Está en la página 1de 53

ANTHONY GIDDENS

UN MUNDO DESBOCADO
Los EFECTOS DE LA GLOBALIZACIÓN
EN NUESTRAS VIDAS

Traducción de Pedro Cifuentes

TAURUS

PENSAMIENTO
~

INDICE

Prefacio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Introducción 13

1. GLOBALIZACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 19
11. RJESGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 33
III. TRADICIÓN 49
IV. FAMILIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 65
V. DEMOCRACIA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 81

LECTURAS SELECCIOl\ADAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 97

Í!\DICE ANALÍTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 111


PREFACIO

Este breve libro nació como las Conferencias Reith de


la BBC para el año 1999, emitidas en la Radio 4 de la
BBC y en el Servicio Mundial. Hay una cierta distinción
en el hecho de ser el último conferenciante Reith del
siglo xx. Dada la coyuntura, me pareció apropiado abor-
dar un ambicioso conjunto de cuestiones relativas al es-
tado del mundo en este fin de siglo. Confiaba en que las
conferencias fomentaran la controversia y así fue. Fue-
ron rebatidas, de manera gratificante, en periódicos y
revistas de todo el mundo. Mortunadamente, también
captaron numerosos defensores.
Denominé a estas conferencias y a este libro Un mun-
do desbocado, porque la frase encierra sentimientos que
muchos tenemos al vivir en un tiempo de cambios rápi-
dos. Pero no soy la primera persona en haber utilizado
el término "mundo desbocado". Ni siquiera soy el pri-
mer conferenciante Reith en emplearlo. Era el título de
las Conferencias Reith pronunciadas por el célebre an-
tropólogo Edmund Leach hace un cuarto de siglo. Él
puso, sin embargo, un signo de interrogación despué:s
de su título. Ya no creo que sea necesario.
UN I\IL:'[)() DFSBOC\l){) "';TII()';' (;IIlIlE"S

Leach grabó sus conferencias en algún estudio de las Mark Damazer, Sheila Cook y el resto del equipo de pro-
profundidades de la Broadcasting House, en Londres, ducción de la BBC; los presentadores de la BBC, que hi-
como hacía todo colaborador hasta hace poco. El con- cieron un trabajo tan competente -Melvyn Bragg,
ferenciante de 1998, el historiador de guerraJohn Kee- Matt Frei, Mark Tully y Bridget Kendall-; Alma Ford,
gan, se desvió de la regla convencional y habló frente a que ayudó de muchas maneras; de la London School of
un público invitado. Después de cada disertación había Economics, Anne de Sayrah, Denise Annett, Miriam
una sesión de preguntas y respuestas. Las mías también Clarke -que hizo un trabajo de ley pasando a máquina
siguieron este formato, pero marcaron una innovación, una y otra vez el manuscrito-, Amanda Goodall, Alison
al ser las primeras internacionales. La conferencia ini- Cheevers, Chris Fuller, Fiona Hodgson, Boris Holzer y
cial y la de clausura -sobre globalización y democra- Reggie Simpson. Estoy especialmente agradecido a Ale-
cia- fueron pronunciadas en Londres. Las que anali- na Ledeneva, por su consejo y apoyo. David Held leyó
zan el riesgo, la tradición y la familia se grabaron en varias versiones diferentes del manuscrito e hizo muchos
Hong Kong, Nueva Delhi y Washington, respectivamen- agudos comentarios.
te. Todas provocaron una vigorosa respuesta de los asis-
tentes, y me gustaría dar las gracias a todos los partici- ANTHONY GIDDENS,
pantes. junio de 1999.
También quiero dar las gracias a aquellos que inter-
vinieron en el debate que tuvo lugar en Internet. Lo
que intentamos fue iniciar una conversación electrónica
mundial sobre la globalización. Muchas personas de to-
dos los rincones del mundo enviaron sus comentarios
y críticas. Espero que me perdonen por no poder res-
ponder individualmente a los argumentos y dudas plan-
tc;,dos.
( )t ras se involucraron de manera mucho más conti-
Ilua CIl d desarrollo de las conferencias y tengo una gran
dClllb COIl c\los por el éxito, cualquiera que sea, que és-
tas ;dc;ul/arall. Quisiera destacar especialmente aJames
Hoyle, t(-'cllico dc Radio 4; sir Christopher Bland, presi-
dellle de L, Ime; (:wYllcth Williams, productora; Char-
It-s Sig\n, Slllila Pald, (:ary Wisby, Mark Byford, Mark
SlIlitlt, I\brioll (:J(Tllwood,Jenny Abramsky, Sue Lynas,

lO l l
INTRODUCCIÓN

"E 1mundo tiene prisa, y se acerca a su fin"; lo dijo un


arzobispo llamado Wulfstan en un sermón pronuncia-
do en York en el año 1014. Es fácil imaginar los mismos
presagios expresados hoy. ¿Son las esperanzas e inquie-
tudes de un periodo simplemente copias de épocas an-
teriores? ¿Tiene realmente el mundo en el que vivimos,
a punto de acabar el siglo xx, alguna diferencia con el de
tiempos anteriores?
Sí. Hay_buenasyobjetivas razones para pensar que vivi-
mos un p~t:!()do crucial de transición histórica. Además,
los cambios que nos afectan no se reducen a una zona
concreta del globoz sino que se extienden prácticamente
a todas partes.
Nu~stra épocasurgió bcúoel impacto de la ciencia,
la~fl1gl zía y e1pensamicnto racional; sus orígenes
están _~n la Europa de los siglos XVII y XVIII. L;t cultura
industrial occidental fue forjada por la Ilustración
-por los libros de pensadore~ que luchaban contra
la influencia de la religión y el dogma, que querían
reemplazar por un enfoque más razonado de la vida
práctica.
ll" \1l'r'\DO DFSBO{:,\I)O A.'\; 1 1H ):'\'Y (;IDDF\JS

Los filósofos ilustrados trabajaban con una máxima el medio ambiente. No son fenómenos naturales. Cien-
simple pero aparentemente muy poderosa. Cuanto más cia y tecnología están inevitablemente implicadas en
capaces seamos de comp.reI1<!er ­nu?Ile~!-Emoicar nuestros intentos por contrarrestar tales riesgos, pero
o~ y a nostr~ mismos, mejor podremos!Jlan_ej<.lr)a han contribuido también, yen primer lugar, a crearlos.
hist()riapara nuestros propósitos. Debemos librarnos Nos enfrentamos a situaciones de riesgo que nadie
de los hábitos y prejuicios del pasado para controlar el en la historia ha tenido que afrontar -el calentamiento
futuro. global sólo es una de ellas-o Muchos de los riesgos e in-
Kar! Marx, cuyas ideas deben mucho al pensamiento certidumbres nuevos nos afectan independientemente
de la Ilustración, expresó el concepto con mucha senci- de donde vivamos y de lo privilegiados o marginados
llez. Hemos de entender la historia, explicaba, para po- que seamos. Están ligados a la globalización, ese paque-
der hacer historia. Marx y el marxismo, guiados por este te de cambios que constituye el objeto de este libro. Tam-
principio, tuvieron un enorme infilYo en el siglo xx. bién la~i nciaylª tecIl<:> ozía~e han glºbalizado. Se ha
Según este pensamiento, con el desarrollo ulterior calculado que son más los científicos que trabajan hoy
de la ciencia y la tecnología el mundo llegaría a ser más en el mundo que los que han intervenido en la historia
estable y ordenado. Incluso muchos pensadores con- de la ciencia anteriormente. La globalización tiene, sin
trarios a Marx aceptaban la idea. El novelista George embargo, diversas dimensiones. Introduce otras formas
Orwell, por ejemplo, anticipó una sociedad con dema- de riesgo e incertidumbre, especialmente las relativas a
siada estabilidad y predictibilidad -en la cual todos la economía electrónica globalizada -ella misma una
nos convertiríamos en pequeñas piezas de una enor- novedad reciente-o Como en el caso de la ciencia, aquí
me máquina social y económica-o Al igual que otros el riesgo tiene doble filo. Está estrechamente ligado a la
muchos pensadores sociales, como el famoso sociólo- innQ-yª!=ión. No debe ser siempre minimizado; la adop-
go alemán Max Weber. ción activa de riesgos económicos y empresariales es la
El mundo en el que nos encontramos hoy, sin embar- fuerza motriz de la economía global izada.
go, no se parece mucho al que pronosticaron. Tampoco Qué es la globalización, y si es nueva en algún senti-
lo s<'ntimos de la misma manera. En lugar de estar cªda do, son focos de un debate intenso. Abordo este debate
\('/ IU;'lS oj~;b nuestro control, parece fuera de él -un en el capítulo 1, ya que gran parte del resto depende de
IIlUJHlo desbocado-o Es más, algunas de las tendencias ello. Los hechos, no obstante, son, en realidad, bastante
«U(' s<' suponía harían la vida más segura y predecible claros. L<L.globªlización estár !1~mrando nuestr9s
(1 P;II;I nosotros, incluido el progreso de la ciencia y la tec- mOQºsg~ vivir, y de forma Ll111Y profllflda. Está dirigida
11 I \( II( Igl;l, tICn<'n a menudo el efecto contrarIo. Por eJenl- pqrOccidente, lleva la fuerte !lJ1pronta del poder políti-
plo, d (;lluhio dim:ltico global y sus riesgos inherentes co y~c9nómico estadounidense y es altamente desigual
1(·.sIIILIII ploh;lhlcnH'nte de nuestra intervención sobre en_§lJS(,;onsecuencias. Pero la globalización no es sólo el

15
U:-..; ,1\WNDO DLSBOC\l)O

d<J.gÜnio.d~º <;:ig~Xlt~ .sºQr~. elr~to; afecta a Estados tural y la democracia están estrechamente ligadas, y la
U!l i (!)~ig:1-ªL9._t2p<lís democracia se está extendiendo por el mundo. La glo-
La globalización influye en la vida diaria tanto como balización está detrás de la expansión de la democracia.
en los acontecimientos que se suceden a escala mun- Al mismo tiempo, par d~jicament , expone los límites
dial. Por eso este libro incluye una extensa reflexión so- de las estructuras democráticas habituales, es decir, de
bre la sexualidad, el matrimonio y la familia. En muchas las estructuras de la democracia parlamentaria. Tene-
zonas del mundo las mlueres están reclamando una au- mos que seguir democratizando las instituciones exis-
tonomía mayor que la que han gozado hasta ahora y es- tentes y hacerlo de forma que respondan a las deman-
tán entrando en el mercado laboral masivamente. Estos das de la era global. Nunca seremos capaces de ser los
aspectos de la globalización son al menos tan importan- amos de nuestra historia, pero podemos y debemos
tes como los que se producen en el mercado global. encontrar maneras de controlar las riendas de nuestro
Contribuyen a las presiones y tensiones que están afec- mundo desbocado.
tando a los modos tradicionales de vida en la mayoría
de las regiones mundiales. La famiEa tradicional está
amen.azada, está cambiando, y lo hará mucho más. Otras
tradiciones, como las vinculadas a la religión, también
experimentan grandes transformaciones. El fundanlen.-
talismo nace en un mundo de tradiciones en derrumbe.
El campo de batalla del siglo XXI enfrentará al funda-
mcntalismo con la tolerancia cosmopolita. En un mundo
globalizado, donde se transmiten rutinariamente infor-
mación e imágenes a lo largo del planeta, todos estamos
CII ra1lg~,!-ºtcal!.~<, con otrº-~!e piensan diferente-
IIH'I}L<:....X vi",en de JQrmª distirlta.C¡llerlosotroS. Los cos-
IlIopolitas aceptan y abrazan esta complejidad cultural.
I,os flllldamentalistas la encuentran perturbadora y
pt'1igTosa. Yya sea en los ámbitos de la religión, la iden-
tid;,,1 ("111 ica o el nacionalismo, se refugian en una tra-
dici(lll rCllovada y purificada-y, con bastante frecuen-
( i;I, ('11 L, viokllcia.

I'odnllo.'i cOllliar kgítimamente en que triunfe una


;1(tilll<l (O'ill)(lpolit;l. La tolerancia de la diversidad cul-

((; 17
I.
GLOBALIZACIÓN

U na amiga mía estudia la vida rural de África central.


