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ESTUDIANTE
VANESSA VICTORIA HURTADO
CRISTIAN CAMILO HERNANDEZ
DOCENTE
TULIO ANDRES CLAVIJO GALLEGO
“Hace falta la unidad de todo el pueblo cubano, de todos los que quieran a nuestro país, de todos
los que odian al nazismo, de todos los que aman la paz, la libertad y el progreso. Hace falta la
unidad nacional para derrotar el hambre y la miseria, para derrotar a los enemigos de nuestra
independencia y de nuestra libertad” (1).
Límites: Al norte se encuentran los Estados Unidos y Bahamas, al oeste México, al sur las Islas
Caimán y Jamaica, y al este la isla La Española.
Capital: La Habana
Otras ciudades: Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo, Matanzas, Santa Clara, Cienfuegos,
Sancti Spiritus, Camagüey, Ciego de Ávila y Pinar del Río.
Idioma: español
Religión: Cuba es un estado secular. Está permitida la práctica de la religión dentro de los templos
y últimamente se están permitiendo algunas celebraciones fuera de los mismos previa
autorización gubernamental. La religión más importante es la católica, si bien se practican
ampliamente las religiones afrocubanas (sincretismo de religiones originarias de África con el
catolicismo) y se ha incrementado el número de fieles que asisten a iglesias cristianas no católicas,
tales como La Pentecostal, Evangelistas, Bautistas y Testigos de Jehová. Existe también una
minúscula comunidad judía.
Moneda: Una de las peculiaridades del sistema económico cubano es su sistema monetario. A
diferencia de lo que ocurre en la mayoría de países, en Cuba hay dos monedas: el Peso Cubano
(CUP) y el Peso Cubano Convertible (CUC). Este último equivale a 24 unidades del primero; por su
parte, el CUC está ligado al dólar americano a través de un tipo de cambio fijo.
La Isla de Cuba está dividida en 15 provincias y 168 municipios (la Isla de la Juventud es
considerada “municipio especial”). Las provincias son: Camagüey, Ciego de Ávila, Cienfuegos, La
Habana, Granma, Guantánamo, Holguín, Las Tunas, Matanzas, Pinar del Río, Sancti Spiritus,
Santiago de Cuba, Villa Clara, Mayabeque y Artemisa.
Cuba es un archipiélago constituido por la mayor isla de las Antillas, la Isla de la Juventud y otros
4.195 cayos, islotes e islas adyacentes. Su longitud es de 1.250 Km. Desde el Cabo de San Antonio,
al oeste, hasta la Punta de Maisí, su extremo oriental, y tiene una anchura que varía entre los 32 y
los 210 kilómetros; su mayor anchura la alcanza en la región oriental y el punto más estrecho en la
zona occidental. Cuenta con unos 4.000 Km de costas. El país tiene tres grandes sistemas
montañosos: la Sierra de los Órganos, la Sierra del Escambray y la Sierra Maestra; esta última,
ubicada en el sureste del país, es la de mayor altitud y extensión, y en ella se encuentra el pico
Real del Turquino (2.005 m), el más alto de Cuba.
Forma de Estado: La Constitución de 2019 define Cuba como un Estado socialista de derecho y
justicia social, independiente y soberano.
Para poder tener un amplio campo de visión de la realidad cubana es necesario hablar de la
sociedad cubana en general y hacer un pequeño recorrido histórico sobre algunas reformas
económicas y sociales que se han producido desde el triunfo de la Revolución en 1959. Una vez
que triunfó la Revolución, nos encontramos con una Cuba empobrecida y un contexto
internacional que se encontraba en plena Guerra Fría. Dos potencias contrapuestas
ideológicamente: los Estados Unidos de América (de ahora en adelante EEUU) y la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (de ahora en adelante la URSS), las cuales tenían sus zonas de
influencia repartidas básicamente en todo el mundo. Durante la Guerra Fría no existía
básicamente el jugar a dos bandos, o ibas de la mano con EEUU o, por otro lado, de mano de la
URSS. Cuba, que acababa de pasar por una revolución socialista y nacionalista, obviamente, se
refugió en el cobijo de la Unión Soviética.
Cuba enfrentó los momentos más críticos del llamado período especial, nuevos eventos en lo
nacional e internacional, y en lo económico y político, hubo dificultades y posibilidades para
nuevos derroteros de desarrollo sostenible y de progreso social, como cursos alternativos del
proyecto revolucionario del 59. Todo esto en el contexto de esquemas conceptuales neoliberales,
de relaciones de fuerza y políticas hegemónicas de parte de países e instituciones internacionales
poderosas.
La sociedad cubana es una sociedad compleja, tanto por su sistema económico como por su
cultura y los valores compartidos dentro del imaginario colectivo. No obstante, hay que situar a
Cuba dentro del contexto internacional. Es una isla centroamericana que, dentro de los criterios
más o menos universales, la podríamos situar dentro de los llamados "países subdesarrollados",
por la falta de recursos primarios y económicos. Sin embargo, no tiene las consecuencias de
injusticia social que normalmente se dan en estos países, sino al contrario, en los indicadores
internacionales de desarrollo humano, normalmente se sitúa como uno de los países con más
garantistas en relación a los derechos básicos a nivel universal.
“El avance hacia la utopía requiere muchas batallas, pero sin duda la primera es la batalla
cultural”2. “Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada” 3.
