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La Guerra Fría
La Guerra Fría
El eje del conflicto fue la pugna entre los modelos de organización política, social y
económica de las dos superpotencias surgidas luego de la Segunda Guerra Mundial:
EE.UU: líder del bloque occidental, integrado por Japón, los países
de Europa occidental, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Defendían el
capitalismo como sistema económico y la democracia liberal como
sistema político.
URSS: encabezaba el bloque del Este o bloque oriental, integrado por
los países ocupados por el Ejército Rojo y otras fuerzas armadas
comunistas. Defendían el socialismo como sistema económico y social y
la democracia popular de partido único como régimen político
Todo empezó desde la primera guerra mundial, en donde Estados Unidos, Reino Unido
y Rusia fueron aliados durante siete meses, desde abril de 1917 hasta que
los bolcheviques tomaron el poder en Rusia en noviembre.
En 1918, los bolcheviques negociaron un acuerdo de paz separado con las potencias
centrales en el Tratado de Brest-Litovsk. Esta paz acordada por separado contribuyó a
que los norteamericanos desconfiaran de los soviéticos, ya que dejaba a los aliados
occidentales que continuaran peleando solos contra las potencias centrales
El telón de acero de hierro fue una frontera ideológica, política y física que dividió
a Europa en dos durante la Guerra Fría: la parte occidental bajo la órbita capitalista
y la oriental con influencia soviética. En un primer momento, la línea solo era
imaginaria, pero el levantamiento del Muro de Berlín en 1961 materializó la separación
de todo un continente. La cortina de hierro estuvo en pie desde el final de la Segunda
Guerra Mundial hasta la caída del Muro en 1989 y de la Unión Soviética en 1991.
Esta crisis instauró el “teléfono rojo”, una línea directa entre Washington y
Moscú, a través de la cual los dirigentes soviético y estadounidense pudieran
negociar en casos de extrema gravedad.
En esta etapa la polarización mundial se hizo mucho más compleja, ya que las
economías de Japón y Europa lograron restablecerse de la debacle de la Segunda
Guerra Mundial y los países del Tercer Mundo supieron organizarse en
instituciones de OPED, lo que les permitió escapar a la dinámica mundial
Por otro lado, la URSS pasaba por un estancamiento económico, promovió una
relajación o distensión (la deténte) en sus políticas internacionales, lo cual no
impidió que las tropas soviéticas entraran a Checoeslovaquia para aplastar la
llamada Primavera de Praga, una liberalización política momentánea que empezó
en enero de 1968.