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DESPERTAR

Persia era una nación idólatra, tenía muchos dioses. Ahora, en este contexto, aparece algo
nuevo en el relato que se encuentra en Esdras 1:1: “En el primer año del Ciro rey de
Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías…” El profeta
había dicho que a los setenta años terminaría la cautividad del pueblo. Y continúa diciendo
este pasaje: “…despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia…” Ciro no era un
cristiano, tampoco era benigno; sí era rey de un imperio poderoso con un ejército
extraordinario, pero un día se despertó y como señala la Biblia, hizo pregonar de palabra y
también por escrito por todo su reino, (su reino abarcaba casi todas las naciones de Medio
Oriente): “2Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado
todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que
está en Judá. 3Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a
Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la
cual está en Jerusalén. 4Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more,
ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas
voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén” (Esdras 1:2 al 4)

O sea que un día se levantó el rey de Persia y dijo: “El Dios de los cielos me ha mandado
que le edifique un templo en Jerusalén”. ¡Eso es algo que nadie se esperaba! En el imperio
persa había templos por todos lados y variedad de dioses, sin embargo, algo sucedió en el
corazón de Ciro. Continuando la lectura, Esdras 1:5 dice: “5Entonces se levantaron los
jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos
aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está
en Jerusalén”.

Quiero centrarme en qué sucede cuando Dios despierta el espíritu de alguien.


¿Por qué lo despierta?
¡Porque está dormido!
Aunque algunos tienen el espíritu muy dormido. Tanto es así que la Biblia declara en
algunos pasajes: “y durmió con sus padres” No es que se fue a la cama con papá y mamá
sino que se murió.

Me llama muchísimo la atención que cuando Dios despierta el espíritu de una persona
incrédula, idólatra y malvada, de pronto se vuelve buena. También despertó Dios el espíritu
de mucha gente de su pueblo para que le dieran ganas de ir a Jerusalén a edificar la ciudad.
La conclusión inmediata que yo saco es que cuando el Señor despierta el espíritu de
alguien, esa persona, de pronto, comienza a ver una nueva dimensión que nunca
imaginó.

ESPÍRITU DESPIERTO = NUEVA DIMENSIÓN

Cuando el espíritu del hombre está dormido, éste es gobernado por los deseos de su
alma y sólo cuenta con cinco antenas que son los cinco sentidos como el olfato, el oído,
el tacto, la vista y el gusto.
El alma es afectada a través de esas cinco antenas, entonces tiene una visión chata y
terrenal; además, está condicionada por las circunstancias que vivimos desde pequeños.
Desde que nacemos estamos rodeados de demonios y aún antes de nacer. El príncipe de
este siglo, señala la palabra de Dios, es satanás, y cuenta con un ejército de gobernadores,
de principados y potestades con quienes opera en el mundo. Yo me imagino a los demonios
programando a Ciro para que haga guerra y destruya a los que están en su camino.
Nosotros, al momento de nacer, tenemos demonios que están esperando nuestra llegada
para marcarnos. Puede ser que un bebé reciba el rechazo de sus padres antes de nacer, y
esto no es de Dios sino demoníaco. Las personas que sufren rechazo, no sólo tienen heridas
en su corazón sino también graves problemas sicológicos. Entonces, los demonios tratan de
marcarnos y de programarnos por medio de hechos y de palabras. De esto surge el dicho,
“el que se quema con leche, ve la vaca y llora”. Significa que hoy estoy afectado y tomo
decisiones basado y fundamentado en hechos del pasado, en cuestiones que me dijeron o
hicieron, las que me marcaron y se grabaron en mí, de tal manera que yo reacciono en base
a eso que está guardado en mi subconsciente. Son cosas que están metidas en el alma, en la
mente, la voluntad y las emociones, y están grabadas en el corazón. Digamos que hay una
ceguera en el alma, porque no ve ni y entiende lo que hay que ver y entender.

