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El contador público en el ámbito judicial


Inicio de Capítulo VII - Actuación pericial en el juicio oral - Héctor Chyrikins - Oscar
Fernández

CAPÍTULO VII

ACTUACIÓN PERICIAL EN EL JUICIO ORAL

Héctor Chyrikins - Oscar Fernández

1. TIPOS DE SISTEMAS PROCESALES

1.1. La investigación de los hechos


Las acciones de los seres humanos, actuando en forma individual o colectiva, pueden causar la
afectación de intereses individuales de particulares, generales de cierto grupo de la comunidad o del
propio Estado.
Este último reconoce un conjunto de bienes, materiales o no, a quienes decide proteger
jurídicamente.
Cuando se afectan bienes jurídicamente protegidos por normas penales de acción pública, se
requiere la presencia del Estado que, detentando el poder a través de procedimientos previamente
establecidos, resuelva la controversia.
Resulta plenamente conocido que la persecución penal se encuentra monopolizada por el Estado.
El mismo ejerce este poder aplicando formas disuasivas de determinadas conductas, entre las que se
incluye la prescripción de castigos.
En un Estado como el que rige en nuestro país, que ha adoptado la forma republicana de
gobierno, el poder está dividido, y la porción de su poder a la que se refiere lo que estamos
detallando, se ejerce a través de los jueces que son los funcionarios del Estado a cargo de interpretar
judicialmente, y en última instancia, las normas que el derecho prescribe.
Los sistemas procesales penales establecen las reglas que deben considerarse para que los jueces
puedan llegar a dictar una sentencia justa. Para que los jueces estén en condiciones de hacerlo,
existen diversas formas de organizar el sistema procesal penal.

1.2. Sistemas procesales penales. Clasificación


Se clasifican en:
a) Sistema inquisitivo
b) Sistema mixto
c) Sistema acusatorio

1.2.1. Sistema inquisitivo


Se trata de un sistema basado en una forma concentrada de ejercer el poder penal y la
persecución pública, organizando los procedimientos en torno del Juez de Instrucción, quien puede
llevar a cabo su tarea con apenas algunos controles por parte de los interesados, y por lo tanto con
amplia capacidad de acción personal.
Las facultades del Juez de Instrucción en el modelo inquisitivo, incluyen las de comenzar con las
investigaciones y darles el alcance que estime necesario, detener e interrogar personas, requerir
todas las pruebas de su interés y por último sentenciar, condenando si así lo decide. No importa en
este caso si se trata de modelos escritos u orales, ya que ambos podrían adquirir el perfil inquisitivo
de acuerdo con su organización.
El Juez de Instrucción acapara por lo tanto funciones que tienen que ver con la persecución del
delito, o del presunto delincuente, a lo largo de la cual puede disipar parte de su imparcialidad al
estar íntimamente involucrado en el proceso de investigación.
En el sistema inquisitivo, el Ministerio Público Fiscal tiene bajo o nulo nivel de intervención, en
cuanto a la posibilidad de influir sobre la actuación del Juez.

1.2.2. Sistema mixto


En la búsqueda por morigerar los sistemas inquisitivos, surgieron las versiones mixtas o sistemas
inquisitivos reformados, ejemplo de los cuales era el Código de Procedimientos en Materia Penal
que rigió el procedimiento federal argentino hasta 1992, en el que se preveía una etapa de
instrucción o sumario a cargo de un Juez de Instrucción, netamente inquisitiva y un plenario o juicio
a cargo de un Juez de sentencia, con algunos rasgos acusatorios.
El actual Código Procesal Penal, sancionado por la ley 23.984 del 21/8/1991, marca una
tendencia en pos del sistema acusatorio. Se puede apreciar que en este caso el Fiscal posee mayor
influencia que en las normas anteriores, aunque sin contar con la titularidad exclusiva de la acción
penal pública. Los jueces mantienen parte de las atribuciones.
La característica de mixto no la da que cada etapa sea de una categoría distinta, sino que dentro
de cada una de ellas puede haber ingredientes de uno y otro como ocurre en la actualidad con el
Código Procesal Penal establecido por ley 23.584.
Se dice que el sistema actual es mixto, entre otras cosas, porque si bien se establecen en los
artículos 5°, 65, 188, 195 del CPP que el titular de la acción es el Fiscal, durante el sumario el Juez
de Instrucción mantiene gran poder, ya que puede realizar la investigación sin intervención del
Fiscal, aun ante un pedido desestimatorio del Fiscal, como delegársela a éste, reasumirla y
eventualmente volver a delegarla, puede convocar al imputado, interrogarlo, procesarlo e incluso en
algunos casos, elevar a juicio sin que esa sea la opinión del Ministerio Público Fiscal, además de
que durante el sumario también la defensa tiene limitada intervención.
En síntesis, el procedimiento establecido por el Código Procesal Penal, permite dar al proceso
penal un sentido acusatorio, pero aún limitado, dada la amplitud del margen de decisiones que
permanecen a cargo del Juez de Instrucción. Su principal valor está dado por el avance que ha
producido con respecto al anterior sistema plenamente inquisitivo, y la posibilidad que genera de
continuar avanzando en la senda que permita llegar a un sistema acusatorio pleno.