Hace unos años hizo su primera visita a una zona remo-
ta donde iba a efectuar su trabajo de campo. El día que
llegó la invitaron a una casa local para pasar la velada.
Esperaba averiguar algo sobre los entretenimientos tra-
dicionales de esta comunidad aislada. En vez de ello, se
encontró con un pase de Instinto básico en vídeo. La pelí-
cula, en aquel momento, no había ni llegado a los cines
de Londres.
Anécdotas como ésta revelan algo sobre nuestro mun-
do. Y no son triviales. No es sólo cuestión de que la gen-
te añada parafernalia moderna -\'í~leos, aparatos de
televisión, ordenadores personale:;;. etc.- a sus vidas.
Vivimos en un mundo de transformaciones que afectan
casi a cualquier aspecto de lo que hacemos. Para bien o
para mal nos vemos TJrQQl1bac!osa un orden global que
nadie ~omprende del todo, pero (!U-e hace que todos sin-
tamos sw.; f'ÍFctns
Puede que glob 1 ;"é: :~;, .. u "Cd lU'd f~(dabr particu-
larmente atractiva o elegante. Pero ábsoluldlliCHlC na-
die que quiera entender nuestras perspectivas en este
l.h: \1l ':\i)O i)F\IHH,\110

fin de siglo puede ignorarla. Viajo mucho para hablar en nómico se da entre regiones, en lugar de ser verdadera-
el extranjero. No hay un solo país en el que la globaliza- mente mundial. Los países de la Unión Europea, por
ción no esté siendo exhaustivamente discutida. En Fran- ejemplo, comercian principalmente entre ellos. Lo mis-
cia la palabra es mondialisation. En España y América Lati- mo se puede decir de los otros grandes bloques comer-
na, globalización. Los alemanes dicen Globalisierung. ciales, como la costa pacífica de Asia o Norteamérica.
La difusión global del término testimonia las mismas Otros toman una postura muy diferente. Los deno- /'
tendencias a las que se refiere. Todo gurú de los nego- minaré radicales.
-------._._----_
.. - Los radicales afirman que no sólo la
cios habla de ello. Ningún discurso político está comple- globalización es muy real, sino que sus consecuencias
to sin una referencia a él. A finales de los años ochenta, pueden verse en todas partes. El )(!.<_ª-:CI~m glgbal, dicen,
sin embargo, la palabra apenas se utilizaba, ni en la lite- está IlluchQ más desarrollado incluso gue en los años se-
ratura académica ni en el lenguaje cotidiano. Ha pasado senQ.y setenta, y es ajeno a las fronteras nacionales. Los
de ningún lugar a estar casi en todas partes. EstadosJlan pe!:(hººgrap parte de la soberanía que tu-
Dada su repentina popularidad, no debería sorpren- vieron, y los políticos mucha de su capacidad para in-
dernos que el significado del concepto no esté siempre fluir en los acontecimientos. No es sorprendente que
claro o que se haya desencadenado una reacción inte- nadie respete ya a los líderes políticos, o que nadie ten-
lectual contra él. La glQpali~ªc:ión tiene al~o 911e _ver ga mucho interés en lo que tienen que decir. La era del
con la tesis de que todQs_\l!vifl1oS ahora en un mismo Esrªºº-pación ha terminado. Los Estados, como dice el
mundo -pero ¿de qué formas exactamente? ¿Es la idea escritor financiero japonés Kenichi Ohmae, se han con-
realmente válida?-. Diferentes pensadores han adop- vertido en meras "ficciones". Autores como (>h mae ven
tado posturas completamente opuestas sobre la globali- las dificultades económicas de la crisis asiática de 1998
zación en los debates surgidos en los últimos años. Algu- como ~jemplo de la realidad de la g-Iohalización, aun-
nos se resisten a ella en bloque. Los llamo los e.5C~épticos. que vista desde su lado destructivo.
Seg-ún los escépticos, toda la palabrería sobre la glo- Los escépticos tiendell a situarse ('11 la izquierda polí-
halización se queda en eso, en mera palabrería. Sean tica, especialmente en la vicja izqllicrda. Pues si todo esto
cu,des sean sus beneficios, sus desafíos y tormentos, la es, esencialmente, un mito, los g-ohicrnos pueden con-
('collomÍa g-lobalizada no es especialmente diferente de trolar todavía la vida econúmica y el Estado del bienes-
Lt <J ue existía en periodos anteriores. El mundo funcio- tar permanecer intacto. I.a idea de globalización, según
na de (úrlna bastante parecida a como lo ha hecho du- los escépticos, es una ideología propagada por librecam-
r'lllle IIIIICJ¡OS aíios. bistas que quieren desmantelar los sistemas de bienes-
I,a IlIaYOI"Ía de los países, afirman los escépticos, ga- tar y recortar los gastos estatales. Lo ocurrido es, como
11.111 súlo una pequeila parte de su renta con el comer-
mucho, una vuelta a lo que el mundo era hace un siglo.
cio exterior. Ad('III,'IS, buena parte del intercambio eco- A finales del siglo XIX había ya una economía mundial

:w 21
UN !\lI'!\J){) nVSH{)(:.\D{) A]'\:T110:\Y GIIlDF:\S

abierta, con un gran volumen de comercio, incluido el Por tanto, no vacilaría en decir que la globalización,
tráfico de capitales. tal como la experimentamos, es en muchos aspectos no
y bien, ¿quién tiene razón en este debate? Creo que sólo nueva, sino revolucionaria. Pero no creo que ni los
los radicl~s. El nivel clec,:9Il1e!"ci2 mUl1chal es hOYl1l:tI.c:JlO escépticos ni los radicales hayan comprendido adecua-
maY9IQeJo que ha sidojamás y abarca un esp c:~ro m;l- damente qué es o cuáles son sus implicaciones para no-
cho nlás amplio de bienes yservicios. Pero la mayor dife- sotros. Ambos grupos consideran el fenómeno casi ex-
repúa está en~l nivel de flujos financierosy de Glpitales. clusivamen te en términos económicos. Es un error. La
Ajustada como está al dinero electrónico -dinero que globali~ªción es política, tecl101ógica y cultural, además
existe sólo como dígitos en ordenadores-, la economía deecQI.LQmica. Se ha visto illfLlliga, sobre todo, pOIcam-
mundial de hoy no tiene paralelo en épocas anteriores. bios~ IlJ2~_s! I~ l1as cie c:QIl1lgücªc:jón, que datan única-
En la nueva economía electrónica global gestores de mente de finales de los años sesenta.
fondos, bancos, empresas, al igual que millones de in- A mediados del siglo XIX un retratista de Massachusetts,
versores individuales, pueden transferir cantidades enor- Samuel Morse, transmitió el primer mensaje -"¿qué ha
mes de capital de un lado del mundo a otro con el bo- fraguado Dios?"- por telégrafo eléctrico. Al hacerlo
tón de un ratón. Al hacerlo pueden desestabilizar lo que inició una nueva fase en la historia del mundo. Nunca
podían parecer economías sólidas y a prueba de bom- antes se había enviado un mensaje sin que alguien fuera
ba, como sucedió en Asia. a algún sitio a llevarlo. y, con todo, la llegada de las co-
El volumen de transacciones económicas mundiales municaciones por satélite marca una ruptu)::ªjgual d,e
se mide normalmente en dólares estadounidenses. Para .odas pl~n.º :C~citªmard Hasta 1969 no se lanzó el pri-
la mayoría de la gente un millón de dólares es mucho mer satélite comercial. Hoy haYJJlás de doscientos saté-
dinero. Medido como f~jo de billetes de cien dólares, litesRªrecidos sobrevolando la Tierra y cada uno porta
ahuItar-ía 50 centímetros. Cien millones de dólares lle- una inmensa cantidad de información. Por primera vez
garían más alto que la catedral de San Pablo de Lon- en la historia es posible la comunicación instantánea
dres. Mil millones de dólares medirían casi 200 kilóme- de una esquina del mundo a otra. (>tros tipos de comu-
1(( )s, )(~ vcces más que el monte Everest. nicación electrónica, cada vez más incorporados a la
Si 11 CIll hargo, se maneja mucho más de mil millones transmisión por sat{'lite, talllbibl se han acelerado en los
de dúl;,rcs rada día en los mercados mundiales de capi- últimos años. Hasta finales de los arios cincuenta no exis-
t;r1es. Sigllifica un aumento masivo desde sólo finales de tían cables específicamente transatlánticos o transpací-
los ;11-10,"; ochcnta, por no referirnos a un pasado más le- ficos. Los primeros contenían menos de cien canales de
j;1I10. VI v;r1or dd dinero que podamos tener en nues- voz. Los actuales recogen más de un millón.
fIn..; holsillos o IIw'stras cuentas bancarias cambia por ElIde febrero de 1999, unos ciento cincuenta arios
III01lH'II!OS segl"1II Lrs fluctuaciones de estos mercados. después de que Morse inventara su sistema de puntos y

23
l":-,' \11 '''-.;l)() J)FSI\<)(:.\I)()

rayas, su código desapareció finalmente de la escena bién un fenómeno de "aquí dentro", que influye en los
mundial. Dejó de utilizarse como medio de comunica- aspectos íntimos y personales de nuestras vidas. El deba-
ción marítima. En su lugar ha aparecido un sistema que te sobre valores familiares que se desarrolla en muchos
utiliza tecnología satélite, mediante el que cualquier bar- países puede parecer muy apartado de las influencias
co en apuros puede ser localizado inmediatamente. La globalizadoras. No lo está. Los si t~f.l1ª_sfaJ] tliares tn:!~i­
mayoría de los países se prepararon para la transición cionales ~st m t!:ªp~fºrmándose, o en tensión, en mu-
con tiempo. Los franceses, por ejemplo, abandonaron chas zonas del mundo, sobre todo al exigir las mtueres
el código Morse en sus aguas territoriales en 1997; se una mayor igualdad. Nunca ha habido una sociedad, al
dieron de baja con un adorno galo: "A todos. Éste es menos entre las registradas en la historia, en la cual las
nuestro último grito antes del silencio eterno". mt~jer s hayan sido ni siquiera aproximadamente igua-
La comunicación electrónica instantánea no es sólo les a los hombres. Ésta es una revolución verdaderamen-
una forma de transmitir noticias o información más rá- te global en la vida diaria, cuyas consecuencias se están
pidamente. Su existencia altera la textura misma de nues- sintiendo en todo el mundo, en ámbitos que van desde
tras vidas, seamos ricos o pobres. Algo ha cambiado en el trabajo a la política.
la esencia de nuestra experiencia cotidiana cuando pue- La g!~ IJ_ªlizac ón es, pues, una serie compleja de pro-
de sernos más conocida la imagen de N elson Mandela cesos, y no uno sólo. 0R~ran, además, de man~! _t con-
que la cara de nuestro vecino de enfrente. tra!,fictorLc! o anti!ética. La mayoría de la gente cree que
Nelson Mandela es una celebridad mundial, y la cele- la globalización simplemente "traspasa" poder o influen-
bridad en sí misma es, en gran medida, producto de nue- cia de las comunidades locales y países a la arena mun-
vas tecnologías de la comunicación. El ed_~:Hracl las tec- dial. Y ésta es, desde luego, una de sus cOllsecuencias.
nol gí<!:"-~I c; iªt as crece con cadél ola de innovación. Le Las naciones pierden algo del poder econúmico que
costó cuarenta años a la radio conseguir una audiencia llegaron a tener. Pero tambit'll tiene el efecto contrario.
de :)() millones en Estados Unidos. La misma cantidad de La globalización no súlo presiona hacia arriba, sino
gellle utilizaba ordenadores personales sólo quince años también hacia ab,uo, creando nuevas presiones para la
d('''l'u('S de que apareciera el ordenador personal. Hicie- autonomía local. El sociúlogo norteamericano Daniel
rOIl bit;, súlo cuatro años, desde que se hizo accesible, Belllo describe muy bien cuando dice que la nación se
1';\1;1 ljue :)() millones de estadounidenses usaran h ~ t e r ­ hace no sólo demasiado pequeña para solucionar los
I~(' (e 111 regularidad. grandes problemas, sino también demasiado grande para
v." 1111 ClTOI pensar que la globalización sólo concier- arreglar los pequeños.
11<'.1 le l." gLIlldes sislemas, como el orden financiero mun- La globalización es la razón del resurgimiento de
di;lI. 1,,1 glol>;lIi/.;ICiún uo tiene que ver sólo con lo que identidades culturales locales en diferentes partes del
1I;lv ";1111 IIln;I", f('llloto y alejado del individuo. Es tam- mundo. Si uno se pregunta, por ejemplo, por qué los es-

