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luis.quinteros@epn.edu.ec
katherine.vaca@epn.edu.ec
fernando.custode@epn.edu.ec
DECLARACIÓN
Yo, Luis Enrique Quinteros Maldonado, declaro bajo juramento que el trabajo aquí
descrito es de mi autoría; que no ha sido previamente presentado para ningún
grado o calificación profesional; y, que hemos consultado las referencias
bibliográficas que se incluyen en este documento.
____________________________________
LUIS ENRIQUE QUINTEROS MALDONADO
III
CERTIFICACIÓN
Certifico que el presente trabajo fue desarrollado por Luis Enrique Quinteros
Maldonado, bajo mi supervisión.
____________________________________________
KATHERINE ROCIO VACA ESCOBAR, Ph.D.
DIRECTORA DEL PROYECTO
_____________________________________________
ING. FERNANDO EDMUNDO CUSTODE MEJIA MSc.
CODIRECTOR DEL PROYECTO
IV
AGRADECIMIENTOS
De manera especial dar las gracias a todas aquellas personas que extendieron su
mano para de una u otra forma ayudar en la consecución de este proyecto de pre-
grado (familia, amigos, compañeros, técnicos y guardapáramos del FONAG).
DEDICATORIA
A nuestro hijo Etienne Ignacio, porque en tus ojos veo la luz y el amor. Sabemos
que con nuestro ejemplo estamos equipando “tu mochila” con las herramientas
necesarias para que enfrentes la vida con valentía y corazón. Ten siempre
presente que la unidad es la fuerza y lucha por tus ideales. Te amo con todo el
fuego de mi alma hijo querido.
VI
CONTENIDO
DECLARACIÓN………………………………………………………………………… II
AGRADECIMIENTOS .......................................................................................... IV
DEDICATORIA ..................................................................................................... V
CONTENIDO ....................................................................................................... VI
CAPÍTULO 1 .......................................................................................................... 1
INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 1
1.1 OBJETIVOS............................................................................................. 2
CAPíTULO 2 .......................................................................................................... 6
CAPÍTULO 3 ........................................................................................................ 28
CAPÍTULO 4 ........................................................................................................ 34
CAPÍTULO 5 ........................................................................................................ 66
CAPÍTULO 6 ........................................................................................................ 89
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES........................................................ 89
LISTA DE FIGURAS
FIGURA 5.10 Duración de los eventos para el periodo febrero-noviembre del 2016
............................................................................................................................. 81
FIGURA 5.14 erosión del suelo en las parcelas de cada nivel propuesto (periodo
de monitoreo: febrero-noviembre 2016) ............................................................... 86
XIII
LISTA DE TABLAS
SIMBOLOGÍA Y SIGLAS
RESUMEN
Los resultados muestran que los suelos de este arenal han perdido las
características típicas de suelos de páramo, presentando, por ejemplo, un
porcentaje de materia orgánica (MO) muy bajo (0,01 %), textura arenosa, y
densidad aparente alta (1,51 g/cm3), lo que implica una pobre retención de
humedad para un suelo de páramo. La degradación no se manifiesta en baja
capacidad de infiltración, sino lo contrario, llegando a ser la velocidad de
infiltración hasta 90 cm/h en el lugar más degradado, 89% mayor a la zona
testigo. La intensidad de lluvia no supera la capacidad de infiltración del suelo, ya
que el 69% de éstas tiene intensidades por debajo de los 4 mm/h y duraciones
generalmente de alrededor de dos horas. Esto se refleja en los bajos coeficientes
de escorrentía y pérdida de suelo, a pesar de la degradación. Todo indica que la
erosión hídrica laminar no es la principal causante de pérdida del suelo.
XVII
ABSTRACT
The hydrographic unit Jatunhuaycu (16 km2) is located in the paramo at the
Antisana Volcano west, where there is a 21 ha sandy area, which has been the
result of decades of intensive grazing of sheep. The soil currently has a little
vegetation cover, this sand being the main contribution of sediments to the
Jatunhuaycu River. This research tries to understand the erosive processes and
their relation with the hydro-physical characteristics of the soils, a key tool to
define future restoration strategies.
To evaluate soil loss and runoff, five plots of 20 m2 were installed, located on
slopes of 24 to 27 degrees (representative slopes) and distinguishing different
percentages of vegetation cover. As a witness, a plot was located in a better
preserved area (control zone).
The hydro-physical and chemical properties, the hydraulic conductivity of the soil
along with precipitation intensity were measured between February and November
2016.
The results show that the soils of this sandy area have lost the typical
characteristics of paramo soils, for example having a very low percentage of
organic matter (0,01%), sandy texture, and high bulk density (1,51 g/cm3). That
implies a poor moisture retention for paramo soil. The degradation is not
manifested in low infiltration capacity, but the opposite, reaching infiltration rate up
to 90 cm/h in the most degraded place, 89% greater than the control zone. The
rainfall intensity does not exceed the capacity of soil infiltration, since 69% of these
have intensities below 4 mm/h and durations generally of about two hours. This is
reflected in the low coefficients of runoff and soil loss, despite degradation.
Everything indicates that laminar water erosion is not the main cause of soil loss.
XVIII
PRESENTACIÓN
Este estudio evalúa como los suelos y sus diferentes porcentajes de cobertura
vegetal, en un área degradada de páramo a consecuencia de la ganadería ovina
(llevada a cabo tiempo atrás), responden hidrológicamente (taza de infiltración,
capacidad de retención) ante la influencia de la precipitación y cuan sensibles
son a procesos de erosión hídrica laminar.
INTRODUCCIÓN
Es necesario comprender que la provisión del agua que viene del páramo guarda
una íntima conexión con su suelo (Fuentes y Tapia, 2011). El cambio de la
cubierta vegetal y el uso del suelo tienen efectos en las propiedades físicas y
químicas de los suelos parameros (Quichimbo et al., 2012). Actividades humanas
como la ganadería intensiva, tiene algunos efectos, los cuales pueden ser
indirectos, como la vegetación que al ser afectada tiende a desaparecer, y
directos, como la compactación por el pisoteo (Hofstede, 2001); en este sentido,
la degradación del conjunto suelo-vegetación, produce una disminución en la
capacidad de retención de agua y por tanto en su cantidad (Célleri et al., 2012).
1.1 OBJETIVOS
GENERAL
ESPECÍFICOS
Un ecosistema frágil de notable importancia socio ecológica que afronta una serie
de contrariedades que amenazan su integridad y su capacidad de proveer
beneficios, es una definición que Hofstede y Mena, (s.f.) le otorgan al páramo. Las
perturbaciones como el sobrepastoreo y las quemas han sido desarrolladas
durante muchos años en páramos ecuatorianos (Lahuatte y Recalde, 2015). Borja
(2012) refiere que, al tener una cuenca degradada que evidencia pérdida de suelo
por factores climáticos como la lluvia o el viento (erosión hídrica y/o eólica), la
regulación hidrológica es demasiado baja, esto ocurre porque el reservorio natural
que representa el conjunto de componentes suelo-vegetación se ha perdido y por
lo tanto la cuenca no puede retener agua cuando se da el periodo lluvioso.