1.2.3. Sistema acusatorio


Por último nos referimos a los sistemas acusatorios, donde la función persecutoria está
claramente diferenciada de la toma de decisiones. El objetivo fundamental de un sistema acusatorio
es el de lograr la mayor imparcialidad posible como característica del proceso penal.
En este sistema, cada parte, tiene una función específica y se encuentra bajo el control de las
otras. Aparece el Ministerio Público Fiscal como el organismo encargado de la persecución de las
conductas que dañan los bienes jurídicos. Ese Ministerio Público Fiscal está especializado en la
realización de una tarea bien definida legalmente y se organiza en pos de cumplirla.
En este sistema se ha comparado el juicio penal con el juicio civil. Quien va a fallar permanece
ajeno a la investigación y son las partes quienes deben presentar al Juez todas las pruebas que lo
convenzan y le permitan llegar a una conclusión.
En tal caso, es el Ministerio Público Fiscal quien se presenta como la principal figura, ya que
resulta ser el titular de la acción. Tiene a su cargo determinar cuáles son los casos que va a llevar a
los tribunales, realizar las investigaciones pertinentes y acusar en consecuencia.
Esa distribución de roles torna al Juez en autoridad de control de cumplimiento de las garantías,
de tal manera, el Fiscal reúne la prueba de cargo y el Juez la valora al elevar a juicio la causa,
escuchando antes al defensor. Luego, ese esquema se repite en la etapa del juicio , en la que ambas
partes —acusación y defensa— en igualdad de condiciones ofrecen pruebas y alegan sobre éstas,
para que el Tribunal pueda dictar sentencia.

1.3. Noción de juicio oral en el proceso penal


El sistema basado en la oralidad posee algunas características que se consideran en la actualidad
muy beneficiosas para su implementación, entre ellas se pueden citar:
a) Publicidad
b) Inmediación
c) Continuidad

1.3.1. Publicidad
Hablar de publicidad hace referencia a circunstancias en las que participa el pueblo. El libre
acceso del pueblo para participar o intervenir en el devenir de los sucesos, implica la necesidad de
que los juicios se desarrollen en lugares públicos. Los ciudadanos tendrán la posibilidad, dentro de
los límites de razonabilidad, que se encuentren previstos en la legislación, de observar en forma
directa el debate oral.
Las audiencias se llevan a cabo en presencia del público y ello permite incrementar el nivel de
confiabilidad en las posibilidades de concluir conociendo la verdad de los hechos y definiendo las
causas de una manera justa. El art.363 del CPP establece pena de nulidad cuando no se cumpla con
realizar un debate oral y público, salvo en el caso en que el tribunal entienda que la publicidad
puede afectar total o parcialmente la moral, el orden público o la seguridad. Asimismo, el art. 364
del CPP determina que no tendrán acceso a la sala los menores de 18 años, los condenados y
procesados por delitos reprimidos con pena corporal, los dementes y los ebrios.
La publicidad del juicio permite contar con un control muy importante sobre la forma en que se
desenvuelve el proceso, ya que el mismo se encuentra bajo el escrutinio del público, evitando los
riesgos de trámites que quedan ocultos en procedimientos donde intervienen muy pocos actores. En
algunos casos se decide incluso la televisación de las audiencias.
La sentencia debe conocerse en la misma audiencia. Se basa en la libre convicción del Juez,
quien, como en todos los casos, actúa con toda la libertad de criterio para apreciar el valor de las
pruebas presentadas. La ventaja del juicio oral es que en éste el Juez debe respaldar el criterio
adoptado, con arreglo a parámetros razonables que resulten expuestos en su sentencia.

