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INTERVENCIÓN DRAMATÚRGICA DE LA NIÑA SILENCIO (Revisado)
INTERVENCIÓN DRAMATÚRGICA DE LA NIÑA SILENCIO (Revisado)
NIÑA
SILENCIO
Alejandro Benavente
1ºDramaturgia (Recuerda que la portada, o portadilla es una página, separada del desarrollo
del texto. Además, el título debe ir en cursiva)
"La Niña Silencio"; se trata de (es) un texto de literatura juvenil, el cual (que) mezcla le
belleza del lenguaje, reforzada con unas ilustraciones que le otorga (debe existir
concordancia entre sujeto y predicado: las ilustraciones ORTORGAN, no otorga) cierta
poesía, para enfatizar en la necesidad apremiante de llegar, como mensaje social, al mayor
número de personas dentro del público juvenil y adulto, por partes iguales. Dado que el
tema a tratar (a más infinitivo con propósito de deber es un galicismo incorrecto) dentro de
esta historia es de vital urgencia en cuanto a su identificación y postrer estudio, (estudio
posterior) en pos de dilucizar (DILUCIDAR, no dilucizar) una solución loable, vamos a
trazar una lectura dramatúrgica del mismo, en la intervención que nos compete, para tratar
de adecuar de una manera práctica la vital importancia de su principal cometido: la
concienciación; valiéndonos de los recursos dramáticos dentro de la teatralidad
propiamente dicha, para asimilar el mensaje del texto, todo lo que subyace en el mismo,
desde las líneas de acción dramáticas, desde la experimentación cuasi práctica del calado
subyacente dentro de la obra primigenia.
ALEX, ¿esto qué quiere decir? Me refiero a: (…) “desde la experimentación cuasi práctica
del calado subyacente dentro de la obra primigenia?”
Alex, estamos en el primer párrafo del trabajo e insistimos en los errores que habíamos
detectado en la versión anterior y que referimos en la tutoría monográfica.
Se trata de una historia que narra las vicisitudes de una niña que padece maltrato por parte
de sus tutores legales, padres, no queda en ningún momento muy claro si se trata
directamente de adultos con quienes comparte la consanguineidad o de unas personas
encargadas de su manutención y cuidado. Su silencio, eje vertebrador de la historia, será la
consecuencia natural de esta clase de abusos indignos a los cuales es sometida en su
entorno doméstico. Entonces en el colegio, su profesora, gravitará a ésta a la
pedagoga/psicóloga de la institución, fruto de una conducta de indisposición por parte de la
alumna, para discernir cual puede ser la raíz circunstancial de sus múltiples ausencias
personales a la hora de abrirse acedémica y socialmente. (¿Puedes explicarlo de un modo
más sencillo?)
(Alex, no puedes hacer malabarismos con el lenguaje. Debes comenzar por lo sencillo, por
lo claro, por lo concreto: sujeto, verbo, predicado).
Personajes
La niña y los padres (lobos); la orientadora escolar y la profesora, serán el eje vertebrador
de la historia: presentándose ante el lector la enjundia de una problemática concreta, (la
problemática es un galicismo incorrecto: el problema) y la solución palpable al respecto de
tal problema. Podemos comprender, a causa de una despersonalización evidente dentro de
ambos roles (la ausencia de nombres/el apostar por el precedente incógnito de los
caracteres), precisamente la intención de la autora de arribar en el mayor número de vidas
posibles, ampliando el abanico circunstancial de ésta problemática en concreto, en vez de
partiendo de un fenómeno aislado, extrapolarlo de éste modo a la triste garantía de que se
trata de una constante en la sociedad, yéndonos mucho más allá de una afección estamental,
puesto que el hecho de ser una criatura desvalida o maltratada por los referentes parentales,
no entiende de techos altos, de palacetes, mansiones, ni de pisos oscuros de veinte metros
cuadrados.
