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ACTO JURIDICO

TEMA: REQUISITOS DE VALIDEZ DEL ACTO JURIDICO

ALUMNO:
SAAVEDRA AGUILAR CARLOS ALBERTO

DOCENTE:
PERCY GARCIA PAREDES

UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ÁNGELES DE CHIMBOTE


SEDE – CAÑETE
2019
PRINCIPIO DE VALIDEZ DEL ACTO JURIDICO

De acuerdo con el artículo 140º de nuestro Código Civil, al conceptualizar al acto


jurídico, dicho precepto normativo también hace referencia a sus requisitos necesarios
(elementos esenciales de carácter general) que le son comunes, es decir, encontramos cinco
requisitos de validez que fluyen de dicho texto, saber:

I. LA MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD:

La voluntad constituye la esencia misma del acto jurídico, pero sólo por la
manifestación el sujeto lo hace conocer. La conjunción de la voluntad y su manifestación es el
resultado de un proceso que va de lo subjetivo a lo objetivo, de la voluntad interna o real a la
voluntad manifestada.

En el proceso de la formación de la voluntad deben distinguirse tres fases: El


discernimiento, es un estado de conciencia determinado por el desarrollo intelectual del
individuo que invistiéndolo de la facultad de conocer en general, lo coloca en condición de
formar un juicio por medio del cual percibe y declara la diferencia que existe entre varias
cosas, de apreciar y juzgar sus actos y de los ajenos, o en términos más simples de distinguir
los diversos actos en sus diferentes categorías.

La intención, consiste en el propósito deliberado de realizar el producir sus efectos.

La libertad, debe entenderse como la espontaneidad de celebrar el acto jurídico. Es la


determinación, la facultad de elección. Como consecuencia del discernimiento y de la
intención.

Clases de Manifestación:

a) Manifestación expresa

La manifestación de voluntad es expresa cuando los medios empleados por le sujeto


tienen por finalidad directa e inmediata dar a conocer la voluntad interna. Tales medios pueden
ser el lenguaje hablado o escrito y también el mímico.
La declaración expresa mediante la mímica 'se da cuando el sujeto revela gastos o señas,
tales como movimientos de las manos o de la cabeza. Este puede ser un lenguaje tan expresivo
como los anteriores.

El Código, además de dispensar un mejor tratamiento a la manifestación expresa,


suprime "la ejecución de un hecho material. El art. 141 establece que la manifestación de
voluntad es expresa "cuando se formula oralmente, por escrito o por cualquier otro medio
directo. Por esto último debe entenderse el lenguaje mímico más no la "ejecución de un hecho
material" que cae dentro de la noción del "comportamiento" al que se refiere el mismo Art. 141
como expresión de la manifestación tácíta.

b) Manifestación Tácita

La manifestación de voluntad es tácita cuando no está dirigido directamente a dar a


conocer la voluntad interna; esta se deduce de ciertas actitudes o comportamientos. Las
actitudes o comportamientos es lo que la doctrina reconoce como falta concluyente, hechos
concluyentes, los cuales deben permitir una presunción de la voluntad de quien los realiza.

c) El Silencio

En relación al silencio debe dejarse establecido pues que la doctrina es unánime en considerar
Que, en sí mismo no constituye declaración de voluntad. La cuestión está en cuanto existe
obligación de explicarse y en tal caso, si el silencio es una manifestación tácita o presunta.

León Barandíarán, criticando el Art. 1077 del Código del 36 y postulando su modificación en
el Proyecto de Reforma. Dice que en lo ateniente al silencio no se trata simplemente de que
exista o no obligación de explicarse, sino que el asunto mismo acerca de qui tacit consertiré
videtur o non videtur, debe apreciarse según los' antecedentes circunstanciales en un caso
determinado.

Así pues, el Código en su Art. 142 ha dejado establecido que "El silencio importa
manifestación de voluntad cuando la ley o al convenio le atribuyen ese significado". La norma
se contradice con la concepción del silencio en la moderna doctrina, pues no constituye
manifestación de voluntad en ningún sentido ya 'que carece de significado jurídico en sí
mismo. El significado sólo se le puede atribuir la ley o el convenio; la primera con sus normas
supletorias; y, el segundo con la hipótesis y consecuencias previstas.
Manual de la Puente y Susana Zusman dicen que no significa que la ley o el convenio traten de
presumir cuál es la voluntad de silente, sino que se da al silencio el valor de determinada
declaración de voluntad, de tal manera Quesi el sujeto calla, sabe que con ello están dando
lugar a que su actitud tenga los efectos jurídicos que señala la ley o se convenga entre las
partes.

Sólo la ley o el convenio pueden, pues, atribuir significado al silencio.

II. LA CAPACIDAD O AGENTE CAPAZ


 La capacidad de Goce (llamada jurídica o de derecho) es la aptitud o idoneidad que
tiene el sujeto para ser titular de derechos y deberes.
 Toda persona tiene el goce de los derechos civiles, salvo las excepciones expresamente
establecidas por ley.
 La capacidad jurídica es la aptitud que tiene el sujeto de derecho para ser titular de
relaciones jurídicas , ya como activo ( titular de derechos ) , ya como sujeto pasivo
( titular de deberes)
 La capacidad de goce se adquiere plenamente con el nacimiento.
 El concebido tiene capacidad de goce, pero con la limitación de derechos
patrimoniales está condicionada a que nazca vivo.

