Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
3 - Arritmias
3 - Arritmias
Taquiarritmias: Una Taquiarritmias es aquel ritmo cardiaco con una frecuencia mayor de 100 lpm
en, al menos, tres latidos consecutivos. Se clasifican según su origen en supraventriculares
(TSV): aquellas que para mantenerse precisan de estructuras localizadas por encima de la división
del haz de His, es decir, las aurículas y el NAV; y ventriculares (TV): aquellas que para su
mantenimiento solo precisan de tejido ventricular.
Anamnesis y exploración física: Se debe realizar una anamnesis breve que recoja la existencia
de cardiopatía previa y su gravedad (el antecedente de cardiopatía isquémica es un factor
predisponente de determinadas arritmias). Asimismo, hay que interrogar por la presencia de otras
enfermedades (EPOC, asma, hipertiroidismo), así como por el uso de fármacos potencialmente
arritmogenos (digital, antiarrítmicos, broncodilatadores) o causantes de alteraciones electrolíticas
(diuréticos) que puedan precipitar la aparición de arritmias. Además se preguntara por síntomas
graves (angina, sincope, disnea). En la exploración física hay que buscar signos de mala
perfusión periférica (obnubilación, palidez, sudo ración, frialdad distal) y/o de insuficiencia cardiaca.
El pulso venoso yugular puede encontrarse elevado si existe insuficiencia cardiaca; también puede
mostrar palpitaciones rápidas y regulares en la base del cuello (≪signo de la rana≫) en la
taquicardia intranodal; ausencia de onda ≪a≫ en la fibrilación auricular y ondas ≪a≫ ocasionales
de gran amplitud (≪ondas a cañón≫) que indican disociación AV y se pueden observar en las TV y
en el bloqueo AV completo. En la auscultación cardiopulmonar se buscaran signos de cardiopatía
subyacente (soplos, alteraciones de los ruidos cardiacos), broncoespasmo o signos de insuficiencia
cardiaca izquierda.
Eje del QRS Un cambio mayor a 40° en el eje durante una taquicardia
Morfología QRS Determinadas morfologías se asocian con mayor probabilidad a las TV.
Flutter auricular: se caracteriza por un ritmo auricular rápido, regular y organizado, visible en el
ECG en forma de ondas monomorfas sin segmento isoeléctrico entre ellas (aspecto en ≪dientes
de sierra≫), denominadas ondas F.
Clínica: suele presentarse como una taquicardia regular de QRS estrecho en torno a 150 lpm, ya
que la respuesta ventricular suele ser 2:1. Puede observarse conducción 1:1 en pacientes con vía
accesoria con conducción anterógrada rápida, exceso de catecolaminas o por efecto de fármacos
antiarrítmicos. Asimismo puede existir mayor grado de bloqueo (3:1, 4:1 o mayor) bajo tratamiento
con fármacos frenadores del NAV o cuando coexiste enfermedad del sistema de conducción. En
algunos casos la respuesta ventricular puede ser irregular, por conducción AV variable, y en otros
el QRS puede ser ancho (vía accesoria, bloqueo de rama preexistente o funcional).
Clasificación: la forma más frecuente es el flutter típico o ístmico, denominado así por originarse
por un mecanismo de macroreentrada a nivel del istmo cavo-tricuspideo (ICT). El flutter típico, a su
vez, puede dividirse en común (la activación auricular es en sentido antihorario, con una frecuencia
de ondas F de 250-350 lpm, con polaridad negativa en II, III, aVF, V5 y V6, y positiva en V1) y no
común ( activación en sentido horario, con ondas positivas en cara inferior). El flutter atípico no
depende del ICT, sino de otras estructuras auriculares o cicatrices previas y pueden presentar una
frecuencia auricular mayor y ondas F con distinta polaridad y, a menudo, ≪melladas≫. La
distinción entre ambos tipos es importante ya que tiene implicaciones terapéuticas. Por su forma de
presentación podemos distinguir el flutter paroxístico, frecuentemente sin cardiopatía y a veces
asociado a patología extracardiaca (sobre todo EPOC), y el permanente, casi siempre en pacientes
con cardiopatía (valvular, isquémica, postcirugia). Con cierta frecuencia el flutter coexiste con
fibrilación auricular.
