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Geriatría (Basilea). 2021 septiembre; 6(3): 76. PMCID: PMC8395714


Publicado en línea el 6 de agosto de 2021. doi: 10.3390/geriatrics6030076 PMID: 34449647

Problemas médicos y dentales comunes de los adultos mayores: una revisión narrativa
Alice Kit Ying Chan , Manisha Tamrakar , Chloe Meng Jiang , Edward Chin Man Lo , Katherine Chiu Man Leung y Chun-
Hung Chu *

Haruka Tohara, editora académica

Abstracto

El avance de la medicina ha reducido la tasa de mortalidad y la población adulta mayor va en aumento.


Entre los 7.700.000.000 de habitantes del mundo en 2019, 1 de cada 11 personas tenía 65 años o más. Se
espera que la población aumente a 1 de cada 6 personas para 2050. Los adultos mayores tienen cambios
degenerativos que se vuelven más severos con la edad. Este estudio utilizó los sitios web de la
Organización Mundial de la Salud y las bases de datos PubMed y Google Scholar para revisar los proble‐
mas actuales de salud oral y sistémica a nivel mundial. En general, los estudios informaron que muchos
adultos mayores no tienen un chequeo dental regular. Las enfermedades orales comunes, como la caries
dental, en particular la caries radicular y la enfermedad periodontal, son muy frecuentes entre ellas. Estas
enfermedades orales a menudo están interrelacionadas con sus problemas sistémicos. Un metanálisis
informó que la diabetes aumenta la incidencia y la progresión de la periodontitis en un 86 %. Una
disminución en la producción de saliva es común entre los adultos mayores que tienen polifarmacia. Una
revisión informó que el riesgo de caries en adultos mayores aumenta en un 60 % con un pH de reposo bajo
y una tasa de flujo de saliva estimulada baja. Muchos adultos mayores sufren de demencia y depresión, lo
que complica la entrega del tratamiento dental. La práctica adecuada de higiene oral y el cuidado dental en
posición supina a menudo son difíciles de llevar a cabo si tienen artritis reumatoide. Con la creciente
necesidad de atención dental para personas mayores, los dentistas y otro personal dental deben comprender
la salud oral y general interrelacionada para proporcionar un plan de atención dental exitoso para adultos
mayores.

Palabras clave: adultos mayores, adulto mayor, salud bucal, prevención, fluoruro de diamina de plata,
caries Volver arriba
1. Introducción

La población mundial era de 7.700.000.000 en 2019 con 703.000.000 de adultos mayores de 65 años o
más. Impulsada por la disminución de la tasa de fertilidad y el aumento de la esperanza de vida, se espera
que la población de adultos mayores se duplique a 1 500 000 000 en 2050. La proporción de la población
de adultos mayores aumentará de 1 de cada 11 personas a 1 de cada 6 personas para 2050 [ 1 ] . Dado que
los adultos mayores tienen cambios degenerativos que aumentan con la edad, la carga mundial de enferme‐
dades aumentará rápidamente en las próximas décadas.

Las enfermedades crónicas no transmisibles se están volviendo comunes porque las personas tienen una
vida más larga. Estas enfermedades crónicas junto con los cambios degenerativos hacen que los adultos
mayores sean más vulnerables a las enfermedades bucodentales [ 2 ]. Las enfermedades sistémicas como
la diabetes aumentan la incidencia y la progresión de la periodontitis en un 86 % [ 3 ] mientras que otras
enfermedades como la artritis reumatoide dificultan la práctica del cuidado bucal. Tomar múltiples medi‐
camentos para enfermedades no transmisibles tiene efectos adversos en la salud bucal, entre los cuales la
xerostomía es el problema más común. La xerostomía se asocia además con otros problemas orales como
la caries dental, la enfermedad periodontal y las infecciones orales [ 4]. El mayor riesgo de caries y enfer‐
medad periodontal puede eventualmente conducir a la pérdida de dientes. Por otra parte, algunas enferme‐
dades bucodentales están interrelacionadas con enfermedades sistémicas [ 5 ]. Se sabe que la diabetes y la
enfermedad periodontal tienen una relación bidireccional [ 6 ] mientras que los estudios implican la misma
relación entre la artritis reumatoide y las enfermedades periodontales [ 7 , 8 ]. Además, las enfermedades
bucodentales y muchas enfermedades sistémicas crónicas comparten los mismos factores de riesgo, como
una dieta poco saludable, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol [ 9 ]. El consumo de tabaco es un
factor de riesgo para la periodontitis, la pérdida de dientes y el cáncer de pulmón, mientras que los hábitos
alimenticios poco saludables pueden provocar caries dental, diabetes tipo 2, enfermedad coronaria y acci‐
dente cerebrovascular.10 ]. Las enfermedades bucodentales en los adultos mayores pueden afectar negati‐
vamente su bienestar general y su calidad de vida [ 11 ].