1.3.2. Principio de inmediación


En los juicios orales los Jueces se encuentran presentes mientras que se exponen las diligencias
que contribuirán al desenlace del mismo.
En las audiencias el Juez recibe directamente de los involucrados, imputados, testigos, peritos, lo
que cada uno tiene para aportar al conocimiento del hecho. No existen en este caso intermediarios
que escriban los dichos que corresponden a cada acto.
Todas las pruebas se exponen de cara a los jueces y éstos las pueden ver y escuchar sin
limitaciones. El Juez puede advertir los gestos, las entonaciones y los comportamientos. Podrá
intervenir inquiriendo explicaciones y argumentos que despejen las dudas que le surjan en el mismo
momento en que se presentan.
El Juez se involucra con todos sus sentidos en el proceso, y ello le debería facilitar la percepción
de las pruebas presentadas y la posibilidad de adquirir la convicción suficiente sobre la verdad de
los hechos sometidos a juicio.

1.3.3. Continuidad
Esta condición se refiere a que el juicio oral debería desarrollarse en una única audiencia. Un
acto continuo donde se produce el debate de todas las pruebas sin cortes ni postergaciones
contribuye a que el Juez tenga presente la totalidad de los hechos discutidos, de las pruebas
desarrolladas y de los elementos de convicción que utilizará para llegar a su sentencia.
El transcurso del tiempo es un factor de deterioro de la percepción de los sucesos, produce
distorsiones y olvidos que pueden desvalorizar el posible aporte de las pruebas. El art. 395 del CPP
dispone que se podrá ordenar la grabación o la versión taquigráfica, total o parcial, del debate.
En la práctica no significa que el juicio oral se concluya en una única audiencia, ya que el
volumen de las pruebas a presentar o las complejidades de la causa pueden requerir la realización de
múltiples audiencias, aunque por ello no debería perder la continuidad de las mismas. Solamente
causas de fuerza mayor que puedan ser suficientemente justificadas deberían permitir la suspensión
de las audiencias.
El art. 365 del CPP determina que el debate debe continuar durante todas las audiencias
consecutivas hasta su terminación, aunque podrán suspenderse por un máximo de 10 días cuando se
presenten ciertas circunstancias, tales como que se deba resolver alguna situación incidental, que
resulte preciso realizar un acto fuera del lugar de la audiencia y del tiempo de receso, por la falta de
comparecencia de testigos, peritos o intérpretes, cuya participación sea imprescindible, o por
incapacidad física del imputado, entre otras razones.

1.4. Antecedentes de juicio oral en la Argentina


En la República Argentina, a partir de la reforma constitucional del año 1994, se han
desarrollado sistemas de debate oral y público dentro del fuero penal.
Como hemos visto en el capítulo anterior al describir el sistema penal argentino, existen
tribunales orales que se ocupan del juzgamiento de diferentes delitos según su competencia.
Es así que se presentan:
• Tribunales Orales en lo Criminal Federal con asiento en la Capital Federal (TOF)
• Tribunales Orales en lo Criminal Federal con asiento en las jurisdicciones provinciales
• Tribunales Orales en lo Penal Económico (TOPE)
• Tribunales Orales en lo Criminal de la Capital Federal (TOC)
Tales tribunales son generalmente identificados mediante acrónimos, del modo en que se
denominaron entre paréntesis en la enumeración anterior.