Hofstede y otros (2002) recalcan que las acciones de conservación encaminadas
a mantener los beneficios hídricos que brindan los páramos son vitales para el
abastecimiento de agua de las poblaciones andinas; por tanto, la intervención en
zonas degradadas para ejecutar acciones de restauración son sustanciales para
preservar y no superar la capacidad de carga de estos ecosistemas y
consecuentemente llevar a cabo una recuperación en el futuro (De Biévre et al.,
2006; Lahuatte y Recalde, 2015).
1.4 JUSTIFICACIÓN
ECOSISTEMA PÁRAMO
2.2.1.1 Características
Por la posición latitudinal que ocupan los páramos, la radiación que reciben es
constante durante todo el año, lo cual incide en la amplitud térmica diaria (frío
congelante durante la noche, calor que en el día puede supera los 20 oC)
(Buytaert et al., 2010; Llambí y Soto-W, 2012). En días lluviosos, la nubosidad
repercute en la radiación solar total que recibe la superficie de la tierra y por tanto
ésta decrece, mientras que por la noche, la alta humedad relativa y la emisión de
onda larga desde la superficie del suelo y la vegetación, considerablemente
8
2.2.1.1.1 Precipitación
Un proceso local para que se den lluvias frecuentes en los páramos, tiene que ver
con la radiación y el calentamiento del aire en los valles andinos (mayor
evaporación incrementa la humedad del aire), lo que genera que la densidad de
estas masas de aire disminuya en relación con aquellas masas de aire ubicadas
en zonas altas, de esta manera se promueve un sistema de vientos ascendentes,
hasta que en un punto la temperatura es más baja, dándose una condensación y
por consiguiente la precipitación (Célleri et al., 2012).
2.2.1.1.2 Suelos
Los materiales de origen glaciar y volcánico (roca y cenizas volcánicas) junto con
los factores de formación (precipitación, radiación, viento, temperatura, material
parental, relieve, vegetación, tiempo) dieron lugar a los suelos de los páramos
(Borja, 2012); suelos que se consideran jóvenes debido a que su proceso de
formación se da inicio después de la última glaciación (Pleistoceno), hace
aproximadamente 10 000 años. Hay que tomar en cuenta también los
asentamientos de suelo en zonas de volcanismo activo, ya que se puede aducir
edades aún más recientes (Hofstede et al., 2014). Como mencionan Podwojewski
y Poulenard (2011): “Las cenizas volcánicas cubren toda la parte norte del
Ecuador hasta el sur de Cuenca”, y el tipo de suelo que se forma sobre éstas (a
determinada altura), son suelos de color negro, denominados andosoles (De
Biévre et al., 2011). Además, se encuentran suelos de tipo histosoles en
depresiones donde el agua puede acumularse más fácilmente, constituidos por
materiales orgánicos poco descompuestos, son suelos que pueden llegar a ser
muy profundos (De Biévre et al., 2011; Borja, 2012; Hofstede et al., 2014). Los
entisoles e inceptisoles son suelos de páramo que se han encontrado en partes
donde la actividad volcánica no ha tenido influencia, su profundidad de hasta unos
50 cm, devela su escaso desarrollo y se los considera también suelos jóvenes
(Llambí y Soto-W., 2012; Hofstede, 1997).
Hofstede (2014) resalta que: “Son las condiciones edáficas las que explican la alta
capacidad hídrica del páramo”.
La densidad aparente (DA) está en rangos de entre 0,3 – 0,9 g/cm3, con lo que se
considera un valor pequeño comparado con otras densidades, (ejemplo arena 1,8
g/cm3) (Podwojewski y Poulenard, 2011; Ingeniería Rural, s.f.). No es de
extrañarse que valores tan bajos como 0,13 g/cm3 se hayan registrado en
11
páramos al sur del Ecuador (Borja, 2012); por tanto, mientras la cantidad de MO
acumulada sea mayor, tanto menor será la densidad aparente (Borja, 2012).
Los coloides (arcilla y MO) del suelo presentan buena área superficial con cargas
negativas (esto puede variar en función del pH), lo cual permite la adsorción de
los cationes (Ca, Mg, Na, K) que se encuentran en la solución del suelo (Borja,
2012). Esto da cuenta de la capacidad del suelo para retener e intercambiar las
partículas cargadas que se encuentran en los horizontes superficiales a
disposición de las plantas para su crecimiento (Borja, 2012).
Cabe destacar que el consumo de agua por parte de la vegetación, es muy bajo
(Buytaert et al., 2010); esto debido a que la estructura y función de algunas
plantas está destinada a prevenir la pérdida de agua por transpiración y
evaporación (xeromorfia) (Álvarez et al., 2009). Existen pocas estimaciones de la
evapotranspiración, sin embargo se estima que bordea valores de entre 1 a 1,5
mm/día (Buytaert et al., 2010); entonces, la mayor fracción del agua tomada del
suelo, no es ocupada por la vegetación, si no que regresa a la atmosfera como
vapor de agua. (Célleri et al., 2012).
2.2.1.2 Importancia
Sobre los páramos se ejercen múltiples demandas por parte de varios actores
(comunidades indígenas y campesinas, gobiernos locales y central, industria
14
minera, hidroeléctricas y del sector agroexportador) que pugnan por el agua y por
los derechos de su uso (Manosalvas, 2011). Estas perspectivas y diferentes
intereses por parte de grupos con considerable poder político, tecnocrático o
capitalista son las que están tejiendo la gestión ambiental de los páramos
(Manosalvas, 2011).
El agua al ser un bien indispensable, tanto para la subsistencia del ser humano y
del planeta en si, como para la producción de bienes materiales, no se aleja de la
lógica de mercado, y lejos de adquirir la sociedad conciencia acerca de mejorar
los hábitos de consumo y reducir los impactos concernientes a sus actividades, la
demanda por el agua aumenta. En Quito el consumo de agua per cápita llega a
ser de 200 litros/habitante/día, cantidad que llega a ser superada en época de
verano con 220 litros/habitante/día (EPMAPS-Q, 2015).
A su vez, la necesidad de hacer alianzas, construir puentes, tejer redes entre los
actores involucrados que usufructúan de los servicios ambientales con las
instituciones que velan por la conservación y restauración de los páramos, para
conjuntamente potenciar las acciones de preservación y manejo sostenible de los
hidro-ecosistemas
ELABORADO: Quinteros, E.
En relación con el sistema que emplean para la siembra existen aquellos que son
tradicionales, en los cuales existen descansos largos; y otros que son intensivos,
sin descanso, con el empleo de maquinaria, fertilizantes, pesticidas y riego
(Llambí y Soto-W, 2012).