Dado que las enfermedades sistémicas crónicas y su tratamiento pueden aumentar el riesgo de problemas
orales y se ha encontrado interrelación entre algunos problemas sistémicos y orales, los profesionales de la
odontología deben actualizarse con el conocimiento actual sobre las condiciones médicas comunes de los
adultos mayores y sus impactos en la cavidad bucal. Deben comprender la relación entre las enfermedades
orales y sistémicas y las complejidades de los cambios relacionados con el envejecimiento para brindar
atención dental segura y eficaz a los adultos mayores [ 12 ]. Los dentistas también deben colaborar con
otros profesionales de la salud para modificar el tratamiento dental de acuerdo con las necesidades y con‐
diciones de salud de los ancianos [ 13 ]. El objetivo de esta revisión es brindar una descripción general de
las afecciones médicas y los problemas dentales comunes y su impacto en los adultos mayores.

2. Impacto de las Enfermedades Sistémicas Comunes en la Salud Bucal

La población de mayor edad está aumentando en todo el mundo y tienen cambios degenerativos que se
vuelven más severos con la edad. Las enfermedades sistémicas y los medicamentos relacionados hacen que
los adultos mayores sean más vulnerables a las enfermedades orales [ 2]. En este artículo, los autores utili‐
zaron información de los sitios web de la Organización Mundial de la Salud sobre temas actuales de salud
oral y sistémica a nivel mundial. También utilizaron las bases de datos PubMed y Google Scholar para
identificar literatura en inglés, incluidas revisiones sistemáticas, metanálisis, revisiones y estudios clínicos
sobre problemas médicos y dentales comunes de adultos mayores sin restricción de tiempo. Aunque este
estudio utilizó la información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud y dos de las bases
de datos más comunes para desarrollar una actualización de los problemas de salud sistémica y oral global,
este estudio es una revisión narrativa y la literatura incluida puede no ser exhaustiva. Sin embargo, este es‐
tudio identificó seis enfermedades sistémicas comunes que se vuelven más prevalentes con la edad y son
causas comunes de morbilidad y mortalidad.

2.1. Diabetes

La diabetes es el trastorno endocrino más frecuente en la población adulta mayor. Es la novena causa prin‐
cipal de muerte más común en 2019, que causó casi 2 000 000 de muertes en todo el mundo [ 14 ]. Su
morbilidad se debe principalmente a complicaciones que incluyen retinopatía, nefropatía, ulceración neu‐
ropática del pie y diversas enfermedades cardiovasculares [ 15 ]. Todas estas complicaciones diabéticas
pueden empeorar si los pacientes padecen enfermedad periodontal [ 16 ]. La diabetes se asocia con múlti‐
ples afecciones bucales, como la enfermedad periodontal, la cicatrización retardada de heridas, la altera‐
ción del gusto y las infecciones bucales [ 6 , 17] .]. La función de las glándulas salivales también se ve
afectada por el aumento de la hemoglobina glicosilada, la neuropatía y la anomalía microvascular de la mi‐
crocirculación [ 17 , 18 ]. La hiperglucemia provoca una respuesta inflamatoria exagerada que intensifica la
periodontitis [ 19 , 20 ]. Una revisión sistemática y un metanálisis recientes encontraron que la diabetes au‐
mentó la incidencia y la progresión de la periodontitis en un 86 % [ 3 ]. Existe una relación bidireccional
entre la enfermedad periodontal y la diabetes [ 6 ]. El riesgo de periodontitis aumenta con la diabetes no
controlada, mientras que la periodontitis grave afecta negativamente al control glucémico [ 6 ].

Los estudios demostraron que la terapia periodontal junto con un buen cuidado de la salud bucal en el ho‐
gar fue eficaz para mejorar el control glucémico de los pacientes con diabetes tipo 2 en 3 a 4 meses [16 ] .
Indica la importancia de unas buenas medidas de higiene bucal para este grupo de pacientes. Todos estos
estudios indican que la periodontitis y la diabetes tienen una relación bidireccional y su respectivo control
se afecta mutuamente. El cuidado de la higiene bucal es importante para ellos no solo para prevenir la en‐
fermedad periodontal sino también para un mejor control de la glucemia.