Las anteriores frases hacen parte de la evolución del discurso del liderazgo revolucionario. Los
cubanos comprometidos con el proyecto revolucionario aprendieron de él la crítica articulada del
capital, el lugar de cada cual, en la lucha de clases, el significado de la Revolución proletaria, el
papel clasista del Estado y la dictadura del proletariado, el ateísmo científico y otros pilares de la
doctrina.
El debate sobre el tema del marxismo en la Revolución cubana es mucho más complejo que lo que
traslucen el discurso ideológico En un entorno universal de globalización y predominio de
estrategias neoliberales, en el que sobresalen, por excepción, otras experiencias socialistas
asiáticas con tradiciones propias, el espacio económico y político cubano presenta a los
expectadores tantas admiraciones y simpatías como dudas y reproches.
La tesis de la lucha armada como vía prioritaria de acceso al poder, la idea de un primado
dialéctico de lo subjetivo sobre lo objetivo (y del papel de la voluntad) y la diversidad de posiciones
sobre el modelo económico de construcción socialista se situaba en el centro de una diferencia
fundamental con el socialismo real y el discurso de desarrollo.
Algunos de los impactos del período especial temprano en la subjetividad social, en distintos
sectores sociales fue: “Predominio de individualismo e inmediatez, debilitamiento del valor trabajo
en sus manifestaciones estatales, debilitamiento de valores morales, debilitamiento del valor
nacional, devaluación de empleo calificado y el papel de la educación, exaltación del
consumismo''(Espina Mayra y otros - 1993).
Finalmente, hay que hacer referencia a otro abanico de posiciones, que de manera a veces
explícita, y, con más frecuencia, implícita, se sitúa en el carril de la claudicación. En el plano
económico podría notarse en la defensa de una mercantilización (o de una liberalización) sin
fronteras; en el político, en la suplantación de un perfeccionamiento democrático desde la
institucionalidad existente por los conocidos dogmas liberales; en el quehacer académico, en la
desestimación sistemática de la tradición marxista, por la revalorización de la historia republicana
dependiente prerrevolucionaria y por la adscripción acrítica a corrientes teóricas dominantes.
Es bien conocido que, aunque existe una presencia marxista en la historia revolucionaria
cubana de este siglo, el proceso que da lugar a la victoria de 1959 no se asentaba en un
programa marxista, ni estaba conducido por un partido marxista, ni fue expresamente
movido por ideas marxistas. La presencia hegemónica del marxismo se introduce, de
manera progresiva, aunque vertiginosa, en los cuatro primeros años que siguen a la
victoria. La Revolución, en la experiencia cubana, no se diseña desde el marxismo ni es
conducida por los socialistas organizados. Sino que es, en sentido inverso, la Revolución,
victoriosa ya, la que asume las ideas del marxismo, al tiempo que cambia la estructura
socioeconómica del país y adopta posteriormente normas institucionales del estilo de
organización política predominante en los socialismos del Este.
El proyecto socialista cubano nace por lo tanto en un contexto crítico del sistema socialista
mundial, signado por la ruptura entre los dos grandes modelos revolucionarios de nuestro
siglo inspirados en el marxismo, y a la vez por las primeras muestras de agotamiento de la
institucionalidad política y el doctrinarismo implantados por el socialismo ruso.
Desde 1960 se creó el sistema de Escuelas de Instrucción Revolucionaria (EIR), llamado
desde entonces “escuelas del Partido”, aunque este aún se denominaba Organizaciones
Revolucionarias Integradas (ORI). Estructurado en tres niveles (escuelas nacionales,
provinciales y numerosas escuelas básicas), tuvo a su cargo la introducción de la educación
marxista a través de los manuales soviéticos como instrumento principal. 4
La revista mensual Cuba Socialista se creó como órgano teórico del Partido cubano. Aun
cuando constituye una fuente decisiva para seguir el discurso político de aquellos años, no
se percibe en ella la formalización dogmática de una doctrina oficial, lo cual constituye un
rasgo distintivo que debe tomarse en cuenta. Una segunda publicación, Teoría y Práctica,
mensuario de las EIR, tenía una vocación más académica (y más doctrinal), y se centraba
en los temas de la ideología. La enseñanza universitaria buscó un acomodo con la
incorporación del Marxismo a los planes de estudio de las carreras nuevas y tradicionales.
La “concepción científica del mundo” debía ser parte de la formación superior en todo el
país, y para impulsar esta meta se buscó la colaboración de especialistas hispano-
soviéticos en diversas ramas del conocimiento social.
BIBLIOGRAFIA
1. los fundamentos del socialismo en cuba por blas roca calderio, recuperado de:
https://www.granma.cu/granmad/2013/09/18/pdf/pagina03.pdf
2. Cruz Capote, Orlando (2014), El fantasma del comunismo recorre a Cuba. Visiones
diferentes sobre el lugar intelectual cultural del marxismo en la década de 1940-
1950. Informe de investigación, La Habana, Instituto de Filosofía.
3. Massón Sena, Caridad (Comp.) (2013), Comunismo, Socialismo y nacionalismo en
Cuba (1920-1958), La Habana, Editorial Instituto de Investigación Cultural Juan
Marinello.
4. Miranda Francisco, Olivia (2005), Julio Antonio Mella: los movimientos sociales y la
unidad revolucionaria, Revista Marx Ahora, No 19, pp. 157-174.