2.2.2.1.2 Quema
locales, los cuales abarcan una cantidad considerable de los restantes 63,3% que
no se encuentran dentro del SNAP, y que se enmarcan dentro de algún acuerdo
local de conservación. Estos acuerdos involucran a gobiernos provinciales y
municipios con comunidades asentadas en las áreas de interés (De Biévre, 2011).
Para concluir, no hay ningún problema ambiental, sea este global o local (pérdida
y degradación de los recursos naturales, calentamiento global, contaminación,
etc.) que pueda considerase socialmente neutro, así como es imposible presentar
ningún argumento sociopolítico que logre considerarse ecológicamente inofensivo
(Harvey, 1996). Como afirma Manosalvas (2011): “La relación está ahí, clara e
irrefutable. No se puede hablar de conservación sin hablar de equidad. No se
puede hablar de conservación sin justicia social”.
RENDIMIENTO HÍDRICOS
Célleri et al. (2012), Borja (2012), Llambí y Soto-W (2012) y De Biévre et al.
(2011), refieren que la característica regulatoria tiene que ver con la alta
capacidad de almacenamiento del agua en el suelo, por una prominente cantidad
de MO concentrada en éste, lo que permite la captación del agua para lentamente
ser liberada a manantiales, ríos, riachuelos y lagunas; otro factor que determina
esta cualidad es la morfología de las cuencas (depresiones topográficas), la cual
constituye también, reservorios naturales y por último los glaciares y los acuíferos
son lugares donde el agua permanece almacenada (en escalas largas de tiempo).
24
Los motivos que otorgan un alto rendimiento hídrico al páramo (60 – 70 %), se
deben principalmente a las características singulares de la vegetación como por
ejemplo, la baja evapotranspiración ocasionada por el clima frío y húmedo (Célleri
et al., 2012; Hofstede et al., 2014).
La acidificación, junto con la pérdida de nutrientes del suelo por lavado son
problemas relacionados con el cambio estructural del suelo y por ende con
consecuencia en el almacenamiento y regulación hídricos (Célleri et al., 2012;
Llambí y Soto-W, 2012; Borja, 2012).
Los efectos de la erosión de los suelos, en por ejemplo, cultivos anuales o de ciclo
corto en suelos empinados, conllevan una acelerada erosión, lo cual hace
insustentable la agricultura bajo dichas condiciones. Las técnicas de conservación
y recuperación de suelos han tenido una limitada difusión (Larrea, 2011).
Borja (2012) aduce que: “En cuencas degradadas donde los suelos se han
erosionados, pueden tener un alto rendimiento hídrico, pero tiene una bajísima
regulación. Esto se debe a que el reservorio natural se ha perdido y por lo tanto la
cuenca no puede almacenar agua durante la época de lluvias”.
En un suelo más compacto hay menos espacio para agua, pero el suelo
compacto pierde su capacidad de infiltración. Así, al estar constantemente
recargados de agua, el suelo se satura y se produce escorrentía y erosión hídrica
superficial ya que las gotas arrastran las partículas de suelo, dándose la pérdida
de este; mientras que durante los aguaceros (eventos extraordinarios) hay una
posibilidad más alta de este suceso (Hofstede. 1995a, Buytaert et al. 2006; Borja,
2012).
CAPÍTULO 3
ZONA DE ESTUDIO
LOCALIZACIÓN
UBICACIÓN GEOGRÁFICA
SUELOS
Los suelos en el arenal se encuentran en gran porción del terreno sin cobertura
vegetal, además se aprecia que, en muchos lugares el horizonte Ah (estrato
mineral cercano a la superficie, muy oscuro, que forma agregados con MO; Borja,
2012) ha desaparecido casi por completo o es muy delgado, también la densidad
aparente es muy alta (1,2 g/cm3), producto de la compactación y pérdida de
porosidad (CONDESAN, 2013). El horizonte Ah que se ha perdido (andosol), se
puede apreciar en los lugares mejor conservados que se encuentran en los
bordes del arenal, como lo muestra la FIGURA 3.2. Producto de la erosión se
observa una capa con material grueso (FIGURA 3.3), visible en algunos sitios y la
textura mayormente se compone de arenas y limos, con predominio de la primera
(CONDESAN, 2013).
(a) Pérdida de horizonte orgánico (b) Evidencia del suelo original antes del
pastoreo
(a) Suelo con predominio de arena (b) Suelos de textura arenosa con grava
COBERTURA VEGETAL
PRECIPITACIÓN
160
137,03
140
117,39
Precipitación (mm)
120 106,68
100 92,14
79,99 84,48
80
53,13
60 46,97 46,62
40,39 37,13 38,41
40
20
0
MARCO METODOLÓGICO
NIVELES DE DEGRADACIÓN
Medianamente Muy
Bajo (5) Alto (1)
DEGRADACIÓN
Horizonte C3: con una altura mayor a 1,40 m, se observa un cambio de color a
una tonalidad café clara; al igual que el C2, tampoco presenta MO, es mucho más
compacto y de estructura similar, además tiene poros pequeños.
C3: Variación hacia un color gris. Fácilmente friable en húmedo, compacto y sin
estructura (partículas esparcidas). Profundidad entre 0,80 a 1,0 m.
40
AC: cuya altura es de alrededor de 0,06 m. Las raíces llegan hasta unos 0,40 a
0,50 m. La textura al tacto es franco arenosa, lo que se traduce en poros
medianos y pequeños, presenta estructura en bloques sub-angulares con grado
moderado, es decir, al ejercer cierta presión, el agregado se destruye pero se
diferencian aun pequeñas estructuras.
C2: Más compacto que el horizonte anterior, presenta una estructura en bloques
sub-angulares. Su profundidad sobrepasa los 0,40 m.
41
Por último, se encontró al horizonte mineral (C), de color claro, compacto, sin MO.
Con una profundidad mayor a 0,70 m.
tercera semana del mes de noviembre del 2016. Las muestras se procesaron en
el Laboratorio de Ensayo de Materiales, Suelos y Rocas en la Facultad de
Ingeniería Civil y Ambiental de la Escuela Politécnica Nacional (LEMSUR-EPN).
En las dos campañas, las muestras fueron recolectadas según las
especificaciones estipuladas en la literatura consultada (Roberts y Henry, s.f.;
FONAG, 2014; Ferraris, 2005; Polanco, 2002; Flores y Alcalá, 2010; INTA, 2012;),
además de contar con la experiencia de un técnico del FONAG.
