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Luego de la lectura de RASCOVAN, Sergio et al: Entre Adolescentes y Adultos en la

Escuela. Puntuaciones de época. Editorial Paidós. 2014, los invito a iniciar la construcción
de un ensayo que responda a los siguientes interrogantes. ¿Cuáles son las dos
perspectivas qué plantea el texto para la Orientación Educativa en Latinoamérica?
¿Qué piensan de la propuesta de establecer un "Modelo de Orientación Latinoamericana"?
¿A qué alude cuando habla del "carácter artesanal y situacional" de la OE? ¿Qué relación se
entabla entre lo clínico y lo institucional?

Entre adolescentes y adultos en la escuela, es una obra desarrollada por Daniel Korinfel,
Daniel Levy y Sergio Rascovan en donde plasman a través de sus escritos un análisis
profundo, completo y crítico sobre la educación actual y su respectiva influencia con los
actores institucionales que forman parte de la misma, así como también, sobre los Equipos
de Orientación Escolar (E.O.E), eslabones fundamentales que equilibran una armónica
relación entre la escuela en tanto institución socializadora secundaria y la familia en su rol
de institución social primaria.

A través de los pensamientos de los autores, quienes van en gran sintonía, vislumbramos
diversas posibilidades de pensar un real equipo de orientación escolar para la América
Latina del siglo XXI. Sin embargo, antes de adelantarnos en este camino es fundamental
comprender desde que lugar surgen estos espacios y como su lugar de origen puede arraigar
o bien condicionar futuras intervenciones.

Recordemos que la escuela en tanto proveedora de saberes y fundadora de espacios


sociabilizadores surge a través de un sistema capitalista, quien busco adaptar a los sujetos a
la lógica de una maquinaria social que buscaba y necesitaba de esa mano de obrar para
nutrir y reproducir el aparato productivo. A través del tiempo serán estas mismas
instituciones a través de sus actores institucionales quienes buscarán posicionarse desde una
práctica no mercantilista y tecnicista sino más bien crítica y emancipadora. Surgen a través
de estas nuevas vertientes de análisis del sistema educativo, nuevos campos de acción
interdisciplinaria como lo son los llamados espacios de orientación, gabinetes, equipos de
orientación escolar. En palabras textuales del libro ‘’podríamos concebir a la Orientación
Educativa como el conjunto de discursos y practicas -sostenidos por profesionales
especializados- que promueve la interrogación de la dimensión conflictiva de las
instituciones educativas, al mismo tiempo que colabora en el desarrollo y cumplimiento de
sus funciones especificas’’.

De esta manera vislumbramos como, a través de los espacios de orientación se busca


interrogar, analizar y comprender los posibles conflictos que se vislumbran (o no) en el
ámbito educativo, entendiendo a este no como algo con connotaciones negativas sino mas
bien como una situación inherente a la vida humana. Vivimos en constante conflicto, ya
que los sujetos al estar inmersos en una institución (sea esta cual fuera) deben resignar parte
de los modos de satisfacción pulsional para resultar socialmente aceptables. De la misma
manera, el conflicto puede ser entendido como un mal estar general que proviene desde el
ámbito social y se instala en el ámbito pedagógico-institucional.

Así, la función del E.O.E se abordará desde dos perspectivas, por un lado un
posicionamiento analítico y clínico (en el sentido amplio del término clínico) apuntado a la
desconstrucción y análisis de las situaciones conflictivas en el ámbito educativo y por el
otro, desde un posicionamiento pedagógico, centrado en construir líneas y estrategias para
intervenir con la vida institucional y las diversas problemáticas psico-sociales de la
época/contexto.

En cuanto al posicionamiento clínico, se aborda desde la intención de comprender e


