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Pastor: Roberto López Obando
Ministerio Internacional El Gran Yo Soy
Dios habla una y otra vez en sueños, en visiones nocturnas, aunque la gente no
lo reconozca. “Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre
no entiende. Por sueño, en visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres,
cuando se adormecen sobre el lecho, entonces revela al oído de los hombres, y les
señala su consejo, para quitar al hombre de su obra, y apartar del varón la soberbia.
Detendrá su alma del sepulcro, y su vida de que perezca a espada.” (Job 33 14-18).
Un sueño puede ser el reflejo de un deseo de nuestra alma. En ocasiones se pueden
ver pecados que Dios permite que los veamos con el fin arrepentirnos y rendir esa
área al Señor.
Cuando una persona viene a contarnos un sueño extraño que tuvo con nosotros no
se deje sugestionar por ese sueño negativo e inmediatamente deséchelo, si este
sueño tiene que ver con algo malo que le pasará no viene de Dios, es importante
identificar que este tipo de sueños traen perturbación al alma dejándola intranquila y
hasta temerosa, usted notará que en el sueño no hay ningún tipo de advertencia de
Dios hacia a usted. Recuerde que todo cristiano ha establecido una relación de Padre
e hijo, por lo tanto, Dios no necesita un mediador para decirles las cosas, usted tiene
libre acceso a la presencia de Dios para que Él pueda advertir, aconsejar, corregir,
enseñar lo que necesita, de forma personal.
Los sueños demoniacos siempre nos dejan con una mezcla de sentimientos
negativos, algunos de ellos pueden ministrarnos miedos, desconfianza, ira, también
pueden predisponer con algunas personas pensando mal de ellas, esto con el fin de
traer discordia o división, por eso, cada vez que tenga un tipo de sueño que lo único
que trae sea confusión o le hace dudar del amor de Dios y su protección en todos los
aspectos de su vida, no lo reciba!, rechácelo! , e inmediatamente contrarréstelo con
la oración y la alabanza a Dios , no se deje sugestionar por algo demoniaco
Recomendación antes de acostarse ore al señor poniéndose a cuentas de todo
pecado cometido durante ese día y nunca se duerma con falta de perdón, arregle eso
inmediatamente, al orar puede citar estas escrituras:
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; que solo tú, Jehová, me haces vivir confiado
(Salmos 4:8).
Yo me acosté y dormí, y desperté, por qué Jehová me sustentaba (Salmos 3:5)