· pH
· Amonio (NH4)
· Fósforo (P)
· Potasio (K)
· Manganeso (Mn)
· Hierro (Fe)
44
· Magnesio (Mg)
· Azufre (S)
· Calcio (Ca)
· Zinc (Zn)
· Cobre (Cu)
· Materia Orgánica (MO)
Mediante una barrenación (FIGURA 4.10) se definió la altura del primer horizonte
del suelo para cada nivel de degradación, del cual se obtuvieron tres submuestras
que integran la muestra compuesta. Las submuestras se tomaron a una
profundidad de entre 10 - 25 cm por ser ésta la profundidad a la que está ubicado
el suelo que se relaciona con la cobertura vegetal. A continuación, con una
balanza digital manual se pesó cada una de las tres submuestras hasta obtener
un kilogramo como lo indica la literatura (Ferraris, 2005; FONAG, 2014b),
además de ser esto un requerimiento del Laboratorio de Manejo de Suelos y
Aguas del INIAP (Estación Experimental “Santa Catalina”) (FIGURA 4.11). Las
muestras compuestas fueron introducidas en fundas herméticas para asegurar
que no ingrese ni escape algún material que pueda alterar la muestra (FIGURA
4.12), de tal forma que su integridad fue precautelada hasta llegar al laboratorio
del INIAP. La TABLA 4.2 indica los códigos de las muestras, profundidades,
puntos de muestreo y las alturas de los primeros horizontes. En la TABLA 4.3 se
muestran los métodos que fueron empleados por el laboratorio del INIAP para
calcular los valores de los parámetros químicos y de MO.
45
(a) Barrenación (b) Perfil del suelo. Determinación del primer horizonte
FUENTE: FONAG, 2016.
ELABORADO: Quinteros, E.
· Densidad Aparente
· Densidad Real
· Porosidad
· Textura
(a) Introducción del instrumento muestreador (b) Extracción del cilindro con muestra
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
Donde:
Mccs: Masa del cilindro más masa de la cápsula con suelo seco [g]
50
El objetivo de este ensayo es que el agua vertida dentro de la probeta con sólido,
ocupe el espacio poroso, por tanto, si se determina el volumen de agua que se
agregó, entonces se puede asumir que ese volumen es el espacio de los poros.
Para este ensayo se desprecian las variantes sujetas a la presión atmosférica y a
la temperatura del agua, variaciones que se consideraron sin injerencia (por
ejemplo, la densidad del agua a 15 °C es igual a 0,99913 g/cm3).
51
(a) Muestra con grumos y pequeñas raices (b) Muestra tamizada y disgregada
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
52
(a) Equipo y materiales para ensayo DR (b) Aforo y pesaje de suelo (100 cm3)
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
Dónde:
"& 4
2& = ; 2& = 1 ⇉ "& = '& (*. *)
'& #56
"$
∴ <= (*. >)
'$
Dónde:
Vt: Volumen del sólido más espacio poroso dentro de la probeta = 100 cm3
!
% -ABA$CD&D = E1 − F ∗ 100 (*. I)
<
Dónde:
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
55
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
Los rangos para los diámetros de las partículas que se definen en el Sistema
Unificado de Clasificación de Suelos (SUCS), son los que se tomaron en cuenta
(TABLA 4.5). Una vez determinados los porcentajes retenidos en los tamices, se
recurrió al triángulo de texturas del suelo para la valoración de las clases
constituyentes.
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
FUENTE: Cruz Velazco, s.f.
56
(a) Pozo con un radio pequeño (b) Pozo con un radio mayor
Nivel 1 2 3 4 5 6
No.
4 3 3 3 4 3
Pruebas
Pozos 1 2 3 4 1 2 3 1 2 3 1 2 3 1 2 3 4 1 2 3
Radio (cm) 15 15 4 4 15 4 4 15 4 4 25 4 4 16 15 4 4 15 4 4
Profundidad
(cm)
30 30 100 100 30 40 50,5 30 68 66 100 60 40,5 33 23 35 26 81 49 48
ELABORADO: Quinteros, E.
Donde:
PARCELAS DE ESCORRENTÍA
Se detalla, en la TABLA 4.7, la altitud y las coordenadas de cada una de las seis
parcelas de escorrentía geo-referenciadas con el GPS, Datum: WGS – 84, zona
17 S; además en la FIGURA 4.23, se puede apreciar la ubicación de las parcelas
dentro del arenal.
Al ser la parcela un área físicamente aislada del resto del terreno, se previene que
el agua escurrida ingrese o salga de ésta; para ello y tomando en consideración
de la bibliografía consultada (Alcázar, 2013; Morales, 1996; Morgan et al., 1997;
Peláez, 2001; Pizarro et al., 2001; UNA et al., 2005; Vega, 2008), su construcción
siguió las especificaciones técnicas sugeridas, para lo cual, en su elaboración se
contó con planchas de acero galvanizado de 2 mm de espesor (tol), donde los
bordes, con una altura de 40 cm, fueron enterrados a la mitad de esta longitud y
los 20 cm restantes quedaron como barreras físicas de la parcela (FIGURA 4.24).
El área efectiva rectangular que cubre la parcela fue de 20 m2, 10 m
longitudinales en sentido de la pendiente y 2 m en sentido transversal (FIGURA
4.25). En la parte inferior de la parcela se conectó un colector hecho con el mismo
material que los bordes, el cual fue cubierto por un plástico de polietileno de alta
densidad para protegerlo de la precipitación directa. Este colector cumplió la
función de encausar las partículas de suelo, que fueran arrastradas después de
60
Colector triangular
Borde lateral Tanque receptor
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
61
El monitoreo empezó en febrero del 2016 y duro hasta agosto del mismo año. Las
salidas de campo fueron organizadas desde el FONAG, cubriendo un día cada
semana durante 7 meses; sin embargo, se omitió, por cuestiones logísticas
algunas “colectas”, por lo que, en total se realizaron 22 monitoreos. Este periodo
se consideró según el análisis espacio temporal de la precipitación en la Unidad
Hidrográfica del río Jatunhuaycu (Fuentes, 2015), el cual indica un periodo
lluvioso desde febrero hasta julio, cumpliendo así el tiempo de monitoreo
propuesto en el plan de tesis. Para asegurar que la época lluviosa terminara, se
dio un margen de un mes más (agosto). A pesar de que la etapa de monitoreo en
campo había terminado y en vista de no haber registrado un evento atípico de
lluvia, el monitoreo se extendió un periodo de muestreo más (octubre-noviembre).