El tratamiento agudo: se basa en realizar maniobras vagales (maniobra de Válsala o masaje del
seno carotideo), aunque su eficacia no es muy alta. Si la taquicardia persiste se puede emplear
tratamiento farmacológico para el bloqueo del NAV. Los fármacos de primera elección son el ATP y
la adenosina, por su alta eficacia (superior al 90%) y la corta duración de su efecto. Además
resultan útiles para el diagnóstico diferencial entre las taquicardias por reentrada AV y las
auriculares. El verapamilo iv tiene una eficacia similar y una vida media más larga, por lo que
resulta útil si la taquicardia recurre tras la administración de ATP, o si este está contraindicado. Hay
que individualizar el tratamiento preventivo en función de la frecuencia y repercusión clínica de
los episodios. En algunos casos puede ser suficiente la realización de maniobras vagales por el
paciente o el tratamiento farmacológico solo durante las crisis, sin precisar tratamiento crónico. En
caso de recurrencias frecuentes, que afecten a la calidad de vida o por elección del paciente,
existen dos opciones: fármacos frenadores del NAV como verapamilo, betabloqueantes de vida
media larga o antiarrítmicos del grupo Ic (salvo en pacientes con cardiopatía estructural relevante);
y ablación por radiofrecuencia. Actualmente, esta es la alternativa más empleada y se recomienda
ofrecerla a los pacientes dada la alta tasa de curación (>90%) con escasa tasa de complicaciones
(<0,5% de bloqueo del nodo AV).
Tras una extrasístole auricular (EA) que se conduce a través de la vía lenta (PR largo), se produce
una taquicardia regular de QRS estrecho en la que se observa una onda p retrograda (p´)
inmediatamente detrás del QRS. Registro de Holter en el que se observa el inicio de una TRIN.
Taquicardia por reentrada auriculoventricular mediada por vía accesoria: esta taquicardia es
más frecuentes en varones, generalmente sin cardiopatía estructural (excepto en determinadas
situaciones como la anomalía de Ebstein o el prolapso mitral). Existe una conexión anormal (vía
accesoria) entre aurículas y ventriculos, formada por una banda de tejido miocárdico. Cuando en
ritmo sinusal la vía accesoria tiene capacidad de conducción anterógrada, origina un patrón
electrocardiográfico de preexcitación: PR corto, onda delta (empastamiento inicial del QRS) y QRS
ancho. Esto se produce porque la vía accesoria conduce más rápidamente que el NAV, por lo que
la activación ventricular se adelanta (preexcitación), originando un intervalo PR corto. Como esta
activación ventricular se lleva a cabo a través de fibras miocárdicas, la porción inicial del QRS se
ensancha, originando la onda delta. La porción final del QRS es normal porque depende del
sistema de conducción. Si la vía accesoria solo tiene capacidad de conducción retrograda se
denomina vía oculta: el ECG en ritmo sinusal es normal pero existe un sustrato para la aparición de
taquicardias. Cuando la vía accesoria interviene en la producción de taquicardias se habla de
síndrome de Wolff Parkinson White (WPW). En estas taquicardias, la vía accesoria permite
constituir un circuito de reentrada en el que están involucrados la propia vía accesoria, la aurícula,
el NAV y el ventrículo. En la forma típica de taquicardia mediada por vía accesoria, denominada
ortodrómica, el NAV conduce anterogradamente, despolarizando el ventrículo a través del sistema
específico de conducción, por lo que el QRS es estrecho (salvo bloqueo de rama preexistente o
desarrollado durante la taquicardia), mientras que la vía accesoria conduce el impulso
retrógradamente a la aurícula. En la forma antidromica, muy poco frecuente (generalmente en
pacientes con varias vías), la vía accesoria conduce anterogradamente y produce una taquicardia
de QRS ancho que puede ser indistinguible de una taquicardia ventricular. Aunque es poco
frecuente, en algunos casos el síntoma inicial en los pacientes con WPW puede ser la muerte
súbita. El tratamiento del episodio agudo (orto o antidromica) en caso de compromiso
hemodinámico severo (hipotensión grave, sincope) es la cardioversión eléctrica inmediata. En
general, si la taquicardia es ortodrómica (QRS estrecho) y bien tolerada se puede tratar como una
taquicardia intranodal, con fármacos frenadores del NAV (adenosina). Sin embargo, cualquier
frenador del nodo se debe evitar si la taquicardia se presenta con QRS ancho (antidromica), dada
la dificultad del diagnóstico diferencial con la TV y la posibilidad de estabilización hemodinámica.
Tanto en la orto como en la antidromica se pueden emplear antiarrítmicos como la flecainida,
propafenona o amiodarona, que actúan sobre la vía anómala. En la prevención de recurrencias
de taquicardias reentrantes por vía accesoria (orto o antidromica), el tratamiento de elección de los
pacientes sintomáticos es la ablación con radiofrecuencia. Los pacientes asintomáticos con patrón
de preexcitación en el ECG no precisan tratamiento, salvo en determinados pacientes, como
pilotos, conductores profesionales o deportistas, en los que se recomienda la ablación. El riesgo de
presentar arritmias en los pacientes asintomáticos es de aproximadamente 1,7% al año y el de
presentar muerte súbita se estima en 1/1000 pacientes al año. No obstante, ya que los riesgos de
la ablación actualmente también son bajos, se debe informar al paciente de las opciones y actuar
según su decisión, pues se trata de un procedimiento curativo.