Si bien la manifestación de voluntad es la esencia misma del acto jurídico, la sola


manifestación no es suficiente para darle eficacia y validez. Es necesario que la manifestación
emane de un sujeto capaz. La capacidad se constituye por ello, en un segundo requisito de
validez.

La capacidad está referida tanto a la persona natural como a la persona jurídica y abarca
tanto la capacidad de goce como la de ejercicio. La capacidad se distingue en capacidad de
goce y capacidad de ejercicio.

La primera denota la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones; la segunda, la


posibilidad de celebrar actos jurídicos por sí.

a) Capacidad de goce
Tratándose de las personas naturales, la noción de capacidad de goce está contenida en
el Art. I del Código.

Tratándose de las personas jurídicas que, como ya se ha indicado, tienen también


personalidad, su capacidad de goce se da con el inicio de su existencia, ya sea que se trate de
personas de derechos público o de derecho privado, y está en función de su finalidad que, a las
primeras se las asigna la ley Y a las segundas su acto constitutivo. Pero ambas, además están
sometidas, en cuanto a su capacidad de goce, a la gran limitación que les impone el ser entre
abstractos, como contraposición a las personas naturales, pues sólo pueden adquirir y tener los
derechos y contraer las obligaciones que no sean inherentes a la condición de la persona
humana, conforme al principio contenido en el Art. 43 del Código de! 36 Y que el nuevo
Código no reitera, sin que ello pueda significar la abrogación de este principio.

b) Capacidad de ejercicio

La capacidad de ejercicio, de hecho o de obrar, en la expresión de MESSINEO


es la aptitud para adquirir y para ejercitar con la propia voluntad, o sea, por sí solo,
derechos subjetivos o de asumir con la propia voluntad, o sea, por sí solo obligaciones
jurídicas, es decir de celebrar actos jurídicos.

Las personas naturales tienen, pues, tal capacidad de ejercicio a partir de los 18
años de edad, pues antes de cumplirlos están en estado de Incapacidad y esta será para
menores de 16 años y relativa para los menores de 18 años pero mayores de 16, salvo
que contraigan matrimonio y obtengan título que los autorice oficialmente a ejercer una
profesión u oficio. Así resulta de los Art. 42, 43, inc. 1; 44, inc. 1 y 46 del C.C.

Pero no obstante la mayoría de edad, existen otras causas de incapacidad de


ejercicio.

Son causales de incapacidad absoluta la privación de discernimiento por


enfermedad mental y la imposibilidad de expresar la voluntad de manera indubitable por
causa de sordomudez, ciego, sordez y ciego mudez conforme al Art. 43 inc. 2 y 3 del
C.C., e! cual no ha mantenido la ausencia como causal, como la contemplaba el Código
36 en el inc. 4 de su Art. 9 sino que le da un tratamiento especial.
Son causales de incapacidad relativa el retardo y deterioro mental, la
prodigalidad, la mala gestión, la ebriedad habitual, la toxicomanía y la punición con
interdicción civil. Conforme el Art 44 del Código vigente.

La capacidad de ejercicio no se da en las personas jurídicas por ser entes


abstractos.

3. EL OBJETO

Si bien la voluntad que es la esencia del acto jurídico, debe ser manifestada por
un agente capaz, para que exista el acto jurídico se requiere, además, de un objeto, que
por ello se constituye también en un requisito de validez. Tanto el código del 36 como
el vigente se refieren al objeto como requisito de validez.

 Caracteres del Objeto

Atendiendo a lo dispuesto por el Art 140, inc. 2 del Código, el objeto debe ser
posible física y jurídicamente; y según el artículo 219. Inc.3 debe ser también
determinable.

La posibilidad física está referida a la factibilidad de realización con adecuación


a las leyes de la naturaleza. Se trata de una posibilidad material, como la existencia o
posibilidad de existir los bienes.

La posibilidad jurídica está referida a la conformidad con el ordenamiento


jurídico. Se le suele confundir con la licitud, pero creemos que son conceptos diferentes.
La licitud es lo que guarda conformidad con el ordenamiento legal, el cual queda
comprendido en un concepto más amplio como es el del ordenamiento jurídico, que
comprende los principios generales que inspiran la idea de orden público y que se
integra con la Jurisprudencia, la Costumbre y la Doctrina.

La determinabilidad está referida a la identificación de los bienes e intereses que


constituyen el objeto.