2G
U;--.; :\\l""I)() DESBOC.\1)O ANTIION\ G/IlIlE:'"

coceses quieren más autonomía en el Reino Unido, o pesada, no podía competir en la economía electrónica
por qué hay un fuerte movimiento separatista en Que- mundial. El control ideológico y cultural en el que se
bec, la respuesta no se va a encontrar sólo en su historia basaba la autoridad política comunista no podía sobre-
cultural. Los nacionalismos locales brotan como res- vivir en una era de medios de comunicación globales.
puesta a tendencias globalizadoras, a medida que el peso Los regímenes soviético y de Europa del Este eran in- r\
de los Estados-nación más antiguos disminuye. capaces de evitar la recepción de emisiones de radio y
La globalización también presiona lateralmente. Crea televisión occidentales. La televisión jugó un papel di-
nuevas zonas económicas y cultra~ dentro y a través recto en las revoluciones de 1989, que se han llamado,
de países. Ejemplos son Hong Kong, el norte de Italia y con razón, las primeras "revoluciones televisivas". Las
Silicon Valley, en California. O la región de Barcelona. protestas callejeras que tenían lugar en un país eran ob-
El área que rodea Barcelona en el norte de España se servadas por audiencias televisivas de otros, y mucho
adentra en Francia. Cataluña, donde está Barcelona, está público se lanzaba entonces a las calles.
sólidamente integrada en la Unión Europea. Es parte La globalización, por supuesto, no está evolucionan-
de España, pero también mira hacia fuera. do equitativamente, y de ninguna manera es totalmente
Estos cambios se ven impulsados por una serie de fac- benigna en sus consecuencias. Muchas personas que vi-
tores, algunos estrL!~Jurales, otros más esp _~ifls:o e his- ven fuera de Europa y Norteamérica la consideran, y les
I tóricos. Losf}t!ios económicos están, ciertamente, entre desagrada, una occidentalización -o incluso america-
las fuerzas motrices -especialmente el sistema financie- nización, ya que EstªdQ~_Jl! i_clOS es ahora la única super-
\ ro mu~ li; =-. No son, sin embargo, fuerzas de la natura- potencia, con una posición económica, cultural y militar
11 n~1 -.:;c1 sido modeladas por la tecnología y la difusión dominante en el orden mundial-o Muchas de las ex-
1\ cultural, así como por las dec:i.siones de los gobiernos de presiones culturales más visibles de la globalización son
lil;;-ralizar y desregular sus economías nacionales. estadounidenses: Coca-Cola, McDonald's, la CNN.
El colapso del comunismo soviético ha consolidado La mayoría de las empresas multinacionales gigantes
esta evolución, pues ningún grupo significativo de paí- están también instaladas en EE 1I1I. Ylas que no, vienen
ses queda ya fuera. No fue un colapso casual. La gl()bali- de los países ricos, no de las zonas más pobres del mun-
1;l<iúlI explica porq~léy~§m~ encontró su fin el comu- do. Una visión pesimista de la globalización la tendría
lIislllO sovi[,tico. La antigua Unión Soviética y los países mayormente por un asunto del norte industrial, en el
de Ellropa del Este eran comparables a Occidente en que las sociedades en desarrollo del sur tienen poco o
CIl;lIl1o;, lIiveles de crecimiento hasta, más o menos, co- ningún peso. La vería destrozando culturas locales, am-
IlIiell/.OS de los ;\I-IOS sett:;nt'!: Después de ese momento pliando las desigualdades mundiales y empeorando la
se qll('(broll ;ltLís Lípidamente. El comunismo soviéti- suerte de los marginados. La globalización, razonan al-
co, COII Sil ("lIlasis ell la empresa estatal y la industria gunos, crea un mundo de ganadores y perdedores, unos

:w 27
L.~:,\ \11 '\iDO ¡H,SBOL\I)O

~ pOCOS en el camino rápido hacia la prosperidad, la ma- Lo que podría llamarse colonización inversa es cada vez
1\ yoría condenada a una vida de miseria y desesperación. más común y significa que países no occidentales influ-
En efecto, las estadísticas son angustiosas. La porción yen en pautas de Occidente. Los ejemplos abundan:
" de renta global de la quinta parte más pobre de la po- la latinización de Los Ángeles, la emergencia de un
t blaciónJl1undial se ha reducid~_ !~L?,3P<!r 100 al 1,4 sector globalmente orientado de alta tecnología en In-
porJºº entr 1~_?9 y 19~. La proporción que se lleva la dia o la venta de programas de televisión brasileüos a
quinj<tparte mª,s rica, en cambio, ha aumentado. En el Portugal.
Africa subsahariana 20 países tienen menor renta per cá- ¿E,s ~I globalización una fuerza que promueve el bien í
pita en términos reales que a finales de los años setenta. comunr La pregunta no puede contestarse de manera ~"
En muchos países poco desarrollados las normas de se- simple, dada la complt;jidad del fenómeno. La gente'
guridad y medio ambiente son escasas o prácticamente que lo pregunta, y que culpªªJª-g.!QQªli;¡:aóón de agra-
inexistentes. Algunas empresas transnacionales venden vaIJªs desigl ª da~! _ .rl1~f ci ªl~s, suele tener en mente
mercancías que son restringidas o prohibidas en los paí- la globalización económica y, dentro de ella, el libre co-
~ ses industriales -medicinas de poca calidad, pesticidas mercio. Bien, es seguramente obvio que el libre comer-
, .destructivos o cigarrillos con un alto contenido en nico- cio no es una ganancia absoluta. Especialmente en lo
tina Y,.-nár~iuqla En lugar ~ie una aldea global, algQien que concierne a los países menos desarrollados. Abrir
Ipodna deCIr, eSlQ parece mas el s_am!~ºglo. un país, o regiones dentro de él, al libre comerci()Jme-
de minar una economía 10caL-ºe subsistencia. Un área
Junto al riesgo ecológico, con el que está relaciona-
do, la crej)1t~ (1~5ignªJclad es el maY_QLpI9J2kDJª que que se hace dependiente de unos pocos productos ven-
afrontaJ~l)m<;:iedacl nnUldial. No valdrá, sin embargo, didos en mercados mundiales es muy vulnerable a las al-
culpar simplemente a los ricos. Es fundamental para mi teraciones de los precios y al cambio tecllológico.
r;I/.onamiento el hecho de que la globalización hoyes El comercio necesita siempre UIl marco de institu-
.'>úlo CIl parte occidentalización. Por supuesto que las na- ciones, al igual que otras formas de desarrollo económi-
<iollc'> occidentales, yen general los países industriales, co. Los mercados no puedell ser creados con medios
ticllcll todavía mucha mayor influencia sobre los nego- puramente económicos, y el grado en que una econo-
cio'> 1I1111Hlia1cs que los Estados más pobres. Pero la glo- mía cualquiera debiera ser expuesta al mercado mundial
1>;lIi/;\(iúll sc cstá descentrando cada vez más -no se debe depender de un conjunto de criterios. Oponerse,
('1 \(1 (('11 t 1;\ I>;'io el control de un grupo de naciones, Yme-
sin embargo, a la globalización económica y optar por
llO'> ;'Úll dc la.'> glalldes empresas-o Sus efectos se sien- el proteccionismo económico sería una táctica igual-
ICII ('11 los p;líscs occidcntales tanto como en el resto. mente errónea para naciones ricas y pobres. El protec-
1',.'>10 (''> <¡('!Io dcl sistcma financiero mundial y de los cionismo puede ser una estrategia necesaria en algunos
(;lIl1l>ios <¡tW ;t1(TLIII a la Ilaturaleza misma del poder. momentos y países. En mi opinión, por ejemplo, Malai-

29
u~ r--.H!NDO DFSBOC.\DO A~ 111< \~) (:IllDENS

sia hizo bien en introducir controles en 1998 para con- trabajo, la tradición, la naturaleza, como si todos fueran
tener el chorro de capitales que salía del país. Pero for- iguales que en el pasado. No lo son. La concha exterior
mas más continuadas de proteccionismo no ayudarán permanece, pero por dentro han cambiado -y esto
al desarrollo de los países pobres, y entre los ricos con- está ocurriendo no sólo en Estados Unidos, Gran Bre-
duciría a bloques comerciales enfrentados. taña o Francia, sino prácticamente en todas partes-o
Los debates sobre la globalización que mencioné al Son lo que llamo instituciones concha. Son instituciones
comienzo se han concentrado principalmente en sus que se han vuelto inadecuadas para las tareas que están
implicaciones para el Estado-nación. ¿Son los Estados- llamadas a cumplir.
nación, y por ende los líderes políticos nacionales, toda- A medida que los cambios que he descrito en este ca-
vía poderosos o son cada vez más irrelevantes para las pítulo toman cuerpo, crean algo que no ha existido an-
fuerzas que modelan el mundo? Los Estados-nación son, tes: una socieda<.ic: º_sI l<: >QºE!.~ 1 ! dial. Somos la prime-
desde luego, aún poderosos, y los líderes políticos tie- ra generación que vive en esta sociedad, cuyos contornos
nen un gran papel que jugar en el mundo. Pero al mis- sólo podemos ahora adivinar. Está trastornando nues-
mo tiempo el Estado-nación se está transformando ante tros modos de vida, independientemente de dónde nos
nuestros qjos. La política económica nacional no puede encontremos. No es -al menos por el momento- un
ser tan eficaz como antes. Más importante es que las na- orden mundial dirigido por una voluntad humana colec-
ciones han de repensar sus identidades ahora que las tiva. Más bien está emergiendo de una manera anárqui-
formas más antiguas de geopolítica se vuelven obsole- ca, casual, estimulado por una mezcla de influencias.
tas. Aunque éste es un punto conflictivo, yo diría que No está asentada ni asegurada, sino Ilcna de inquie-
tras el fin de la guerra fría muchas naciones no tienen tudes, además de marcada por divisiollcs profundas.
cnemigos. ¿Quiénes son los enemigos de Gran Bretaña, Muchos de nosotros nos sentimos atenazados por fuer-
Francia o Brasil? La guerra en Kosovo no enfrentó a zas sobre las que no tenemos podcr alguno. ¿Podemos
lln;l nación con otra. Fue un conflicto entre un naciona- volver a imponer nuestra voluntad sobrc ellas? Creo que
lisllto tClTitorial anticuado v un intervencionismo nue- sí. La impotencia <¡ue expcrillH'ntamos no es seüal de
\'0. IlIm'ido por razones éticas. deficiencias personales sino <¡uc rcfleja las deficiencias
l ,;IS It;lciones afrontan hoy riesgos y peligros en lugar de nuestras institucioncs, Nccesitamos reconstruir las
dc CIH'llIigos, un carnbio enorme en su propia naturale- que tenemos o crear ol1-as nuevas. Pues la globalización
/;\, Solo dc \;1 nación se pueden hacer estos comentarios. hov no es accesoria en nuestras vidas. Es un giro en las
, L

1), ::d("(I"i("LI <pH' miremos vemos insti ucione~_ql e propias circunstancias de nuestra vida. Es la manera en
P,ll« ('11 i~I .l c;, '1(1(' :,iCIlIIJH: desde fueld, y llevan los la que ahol<l.
IIIISIII();, II(lIlIl)I(";'. p("IO qlle por deltlru SUB bastante di-

1(" "'·~I\( ,c.;("gllllllí >s 1I.1I>\;lndo de la nación, la familia, el

: lO 31
11.
RIESGO

JUliO de 1998 fue posiblemente el mes más caluroso de


la historia, y puede que 1998, en conjunto, haya sido
también el año más caluroso. Las olas de calor causaron
estragos en muchas zonas del hemisferio norte. En Eilat
(Israel), por ejemplo, la temperatura subió hasta casi 46
grados centígrados, mientras que el consumo de agua
en el país aumentó un 40 por 100. Texas, en Estados Uni-
dos, sufrió temperaturas cercanas. Durante los prime-
ros ocho meses del año cada mes rebasaba el récord de
ese mes. Poco tiempo después, sin embargo, en algunas
de las áreas afectadas por las olas de calor cayó nieve en
lugares que nunca la habían visto antes.
¿Son cambios de temperatura como éstos el resulta- .
do de la interferencia humana en el clima mundial?
No podemos estar seguros, pero tenemos que admitir
la posibilidad de que puedan serlo, al igual que el ma-
yor número de huracanes, tifones y tormentas que se
ha registrado en años recientes. Como consecuencia
del desarrollo industrial mundial, puede que hayamos
alterado el clima mundial y dañado, además, una parte
mucho mayor de nuestro hábitat natural. No sabemos