La diabetes también complica el reemplazo de dientes. Los pacientes diabéticos son más susceptibles a la
infección por Candida [ 21 ]. Las especies de Candida de la cavidad oral pueden migrar al tracto gastroin‐
testinal superior y provocar sepsis, lo que requiere una estancia hospitalaria prolongada y un fármaco anti‐
micótico sistémico [ 22 ]. La estomatitis protésica asociada a Candida se encontró con más frecuencia en
portadores de dentaduras postizas con diabetes [ 23 ]. Las enfermedades sistémicas subyacentes, como la
diabetes, pueden enmascarar los síntomas clínicos de la infección fúngica concomitante de la mucosa oral
en los usuarios de prótesis removibles [ 24 ]. En caso de duda, se puede utilizar el examen micológico [
25]. Los pacientes diabéticos mostraron una tasa de osteointegración similar a la de los pacientes no diabé‐
ticos con una tasa de supervivencia del implante del 97 % [ 26 ]. Sin embargo, tienen un 50 % más de
riesgo de tener periimplantitis y esto destaca la importancia del mantenimiento de los implantes para ellos
[ 27 ].

2.2. Hipertensión
La hipertensión es una de las afecciones cardiovasculares más comunes, que puede causar insuficiencia
cardíaca y accidente cerebrovascular si no se trata [ 18 ]. Más de mil millones de personas tienen la condi‐
ción en todo el mundo [ 28 ]. Las manifestaciones orales de la hipertensión se deben principalmente a los
efectos secundarios de los medicamentos antihipertensivos, incluidos los diuréticos, los bloqueadores de
los canales de calcio, los bloqueadores beta, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, los
bloqueadores alfa 2 y los bloqueadores de los receptores de angiotensina II. Los principales efectos secun‐
darios de estos fármacos en la cavidad bucal son sequedad de boca, hiperplasia gingival, reacciones lique‐
noides y alteración del gusto [ 18] .]. Estos efectos secundarios se pueden tratar principalmente abordando
los síntomas, por ejemplo, aumentando la ingesta de agua para los pacientes con boca seca o realizando
una terapia periodontal localizada para aquellos con hiperplasia gingival. Los pacientes que toman nifedi‐
pino son más propensos a desarrollar hiperplasia gingival que los que toman amlodipino, por lo que los
dentistas deben consultar a sus médicos para considerar un cambio de medicación en casos graves [ 29 ].
Una revisión sistemática y un metanálisis mostraron que la enfermedad periodontal aumentaba el riesgo de
hipertensión con una razón de probabilidad (OR) de 1,5; mientras que el riesgo de hipertensión aumenta
con la gravedad de las enfermedades periodontales con un OR de 1,64 en personas con periodontitis grave
[ 30 ]. Sin embargo, el mecanismo subyacente no está claro.

Algunos estudios encontraron que la intervención de la periodontitis podría ayudar a controlar la hiperten‐
sión [ 31 ]. Por lo tanto, una buena higiene bucal no solo mejora la salud bucal, sino que también controla
la hipertensión y, por lo tanto, reduce el riesgo de accidente cerebrovascular y otras enfermedades cardio‐
vasculares. Los dentistas deben proporcionar un buen control del dolor y evitar causar ansiedad cuando
tratan a pacientes con hipertensión para minimizar el riesgo de infarto de miocardio y ataque cerebral du‐
rante el tratamiento dental. En la nueva guía ACC/AHA publicada en 2017 [ 32], la presión arterial alta
ahora se define como presión sistólica > 130 mmHg (anteriormente > 140 mmHg) o presión diastólica >
80 mmHg. Bajo esta nueva directriz, más pacientes serán diagnosticados como hipertensos visitando las
clínicas dentales. La presión arterial debe estar bajo control y medida antes de cualquier procedimiento
dental. La Asociación Dental Estadounidense recomienda que se pueda realizar un tratamiento dental elec‐
tivo para pacientes con presión sistólica < 160 mmHg y/o presión diastólica < 100 mmHg, mientras que
solo se permite el tratamiento dental de emergencia para pacientes con presión sistólica entre 160 y 180
mmHg y/o presión diastólica entre 100 –109 mmHg con control de la presión arterial cada 10 a 15 min du‐
rante el procedimiento [ 33 ]. En caso de duda, los dentistas deben consultar al médico del paciente sobre
las precauciones especiales necesarias.

