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El versículo que hemos leído para comenzar muchos le llaman “EL Versículo más
triste de la Biblia” pues nos dice que la vida se nos va terminando, la niñez ha
pasado, la juventud ha pasado o está pasando y vamos camino a la vejez y quizás
no hemos querido entregarle nuestra vida a Cristo Jesús.
En la palabra de Dios podemos ver algunas personas que pudieron ser salvos,
que pudieron arrepentirse de sus pecados, que pudieron abrir sus corazones al
mensaje del evangelio, que estuvieron cerca de Jesús para creer en él, pero no lo
hicieron y posiblemente terminaron en condenación por no haber aprovechado esa
gran oportunidad.
Herodes escuchaba la exhortación, le gustaba la oír, sabía que lo que hacía no era
correcto delante de Dios, pero no se arrepintió, le gustaba el mensaje, le gustaba oír, pero
no tuvo arrepentimiento en su corazón.
• Los escribas conocían muy bien la ley, interpretaban la ley de Moisés para el
pueblo, por eso dio una respuesta acertada a Jesús sobre los mandamientos.
• Jesús le dijo: No estas lejos del reino de Dios, que bueno es estar cerca del
reino, pero eso no es suficiente, para ser salvos tenemos que estar dentro
del reino, no solamente cerca.
• Muchas personas hoy en día son cristianos de junto al camino (Lucas
8:12) están cerca del reino de Dios, les gusta la palabra, les gusta el
evangelio, pero no han recibido a Cristo Jesús como su Señor y su
salvador.
• Conocer la palabra no nos salva, lo que nos salva es conocer al Dios de la
palabra y recibir a su hijo Jesucristo como el Señor de nuestra vida.
• Son personas que se condenan porque no quieren venir a la luz, sino que
quisieran ser salvas, pero seguir en las tinieblas de sus pecados (Juan 3:19)
Él fue confrontado con la palabra de Dios por medio del apóstol Pablo, fue confrontado
con la palabra que podía salvarlo, con la palabra que podía hacerlo un hijo de Dios, pero,
aunque podríamos decir que estuvo a punto de ser salvo, no lo fue.
• Por eso para ser salvo necesitamos ser pobres de espíritu (Mateo 5:3)