1.5. El proceso en el juicio oral


Una vez concluida la etapa de instrucción, de corresponder, se eleva la causa para ser presentada,
discutida y sentenciada a través de un juicio, oral y público.
La reunión o reuniones que se llevan a cabo como parte del juicio oral y público se denominan
"audiencias", y, como ya se dijo anteriormente, a ellas deben concurrir todas las partes del juicio.
En dichas audiencias se presentan las pruebas que existen con respecto a los hechos que se juzgan.
Para dar inicio al debate, que precisamente se lleva a cabo en las audiencias, es necesario que
previamente se constituya el tribunal en la sala de audiencias, de acuerdo con lo especificado en el
art. 374 del CPP y que se encuentren presentes las partes, defensores y testigos, peritos e intérpretes
que deban intervenir. Una vez que haya dado lectura al requerimiento fiscal, y en su caso al auto de
remisión a juicio, el tribunal declarará abierto el debate.
El debate es dirigido por el presidente del tribunal, tal como prescribe el art. 375 del CPP.
Al iniciar el debate se plantearán y resolverán todas las materias relacionadas con planteos
realizados por las partes en razón de competencia, nulidades, unión y separación de juicios, entre
otros asuntos que forman parte de los arts. 376 y 377, que tratan sobre cuestiones preliminares.
A continuación se presentarán las declaraciones del imputado o de los imputados si son varios,
para lo cual el presidente puede disponer alejar de la sala a quienes no declaren, retornando todos
nuevamente a la sala una vez concluidas las declaraciones, de acuerdo con las condiciones
establecidas en el art. 379 del CPP. Sin perjuicio de esta primera declaración, el o los imputados
podrán realizar todas las declaraciones que consideren oportunas, siempre que se refieran a su
defensa según el art. 380 del CPP.
El siguiente paso es el previsto desde el art. 382 hasta el art. 392 del CPP y consiste en la
recepción de las pruebas que fueron recolectadas, como así también la lectura de declaraciones
testificales, los interrogatorios, el aporte de nuevas pruebas y la lectura de documentos y actas entre
otras actividades.
Una vez concluida la etapa de la recepción de las pruebas se pasa a la discusión final prevista en
el art. 393 del CPP. Esta fase corresponde a la presentación de los alegatos por cada una de las
partes, de acuerdo con los tiempos y las condiciones que imponga el presidente del tribunal.
Culmina con la solicitud a los imputados acerca de si tienen algo más para declarar, tras lo cual se
cierra el debate.
De acuerdo con el art. 394, el secretario deberá levantar un acta del debate bajo pena de nulidad.
Según el art. 395 del CPP también podrá ordenarse la grabación o la versión taquigráfica, total o
parcial, del debate.
Por último, y como consecuencia de todo lo actuado, deberá pronunciarse dictando una
sentencia, o bien podrá reabrir el debate si considera que existe la necesidad de incorporar nuevas
pruebas, lo que podemos observar en los arts. 396 y 397 del CPP.
A continuación se puede observar un croquis de lo que podría ser una sala de audiencias tipo,
donde se aprecia la ubicación de cada uno de los asistentes.

Público
Querella
Imputado
Declarante
Fiscal
Defensa
T
r
i
b
u
n
a
l
Al frente, el tribunal integrado por tres jueces. Frente al tribunal, una silla disponible donde se
ubicarán sucesivamente quienes deban declarar en el debate. A un lado, mesas para el imputado y
sus defensores. Del otro lado en forma más o menos similar el lugar de la querella y la fiscalía. Por
último, detrás de una pequeña valla, el público. En este caso se aprecia también dentro de la sala,
personal de fuerzas de seguridad.
No todas las salas de audiencias son iguales, ya que ello depende, entre otras cosas, del espacio
útil. Cuando se trata de ambientes reducidos, queda habitualmente poco espacio para el público,
mientras que las partes deben acomodarse en el lugar disponible. Sin embargo, en todos los casos se
tiende a conservar un diseño muy parecido al expuesto en el croquis precedente.

1.6. Participación del perito contador en el juicio oral

El perito contador actúa en el fuero penal, en general, utilizando su experticia en el tema contable
para, a través de su conocimiento técnico y su formación profesional, y mediante procedimientos
científicos forenses, cumplir con un proceso probatorio previsto en la legislación procesal. Estamos
hablando de la prueba pericial, en este caso, contable.
Si bien la actuación de los peritos contadores, oficiales como de parte, se produce sucesivamente
tanto en la etapa de instrucción como dentro del debate del juicio oral, en este apartado nos
referiremos a esta última actividad.

