y
financiación de alguna cúpula bien posicionada en busca de subir al estrado del régimen
que se busca tirar. Es por eso que la rebelión de Espartaco es interesante porque escapa
de esta descripción de circunstancias en lo que a un empoderamiento se refiere.

Lamentablemente se percibe en el ambiente de este universo que hay màs conciencias


buscando seguir en el estancamiento, y peor aùn, obran con màs diligencia por la
destrucción de sus propios feudos, sus familias, e incluso de destruirse a sì mismos. El
camino del empoderamiento comienza con el primer rayo del alba de cada mañana y
termina cuando cunde la angustia o la ansiedad por no saber què hacer con cada una de
las responsabilidades que se nos han conferido. Se requiere, como se mencionò antes,
saber què hacer, organización y una logística para triunfar en los tiempos establecidos.
¿Habrà quienes se lancen a la aventura de obtener un crédito para un negocio nuevo sin
hacer una buena planeación antes de obtenerlo?

Cuando los bienes se venden a muy alto precio, con esa medida podemos cuantificar
nuestro poderío. Habrà quienes obtengan todo lo básico sin ninguna queja y otros màs que
hasta de techo carezcan, el no actuar asertivamente nos va cerrando todas las puertas.
Dejar pasar los días y los servicios básicos van acumulando sus cobros y quien no se
angustie puede mostrar un alma apacible, de forma momentánea, pero al final acaecerà la
disminución en tranquilidad, capacidades y oportunidades. La sabiduría y asertividad son
bienes muy poco estimados por la humanidad y los que màs frutos generan, mas que la
descarga de una canción o la entrada al cine, rubros muy solicitados hoy en dìa.

Huir de este mundo tendría, como fin principal, elevarse, instruirse, obtener mayores
preseas, dejar la mediocridad, empoderarse, convenir que nuestro bien es primero, y
nuestro mal radica en permanecer en las garras de la religión, la vulgaridad, superstición e
inmovilidad. Todo es un desgaste cuando no sea el involucrarse con sus propias cosas. El
entretenimiento debe ser música de fondo para nuestros impulsos en la construcción de
nuestro ser y porvenir, no la principal ocupación. No hay tarea màs satisfactoria que la
construcción del ser, de uno mismo. Quien comienza ignorándose termina por ignorar todo
lo demás decía Baltasar Gracìàn en “El Criticòn”. Habemos quienes empeñamos horas en
averiguar còmo están hechas las cosas, o en contemplar la belleza de las piedras talladas
por la naturaleza, pero muy pocos hay que primero se conocen a sì mismos con la misma
presteza con la que contemplan la realidad. Si te pones a contemplar con exceso tu entorno
te infundirà el deseo de cambiar tu residencia a un lugar extraño, al cual no perteneces, por
el solo hecho de haberte parecido hermoso o apetecible a tus caprichos temporales.
Cientos de ficciones impresas o audiovisuales dan cuenta de ello.

Orquesta
Los principios y valores conducen a una sociedad, a un equipo a una meta en común. En la
danza cotidiana aparecen errores que tienen su origen en lo interno o en lo externo. Si los
principios y valores van orientados a empoderarse todos como colectivo entonces la
retroalimentación constante tendrá un factor importante para coronar con éxito las tareas.
¿Cùal era la razón de danzar? para pedir la lluvia, las cosechas, la fertilidad. El menor
tropiezo de algún bailarin, o la primer nota musical trastabillada se creìa eran las causas por
las que se fallaba en la búsqueda de la bendición. Para ello los bailarines disponen su
corazón, su vestuario, horas muchas para adornar sus peinados y maquillar sus rostros y
brazos. Hay mucho trabajo previo a una presentación. En todo ese tiempo de preparación,
el decoro y la decencia se hacen presentes, siendo puntual, utilizando las mejores palabras
para comunicar lo que se quiere hacer, brindar la asesoría necesaria a quien lo requiera y
ejercitarse con suficiencia los movimientos que se han acordado hacer en el escenario. Lo
màs sencillo es salir a bailar en forma individual. La orquesta, el ensamble, el acordar con
otros es la oportunidad digna con la que la humanidad demuestra su mejor expresión
cuando los resultados son gloriosos.