2.3. Artritis reumatoide

La artritis reumatoide es una enfermedad destructiva autoinmune inflamatoria crónica que afecta a múlti‐
ples articulaciones [ 34 ]. La población de adultos mayores con artritis reumatoide se puede dividir en el
tipo de inicio en la tercera edad que se manifiesta después de los 60 años y el tipo de inicio en la juventud
que comienza entre los 20 y los 40 años [ 35 ] . Esta es la causa común de discapacidad debido al dolor ar‐
ticular, la inflamación articular inducida por la inflamación y la deformidad articular causada por la des‐
trucción del hueso y el cartílago. Estos dan como resultado dolor crónico y destreza limitada que dificultan
que los pacientes realicen una práctica adecuada de higiene bucal [ 35]. La artritis reumatoide es el tras‐
torno autoinmune común del síndrome de Sjogren secundario, un trastorno de las glándulas exocrinas me‐
diado por el sistema inmunitario que progresa lentamente y que daña las glándulas salivales y causa xeros‐
tomía. También se asocia con complicaciones orales como periodontitis, disfunción de la articulación tem‐
poromandibular y su tratamiento puede conducir a la ulceración oral inducida por metotrexato. Además, el
efecto inmunosupresor de medicamentos como el metotrexato y los antagonistas del factor de necrosis tu‐
moral (TNF)-α pueden empeorar aún más las condiciones bucales [ 34 ].

La artritis reumatoide y la periodontitis muestran algunas similitudes, ya que ambas son enfermedades in‐
flamatorias crónicas que conducen a la destrucción del tejido conectivo y comparten factores de riesgo si‐
milares, como el tabaquismo y el nivel socioeconómico [ 34 ]. Un estudio mostró que la enfermedad perio‐
dontal aumentaba el riesgo de tener artritis reumatoide en un 69% y puede deberse a su vía inflamatoria
compartida [ 7 ]. Ensayos clínicos a corto plazo encontraron que la terapia periodontal no quirúrgica puede
reducir la actividad de la enfermedad de la artritis reumatoide en un 18% [ 36 ]. La prevalencia de la enfer‐
medad degenerativa de la articulación temporomandibular en personas con artritis reumatoide osciló entre
el 45 % y el 93 % [ 37], que se presenta como apertura bucal limitada, sensibilidad, espasmo muscular y
chasquido/crepitación. Esto complica aún más el cuidado de la higiene bucal [ 34 ]. La xerostomía se en‐
cuentra comúnmente en personas con artritis reumatoide. El síndrome de Sjogren secundario, que causa
sequedad en los ojos y la boca, puede ocurrir en el 30-50% de las personas con artritis reumatoide. La re‐
ducción del flujo salival y los cambios en la composición salival aumentan el riesgo de caries dental y en‐
fermedad periodontal [ 34 ]. El tratamiento dental debe realizarse en una posición cómoda con la cabeza y
el cuello bien apoyados [ 38 ]. Dado que los pacientes con artritis reumatoide tienen un mayor riesgo de
caries y periodontitis, las medidas preventivas, como el uso regular de fluoruro tópico, son extremada‐
mente importantes para ellos [ 34 ].

2.4. enfermedad de alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva y es la forma más común


de demencia en adultos mayores [ 39 ]. Su característica principal es el deterioro de la función cognitiva,
que es de naturaleza irreversible y afecta la memoria, la coordinación, el control emocional, la función
conductual y las habilidades motoras [ 39 , 40 ]. La higiene bucal en los pacientes de Alzheimer suele ser
deficiente debido al deterioro de la función cognitiva, la pérdida de memoria y la disminución de las habi‐
lidades motoras. Esto conduce a problemas orales como caries, enfermedad periodontal y estomatitis indu‐
cida por dentaduras postizas. Estos riesgos se ven agravados aún más por la xerostomía inducida por los
medicamentos para el Alzheimer [ 39]. Una revisión sistemática mostró que las personas con enfermedad
periodontal tenían un mayor riesgo de tener la enfermedad de Alzheimer con un OR de 1,69 [ 41 ] debido
al efecto sistémico del aumento de la carga bacteriana y el proceso de inflamación [ 42 ]. Sin embargo, se
necesitan más estudios para investigar esta asociación y el mecanismo subyacente.

El manejo odontológico depende del estadio de la enfermedad y debe estar orientado a la prevención, con
resultados duraderos y de fácil mantenimiento. En la etapa temprana de la enfermedad, las medidas pre‐
ventivas son esenciales ya que los pacientes aún son competentes para realizar su propia higiene bucal para
prevenir enfermedades orales y mantener el autocuidado. En este grupo de pacientes se puede considerar el
uso de dispositivos novedosos como un cepillo de dientes eléctrico y un irrigador dental, así como estrate‐
gias innovadoras como la metodología 5S para desarrollar hábitos de higiene bucal [ 43 , 44 ] . La progre‐
sión de la enfermedad hace que los pacientes se muestren menos cooperativos y agitados y, por lo tanto,
complica el tratamiento en la etapa avanzada [ 40] .]. Por lo tanto, es importante iniciar medidas preventi‐
vas y rehabilitación oral en pacientes con enfermedad de Alzheimer en la etapa temprana de la enfermedad
[ 39 , 40 ]. En la etapa posterior, se debe alentar a los familiares o cuidadores a aprender y ayudar en el
mantenimiento de su higiene bucal [ 40 ].

