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Lectura 1 EL MÉTODO DE CORRELACIÓN Pag 86-93 Paul Tillch
Lectura 1 EL MÉTODO DE CORRELACIÓN Pag 86-93 Paul Tillch
PAÚL TILLICH
Volumen I
La razón y la revelación
El ser y Dios
No es, pues, sorprendente que las cuestiones fundamentales se formularan muy pronto en la
historia de la humanidad. Todo análisis del material mitológico nos lo muestra.21
Tampoco es sorprendente que esas mismas cuestiones aparezcan ya en la primera infancia,
como nos lo muestra todo estudio de los niños. Ser hombre significa interrogarse acerca del
propio ser y vivir bajo el impacto de las respuestas dadas a esta pregunta. E inversamente,
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ser hombre significa recibir las respuestas dadas a la pregunta acerca del propio ser y formular
nuevas interrogaciones bajo el impacto de tales respuestas.
Al utilizar el método de correlación, la teología sistemática procede de la siguiente manera:
realiza un análisis de la situación humana del que surgen las cuestiones existenciales, y
demuestra luego que los símbolos utilizados en el mensaje cristiano son las respuestas a tales
cuestiones. El análisis de la situación humana lo realiza en términos que hoy llamamos
"existenciales". Tales análisis son mucho más antiguos que el existencialismo; son tan
antiguos como la reflexión del hombre sobre sí mismo, y se han expresado en distintas formas
de conceptualización desde el inicio de la filosofía. Siempre que el hombre ha considerado
al mundo, se ha visto a sí mismo como una parte de este mundo. Pero ha comprobado
asimismo que es un extraño en el mundo de los objetos, incapaz de penetrarlo más allá de un
'cierto nivel de análisis científico. Y entonces ha cobrado conciencia de que él mismo es la
puerta de acceso a los niveles más profundos de la realidad, de que en su propia existencia
tiene la única posibilidad de penetrar hasta la existencia misma.22
Eso no significa que el hombre, como material de investigación científica, sea más accesible
que los otros objetos. ¡Muy al contrario! Eso sólo significa que la experiencia inmediata de
su propio existir revela algo de la naturaleza de la existencia en general Quienquiera que haya
penetrado en la naturaleza de su propia finitud puede hallar vestigios de finitud en todo lo
que existe. Y puede formular la pregunta implícita en su propia finitud como la pregunta
universalmente implícita en toda finitud. Al hacer eso, no formula una doctrina del hombre;
expresa una doctrina de la existencia tal como él la ha experimentado en sí mismo como
hombre. Cuando Calvino, en las primeras líneas de su Institución, establece una correlación
entre nuestro conocimiento de Dios y nuestro conocimiento del hombre, no habla de la
doctrina del hombre como tal y de la doctrina de Dios como tal. Habla de la miseria del
hombre, que proporciona la base existencial para su comprensión de la gloria de Dios, y de
la gloria de Dios, que proporciona la base esencial para la comprensión que tiene el hombre
de su miseria. El hombre en cuanto existe, en cuanto representa la existencia en general y en
cuanto formula la cuestión implícita en su existencia, es una parte de la correlación
cognoscitiva de la que habla Calvino, mientras que la otra parte es la majestad divina. En las
primeras líneas de su sistema teológico, Calvino expresa la esencia del método de
correlación.23
21
Cf. H. Gunkel, The Legends of Génesis, Chicago, Open Court Publishing Co., 1901.
22
Cf. la doctrina agustiniana de la verdad que habita en el alma y al mismo tiempo la trasciende; la identificación
mística del fondo del ser con el fondo de uno mismo; la utilización de las categorías psicológicas para fines
ontológicos en Paracelso, Bóhme, Schelling y en la "filosofía de la vida" desde Schopenhauer a Bergson; la
noción heideggeriana del Daseili (estar ahí) como la forma de la existencia humana y el acceso a la ontologia.
23
"El conocimiento de nosotros mismos no sólo es una incitación para buscar a Dios, sino que es una gran
ayuda para encontrarlo. Por otra parte, es evidente que nadie llega al verdadero conocimiento de sí mismo sin
haber contemplado primero el carácter divino y haber descendido después a su propia consideración" (Calvino,
Institución, I, 48).