Una chica se enamora de quien cree que es su príncipe azul pero al tiempo de haberse
casado se da cuenta que era morado. Es que el alma tiene una especie de miopía, no
entiende las cosas del espíritu. La Biblia dice que lo que es nacido de la carne, carne es
y lo que es nacido del espíritu, espíritu es. Entonces, mientras el espíritu está dormido,
el alma hace planes; juguemos en el bosque mientras el lobo no está. Al alma le gusta
gobernar, se sienta en el trono del hombre y éste toma decisiones de acuerdo a lo que
le parece o siente. Algo diferente sucede cuando una persona es tocada por Dios y Él
despierta su espíritu. En ese momento se abre una nueva dimensión. Cuando yo estoy bajo
los designios de mi alma, estoy trabajando en determinados proyectos, pero cuando Dios
despierta el espíritu, comienzo a ver otras cosas que no veía, totalmente distintas al
propósito y dirección que tenía mi alma. ¡O gobierna tu alma o tu espíritu! ¡Tu espíritu es
de Dios y le pertenece a Él! ¡Tu espíritu anhela las cosas de Dios! Jesús dijo: “…el espíritu
a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil…” La carne no entiende ni acepta las
cosas del espíritu, por lo tanto, ésta tiene que ser sometida bajo el poder del Espíritu Santo.

Me llamó mucho la atención lo que dice Esdras, porque Dios no sólo puede despertar
el espíritu de un creyente sino también el de un incrédulo, idólatra, quien de pronto,
declara como Ciro: “Jehová el Dios de los cielos me ha mandado que le edifique
casa…” ¡Este hombre vio algo que una persona común no vio!

Me imagino el espanto de los demonios cuando ven que Ciro hace algo que ellos no habían
programado. Digamos que tú estás programado por los demonios, quienes te inducen a
pensar y sentir determinadas cosas, pero de pronto sales con algo que ellos ni se
imaginaban. Resulta que Dios encendió tu espíritu y tú comienzas a hablar de tal manera
que los demonios se perturban porque no saben de dónde has aprendido eso ya que ellos
habían trabajado toda la vida para que tú seas un “turro”. Ahora, de pronto, comienzas a
amar a Dios, a tu prójimo y haces cosas que los descolocan.
Habrá habido algún judío que logró establecerse en sesenta años, que creó una industria
para fabricar telas y venderlas en el reino, una persona subyugada junto a su familia, más o
menos estable, pero que no se imaginaba que Jerusalén y el templo serían reconstruidos.
Ellos estaban muy tranquilos haciendo lo de todos los días, igual que muchos cristianos que
hacen obras buenas. Tú le preguntas a alguien cómo sabe que es un cristiano y esta persona
te responde: “Yo soy una persona de bien, me llevo bien con todo el mundo, hago todo el
bien que puedo”. ¡Tiene una vida aburrida! “¿Y qué haces de trascendente?” “Bueno, yo
no le dejo faltar nada a mi familia, estoy criando a mis hijos, amo a mi esposa”. ¿A eso sólo
has venido al mundo? ¿No tendrá Dios algún plan contigo, algo que te haga vibrar, un
fuego que no puedas resistir? ¡Algo! que Yo veo lo que está sucediendo en nuestra
iglesia es que cada vez se enciende más y mas gente. ¡Hay que ver lo que hace Dios
cuando enciende un espíritu!

Tú estás en tu trabajo, llevando adelante tu profesión, tienes tus planes, tus estudios, te estás
preparando porque te han dicho que tienes que estudiar para ser alguien, pero lo que no
sabían es que eras alguien aún antes de estudiar. Tú tampoco, porque cuando te
preguntaban para qué estudias, respondías: “Para ser alguien”. ¿Es que tú eres algo o
alguien? Entonces, tú estás inmerso en tus planes pero de pronto viene Dios y despierta tu
espíritu y te das cuenta que lo que has estado haciendo era nada más que para ti, para tu
ego, para lo que has pensado y has querido.

Hablé con una joven que en un tiempo le entregó a Dios su carrera y sus planes, ¡y el Señor
la ha tocado de una manera poderosa! Ella me dijo: “Pastor, yo estoy hablando con alguien
y comienzo a sentir el dolor que está sintiendo esa persona. Cuando se va, me pongo a orar
por ella”. ¡De pronto comienzas a ver cosas que no veías! Ahora puedes ver el dolor de la
gente. De pronto comienzas a ver que Dios quiere un hogar de niños en Haití. ¿A quién más
se le va a ocurrir? Cuando Dios despierta el espíritu, las personas comienzan a hacer cosas
que nunca había pensado ni soñado, tal como declara 1ª Corintios 2:9: “9Antes bien, como
está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son
las que Dios ha preparado para los que le aman”.