2.5. Enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo progresivo caracterizado por síntomas mo‐


tores y no motores que afecta al individuo física, emocional y cognitivamente [ 45 ]. Los síntomas motores
incluyen temblor de reposo, bradicinesia, inestabilidad postural y rigidez [ 45 ], mientras que los síntomas
no motores incluyen apatía, trastorno cognitivo, trastornos del sueño e hipotensión ortostática [ 45 , 46 ].
La depresión y la ansiedad se observan en alrededor del 50 % de los adultos mayores con enfermedad de
Parkinson [ 46 ]. Las deficiencias motoras debidas a los temblores y la rigidez de la musculatura orofacial
provocan dificultad para cepillarse los dientes, que es el principal factor de riesgo de enfermedades orales
como la caries y la enfermedad periodontal [47] .]. Se ha informado que la prevalencia de periodontitis en
pacientes con Parkinson es del 75%, la mayoría de ellos en forma grave [ 47 ]. Los pacientes con periodon‐
titis tenían un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson en un 43 % [ 48 ] pero se necesitan
más estudios para comprender su interrelación. El movimiento involuntario de la mandíbula puede causar
molestias en la articulación temporomandibular, dientes agrietados, desgaste de los dientes, dolor orofacial
y disfagia [ 46 ]. Los medicamentos antiparkinsonianos y los antidepresivos pueden inducir xerostomía [
45 ] y, por lo tanto, aumentar el riesgo de caries dental y enfermedad periodontal [ 4 ]. La enfermedad de
Parkinson es de naturaleza progresiva y, por lo tanto, se debe considerar el tratamiento dental en la fase
temprana de la enfermedad.46 ].

2.6. Depresión

La depresión es la enfermedad mental más común que afecta a los adultos mayores y es la tercera causa
más común de discapacidad en todo el mundo [ 49 , 50 ]. La depresión en los adultos mayores puede ser
causada por el sufrimiento de enfermedades médicas, discapacidades físicas, soledad, problemas financie‐
ros y eventos de vida desagradables como la muerte del cónyuge, aunque a veces sin ninguna causa obvia
[50 ] . Afecta negativamente el estado de ánimo, la concentración, la forma de pensar, el sueño y el apetito.
También provoca en los pacientes falta de motivación, pérdida de interés y baja autoestima. Además,
puede exagerar la percepción del dolor y disminuir la tolerancia al dolor de los pacientes [ 50]. La falta de
energía y motivación cambia sus hábitos de comportamiento, como descuidar el cuidado de la salud bucal,
desarrollar el hábito de fumar y cambiar a una dieta cariogénica [ 49 ]. Los antidepresivos, especialmente
los antidepresivos tricíclicos, causan xerostomía. Estos cambios aumentan el riesgo de caries dental y en‐
fermedad periodontal [ 49 ]. Una revisión sistemática reciente indicó que la depresión aumentaba el riesgo
de enfermedades bucales, como caries dental (OR 1,27), pérdida de dientes (OR 1,31) y edentulismo (OR
1,17). Por el contrario, el edentulismo (OR 1,28) y la enfermedad periodontal (OR 1,73) aumentaron el
riesgo de sufrir depresión [ 49] .]. Esto significa la importancia de las medidas preventivas para los pacien‐
tes con depresión y también el impacto psicológico de la mala salud bucal en ellos. Los dentistas deben
brindar apoyo, ser pacientes y no juzgar al tratar a los adultos mayores con enfermedades mentales [ 50 ].
Educar a los pacientes y sus cuidadores sobre la práctica adecuada de higiene oral junto con las medidas
preventivas en la etapa temprana de la enfermedad es esencial [ 50 ].
3. Condiciones de salud oral con el envejecimiento

La salud bucal es uno de los componentes esenciales para el "envejecimiento saludable", ya que afecta la
salud general y la calidad de vida de las personas [ 51 ]. Según la declaración de la FDI (Federación Dental
Mundial) en 2016, la salud bucal es importante para el habla, la sonrisa, el gusto, la masticación y la co‐
municación social y, por lo tanto, afecta la salud, el bienestar y la calidad de vida en general [ 11 ] . Las
personas conservan más dientes de por vida debido al avance en los servicios de salud oral y al énfasis en
la prevención. Da como resultado un número creciente de adultos mayores dentados que enfrentan proble‐
mas dentales [ 51]. La enfermedad periodontal, la caries dental, la pérdida de dientes, la xerostomía y las
condiciones precancerosas y cancerosas orales son los problemas de salud bucal comunes en los adultos
mayores que causan un problema de salud pública importante en nuestra sociedad [2 , 52 ] .