interpretar al conflicto como sinónimo se síntoma, en donde a través de esta interpretación,
el mismo se re-signifique en palabras, y en donde los actores institucionales sean parte del
mismo, habilitándoles la palabra y la significación, pudiendo realizar una re-elaboración del
mismo. Es a través de Ulloa, que comprendemos que la clínica, hace referencia a una
práctica de la escucha, a una manera de tramitar, de procesar los datos de un campo, alejada
de la medicina e incluso de la patología. Por otro lado se puede posicionar la intervención
del EOE desde una posición pedagógica centrada en la construcción de líneas de acción, de
estrategias de intervención, de programas relacionados con la vida institucional y las
problemáticas psicosociales de época.
Entendemos que los autores proponen un abordaje centrado en el saber técnico pedagógico,
un abordaje analítico-clínico, es decir que en lugar de obturar el conflicto, éste, sea
interrogado y así pueda configurarse una situación problemática (síntoma) ante la cual el
orientador pueda intervenir dando lugar, a través de la resignificación, a la apropiación por
parte de los sujetos institucionales generando una co-responsabilidad subjetiva en la
búsqueda de su solución. Refiriéndose a la elaboración de conflictos Ulloa dice: “Defino a
la numerosidad social como el campo donde cuentan tantos sujetos como sujetos cuentan.
El primer "cuentan" alude a la condición social del sujeto, porque son sujetos corpóreos que
si- multáneamente son perceptores y percibidos. El segundo "cuentan" alude a la condición
hablante del sujeto, cuando puede hablar de lo que ve en su entorno o en sí mismo, donde
reafirma su condición de sujeto singular. Allí convive la condición de sujeto social y sujeto
singular. Como ambos "cuentan" son en reciprocidad, recorta la numerosidad social”
(Ulloa, 2008).

La propuesta de los autores en cuanto a la intervención en la Orientación Educativa tiene


que ver con adoptar una postura clínica que se complementa con la intervención
pedagógica. En la vida cotidiana de cada institución, son diversas y particulares las
condiciones de convivencia que se representan, la posición critico-analítica esta centrada en
la escucha permitiendo así poner en palabras las incomodidades que atraviesa cada
institución, y la posición pedagógica, tiene que ver con la implementación de diferentes
dispositivos, programas y estrategias de abordaje de los conflictos institucionales, ambas
posiciones deben articulase para aportar al mejoramiento de las funciones institucionales en
circunstancias que se dan desde el ámbito social actual, pero también aportar al
mejoramiento de las funciones institucionales en tanto subjetividad y producción singular
de lo distintos actores que la componen. Afirmaríamos así que tratamos con un trabajo
artesanal en donde los saberes técnicos y recursos profesionales están para el abordaje y la
resolución de problemas particulares y singulares de cada institución revalorizando las
capacidades instituyentes de las personas que lo conforman, aumentando la eficacia de la
intervención con la propuesta de orientación incluida en el proyecto educativo institucional.

Por lo expresado anteriormente creemos que cada intervención puede generar sus propios
análisis y estrategias de orientación teniendo en cuentas propiedades sociales y aspectos
singulares de cada institución para contribuir a la resolución de conflictos y lograr una
mejora en su función. el modelo en tanto gire en torno a la propuesta analítico-clínica y
pedagógica creemos que es posible de implementar en las escuelas de América, siempre
priorizando aspectos singulares como lo son el contrato fundacional, entre otros, de cada
institución.

Retomando el concepto de contrato fundacional hacemos mención que en cada institución


hay un discurso establecido al cual la institución se sujeta y no se pone en evidencia la
ideología que lo atraviesa, que confirma el orden de lo establecido, generando una manera
de funcionar institucionalmente a través de la creación de certezas, de la imposición de
verdades y de la transmisión de creencias, y frente a esto los autores proponen una
perspectiva critica en donde se aborde la complejidad de aquellos fenómenos sociales
naturalizados y que propicie la deconstrucción de las tramas que pueden generar situaciones
problemáticas en el ámbito institucional, este saber critico tiene como objetivo “develar las
deformaciones, presiones y restricciones que operan en los sujetos singulares y en los
colectivos humanos, promoviendo la autonomía y la responsabilidad tanto individual como
social en la construcción de la propia vida, explora y problematiza sobre las lógicas de
poder en los procesos de institucionalización” (Rascovan).

SEGUNDA PARTE DE LA EVALUACIÓN

Finalizar la redacción del ensayo, teniendo presentes las siguientes preguntas: ¿Cómo se
vinculan las prácticas de Orientación Educativa con las regulaciones sobre Salud Mental en
la Argentina? ¿Qué concepción de salud mental plantea la ley 26.657? ¿Cómo se articula la
salud mental con la vida cotidiana y comunitaria? ¿Cómo pueden las prácticas de
Orientación Educativa inscribirse en la línea que marca la ley? ¿Conoce sobre la reciente
posibilidad de derogación de la ley de salud mental que rige en nuestro país? ¿Cuál es su
postura? ¿Consideran que en sus propias prácticas es posible implementar la orientación
educativa de esta manera? Argumente y fundamente su respuesta.
Retomando el párrafo anterior nos gustaría centrarnos en la importancia que cobra la salud
mental de cada sujeto cuando Rascovan dice: “promoviendo la autonomía y la
responsabilidad tanto individual como social en la construcción de la propia vida”. “El
nombre Orientación Educativa ha devenido concepto polisémico que devela ciertas marcas
de origen, es decir, un sentido originario fuertemente directivo, clasificador, con posiciones
paternalistas y normalizadoras. También el nombre salud mental (políticas de salud mental,
el sector salud mental y campo de salud mental, según el caso) condensa las mismas marcas
fundacionales”