¡Gloria a Dios! Notemos aquí que dice, cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni se han
manifestado en el corazón de los hombres; todas son alusiones de cosas que el alma no
puede detectar, que vienen de otra visión, esas son las cosas del espíritu. Así que está la
visión de la psiquis, o sea, cuando los sentidos envían señales al cerebro y éste lo procesa,
esas son cosas del alma. Hay un nivel de entendimiento o discernimiento, de proyectos y
propósitos que es netamente carnal y humano, pero cuando Dios despierta el espíritu,
podemos tener otra visión que ha de verse con los ojos del espíritu y no con los físicos. ¡Si
Dios despierta tu espíritu verás cosas que no se ven con los ojos físicos!

A su vez, la joven me decía: “Yo no sé qué me pasa. Me estoy volviendo loca porque por
un lado yo tenía ciertos planes y por el otro Dios me muestra algo totalmente distinto y
pareciera que todo se me cae. Yo no sé por qué me entra una tristeza al ver a la gente mal”.
Ella tiene problemas en la casa, sus padres tienen problemas; antes se dedicaba a sus
proyectos como estudiar pero ahora ve que sus seres queridos tienen problemas y ora por
ellos.
DIOS TE DESPIERTA PARA HACER SUS PLANES

Dios considera más importante esa tarea que algún otro plan de estudio, de trabajo, de viaje,
etc. Tal vez nosotros no valoramos las cosas como Dios las valora. Mas cuando Dios
despierta el espíritu, de pronto tú comienzas a valorar lo que nunca te habías imaginado que
valorarías. Allá está Natanael quien dejó atrás su familia, sus estudios y sus planes, llorando
de emoción porque Dios lo está usando para bendecir a esa niña.

Por pequeña que sea la tarea que Dios te ha encomendado, si Él despertó tu espíritu, te dará
la gloria y la unción, también te dará el sentirte satisfecho con lo que estás haciendo. ¡La
satisfacción viene de Dios! ¡Dios satisface a aquel que le sirve!

Uno de nuestros pastores, Martín, se fue a Haití y ha estado colaborando con muchas cosas
en el hogar, entre ellas, una campaña evangelística que ha tenido lugar en esa nación.
Cuando llegó al hogar y comenzó a subir la montaña, a través de una huella de piedra de un
kilómetro y medio que lleva a un lugar perdido en la montaña, donde no hay agua ni
electricidad, pero donde está la luz de Dios obrando. Mientras iba caminando, me escribió
diciéndome: “Estoy llorando. ¡Admiro su fe pastor! ¡Cómo Dios lo trajo a este lugar para
hacer un hogar de niños!” Yo le respondí que no fue un proyecto mío sino de Dios. Es que
cuando el Señor despierta tu espíritu, te muestra cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han
subido en corazón de hombre. Si lo que haces no es de Dios, nunca te sentirás satisfecho.
Pero si lo que haces proviene de Él, el Señor te llenará de satisfacción.

TEMOR: ARMA DE SATANÁS PARA DETENERNOS

Cuando tú decides hacer algo de Dios, es como escupirle en la cara al diablo; eso le
preocupa porque te ha estado programando para otra cosa. Quiero decirte que si eres
cristiano pero hace años que estás estancado en el mismo pantano, entonces tu espíritu está
dormido. Alguno dice: “Aquí estoy, llevando la cruz…” Pero un verdadero cristiano lleva
la cruz con gozo y se burla del diablo porque no se hizo su voluntad sino la de Dios.
¡Satanás te quiere poner cargas para frenarte!

Cuando Nehemías decidió ir a levantar los muros de Jerusalén, fue más oprimente el miedo
que le infundían los vecinos por causa de la obra, que la tarea misma de edificar el muro.
Con Esdras sucedió exactamente lo mismo, el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de
Judá, y lo atemorizó para que no edificara. Es que cuando Dios despierta el espíritu de
alguien, los demonios se desorientan, porque han trabajado duro toda tu vida para que
hagas sus planes, y de pronto ven cómo todos los designios que tenían contigo se
desbaratan. Porque no pasa desapercibido en el mundo espiritual cuando trabajas para Dios
o para satanás, y si haces la obra Dios recibirás oposición inmediata del infierno, ya que
sentirás opresión y se levantará guerra contra ti.