Taquicardias preexcitadas: la presencia de una vía accesoria puede fomentar la conducción
rápida a los ventriculos de cualquier TSV. Dada su frecuencia relativa y el riesgo de transformación
a fibrilación ventricular hay que resaltar la FA preexcitada. Es una arritmia irregular con QRS ancho
y preexcitación variable. El tratamiento recomendado, si hay estabilidad hemodinámica, es la
flecainida o propafenona (también se puede emplear la CVE). Se contraindican los frenadores del
nodo AV por el riego de favorecer la conducción por la vía accesoria y el potencial riesgo de
degeneración a FV. Tampoco se recomienda la amiodarona por el mismo motivo: tiene un efecto
hipotensor y depresor de la conducción nodal, cuando se administra por via intravenosa, que
puede preceder al efecto sobre la vía accesoria.
Taquicardia ventricular polimorfa: es una TV rápida, irregular, con complejos QRS de morfología
cambiante, cuya frecuencia suele oscilar entre 200 y 250 lpm, y que, con frecuencia, degenera en
FV. Suele aparecer en el contexto de isquemia aguda o alteraciones hidroelectrolíticas. También
pueden observarse asociadas a la miocardiopatía hipertrófica o al síndrome de Brugada. La TV en
torsade de pointes generalmente se observa asociada a un síndrome de QT largo congénito o
adquirido (este último secundario a antiarrítmicos de clase I y III, drogas psicótropas, consumo de
cocaína, intoxicación etílica, alteraciones metabólicas, bradicardia, isquemia). En el tratamiento del
episodio agudo en los casos adquiridos puede utilizarse sulfato de magnesio (1-2 gr iv en al menos
10 minutos, seguido de 200-300 mg por hora durante 4-8 horas), pero no se recomienda la
administración de antiarrítmicos. A veces puede verse favorecida por la bradicardia, por lo que en
estos casos puede ser útil la infusión de isoproterenol o el implante de un marcapasos transitorio.
Estos pacientes deben ser remitidos a una unidad de Arritmias puesto que en muchos casos debe
implantarse un DAI.
– Ritmo idioventricular acelerado: es un ritmo ventricular (no taquicardia) con una frecuencia
entre 60 y 100 lpm. Se produce como signo de reperfusion coronaria en los IAM. Es especialmente
común en los IAM inferoposteriores, asociándose frecuentemente con bradicardia sinusal. No se
asocia a mal pronóstico y no requiere tratamiento específico. En caso de deterioro hemodinámico
se puede utilizar la atropina iv.
– Fibrilación ventricular: es un ritmo ventricular ineficaz, con una frecuencia superior a 250 lpm,
irregular y de morfología caótica, sin pulso, que debe tratarse con choque eléctrico no sincronizado.
Taquicardias fasciculares.
Otras (Chagas).
Congénito.
Intervalo QT normal
Isquemia aguda.
Síndrome de Brugada.
Prevención primaria: Pacientes en riesgo de muerte súbita secundaria a TV/FV que estén
recibiendo un tratamiento médico óptimo, incluyendo: Pacientes que hayan sufrido un IAM previo (y
hayan transcurrido al menos 40 días) y que presenten una FEVI menor o igual al 30%. Pacientes
con cardiopatía no isquémica, clase funcional NYHA II-III y FEVI menor o igual al 35%. Pacientes
que hayan presentado episodios sincopales y presenten cardiopatía estructural y una TV/FV
inducible en el estudio electrofisiológico. Pacientes con síndrome QT largo congénito que
presenten TV polimorfas (torsade de pointes) recurrentes a pesar de tratamiento betabloqueante.
Pacientes con miocardiopatía hipertrófica de alto riesgo (historia familiar de MS, sincope, TV no
sostenida asintomática, respuesta anormal de la TA al ejercicio, hipertrofia ventricular izquierda
>30 mm). Pacientes con síndrome de Brugada de alto riesgo (sincope). Pacientes con displasia
arritmogenica del VD de alto riesgo (afectación extensa de VD, afectación de VI, historia familiar de
MS, sincope).
– Transcutaneo: la estimulación puede generar un artefacto en el ECG similar al QRS sin que se
produzca captura ventricular. A diferencia del QRS, este artefacto no se sigue de una
repolarización (onda T). Por eso es preciso ajustar la energía de descarga hasta conseguir en el
ECG un QRS y una onda T. La descarga eléctrica del marcapasos transcutaneo es dolorosa,
requiriendo una sedoanalgesia suave, lo que limita el uso de este dispositivo.
