LA PEQUEÑA ALDEANA

Había una vez una pequeña aldea enclavada en un valle rodeado de montañas. La aldea era
muy tranquila y la gente vivía en armonía, pero un día llegó una noticia que cambió todo. Un
dragón había llegado a la región y estaba causando estragos en la zona, destruyendo cultivos y
atacando a los habitantes.

Los aldeanos estaban aterrorizados, pero no sabían qué hacer para detener al dragón.
Entonces, un joven valiente se ofreció voluntariamente para enfrentar al dragón y salvar a su
aldea. Los aldeanos lo apoyaron y le dieron lo que necesitaba para la batalla.

El joven partió hacia el lugar donde se decía que se encontraba el dragón. Caminó durante
horas hasta que finalmente llegó al valle donde el dragón estaba causando estragos. El joven
se acercó al dragón y le habló en voz alta, pero el dragón no parecía dispuesto a escuchar.
Entonces, el joven decidió que tenía que luchar.

La batalla fue épica. El joven luchó valientemente contra el dragón, esquivando sus llamas y
esquivando sus garras. Finalmente, después de horas de lucha, el joven logró derrotar al
dragón con una espada que los aldeanos habían forjado especialmente para él. El dragón cayó
al suelo y el joven lo remató con un golpe final.

Los aldeanos estaban asombrados y agradecidos. Le dieron la bienvenida de regreso a la aldea

con una gran celebración y honraron al joven como un héroe. Pero el joven no estaba
interesado en la fama o la gloria. Él simplemente quería que su aldea fuera segura.

Con el tiempo, el joven se convirtió en el líder de la aldea y trabajó incansablemente para

asegurarse de que los aldeanos estuvieran siempre protegidos. Construyó un muro alrededor
de la aldea y creó un sistema de defensa para garantizar que nunca más se enfrentarían a una
amenaza como la del dragón.

La aldea prosperó y el joven líder se convirtió en una leyenda, recordado por su valentía y su
dedicación a su pueblo. Y aunque ya no había dragones en el valle, la gente nunca olvidaría el
día en que un joven se enfrentó a una bestia temible para proteger a su aldea.