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En los mares, en los suelos y en muchos otros momentos de

nuestra vida cotidiana, tenemos que lidiar con sustancias tóxicas


cuyos fabricantes han descuidado, por decir lo más benevolente.

Hace cuatro décadas un buceador de las profundidades oceánicas,


Jacques Yves-Cousteau, revelaba al mundo -algo que
lamentablemente no fue asumido por ese mismo mundo, nuestra
sociedad-: que los mares, todos los mares del planeta, tenían
plásticos suspendidos en sus aguas. Moléculas a veces
microscópicas, pero allí presentes, porque su no biodegradabilidad
les permitía eso; seguir navegando indefinidamente en los océanos
del planeta.

No todo era material plástico en dimensiones que no alcanzaba


nuestra vista. Todos los mares tenían también bolsas de plástico
flotando (las que con la erosión se van convirtiendo en aquellas moléculas sueltas) que las
tortugas a menudo confundían con medusas e ingerían para iniciar así su propia, prematura
agonía.

No hace falta ser un especialista para registrar hoy en día que todos los campos, ese lugar
sagrado, asiento de la mayor parte de nuestra alimentación, porque del suelo se nutren casi
todos nuestros vegetales y buena parte de nuestra alimentación animal está absolutamente
invadido de materiales plásticos.

También se sabe que las grasas y los alcoholes son sustancias donde se alojan determinados
componentes plásticos con mayor facilidad. Particularmente, los plásticos clorados. Por eso,
algunas legislaciones nacionales prohíben el envasado de vinos o aceites en envases plásticos.

Por todo lo anterior, un episodio electrónico durante el primer semestre de 2003, donde se
transmite que un médico, Edward Fujimoto, de un Hospital Castle se presenta en la TV y
recomienda no usar tapers de plástico para calentar comida en el microondas revela una serie de
rasgos que vale la pena desentrañar.

En primer lugar, la falta de referencias histórico-geográficas resultó llamativa. Pero era asimismo
significativa la pertinencia de algunos tramos de la información.

Fujimoto destaca en particular a las comidas con grasa: "La combinación de grasa, calor y
plástico hace que se libere la dioxina y se quede en los alimentos ingresando así en el organismo.
Las dioxinas son cancerígenas y altamente tóxicas para el cuerpo." encomienda entonces usar
envases de vidrio o cerámica.

Luego aclara: "Tampoco es recomendable usar plástico para tapar comidas calientes ya que el
vapor se condensa y caen gotas que contienen toxinas." Se refiere a ingredientes del plástico que
este material ha "cedido" a las gotas que se han formado.
Dentro de las catástrofes naturales la
sequía es una de las más
preocupantes ya que poco a poco va
afectando a zonas mucho más
amplias del planeta. Ante las
catástrofes naturales como la sequía
sólo nos queda buscar y aplicar
soluciones prácticas.

Si bien es cierto que cíclicamente la


sequía, así como las inundaciones,
pueden afectar a cualquier lugar del planeta no es menos cierto que el ser
humano está favoreciendo las catástrofes naturales al incidir negativamente en
el Medio Ambiente.
Año tras año vamos viendo como el calentamiento global del planeta va
generando muchas catástrofes naturales y como la sequía afecta a más países.

Ante desastres naturales como la sequía está claro que mientras esperamos las
lluvias hemos de aplicar dos grupos de estrategias o soluciones prácticas: una
sería la de buscar el ahorro máximo de agua y la otra sería la de cuidar el
medio ambiente (reduciendo la contaminación y recuperando los bosques con
la reforestación).

Posibles medidas para calmar la sequía:

* Adecuar los cultivos a especies que necesiten el mínimo de agua y


adecuar el sistema de riego.

* Parques y jardines públicos y privados con especies que necesiten poca


agua.

* Utilizar ahorradores de agua en todos los grifos y duchas.

* Evitar las fugas o pérdida de agua de los canales de distribución del agua.

* Crecimiento urbanístico sostenible.

* Potenciar la depuración de todas las aguas residuales.

* Evitar la reforestación.

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