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APELLIDOS Y NOMBRE:

DERECHO DE LA UNIÓN EUROPEA (2017/18)

PRÁCTICA 1. FUNDAMENTOS Y SISTEMA INSTITUCIONAL

SUPUESTO

El 27 de enero de 2012 se aprobó la Directiva 2012/98/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, por la que se
establecen normas para la extracción, verificación, tratamiento, almacenamiento y distribución de sangre humana y sus
componentes. En la Directiva se motiva la medida de acuerdo, entre otros, con los siguientes considerandos:
“(2) La disponibilidad de sangre y de sus componentes utilizados para fines terapéuticos depende en gran medida de la
voluntad de los ciudadanos de la Comunidad que estén dispuestos a realizar donaciones. Con el fin de preservar la salud
pública y evitar la transmisión de enfermedades infecciosas, hay que tomar todas las medidas de precaución durante su
extracción, tratamiento, distribución y utilización, recurriendo debidamente a los progresos científicos realizados en la
identificación, neutralización y eliminación de agentes patógenos transmisibles por transfusión”.

La Directiva establece, entre otras cosas, cuáles deben ser los requisitos de seguridad en relación con la extracción de
sangre y sus productos derivados de cara a su donación a terceros. En particular, su art. 7 dispone lo siguiente:
“Artículo 7.
1. Antes de admitirse la donación de sangre se practicará una entrevista obligatoriamente.
2. Incumbirá a la persona facultada para seleccionar a los donantes apreciar la posibilidad de una donación a la vista de
las contraindicaciones y de la duración, situación anterior y evolución de éstas, mediante preguntas que completen el
cuestionario previo a la donación.
3. En todo caso se rechazará la donación del candidato cuando éste presente alguna de las contraindicaciones previstas
en el Anexo III”.

Debido a un repunte en el número de muestras de sangre infectadas con virus de Hepatitis A, Hepatitis B y VIH detectado
durante el año 2016, la Comisión se plantea proponer una modificación de la norma para incorporar la siguiente regla:
“Anexo III. Contraindicaciones a los efectos del artículo 7.
Se rechazará la donación en caso de que el donante: […]
(5) sea un varón y haya mantenido relaciones sexuales con otros varones”.

El Ministro de Salud del Reino Unido ha hecho pública la intención de su Gobierno de suprimir la entrevista previa a la
admisión de la donación de sangre. En su opinión, como el fundamento de la aplicación del Derecho de la Unión en el
Reino Unido se remonta a la Ley de las Comunidades Europeas de 1973, que incorporó los Tratados constitutivos al
Derecho interno, la aprobación a tal efecto de una Ley por el Parlamento británico permitiría a los jueces inaplicar el
artículo 7 de la Directiva en virtud del principio cronológico.

CUESTIONES

1. ¿Tiene fundamento la opinión del Ministerio de Salud del Reino Unido a la luz del Derecho de la Unión
Europea?

La opinión del Ministro de Salud del Reino Unido carece de fundamento a la vista de la jurisprudencia del
Tribunal de Justicia. Por un lado, el Derecho de la Unión Europea goza de aplicabilidad directa con
independencia de lo que dispongan las normas constitucionales de los Estados miembros, de modo que su
aplicación no está sujeta a un acto de recepción específica (Van Geend & Loos).
Por otro lado, los Estados miembros no pueden oponer al Derecho de la Unión una norma interna posterior,
cualquiera que sea ésta, puesto que la transferencia de competencias nacionales operada mediante la
adhesión «entraña […] una limitación definitiva de su soberanía» (Costa c. ENEL).

TODAS LAS RESPUESTAS DEBEN ESTAR JURÍDICAMENTE FUNDADAS


2. ¿Cuál habrá debido ser la base jurídica de la Directiva? Teniendo en cuenta el art. 16.3 TUE, ¿se habrá
tenido el Consejo que pronunciar por unanimidad para la aprobación de la Directiva o habrá sido suficiente la
mayoría cualificada?

A la vista del Considerando 2, la Directiva trata de «preservar la salud pública y evitar la transmisión de
enfermedades infecciosas». La base jurídica correspondiente es, en particular, la prevista en el art. 168.4 a)
TFUE, que permite adoptar las «medidas que establezcan altos niveles de calidad y seguridad de los órganos
y sustancias de origen humano, así como de la sangre y derivados de la sangre».
Por otro lado, el art. 16.3 TUE dispone que el «Consejo se pronunciará por mayoría cualificada, excepto
cuando los Tratados dispongan otra cosa». Como el art. 114 no contempla otro criterio de toma de decisiones
en el seno del Consejo, el aplicable será el previsto con carácter general.

3. En caso de que, además de la base jurídica a la que se refiere la pregunta anterior, se hubiera planteado la
posibilidad de elegir una base jurídica alternativa, ¿cuáles serían los criterios para optar por una u otra?

De acuerdo con la doctrina del Tribunal de Justicia, «la elección de la base jurídica de un acto no puede
depender únicamente de la convicción de una Institución respecto al fin perseguido, sino que debe basarse
en elementos objetivos susceptibles de control jurisdiccional», entre los que destaca el fin y el contenido de
la medida [Comisión c. Consejo (Dióxido de titanio), apartados 12 y ss.]. Ello supone que habría que
determinar la base jurídica aplicable en función de cuál fuera el objetivo principal o preponderante del
Reglamento.

4. ¿Plantea algún problema la propuesta por la Comisión desde la perspectiva de los valores de la Unión
Europea?

El artículo 2 establece que la Unión «se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, […]
igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas
pertenecientes a minorías», que son «comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el
pluralismo [y] la no discriminación». Por un lado, la propuesta de la Comisión incorpora un tratamiento
diferenciado según la orientación sexual del donante y, por lo tanto, resulta problemática desde el punto de
vista de los derechos a la igualdad y a la no discriminación. Por otro lado, la propuesta dispensa un
tratamiento desfavorable a los miembros de una minoría, como es la de los varones homosexuales, de manera
que también resultaría problemática desde esta segunda perspectiva. En ambos casos la medida propuesta
por la Comisión afecta a los derechos fundamentales y, por lo tanto, al Estado de Derecho.

TODAS LAS RESPUESTAS DEBEN ESTAR JURÍDICAMENTE FUNDADAS

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