3.1. Enfermedad periodontal

La enfermedad periodontal es una enfermedad inflamatoria crónica que se acumula a lo largo de la vida y
se vuelve irreversible si progresa a periodontitis. Afecta a las estructuras de soporte de los dientes cau‐
sando recesión gingival, reabsorción del hueso alveolar, movilidad de los dientes y eventualmente la pér‐
dida de dientes [ 53 ]. La recesión gingival es un factor de riesgo de caries radicular de alta prevalencia en
la población adulta mayor. La movilidad de los dientes y la pérdida de dientes disminuyen la eficiencia
masticatoria, lo que genera un gran estrés psicológico, dificultades en el funcionamiento diario y una cali‐
dad de vida reducida [ 12 ].

La enfermedad periodontal afecta aproximadamente al 45-50 % de los adultos en sus formas más leves de
periodontitis, aumentando a más del 60 % en adultos mayores de 65 años o más [ 54 ] . Una revisión mos‐
tró que el 11% de la población mundial padecía periodontitis severa [ 55 ]. La prevalencia de periodontitis
en personas de EE. UU. de 65 años o más fue del 66 %, y entre ellos, hasta el 23 % padecía periodontitis
grave [ 56]. La enfermedad periodontal no es una mera consecuencia del envejecimiento, sino que es indu‐
cida por el biofilm dental y, por lo tanto, un cuidado adecuado de la salud bucal puede prevenir su apari‐
ción. Los factores de riesgo para la periodontitis son similares para todos los grupos de edad, pero se agra‐
van más en los adultos mayores. Esto se debe principalmente a la disminución de la inmunidad, enferme‐
dades sistémicas como la diabetes, destreza manual reducida y agudeza visual disminuida [ 52 ], y su im‐
pacto sistémico en la población de adultos mayores es más profundo. Cada vez hay más evidencia que in‐
dica una asociación entre la enfermedad periodontal y varias comorbilidades, por ejemplo, diabetes, enfer‐
medades cardiovasculares, artritis reumatoide, enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson de‐
bido a su vía inflamatoria compartida y la mejora de la condición periodontal podría mejorar estas condi‐
ciones médicas.57 ]. Por lo tanto, tener una buena higiene bucal puede mejorar la salud bucal y la salud
sistémica en los adultos mayores.

3.2. Caries dental

La caries dental sigue siendo el principal problema de salud pública a nivel mundial y es la cuarta enfer‐
medad crónica más costosa para el tratamiento según la Organización Mundial de la Salud [ 58 ]. Induce
dolor, infección y eventualmente la pérdida de dientes si no se trata y afecta negativamente el bienestar ge‐
neral y la calidad de vida [ 2 ]. En 2010, había 2.400.000.000 de personas adultas en todo el mundo afecta‐
das por caries no tratadas. Hay tres picos durante la vida cuando la prevalencia de caries es alta, que son a
las edades de 6, 25 y 70 años. Esto indica que los adultos mayores corren el riesgo de desarrollar caries [
59]. Una disminución en la producción de saliva es común entre los adultos mayores que tienen polifarma‐
cia. Una revisión informó que el riesgo de caries en adultos mayores aumenta en un 60% con un pH bajo
en reposo y una tasa de flujo salival estimulada baja [ 60 ]. Existe una gran diferencia en la prevalencia de
caries en adultos mayores entre los lugares desarrollados y en desarrollo. En países en desarrollo como In‐
dia, la mayoría de los adultos mayores tenían caries con una prevalencia del 82 %, mientras que en países
desarrollados como Alemania, la prevalencia de caries en adultos mayores era de casi el 30 % [56, 61 ] .].
Sin embargo, los datos sobre la prevalencia del estado de caries en la población anciana son escasos y la
mayoría se actualizó hace décadas. Es urgente investigar el estado actual de caries en esta población para
diseñar políticas de salud adecuadas. La caries radicular es más frecuente en la población de adultos mayo‐
res debido a la exposición de la raíz después de la recesión gingival. El cemento áspero e irregular ex‐
puesto es más susceptible a la retención de placa y la desmineralización. Otros factores de riesgo incluyen
la edad avanzada, el nivel socioeconómico bajo, el consumo de tabaco y la mala higiene bucal [ 62 ]. A
medida que los adultos mayores retienen más dientes por más tiempo, se esperaría más caries radicular en
nuestra creciente población de adultos mayores y, por lo tanto, la demanda y la carga de su tratamiento au‐
mentarían [63] .]. La atención dental convencional suele ser difícil para los adultos mayores debido a limi‐
taciones como la accesibilidad y la asequibilidad. Por lo tanto, es importante contar con un método no in‐
vasivo y rentable para el control y prevención de caries para ellos.

