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Tema: Feminismo y ser mujer en Perú

“El feminismo es la idea radical que sostiene que las mujeres son personas” Angela Davis filósofa,
política marxista, activista afrodescendiente y feminista

El 87% de víctimas de violencias son mujeres. Buenos días a todos, todas y las diversidades, soy
Oriana Huaracha y Soy una mujer en Perú.

¿Por qué gritan a viva voz que “somos libres y que lo seamos siempre” cuando cada mujer que
conozco no es libre de sus insultos, ni de sus golpes, ni sus falsos piropos? Me hicieron creer que mi
Perú era dulce, pero mi país escondía 5861 casos de violencia sexual en lo que va del año, mi
país empezaba con la línea 100 refugiando a mujeres maltratadas, mi país lloraba porque en
abril nos arrebataron a 11,11 mujeres en búsqueda de justicia, en lo más duro de mi patria.

A mi patria la encontré tirada y golpeada, violada y acabada, la encontré una mañana camino a
casa viendo como sus grandes patriotas arrastraban a mis hermanas, la encontré mientras mis
padres me enseñaban a no salir después de las 6 y menos con falda, la encontré llorando porque
mi prima salió de casa y regresó violada, la encontré cuando a mi hermana le echaron la culpa
de ser tocada, la encontré cuando me dieron la espalda por ser una hembra humana, miéntanme
ahora, miéntanme que yo también quiero ser libre y serlo siempre.

Y es que me suena increíble pensar que el respeto hacia las mías empieza en una utopía y termina
en nuestro día a día.

Y es que me suena increíble cuestionarme si el problema soy yo o es que si Micaela Bastidas


tendría que vivir escondida; o es que me tienen que cortar la lengua, golpearme y torturarme
hasta matarme y luego ser desmembrada para exigir como persona ser tratada.

Y es que me suena increíble preguntarme si tengo que cambiar yo o es si acaso Rosa Campuzano
activista y espía afiliada a la causa libertadora durante la lucha por la independencia del Perú
tendría que soportar los golpes de su ira o es que tengo que ser la esposa del “libertador don José
de San Martin” para ser recordada.
Y es que me suena increíble preguntarme si yo debo mantenerme callada o si tal vez María Parado
de Bellido callaría ante la muerte de las mujeres sometidas, si callaría ante la cuchilla afilada de
sus palabras mal intencionadas, pues no creo que tenga que ser fusilada para ser una mujer
respetada.

Y es increíble que aquellos hombres que gritan a viva voz que “somos libres y que los seamos
siempre” no repararían en quien fuera su victima con tal de repartir el coraje que en sus cuerpos
habita.

Me mostraron una patria pintada sobre servilleta frágil que escondía la verdad de sus comisarias.
Perú, compatriotas, no es cantar “Sobre mi pecho yo llevo tus colores y están mis amores contigo
Perú, somos tus hijos y nos uniremos y así triunfaremos contigo Perú”

Perú, compatriotas, no es un premio de Literatura, ni un patrimonio declarado, no es un


reconocimiento a su gastronomía y variedad de especies nativas.

Perú, compatriotas, esconde también los golpes de sus hombres, las mujeres forzadas a ser
madres, las madres buscando a sus niñas, las niñas gritando por ser violadas. Perú, compatriotas,
es mi madre y su voz callada, es mi amiga y aquella falda corta por la noche, es mi tía y su sangre
derramada, son aquellas a las que silbaste por la calle, las “agresivas” que cada 8 de marzo salen
por las calles gritando pidiendo ser tratadas como humanas, las denuncias archivadas con las
pruebas que no valen nada.

Perú, compatriotas, soy yo y mis hermanas, mis hermanas quieren paz, justicia y libertad ¿No se
supone que celebramos ya 200 años desde eso? Miéntanme ahora, miéntanme que yo también
quiero ser libre y serlo siempre.

Permítanme, compatriotas, recordarles mi libertad, mi libertad y la de las mujeres. Permítanme,


hermanas, recordarles que su libertad debe ser reclamada. Bien diría Audre Lorde “no seré una
mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas, incluso cuando sus cadenas sean muy
diferentes a las mías” y yo bien podría recordarles que el feminismo me enseño que calladita no
me veo más bonita, es más, no me veo.

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