33
U\I \WNDO DlSBOC-\DO A~TI ()NY (;IIlIlENS

qué cambios futuros acaecerán ni los peligros de sus Debo destacar que la noción de riesgo es inseparable 1:
secuelas. de lasideas de proQabUidad t;)nce!!iduJIlQre. No puede 1
Podemos entender algo de estas cuestiones diciendo decirse que una persona corre un riesgo cuando un re-
que están todas vin~1!lad s_ªLti~gQ,_.Espero persuadiros sultado es seguro al 100 por 100.
de que esta idea, aparentemente sencilla, descubre al- Hay un viejo chiste que explica esto claramente. Un
gunas de las características básicas del mundo en el que hombre salta desde la azotea de un rascacielos de cien
vivimos hoy. pisos. Al pasar por cada ventana, mientras baja, la gente
A primera vista, puede parecer que el concepto de que hay dentro le oye decir: "Por ahora va bien, por
riesgo no tiene relevancia específica en nuestra época, ahora va bien, por ahora va bien... ". Actúa como si estu-
comparada con periodos anteriores. Después de todo, viera haciendo una estimación de riesgo, pero el resul-
¿no ha tenido la gente que afrontar siempre una serie tado, en verdad, e~!á deterJIl:iQªdo.
razonable de riesgos? Para la mayoría, la vida en la Edad Las cullliLaS!Lªdicionales no tenían U~_fº-I1S~!O ciel
Media europea era desagradable, tosca y corta, igual que riesgo porque no lon~_<=.esitªban. Riesgo no es igual a
para muchas personas en las zonas más pobres del mun- amenaza o peligro. El riesgQse refi r~ap ligros que se
do de hoy en día. an liz I. -ª<= t y nl~ 1 e en relación a po§jlJilidades futu-
Pero aquí nos encontramos con algo realmente inte- ras. .•. - Sólo----
,,-,
alcanza
_.-._--- un .uso extendido en una sociedad
...".. ~ -,

resante. Salvo en algunos contextos marginales, el con- orieI1 taga h~<:.iJ1 futurQ -que ve el fU~ !EO precisamen-
cepto d e Ü ~ o º - o existía en la E<iadMedia. Tampoco, al te como un territorio a conquistar o colonizar-o La idea
'" menos que yo sepa, existía en las demás culturas tradi- de riesgo supone una sociedad que trata activamente de
cionales. La idea de riesgo parece haber tomado cuer- rom-p ~r_<:º! _~ ! pas do -la característica fundamental,
po en lo.s ~olgis X\l.Iy)(\iJI, y fue acuñada-EQ!-l?ximera yez en efecto, de 1ª_~:;iy 1 ;7:ación industrial moderna.
por eXE!o~ <iores oc identale~ cuando realizaban sus Todas las culturas anteriores, incluidas las grandes ci-
vi(~ : " por el mundo. La palabra riesgo parece haber llega- vilizaciones antiguas del mundo, como Roma o la China
do al inglés a travésd~LñQl Q<iel pogugués, donde tradicional, han vivido principalmente en el pasado.
StO l~ as para r~f !"iJ.:~e a nªvegª[ ~rLagl as des<;:QIloci9as. Han utilizado las ideas de destino, suerte o voluntad de
En otras palabras, originariamente estaba orientada al los dioses donde ahora tendemos a colocar el riesgo. En
cspacio. M:IS tarde se trasldó~Li_!1po, utilizado como las culturas tradicionales, si alguien tiene un accidente
cn la hanca y la inversión, para indicar el cálculo de las o, por el contrario, prospera, bueno, son cosas que pa-
consccucncias probables de las decisiones inversoras san, o es lo que los dioses y espíritus querían. Algunas
p;lr;\ prcstamistas y prestatarios. Llegó posteriormente a culturas han negado de plano la posibilidad de sucesos
Id<"Iirsc a uua amplia gama de diferentes situaciones de fortuitos. Los azandes, una tribu africana, creen que
i ill<Trtidlllllhrc. cuando una desgracia cae sobre alguien es cosa de bru-

35
UN MI'NDO DESBOCADO ANTIIONY C;IDIlENS

jería. Si un individuo se pone enfermo, por ejemplo, es sistema económico por sus actitudes hacia el futuro.!
porque un enemigo ha estado haciendo magia negra. Los tipos anteriores de actividad de mercado eran ir e-~
Tales actitudes, por supuesto, no desaparecen com- guIares o parciales. Los negocios de mercaderes y comer-
pletamente con la modernización. Las ideas mágicas y ciantes, por ejemplo, nunca habían hecho mucha mella
los conceptos de destino y cosmología todavía tienen en la estructura básica de las civilizaciones tradiciona-
adeptos. Pero con frecuencia siguen siendo supersticio- les; todas permanecieron fundamentalmente agrícolas
nes, en las que la gente sólo<,:ree a medias y practica de y rurales.
ma.D~ rªl n pocoavergonzada. Las utilizan para respal- El capitalismo moderno se plªI ~D_J :(llIyr() al cal- \
dar decisiones de naturaleza más deductiva. Los juga- cular~L1:>nefiQ_yªpd, y, por tanto, el riesgo,
: dores, incluidos los de la bolsa, tienen sobre todo ritua- como un Rroce~()_'<=ºIlti 1 (). Esto no pudo hacerse hasta
j les que reducen psicológicamente las incertidumbres la invención de la contabilidad, con el libro de doble
. a las que tienen que hacer frente. Lo mismo puede decir- entrada, en el siglo xv en Europa, que hizo posible ana-
se de los muchos riesgos que no podemos evitar correr, lizar con precisión las posibilidades de invertir dinero
ya que estar vivo es, por definición, un asunto arriesga- para ganar más dinero. Muchos riesgos, por supuesto,
do. De ninguna manera sorprende que la gente todavía como los concernientes a la salud, los queremos reducir
CO_D~! lte-ª_~tró!ºR.0s, especialmente en momentos cru- tanto como podamos. Por ello, desde sus orígenes, la
ciales de su vida. idea de riesgo va acompañada del surgimiento del segu-
La aceptación del riesgo, con todo, es también con- ro. No debemos considerar sólo aquí el seguro privado \
dición de excitación y aventura -pensemos en el pla- o mercantil. El Estado del bienestar, cuyo desarrollo
cer que mucha gente extrae de los riesgos del juego, de puede rastrearse hasta las leyes isabelinas de pobres en
conducir deprisa, de los devaneos sexuales o de las pi- Inglaterra, es esencialmente un sistema de gestión del
ruetas de una montaña rusa en un parque de atraccio- riesgo. Está diseñado para proteger contra peligros que
nes-. Además, una aceptación positiva del riesgo es la antes eran considerados disposiciones de los dioses: en-
fuente misma de la energía que crea riqueza en una fermedad, incapacidad, pérdida del empleo y vejez.
economía moderna. El seguro es la línea de base con la que la gente está
[ ,os dos aspectos del riesgo -su lado negativo y el po- dispuesta a asumir riesgos. Es el fundamento de la segu-
sitivo- aparecen en los primeros días de la sociedad in- ridad allí donde el destino ha sido suplantado por un
dustrial moderna. El riesgo es la diQámica m-ºyiJ!~adora compromiso activo con el futuro. Al igual que la idea de
,'\
I de I ~ _ sociedad volcadª_~n !sambiºql ~q!1ier deter:.. riesgo, las formas modernas de seguro empezaron con
1): lIIinar su propio futuro en lugar de dejarlo a la religión, el tráfico marítimo. LO~_. E~i:rn ~ ?s_ eguros marítimos se ~\
la tradición o los caprichos de la naturaleza. El capitalis- suscribieron en el siglo XVI. Una empresa londinense
1110 lIIoderno difiere de todas las formas anteriores de aseguró por primera vez un riesgo de ultramar en 1782.

37
L:-< J\HI:\DO DESBOCADO A:-JTIIO:-JY (~ID)E\'S

Lloyds, en Londres, asumió poco después una posición nüento creciente sobre el mundo. El riesgo manufactu-
líder en la industria aseguradora emergente, lugar que rado se refiere a situaciones que tenemos muy poca ex-
ha mantenido durante dos siglos. periencia histórica en afrontar. La mayoría de los ries.gos

¡
, El seguro sólo es concebible donde creemos en un lI edioamb ~pt s, como los vinculados al calentamien-I'
futuro diseilado por los hombres. Es uno de los medios to global, entran en esta categoría. Están directamente
para ejecutar ese proyecto: proporciona seguridad, pero influidos por la globalización galopante que abordé en
en realidad es parasitario del riesgo y de las actitudes de el capítulo l.
la gente hacia él. Aquellos que ofrecen seguros, ya sea en La mejor manera en la que puedo clarificar la distin-
forma privada o sistemas estatales de bienestar, están, ción entre ambas clases de riesgo es la siguiente: puede
'simplemente, redistribuyendo riesgos. Si alguien suscri- decirse que en toda cultura tradicional, y en la socie-
, be un seguro de incendios para el caso de que su casa se dad industrial hasta el umbral del día de hoy, los seres
queme, el riesgo no desaparece. El dueilo traspasa el ries- humanos estaban preocupados por los riesgos que ve-
\
go al asegurador a cambio de un pago. El intercambio nían de la naturaleza externa -malas cosechas, inun-
\
y transferencia de riesgos no es un rasgo accidental en daciones, plagas o hambrunas-o En un momento dado,
una economía capitalista. El.fª2Ílalis!!!-º_ esj!lJE~ t>e sin embargo -y muy recientemente en términos his-
ejnviabk~ rL lJos. tóricos-, empezamos a preocuparnos menos sobre lo
Por estas razones, la idea de riesgo siempre ha estado que la naturaleza puede hacernos y más sobre lo que l
relacionasl-ª-.c-º!!..1ª!P9dergidad; pero quiero defender hemos hecho a la naturaleza. Esto marca la transición f
que en el periodo actual este concepto asume una nue- del .eredominio del riesgo extern() al (!.el riesgo lIlanuJ
va y peculiar importancia. Se suponía que el riesgo era factUl;-ad.Q.
una forma de regular el futuro, de normalizarlo y traer- ¿Quiénes somos aquí los nosotros que nos preocupa-
lo b(~jo nuestro dominio. Las cosas no han resultado así. mos? Bien, pienso ahora en todos nosotros, indepen-
Nuestros mismos intentos por controlar el futuro tien- dientemente de que estemos en zonas más ricas o más
dell a volver hacia nosotros, forzándonos a buscar for- pobres del mundo. Al mismo tiempo, es obvio que hay,
IIl;IS dikrelltcs de ligarlo a la incertidumbre. una división que, de manera general, separa a las regio-
1.,\ IIlCjor manera de explicar lo que está pasando es nes prósperas del resto. Todavía existen muchos más
lIac<'l 1111,\ distinción entre dos tipos de riesgo. A uno lo riesgos tradicionales del tipo mencionado -como el ries-
ILlIllan'· !(g~ir '01!~9 _Xe El riesgo externo es el riesgo que go de una hambruna cuando la cosecha es mala- en
,se eXIH'rillH'lIla como viniendo del exterior, de las suje- los países pobres que se solapan con los riesgos nuevos.
ciolles de Lt Ir;ulicióll o de la naturaleza. Quiero distin- Nuestra sociedad vive tras el fin de la naturaleza. El·
guir ("sIc (kl rie,sgo ,odarul:<~;!I1( con lo que aludo al fin de la naturaleza no significa, obviamente, que el mun-
riesg() (I(',u(o por d impacto .luismo de nuestro conoci- do físico o los procesos físicos dejen de existir. Se refiere
UN ~ H : N [ ) O DESBOCADO ANTHO:"JY GllllJE:"JS

al hecho de que hay pocos aspectos del ambiente mate- tar futuros personales mucho más abiertos que antes,
rial que nos rodea que no se hayan visto influidos de con todas las oportunidades y los peligros que esto con-
algún modo por la intervención humana. Muchas co- lleva.
sas que eran naturales ya no lo son completamente, aun- Al expandirse el riesgo manufacturado, éste adquie-
que no podemos estar siempre seguros de dónde acaba re una nueva inseguridad. El surgimiento de la idea de
lo uno y empieza lo otro. En 1998 hubo grandes inunda- riesgo, como indiqué anteriormente, estuvo estrecha-
ciones en China; mucha gente perdió la vida. El desbor- mente ligado a la posibilidad de cálculo. La mayoría de
damiento de los grandes ríos ha sido parte recurrente de las formas de seguro se basan directamente en esta co-
la historia china. ¿Eran estas inundaciones, en particu- nexión. Por ejemplo, cada vez que alguien se mete en
lar, más de lo mismo o estaban influidas por el cambio un coche, uno puede medir la probabilidad de que esa
climático mundial? Nadie lo sabe, pero hay algunos ras- persona se vea envuelta en un accidente. Ésta es una
gos inusuales de las inundaciones que sugieren que sus predicción actuarial-hay una larga serie temporal por
causas no fueron completamente naturales. detrás-o Las situaciones derie~g()manufacturado no
El riesgo manufacturado no concierne sólo a la na- son así. No sabemos, sencillamente, cuál es el nivel de
turaleza -o a lo que solía ser la naturaleza-o Penetra riesgo, y en muchos casos no lo sabremos hasta que sea_
también en otras áreas de la vida. Tomemos, por ejem- demasiado tarde.
plo, el matrimonio y la familia, que experimentan aho- No hace mucho (1996) fue el décimo aniversario del
ra cambios profundos en los países industriales -y hasta accidente en la estación nuclear de Chernóbil, en Ucra-
cierto punto en todo el mundo-o Hace dos o tres ge- nia. Nadie sabe cuáles serán sus consecuencias durade-

': I~=r:ou;ie aC~;li: e;~


ras. Puede que haya, o no, un desastre reservado para la
salud en un futuro cercano. Exactamente lo mismo su-
traclición y costumbre, estaba vinculado a un estado de cede con el episodio del BSE* en el Reino Unido -el
la naturaleza -como lo sigue estando, por supuesto, brote del llamado
---- mal._ de las vacas locas-
..• _ ~ . - .
en cuanto a
en muchos países-o Sin embargo, allí donde las mane- sus implicaciones para los humanos. Por ahora, no po-
ras tradicionales de hacer las cosas se disuelven, cuan- demos estar seguros de que en algún momento no vaya a
do la gen te se ca~o forrna relacjopes hay un sen tido caer enferma mucha más gente que hasta el presente.

