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JULIETA: Antes que casarme con Paris, decime que salte de un edifico, que

pasee por sendas de ladrones, o que ande donde viven las serpientes;

enncadename con osos feroces……

FRAY LORENZO Entonces vete a casa, ponte alegre y di que te casarás con

Paris. Mañana es miércoles: por la noche procura dormir sola; no dejes que el

ama duerma en tu aposento. Cuando te hayas acostado, bébete el licor

destilado de este frasco.

JULIETA ¡dame!

FRAY LORENZO Bueno, vete. Sé firme, y suerte en tu propósito. Ahora

mismo mando un fraile a Mantua con carta para tu marido.

JULIETA Amor me dé fuerza, y ella me dé auxilio. Adiós, buen padre.

Se toma el veneno
ROMEO.- ¡Oh! Tú, abominable seno, vientre de muerte, repleto del más exquisito bocado de
la tierra, de este modo haré que se abran tus pútridas quijadas

PARIS.- Cesa en tu afán impío, vil Montagüe: ¿cabe proseguir la venganza más allá de la
muerte? Miserable proscrito, arrestado quedas: obedece y sígueme; pues es preciso que
mueras.

ROMEO.- Sí, indispensable es, y por ello vengo a este sitio. -Noble y buen mancebo, no tientes
a un hombre desesperado; huye de aquí y déjame.

PARIS.- Desprecio tus exhortaciones y te echo mano aquí como a un malhechor.

ROMEO.- ¿Quieres provocarme? Pues bien, mancebo, mira por ti.

PELEAN

PARIS..- (Cayendo.) ¡Ah! ¡Muerto soy! Si hay piedad en ti, abre la tumba y ponme al lado de
Julieta. (Muere.)

ROMEO..Aquí, aquí voy a establecer mi eternal permanencia, a sacudir del yugo de las estrellas
enemigas este cuerpo cansado de vivir. (Se apodera del pomo.)

Brazos míos, den su último abrazo. Labios, puertas de los suspiros, sellen con este beso puro
el pacto eterno con la ansiosa muerte. Y así, con un beso, muero.

LA BESA
Romeo bebió el veneno y murió cayéndose al lado de Julieta. Instantes

después, ella se despertó del efecto del brebaje.


JULIETA.- ¿Dónde estoy? ¡Amparádme, espíritus celestes!

JULIETA.- ¡Dios mío! ¡Qué frío hace! -¿Quién está ahí?


ROMEO.- Romeo es tu consorte; ese Romeo soy yo. Ni todo el contrario poder de la
tierra o de los hombres romperá nuestro vínculo, ni te arrancará de mi corazón.
JULIETA..¿Huyes de mí, Romeo? Deja que toque tu mano y que guste el cordial de tus
labios.
ROMEO.- ¡Oh! No puedo; estoy sin fuerzas; por el contrario, necesito tu débil apoyo. -
¡Cruel veneno!
JULIETA.- ¡Veneno! ¿Qué dices, dueño mío? Tu balbuciente voz, tus labios
descoloridos, tu errante mirada... -¡En tu faz está la muerte!
ROMEO..El destino me ha traído aquí para dar un último, último adiós a mi amor, y
morir a tu lado.

JULIETA.- ¿Morir? ¿Era el monje traidor?


ROMEO.- No sé de eso; te creía muerta. Fuera de mí al contemplarte... -¡Oh!, ¡fatal
prontitud! -Apuré el veneno, -besé tus labios, y hallé en tus brazos un sepulcro
precioso. -Pero en ese instante... -¡Oh!

JULIETA.- ¡Y me he despertado para esto!


ROMEO.- Extenuadas están mis fuerzas. Entre la muerte y el amor, disputado vaga mi
ser; pero la muerte es más fuerte. -¡Y tengo que dejarte, Julieta! -¡Oh cruel, cruel
destino! En presencia del Paraíso-
JULIETA.- Tú deliras; apóyate sobre mi seno.
ROMEO.- Los padres tienen corazones de piedra, no hay lágrimas que les enternezcan;
-la naturaleza habla en balde. Los hijos tienen que ser infelices.

MUERE ROMEO

JULIETA: ¡Ay…! Fue el veneno el que causó su muerte. Tonto, ¿por qué te lo
bebiste todo sin dejar una gota para ayudarme luego? Voy a besar tus labios.

Quizás tenga suerte y encuentre en ellos una gota de veneno que me restaure
dándome la muerte.

(Entra FRAY LORENZO, con una linterna y una barra de hierro.)


JULIETA.- ¿Quién está ahí?
LORENZO.- ¡Cielos! ¡Julieta en sí! ¡Y Romeo muerto! -¡Y también Paris! ¡Ah! ¿Qué
desapiadada hora es culpable de este lamentable suceso?
JULIETA.- Ahí está aún y yo le tengo bien; no le arrancarán de mis brazos.

FRAY LORENZO.- ¡Cordura, señora!

JULIETA.- .¡Cordura! ¡Ah! Padre maldito. ¡Hablas de cordura a una tal desventurada!
FRAY LORENZO.- ¡Oh, error fatal! Alza, bella infeliz, y abandona esta escena de
muerte.
JULIETA.- No te me acerques; -o este puñal va a vengar la muerte de mi Romeo. (Saca
un puñal.)
FRAY LORENZO.- No me admira; el dolor te vuelve loca.

(Voces fuera: ¿Por dónde? ¿por dónde?)


Basta de querellas; la ronda llega. -Ea, ven, querida Julieta. -No me atrevo a
permanecer más tiempo. (Escapa.)

JULIETA.- Sal, aléjate de aquí; pues yo no quiero partir. -¿Qué es esto? ¡Ah! ¡El
prematuro fin de Romeo! -¡Avaro! Tomárselo todo, sin dejar ni una gota amiga para
ayudarme a ir tras él! Quiero besar tus labios; ¡acaso exista aún en ellos un resto de
veneno!

(Voces fuera: Condúcenos, PAJE; ¿por dónde?)

JULIETA ¡Ruido aún! Apresurémonos pues. -¡Oh, dichoso puñal! Esta es tu vaina;
reposa ahí y déjame morir. (Se clava el puñal y muere.)

FINN…

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