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Barroco novohispano

Andrea Imaginario
Especialista en artes, literatura e historia cultural

El barroco novohispano fue un estilo artístico desarrollado en Nueva España entre los
siglos XVII y XVIII, territorio que abarca México y las zonas circunvecinas. El estilo se
manifestó en expresiones como la arquitectura, la pintura, la escultura y la literatura.

Fruto de la irradiación del barroco español en América, el barroco novohispano contó con
la intervención de frailes y artistas europeos, indígenas, criollos y mestizos. La distancia de
la metrópolis y la participación de diferentes actores sociales le dio al barroco novohispano
características propias.

Algunos de estos rasgos fueron la inclusión de elementos temáticos del Nuevo Mundo, un
decorativismo mucho más exacerbado y gran monumentalidad. Para ello se usaron
materiales locales y técnicas como el mosaico, la yesería y el estofado. En pintura privó el
gusto por la intensa coloración y se crearon los géneros de la pintura de castas y la pintura
de biombos.

Aún así, la originalidad del barroco novohispano no lo distancia demasiado del barroco
europeo, pues acude a los mismos recursos estéticos, como el orden salomónico, el estípite
y los arcos complejos. También expresiones como relieves, retablos y sillería, y esculturas
exentas con elementos extra-escultóricos (postizos).

Igualmente, se trataron géneros esenciales del barroco español: pinturas religiosas,


mitológicas e históricas; retratos y bodegones. De hecho, el gusto por lo indígena coincide
con el interés del barroco europeo por las culturas exóticas, reinterpretadas desde el
eurocentrismo.

De este modo, el barroco novohispano representa para muchos el triunfo de la


contrarreforma en América y la síntesis cultural de la sociedad colonial. A continuación,
explicamos brevemente las características generales del barroco novohispano, así como sus
principales expresiones, representantes y obras.

Características del barroco novohispano


El barroco novohispano comparte con el barroco europeo sus características principales.
Entre ellas: ornamentación abundante (horror vacui), efectismo, tensión, dinamismo y
tenebrismo (claroscuro de alto contraste). Sin embargo, también desarrolló características
propias. Los principales son: iconografía del nuevo mundo; diversidad de técnicas, recursos
y estilos de una región a otra, decorativismo suntuoso, monumentalidad y, por último,
carácter urbano, aristocrático y criollo.

Elementos del Nuevo Mundo

Juan Correa: Las cuatro partes del mundo, h. 1670-1730, biombo de diez hojas pintado al
óleo, 5.56 × 1.99 metros, Museo Soumaya, D.F. México.

El barroco novohispano reinterpreta e incorpora motivos del Nuevo Mundo, como


elementos indígenas, fauna y flora local. Este interés coincide con el gusto por lo exótico,
extraño y extravagante del arte barroco en general. Por ende, estos motivos estaban
supeditados en gran medida a los temas y enfoques de la cultura dominante, esto es, de la
élite criolla. Entre estos motivos se podían ver ángeles indígenas con penachos de plumas,
frutas originales de la tierra, etc.

Diversidad
Iglesia de San Francisco Acatepec, Puebla. Nótese la decoración hecha en azulejos
(mosaico) y ladrillo. Su colorismo y predominio de motivos geométricos contrasta con los
relieves sinuosos de la fachada de Catedral Metropolitana.

El barroco novohispano no fue un estilo homogéneo. En cada región se adaptó a las


posibilidades materiales así como a la mentalidad de la sociedad colonial. Por ello, se dio
una gran diversidad de técnicas, recursos y temas para decorar fachadas e interiores.

Por ejemplo, en cuanto a la arquitectura, la permanente amenaza de sismos, deslizamientos


y hundimientos, obligó al uso de materiales constructivos livianos y económicos. Se
prefirieron, pues, los recursos locales para las estructuras. El aspecto de estos materiales
inspiró singulares y muy diversas soluciones estéticas para los acabados. En algunas
iglesias, se usaron relieves para las fachadas. En otras, se usaron azulejos policromados o
hasta simples ladrillos de color.

Gran decorativismo e influencia del churrigueresco


1. Escultura en madera estofada (San Francisco de Asís). 2. Volutas (Capilla del Rosario,
Puebla). 3. Cúpula con motivos geométricos (Iglesia de Santa Prisca de Taxco). 4. Fachada
con columnas estípites (actualmente Museo Nacional del Virreinato, Tepotzotlán). 5.
Retablo con columnas salomónicas (Capilla del Rosario, Puebla).

El gusto por la rica ornamentación y el color en el barroco novohispano se vio alimentado


por el aspecto simple y pobre de los materiales constructivos. En un principio,
predominaron los motivos geométricos, la heráldica y los florones. Más adelante,
predominaron las figuras antropomorfas, zoomorfas y vegetales, así como las volutas. El
decorativismo se intensificó en el siglo XVIII gracias a la influencia del churrigueresco
español, caracterizado por una ornamentación mucho más suntuosa y efectista.

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