1.6.1. Ambiente en el juicio oral


A lo largo del juicio oral todos los que participan deben seguir las reglas impuestas para el
debate, tal como ya hemos visto en el punto 1.5., por lo tanto el perito contador no es ajeno a tal
circunstancia y debe conocerlas y cumplirlas.
Esta parte del juicio se basa en la oralidad, por lo tanto, los procedimientos que habitualmente al
contador lo llevan a emitir informes por escrito, deben permitir en este caso que se llegue a
conclusiones en forma oral. Como por lo general no se escribe de la misma forma en que se habla,
el contador debe aquí acostumbrarse a una modalidad que no ha sido típica del quehacer profesional
contable. Por ejemplo, en la oralidad, la entonación, el volumen de la voz, la pronunciación, los
gestos y otras características semejantes adquieren una importancia que no tienen cuando se trata de
dictámenes e informes escritos.
Al mismo tiempo, el tribunal y el resto de los concurrentes al debate pueden apreciar mejor la
solidez técnica del perito, a través de la forma en que el profesional presenta cada situación y
responde las preguntas que se le efectúan si bien los niveles de capacitación personal, de
actualización en los temas, como así también los aspectos que derivan de su conducta personal, no
son parte del trabajo pericial, algunos de ellos pueden ser indagados por el tribunal a efectos de un
mejor conocimiento de las aptitudes técnicas del perito.
La presencia del perito contador en el juicio oral se puede producir en primer lugar a partir de las
solicitudes de ofrecimiento de pruebas presentadas por la fiscalía y el resto de las partes de acuerdo
con el art. 355 y deducidas por el tribunal según el art. 356 del CPP.
También puede provenir de las instrucciones suplementarias ordenadas por el presidente del
tribunal en orden al art. 357 del CPP.
A tal efecto, el perito será citado a concurrir en una fecha y hora determinada para participar de
la audiencia. Como la extensión de cada una de las declaraciones, como así también las
intervenciones por diversos motivos de cada una de las partes no puede planificarse por el Tribunal
con total rigidez, es probable que el perito deba prever esperar, algunas veces un tiempo
considerable, para presentarse ante el tribunal.

