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136 CARLOS MARIA BIDEGAIN promovi6 una accién estatal m4s intensa en el campo de la eco- nomfa. Todos los estados del 4rea democrdtica implementaron esos instrumentos estatistas, en mayor o menor grado, algunos (entre ellos nuestro pats) caminando por al filo de la navaja. Todos los paises ¢ mas adecuadas para el fortalecimiento de Ia accién estatal, y ello se hizo reduciendo en mayor o menor medida el libre ejercicio de los derechos individuales, especialmente, de algunos de los atri- butos del derecho de propiedad. En nuestro pats, dos dispositivos constitucionales fueron utilizados para ampliar los alcances de la accién estatal: 1) el . poder de policla, o sea, la facultad del Congreso de reglamentar los derechos personales (arts. 14 y 28), a medida que se produjo una evolucién del concepto “restringido” al concepto “amplio y plenario” de dicho poder (v. m4s adelante nros. 718-b y sigs.); y la cléusula de la prosperidad (anteriores arts. 67, inc. 16, y 107; actuales arts. 75, inc. 18, y 125; v. en este capitulo el nro. 695). Ambos suministran una clave fundamental para la inteligencia de nuestro sistema constitucional econémico (conf. Bidart Cam- pos, Germén J., “La economia y la Constitucién de 1853-1860”, | E.D., 117-755, y trabajos mencionados en sus notas). En sintesis, sin desmedro de la sustancial adhesin de la Constitucién a los principios fundamentales del liberalismo econémico, concede al Estado los instrumentos adecuados para “promover el bienestar general”. 695. Otro perfil del sistema econémico-financiero de la Constitucién es el que se relaciona con fa distribucién de lag, Funciones de ese cardcter entre ef gobiérno federal y los gobiers ‘pos provincialess “No hay que perder de vista un solo momento el hecho fundamental de que la unidad nacional es el objetivo esencial de la Constitucién”; “esa unidad es indestructible y requiere un solu pais para un ‘solo pueblo”. Estos conceptos sefieros de la Corte deben ser recordados otra vez (v. Curso... T. III, nro. Escaneado con CamScanner CURSO DE DERECHO CONSTITUCIONAL 137 450), al iniciar el estudio de algunos instrumentos que permiten consolidar la unidad nacional. La Constitucién fue sancionada al cabo de un perfodo de luchas econémicas, obstrucciones al comercio y discriminaciones a favor de intereses locales (v. Lat ee Bec, a Sederaline ino, cit, Cap. IV). “La Constitucién —son palabras de Joa- gun V. coaster ha tenido eli epresoy claro propésito de centralizar, deuniformar todo lo que se Tefiere al comercio y ‘al orden eGonémico nacional” (Obras Completas, T. V, pag. 69). _A esa finalidad obedecen las atribuciones del Congreso en materia econémica que pasamos a examinar. a! a Desarrollo econémico. Progreso de la ilustracién — (ers 695. En varias ocasiones hicimos referencia a la cléusula de la prosperidad (art. 75, inc. 18, Const. Nac.), inexistente en la Constitucién norteamericana y que tiene su fuente en el pro- yecto de Alberdi,ien estrecha relacién con el fin de “promover el bienestar_general” (v. ‘sobre la concepcién alberdiana, Bidart Campos, “Alberdi y la dindmica constitucional del progreso”, L.L., 131-1394; Galetti, Alfredo N., “La idea del progreso mate- rial e inteligente en el pensamiento de Alberdi”, Rev. Fed. Cole- gios de Abogados, enero-junio 1976, pag. 4). Es una de las clau- sulas de contenido ee adaptable a las exigencias de cada tiempo y circunstai las-que ha transitado el crecimiento de] poder central (v. Curso ..., T. II, nro. 276). Comentada con alguna displicencia por la literatura clAsica tradicional, adquirié tal importancia a través de su ejercicio por el Congreso que hay quienes la estiman como la “cl4usula jurfdica més significativa | de la hora actual” (Oyhanarte, El Poder Politico, etc., cit., 33). +» Es interesante comprobar_g a_prosperidad fue visuali- | zada no solamente coma “ Garrollo econémp o” sino también de la ilustrg PAndose asi, en ese con- como “progreso conjups ;cepto sus elementos material y espiritual, fntimamente vincula- {dos y sin cuyo desenvolvimiento simult4neo y equilibrado no }puede lograrse una verdadera prosperidad. ' Escaneado con CamScanner 138 CARLOS MARIA BIDEGAIN —- inciso son discernibles un programa _g ea pemanenie y otro_inmediato. El gf permanente est4 enunciado en la primera parte de! inciso, oo los conceptos amplios y abstractos “prosperidad del"pais” y &adelanto y bienestar de todas las provincias”. Esos son objeti- vos que el Congreso deberé perseguir en todo tiempo, adap- tando_su_ejecucién q cada Epoca y utilizando todos:los medios que pone a