En cada visita de campo, se recogió en fundas resellables con código, el
sedimento que se encontraba en el colector triangular (ver FIGURA 4.27 a) (en las
parcelas de los niveles con mayor signo de degradación), recolectando en su
totalidad el suelo perdido por los factores ambientales lluvia y viento; mientras que
el agua de escorrentía fue medida en campo con jarras aforadas (ver FIGURA
4.28 a) y recogida junto con todo el sedimento contenido en el tanque receptor en
botellas plásticas de boca ancha debidamente identificadas (ver FIGURA 4.27 b)
(los datos son registrados en fichas de campo). Las muestras de la mezcla
sedimento - agua de escorrentía fueron procesadas en laboratorio docente de la
62
(a) funda resellable con muestra (b) botellas plásticas con sedimento y agua de
de suelo recogida del colector escorrentía, recolectadas de los tanque receptores con
triangular su respectiva identificación
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
63
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
Con el área de drenaje conocida o área efectiva (20 m 2), y con la altura de la
precipitación (mm) (registros pluviométricos), teniendo en cuenta que un milímetro
de agua en un metro cuadrado representa el volumen de un litro, al multiplicar la
altura de lluvia obtenida por el área efectiva, se calculó el volumen precipitado
(Vp) correspondiente a cada parcela en todos los niveles. Así mismo, con el agua
escurrida recogida en los tanques receptores y aforada en campo (ver FIGURA
4.28 a), se obtuvo directamente el volumen de agua escurrida (Vesc); mediante la
diferencia de Vp - Vesc, el resultado es el volumen de agua que infiltró (Vinf). Otro
valor que se estimó fue el coeficiente de escorrentía que permite avizorar la
relación entre el volumen de agua escurrida y el volumen de agua precipitada,
donde un valor igual a uno indica que todo lo que llueve escurre (un ejemplo sería
un área urbana pavimentada) y por el contrario un resultado próximo a cero
indicaría que es mucho más lo que entró en la matriz del suelo como infiltración a
64
lo que escurrió por sobre la superficie como lámina de agua. En la TABLA 4.8 se
muestran las variables obtenidas y sus unidades. Es necesario aclarar que el dato
de suelo perdido, obtenido en las parcelas, no se puede extrapolar hacia el área
del nivel evaluado, pues al no tener repeticiones de los tratamientos en los
diferentes niveles, estos datos no pueden ser validados estadísticamente.
Además, asumir que en una zona pequeña se tenga la misma dinámica de
procesos erosivos que en todo un terreno, sería incurrir en un error.
PRECIPITACIÓN
Para los periodos en los cuales se hicieron los monitoreos de las parcelas de
escorrentía, se estimó el número de eventos de lluvia que cayeron en dicho
intervalo de tiempo, y para cada episodio identificado se obtuvo el monto total de
precipitación, además de calcular las intensidades máximas para periodos de
duración iguales a 5, 15 y 30 minutos (Imáx5, Imáx15 e Imáx30 respectivamente),
con lo que se pudo relacionar a los eventos con las pérdidas de suelo para cada
intervalo de monitoreo de las parcelas, además de tener presente la lluvia
antecedente.
CAPÍTULO 5
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
HIDRAULICA DE SATURACIÓN
MO: Materia Orgánica; DA: Densidad Aparente; DR: Densidad Real; Ksat: Conductividad
hidráulica saturada.
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
67
MATERIA ORGÁNICA
Por último, para el nivel en bajo estado de degradación (6), aquel que presentó un
estado de conservación aceptable por el tipo de cobertura (pajonal con arbustos y
hierbas), la MO es 7,7%, valor alto si comparamos con el resto de niveles, no
obstante, para páramos conservados con suelos de tipo andosol, el rango varía
entre 3 – 44% (Borja, 2012). Si se sitúa el resultado obtenido dentro de ese rango,
se considera un valor bajo, y esto puede justificarse con el origen o génesis de los
suelos, pues como mencionan Podwojewski y Poulenard (2011), algunos suelos
del norte del Ecuador se han desarrollado sobre cenizas frescas (< 2000 años)
siendo suelos jóvenes con un alta taza de minerales primarios poco alterados, con
concentraciones bajas de carbono orgánico, DA entre 0,9 y 1,2 g/cm3 y con una
68
MO (%)
7,7
8%
6%
4% 3
2%
0,3 0,4 0,6
0,1
0%
Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 Nivel 5 Nivel 6
ELABORADO: Quinteros, E.
PROPIEDADES FÍSICAS
DA Porosidad (%)
1,8 60%
1,51 1,49
1,5
1,42 1,42
50% 46,12 48,4
1,24
1,13 38,39
1,2 40% 35,13 35,5 37,58
[g/cm3]
0,9 30%
0,6 20%
0,3 10%
0,0 0%
Nivel Nivel Nivel Nivel Nivel Nivel Nivel Nivel Nivel Nivel Nivel Nivel
1 2 3 4 5 6 1 2 3 4 5 6
DR
2,8
2,32 2,31 2,28 2,30 2,31
2,4 2,19
2,0
[g/cm3]
1,6
1,2
0,8
0,4
0,0
Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 Nivel 5 Nivel 6
ELABORADO: Quinteros, E.
Ksat
100 89,78
77,98
80
60
[cm/h]
40
ELABORADO: Quinteros, E.
71
En el nivel tres existe una singularidad, pues a pesar de su textura arenoso franco
y su baja concentración de MO, se esperaría una respuesta similar a los niveles
uno y dos (similares características físicas); sin embargo, el resultado de Ksat
muestra un valor bastante inferior, esto podría deberse a que en cierta medida el
suelo, en este nivel, presenta una estructura un tanto definida (bloques sub-
angulares), además de que el porcentaje de limos y arcillas (22 %) es un tanto
mayor que para los niveles uno (16 %) y dos (19 %), razones que, podrían ser la
causa de un movimiento más lento del agua en la matriz del suelo. Esta mayor
constitución de partículas medianas y pequeñas tendría influencia en la
composición del tamaño de los poros (meso y microporos), que dependen de su
textura y estructura. Para el nivel cuatro la situación es similar a la anterior, con la
diferencia de que su clase textural se describe como franco arenosa, lo que
ratificaría la razón de que un decrecimiento en el diámetro de las partículas (no
del todo significativo pero influyente) incrementa su área específica y por tanto
mayor cantidad de pequeños y medianos poros, lo que haría que la velocidad con
que el agua se mueve en el suelo sea menor. La porosidad de los niveles tres y
cuatro es un tanto mayor que la de los niveles uno y dos, lo cual justamente
denota la composición del tamaño de los poros al tener estructura definida (meso
y microporos), influyentes en la movilidad del agua en el suelo.
consecuencia una notoria alta capacidad de infiltración, que ahora poseen estos
sitios.
Cerrando esté análisis, el nivel seis devela una Ksat similar a los valores
encontrados por Guncay (2015); en el estudio en el que pruebas realizadas en
horizontes orgánicos muestran resultados desde 0,15 cm/h hasta valores de 0,73
cm/h, con lo que se puede aducir que el dato obtenido en este estudio (0,69 cm/h)
es aceptable. Esta respuesta es debida al relativo buen estado en el que se
encuentran las propiedades físicas en este nivel.