¡ importante en el que no saben lo que están haciendo,


poJ(I"(' las instituciones del matrimonio y la familia han
O considérese dónde estamos en relación con el
cambio cl~ ª ~o mundial. La mayoría de los científicos
canl1.>iado mllchísimo. Aquí los individuos están toman- instruidos -~n la materia creen que el calentamiento glo-
do 1111 illlplllso fresco, como pioneros. En tales situacio-
nes es illevitahle, lo sepan o no, que empiecen a pensar * En castellano, EEB (encefalopatía espongiforme bovina); hemos mante-
cada ve/. lII;ís ell t(Tminos de riesgo. Tienen que afron- nido las siglas inglesas debido a su difusión generalizada. (N. del T.)

40 41
L'~ ,",Il ':,\'DO !)FSB()(:.\D() 1\]\;T110:,\'Y (~I )\lF S

bal está ocurriendo y que deberían tomarse medidas Las cosas son aún más complejas de lo que sugieren
contra él. Pero sólo a mediados de los años setenta la estos ejemplos. Par d~jicamente, el alarmismo puede
opinión científica ortodoxa era que el mundo estaba en ser necesario para reducir los riesgos que afrontamos
una fase de enfriamiento global. Una evidencia muy si- -pero si tiene éxito, parece sólo eso, alarmismo-o El
milar a la que se desplegó para sostener la hipótesis del caso deljida es un ejemplo. Gobiernos y expertos hicie-
enfriamiento mundial se presenta ahora para reforzar ron una gran representación pública de los riesgos aso-
la del calentamiento global -olas de calor, rachas de ciados al sexo no seguro para conseguir que la gente
frío, tipos raros de clima-o ¿Está ocurriendo el calenta- cambiase sus comportamientos sexuales. En parte como
miento global y tiene orígenes humanos? Probablemen- consecuencia, en los países desarrollados el sida no se
te, pero no estaremos ni podemos estar completamente extendió tanto como se había predicho en un principio.
seguros hasta que sea demasiado tarde. Entonces la respuesta fue: ¿por qué asustabais así a todo
En estas circunstancias hay un nuevo ambiente mo- el mundo? Pero como sabemos de su propagación con-
r<!!e_n la política, marcado por un tira y afloja entre las tinuada en el mundo, hicieron -y hacen- muy bien en
acusaciones de alarmismo, por un lado, y de encubri- actuar así.
miento, por otro. Si alguien -un miembro del gobier- Est~Jipo de paradoja se vuelve rutina en la sociedad
no, un cien tífico experto o un investigador- se toma contemporánea, pero no hay manera fácil de resolverlo.
un determinado riesgo en serio, debe proclamarlo. Debe Pues, como mencioné antes, en la mayoría de situacio-
ser ampliamente difundido porque hay que convencer nes de riesgo manufacturado incluso la propia existencia ,
a la gente de que el riesgo es real-hay que montar un de los riesgos es una cuestión a debatir. No podemos sa- 11
escándalo-o Pero si en verdad se crea un escándalo y el ber de antemano cuándo estamos realmente alarman- ¡
riesgo resulta ser mínimo, los implicados serán acusados do y cuándo no.
de alarmismo. Nuestra relación con la ciencia y la tecnología es hoy \
Supongamos, no obstante, que las autoridades deci- diferente de la que era habitual en tiempos anteriores.
dcn inicialmente que el riesgo no es muy grande, como En la sociedad occidental, durante dos siglos, la ciencia,
11 izo el gobierno británico en el caso de la carne de vaca funcionó como una especie de tradición. Se suponía que
conLlIninada. En este ejemplo el gobierno dijo antes de el conocimiento ci.entífico superaría la tradición pero,
nada: (cncmos el respaldo de científicos; no existe un en realidad, acabó convirtiéndose él mismo en otra. Era
ri('sgo significativo, y quien lo desee puede seguir co- algo que la mayoría de la gente respetaba, pero que era
Inicndo vacuno sin preocupación alguna. En tales situa- externo a sus actividades. La gente lega asumía opiniones
ciolH',s, ,si los acontccimientos suceden de otra manera de los expertos.
(colno de lH'c1lo oculTiú), las autoridades serán acusa- Cuanto más se implican la ciencia y la tecnología en
(bs dc cl1Cllhrirlos, y lo fueron. nuestras vidas, y además a nivel mundial, menos se sos-
ANTIIONY GIDDENS
UN MllNDO DESBOCADO

tiene esta perspectiva. La mayoría de nosotros -inclui- inferencia, otras formas de riesgo) , aunque no haya evi-
das las autoridades gubernamentales y los políticos- dencia científica definitiva sobre ellas. Así, en los años
tenemos una relación mucho más activa o comprome- ochenta, varios países europeos iniciaron programas
tida con la ciencia y la tecnología de lo que solíamos para combatir la lluvia ácida, mientras que en Gran Bre-
tener en el pasado. taña la falta de evidencia concluyente se utilizó parajus-
Sencillamente, no podemos aceptar los hallazgos que tificar la inactividad sobre éstos y otros problemas de
los científicos presentan, aunque sólo sea porque los contaminación.
científicos están en desacuerdo entre sí con mucha fre- El principio precautorio, sin embargo, no sirve siem-
cuencia, particularmente en situaciones de riesgo ma- pre, ni siquiera puede aplicarse como modo de manejar
nufacturado. Y todo el mundo reconoce ahora el carác- los problemas del riesgo y de la responsabilidad. La regla
ter esencialmente variable de la ciencia. Siempre que de estar cerca de la naturaleza, o de limitar la innovación en
alguien decide qué comer, qué desayunar, si tomar café lugar de entregarse a ella, no puede aplicarse siempre.
descafeinado o normal, esa pe~ºl a adopta una deci~ La razón es que el balance de beneficios y peligros deri-
sión en eL~onte!ftº de información científica tecnoló- vados del avance científico y tecnológico, y también de
gica incompatilJley cambiante. otras formas de cambio social, es imponderable. Tómese i
Pensemos en dYinQtinJ;Q.... Como sucede con otras como ejemplo la controversia sobre los alimentos modi-
bebidas alcohólicas, antes se pensaba que el vino tinto fi_cados genéticamente. Ya crecen cul'tivos sodacif~
era dañino para la salud. Algunos investigadores indica- genéticamente en 35 millones de hectáreas de tierra en
ron después que beberlo en~C:.ª!1tida es razonables pro- el mundo -un área 1,5 veces mayor que Gran Breta-
teg.e contra
- . _ __olas enfermedades
_ .. ",. '._._.:':"_ ""."""'_O.' __ coronarias.
__ . _ Posteriormen- ña-. La mayoría se siembra eIl:_~ o.Jtea! .l,~xica Y5=hinli.
\
~ ~'""._.,_. ~~.~," .-~

te se descubrió que cualquier forma de alcohol vale, Los cultivos incluyen sQja--'..maíz, alg?dón y patatas. ----
pero que p.rotege sólo a personªs.JDªYQr.es de CUªL~n.la No podría encontrarse una situación más obvia en la
años. ¿Quién sabe qué nos deparará la próxima serie de que la nat~raleza ya no es naturaleza. Los riesgos inclu-
descubrimientos? yen una serie de incógnitas -o, si se puede decir así, in-
Algunas personas dicen que la manera más eficaz de cógnitas conocidas, porque el mundo tiene una pro-
manejar el aumento del riesgo manufacturado es limi- nunciada tendencia a sorprendernos-o Puede haber
tar la responsabilidad adoptando el llamado principio otras consecuencias que nadie haya anticipado todavía.
tJ!!!!!:-1!:..t(jrio. La idea del principio precautorio surgiÓ por Un tipo de riesgo es que los cultivos contengan peligros
primera vez en Alemania a comienzos de los años ochen- para la salud a medio o largo plazo. Después de todo,
ta, en el contexto de los debates ecológicos que allí te- gran parte de la tecnología genética es esencialmente
nían lugar. En su esquema más simple, propone que nueva, diferente de los métodos más antiguos de hibri-
debe actuarse en cuesti~on s me<!to~ bi~ntales (y, por dación.

44 45
l};-...; 1\H ']\;DO DESBOC\1l0 AN IIION\ GJI)l F~S

Otra posibilidad es que los genes incorporados a los Intentaré acercarme a algunas conclusiones y al mis-
cultivos para aumentar la resistencia a las plagas puedan mo tiempo tratar de asegurar que mis razonamientos son
propagarse a otras plantas -creando superhierba.r-. Esto, claros. Nuestra era no es más peligrosa -ni más arries-
"_ _'C" '" ."';"-_.~ ,_: ...'---_.. .... '. __._'_

a su vez, podría plantear una amenaza a la biodiversidad gada- que las de generaciones anteriores, pero el ba-
en el medio ambiente. lance de riesgos y peligros ha cambiado. Vivimos en un
Ya que la presión para sembrar y consumir cultivos mundo donde los J>tigrº~ c:r~ªº Sp I' nosotros mismos
modificados genéticamente está en parte impulsada por son tan amenazadores, o mªs, que los que proceden del
intereses puramente comerciales, ¿no sería sensato im- exterior. Algunos de ellos son verdaderamente catastró-
poner una prohibición global sobre ellos? Incluso su- ficos, como el r i ~ o e_~QIºgi<,:"oJl1undial, la prolif~r ión
poniendo que tal prohibición fuera factible, las cosas nuclea.r o el (.:olapss)(le la econ r í.a rnlJ.:º<;li~: Otros nos
-como siempre- no son tan sencillas. La agricultura afectan como individuos mucho más directamente: por
intensiva extendida hoy día no es indefinidamente sos- ejemplo, los relacionados con la dieta, la medicina o in-
tenible. Utiliza grandes cantidades de fertilizantes e in- cluso el matrimonio.
secticidas químicos, destructivos para el medio ambien- Unos tiempos como los nuestros engendrarán inevita-
te. No podemos volver a los modos más tradicionales blemente movimientos religiosos renovadores y diversas
de cultivar la tierra y esperar todavía alimentar a la po- filosofias New Age, que se oponen a la actitud científica.
blación mundial. LQ§.~ l ~ivos biom dif c~?os podrían Algunos pensadores ecologistas se han vuelto hostiles a
reducir el uso de contaminantes químicos y ayudar así la ciencia, e incluso al pensamiento racional en general,
a resolver estos problemas. debido a los riesgos ecológicos. Esta actitud no tiene
Se mire como se mire, estamos atrapados en la ges- mucho sentido. Sin el análisis científico ni siquiera co-
tión del riesgo. Con la extensión del riesgo manufactu- noceríamos estos riesgos. Nuestra relación con la cien-
rado, los gobiernos no pueden pretender que esta ges- cia, sin embargo, por las razones ya dadas, no será -no
tión no es su problema. Ynecesitan colaborar, ya que puede ser-la misma que en épocas anteriores.
muy pocos riesgos novedosos respetan las fronteras No tenemos actualmente las instituciones que nos
de las naciones. permitan controlar el cambio tecnológico, a nivel nacio-
Pero tampoco como individuos corrientes podemos nal o mundial. La debacle del BSE en Gran Bretaña y
igllorar estos nuevos riesgos -ni esperar a que llegue otros lugares podría haberse evitado si se hubiera estable-
evidellcia científica definitiva-o Como consumidores, cido un diálogo público sobre el cambio tecnológico y sus
eHb 11110 de nosotros tiene que decidir si intentar evitar consecuencias problemáticas. Más medios públicos para
los plOdu('\os modificados genéticamente o no. Estos abordar la ciencia y la tecnología no acabarían con el di-
riesgos. y los dilemas que los rodean, han penetrado pro- lema entre alarmismo y encubrimiento, pero nos permi-
IUlubllu'llle ell nuestra vida cotidiana. tirían reducir algunos de sus efectos más perniciosos.

