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La Relación acerca de las

antigüedades de los indios


(1498) de fray Ramón Pané es
un tratado sobre las creencias y
rituales taínas. Esta es una obra
de gran valor histórico por ser
uno de los primeros textos
escritos por un europeo en el
Nuevo Mundo.

Ramón Pané llegó a la Isla


Española en 1493, con la
segunda expedición de Colón,
como miembro de un
grupo de 13 religiosos cuyo
menester era la evangelización
de los habitantes de
las nuevas tierras. Empezó su
tarea de misionero en 1494,
entre los indígenas de
la provincia de Madalena (o
Macorís, en lengua indígena),
en el noroeste de la
actual República Dominicana.
Poco tiempo después, se
trasladó a Concepción
de la Vega, situada en el
corazón del cacicazgo Maguá,
donde permaneció casi
dos años con los vasallos del
cacique Guarionex. La Relación
acerca de las
antigüedades de los indios,
redactada entre 1494 y 1498,
es el fruto de las
indagaciones en las creencias
religiosas.

Luego, en la primavera de 1495


pasó a convivir dos años con
los grupos comandados por el
cacique Guarionex que
hablaban la lengua taina, que
era la lengua general en la isla.
En 1498 entregó a Colón sus
apuntes en español con el título
"Relación acerca de las
antigüedades de los indios". El
relato habla de las costumbres
delos indios en cuanto a sus
creencias sobre la procedencia
de los indios, mitos sobre los
orígenes de la naturaleza, el
trabajo de los behiques como
médicos y espiritistas,
creencias religiosas, entreotras
cosas.

FRAY RAMÓN PANÉ, EL


ELEGIDO

Trece fueron los clérigos que


partieron al Nuevo Mundo en el
segundo viaje de Colón. Entre
estos, los Reyes Católicos
nominaron como nuncio del
Papa al padre Boyl con el fin de
atraer a los nativos hacia la fe
católica . Sin embargo, no ha
sido determinado quiénes de
los frailes fueron elegidos por
los monarcas, nominados por
sus órdenes religiosas,
enrolados por Colón o que
voluntariamente se embarcaron
hacia las nuevas tierras. Este es
un número considerable de
religiosos en comparación con
el primer viaje en el que
«ningún sacerdote figuraba
entre los compañeros de
Colón» .

En particular la Corona
española estuvo interesada en
la religión nativa para medir lo
difícil que les sería convertirlos
al cristianismo . Un primer paso
para instruir la fe católica era
verificar si los nativos tenían
idolatrías. Así, fray Ramón Pané
fue nominado para averiguar si
los nativos tenían alguna
«secta». Ahora, entre trece
eclesiásticos dispuestos a llegar
a tierras antes desconocidas
con el fin de salvar almas,
habría que preguntarse por qué
este fraile fue el elegido para
recolectar información sobre las
creencias e idolatrías de los
indios.

La elección de Pané como autor


de un importante informe es
cuestionable, sobre todo si
aceptamos la aseveración del
padre Las Casas que fray
Ramón era un «hombre simple»
y que meramente «hizo lo que
allí pudo, según su poca
facultad» . A esta afirmación se
añade la propia declaración de
fray Ramón en la que se califica
como un «pobre ermitaño de la
Orden de San Jerónimo» . La
sencillez que demostraba fray
Ramón es una condición de su
orden religiosa, la que requiere
que sus miembros no hagan
ostentación de habilidad ni
ingenio. Lo que busca la Orden
de San Jerónimo no es que el
monje sea muy docto, ni haga
ostentación de habilidad,
memoria, ingenio, sino como
muy santo se precie de callado,
humilde, obediente y, aun a
veces, ignorante, porque la
obediencia, en siendo resabida,
pierde mucho, o lo pierde todo .

Además, la autocalificación de
Pané como «pobre» y
«ermitaño» son también
condiciones que contemplan los
frailes de la Orden de San
Jerónimo, pero que no niegan el
acceso al estudio. Esta es una
orden calificada de
«ermitaños»2, hombres
retirados con mucho aprecio a
la soledad y al silencio, de
tendencia contemplativa, asidua
oración y espíritu de penitencia,
están consagrados a imitar la
vida y espiritualidad de su santo
patrono, Jerónimo de Estridón.
Sin embargo, la búsqueda de
soledad, humildad y simpleza
de ningún modo hace que un
monje jerónimo sea un hombre
ignorante o simple de
entendimiento, pues dicha
Orden «no desprecia los
ESTUDIOS ni los DONES
NATURALES, antes bien los
fomenta y estimula si van
orientados, primariamente, a
que el monje se una más y
mejor a Dios y,
secundariamente, al provecho y
utilidad de los demás » . Es
cierto que la Relación de Pané
es una obra corta y sencilla.

Añadamos a ello el hecho de


que Pané transcribió
apremiado, a veces, como él
mismo afirma, sin suficiente
papel y no escribió en su lengua
nativa, el catalán, sino en
castellano.

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