73
5.2PROPIEDADES QUÍMICAS
6,57 5,0 4,6 4,6 0,02 1,5 0,46 1,6 0,6 15 0,4 0,2
Nivel 1
PN B B B B B B B B B B B
6,23 14,0 5,5 11,0 0,03 2,0 0,58 1,8 1,5 13 0,6 0,2
Nivel 2
LAc B B M B B B B M B B B
6,74 4,0 5,5 4,0 0,13 2,3 0,57 1,9 3,9 27 0,9 0,3
Nivel 3
PN B B B B B B B M M B B
6,67 20,0 4,4 11,0 0,12 3,7 0,82 2,0 1,8 56 1,0 0,4
Nivel 4
PN B B M B B B M M A B B
6,43 19,0 4,1 23,0 0,13 8,1 1,5 5,3 1,4 68 3,1 0,6
Nivel 5
LAc B B A B A M M M A B B
6,49 23,0 5,7 22,0 0,18 11,6 1,6 9,3 2,8 156 3,6 0,6
Nivel 6
LAc B B A B A M A M A B B
Se puede apreciar en la FIGURA 5.4, para los niveles uno, tres y cuatro, valores
prácticamente neutros (PN), lo que indica un aumento del pH, ya que en estado
conservado estos suelos tienden a la acidez moderada (suelos bajo pajonal en
pendiente) y para los niveles dos, cinco y seis valores ligeramente ácidos (LAc).
Si se comparan los resultados entre el nivel dos y el nivel seis la asignación es la
misma para ambos casos (LAc), pero su estado de degradación es totalmente lo
opuesto (ver ANEXO 1, porcentajes de cobertura vegetal), lo que se atribuye por
un lado para el nivel seis que la acidez del suelo en mayor medida es debida
principalmente a la MO (7,7 %), mientras que para el nivel dos donde la MO tiene
un valor bajo (0,3 %), la condición ligeramente ácida podría ser la influencia de su
parte mineral, pues como manifiestan Podwojewski y Poulenard (2011), Sevink et
al. (2014) y Borja (2012), mediante la meteorización de las cenizas volcánicas
existe un aporte de aluminio y hierro, de los cuales el primero tiene una influencia
directa en la acidez del suelo; sin embargo, si fuese así en los otros niveles se
apreciaría una situación similar, por lo que se piensa más bien que esta condición
podría ser atribuida a los puntos donde se recolectaron las submuestras para el
análisis químico, que pudieron ser cercanos a los núcleos de las plantas que
estaban en el lugar y que de cierta manera pudieron influenciar es este resultado.
7,0
6,74 6,67
6,57
6,43 6,49
6,5
6,23
6,0
pH
5,5
5,0
Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 Nivel 5 Nivel 6
En la FIGURA 5.5, se pueden observar los valores hallados para el NH4, los
cuales se consideran bajos en todos los niveles, según la interpretación realizada
por el INIAP, esto podría deberse a la concentración de MO que poseen los
suelos en todos los niveles, donde, si bien para los dos últimos la cantidad de MO
es mayor que la de los demás, continua siendo un valor bajo si se considera que
los suelos de páramo por lo general presentan altos porcentajes de MO.
25 23 23,0
22
20,0
20 19,0
15 14,0
NH4
ppm
11 11
P
10
5,5 5,5 5,7 S
5,0 4,6 4,6 4,4
4,0 4 4,1
5
0
Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 Nivel 5 Nivel 6
Las concentraciones para elementos como el azufre, en general para los suelos
del páramo son deficientes (Podwojewski y Poulenard, 2011) evidenciándose que,
para los niveles uno y tres la concentración del elemento es baja (B), pero
contrariamente para los niveles cinco y seis los resultados recaen en la
interpretación de valor alto (A), en donde es posible que la tasa de retención de
nutrientes sea alta por la composición y estructura de sus suelos. Finalmente,
para los niveles dos y cuatro la interpretación asignada es una concentración
media (M).
11,6
12
9 8,1
meq/100 ml
K
6
Mg
3,7 Ca
3 2
2,3
1,5 1,5 1,6
0,82
0,46 0,58 0,57
0,02 0,03 0,13 0,12 0,13 0,18
0
Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 Nivel 5 Nivel 6
HIERRO (Fe)
Se aprecia en la FIGURA 5.7 que para el hierro (Fe) el resultado en el nivel seis
es excepcionalmente alto, lo cual ratifica lo afirmado por Borja (2012), pues aduce
que el hierro es uno de los elementos con mayor presencia en los suelos de
páramo debido al aporte de cenizas volcánicas, de forma que se evidencia su
concentración antes de la degradación del sitio., pues para el resto de niveles
este valor muestra una caída considerable.
160 156
120
ppm
80 68
56 Fe
40 27
15 13
0
Nivel 1 Nivel 2 Nivel 3 Nivel 4 Nivel 5 Nivel 6
En la TABLA 5.3, se detallan las fechas en las cuales se realizaron los monitoreos
de las parcelas de escorrentía (periodos de monitoreo), e indican cuantos eventos
79
Fecha Eventos
Mes
Suscitados
Inicio Monitoreo
01/02/2016 12/02/2016 5
Febrero 13/02/2016 18/02/2016 1
18/02/2016 24/02/2016 1
24/02/2016 02/03/2016 5
02/03/2016 08/03/2016 5
Marzo 08/03/2016 14/03/2016 5
14/03/2016 18/03/2016 2
18/03/2016 29/03/2016 5
29/03/2016 04/04/2016 8
04/04/2016 08/04/2016 7
Abril
08/04/2016 14/04/2016 5
14/04/2016 27/04/2016 3
27/04/2016 10/05/2016 6
Mayo 10/05/2016 18/05/2016 2
18/05/2016 24/05/2016 1
24/05/2016 08/06/2016 12
Junio
08/06/2016 22/06/2016 12
22/06/2016 07/07/2016 5
Julio
07/07/2016 22/07/2016 3
22/07/2016 11/08/2016 12
Agosto
11/08/2016 31/08/2016 8
Oct.-Nov. 20/10/2016 15/11/2016 10
TOTAL PRECIPITACIONES 123
Recuadro amarillo: un solo evento suscitado en el periodo de monitoreo
Recuadro rosa: Periodo extraordinario de muestreo.
ELABORADO: Quinteros, E.
80
160 151,1
140
Precipitación (mm)
120
100 80,9
75,3
80 65,2
60 47,9 49,6
38,4
40 26,4 31,1
18,4
20
0
20
18
16
14
Duración (hr)
12
10
8
6
4
2
0
28/02/20…
2/11/2016
18/3/2016
12/4/2016
28/4/2016
28/5/2016
15/6/2016
25/6/2016
23/7/2016
29/7/2016
26/8/2016
4/4/2016
1/2/2016
4/3/2016
1/4/2016
27%
Rango [hr]
23% 22% x<1
1≤x>2
16%
2≤x>3
12%
3≤x>4
x≥4
En la FIGURA 5.12, se muestra para la Imáx5, que del 100 % de los eventos
registrados (123 precipitaciones), un 69 % de las lluvias (85 lluvias; las tres barras
más altas) tienen intensidades por debajo de los 4 mm/h y sus duraciones son
generalmente largas (mayores a dos horas), un 22 % (27 eventos) tienen
intensidades entre 4 y 8 mm/h con duraciones que fluctúan entre minutos y horas,
y un 9 % (11 eventos) supera los 8 mm/hr, en los cuales el tiempo de duración de
los eventos varía entre tres y cuatro horas; con lo que claramente se puede aducir
que la mayoría de los eventos posee intensidades poco relevantes.