Bradicardia sinusal: enfermedad del nodo sinusal: Puede producirse por una reducción del
automatismo (la despolarización de las células del NS es más lenta de lo habitual –menos de 60
lpm– por causas no patológicas: sueno, atletas; o patológicas); o deberse a la existencia de un
bloqueo sinoauricular (el estímulo no se trasmite adecuadamente desde el NS a las aurículas).
Existen tres tipos de bloqueo sinoauricular.
Bradicardia sinusal.
El estímulo se conduce a la aurícula de forma lenta, pero todas las despolarizaciones provocan una
onda p. No es posible el diagnostico en el ECG de superficie, ya que la despolarización del NS no
se registra en este.
Mobitz I o Wenckebach: la conducción hacia las aurículas se retrasa progresivamente hasta que
se produce una pausa sinusal. En el ECG de superficie encontraremos de forma periódica la
ausencia de una onda p. Característicamente, en este tipo de bloqueo, el intervalo pp se acorta
progresivamente hasta la pausa.
Mobitz II: ausencia de onda p de forma aleatoria. El intervalo sin onda p es 2, 3 o 4 veces el ciclo
pp normal. En este caso los pp no se acortan.
Bloqueo sinoauricular de tercer grado: Ningún estimulo del NS se trasmite a las aurículas. En
ECG de superficie encontraremos silencio auricular o ritmos auriculares de rescate no sinusales.
Prolongación constante del intervalo PR por encima de 0,20 seg. Todas las ondas p se siguen de
un QRS.
Mobitz II: se produce de forma repentina el bloqueo de una onda p sin variaciones en el PR de los
latidos previos. Se denominan según la relación de p generadas y bloqueadas (se habla de
bloqueo 3:1 si de cada 3 ondas p, una se bloquea)
Ninguna p se conduce a los ventriculos, apareciendo una disociación entre las p y los complejos
QRS. La localización del bloqueo se puede conocer en función de la frecuencia y el tipo de escape.
Son signos de bloqueo suprahisiano un ritmo de escape con QRS estrecho y con una frecuencia
mayor de 40 lpm. Por el contrario, escapes de QRS ancho y frecuencias inferiores a 40 lpm indican
un posible bloqueo infrahisiano con mayor riesgo de asistolia. En pacientes con FA como ritmo de
base, la aparición de QRS rítmicos y lentos orienta hacia la existencia de un BAV completo con un
ritmo de escape secundario.
MARCAPASOS
Los marcapasos son dispositivos diseñados para la corrección de los defectos de conducción
cardiacos, supliendo la función eléctrica fisiológica del corazón. En general, el marcapasos está
compuesto por un generador que se coloca, en la mayoría de los casos, en la región prepectoral
izquierda, por debajo de la clavícula. Dicho generador se conecta a través de unas sondas a las
cavidades cardiacas siendo variable el número de sondas y la cavidad estimulada. Todos los
marcapasos se nombran con tres letras (AAI, VVI, DDD) dependiendo de su función según un
código establecido. Algunos marcapasos tienen la capacidad de variar su frecuencia adaptándose
al ejercicio físico con sensores de actividad. Estos sensores pueden medir la contracción muscular,
la frecuencia respiratoria o la temperatura sanguínea y sus variaciones con el ejercicio,
aumentando la frecuencia basal. Estos dispositivos añaden la letra R a su nomenclatura (DDD-R,
AAI-R).
Indicaciones: A pesar de la variedad de situaciones clínicas en las que existe indicación para la
colocación de un marcapasos definitivo, existen dos factores generales que siempre hay que
considerar: la correlación de los síntomas y la bradiarritmias, y la localización de la alteración en la
conducción (en general se recomienda colocación de marcapasos si el nivel del bloqueo es
infrahisiano). Las indicaciones más frecuentes son la disfunción sinusal y el BAV. Determinados
pacientes pueden presentar bradiarritmias provocadas por fármacos. Siempre que no sea posible
la retirada del fármaco por no existir un tratamiento alternativo óptimo, se debe considerar la
colocación de un marcapasos (por ejemplo, paciente que requiere tratamiento betabloqueante por
angina y presenta una bradicardia sintomática).
Disfunción del marcapasos: La disfunción de marcapasos es un cuadro que puede ser grave en
función del grado de dependencia del ritmo del paciente a la estimulación por el marcapasos.
Globalmente, y de forma simplificada, la disfunción de marcapasos se puede dividir en:
– Defectos de sensado: el marcapasos no es capaz de detectar las despolarizaciones propias del
corazón no inhibiéndose ante un estímulo natural. Encontraremos estímulos del mismo no
coordinados con el ritmo basal. Si el estímulo del marcapasos coincide con la onda T puede
desencadenar una taquicardia helicoidal o torsade de pointes (fenómeno R sobre T).
Nomenclatura de marcapasos.
se encuentra inhibido
el marcapasos se activa en
D: bicameral D: bicameral
0: Ninguna 0: Ninguna