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Los girasoles de Vincent van Gogh

Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural

Los girasoles es el nombre con que popularmente se conocen siete lienzos de Vincent van
Gogh, los cuales conforman una serie llamada Los girasoles de Arlés, pintada entre 1888 y
1889. Estos lienzos son las obras más divulgadas del pintor postimpresionista. Además de
esta serie, existe otra conocida como Los girasoles de París, pintada por Van Gogh un año
antes, en 1887.

Los cuadros de Los girasoles pertenecen al género del bodegón o naturaleza muerta, dentro
del cual destacan las pinturas florales. La pinturas florales eran muy comunes en la
tradición artística, especialmente en Holanda, pero raramente incluían girasoles, ya que se
consideraban flores toscas. Sin embargo, Van Gogh apreciaba su sencillez, alegría y
aspecto silvestre.

Llama la atención que un motivo tan sencillo represente una de las obras cumbre del arte
contemporáneo. ¿A qué podemos atribuir este fenómeno? ¿Cómo podemos entender el
genio de Van Gogh a través de sus girasoles? ¿Cuáles son sus características y su
significado?

Los girasoles de Arlés


Serie Los girasoles de Arlés, de Vincent van Gogh, 1888-1889.

Vincent van Gogh se refiere al proyecto de Los girasoles de Arlés como una “sinfonía azul
y amarilla”. Esa es nuestra primera clave de análisis: el artista pretendía consolidar un
conjunto armónico aprovechando el contraste entre tonos cálidos y fríos. La técnica elegida
para todo el conjunto fue el óleo sobre lienzo.

Cada uno de los cuadros contiene formas simples y coloridas que, de acuerdo a los
expertos, evocan el gusto de Van Gogh por el arte japonés. De este japonismo provenía
también la técnica conocida como cloisonismo, muy utilizada por Gauguin, a quien Van
Gogh admiraba tanto. El cloisionismo consiste en pintar superficies planas de color con
siluetas claramente delimitadas por líneas gruesas.

El color amarillo tuvo un papel protagónico en la serie. De hecho, en algunos de los


cuadros el pintor demuestra su capacidad expresiva y persuasiva usando apenas tres tonos
de amarillo, lo que sin duda constituyó una genialidad en la época. Las vibrantes
tonalidades amarillas usadas por el holandés fueron posibles gracias a los avances
industriales en materia de pigmentación a finales del siglo XIX.
Izquierda: girasol osito de peluche. Derecha: girasol sonriente.

Ahora bien, ¿qué vemos en cada lienzo? Apenas girasoles dispuestos en un jarrón. Un dato
curioso es que estos girasoles son de dos variedades diferentes de la flor: encontramos
girasoles teddy bear u osito de peluche y girasoles big smile o girasol sonriente. Ambas
son, además, variedades de girasoles enanos.

1. Jarrón con cinco girasoles


Vincent van Gogh: Jarrón con cinco girasoles. Arlés, agosto de 1888, óleo sobre tela, 98 x
69 cm, destruido en la II Guerra Mundial.

Jarrón con cinco girasoles fue el primer lienzo de la serie de Arlés. En este lienzo vemos
tres girasoles erguidos en un jarrón y dos girasoles marchitos sobre la mesa. De uno de los
girasoles caídos brota un discreto botón.El fondo destaca con diferentes tonos de azul que
nos recuerdan al lienzo La noche estrellada. Los amarillos evocan la vibrante luminosidad
del lienzo El café de Arlés.

El jarrón tiene un color verde pálido y se sostiene sobre una superficie tornasolada. Los
pétalos parecen llamas del sol ardiente, mientras que el núcleo de las flores difiere entre sí.
Cada flor es singular; ninguna se repite. Mientras que algunas lucen llenas de vida, otras se
apagan ante nuestros ojos.

2. Jarrón con quince girasoles


Vincent van Gogh: Jarrón con catorce girasoles. Arlés, enero de 1889, óleo sobre tela,
100,5 x 76,5 cm. Sompo Japan Museum of Art, Tokio.

En Jarrón con catorce girasoles, Van Gogh sorprende con una revolución de tonos cálidos.
Una paleta de amarillos, ocres y naranjas se combinan con económicas apariciones del
verde, que apenas marca la presencia de los tallos. Es una atmósfera incandescente y
luminosa. Los catorce girasoles muestran diferentes etapas de floración, pues unos son
frondosos y otros han perdido pétalos. Podemos distinguir la superposición de pinceladas,
cuya textura no ha sido disimulada por el artista.

3. Jarrón con quince girasoles


Vincent van Gogh: Jarrón con catorce girasoles. Arlés, agosto de 1888, óleo sobre tela, 93
x 73 cm. Galería Nacional, Londres.

Se trata de una versión del lienzo anterior (Jarrón con catorce girasoles) en la que
introduce sutiles diferencias. La superficie que soporta el jarrón se separa claramente del
fondo por una raya azul. Lo mismo ocurre en el jarrón, cuya base destaca de la superficie y,
al mismo tiempo, marca su separación con la mitad superior del jarrón, donde vemos en un
vivo azul la firma de Vincent.

Este era uno de los lienzos destinados a la habitación de Paul Gauguin. De acuerdo con un
artículo de Alastair Sooke, las gruesas líneas azules que contornean el jarrón y la mesa
podrían entenderse como un homenaje de Van Gogh al pintor. Sooke también sostiene que
al ser este el primer cuadro de la serie en firmar, Van Gogh estaba consciente de haber
logrado algo significativo.

4. Jarrón con quince girasoles


Vincent van Gogh: Jarrón con catorce girasoles. Arlés, enero de 1889, óleo sobre tela, 95
x 73 cm. Museo van Gogh, Ámsterdam.

Esta pieza es la segunda versión que Va Gogh hizo sobre el lienzo Jarrón con catorce
girasoles. El vibrante amarillo de los pétalos destaca sobre el pálido fondo. El centro de las
flores se vuelve más llamativo. Una de ellas destaca en el conjunto por su centro azul
celeste que introduce vibración visual. Las mitades del jarrón se separan por una línea azul
y, debajo de esta, vemos la firma de Vincent. La delimitación entre la superficie y el fondo
ya no es azul sino castaña.

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