Está en la página 1de 4

1.

NO SOY YO, CRISTO VIVE EN MI

Jesús confirmó esa promesa al anunciar su


muerte y resurrección. “Y yo rogaré al Padre,
y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre: el Espíritu de verdad,
al cual el mundo no puede recibir, porque no
le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis,
porque mora con vosotros, y estará en
vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a
vosotros.” (Juan 14:16-18)
1. NO SOY YO, CRISTO VIVE EN MI

¿Cómo entra a nuestros corazones? ¿Cuál es


nuestra parte? ¿Será a través de un soplo?
¿De la imposición de las manos? ¿De entrar
en éxtasis? ¿Ser derribados a tierra? ¿Al
hablar lenguas extrañas?
¿Esa fue la norma que los discípulos usaron
para dar el Espíritu Santo a los creyentes?
1. NO SOY YO, CRISTO VIVE EN MI

Son tres manifestaciones que nos presenta


Lucas al relatar el evento en Hechos 2:1-4.
La primera manifestación fue sonora. El
sonido es descrito como un viento recio.
La segunda manifestación fue un fenómeno
visible. Vieron lenguas de fuego.
La tercera manifestación fue el hablar en
lenguas.
1. NO SOY YO, CRISTO VIVE EN MI

Los discípulos en pentecostés hablaron en


otras lenguas o idiomas como señal de la
venida del Espíritu Santo.
No dice que fueron derribados al suelo o que
entraron en éxtasis.

También podría gustarte