su alcance la a sintetizada en el principio de imitacion dé medios razonables? (Oyhanarte, ob. y loccits.). —=~_A ese programa maximo sigue la indicacién. de Gbjetive’ y siedioSpara el emprendimiento de uff programa inmediatp de prosperidad, la que deseaban los hombres que sancionaron la Constitucién, atendiendo a la realidad de su época; un_pais de- sierto, sin poblacién ni capitales, con una gran riqueza agrope- cuaria deficientemente explotada, alejado de los grandes centros de la civilizacién y privado de los adelantos técnicos que iba ge- nerando la revolucién industrial. Ese programa incluy6:obras y servicios pblicos (construccién de ferrocarriles'y canales nave- gables), la conquista del desierto (colonizacién y exploracién de | rfos interiores), el crecimiento selectivo de la poblacién (inmi- gracién), la promocién y creacién de industrias.y, elemento también fundamental, la atraccién de los capitales extranjeros necesarios para ejecutarlo, indicandose dos medios idéneos: la garantia de Jeyes protectorasyy el otorgamiento de concesiones temporales de privilegios y recompensas de estimulg. —# En cumplimiento de ese programa, el Congreso dicté una vasta legisla- | én. Foment6 la inmigracién (v. Curso .., T. II, nos. 241/243), aprobé planes de colonizacién y reparto de tierras y atrajo capitales extranjeros dandoles con. cesiones y privilegios que han sido objeto de acerbas criticas, acaso sin tener demasiado en cuenta cudnto era necesario ofrecer entonces para que los grandes centros de la industria, el comercio y las finanzaé pusieran sus ojos en estas tic. Jas lejanas, desconocidas. Psa politica, debe reconocerse; moderniz6 al pats, lo doté con una de las redes ferroviarias mds extensas del orbe y otros servicios pi- | licos avanzados para su época (telégrafos, teléfonos, tranvias, gas, lectricidad); instalaron sucursales bancarias y de otras importantes empresas financieras), merciales, se levantaron industrias vincuiauus'a lu expowaciOn de nuchires, oductgs (frigorificos, elevadores de granos), se mejoré la calidad Y acrecenté el Volumen de la produccin agropecuaria y se dio gran impuiso a Io exportacién. ' Escaneado con CamScanner B) (CURSO DE DERECHO CONSTITUCIONAL 139 Produj 10 entonces lo que seria descripto como el “milagro argentino”, no s6lo en el terreno de las riquezas materiales sino también en el de la educaci6n y 1a cultura, Todo ese programa constituye el niicleo de lo que ahora se describ@ Fe eee etc epoca ipalmente fern partir del Foca. Sus fallas estructurales comenzaron a hacerse visi- les durante la primer gran guerra; las grietas se ampliaron con la crisis econdmi- * ‘ca mundial de los aiios 30 y la decadencia del otrora poderoso imperio briténico el gran consumidor de nuestra produccién agropecuaria y de bienes y {ervicios, iniciada con la segunda gran guerra mundial del siglo XX (1939-1945). Realizado sustancialmente el programa que los constitu- yentes dejaron trazado segin.su propia visin de la prosperidad del pafs (sin que:esos objetivos y medios especificos hayan per- dido vigencia), la atencién del intérprete se detiene en la ri- mera parte de la cldusula. Ella cumple la funcién de una palanca de cambio que puede accionarse para los programas gu- bernativos a las cambiantes circunstancias, doctrinas y creencias de cada época. Distintos gobiernos la han puesto en accién para) fs ee politicas econ6micas tan diversas como las ensayas, s desde el abandono del liberalismo clésico por los gobiernos gonservadores de la década del 30, pasando por varios grados de ntervencionismo estatal, avances y repliegues estatistas 0 libe-, rales, segtin’ha ido mudando su concepto sobre los objetivos valecuados para la deseada prosperidad. La cléusula ha podido ser invocada para estatizar sectores de la economia o para priva- ( tizar empresas pGblicas, para establecer o levantar controles, “para alentar o desalentar la produccién, para construir o des- ‘truir. En esta cléusula encuentra apoyo el fortalecimiento d poder de policia del Estado que se traduce en la policia de emer- gencia, frente a situaciones de crisis econémica 0 social que parecen justificar una reglamentacién més rigurosa de los dere- chos que la admisible en situaciones de relativa normalidad, a fin de atender problemas agudos de sectores mds 0 menos nu-. merosos de la poblacién. Los medios no son solamente las leyes* de fomento, las concesiones, las exenciones y privilegios, las* recompensas de-estimulo, sino todo un arsenal inagotable de medidas. Esta “ilimitaci6n de medios” de crear temores. Por ello conviene agregar, con énfasis, qu significa