La terapia con flúor es efectiva para la prevención de caries [ 64 ]. Los chequeos dentales frecuentes, la
limpieza dental profesional y la educación del paciente sobre instrucción de higiene oral y consejos dietéti‐
cos también son beneficiosos. El dentífrico con altas dosis de flúor es otro agente de flúor que se puede uti‐
lizar para controlar la caries dental en la población de adultos mayores [ 64 ]. El fluoruro de diamina de
plata (SDF) se ha recomendado como agente de detención de caries rentable y no invasivo [ 65 ]. Una revi‐
sión sistemática respalda el uso de SDF en la prevención de caries radiculares en adultos mayores [ 66 ].
En 2018, la Asociación Dental Estadounidense declaró que SDF era un tratamiento no restaurador para la
detención de caries en dientes permanentes y, en 2020, recomendó su uso para el manejo de caries [ 67].
Se deben realizar más ensayos clínicos bien diseñados para proporcionar más información sobre sus usos
clínicos en adultos mayores para el tratamiento de la caries.

3.3. edentulismo

La pérdida de dientes es el punto final de la caries dental severa y la periodontitis que eventualmente con‐
duce a un edentulismo completo [ 52 ]. La pérdida de dientes afecta la salud bucal general [ 68 ]. Después
de la extracción del diente, los dientes adyacentes pueden desplazarse uno hacia el otro y el diente opuesto
puede erupcionar en exceso [ 69 , 70 ], la pérdida de contactos proximales y el aumento del espacio inter‐
proximal pueden aumentar la posibilidad de atrapamiento de alimentos y, por lo tanto, caries y enfermedad
periodontal. La falta de dientes frontales afecta la estética y el habla, mientras que la falta de varios dientes
afecta la función de masticación [ 68 ]. La pérdida de dientes que resultó en edentulismo o falta de denti‐
ción funcional afecta la ingesta nutricional y plantea un mayor riesgo de desnutrición en un 21% [ 71]. La
pérdida de dientes puede provocar impactos negativos en el estatus social, la autoestima y la calidad de
vida relacionada con la salud bucal [ 72 ]. Además, una revisión informó que los pacientes con pérdida de
dientes tenían un mayor riesgo de sufrir depresión en un 28 % [ 49 ]. Los adultos mayores con múltiples
dientes faltantes tenían un 55 % más de riesgo de tener demencia, mientras que aquellos con más dientes
tendrían un 50 % menos de riesgo de tener demencia [ 73 , 74 ].

3.4. xerostomía

La saliva juega un papel importante en el mantenimiento de la salud oral. Ayuda en la masticación, la lu‐
bricación de los alimentos, la deglución, la sensación del gusto y el habla. También ayuda a prevenir la ca‐
ries dental y otras infecciones orales debido a sus propiedades antimicrobianas, limpiadoras y amortigua‐
doras. La xerostomía es un problema oral común en la población de adultos mayores con una prevalencia
del 33% [ 75 ]. La xerostomía es una sensación subjetiva de sequedad oral, mientras que la hiposalivación
es un hallazgo objetivo de disminución de la producción de saliva [ 76 ]. Con el envejecimiento, tanto las
glándulas salivales mayores como las menores sufren cambios degenerativos con atrofia de los tejidos aci‐
nares y, por lo tanto, la producción de saliva disminuye [ 77] .]. Los factores sistémicos, como la diabetes,
la cirrosis alcohólica, las enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjogren y la artritis reumatoide,
así como la ansiedad y el estrés, pueden afectar la función de las glándulas salivales. Los usos de medica‐
mentos como diuréticos, sedantes, antihipertensivos y antiparkinsonianos se asocian con xerostomía e hi‐
pofunción de las glándulas salivales [ 4 ]. El efecto depende del tipo de medicación, siendo la medicación
urológica la que impone el mayor riesgo (OR 5,91) y aumenta con el número de medicamentos tomados [
78 ]. Los pacientes con xerostomía tienen un mayor riesgo de caries dental y enfermedad periodontal, difi‐
cultad para hablar y tragar, síndrome de boca ardiente, alteración del gusto y problemas relacionados con
la prótesis dental, como dolor, úlceras e infección por Candida [ 4]. Las medidas preventivas como la apli‐
cación de flúor, las instrucciones de higiene bucal, el asesoramiento dietético y el uso de sustitutos de la
saliva son útiles para ellos [ 4 ].