..l(¡ 47
UN MUNDO DESBOCADO

Finalmente, no puede ni considerarse la posibilidad 111.


de tomar una actitud meramente negativa hacia el ries-
TRADICIÓN
go: éste tiene que ser siempre dominado, pero la adop:-
ciól1(lcüva de riesgos es elemento esencial de una eco-
nomíadinámica y de unasílciedadinnovadora. Viv ~
en una era global significa manejar una variedad de
nuevas situaciones de esta índole. Puede que muchas
veces tengamos que ser más audaces que cautelosos en
apoyar la innovación científica u otras formas de cam-
:( bio. Después de todo, una raíz de la palabra riesgo en el
\,; original portugués significa atreverse. .
Cuando los escoceses se reúnen para celebrar su iden-
tidad nacional lo hacen impregnados de tradición. Los
hombres visten el kilt~,2 cada clan con su propio dibujo a
cuadros, y los ceremoniales van acompañados del cla-
mor de las gaitas. Mediante estos símbolos muestran su
lealtad a los rituales arcaicos, cuyos orígenes se remon-
tan hasta la Antigüedad.
Lo que ocurre es que no es así. Como la mayoría de
los demás símbolos de lo escocés, todas éstas son crea-
ciones bastante recientes. El kilt corto parece haber sido
inventado por un industrial inglés de Lancashire, Tho-
mas Rawlinson, a comienzos del siglo XVIII. Cambió el
traje que vestían los habitantes de las Highlands** para
acomodarlo a los trabajadores.
Los kilts fueron un producto de la revolución indus-
trial. La meta no era preservar costumbres inveteradas,

* Falda que cubre hasta la rodilla, normalmente a cuadros, que visten los
hombres escoceses en las Highlands. (N. del T)

I
** Literalmente Tierras Altas, es el nombre de la región montañosa de Es-
cocia, al norte de la depresión de Strathmore. (N. del T.)

49
UN \ll';'\I)() DESH()( ;.\DO As 1I J( 'NI (;ID\)E~S

sino lo contrario -sacar a los habitantes de las High- Tradición y costumbre, éstas han sido la materia de I
I
lands de los brezos y meterlos en la fábrica-o Los pobla- las vidas de la mayoría de la gente durante gran parte'
dores de las Lowlands"', que eran gran mayoría en Esco- de la historia. Es extraordinario, sin embargo, el poco in- :
cia, veían el traje de las Highlands como una forma lerés que suelen mostrar los académicos y pensadores
bárbara de vestimenta, y la mayoría lo miraba con cierto en ellas. Hay discusiones interminables sobre la moder-
desprecio. También muchos de los diseños que los cla- nización y qué significa ser moderno, pero muy pocas
nes ostentan ahora fueron creados durante la era victo- sobre la tradición. Cuando estaba leyendo bibliografia
riana por sastres emprendedores que, acertadamente, para este capítulo me encontré con docenas de libros
vieron un mercado en ello. académicos ingleses que tenían modernidad en el título.
Muchas cosas que creemos tradicionales y enterra- De hecho, yo mismo he escrito unos pocos, pero sólo
das en la bruma de los tiempos son en verdad producto, pude descubrir un par de libros específicamente sobre
como mucho, de los dos últimos siglos, y con frecuencia la tradición.
aún mucho más recientes. El caso del kilt escocés se re- Fue la Ilustración del siglo XVIII, en Europa, la que
coge en un célebre libro de los historiadores Eric Hobs- dio mala fama a la tradición. Una de sus grandes figu-
bawm y Terence Ranger llamado The lnvention 01 Tradi- ras, el barón de Holbach, se expresaba así:
tion. Exponen ejemplos de tradiciones inventadas en
una variedad de países, incluida la India colonial. Los maestros han [¡jado durante suficiente tiempo los ojos de
Los británicos acometieron un estudio arqueológico los hombres en el cielo; dejémosles ahora volverlos a la tierra.
en la década de 1860 para identificar los grandes monu- Cansados de una teología incomprensible, fábulas ridículas,
mentos de India y preservar su herencia. Creyendo que misterios impenetrables, ceremonias pueriles, dejen a la mente
las artes locales estaban en declive, recolectaron piezas humana aplicarse al estudio de la naturaleza, de objetos inteli-
para enseñar en museos. Antes de 1860, por ejemplo, los gibles, verdades perceptibles y conocimiento útil. Dejen que las
soldados indios y británicos vestían los mismos unifor- quimeras vanas de los hombres desaparezcan, y las opiniones
mes de estilo occidental. Pero, a los ojos de los ingleses, razonables entrarán pronto en sus cabezas, que parecían desti-
los indios tenían que parecer indios. Los uniformes nadas para siempre al error.
fueron modificados para incluir turbantes, fajas y túni-
cas consideradas auténticas. Algunas de las tradiciones Está claro que Holbach nunca buscó un compromiso
que inventaron, o medio inventaron, continúan hoy en serio con la tradición y su papel en la sociedad. La tradi-
el país, aunque otras, por supuesto, fueron rechazadas ción aquí es meramente la sombra de la modernidad,
despu(·s. una elaboración poco plausible que puede desecharse
E'icilmente. Si de verdad nos vamos a esforzar por enten-
¡ '\'ilTLIS Itll;IS de F,sc()cja. a\ sur y al este de las I1ighlands. (N del T.) der la tradición, no podemos tratarla simplemente como

()() 51
UN ~l NLlO llFSHOCADO A:-;THO~Y GIDDENS

una tontería. Las raíces lingüísticas de la palabra tradi- mente; son utilizadas para ejercer el poder, y no han
ción son antiguas. La palabra inglesa tiene sus orígenes existido desde tiempo inmemorial. Cualquier continui-
en el término latino tradere, que significaba transmitir o dad que impliquen con el pasado remoto es esencial-
dar algo a alguien para que lo guarde. Tradere se usaba mente falsa.
originariamente en el contexto del Derecho romano, Yo daría la vuelta a su tesis. Todas las tradiciones, di-
donde se refería a las leyes de la herencia. La propiedad ría, son tradiciones inventadas. Ninguna sociedad tra-
que pasaba de una generación a otra se daba en admi- dicional fue totalmente tradicional, y las tradiciones y
nistración -el heredero tenía obligación de protegerla costumbres han sido inventadas por varias razones. No
y conservarla. debemos pensar que la construcción consciente de
Puede parecer que la idea de tradición, a diferencia una tradición se da sólo en la era moderna. Es más, las
de los kilts y las gaitas, ha existido durante muchos si- tradiciones siempre llevan incorporadas poder, estén o
glos. Una vez más, las apariencias engañan. El término no construidas de manera deliberada. Reyes, empera-
tradición, como se usa hoy, es en realidad un producto dores, sacerdotes y otros las han inventado desde hace
de los últimos doscientos años en Europa. Al igual que mucho tiempo en su beneficio y para legitimar su do-
el concepto de riesgo, sobre el que hablé en el capítulo llunlO.
anterior, en la época medieval no había noción genéri- Es un mito pensar que las tradiciones son impermea-
ca de tradición. No había necesidad para tal palabra, bles al cambio: se desarrollan en el tiempo, pero tam-
precisamente porque tradición y costumbre estaban en bién pueden ser repentinamente alteradas o transfor-
todas partes. madas. Diría que son inventadas y reinventadas.
La idea de tradición, entonces, es en sí misma una Algunas tradiciones, por supuesto, como las asociadas
creación de la modernidad. Eso no significa que uno no a las grandes religiones, han durado cientos de años. Hay
deba usarla en relación a sociedades premodernas o preceptos esenciales del islam, por ejemplo, que casi to-
no occidentales, pero sí implica que deberíamos en- dos los creyentes musulmanes cumplen y que han per-
focar el debate sobre la tradición con alguna pruden- manecido reconociblemente iguales durante un perio-
cia. Al identificar tradición con dogma e ignorancia los do muy largo de tiempo. Cualquier continuidad que haya
pensadores de la Ilustración buscaban justificar su ob- en tales doctrinas, sin embargo, coexiste con muchos
sesión con lo nuevo. cambios, incluso revolucionarios, en su interpretación y
Desembarazándonos de los prejuicios de la Ilustra- puesta en práctica. No exist_e__nóicd~rt.1!_l completa-
ción, ¿cómo debemos entender la tradición? Un buen mente 2':lE?,. Como todas las demás religiones mundia-
comienzo será volver a las tradiciones y costumbres in- les, el islam bebió de una asombrosa variedad de fuen-
ventadas. f:stas, sugieren Hobsbawm y Ranger, no son tes culturales -esto es, otras tradiciones-o Lo mismo
~el inas, sino artificiales, en lugar de crecer espontánea- ocurrió con el Imperio otomano, que durante años in-

52 53
Ur\ I\Hl:'-Jl)() DESHOC\DO ANl HONY ClllllFI'S

corporó influencias árabes, persas, griegas, romanas, be- firmemente ancladas en el resto del mundo. Muchas tra-
reberes, turcas e indias, entre otras. diciones fueron reinventadas y se instituyeron otras nue-
Pero es sencillamente erróneo suponer que para que vas. Hubo un intento coordinado de algunos sectores 1
un conjunto determinado de símbolos o prácticas sea de la sociedad para proteger o adaptar las viejas tradi-
tradicional ha de haber existido durante siglos. El dis- ciones. En definitiva, de esto trataban, y tratan, básica-
curso navideño del monarca, que se emite todos los años mente todas las filosof1as conservadoras. La tradición es
en Gran Bretaña, se ha convertido en una tradición. quizá el concepto más importante del conservadurismo,
Y existe sólo desde 1932. La persistencia en el tiempo no ya que los conservadores creen que contiene sabiduría
es el rasgo clave para definir la tradición o su pariente acumulada.
más difusa, la costumbre. Las características definitorias Un motivo más de la persistencia de la tradición en
de~a.tradic ón son el ritual y la repetición. Las tradicio- los países industriales fue que los cambios instituciona-
nes son siempre propiedades de grupos, comunidades les alumbrados por la modernidad se limitaron en gran
o colectividades. Los individuos pueden seguir tradicio- medida a las instituciones públicas -especialmente el
li nes o costumbres, pero las tradiciones no son una cuali- gobierno y la economía-o Las maneras tradicionales
dad del comportamiento individual en el sentido en el de hacer las cosas tendían a subsistir o a restablecerse
que lo son los hábitos. en muchos ámbitos de la vida, incluida la vida diaria.
Lo distintivo de la tradición es que define una especie Uno podría incluso decir que había una suerte de sim-
de verdad. Para alguien que cumple una práctica tradi- biosis entre modernidad y tradición. En la mayoría de
.cional no hay que hacer preguntas sobre posibles alter- los países, por ejemplo, la familia, la sexualidad y las di-
I nativas. Por mucho que cambie, una tradición ofrece un visiones entre los sexos continuaron saturadas de tradi-
marco para la acción que permanece prácticamente in- ción y costumbre.
cuestionable. Normalmente, las tradiciones tienen guar- Dos cambios básicos se están produciendo hoy bajo el
dianes -eruditos, sacerdotes, sabios-o Guardián no es impacto de la globalización. En lQ~-paíse occidentales
igual a experto. Toman su posición y poder del hecho de no sólº las instituciones públicas, sino también la vida
que sólo ellos son capaces de interpretar la verdad del ri- cOJ-i<iiana, se están desprendiendo de estas influencias.
tual de la tradición. Sólo ellos pueden descifrar los signi- Y otras sociedades del mundo, que mantenían un estilo
ficados verdaderos de los textos sagrados o de los otros de vida más tradicional, lo están perdiendo. Deduzco
símbolos incluidos en los rituales comunales. que esto está en el núcleo de la sociedad global cosmo-
I,a Ilustración trató de destrozar la autoridad de la polita emergente de la que he hablado anteriormente.
tr;Hlición. Sólo lo logró parcialmente. Las tradiciones Esta sociedad vive tras el fin de la naturaleza. Pocos
siguieron siendo fuertes durante mucho tiempo en la aspectos del mundo físico, en otras palabras, son ya
mayor parte de la Europa moderna, y están aún más sólo naturales -no se han visto afectados por la inter-