4. EL FIN LÍCITO COMO REQUISITO DE VALIDEZ


El acto jurídico, según el Artículo 140 del C.C. es la manifestación de voluntad
destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas. La finalidad o "fin
licito” consiste en la orientación que se da a la manifestación de voluntad, esto es, que
ésta se dirija directa y reflexivamente a la producción de efectos jurídicos, vale decir. a
crear, regular, Modificar o extinguir relaciones jurídicas. Habría pues una identificación
de la finalidad del acto jurídico con el contenido del mismo, o sea. Con los efectos

La identificación de la finalidad con el contenido del acto jurídico, debe estar


referida al contenido específico de cada acto, determinado por la manifestación o
manifestaciones de voluntad que le dan la existencia jurídica y a cuyos efectos le son
aplicables las previsiones establecidas por el o los celebrantes. Si las previsiones
presentan vacíos o defectos, pueden ser integrados por normas de carácter supletorio;
así el arrendamiento del predio urbano en el que no se proveen las causas para la
resolución del contrato, les son aplicables las previstas en la Ley. Pero si las previsiones
colisionan con normas de orden público, ésta prevalecen sea para hacer nulo el acto o
para asignarle los defectos que la ley tiene previstos.

5. LA FORMA

La forma, dice LEON BARANDIARAN comentando el Código del 36, es


esencial para el acto, pues sin forma no caería dentro del ámbito de la vida jurídica.

La forma es, así otro de los requisitos para la validez del acto jurídico. Pero es
necesario dejar establecido que no toda forma se constituye en requisito de validez,
aunque no puede concebirse un acto jurídico sin forma y que además, esta constituye un
medio de prueba de la existencia del acto.

a) Forma Verbal

Consiste en la manifestación de la voluntad mediante el lenguaje hablado y sin


que la expresión verbal y oral se plasme documentalmente.

b) Forma Escrita o Instrumental


Consiste en la manifestación de voluntad mediante el lenguaje escrito, que queda
contenido en un documento. Puede tratarse de cualquier documento ya sea un
instrumento público o un documento privado, ya otorgado ante notario y otro fedatario o
funcionario público o ya otorgado de puño y letra por el propio interesado o por otro, o
por medio mecanográficos; puede tratarse de cartas, telegramas, télex y en general
cualquier modo de expresión escrita.

La ventaja de la forma escrita es que facilita la prueba. Puede la Ley, en


Unos casos, requerirla sólo para fines probatorios (forma ad probationem) y, en otros,
por su carácter consustancial con el acto celebrado (forma ad solemnithatem).

c) Forma Voluntaria o No Prescribe

Es la llamada forma libre y también convencional. Pero preferimos denominarla


forma voluntaria, porque es indicativa de la libertad para su adopción y porque
pudiendo resultar de la convención es, por ende, voluntaria

La noción de forma voluntaria se vincula a la de los actos no formales que se


caracterizan por su consensualidad, es decir, por perfeccionarse con la sola voluntad de
los celebrantes, sin que la declaración deba revestir formas predeterminadas por la ley.
Así por ejemplo, la compra - venta que se formaliza con el solo consentimiento de las
partes; la donación de cosas muebles de escaso valor, o el arrendamiento de las partes,
la donación de cosas muebles de escaso valor; o el arrendamiento de un local comercial.

d) Forma Prescrita

Es la forma que la ley prescribe en carácter imperativo. Es por eso también


llamada forma necesaria, legal o forzosa; y la ley la designa refiriéndola aún con
formalidades adicionales a la forma escrita o instrumental.

La noción de la forma prescrita se vincula a la de los actos formales a las cuales


la ley les prescribe una forma. A su vez, la forma necesaria puede ser Ad Solemnitatem,
cuando la forma es consustancial al acto de modo que sin ella el acto no adquiere
existencia, y Ad Probationem, cuando la forma sólo es exigida como medio de prueba.
Cuadros Villena completa el análisis de esta distinción entre las formas
prescritas por la ley, en general, pueden ser de dos clases:

· Formas Solemnes o AD SOLEMNITATEM, las cuales exigen para la validez del acto
jurídico de dos elementos:

a) La realización de la forma.

b) Que su omisión esté sancionada con nulidad. Se establece la forma solemne por
diversas razones, pero fundamentalmente para dar seguridad a los actos jurídicos, tanto
a los terceros, como a la sociedad, por la importancia social de ciertos actos, y
fundamentalmente para probar fácilmente el contenido del acto jurídico.

La forma solemne más utilizada es la escritura pública, en la que interviene un


notario que da fe al acto y convierte al documento privado en un instrumentó público,
que produce fe respecto de la realidad del acto verificado ante el notario o funcionario
que lo extendió y autorizó. Esto no quiere decir que no matrimonio en el que la ausencia
de la forma establecida por la ley determina la nulidad del acto jurídico. Ej: El art. 274
del CC establece la nulidad del matrimonio celebrado con prescindencia de los trámites
establecidos en los artículos 248 al 268.

· Forma Simples o AD PROBATIONEM, aquella que se utiliza solamente para


acreditar el acto jurídico y su contenido. En cuanto a ella, el art. 144 del CC establece
que cuando la ley impone una forma y no sanciona con nulidad su inobservancia, esta
forma solo constituye un medio de prueba de la existencia del acto jurídico. Quiere
decir que la forma ad probationem puede ser establecida por la ley, es decir prescrita y
puede asimismo ser acogida por los intereses. Cuando es prescrita por la ley y no
sanciona con nulidad, la omisión de esta forma solamente debe determinarse como
forma probatoria.

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