Aunque hay quienes se acobardan porque le temen a la guerra en lugar de enfrentar los
problemas. Como una mujer que me dijo: “Mi esposo está endemoniado, y cuando oro se
pone peor, entonces he dejado de hacerlo para que se quede tranquilo”. ¡Qué soldado!
¡Cómo le pone el pecho a las balas! La Biblia dice que el reino de los cielos no es para
cobardes sino para valientes. ¡Se necesita valentía para ser de Cristo! Y si tú no eres
valiente, entonces no eres de Él. ¡Quien tiene activado su espíritu, tiene la gloria, el poder,
la unción y el fuego de Dios! ¡Nada ni nadie podrán detener a una persona que está activada
por Dios! Pero el diablo te trae cosas para quitarte la paz, para afligirte y entristecerte, y lo
hace para detenerte, porque cuando tu espíritu está activado y cumples los propósitos de
Dios, sucede que le estás haciendo la guerra al infierno y destruyendo los planes de satanás.

Leemos en Esdras 4:4: “4Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo


atemorizó para que no edificara”. El temor es una de las armas que el diablo utiliza para
que los cristianos no hagan la obra de Dios. “Tengo miedo de consagrarme”, dice la gente.
¿Por qué? Porque no quieren fallarle a Dios, o porque temen que el Señor les quite las cosas
que aman. ¡Tienen miedo de Dios! Si rehúsas consagrarte a Dios porque no quieres fallarle,
entonces conságrate al diablo. Tú no puedes decir que eres cristiano y no te consagras a
Dios.

El rey Ciro había dado la orden para edificar los muros pero al diablo no le importó nada y
usó a los vecinos para frenar la orden del rey. Éstos comenzaron a planear cómo hacer para
detenerlos:“1Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la
cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel, 2vinieron a Zorobabel y a los
jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros
buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de
Asiria, que nos hizo venir aquí” (Esdras 4:1 y 2).

La intención de ellos era dividir y romper, entonces Esdras tuvo que orar mucho, no por la
obra sino por los temores que infundían aquellos que tenían bronca por la obra que iban a
hacer. ¿Qué pasaba en realidad? El pueblo de Israel tenía una serie de ritos religiosos y
consistía en presentar ofrenda sobre el altar en Jerusalén, degollando animales que
oficiaban de sustitutos del pecador que los presentaba, entonces Dios recibía ese animal en
sustitución del pecador. Pero por mandato de Dios, había sólo un lugar en el mundo donde
el Señor podía recibir esos sacrificios y era en Jerusalén, en el Monte de Sión. Entonces,
cuando el pueblo fue llevado cautivo, no hubo más sacrificios, así que por sesenta años, el
pueblo de Israel no podía buscar el favor y el perdón de Dios porque no había altar ni
templo. Era un pueblo descarriado y sin esperanzas. Pero cuando el rey Ciro autoriza
reedificar el templo, ellos van y lo primero que hacen es restaurar el altar, por lo que hay
gran celebración. A partir de ese momento el pueblo comienza nuevamente a invocar sobre
el altar el favor y el perdón de Dios. Pero los enemigos se opusieron y el diablo estaba
como loco porque sabe él que cuando los pecadores se presentan delante del altar
pidiéndole perdón a Dios, los pecados son limpiados y se renueva la relación con el
Señor. Por lo tanto, edificar el templo y restaurar el altar era guerra contra los
poderes del infierno y era destruir los planes de satanás. Si lees en el libro de Esdras te
darás cuenta que el freno más grande era el temor, y no lo que había que edificar.

ELISEO TENÍA SU ESPÍRITU DESPIERTO

Leemos en 2ª Reyes 6:15 y 16: “15Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de
Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros.
Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos? 16El le dijo: No tengas miedo,
porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos”.