!í4 55
u~ MUNDO DESHOCADO ANTHONY GIODF:-JS

I vención humana-o Es también una sociedad que vive La tradición en un ejemplo como éste no está sólo
, después del fin de la tradición. Éste no significa que la viva: resurge. Pero las tradiciones también sucumben
tradición desaparezca, como querían los pensadores con frecuencia a la modernidad, y lo están haciendo, en
de la Ilustración. Al contrario, sigue floreciendo en to- algunas situaciones, por todo el mundo. La tradición ~f
das partes en versiones diferentes. Pero cada vez me- que se vacía de contenido y se com~E<-:ialz_gnvert
nos -si puedo decirlo así- se vive la tradición como enfolc gJjs~ _ kitsch-las baratijas que se venden en los
antes: la manera tradicional significa defender este aeropuertos-o Tal y como se canaliza por la industria,
tipo de actividades a través de su propio ritual y simbo- el folclorismo es tradición presentada como espectácu-
lismo -defenderlas a través de sus pretensiones inter- lo. Los edificios restaurados en zonas turísticas pueden
nas de verdad. ser espléndidos, y la renovación incluso ser auténtica
Un mundo donde la modernización no se restringe hasta el último detalle. Pero el folclorismo que así se pro-
a un área geográfica, sino que se manifiesta mundial- tege pierde el alma de la tradición, que es su conexión
mente, tiene una serie de consecuencias para la tradi- con la experiencia de la vida cotidiana.
ción. Tradición y ciencia se entremezclan a veces de for- En mi opinión, es absolutamente razonable recono- tI
mas extrañas e interesantes. Pensemos, por ejemplo, cer que las tradiciones son necesarias en una sociedad. f
en el tan comentado episodio que ocurrió en India en No debemos aceptar la idea ilustrada de que el mundo
1995, cuando las deidades de algunos santuarios hin- debería librarse de todas las tradiciones. Éstas son nece-
dúes parecieron beber leche. El mismo día muchos mi- sarias, y perdurarán siempre, porque dan continuidad y
llones de personas, no sólo en India, sino en todo el forma a la vida. Consideremos el caso de la vida académi-
mundo, trataron de ofrecer leche a una imagen divina. ca, por ejemplo: todo aquí funciona dentro de tradicio-
Denis Vidal, un antropólogo que ha escrito sobre este nes, incluyendo las disciplinas académicas en su conjun-
fenómeno, comenta: to, como la economía, la sociología o la filosofía, etc. La
razón es que nadie podría trabajar de manera totalmen-
Al manifestarse simultáneamente en todos los países del te ecléctica. Sin tradiciones intelectuales, las ideas no
mundo habitados por hindúes, puede que sus deidades hayan tendrían foco ni dirección.
conseguido realizar el primer milagro de la historia, en armo- Sin embargo, es parte de la vida académica explorar
nía con una era obsesionada por el lema de la globalización. continuamente los límites de tales tradiciones y fomen-
tar un intercambio activo entre ellas. La tradición pue-
Igualmente interesante es que mucha gente -tanto de defenderse perfectamente de manera no tradicional
creyentes como no creyentes- sintiera que se necesita- -y ése debería ser su futuro-o El ritual, el ceremonial y
ban experimentos científicos para autentificar el mila- la repetición tienen un importante papel social, algo
gro. La ciencia se alistó al servicio de la fe. comprendido y respetado por la mayoría de las organi-

57
UN r..ll":,\I)() IlFSIHl(:i\ll() ANTIIONY GI\)()FNS

zaciones, incluidos los gobiernos. Las tradiciones segui- desarrollados, pero también comienza a verse entre
rán sustentándose en la medida en que puedan justifi- sectores prósperos en otros lugares. Me refiero a la di-
carse efectivamente, no en términos de sus propios ri- fusión de la idea y la realidad de la adicción. La noción
tuales internos, sino en relación con otros usos o formas de adicción se aplicaba originariamente sólo al alcoho-
de hacer las cosas. lismo y al consumo de drogas. Pero ahora cualquier área
Sucede así incluso con las tradiciones religiosas. La de actividad puede ser invadida por ella. Uno puede ser
religión se asocia normalmente a la idea de fe, una es- adicto al trabajo, al ejercicio, a la comida, al sexo -in-
pecie de salto emocional hacia la creencia. Pero, en un cluso al amor-o La razón es que estas actividades, y tam- ~
mundo cosmopolita, nunca ha habido más gente en bién otras partes de la vida, están mucho menos estruc- ~
contacto regular con otros que piensan de manera dis- turadas por la tradición y la costumbre que antes.
tinta. Se les pide que justifiquen sus creencias, implícita- Como la tradición, la adicción tiene que ver con la
mente al menos, frente a sí mismos y los demás. No pue- influencia del pasado sobre el presente; y, como en el
de sino haber una gran mezcla de racionalidad en la caso de la tradición, la repetición tiene un papel cru-
subsistencia de rituales y prácticas religiosos en una so- cial. El pasado en cuestión es más bien individual que
ciedad destradicionalizada. Y así exactamente es como colectivo, y l~repticón está impulsada por la ansiedaq.
debe ser. Veo la adicción como autonomía congelada. Todo con-
Sin embargo, al cambiar la tradición su papel se in- text:o de d~stradic onaliz c ón ofrece la posibilidad de :
troducen nuevas dinámicas en nuestras vidas. Pueden una may_or libertad de acción de la que existía antes. (
resumirse como un tira y afloja entre autonomía de la Hablamos aquí de emancipación humana de las atadu-
acción y compulsividad, por un lado, y entre cosmopoli- ras del pasado. La adicción entra en juego cuando l~
tismo y fundamentalismo, por otro. Donde la tradición elección, que debiera estar impulsada por la autonol
se ha replegado nos vemos forzados a vivir de una ma- mía, es trastocada por la ansiedad. En la tradición el pa~
nerª más abierta y reflexiva. Autonomía y libertad pue- sado estructura el presente a través de creencias y senti-
den sustituir su poder oculto por más discusión abierta mientos colectivos compartidos. El adicto también es
y diálogo. Pero estas libertades traen consigo otros pro- siervo del pasado, pero porque no puede romper con
blemas. Una sociedad que vive al otro lado de la natura- lo que al principio eran hábitos de vida libremente es-
leza y de la tradición -como hacen casi todos los países cogidos.
()ccidenlales ahora- exige tomar decisiones, tanto en A medida que la influencia de la tradición y la costum-
la vida colidiana como en el resto de esferas. El lado bre mengua a escala mundial, la base misma de nuestra
oscuro de eslo es el aumenJQ<Je adicciones compul- identidad personal -nuestra percepción del yo- cam-
Si01ICS, AqUÍ ocurre algo realmente intrigante y pertur- bia. En otras situaciones, la percepción del yo se sus-
bador. 1k lJIomen lo, se limita básicamente a los países tenta sobre todo en la estabilidad de las posiciones so-

59
UN \1UNDO DESBO(:.\D() ANTHONY GIIlDFNS

ciales de los individuos en la comunidad. Cuando la tra- la década de los cincuenta, no existía entrada para el tér-
, dición se deteriora, y prevalece la elección de estilo de mino fundart}Elt({lisr[to en el Oxford English Dictionary. Has- ,
I vida, el yo no es inmune. L ~ n º s . l ª d peI~9Jl.-a tiene ta los años sesenta no se acuñó como palabra corriente. '::l
II que ser creada y recreada más activamente que antes. Fundamentalismo no es igualalanélsisJ:!lS>_:f.li a autori-
Esto explica por qué son tan populares las terapias y tarismo. Los Jtlnºª-m~[lJª i~tªs piden 1!navu~ltª. las es-
! asesoramientos de todo tipo en los países occidentales. º
critufQS textos básicos, que deb nserkiclg~ºe mane-
Cuando inició el psicoanálisis moderno, Freud pensa- ra literal, y prop()I1e.Il_que las doctri!1ª~ºerivads de
" ' ba que estaba instituyendo un tratamiento científico tales lecturas sean aplicadas a la vida social,económica
\
\ para la neurosis. Lo que en realidad estaba haciendo o PQlitk-ª. El fundamentalismo da nueva vitalidad e im-
era construir un método para renovar la identidad per- portancia a los guardianes de la tradición. Sólo ellos tie- 1:
sonal en los primeros pasos de una cultura destradicio- nen acceso al significado exacto ele, los textos. El clero u r
\ nalizadora. otros intérpretes privilegiados adquieren.pnder secular
' Yes que lo que ílC.l..lITeen el psicoanálisis es que el in- y relig.ioso. Pueden aspirar a tomar directamente las rien-
(, dividUO-Ievivesupasada para crear una ma)'or autono- das del gobierno -como ocurrió en Irán- o trabajar
I mía parad futilla. Algo muy semejante a lo que ocurre conjuntamente con partidos políticos.
en los grupos de autoayuda, que se han vuelto tan fre- Fundamentalismo es una palabra controvertida, por-
cuentes en las sociedades occidentales. En las reunio- que muchos de los llamados fundamentalistas no acep-
nes de Alcohólicos Anónimos, por ejemplo, los indivi- tarían que el término se pueda aplicar a ellos. ¿Puede dár-
duos cuentan sus historias vitales y reciben apoyo de los sele un significado objetivo? Creo que sí, y lo definiría
demás presentes cuando manifiestan su deseo de cam- de la siguiente forma: es tr:adiáón acorralada, tradición de-
, l
! biar. Se recuperan de su adic_ción, ,etnmlé~c_s rees- fen.dida a la an tigua usanza -por referencia a su verdad
cribiendo el gtúón de sus vidas. ritual- en un mundo globalizado que pregun~ª los mo-
, El conflicto entre adicción y autonomía constituye un tivos. El fundamentalismo, por tanto, no tiene nada que
extremo de la globalización. En el otro está el choque en- ver con el ámb~to de las creencias, religiosas o de otra cla-
--ire una actitud cosmopolita y el fundamentalismo. Uno se. Lo que importa es cómo se defiende o sostiene la ver-
pucde pensar que el fundamentalismo siempre ha existi- dad de las creencias.
do. No es así: ha surgido en respuesta a las influencias El fundamentalismo no depende de lo que la gente,
globalizadoras que vemos a nuestro alrededor. El mismo cree sino, como la tradición en general, de por qué lo \
término data de comienzos del siglo~ cuando se em- creen y cómo lo justifican. No se restringe a la religión.
pleaba para referirse a las creencias de a l ~ ª s s~ Los guardias rojos chinos, con su devoción al Libro Rojo
protestantes en Estados Unidos, particularmente aque- de Mao eran, sin duda, fundamentalistas. Tampoco es
llas que rechazaban a Darwin. Pero, incluso a finales de esencialmente el fundamentalismo una resistencia de

(,O 61
U:--.: J\\l"t\l)O J)FSROL\l)O A~TI ONY (;lI 1 F~S

las culturas más tradicionales a la occidentalización def~I1_ act!v-ª_ ~ gº-s:v ªlg~. s allí donde estén poco de-
-un rechazo de la decadencia occidental-o El funda- sarrollados o en peligro. La moralidad cosmopolita tiene
mentalismo puede crecer en todo tipo de tradiciones. que estar guiada por la pasión. Ningl,lII0 de nosotros ten- !))
No tiene tiempo para la ambigüedad ni para la multipli- dría ª!g() por lo que vivir si no tuviéramos algo por lo que j .
cidad de interpretaciones o identidades -es una nega- mer<:~la p~J:1a morir.
ción del diálogo en un mundo cuya paz y continuidad
dependen de él.
t E1Jtl!ciI~nas.mo es hijo de la globalización, a la
I que cont~s l.Y ª lay~utiz. Los grupos fundamenta-
listas, en casi todas partes, han utilizado ampliamente
" las nuevas tecnologías de la comunicación. Antes de
que accediera al poder en Irán, el ayatolá Jomeini di-
fundía cintas de vídeo y casetes con sus enseñanzas. Los
militantes hindutwa se han apoyado continuamente en
Internet y el correo electrónico para crear un "senti-
miento de identidad hindú".
Adopte la forma que adopte -religiosa, étnica, na-
cionalista o directamente política-, creo adecuado con-
siderar el fundamentalismo como un problema. Con-
templa la posibilidad de la violencia y es enemigo de los
valores cosmopolitas.
Sin embargo, el fundamentalismo no es solamente la
antítesis de la modernidad globalizadora, sino que le
plantea interrogantes. El más importante es éste: ¿po-
demos vivir en un mundo en el que nada es sagrado?
Deho decir, en definitiva, que no creo que sea posible.
[,os cosmopolitas, entre los que me cuento, deben dejar
claro <¡uc la tolerancia y el diálogo pueden estar guia-
dos por valorcs de alcance universal.
Todos ncccsitamo§ COI.Dp[QI !i~QsrIl()qk~ que_ tras-
ciendan las sgfiIy~nocapur triYiª1eAds; art~D
vic!ªciiaria. Jkberíamos estar dispuestos a hacer una