que pueda | | | Escaneado con CamScanner 140 CARLOS MARIA BIDEGAIN elegirse cualquier medio ni otra forma de decir que “el fin justi- fica edips”. Repetimos la formula completa: “ilimitaci6n de Geisana" esto es, respetuosos de los principios, de- rechos constitucionales, Asf concebida, esta cl4usula es uno e Tos dispositivos que mantienen la flexibilidad de la malla constitucional, ajust4ndola en todo momento al cuerpo social y permitiendo su largo servicio sin necesidad del re- miendo a los textos. Hemos venido refiriéidonos 4 la “clausila de la prosperi-, aa”, Tal prefieran hablar de la “cléusula del cambio”. Los cambi eden ser hacia la izquierda, hacia la derecha 0 hacia el centro. A marcha lenta o forzada. En ellos no radica una bondad intrinseca; pueden ser inmaduros, erréneos, perver- sos, maléficos. El derecho puede oponerles trabas, orientarlos y hasta prohibir algunos. Pero estan en la naturaleza de los hom- bres La Conistituci6n no los impide én tanto’sé mantengan dén-* fordé Ja 6rbita marcada por sus principios fundamentales y por} | so se torna sabia y perdurable, suministrando a todo el sistema juridico-politico esa cuota necesaria de autosuficiencia para rev | ‘alizar y soportar cambios, sin la cual habsia carecido de la.esta~ fon one ee 4 8, 696. Al ocuparse esta cl4usula del progreso de Ia ilustracién, agrega que, a tal efecto, el Congreso podra dictar planes de ins- trucci6n general y universitaria. Esta norma debe integrarse con otras que se refieren a la cuestién educacional: la que impone a las provincias la obligacién de asegurar la educacién primaria (art. 5, Const. Nac.) y la que reconoce entre los derechos de las personas los de ensefiar y aprender (art. 14, Const. Nac.). En esta materia no debe echarse en saco roto, por otra parte, la profesién de fe tefsta y catélica de nuestra Constitucién (wv. Curso..., T. II, nros. 253, 254, 258). Los comentaristas de la frase.“planes de instriccién general” (que. tiene antecedentes en las constituciones de 1819 y 1826), le han abate distintos sen- tidos. Para algunos, en ella se hace referencia a la instruccién primaria; otros consideran, por el contrario, excluida a esta dltima, que estaria reservada a las Escaneado con CamScanner CURSO DE DERECHO CONSTITUCIONAL 141 provincias por el artculo S*y piensan que aqueliaexpresiOn alude a le enseserza | Predia,interpretacién que fue aceptada por el Congreso al dictar la ley 1429, de | Tyucacion primaria, para la capital federal y territorios nacionales; finalmente, seetdados minisiros de educacién (Bermejo, Magnasco, Marc, Coll), legislado- fee y estudiosos del tema sostienen que en esa expresion estén ‘comprendidos todos los ciclos de la ensefianza salvo la iversit fia que aparece mencionada especificamente. El “progreso de la ilustracién® visualiza la no s6lo en el campo de Ia ensefianza, sino también en el de lacultura investiga $ én cientifica, las artes, las técnicas y los medios i 108, "creando instituciones con €se, Fobjero Fare etra, de Ciencia y Técnice, academias nacionales, Bit | blioteca Nacional, museos, Consejo Nacional igaciones Cientificas y | éenieas, Instituto Nacional de Cinematografia y Artes Audiovisuales, Comisi6n Nadonal de Bibliotecas Populares, etc), que realizan seminarios, exposiciones, wrseatras, conoursos, y otorgan becas, premios, financiaciones, subsidios, etcetera. AD Lt Nacién se hizo presente en ias provincias con la cxeaciGn v sastenimicos To de cacuelas primarias (las de Ia llamada ley L4inez), colegios de ensefanza Tacgis } universidades, algunas de ellas originariamente provinciales, ENo. no quiere decir que las provincias hayan descuidado el cumplimiento de la obliga- cién impuesta por el articulo 5°, habiendo puesto especial empefio en la ense- mA arrvapésito. de que sean gestionados por las provincias 0, Mejor adn, por laf ¢ municipalidades. En el aspecto a que agu{ nos referimos, s¢ hha, producido la , F transferencia a las provincias y a la municip .d de Buenos aires de las escuelas | Nracion en sus respeciivos termtonas. Esa a: | gacion no implica ef total abandono d ‘campo por el gobierno federal, que man- tiene la potestad de dictar planes generales de educacién general y universitaria, dejando a las provincias, municipalidades y particulares el manejo de sus estable- cimientos dentro de las pautas fijadas. _ 3994 —~ &bowma « —¥ 697. La “cldusula de la prosperidad” ha sido complemen- tada en 1994 con la incorporacién al texto del articulo 75, inciso 19. Desarrolla conceptos que implicitamente estaban conteriidos en los amplios términos de aquella cl4usula, En algunos temas