En algunos circos hacen figuras, piruetas con ruedas cubiertas de fuego, antorchas y
todos se sincronizan con refracciones fantasmagóricas irrepetibles por cualquiera que lo
intente sin esa ejercitación y destreza. Todas las sesiones de coaching de autoayuda son
una basura porque ninguna incita a la ejercitación de virtudes colectivas. Solo promueven el
individualismo y la espiritualidad multicultural, el sincretismo y, en una palabra, la confusión
intelectual con embrollados conceptos y mètodos. El pathos fugamundi exige ante todo la
prevalencia del buen decir, màs del hacer lo que se dice y coronar la entrada al paraíso
siendo condescendiente con el buen gusto. Saber de la urgencia de que todos lleguemos a
la gloria, preocupándonos como lo hace un soldado en la guerra cuando al escapar
encuentra heridos caídos en su trayecto. Decidir darle este libro a quien lo ocupe será la
mejor forma de poner en práctica esta premisa.
La orquesta, el grupo musical exitoso, los danzantes con coreografías de proporciones
colosales nos muestran la pauta de lo que los dueños del mundo no desean ver entre sus
súbditos. En algún tiempo las orgìas eran ejemplo de organización y felices resultados para
todos tanto en su salud física como espiritual. Vivimos en la época del prohibicionismo
patriarcal monoteísta y por lo mismo la similitud a todas luces debe ser, por consecuencia,
inadecuada. Tenemos la orquesta de los Amish, todos ellos danzan a la voz de su líder
patriarcal y en los genes llevan ya la obediencia. Todos los grupos sociales tienen su propia
dinámica, pero llama la atención aquellos que tienen una danza magistral. Existe ese grupo,
del cual ya se ha dado cuenta en este viaje literario, el de los judíos internacionales. Todo lo
referente a ellos lo podemos conocer en libros como el de Henry Ford, apreciaciones nada
equivocadas ya que fue èl quien màs y mejores oportunidades tuvo de conocerlos por sus
negocios.

Sin embargo, si de huir de la mezquindad y perversidad de este grupo que ha traido


tanto daño a la humanidad podemos deleitarnos con la danza de otros grupos como el de
los islandeses, un país que navega al margen de la humanidad, buscando sus propios
intereses y olvidándose del resto de los habitantes del mundo, algo que ha enfurecido a los
banqueros internacionales, por algo será. La orquesta que desconcierta a todo mundo es el
movimiento de los recursos monetarios, sus estruendosos ruidos al entrar en la caja fuerte o
en el llorar por la pèrdida de los mismos que ha llevado a muchos al suicidio. Generaciòn
injuriosa despertó con el internet y sus comentarios en redes sociales, y en cualquier
ocasión que consideran importante corren a instalar su veneno contra todo y contra todos,
sucede con tremenda orquestación cuando se trata de bajar a algún candidato de la política
o en la ocasión del ascenso al estrellato de alguna personalidad que causa mucha
controversia. Acciones de este tipo también han conformado una danza como la del
apareamiento de una abeja y sus zánganos, en nada somos diferentes a las bestias cuando
nos agregamos a los que actúan manejados por sus emociones y variaciones hormonales.

Pertenezco a una generación que danzò con el conocimiento. Fue la última. Despuès
de la mìa, la generación de la memez. Empezò con Raymundo Lullo, terminò con Umberto
Eco. Veo una orquesta de enseñanzas y pedagogìas cada vez màs precarias, menos
acertadas, màs dedicadas a justificar la estupidez humana y sus excesos. Se acusa de que
en la antigüedad hubo muchos excesos, en lo moral, por la esclavitud y la inexistencia de
los derechos humanos. La realidad es que el exceso corre por nuestras venas con más
vertiginosidad que en ninguna época histórica anterior. El que sabe mucho ofende a los
demás por su sapiencia, y el estúpido por su inèdita testarudez.