El rey de Siria perseguía al rey de Israel y en ese tiempo, Eliseo era el profeta de Dios.
Entonces, él le decía al rey de Israel que no fuera a tal parte porque allí había un
campamento del rey de Siria. Era una emboscada para tomar cautivo al rey de Israel y
como éste había sido alertado por el profeta, no iba a ese lugar. Muchas veces tramó algo
así el rey de Siria pero todo le salía mal. Hasta que en un momento se turbó y dijo: “Aquí
hay alguien que se pasó al bando de Israel y le está pasando información acerca de nuestros
planes. ¿Quién es? ” Y nadie levantaba la mano. ¡Era el profeta Eliseo quien le contaba al
rey de Israel lo que tramaba el rey de Siria! Leemos 2ª Reyes 6:12 al 14: “12Entonces uno
de los siervos dijo: No, rey señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual
declara al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta. 13Y él dijo:
Id, y mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí que él está
en Dotán. 14Entonces envió el rey allá gente de a caballo, y carros, y un gran ejército, los
cuales vinieron de noche, y sitiaron la ciudad”.¿Qué sucedió? “15Y se levantó de mañana
y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con
gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?
(2ª Reyes 6: 15) Y Eliseo que tenía su espíritu despierto, le respondió: “…No tengas
miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos” (2ª Reyes
6:16).

¡Quien tiene el espíritu despierto no tiene miedo! “17Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh
Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y
miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego
alrededor de Eliseo” (2ª Reyes 6:17). Lo que vio el criado cuando sus ojos espirituales
fueron abiertos fue un ejército celestial, entonces se le fue el miedo, porque Eliseo le pidió
a Dios que lo despertara para que pudiera ver. Seguimos leyendo en 2ª Reyes 6:18: “18Y
luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras
con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo”.
¡Una vergüenza para el ejército de Siria! Es que Dios defendió a sus siervos y le dio visión
espiritual para que no temieran.

Hay muchos no quieren servir a Dios porque temen perder algo que aman. Yo tengo que
ser reiterativo con esto del temor; si dentro de ti albergas temor, entonces no servirás a
Dios. Si te gobierna el temor, tú no eres valiente. Y te aseguro que cuando Dios despierte
tu espíritu tú dejarás de ser un cobarde. Pero algo sí es seguro, que tú no puedes jugar al
cristianismo y que Dios necesita despertar espíritus dormidos porque su obra se hace con
gente que tenga el espíritu despierto. ¡Dios despierta a quienes lo aman! Cosa que ojo no
vio ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre son las cosas que Dios ha
preparado para los que le aman. Los proyectos del espíritu y sus propósitos, que no se
perciben con el oído ni con los ojos, ni vienen al corazón, son las cosas que Dios ha
preparado para los que le aman. Entonces, a quien ama a Dios, Él le despierta el
espíritu. Yo te aconsejo: ¡Ama a Dios!

“Señor, te adoramos y te bendecimos. Despierta nuestro espíritu, Padre, queremos ver


esas grandes cosas que tienes y anhelamos hacerlas. Te glorificamos Señor, te exaltamos.
Recibe toda honra y toda gloria. Te alabamos y bendecimos tu nombre, Señor. ¡Queremos
ver! ¡Danos los ojos de Eliseo y de Ciro el persa! Danos los ojos de aquellos que tú
despertaste para ir a edificar el altar. Danos los ojos de aquellos que tienen tus grandes
visiones, Padre. ¡Activa nuestro espíritu Señor, te lo pedimos en el nombre de Jesús! ¿Qué
será de nosotros si tú no nos despiertas, Dios? Hoy reconocemos delante de ti que nos
hemos esforzado tanto y hemos hecho tantas cosas que no provenían de ti, y te pedimos
perdón Padre, en el nombre de Jesús, amén”.

Cuando tu espíritu ha sido despierto por Dios, ves lo que realmente debes ver y hay menos
margen de error en todo lo que emprendes, sea noviazgo, trabajo, etc. Cuando te propones
hacer algo y tu espíritu está despierto, llevas a cabo la obra que Dios planeó y no tus planes.
¿No estás cansado de hacer tu voluntad?
¿No quieres probar que Dios despierte tu espíritu y lo vivifique; que lo ponga sobre tu alma
y ésta se tenga que aguantar en el molde porque ahora domina el espíritu? ¿No quieres
probar lo tremendo que es el poder y la victoria de Dios? ¡Hoy es el día! Este es el día en
que debes decirle que estás cansado o cansada de fracasar, que te dices cristiano pero hace
años que estás estancado o estancada en el mismo charco y no sales. ¡Yo veo cristianos
patinando hace años en el mismo lodo! ¡Sal de ahí!

“Padre, completa tu obra, extiende tu mano. Espíritu Santo, despierta los espíritus, en el
nombre de Jesús y libera de toda cautividad. Que quien te sirva, lo haga con amor y
valentía, Padre”.

¡Recibe hoy el toque de Dios para ser despertado!

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