intenta disminuir el abanico de opciones que el inciso 18 abria a eleccién del legislador ordinario cuando sancione las leyes re- glamentarias, imponiéndole determinadas directivas. También incorpora otros temas muy diversos a la agenda de trabajo del ngreso, con una gran amplitud de contenido, como podré apreciarse de inmediato. Dice el articulo 75, inciso 19: Escaneado con CamScanner 142 CARLOS MARIA BIDEGAIN “Proveer lo conducente al desarrollo econémico con justicia social, a la peice it Progreso nacional, a la generacién de empleo, a la formacién prof m a los trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la invest. gacién y al desarrollo cienttfico y tecnoldgico, su dif ‘ony ( Posibilidades sin discriminacién alguna; y que garanticen los Prin- cipios de gratuidad y equidad de la educacién piiblica estatal y la autonomia y autarquia de las universidades nacionales, "Dictar leyes que protejan la identidad Y pluralidad cultural, Ja libre creacién y circulacién de las obras del autor; el patrimonio artistico y los espacios culturales y audiovisuales” La cléusula que garantiza los principios de grntuidad y equidad de In edu- caci6n_piblica_ha_dado lugar @_encontradas_interpretaciones: en tanto unos entienden que el principio de gratuidad tiene un valor absoluto, otros sostienen que en raz6n del principio de equidad es admisible que los estudiantes con sufi- ciente capacidad econémica para sufragar aranceles razonables puedan pagarlos, a fin de formar fondos de ayuda a sus compafieros menos pudientes. La Ley de Educaci6n Superior (nro. 24.521, sancionada en 1995 en medio de una gran polémica y fuertes movimientos de protesta) se ha inclinado por esta dltima interpretacién, pero las universidades oficiales reclaman la inconstitucionalidad de esa y otras disposiciones que, a su juicio, subvierten el principio de autonomfa de esas instituciones y el de gratuidad, consagrados en el inciso recién trans- cripto. Cuando nos ocupemos, en el siguiente tomo, de la libertad de ensefiar y aprender ampliaremos estas referencias. Otros preceptos contienen disposiciones sobre desarrollo humano, econdmico, social, cultural, educativo, etcétera (v. ‘es- pecialmente, los arts. 41, 42; 75. incs. 2, 17 23; 124, 125, Const. Escaneado con CamScanner CURSO DE DERECHO CONSTITUCIONAL 143 Nac.). Algunos tratados mencionados en el articulo 75, inciso 22 también se refieren a cuestiones de ese cardcter (v.gr. derechos humanos, genocidio, discriminaciones, tortura o penas ctueles, inhumanas o degradantes, etc.). b. Expropiacién de bienes —~ ht ACN. 698. Para el cumplimiento de sus fines, los gobiernos na- cional y provinciales, cada uno actuando dentro de sus respecti- vos limites de competencia, pueden requerir la dis sici6n_de bienes de terceros. Contra esa necesidad parece oponerse la norma inicial del articulo. 17 de la Constitucién Nacional que proclama uno de los derechos de las personas que es esencial en el sistema de ideas e instituciones adoptado por la Constituci6n: “Ea propiedad es inviolable”. Pero el principio afirmado tan ro- tundamente, se relativiza acto seguido: #yningiin Habitante pue- de'ser privado dé ella sind en virtud de sentencia 3 Hay muchos casos reglados en los cédigos y en otras leyes que pueden terminar con una sentercla que prive a una persona de algtin derecho sobre un bien de su patrimonio (v. gr. para que un acreedor cobre a su deudor moroso lo que se le adeuda). Si el Estado necesita disponer de un bien ajeno para satisfacer un interés pablico, el mismo articulo 17 prov: in mento normativo adecuado: “La expropiacién causa de utilidgd pi- blica, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada”. Hay un modo més expeditivo de satisfacer esa necesidad: ue el ietario y el Estado Heguen a un acuerdo extrajudicial. Pero esto no ocurre a menudo y el gobierno debe acudir al pro- cedimiento de la expropiacién. SegGn los términos de aquella norma, el juez deber4 comprobar: 1) el Congreso (0 Ia le- gislatura provincial) ha sancionado ue ordene la expro- piacién del bien en cuestién, invocando la existencia de una causa de utilidad piblica; 2) que el propietario del bien expro- piado sea. __———-» La jurisprudencia tradicional de 1a Corte Suprema entendia_que Ia exis tencia de Ia causa de utilidad piblica queda librada al exclusivo juicio del Con- Escaneado con CamScanner 144 CARLOS MARIA BIDEGAIN greso (F. 6-67, 85-327, 191-424, 272-88; comp. 33-163), salvo en casos excepcio- nales como cuando contra la declaracién de que el bien ser4 destinado a una, “‘utilidad pablica” se comprueba que ha servido en realidad a un uso privado (F.) 251-246). En 1989, en el caso “Compatiia Azucarera Tucumén”, se acepté que la! calificaci6n legislativa puede ser revisada en hipétesis de manifiesta arbitrariedad (F. 312:1739). Este tema, y Ia legislacin reglamentaria al respecto, seré estudiado con | més detalle en el Tomo V, al tratar el derecho de propiedad. & Comercio exterior e interprovincial S—> Chat HE ar 13. 