Alex, detengo la lectura aquí, porque veo que estamos insistiendo en cuestiones que hemos
detectado ya, y advertido ya, por escrito y en persona.
Intentas escribir de un modo que te supera, porque no manejas con solvencia los términos
que deseas emplear, provocando errores y lagunas de sentido, cuando no se producen lapsos
mecanográficos. El resultado es la ilegibilidad del discurso: no es claro, no se entiende, no
es significativo.
Tienes que ir paso a paso, y no pretender ser académico antes de ser estudiante.
Falta la bibliografía, que debería estar presente en el trabajo.
2) Errores de concordancia.
4) Bibliografía.
En cuanto a la figura paterna, los paralelismos metafóricos de los aullidos y las fauces
abiertas, en una agresividad que no puede menos que atemorizar por su crueldad manifiesta
e injustificada, contrastarán fuertemente con los momentos de ternura, asilados y sutiles, en
los cuales, para hallar en efecto la simbiosis que se respira dentro de estos hogares, batará
con desarrollar una historia cuyo desarrollo se aplique enfatizando, por supuesto, en lo
impredecible de su conducta, en el dibujo fiable de la imposibilidad a la que se ve
condenado el menor para garantizar un entorno estable, en donde pueda desarrollar su
crecimiento de forma mínimamente saludable.
La orientadora escolar sería presentada como la certidumbre de la niña de que aún hay
lugares en lo que sentirse acogida. De ahí su adjetivación, la ausencia de apócopes, la
posiblidad de poder confiar en ella, planteada desde una intención por parte de la autora por
acuñarle elementos dulcificantes a este personaje. Nos dará el vestigio de calma que ya la
niña solo parece entrever a modo de percepciones meramente sensoriales, las cuales en
efecto orbitan al rededor de certidumbres tácitas que nos hablan de la confianza y el
bienestar. A su vez, la profesora tendrá un desarrollo más bien plano dentro de la historia,
siendo quien percibe las dificultades de abrirse de la niña, y siendo además de vital
importancia su "darse cuenta" de tal condición, siendo éste el suceso desencadentante que
nos conducirá a la continuación del relato, en pro de una pronta recuperación deseada para
la niña, por parte del sector más competente en la materia (orientación escolar).
Lenguaje
El lenguaje resulta sorpresivo, dado al manejo del mismo, pues tal como se va vertiendo la
información a cada párrafo, la imprevisibilidad de las circunstancias se hará un hecho de
interés, apostando por un tratamiento lacónico y certero. Dotado de poéticas accesibles,
sensoriales y de la presentación de unas problemáticas, no de una manera infantil, sino
accesible para todos los públicos. Adejtivaciones pragmáticas, poetización justidicada
dentro del propio discurso.
Espacio
La presentación de todos los elementos característicos del entorno natural, nos remonta a un
lugar apartado, próximo a las lejanías otoñales de un bosque occidental. La cantidad de
alusiones a este medio, que se hará en la descripción del propio entorno, enarbolando de
este modo al mismo tiempo la edificación de atmósferas, será fundamental para
comprender el espacio de desarrollo: "Vive en la guarida del lobo". "Las palabras fluyen
como el tío salte de piedra en piedra"... La animalidad en cuanto a la descripción de los
aviesos caracteres paternales, nos alejará además de la ciudad, a nivel sensorial,
transportándonos a entornos naturales.
Los espacios serán la casa y el despacho de la orientadora (como los entornos en los que se
desarrolla la peripecia de la niña silencio). Siendo de menor relevancia, casi como parte de
la contextualización de la historia, el colegio, la clase, o el camino de vuelta a casa.
La casa posee un doble rasero (castigo y confort), impidiendo la calma plena y de larga
duración precisamente por su rápida mutación de un extremo a otro. La guardia de los
lobos, lugar en el cual, cuando el hambre apremia (vacíos, malestares del alma) en la vida
de los lobos, la falta de empatía y laas conductas incendiarias apremiarán. Mientras que en
los momentos de conexión con la esencia por parte de estos lobos irredentos, vendrán
acompañados de amor, pureza y consciencia de acción.