83
Imáx5 [mm/h]
26,8% 1,2
22,8% 2,4
19,5% 3,6
4,8
6
7,2
8,9%
7,3% 8,4
5,7%
9,6
1,6% 2,4% 2,4% 0,8% 0,8% 0,8% 10,8
12
ELABORADO: Quinteros, E.
Periodos de Monitoreo Intensidades (mm/h) PARCELA 1 PARCELA 2 PARCELA 3 PARCELA 4 PARCELA 5 PARCELA 6
Suelo erosionado (gr/parcela); Coeficiente de escorrentía Ce (adimencional)
Inicio Final Imáx5 Imáx15 Imáx30
Tanque Colector Ce Tanque Colector Ce Tanque Colector Ce Tanque Ce Tanque Ce Tanque Ce
01/02/2016 12/02/2016 3,60 2,80 2,20 0,9 1071,0 0,002 5,1 127,4 0,003 10,7 87,7 0,014 0,05 0,013 0,00 0,014 0,00 0,001
13/02/2016 18/02/2016 9,6 3,6 2,6 0,8 244,3 0,006 1,8 83,9 0,011 0,6 29,3 0,007 0,26 0,027 0,01 0,017 0,00 0,012
18/02/2016 24/02/2016 3,6 2,8 2 0,3 333,8 0,002 0,1 122,1 0,001 4,5 21,6 0,009 0,08 0,014 0,04 0,006 0,00 0,000
24/02/2016 02/03/2016 6 4 2,8 2,6 100,8 0,005 0,6 82,5 0,002 0,1 26,1 0,002 0,10 0,009 0,03 0,007 0,00 0,002
02/03/2016 08/03/2016 3,6 3,2 2,2 3,8 23,8 0,006 0,1 213,0 0,001 2,6 91,7 0,002 0,54 0,008 0,03 0,006 0,01 0,001
08/03/2016 14/03/2016 7,2 5,6 4,4 1,6 34,0 0,004 1,2 63,0 0,001 1,3 55,5 0,002 1,28 0,006 0,000 0,03 0,001
14/03/2016 18/03/2016 3,6 2,4 1,8 3,4 27,2 0,008 1,3 39,9 0,005 2,5 56,3 0,003 0,05 0,011 0,02 0,009 0,07 0,003
18/03/2016 29/03/2016 6 4,8 3,6 0,008 6,9 165,0 0,000 3,9 43,1 0,002 1,12 0,010 0,13 0,006 0,01 0,001
29/03/2016 04/04/2016 15,6 12,8 9,4 1,7 49,4 0,002 1,3 119,9 0,001 40,0 376,5 0,005 0,95 0,005 0,44 0,002 0,11 0,000
04/04/2016 08/04/2016 7,2 6 4,8 0,0 941,1 0,000 0,0 396,0 0,000 0,0 424,7 0,000 0,19 0,006 0,16 0,003 0,00 0,000
08/04/2016 14/04/2016 8,4 7,6 5,6 6,3 76,6 0,006 2,0 133,9 0,002 7,0 64,8 0,003 0,95 0,005 0,48 0,002 0,01 0,002
14/04/2016 27/04/2016 7,2 3,6 2,2 2,7 533,4 0,017 1,0 147,9 0,008 16,0 0,0 0,021 1,37 0,042 0,48 0,024 0,03 0,008
27/04/2016 10/05/2016 10,8 8,4 8,2 4,2 105,9 0,005 2,5 132,4 0,001 12,3 44,2 0,003 0,71 0,013 0,28 0,007 0,96 0,002
10/05/2016 18/05/2016 10,8 8,4 6,6 32,2 410,8 0,005 12,9 106,1 0,003 11,0 0,0 0,004 0,25 0,021 0,12 0,005 0,00 0,002
18/05/2016 24/05/2016 4,8 3,2 2,4 0,0 111,6 0,000 0,0 285,9 0,000 0,0 3,0 0,000 0,58 0,001 0,00 0,000 0,00 0,000
24/05/2016 08/06/2016 12 8,4 6,4 56,9 519,7 0,008 2,3 132,4 0,001 40,5 190,6 0,014 1,89 0,007 1,30 0,000 0,68 0,001
08/06/2016 22/06/2016 3,6 2,8 2,6 10,3 215,8 0,003 21,3 240,5 0,003 79,9 403,5 0,002 1,88 0,021 1,60 0,003 0,62 0,001
22/06/2016 07/07/2016 2,4 2 1,4 0,005 0,004 3,3 52,2 0,002 1,48 0,015 1,55 0,001 0,00 0,001
15/07/2016 22/07/2016 7,2 5,6 5,2 0,33 190,90 0,000 0,001 20,0 0,0 0,000 0,16 0,009 0,00 0,000 0,00 0,000
22/07/2016 11/08/2016 7,2 6,4 5,8 0,52 205,30 0,000 0,0 246,4 0,000 0,2 50,7 0,000 0,07 0,000 0,36 0,000 0,00 0,000
11/08/2016 31/08/2016 3,6 2,4 2,4 0,00 49,68 0,000 0,0 78,5 0,000 0,0 36,2 0,000 0,00 0,000 0,00 0,000 0,00 0,000
20/10/2016 15/11/2016 32,4 24 21 3,30 78,87 0,000 0,9 51,8 0,010 4,3 0,0 0,005 0,20 0,016 0,10 0,008 0,03 0,002
ELABORADO: Quinteros, E.
85
6000
5455,7
5000
Suelo erosionado [gr/parcela]
4000
3029,7
3000
2318,6
2000
1000
ELABORADO: Quinteros, E.
ESCORRENTÍA
0,014
0,012
0,012
Coeficiente de escorrentía (Ce)
0,010
0,008
0,006 0,005
0,004 0,004
0,004
0,003
0,002
0,002
0,000
Parcela 1 Parcela 2 Parcela 3 Parcela 4 Parcela 5 Parcela 6
ELABORADO: Quinteros, E.
por evento en todo el periodo evaluado) en 2,83 horas, con intensidades máximas
para periodos de duración 5, 15 y 30 minutos de 32,4; 24 y 21 mm/h,
respectivamente, con suelo erosionado en las parcelas para cada nivel evaluado
no muy representativas (ver TABLA 5.4), pues si se compara con eventos de
intensidades máximas mucho menores, las pérdidas de suelo tienen valores más
elevados que las del evento atípico. Resulta difícil entonces interpretar el impacto
erosivo de este evento, ya que al parecer su influencia fue por demás inferior a los
eventos que ni siquiera tienen intensidades máximas relevantes, mas sin
embargo, aportan más sedimentos que este evento atípico.
