Está en la página 1de 2

PROPAGANDA NEGRA

La propaganda negra es información y material o fuente falsa que pretende ser


originaria de una parte ajena con respecto a un conflicto, pero que, en realidad, proviene
de la parte contraria. Suele utilizarse para difamar, avergonzar o tergiversar la naturaleza
real del enemigo o el conflicto.1
La propaganda negra debe ser analizada contextualmente junto a la propaganda
gris, cuyas fuentes no suelen ser identificadas, y la propaganda blanca, en la que se
declara la fuente originaria real y en la que se suele dar información más precisa, aunque
sesgada, distorsionada y omisiva.
La propaganda negra tiende a ser encubierta por su propia naturaleza. Sus
objetivos, identidad, significado y las fuentes de origen suelen estar ocultos. La principal
característica de la propaganda negra es que la audiencia no es consciente de que
alguien está tratando de influir sobre ellos, y no sienten que están siendo empujados
o seducidos a actuar en una dirección o forma determinada.2
La propaganda negra pretende provenir de una fuente distinta a la verdadera. Este
tipo de propaganda está asociada con la guerra psicológica y las operaciones
psicológicas encubiertas y muchas veces utiliza las operaciones de bandera falsa como
fuente primaria indirecta, a través de su diseminación y presentación en los medios de
comunicación.3
A veces la fuente se oculta o se atribuye a una autoridad falsa para
difundir mentiras, montajes y engaños, recurriendo a todo tipo de ingeniería creativa.
En 1925, Adolf Hitler explicaba en Mi Lucha el uso de la gran mentira por parte
del judaísmo internacional, sobre una mentira tan "imposible" o colosal, que nadie creería
que se "pudiera tener la desvergüenza de distorsionar la verdad tan infamemente".4
El éxito de la propaganda negra reside en que está diseñada para influir sobre
las capas sociales más sofisticadas, mejor informadas y capaces de la estructura social.
Se basa en la buena voluntad del receptor para aceptar la credibilidad de la fuente. De
esta forma se consigue que el receptor, gracias a su prestigio y calidad social, se
convierta no sólo en el repetidor y amplificador cualificado de la mentira; sino en el
generador de una corriente de opinión que con su acción política termina satisfaciendo los
intereses primarios de la fuente de origen.4
Si los creadores o los remitentes del mensaje de propaganda negra no entienden
adecuadamente a su audiencia, el mensaje puede ser malentendido, parecer sospechoso,
o volverse en contra de la fuente.4
El Centro de Actividades Especiales (del inglés: Special Activities Center; o por sus
siglas, SAC) es una división de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), responsable de
llevar a cabo misiones encubiertas y operaciones paramilitares. Antes del 2016 la unidad
se llamaba División de Actividades Especiales (Special Activities Division) Dentro del SAC
existen dos grupos por separado: el Grupo de Operaciones Especiales (Special
Operations Group, SOG) para las operaciones tácticas paramilitares y el Grupo de Acción
Política (Political Action Group, PAG) para las operaciones políticas encubiertas.
El Grupo de Acción Política dentro del SAC realiza impugnables operaciones
psicológicas, también conocidas como propaganda negra, así como "Influencias
Encubiertas" para efectuar cambios políticos en otros países como parte de la política
exterior de Estados Unidos.[2] La intervención encubierta en elecciones extranjeras es la
forma más significativa de acción política del SAC. Esto consistiría en el apoyo financiero
a los candidatos más propicios, el asesoramiento a los medios de comunicación, apoyo
técnico para las relaciones públicas, campañas para incentivar el voto e iniciativas y
esfuerzos en las organizaciones políticas, asesoramiento jurídico, campañas publicitarias,
asistencia a los escrutadores electorales y otros medios de acción directa. Las decisiones
políticas pueden verse influenciadas por agentes, como por ejemplo por los funcionarios
subvertidos del país, para así poder tomar decisiones en su capacidad oficial, lo que
conseguiría promover los objetivos de las políticas de Estados Unidos. Además, los
mecanismos para crear y desarrollar dictámenes y puntos de vista requieren la utilización
encubierta de propaganda.
La propaganda abarca desde: folletos, periódicos, revistas, libros, radio y
televisión; todos ellos están orientados a transmitir el mensaje apropiado de Estados
Unidos en la región. Pueden utilizar a oficiales para que trabajen como periodistas,
reclutar a agentes de influencia, operar en las plataformas mediáticas, filtrar ciertas
historias e información en lugares donde se espera que saldrán a la luz pública o tratar de
negar y/o desacreditar la información que es de conocimiento público. En todas las
actividades propagandísticas, las operaciones "negras" denotan aquellas en las que el
público se mantiene desconocedor de la propia fuente; las iniciativas "blancas" son
aquellos en los que el autor se reconoce a sí mismo abiertamente; y las operaciones
"grises" son aquellas en las que la fuente está en parte pero no íntegramente reconocida.
Los gobiernos por lo general suelen llevar a cabo operaciones de propaganda
negra principalmente por dos razones. Para disfrazar su participación directa como actor o
iniciador de un conflicto. De esta forma resulta más fácil convencer al público de una línea
de acción no contemplada previamente como factible o deseable. En segundo lugar,
puede haber razones diplomáticas detrás del uso de la propaganda negra. Su uso puede
ser necesario o conveniente para ocultar la participación de un gobierno en actividades
que puedan ser perjudiciales para su política exterior.5

También podría gustarte