¿ Qué hacer?
Noam Chomsky incita a el levantamiento de masas, después de su concientización.
Activismos que terminan diviendo más a la sociedad. No pareciera existir muchas opciones
de travesía en la estación del tren en donde se paga el boleto de la erudición que te
conduce luego al andén correcto de la superación o el progreso. Está claro que el destino
de la humanidad es su engrandecimiento, o quizá no sea claro el rumbo a seguir pero en
todo caso debiera ser uno en el que prevalezca la sencillez y la subsistencia. Se agudiza el
problema del destino cuando existe una multidiversidad de opiniones sobre la dirección a
seguir, los profetas o lideres son corruptos y forrados de dinero. Surge el milagro, como el
japonés, como el de Singapur o Corea del Sur, el chino, en cada persona que toma un libro,
que toma dos, que toma miles y olvida a los referentes, de la antigüedad o los actuales.
Toma de cada uno de ellos un poco de sustancia pero al final los avienta a la basura como
quien quiebra un huevo y lanza la cáscara al cesto. Si la vida es la búsqueda de respuestas,
éstas tienen que ser ciertas o verdaderas. Las falsas son las que hemos preferido porque
son las que nos dan una esperanza, en una realidad que se antoja siempre contraria a
nuestros deseos, a nuestra propia integridad. La religión está ahí, con sus quimeras y
fabulas, las occidentales y las orientales, todas juntas presentan una esperanza, una idea
de felicidad, en un mundo de tristezas y situaciones peligrosas que terminarán por acabar
con nuestros latidos, sea por medio de la violencia de seres que respiran, como las bestias
o los carteles de la droga y sus sicarios, como por la violencia de un virus o un cancer que
nos postrará hasta la tumba. Huir también una opción, es el que se lanza de un décimo piso
o se da un tiro después de herir con un arma tomada del armario de su padre a una
veintena de sus compañeros en su aula. Están los que todo toman a broma y se burlan de
todo y de todos hasta de su propia familia. El verdadero camino, el que lleva a la luz al final
del túnel es el que toman los que se preocupan por cambiar su vida, no por el dinero el
trabajo y el sexo. Los pueblos más viejos, los orientales, tienen pavimentado el camino
porque por milenios han seguido esta ruta. Los pueblos nuevos, las economías emergentes
tienen un camino más largo por seguir, antes de enfocarse en el carril central que los lleve
directo a las fronteras de la certidumbre, de muchos éxitos, con poco o nada de dinero, se
consigue más porque las verdades no entretienen, las preocupaciones del mundo son
falsas, porque no resuelven el problema del ser humano que es su empoderamiento. El
conocimiento acentuado en la tradición milenaria, ese que descarta datos y fechas,
nombres de capitales o curvas de ecuaciones, ese es el que potencia al ser humano. Es
este conocimiento el etiquetado como paganismo. Las religiones se han encargado de
nublar la vista y de poner a las verdades en el candelabro de las mentiras y viceversa. Los
fines de la erudición han sido programáticos, propagandísticos en los últimos siglos. En los
anteriores habíamos visto una clase de erudición deseable y deseada por todos, que
sentaba las bases del conocimiento por ser hecha en forma individual, a base de estudio y
sacrificios, como lo hizo Leibniz, Newton, o Watt. La gran organización, nacional, que llevó a
la humanidad a dos guerras mundiales, y a muchas otras, a enfermedades de diseño como
el Covid-19, a la explosión atómica controlada en el Pacífico Sur, las grandes masas que
murieron en Hiroshima y Nagasaki, todos han sido esfuerzos eruditos hechos como
esquema de poderes fácticos obedientes a un orden establecido por siglos, de pueblos que
se consideran herederos de la tierra, regentes, cabeza y no cola.

Se lanzan al mar un grupo de científicos, apoyados en un fideicomiso hecho con sus


propias aportaciones, actividades artísticas, bailes, espectáculos, negando todo tipo de
ayuda de gobiernos o intereses privados, para investigar nuevas especies marinas, tanto en
la flora como en la fauna, producto de los cambios en la temperatura del planeta, su pH.
Esto no sucede así. Los grupos científicos siempre obedecen a un interés privado o
gubernamental. El resultado de esta investigación que formará parte de la bibliografía que
los eruditos consultarán en un futuro, cuando estas investigaciones terminen es literatura de
divulgación científica altamente falsacionable, con banderas de inverosimilitud,
prácticamente sus resultados responden a un diseño ya establecido por sus patrocinadores.
Si se quiere aprobar una medicina contra una enfermedad, los grupos farmaceúticos que
otorgan dinero a las iniciativas políticas legislativas de los países son los que son
beneficiados con las patentes o autorizaciones para vender sus fármacos.
De la misma forma, todo aquel grupo de eruditos, investigadores que se lancen a la
aventura de la exploración, de descubrimientos científicos solo pueden tener carácter de
rigor cientificista si son subvencionados por sus propios esfuerzos o, a lo mucho, por
verdaderos filántropos que no estén relacionados con ningún grupo privado o de origen
gubernamental. Un activismo supuestamente cientificista se ha presentado en México, entre
una ONG conocida como Sea Shepard y un periodista gobiernista de corte neoliberal
conocido como Carlos Loret de Mola, en pro de salvar a la vaquita marina, que en realidad
es un proyecto propiciador de la ocupación estadounidense del Golfo de California. El
proyecto de conservación del ecosistema es loable pero no deja de ser una estrategia ya
practicada varias veces por un gobierno extranjero en la soberanía mexicana, que además
tiene la agravante de contar con el apoyo de la opinión pública. La universidad de Pretoria
esta hospedando a un proyecto interdisciplinario en todo el continente africano ofertando
avances científicos a lo largo y ancho del continente africano, conectando aquellos
interesados en desarrollar trabajos de verdadero impacto. Es muy claro advertir la gran
diferencia entre uno y otro esfuerzo, porque en el primero se esta buscando el control de un
territorio, mientras que en el segundo se presume, aun sin resultados palpables, de un
progreso en la ciencia de un continente francamente de tercer mundo, el cual tiene décadas
de atraso como efecto de un dominio imperial europeo del que muy recientemente se han
liberado. Imperios que explotaron sus recursos sin ningún retorno o regalía, excepto las
retribuciones hechas a milicias quienes han aportado el dominio por la via de las armas, de
la población. Imperios que construyeron las reglas por las cuales se puede acceder al
conocimiento, a la ciencia, tan solo para permitir aquellos a los que ellos den su bendición, o
sea a los que sigan sus reglas, coto cerrado y exclusivo de unos cuantos, como lo son las
leyes del mercado. Cuánta pompa e innecesaria vanidad se da en el mundo de la ciencia,
cuántos congresos y ferias de la ciencia, de experimentos en robótica, sus comilonas, sus
hallazgos y supuestos muy publicitados viajes al espacio, pero con la falla de proveer de
respuestas tan expeditas a problemas tan fundamentales como es la contención de una
pandemia.