699. La cldusula comercial: del articulo 75, inciso 13 de la Constitucién Nacional (similar a su anterior art. 67, inc. 12), que encarga al Congreso “reglar el comercio con las naciones extranje- ras, y de las provincias entre st”, es una de las fuentes m4s fecun- das de legislacién federal sobre materias que, en principio, co- rresponden a las provincias, pero que “pe a pueden justificar que sean reglamentadas de un modo tuniforme por el Congreso. EI articulo 126, por otra parte, prohibe a las provincias “expedir leyes sobre comercio, o navegacién interior ‘0 exterior”. Antes de la reforma de 1994, se hacia referencia al “comercio maritimo y terrestre”. El amplio desarrollo de otros medios por los que se realiza al comer- cio exterior ¢ interprovincial, justifica la eliminacién de esas palabras. En los EE.UU,, a partir de 1824 en que la decisién de la Corte en “Gib- bons vs. Ogden” descubrié la enorme potencialidad de legistacién uniforme en- cerrada en la escueta f6rmula de la cldusula comercial de su Constitucién (art. I, secc. 8a., cl. 3), el Congreso ha extraido de ella insospechables atribuciones. Ello ocurrié en un sistema juridico que, a diferencia del nuestro, reserva para los es- tados miembros la facultad de darse sus propias normas de derecho comin (v. Bidegain, “Poderes del Congreso bajo la cléusula comercial de la Constitucién norteamericana”, L.L., 57-874 y El Congreso de los Estados Unidos de América, cit., nros, 229/262). trdweis «eaual-o 700. La cl4usula atribuye al Congreso facultad para reglar el comercio exterior e interprovincial. Una interpretacién res- 7 “comorcio” exclusivamente el tréfica, com- le mercaderias, El caso “Gibbons” se relacionaba con una empresa de navegacién y se negaba que el transporte fuera “comercio” y pudiera ser alcanzado por la re- Escaneado con CamScanner CURSO DE DERECHO CONSTITUCIONAL 145 glamentacién del Congreso. Marshall Ilevé la voz cantante de la Corte y es suya esta definicién de ese vocablo constitucional: “comercio es, indudablemente, trdfico; pero es algo més, es in- tercambio”. Se abrié asf un campo de enorme extensién. El transporte interestatal, en cualquiera de sus manifestaciones, cay6 bajo la competencia del Congreso. A poco debian ingresar Jos medios-de-comunicacién y uno tras otro, a medida que el progreso técnico fue enriqueciendo las modalidades de transmi- sién a distancia, fueron objeto de reglamentacién federal. Nuestra Corte ha adoptado ese ¢fiterio amplid y ha dicho: “el vocablo comercio usado por la Co cion americana igual al de nuestro inciso 12 del articulo 67 ha sido interpretado en el sentido de comprender ademés del tréfico mercantil y la circula- cién de efectos visibles y tangibles por todo el territorio Nacién, la conduccién de persons yla transmisi6n por a fo, teléfono u otro medio, de ideas, 6rdenes y convenios” (F. 154-112). La reglamentaci6n del Congreso sobre los medios de co- municacién interprovinciales y con el exterior, est4_reforzada por la atribucién que le confiere ek-articulo 75, inciso Tajde la Constitucién Nacional de “arreglar y establecer los correos ge~ nerales de la Nacién”. El verbo “arreglar”, que hemos visto utilizado en el articulo 75, inciso 15 ‘cuando consideramos los limites externos del territorio argentino (Curso ..., T. II, nro. 200), también en el anterior articulo 67, inciso 19, que reglaba el ejercicio del Patronato (id., nro. 324), y que volveremos a encontrar en relaci6n al articulo 75, inciso 14 sobre la deuda pablica (v. nro. 716) aqui indica la necesidad de llegar es ‘acuerdos con otros estados cuando se trata de comunicaciones inter- nacionales. En temprana el Congreso adopté Ia interpretacién amplia_de la ctusula comerch ‘sancionada en 1875, nactonales a Tos telégrafos que ligasen a dos o m4s subdivisiones politicas del pais; la ley 2873, de 1891, aplicé el mismo criterio a los ferrocarriles; las comunicaciones telefénicas y radiotelegréficas fueron asimiladas a las telegrAficas por la ley 4408, del aflo 1904. Posteriormente ingresaron en la jurisdicci6n federal la radiodifusién y la television. : 7 - La Corte ha aprobado la competencia dei Congreso sobre el transporte (F. | _ 154-104, 259-43, 269-92, 298-392), sus operaciones auxiliares, como tas que llevan a cabo los agentes de viajes (F. 305-327), la carga, estiba y descarga (F. 307-374), Escaneado con CamScanner 146 CARLOS MARIA BIDEGAIN | las icaciones interprovinciales (F. 188-247, 189-272, 192-350, 257-159, 268- 306, 269-52, 304-1186), y los servicios eléctricos interconectados (F. 270-11; v. Bidart Campos, “Jurisdiccién federal y jurisdiccién provincial en materia electro- energética”, E.D., 54-735). 