La Ley Nacional 26.657 reconoce la salud mental como un proceso determinado por
componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya
preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la
concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona (artículo 3). A su vez
agrega que el estado debe proveer las autoridades de salud de cada jurisdicción, en
coordinación con las áreas de educación, desarrollo social, trabajo y otras que
correspondan, implementen acciones de inclusión social, laboral y de atención en salud
mental comunitaria.

Es en el campo de lo comunitario a través de abordajes interdisciplinarios donde los


diferentes profesionales llevarán adelante la Orientación Educativa, situada como
intersección entre educación y salud. La Orientación Educativa se entrama con la salud
mental comunitaria e instala su práctica en las dimensiones pedagógicas, institucionales,
sociales y subjetivas, dimensiones que confluyen con la salud mental en tanto se dan en el
campo complejo entre sujeto y sociedad. Esta orientación tiene como objetivo correrse de
un lugar omnipotente de poseedor del saber de todas las respuestas para dar lugar a la
singularidad y protagonismo de los sujetos, grupos e instituciones, para que sea el colectivo
de los actores en cuestión quiénes logren definir su propios problemas, buscar alternativas
de abordaje y superación, siendo en consecuencia los orientadores la base, facilitadores, co-
constructores de líneas de acción, posicionando al otro siempre desde su potencial creador
para superar los conflictos, desde sus propias fortalezas.

La Ley 26.657 incluye a la Orientación Educativa si se tiene en cuenta la estrecha relación


entre los discursos y prácticas pedagógicas y terapéuticas. El artículo 9 promueve abordajes
interdisciplinarios, basados en principios de atención primaria. Se concibe a la salud mental
como comunitaria, ya que abarca un amplio campo de problemáticas y prácticas
interdisciplinarias que configuran a su vez una problemática política de la que el Estado es
garante de la condición de sujetos de derechos de los usuarios. En los dispositivos
específicos de las instituciones educativas que prestan servicios para la promoción y
prevención en salud mental, se da la estrecha relación entre los distintos discursos y
prácticas pedagógicas y terapéuticas, encuadradas también en Ley 26.206 posicionada
dentro del paradigma de la inclusión (resolución 3438/11).

La ley reconoce a la persona con adicciones como sujeta de derecho, esto implica reconocer
su capacidad de tomar decisiones y participar de los procesos de intervención o asistencia.
La derogación del artículo 4 de la Ley Nacional de Salud mental en el 2017, conllevaría
dejar por fuera el carácter integral de la salud mental, reduciendo y encasillando al sujeto
en un paradigma biologicista, reduccionista, bajo prácticas patologizantes, despojándolo
así de su singularidad, subjetividad y aislándolo del lazo social. El proyecto de derogación
cambia el concepto de salud mental como un proceso multideterminado por diversos
componentes y reinstala el modelo médico normalizador dejando por fuera los aportes de
otras disciplinas como la terapia ocupacional, musicoterapia, psicología, trabajo social.

Consideramos que en la Orientación Educativa no puede estar ausente en la práctica


psicopedagógica ya que la misma se entiende como un proceso de ayuda, acompañamiento
y orientación continua a toda persona, en todos sus aspectos, con objeto de potenciar la
prevención y el desarrollo humano a lo largo de toda su vida, en contextos formales y no
formales, organizaciones, instituciones, justicia, ámbito comunitario, mediante abordajes en
equipos interdisciplinarios. Abordajes que se llevarán adelante posicionados en la
concepción de un sujeto epistémico, deseante, autor y social, es decir abordajes integrales
donde el orientador será guía, y el sujeto aprendiente el gran protagonista en esta trama
interdisciplinaria y social.

El profesional Psicopedagogo debe por tanto estar al informado, de las modificaciones,


actualizaciones de la Ley de Salud Mental, como así también de todos los marcos teóricos
que conlleva su hacer, con el objeto de posicionarse en el accionar de la Orientación
Educativa y demás incumbencia de su rol con la responsabilidad, seriedad e idoneidad que
amerita todo sujeto que requiere del ejercicio de su accionar.

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