El camino a elegir para impactar a la humanidad consiste en desarrollar una idea,


convertirla en proyecto consistente en figuras, dándole una presencia sensorial, con una
comunicación en movimiento visible en el afán de evocar cosas concretas, siempre
orquestando la eliminación de las abstracciones para de esta forma convocar una mayor
concomitancia. Este camino nunca se ha de abandonar, imitando a las olas que nunca
paran de encaramarse unas después de otras, como la roca de Sísifo que sigue rodando
hasta dar con su colocación final, la cual es la única posible. La terminación de algo, sin
importar las circunstancias, los imponderables, es un síntoma deseable en la erudición, no
es la excelente muestra de memoria como la del filólogo que se sabe pedazos enteros de
una obra, ese trabajo propio de ellos, de cronistas que se saben al dedillo fechas y hechos
históricos, es inútil para el erudito que busca una subvención, un mecenazgo autónomo,
independiente. La poesía en todo caso, da ciertos descansos a la mente, esa que busque
buenas acciones útiles, no es la misma poesía la que consume el letrado que solo vive de
loas y alabanzas. La erudición sea el producto de las inquietudes que desencadenen una
serie de hechos que revolucionen: como el diseño de máquinas que se autocorrigen para
evitar su corrosión eliminando la obsolescencia, la búsqueda de nuevos materiales o uso de
los actuales en nuevos productos.

Vivir en la mendicidad o en la autocomplacencia. La imploración que hace el pordiosero es


la misma curiosidad con la que el científico se mueve, de considerarnos completos nos
convertimos en artistas de una autoadulación demasiado irritante para los que están en
perpetua indagatoria. El producto interno bruto de un país no crece en el mecenazgo de
inútiles ninis o ancianos que van de salida. Es apoyar a las bisagras de portales que
conducen a estados de mayor riqueza, de mayor perfección para un segmento de
población, alejados de la especulación, de la toma por la fuerza de los bienes como lo
hacen los dueños del mundo, producto de crisis fabricadas. Los eruditos, cuales simples
palomas mensajeras se posan en el hombro del gran maestro, descienden del cielo de la
sabiduría. Esa paloma no se posa por vanidad, detiene su vuelo porque viene cargada de
soluciones a los problemas de las masas, esos congregados para escuchar el sermón, uno
que no sea palabrería efímera, está hecha con un discurso brillante y sencillo a la vez,
convulso de sentido común porque de ser parte de la sofística aburrida y pertinaz, repleta
de honores y glorificaciones a los ponentes carecería de soluciones reales, y a su vez, de
miembros adherentes, patrocinadores.

Recordemos que nuestra erudición ha de correr en forma paralela a aquella de quienes


obtienen contratos de exploración y de investigación millonarios, esos que siguieron las
reglas impuestas al arbitrio de organismos financieros internacionales, reclutadores de
tecnócratas formados en sus propias universidades, todos ellos salieron un día de los
ciudadanos de a pie que consumían sus partituras, cómplices con sus tributaciones,
conformes con sus gobiernos y sus partituras o recetas macroeconómicas. El público
sinodal, los evaluadores de los proyectos no se pueden perder con objetivos poco claros o
indeterminados, o ser presentado a convocados que desconocen el asunto a ser estudiado.
La buena estructura deja perpleja a cualquiera, pero la utilidad de aquello que se pretende
vender como modelo, producto nuevo, técnica es primordial en la construcción de una
convicción. Cifras y gráficas son auxiliares pero no decisivas, los tecnócratas son los más
proficientes en la elaboración de una puja basada en lo estadístico, pero no en lo
axiomático. Lo axiológico y la parte numérica es rígidamente necesaria para la validación,
no obstante, las fuentes de los datos se corroboran o desechan. La diferencia entre un
tecnócrata y un erudito radica en la condimentación de cifras, por un lado las estadísticas
fungen un medio de prueba, con tendencia, y en el otro concurren otros factores propios de
una argumentación sólida, de silogismos audaces que presenten pruebas irrefutables de
que lo que se pretende es bueno para todos los que se pretende beneficiar. Pongamos el
caso del proyecto de la protección de la vaquita marina.

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