701. En principio es facilmente comprensible la distincién entre el comercio interno, sujeto a la jurisdiccién provincial, y el comercio interprovincial, de reglamentacién federal. Una comunicaci6n telefénica entre dos localidades de una provincia €s comercio interno; entablada entre localidades de distintas provincias, es comercio interprovincial. Pero la doctrina y la ju- | risprudencia admiten que, si es necesario, la legislacién federal reglamente aspectos del comercio interno que se encuentren {n- timamente vinculados con la realizacién del comercio interpro- vincial: “el poder para reglar el comercio as{ coniprendido es la facultad para prescribir las reglas a las cuales sé encuentra so- | metido y su ejercicio corresponde al Congreso de la Nacién de una manera tan completa como serlo en un unitario” (F. 154-104, 178-308, 182-170, 192-330, 201-536, 259-157, 268-306). ——-® En el caso del servicio telefénico, la Corte consideré que cuando una em- presa local ha obtenido del gobierno nacional autorizacién para conectar sus servicios a la red general que abarca a otras provincias, no cabe distinguir entre comunicaciones locales y comunicaciones interprovinciales, quedando todas suje- tas a la jurisdiccién federal, incluida la fijaci6n de tarifas por los servicios locales (€. 257-159, 259-157, 268-306; v. sobre servicios eléctricos interconectados el fallo antes citado, 270-11). Ef criterio determinante es el de la escindibilidad o no, ma- terial 0 econémica, del servicio u operacién, para establecer los alcances de la reglamentaci6n federal sobre. tramos intraprovinciales del comercio exterior 0 En otro aspecto, la cléusula comercial acttia como impedi- mento para el despliegue de Ta autoridad provincial en materias propias de su competencia (como las de ejercer su poder de po- licfa y gravar actividades cumplidas dentro de su territorio), cuando al hacerlo trabe u obstruya el comercio exterior o inter- provincial puestos bajo la jurisdicci6n federal, en virtud de la cldusula de la supremacia (art. 31, Const. Nac.)« Escaneado con CamScanner CURSO DE DERECHO CONSTITUCIONAL 147 Ese ha sido considerado en Curso.. TI, nro. 493, en relaci6n aspecto ‘T. 01, 93, con las facultades excepciot nales de! Congreso y Ia aplicacién de impuestos pro” vinciales. ‘Navegacién de los rlos intertores, , 702. Se relaciona con el comercio exterior e interprovin- ® cial la competencia del Congreso de reglamentar la navegacion d- maritima y de los rfos interiores. Esta_es una de las materias ‘que, libradas a la reglamentacién de las provincias ribere: podfa dar lugar a conflictos y perjuicios para el bien comin. El la tema se inserta también en otro marco més amplio y compli- ‘cado: el del régimen de las aguas navegables y no navegables, 4 tanto en lo que respecta a su dominio como a su jurisdiccién. .5~% Las normas constitucionales sobre la materia estén dispersas en varios, rticulos y son las siguientes: a) principio de fa libre navegaciOn de los rfos inte= jores (art. 26); b) supresién de obstrucciones al trénsito por los rfos (arts. 11, | 2); c) Wertad de lot habiantesy earanleror de navegary cOmercar (arts. 14, 220);'4) competencia exclusiva del Congreso sobre reglamentaci6n de la libre na- seuaein ‘de los ros interiores (arts. as inc. 10, Toy ¢) facultad concurrente, del mngreso y de las provincias en materia de construcci6n de canales navegables y. exploracién de los rios (arts. 75, ine. 18, 125); f) competencia de la justicia fede- | ral en Ios casos de almirantazgo y jurisdiccién maritima (art. 116). La Constitucién norteamericana carece de una cléusula que atribuya al Congreso jurisdicci6n sobre las aguas navegables, pero tal autoridad se ha dedu- cido de Ia cl4usula del articulo III, seccién 2, semejante a la de nuestro articulo 116, sobre competencia de la justicia federal en casos de almirantazgo y jurisdic- cién maritima. La “navegabilidad” de los cursos de agua es el concepto divisor de la competencia federal y local, pero la Corte ha ampliado considerablemente los alcances del concepto de “aguas navegables”. Inicialmente la Corte norte- americana entendié por tales las “que son navegables de hecho, esto