1.6.2. Actuación del perito contador en el debate


El art. 383 del CPP dispone que el presidente hará leer la parte sustancial del dictamen y/o
informe presentado por los peritos y éstos, cuando hubieran sido citados, responderán bajo
juramento a las preguntas que les sean formuladas, compareciendo según el orden en que sean
llamados y por el tiempo que sea necesaria su presencia. Estipula el mismo artículo que podrá
disponer que los peritos presencien determinados actos del debate y que también se los podrá citar
nuevamente, siempre que sus dictámenes resultaran poco claros o insuficientes y, si fuere
posible,hará efectuar las operaciones periciales en la misma audiencia.
Vale decir, que el contador debe estar preparado para reproducir, de corresponder y ser posible,
algunas o todas las tareas periciales que hubiera llevado a cabo para elaborar y presentar su
dictamen en la etapa de instrucción. Es importante considerar en este caso que suele pasar un
tiempo considerable entre la presentación del informe escrito durante la instrucción y el momento
en que es convocado a participar del debate oral. Por tal motivo, siempre es oportuno contar con los
elementos de respaldo que sirvieron para llegar a la conclusión presentada en su oportunidad, para
evitar olvidos que pongan en riesgo la comprensión de algún aspecto de las respuestas periciales.
En este segmento de la actividad pericial se advierte la fuerza y la importancia de los papeles de
trabajo confeccionados por el perito contador, así como su concatenación lógica y metodológica con
las conclusiones técnicas que se incluyen en los respectivos dictámenes y/o informes periciales.
De acuerdo con el art. 389 del CPP, tanto los jueces del tribunal, como el fiscal, las otras partes y
los defensores, estos últimos con la venia del presidente, podrán formular preguntas a los peritos.
Pero hay que tener en consideración que el Presidente rechazará toda pregunta que considere
inadmisible.
Las respuestas del perito contadordeben dirigirse al presidenteevitando dialogar con quien haya
efectuado las preguntas. Es interesante considerar aquí que cada una de las partes intentará
seguramente lograr que la presentación del perito contador lo favorezca o por lo menos lo
perjudique lo menos posible. En tal orden, pueden presentarse condiciones de suma rispidez hacia el
perito contador. En estos casos, el mismo debe quejarse ante el presidente por tales actos, y solicitar
que cesen inmediatamente. Las atribuciones para realizar preguntas de ninguna manera implican la
posibilidad de maltratar al perito, o tratar de inducirlo o coaccionarlo para lograr una respuesta
favorable.
Las preguntas que se le efectúan generalmente al perito pueden referirse a:
a) El informe pericial oportunamente presentado en la etapa de instrucción;
b) Otros temas no incluidos en el cuestionario pericial que fuera respondido en su momento pero
que corresponden a incumbencias del contador público, y que se puedan responder sin realizar
indispensables procedimientos específicos;
c) El mismo caso que b), pero sobre un tema de mayor complejidad que requiere la realización
de procedimientos técnicos para poder ser evacuados;
d) Temas que no corresponden a las incumbencias del contador público.
En el caso a) deberían responderse los interrogantes, y/o realizar las aclaraciones, basándose en
el contenido del informe pericial presentado.
En el caso b) no suele haber inconveniente en que el perito contador responda lo que se le
pregunta, ya que puede hacerlo en base a sus conocimientos profesionales. Por ejemplo, si se le
consulta si una sociedad comercial debe llevar registros contables.
En el caso c) en cambio, debería abstenerse de responder considerando que el caso implica la
realización de un nuevo estudio pericial. Por ejemplo, ello sucede si se lo consulta por la forma en
que la empresa llevaba determinados libros que no fueron analizados durante el peritaje anterior, o
si se le pregunta cuánto debería haber abonado el imputado en concepto de un determinado
impuesto cuyo cálculo no fue realizado anteriormente. En este caso el tribunal debería establecer un
nuevo cuestionario para que el perito contador lo responda luego de realizar el peritaje
correspondiente.
En el caso d) no debe responderse bajo ninguna circunstancia. Es de hacer notar que la única
razón para que el perito se encuentre declarando ante el tribunal consiste en que tiene el
conocimiento específico sobre una materia en particular, en nuestro caso, la contable. Por lo tanto,
responder sobre cualquier otro tipo de problemática, ajena a las incumbencias del contador público
carecería de sentido. Sin embargo, debe contemplarse el caso en que resulta dudoso, especialmente
para el tribunal, si se trata de una incumbencia profesional del contador o no. Por ejemplo, cuando
se solicita alguna aclaración sobre temas que están incluidos en la ley de Sociedades Comerciales
con respecto al tratamiento de un incremento de capital; mientras que el profesional podría decir
que se trata de un tema legal, el tribunal podría sostener que es una materia de implicancias
contables y debe ser de conocimiento del contador. El problema en este caso, podría ser que de no
responder, el tribunal considere que existe reticencia de parte del perito contador y ello derive en
una imputación de falso testimonio. Cuando se presentan estas controversias, y en tanto el perito se
encuentre en condiciones de aportar una opinión, y considere que ello destrabará la situación, puede
hacerlo, dejando en claro las limitaciones atribuibles al hecho de tratarse de un tema basado en
conocimientos de otra disciplina científica.
Debe recordarse que el CPP establece en su art. 299, segundo párrafo, que las preguntas deben
expresarse en forma clara y precisa, nunca capciosa o sugestiva.
En todos los casos no debe dejarse de tener en cuenta que el art. 370 del CPP faculta al
presidente a tomar las medidas disciplinarias en función de su poder de policía y con el propósito de
mantener la disciplina en la audiencia.
Si bien el perito debería ajustarse a emitir dictámenes exclusivamente de acuerdo con los
elementos que fueron oportunamente analizados y en base a las conclusiones a las que arribó
oportunamente, o tomando en consideración sus conocimientos técnicos sobre la materia podría
suceder que sus dichos no resulten sustentables e incurra en falso testimonio previsto en el art. 275
del Código Penal. En tal sentido, el art. 390 del CPP determina que se debe proceder de acuerdo a lo
dispuesto por el art. 371 de dicho Código. Ello implica que se levantará un acta y se procederá a la
inmediata detención del presunto culpable, el que será puesto a disposición del Juez competente a
quien se le remitirá aquélla y las copias o los antecedentes necesarios para la investigación.

1.7. Cámara de Casación y Corte Suprema de Justicia de la Nación


Las posibles etapas subsiguientes de apelación a la sentencia producida en un juicio oral, sean en
las Cámaras de Casación Penal, o bien ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, discuten
cuestiones relacionadas con las condiciones jurídicas en que se llevaron a cabo las instancias
previas.
Por lo tanto, en general, no cabría en tales circunstancias la ampliación de las pruebas aportadas
con anterioridad ni la presentación de nuevos testimonios.
Es así, que una vez concluido el juicio oral y público, la función del perito contador se puede
considerar como definitivamente finalizada desde el punto de vista procesal, aunque podrían
disponerse informes suplementarios y/o aclaraciones, o determinaciones del "quantum" monetario
preciso de los hechos que surgen de la sentencia.

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