El despacho será esa constante de mesa de desayuno servida con todo el cariño del mundo.
De tacto, ceracanía, apoyo incondicional y misericordioso. El colegio y la clase serán el
limbo, los lugares de mutis, en los cuales ya la niña ni siente ni padece. Entornos de
necesario transcurso para acceder a la realización de su pericia (hacerse consciente del
apoyo que tiene a su disposición, más hallá de las imposibilidades propiamente dichas, a las
que su condición de partida, de por sí ya condena), obligando a la protagonista a traspasar
las espesura de sombras de diferente calada en estos espacios contrapuestos, y amenzantes
al mismo tiempo (el entorno escolar y doméstico).
El camino de vuelta a casa, con el puente, será la imagen idónea para trazar una necesaria
separación entre un universo y el otro, ambos sórdidos, de este modo condenando al
ostracismo a la protagonista cada vez que se aleja de uno y se aproxima hacia el otro, como
a una suerte de rutinas que pondrán al límite de manera constante su capacidad de
resiliencia.
Tiempo
dramatis personae:
La niña silencio
La orientadora escolar
El padre (lobo)
Niña: ¿como el cuento que me lees en casa los jueves después del bar?
Padre: (algo tenso) como el cuento que te leo en casa los jueves después del bar.
Niña: ya...supongo...
Padre: las tortuguitas son bobitas y lentas. Ya entenderás cuando seas mayor.
Padre: he dicho que eres bobita y lenta, y no hay nada más que hablar, ¿de acuerdo? No hay
nada malo en ello; no me hagas enfurecer.
Niña: papi...
Padre: Anda, dame un beso y vete al colegio ya, que tu caparazón debe de pesarte
(agarrando del asa la mochila de su hija y elevándola un poco para verificar en efecto su
notorio peso).
Niña: (con un aura de tristeza profunda, ya asumida desde hace tiempo) ¿Y a dónde vas a
ir?
Padre: me temo pequeña que hoy me llamó el señor búho para beber del río de las dudas.
Ya entenderás...
Padre: supongo que dos más dos son cuatro, y que eso puede aprenderlo con su padre
contando las piedras en el camino del puente, ¿verdad pequeña? (mira sonriente a su hija.
Suelta un hypo que desprende cierto olor a vodka caliente).
Orientadora: (orientando a la niña dentro del recinto como si fuera una criaturilla desvalida,
mientras observa al padre con ojos ígneos y enjuiciantes) Vamos tesoro, vamos.
Orientadora: caballero, más le valdría permanecer alejado de esta escuela. Mantenga las
distancias, se lo ruego.
Padre: (encarándose a ella) ¿Me vas a decir tú a mí lo que tengo que hacer, maldita?
Niña: (dándole puñetazos de desesperación al padre en las piernas) ¡No papi, no, no lo
hagas, no lo hagas, no!...
El padre lobo, con una expresión desencajada, mordiéndose la lengua, levanta la mano a
la orientadora para darle un golpe. La orientadora saca del bolsillo las llaves y se las
clava en los ojos al padre, cayendo éste dolorido al instante, jadeando. La orientadora se
aparta, y la niña queda hierática al medio, mirando hacia público. La iluminación alumbra
solo una mitad de su cuerpo, el que está de lado de la orientadora, mientras el lado del
padre, quien sigue en el suelo en posición fetal quejándose todo el tiempo, está oscuro por
completo. El teatro se va inhundando poco a poco de olor a vodka caliente.
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1. Línea de acción
3. Estructura interna
Escena 1: La niña silencio va acompañada por su padre a clase una mañana cualquiera de
otoño. Llegan tarde porque el padre se encuentra algo ebrio aun de la noche pasada, y en un
supuesto acceso de amor incondicional, ha decidido acompañar a su hija a clase, quien de
normal suele ir sola. En la puerta tienen un encuentro con la orientadora escolar, y ocurre
un rifirafe entre ambos.