es, cuando * son usadas o susceptibles de ser usadas, en su condicién ordinaria, como vias para el comercio, sobre las cuales puede realizarse el trifico y viajar por los mo- acostumbrados de traficar y viajar por el agua” (The Daniel Ball, 1871), pero partir de 1940 se lo amplié, al considerarse que aunque un rio no sea navega- ble de hecho puede serlo de derecho, si es convertible en tal, mediante el gasto de una suma razonable de dinero (“United States vs. Appalachian Electric Power Co.”). ©) 703. La cuestin d (domini) sobre los rios, sus playas y ri- | beras, parece bien esclar: famosa polémica que tuvo lu- SEW, Escaneado con CamScanner 148 CARLOS MARIA BIDEGAIN Gar en 1869 en el Senado entre Mitre y Vélez Sarsfield, en la que aquél sostuvo que e! dominio correspondfa a las provincias y €ste a la Nacién, cuenta con una opinién decididamente favo- rable a la tesis del general y contraria a la del ilustre autor del Cédigo Civil. La autoridad de la Corte Suprema avala el buen juicio juridico de Mitre, en reiterados fallos que afirman el do- minio que sobre los rios que corren por su territorio correspon- de a las provincias, sin perjuicio de la jurisdiccién del gobierno federal en lo que se relaciona con la navegacién interprovincial (F. 111-179 y 197, 116-365, 120-154, 126-82, 184-153, 237-837, 258-145, 275-357, 297-236, 303-640). D 704. Respecto a cn fetes los rfos inte- Tires deben hacerse algunas consideraciones. Interesa, en primer término, detenernos en elrticulo 28, | Constitucién Nacional, que hoy leemos sin prestarle- mayor atenci6n, pero que en 1853 fue una de las normas mds cargadas de historia, intenciones y esperanzas: “la navegacién de los rios interiores de la Naci6n es libre para todas las banderas, con sujecién Gnicamente a los reglamentos que dicte la autoridad nacional”, Consecuentemente, corresponde al Con; r mentar la libre navegacién de los rios interiores, habilitar los nsidere convenientes, y crear y suprimir aduanas” (art. 75, ine. so. Const. Nac.). <——® El Gerre de la navegacién de los grandes rios interiores a los buques de otras banderas fue un resabio de la politica de Espafia, durante su lucha con las otras potencias navales de aquella época, principalmente Portugal e Inglaterra, cuyas intenciones quedaron expuestas en los persistentes intentos de la primera de extender su dominio hasta Ia margen oriental del Rio de la Plata y en las expediciones militares de la dltima en 1806 y 1 4 Desde entonces se debatié el tema co igeoriang librecambig, qu fement jenos Aires s¢ organize como en 1820 y quedaron para ella las rentag de su aduana, el mantenimiento del monopotio del puerto porteho geners el gesentimiento de las otras provincias que consideraban frenado su propio desas froilo por ia imposibilidad de comerciur directamente con’ vl exterior és de sus puertos. A esos elementos conflictivos se sum6 la larga lucha, jcontra Francia ¢ Inglaterra, en la que aquél, frente a la tentativa de esas Borefcias de forzar el libre paso de sus naves por nuestros rios, se erigié en campedn de nues. Escaneado con CamScanner CURSO DE DERECHO CONSTITUCIONAL 149 tra soberan{a, introduciéndose otro factor digno de consideracién. E1 principio de Tore navegicion por buqued dé todas las Banderas excit6 Ta imaginacion Alberdi (v. cap. XV de Bases, y el art. 34 de su proyecto, fuente del art. 26) y de muchos de sus contemporéneos, concibiéndolo como la lave que distribuirfa ef aes cae ins provincias rlbrefan, Peaaron qué ete bareor ejarian ais lel puerto de Buenos Aires, remontarfan los rios y harlan sus operaciones de ‘carga y descarga en los puertos mAs gorcanos a jas zonas de consumo 0 produc- {Gi6n, con el consiguiente grVimiento de riquez# El Acyerdo de San Nicolés; ‘conlié al director provisorio I regtamrentacion de la navegacién de los rios inte- riores y la Constituci6n consagré las normas qué antes hemos.citado. — iS tero no bastaba escribir e’plan. EI puerto de Buenos Aireshisfrutaba de una infraestructura eficiente (aduana, depésitos, almacenes, transporte, medios de carga y descarga, bancos, oficinas pablicas, etc.) que no era fécil organizar en {os puertos interiores. No fue muy abundante-e| tins. de budues- Ia ley, y cuyo valor intrinseco es inferior al valor declarado. El papel moneda puede ser convertible a la vista (el estado emisor garantiza que contra su presentacién en determinado banco o caja de conversién se le somegar cierto numerario —oro, plata_ ‘0 divisa extranjera— se; 16n de su valor); y el fiduciario de curso legal (cuyo valor de cambio réal depende de la confian- za_que la atribuya el mercado, sin