3.5. Lesiones orales precancerosas y cancerosas

La mucosa oral es el revestimiento de la cavidad oral que protege contra los irritantes locales. Sin em‐
bargo, el epitelio oral se vuelve más delgado y menos resistente con la edad [ 53 ]. La mucosa se vuelve
permeable a las sustancias tóxicas y menos resistente a las enfermedades. Esto predispone a los pacientes a
lesiones cancerosas y precancerosas que pueden ser graves y potencialmente mortales [ 53 ]. El cáncer de
cavidad oral, labios y faringe es el octavo cáncer más común a nivel mundial. Afecta principalmente a per‐
sonas de 65 años o más y es más común en países subdesarrollados que en países desarrollados [ 52 ]. La
forma más común de cáncer oral en adultos mayores es el carcinoma de células escamosas que surge del
revestimiento de la mucosa oral [ 53]. El tratamiento en general son la escisión quirúrgica, la radioterapia y
la quimioterapia [ 52 ]. La radioterapia a menudo causa daños irreversibles en las glándulas salivales con
una secreción de saliva reducida cuando las glándulas salivales se incluyen en el campo irradiado. Las me‐
didas preventivas para el cuidado posterior de estos pacientes son cruciales para reducir el riesgo de caries
dental, enfermedad periodontal y otras infecciones orales.

3.6. Aparatos dentales


A lo largo de la vida, hay muchos cambios anatómicos e histológicos en la estructura dental debido al ata‐
que químico y las fuerzas mecánicas, por lo que el desgaste de los dientes se encuentra comúnmente en la
población de adultos mayores [ 79 ]. La prevalencia del desgaste dental aumenta con la edad del 3 % a los
20 años al 17 % a los 70 años [ 80 ]. El desgaste de los dientes puede ser causado por desgaste, abrasión,
erosión y cualquier combinación de estos [ 81]. La atrición es un proceso fisiológico debido al contacto de
diente a diente. Se presenta como superficies oclusales e incisales planas y lisas. La abrasión es un des‐
gaste patológico debido a fuerzas mecánicas extrínsecas que da como resultado una muesca en el área cer‐
vical con un borde áspero y afilado del esmalte. La erosión aparece como una superficie brillante y bri‐
llante con un borde redondeado debido a la disolución química. La pérdida de la estructura dental se ve co‐
múnmente en las superficies palatinas o labiales dependiendo de la fuente de erosión que puede ser extrín‐
seca o intrínseca [ 81 , 82 ]. Los dientes anteriores se ven más afectados por el desgaste de los dientes que
los dientes posteriores [ 81]. Las presentaciones clínicas pueden incluir bordes afilados de los dientes, hi‐
persensibilidad de la dentina, reducción de la altura clínica de la corona y reducción de la altura de la parte
inferior de la cara. En condiciones graves, puede exponer la pulpa y provocar pulpitis y necrosis pulpar [
79 , 81 ]. La modificación de la dieta y la aplicación de flúor resultan eficaces para controlar el desgaste de
los dientes y aliviar los síntomas [ 83 ].

4. Conclusiones

En conclusión, la salud oral y general están interrelacionadas y en ocasiones en una relación bidireccional.
La diabetes, la hipertensión, la artritis reumatoide, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkin‐
son y la depresión son enfermedades comunes que se vuelven más frecuentes con la edad. Estas enferme‐
dades sistémicas y sus medicamentos relacionados hacen que los adultos mayores sean más vulnerables a
las enfermedades orales como la enfermedad periodontal, la caries dental e incluso las lesiones orales pre‐
cancerosas y cancerosas. Los adultos mayores tienen cambios degenerativos que se vuelven más severos
con la edad. Muchos de ellos tienen importantes problemas médicos y dentales. Pueden sufrir xerostomía
y desgaste dental. Sus enfermedades y condiciones orales a menudo están interrelacionadas con sus pro‐
blemas sistémicos.

Expresiones de gratitud

Este estudio fue financiado por RGC General Research Fund #17100820.

Contribuciones de autor

Conceptualización: KCML, ECML y C.-HC; recursos: redacción de AKYC, MT y CMJ—preparación del


borrador original: AKYC, MT y C.-HC; redacción—revisión y edición: AKYC, KCML y C.-HC; supervi‐
sión: KCML y C.-HC Todos los autores han leído y aceptado la versión publicada del manuscrito.

Fondos

Esta revisión no recibió financiación externa.


Declaración de la Junta de Revisión Institucional

No aplica.

Declaración de consentimiento informado

No aplica.

Conflictos de interés

Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

notas al pie

Nota del editor: MDPI se mantiene neutral con respecto a reclamos jurisdiccionales en mapas publicados y afiliaciones
institucionales.

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