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1. Hay muchos vendedores.Cada empresa tiene muchos competidores.

El mercado
de la comida rápida es buen ejemplo. Hay muchas alternativas a la hora de elegir que
queremos comer. Por tanto, en estos mercados no hay ninguna empresa que tenga
un gran dominio, al contrario de lo que pasaba en la telefonía móvil dónde Vodafone,
Orange y Movistar ocupaban casi todo el mercado.

2. Hay libertad de entrada y de salida.


Esto quiere decir que cualquier empresa puede entrar y vender en este tipo de
mercados (cualquiera puede crear una nueva empresa y de la misma manera
cualquiera puede salir del mercado si ve que no tiene beneficios. Esta condición es muy
importante, porque evita que unas pocas empresas controlen el mercado como pasaba
con el oligopolio.

3. Diferenciación del producto.


Los productos son similares pues satisfacen la misma necesidad, pero no son
sustitutivos perfectos, ya que hay diferentes estilos, calidades, diseños. Los
consumidores no tenemos ninguna dificultad para diferenciar unos productos de otros.

4. Hay capacidad para influir en el precio


Cuanto mayor es la capacidad de una empresa para diferenciar su producto del
resto, mayor será el precio que esté dispuesto a pagar por él los clientes, al
ajustarse más a sus necesidades.
Si los productos son similares entre dos empresas lo normal es que el precio sea
parecido. Pero hay empresas que buscan diferenciarse y ofrecer un producto de más
calidad o diferente para así poder cobrar más

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