89
CAPÍTULO 6
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5.4 CONCLUSIONES
· Los resultados obtenidos para la Ksat en los niveles uno, dos, tres, cuatro y
cinco iguales a: 89,78; 77,98; 7,20; 4,18 y 2,05 cm/h (respectivamente), se
consideran altos en comparación a lo comúnmente encontrado en zonas
parameras conservadas, como reporta Guncay (2015), los valores para la
ksat fueron de 0,15 cm/h a 0,73 cm/h; e incluso, si se compara con los
resultados arrojados por Cacuango (2014), en el arenal noroccidental
cercano al Chimborazo, los valores de la Ksat fueron de 18,8 cm/h y 13,5
cm/h, con lo que se concluye que la respuesta hidrológica de los suelos en
los niveles de degradación (excepto el escenario de una zona poco
intervenida, nivel seis igual a 0.69 cm/h), está controlada por procesos de
infiltración rápida hacia las capas más profundas afectando a la capacidad
de regulación hídrica.
· Las pérdidas de suelo en las parcelas de los niveles del uno al seis
(5455,7; 3029,7; 2318,6; 14,1; 7,1 y 2,6 gr-suelo/parcela respectivamente),
tienen relación directa con la presencia de vegetación (densidad o
porcentaje de ocupación), por ende, a mayor estado de degradación
(menor cantidad de vegetación) aumenta la cantidad de suelo perdido.
5.5 RECOMENDACIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Basile, D. (1974). Tillers of the Andes: Farmers and Farming in the Quito Basin.
Estados Unidos North Carolina University of North Carolina Department of
Geography.
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ANEXO No 1
Nivel de Porcentaje
Vegetación Fotografía
degradación Cobertura
Fabacea y
Alto 25 %
Werneria
nubigena
Conyza
cardaminifoli,
Plantago
rigida,
Plantago
Medianamente linearis,
alto Musgos, 40 %
Plantago
nubigena,
Fabacea y
Werneria
nubigena
Aa
colombiana,
Calandrina
acaulis,
Calamagrostis
fibrovaginata,
Musgos,
Medio 55 %
Plantago
nubigena,
Conyzacarda
minifolia,
Fabacea y
Werneria
nubigena
Valeriana
rigida,
Calamagrostis
fibrovaginata,
Werneria
nubigena,
Calamagostis
Medianamente intermedia, º
bajo Lachemilla 75%
orbiculata,
Azorella
pedunculata,
Geranium
multipartitum
y Hypochaeris
sessiliflora
Calamagrostis
fibrovaginata,
Festuca
andícola,
Oritrophium
limnophilum,
Lasiocephalus
ovatus y Stipa
Bajo o mínimo 100%
sp.(estrato
herbáceo)
Diplostephium
sp. y
Chuquiragua
jussieui
(estrato
arbustivo)
ELABORACIÓN: Quinteros, E.
ANEXO No 2
ANEXO No 3
ANEXO No 4
Peso Pasante
Luz Retenido Acumulado
Tamiz retenido acumulado
(mm) (% ) (% )
(gr) %
8 2,36 0,3 0,14 0,14 99,86
16 1,18 1,2 0,58 0,72 99,28
30 0,59 24,5 11,81 12,54 87,46
ARENA
50 0,297 47,8 23,05 35,58 64,42
100 0,149 74,7 36,02 71,60 28,40
140 0,106 26,2 12,63 84,23 15,77
LIMO 200 0,074 23,8 11,48 95,71 4,29
LIMO Y
ARCILLA BANDEJA 8,7 4,19 100 0,10
207,2 99,90
112
ELABORADO: Quinteros, E.
113
Peso Pasante
Luz Retenido Acumulado
Tamiz retenido acumulado
(mm) (% ) (% )
(gr) %
8 2,36 0,1 0,05 0,05 99,95
16 1,18 0,6 0,29 0,34 99,66
30 0,59 23,9 11,46 11,80 88,20
ARENA
50 0,297 28 13,43 25,23 74,77
100 0,149 86,2 41,34 66,57 33,43
140 0,106 28,7 13,76 80,34 19,66
LIMO 200 0,074 25,4 12,18 92,52 7,48
LIMO Y
ARCILLA BANDEJA 14,6 7,00 99,52 0,48
207,5 99,52
114
ELABORADO: Quinteros, E.
115
Peso Pasante
Luz Retenido Acumulado
Tamiz retenido acumulado
(mm) (% ) (% )
(gr) %
8 2,36 3,6 1,46 1,46 98,54
16 1,18 3,9 1,58 3,04 96,96
30 0,59 11,7 4,74 7,78 92,22
ARENA
50 0,297 36 14,59 22,37 77,63
100 0,149 106,5 43,15 65,52 34,48
140 0,106 42,3 17,14 82,66 17,34
LIMO 200 0,074 28,9 11,71 94,37 5,63
LIMO Y
ARCILLA BANDEJA 13,7 5,55 99,92 0,08
246,6 99,92
116
60%
40%
16
20% 5,47
0%
Arena Limo Limo y Arcilla
ELABORADO: Quinteros, E.
117
Peso Pasante
Luz Retenido Acumulado
Tamiz retenido acumulado
(mm) (% ) (% )
(gr) %
8 2,36 1,8 0,86 0,86 99,14
16 1,18 3,8 1,81 2,67 97,33
30 0,59 12 5,73 8,40 91,60
ARENA
50 0,297 34 16,22 24,62 75,38
100 0,149 72,6 34,64 59,26 40,74
140 0,106 37,8 18,03 77,29 22,71
LIMO 200 0,074 24 11,45 88,74 11,26
LIMO Y
ARCILLA BANDEJA 23,1 11,02 99,76 0,24
209,1 99,76
118
ELABORADO: Quinteros, E.
119
Peso Pasante
Luz Retenido Acumulado
Tamiz retenido acumulado
(mm) (% ) (% )
(gr) %
8 2,36 0 0,00 0,00 100,00
16 1,18 0 0,00 0,00 100,00
30 0,59 4,7 2,56 2,56 97,44
ARENA
50 0,297 28,9 15,74 18,30 81,70
100 0,149 68,9 37,53 55,83 44,17
140 0,106 34,8 18,95 74,78 25,22
LIMO 200 0,074 21,9 11,93 86,71 13,29
LIMO Y
ARCILLA BANDEJA 24,2 13,18 99,89 0,11
183,4 99,89
120
60%
40%
0%
Arena Limo Limo y Arcilla
ELABORADO: Quinteros, E.
121
Peso Pasante
Luz Retenido Acumulado
Tamiz retenido acumulado
(mm) (% ) (% )
(gr) %
8 2,36 0 0,00 0,00 100,00
16 1,18 0,1 0,05 0,05 99,95
30 0,59 1 0,55 0,60 99,40
ARENA
50 0,297 9,1 4,97 5,57 94,43
100 0,149 50,8 27,74 33,32 66,68
140 0,106 39,9 21,79 55,11 44,89
LIMO 200 0,074 36,7 20,04 75,15 24,85
LIMO Y
ARCILLA BANDEJA 45,5 24,85 100,00 0,00
183,1 100
122
40%
24,85
20,04
20%
0%
Arena Limo Limo y Arcilla
ELABORADO: Quinteros, E.