Escena 2: La orientadora conversa con un policía y con la directora del centro, mientras el
padre está siendo atendido por un vehículo de urgencia su herida en los ojos (a causa del
apuñalamiento sufrido por parte de la orientadora). La niña permanece en silencio a la vera
de su padre, mientras este es atendido por el enferemero de urgencia. Mirando ambos con
cara de lobos que traman un ataque voraz en cuanto sus víctimas bajen la guardia.
Escena 3: Ya a la tarde, cuando todo el mundo se ha ido, a la salida del colegio, le esperan
el padre, el señor búho y la niña. Mantendrán los adultos una conversación en la que el
padre y el señor búho. La conversación se acalorará, y diciendo a la niña una excusa de que
van a hablar cosas de mayores, se salen los tres adultos de escena, y se empieza a escuchar
ruidos de paliz; los dos propinarán una paliza a la orientadora. Mientras tanto, la niña se
tumbará en la carretera de frente de la escuela para ser atropellada, pues aunque crean que
no se da cuenta.... En una de los golpes, de pronto el padre lobo, sonriendo, contento de lo
que está haciendo, con un parche en el ojo, se voltea y ve a su hija tumbada en la carretera.
De pronto, algo dentro de él cambiará. Irá a por ella, la abrazará y juntos llamarán a un
ambulancia de nuevo que venga a atender a la orientadora, herida de gravedad por la paliza
propinada. Y éste se arrepentirá, y el señor búho, por su incorrespondencia ya con el
contexto de penitencia, volverá sobrevolando las dudas hacia nuevas aguas con nuevos
bebedores con quienes confundir la orientación de sus actos.
Orientadora: Chica de uno 38, con gafas de culo de vaso y algo raquítica.
Padre (lobo): hombre de unos 42, con pelo lacio y negro, con algunas canas. Afeitado, de
estatura media y algo moreno de piel.
7. Lenguaje
Seleccioné éste texto puesto que me pareció que la problemática planteada en el mismo, es
de vital importancia para ser atendida, y porque sentía desde un primer momento que el
tratamiento expresionista de su edificación, daba muchas posibilidsdes dramáticas.
Interesante para escenificar, y una gran historia que ahonda en los miedos y vicisitudes de
los que han tenido que vivir una experiuencia de vida tamprana más dura que los demás.
Pero aún así no se traa de un fenómeno extracotidiano. Aunque no abunden los casos, en
comparación a la estabilidad que puede respirar un hogar estable, no hay distinción de
clases ni de entornos, como comentábamos al principio del trabajo. Por ello me parecía
muy interesante, valiéndome del lenguaje teatral, de sus códigos de transmisión de ideas,
exponer al mundo la situación de la niña, dividida verdaderamente en dos, exponiendo al
espectador, cómo no es tan sencillo como decir "me tratas mal, pues me alejo de tí";
muchas veces en la vida no sabemos hasta qué punto nos afectan las cosas hasta que somos
capaces de distanciarnos del punto de partida, contemplando con una óptica distante el
verdadera espector de los acontecimientos que nos están afectando y que no nos estamos
dando cuenta en el momento. En ese sentido, esta historia parte de un estado de conciencia
medianamente aplicado a la niña como protagonista, en esencia para subrayar su capacidad
de resiliencia, pero la necesidad del apoyo externo va a ser la columna vertebral del relato,
y el camino definitivo a una recuperación definitiva, que será dolorosa, como todos los
grandes cambios, pero vital para la evolución de éste enigmático protagonista, y de todos
sus iguales, quienes fuera de la ficción están desvalidos y requieren de ese apoyo externo,
para definitivamente romper con las cadenas de un entorno hostil.