sujeci6n. 7 valor declarado). Escaneado con CamScanner 152 CARLOS MARIA BIDEGAIN | | Las pega trarsecoesdra oe pobacén rues pn | pe fo bletesfracconaros del unlad monciay plese beatin de busca y/o ieee ‘emitidos en un | Tonto comparativamentereducdo ea respucta a as nocrldades de las opera cata Been ee pnt g abn fr he fat “letras de tlsoreria”, etc.) x los partioulares y socledades (cheques, letras de cambio, pagarés, acciones, certficados de depéaito, ercttera: los amados “papeles de comercio” y “titulos de crédito”) que son emitidos de conformidad a lgyes especiales y a ta legistaciGn comén. Los bancos movilizan y multiplican arte del dinero en ellos depositado en operaciones de préstamo, descuento de letras y pagarés, y muchas otras. 709. Los constituyentes de 1853/1860 se propusieron poner | orden en la materia monetaria, caracterizada entorices por la | multiplicidad de monedas circulantes de distinto origen y valor. Por ello el anterior articulo 67, inciso 1°, decfa en un pérrafo eliminado en )| 1954 que lat conttucones nacional podria ser stiechas en la moneda que fuese coriente en Por Su Justo ie m posterformente Tograda, Ia cléusula } Durante este proceso, el antiguo oe yoneda nacional” sufrié una agu- | disima depreciacién, y fue sustituido en 1970 por ef "peso ley 18.188”, agregando | dos ceros antes de la unidad. Esa moneda continué deteriordndose hasta que en 1983 decidié reemplazérsela por el “peso argentino”, agregindole cuatro ceros. Apenas dos afios después, en 1985, con otra moneda, el “austral”, se agregaron tres ceros mds antes de la unidad. Finalmente, la moneda” actual, el “peso”, reemplazé en 1991 al “austral”, agregdndole otros cuatro“ceros. El “peso mo- de 1881/1970 tiene un valor de conversién’ de 0,909000000001 Me de algunas provids (encapeaadat p ), por he cuenta ¥ Ei lredoa aa Ce ion ‘contrario a bancario actual sé encuentra” establecido en los articulos 75, incisos 62 y 11, y 126 de la Consti- Escaneado con CamScanner CURSO DE DERECHO CONSTITUCIONAL 155 tuci6n Nacional, que reproducen sin cambio alguno 0 con modi- ficaciones no sustanciales a los pertinentes textos anteriores. Por otra parte, en el nuevo articulo 75, inciso 19, se menciona entre las facultades del Congreso la de “‘proveer ... a la defensa de la ‘moneda...”, lo que se encontraba entre es, implicitos © incidentales del articulo 75, inciso 32 (anterior 67, inc. 28), pero revela Ia importagcia que se le reconoce al tema, después de las experiencias hiperinflacionarias vividas. El Gnico texto modificado es el del articulo 75, inciso 6°, con respecto al anterior 67, inciso 5°. El primero atribuye al Congreso “establecer y reglamentar| tun banco federal con facultad de emitir moneda, asf como otros bancos naciona- les”. El texto anterior lo facultaba para “establecer un_banco nacional en la Capital Federal y sus sucursales en las provincias, jas, con facultad de emitir, —__Darite mvigenia adem del Banco Cental del dela Nacin Agen tina, fueron creados otros bancos oficiales para atender operaciones especiales @ipotecario Nacional, Nacional de Desarrollo, Caja Nacional de Ahorro Pos- tal), actualmente en proceso de transformacién o liquidacién. A pesar de que el artfculo hacia referencia textual a “un” banco nacional, no se consideré que obs- a la creacién de més de, 0 70 texto aclara toda duda al respecto. La sustituci6n de “billetes” por “moneda” es correcta, porque, como ha sido de préctica, a pesar del uso del primero de esos términos en el texto an- , terior, el concepto abarca no s6lo al papel moneda sino también a la moneda > metdlica. Las expresiones “banco federal” en lugar de “banco nacional”, se con- sideran equivalentes. MEI Banco’ de la Provincia de Buenos Aires no esté sometido a las normas, (eae ee ae aia ate virtud de que cuando ese SS corpord os anita on TB in en it tivo Ta precauci6n de reservarse en el Pacto de San José de Flores el gobierno y. foes respecto de sus establecimientos piiblicos, entre los cuales desco- iba su banco. La reserva consta en el articulo 121, referente a facultades dels 711. La legislacién reglamentaria vigente, que puso fin a la etapa resefiada en el nro. 709, se encuentra en dos leyes sancio- nadas en 1991/1992, que son dos pilares de la transformacié6n econémica que, desde entonces, no con s_dificultad viene ejecutando en nuestro pais, luego de mds de medio siglo de-frustraciones y decadencia. Las dos leyes son la 23.298, de convertibilidad de la moneda, y la 24.144, que aprueba la nueva Carta Organica del Banco Central. Escaneado con CamScanner

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