(;2 63
IV.
FAMILIA

De todos los cambios que ocurren en el mundo, nin-


guno supera en importancia a los que tienen lugar en
nuestra vida privada -en 1ª-.se:~Jlª ida , las IelªciQD.es,
el matrimmúo y taJamilia-. Hay en marcha una revo-
lució!l..!!l\LQ<iiªl s9bre cómo nos concebimos a nosotros
mi~!l os y cómo forTQ.ªI !º~lª -ºs y relaciones con los de-
1! á.~ Es una revolución que avanza desigualmente en
diferen te,s,sarutl cy-s~l[oigex con muchas resi l~ªc:ias.
Como en otros aspectos de este mundo desbocadÓ:"-~
no sabemos bien cuáles serán los términos relativos de
ventajas y desventajas. En algunos sentidos, son las trans- J
formaciones más complicadas e inquietantes de todas. :
La mayoría de nosotros puede aislarse de problemas
mayores durante bastante tiempo -una de las razones
por las que es dificil trabajar en común para resolver-
los-o No podemos abstraernos, sin embargo, del torbe-
llino de cambios que llegan hasta el corazón mismo de
nuestra vida emocional.
Hay pocos países en el mundo donde no haya un de-
bate intenso ~obr~ lajguªtd- ª!Lse~uil .Llª-.Iegulación de
la ~ ª l i Q a d y elJllturo de la fªmilia. y donde no hay
~
G5
U!'\ t\ll l \:jlO DESI:K)(:AD(l ANTHONY (;II)LH:l'S

discusión abierta es, sobre todo, porque es reprimida tradicionales -a pesar de la política oficial de limitar
activamente por gobiernos autoritarios o grupos funda- los nacimientos con una mezcla de incentivos y casti-
mentalistas. En muchos casos, estas controversias son gos-. El matrimonio es un acuerdo entre dos familias,
nacionales o locales -igual que las reacciones sociales y qjado por los padres en lugar de por los individuos afec-
políticas a ellas-o Políticos y grupos de presión sugerirán tados. Un estudio reciente en la provincia de Gansu, de
que si la política familiar fuera modificada, con sólo que hajo nivel de desarrollo económico, descubrió que un
el divorcio fuera dificultado o facilitado en un país de- 60 por 100 de los matrimonios eran todavía concerta-
terminado, podrían encontrarse rápidamente las solu- dos por los padres. Como dice un refrán chino: 'Te la
ciones a nuestros problemas. presentan, saludas y te casas". Hay situaciones paradóji-
Pero las transformaciones que afectan a la esfera per- cas en la China que se moderniza. Muchos de los que se
sonal y emocional van mucho más allá de las fronteras divorcian ahora en los centros urbanos se habían casa-
de cualquier país, incluso de uno tan grande como Esta- do a la manera tradicional en el campo.
dos Unidos. Encontramos pautas similares casi en cual- En China se habla mucho de proteger la familia. En
quier lugar: varía sólo el grado y el contexto cultural en muchos países occidentales el debate es aún más ruido-
el que se desarrollan. so, pues esta institución conforma un ámbito para los
En China, por ejemplo, el Estado estudia poner tra- cOr:!f1ictos entre tradición y modernidad, pero también
bas al divorcio. Como consecuencia de la revolución es una metáfora de ellos. Hay quizá más nostalgia del re-
cultural, se aprobaron leyes matrimoniales muy libera- fugio perdido de la familia ql.le de ninguna otra institu-
les. Según estas normas, el matrimonio se considera un ción ~ _ h~! 9:~_ tIs raíces en el pasado. Políticos y acti-
contrato que puede disolverse "cuando el marido y la vistas diagnostican continuamente la crisis de la vida
mltier lo deseen". Incluso si un cónyuge se opone, pue- familiar y piden un retorno a la tradición.
de concederse el divorcio cuando el "afecto mutuo" La familia tradicional se parece mucho a un cajón de
haya desaparecido. Sólo se requiere una espera de dos sastre. Ha habido muchos tipos diferentes de familia y
semanas, después de la cual los esposos pagan cuatro sistema de parentesco en diferentes sociedades y cultu-
dólares y son, en adelante, independientes. La tasa chi- ras. La familia china, por ejemplo, siempre fue distinta
na de divorcio es todavía baja comparada con la de los de las formas occidentales. El matrimonio concertado
países occidentales, pero está creciendo rápidamente nunca fue tan común en los países europeos como en
-al igllal que en las demás sociedades asiáticas en de- China o India. Pero la familia en culturas no modernas
sarrollo-. En las ciudades chinas es cada vez más fre- tenía, y tiene, algunos rasgos que se encuentran más
cliente no sólo el divorcio, sino también la cohabita- o menos en todas partes.
ción. En camhio, en el inmenso campo chino, todo es La familia tradicional era, sobre todo, una uni4ad
diferente. El matrimonio y la familia son mucho más económica. La producción agrícola involucraba nor- '

()() 67
UN MllNDO DESBOCADO ANTHONY GmDENS

malmente a todo el grupo familiar, mientras que entre quisieran a sus hijos, pero se preocupaban más por la
las clases acomodadas y la aristocracia la transmisión contribución que hacían a la actividad económica co-
de la propiedad era la base principal del matrimonio. mún que por ellos mismos. Además, la tasa de mortali-
En la Europa medieval el matrimonio no se contraía dad infantil era aterradora. En el siglo XVII en Europa
sobre la base del amor sexual, ni se consideraba como y América casi uno de cada cuatro bebés moría en su
un espacio donde el amor debía florecer. Como dice el primer año de vida. Casi el 50 por 100 no llegaba a cum-
historiador francés Georges Duby, el matrimonio en la plir diez. ----p
Edad Media no debía incluir "frivolidad, pasión o fan- Excepto en ciertos grupos elegantes o de élite, la se- I
tasía". xualidad en la familia tradicional estaba dominada por '
La desigualdad de hombres y mujeres era intrínseca la reproducción. Era una cuestión de tradición y natu-
a la familia tradicional. No se debe pasar por alto la im- raleza combinadas. La ausencia de contracepción eficaz
portancia de este fenómeno. En Eur2P-ªJ ~!lJ.-':ljer s eran significaba que para la mayoría de las mujeres la sexuali-
propiedad de sus maridos o padres -vasallos, como re- dad estaba, inevitablemente, vinculada estrechamente al
cogía la ley-o La desigualdad entre hombres y mujeres parto. En muchas culturas tradicionales, incluida Euro-
se extendía, por supuesto, a la vida sexual. El doble rase- pa occidental hasta el umbral del siglo xx, u~a mujer po-\
ro sexual estaba directamente vinculado a la necesidad día tener diez o más embarazos durante su VIda.
de asegurar la continuidad del linaje y la herencia. Du- Por las razones ya expuestas, la sexualidad estaba do-
rante gran parte de la historia los hombres se han valido minada por la idea de la virtud femenina. El doble rasó\
amplia, y a veces conspicuamente, de amantes, cortesa- ro sexual se suele considerar una creación de la.~ 1
nas y prostitutas. Los más ricos tenían aventuras amoro- terra victoriana. En realidad, en una u otra versión, era
sas con sus sirvientas. Pero los hombres tenían que ase- bási~a en t~d s las sociedades no modernas. Implicaba
gurarse de que sus mujeres fueran las madres de sus llna visión dual de la sexualidad femenina -una divi-
hijos. Lo que se ensalzaba en las chicas respetables era la sión inequívoca entre la ml~ervi tuosa, por un lado, y la
I virginidad y, en las esposas, la constancia y la fidelidad. libertina, por otro-o En muchas culturas la aventura se-
En la familia trªclicional no eran sólo las mujeres las xual se ha tomado como un rasgo definitorio positivo
que no tenían derechos: tampoco los niños. La idea de de la masculinidad. James Bond es, o era, admirado por
consagrar los derechos infantiles en la leyes, en térmi- su heroísmo sexual, además del físico. Las mujeres se-
nos históricos, relativamente reciente. En periodos pre- xualmente aventureras, por contraste, han sido casi
modernos, al igual que en culturas tradicionales hoy siempre rechazadas, por mucha influencia que las aman-
día, no se criaba a los niños por su bien o para la satisfac- tes de alguna figura prominente llegaran a tener.
ción de los padres. Uno podría casi decir que no se les Las actitudes hacia la homosexualidad también esta-
reconocía como individuos. No era que los padres no ban regidas por una mezcla de tradición y cultura. Estu-

GH 69
ti\: 1\11 !:\T)O DEsBOCADO ;\¡o;¡ JjOl\y G¡IlJ)ENS

I
dios antropológicos muestran que la homosexualidad dad, una fase tardía, transicional, en el desarrollo fami-
-al menos la masculina- ha sido tolerada, o abierta- liar durante la década de los años cincuenta. Era un
mente aceptada, en más culturas de las que ha sido tiempo en el que la proporción de mujeres con empleo
proscrita. En algunas sociedades, por ejemplo, se ani- era todavía relativamente baja yen el que aún era difí-
maba a los chicos jóvenes a establecer relaciones homo- cil, especialmente para ellas, obtener el divorcio sin
sexuales con hombres mayores como forma de tutela se- estigma. Sin embargo, los hombres y mujeres de este
xual. Se esperaba que estas actividades cesaran cuando tiempo eran más iguales de lo que habían sido con ante-
los jóvenes se comprometieran o casaran. Las socieda- rioridad, tanto de hecho como ante la ley. La familia ha-
des que han sido hostiles a la homosexualidad la han bía dejado de ser una entidad económica, y la idea de
condenado normalmente por considerarla intrínseca- amor romántico como base del matrimonio había reem-
mente antinatural. Las actitudes occidentales han sido plazado al matrimonio como contrato económico. Des-
de las más extremas; hace menos de medio siglo la ho- de entonces la familia ha cambiado aún mucho más.
mosexualidad era considerada, en general, una perver- Los detalles varían de sociedad a sociedad, pero las
sión, y así venía descrita en manuales de psiquiatría. pautas son visibles casi en cualquier parte del mundo in-
Por supuesto, el antagonismo hacia la homosexuali- dustrializado. Sólo una minoría de gente vive ahora en
dad todavía es generalizado, y mucha gente mantiene la lo que podríamos llamar la familia estándar de los años
visión dual de las mujeres -hombres y mt~ers por cincuenta -ambos padres viviendo juntos con sus hijos
igual-o En las últimas décadas, no obstante, los elemen- matrimoniales, la madre ama de casa a tiempo comple-
tos esenciales de la vida sexual en Occidente han cam- to y el padre ganando el pan-o En algunos países más
biado decisivamente de forma absoluta. La separación de una tercera parte de todos los nacimientos tienen lu-
en~e s~_xl!ª id.a y rep~c.:ión es, en principio, total. ~ar fuera del matrimonio, mientras que la proporción
La sexualidad, por primera vez, es algoa-~ descubier- de gente que vive sola ha crecido exorbitantemente y
to, moldeado, transformado. La sex;-aTfeEld,--qtle solía parece probable que lo haga aún más. En muchas socie-
defini¡'se tan estrictamente en relación al matrimonio y dades, como Estados Unidos o Gran Bretaña, el matri-
a la Icg-itimidad, tiene ahora poca conexión con ello. No monio sigue siendo muy popular -se han calificado,
dehemos ver la aceptación creciente de la homosexua- adecuadamente, como sociedades de mucho divorcio y
lidad súlo como ofrenda a la tolerancia liberal. Es un mucho matrimonio-o En Escandinavia, por el contra-
resultado lúg-ico de la ruptura entre sexualidad y repro- rio, una proporción alta de la gente que vive junta, in-
ducciúll. I,a sexualidad sin objeto ya no está, por defini- cluida la que tiene hijos, no está casada. Una cuarta par- 1

ciún, dominada por la heterosexualidad. te de las mujeres entre 18 y 35 año.s.....en so~ sE Unidos 1\
1,0 <)ue ('n la mayoría de los países occidentales sus y Eur.9J2a. afirma que no quie!'~.r n~r niños, y parecen
defensores llaman la Etmilia tradicional fue , en reali- decirlo en serio.
-'-~ .

70 71
UN MUNDO DESBOCADO ANTHONY GIOOENS

En todos los países se mantiene una diversidad de monio y lafamilia. Es más importante para nosotros la pre-
formas familiares. En EE UU mucha gente, inmigrantes gunta "¿tienes una relación?" que "¿estás casado?" La
recientes especialmente, vive todavía conforme a los va- idea de una relación es también sorprendentemente re-
1/. lores tradicionales. Gran parte de la vida familiar, sin ciente. En la década de los sesenta nadie hablaba de re-
~ embargo, se ha transformado por el desarrollo de la pa- laciones. No lo necesitaban, ni tampoco hablar en térmi-
~ nda. El matrimonio y la familia se han convertido en lo nos de intimidad y compromiso. El matrimonio en ese
que denominé en el capítulo 1 instituciones concha: se tiempo era el compromiso, como atestiguaba la existen-
llaman igual, pero han cambiado en sus características cia de matrimonios a la fuerza.
básicas. En la familia tradicional la pareja casada era En la familia tradicional el matrimonio era un poco
sólo una parte, y con~.D!a l}0 la principal, del sis- como un estado de la naturaleza. Tanto para hombres
tema familiar. Los lazos con los niños y con otros parien- como para mujeres estaba definido como una etapa de
tes solían ser igual de importantes, o más, en el discurrir la vida que la gran mayoría tenía que vivir. A los que
diario de la vida social. H0.YlaJ>r~j, casada 9.--!10, áts~ permanecían fuera se les miraba con cierto menospre-
en. el !1(t.<=I~º.<!~Jªi l i a. La parqa vino al centro de la cio o condescendencia, especialmente a la solterona,
vida familiar al menguar el. i _2~f económico de la fami- pero también al soltero si lo era durante demasiado
lia l -on'C~-r:!i ~ el aI!1~) i o el amor másla atr~c ión se- tiempo.
,lau~_ en la base de los lazos matrion e';:~"-' ,. Mientras que estadísticamente el matrimonio toda-
Una vez constituida, una pareja tiene su propia y ex- vía es la condición normal para la mayoría de la gente,
clusiva historia, su pr~ ia biografía. Es una unidad ba- su significado ha cambiado totalmente. El matrimonio
sada en la comunicación emocional o intimidad. La idea significa que una pareja está en una relación estable y
de intimidad, como tantas otras ideas familiares que he puede, en efecto, promover esa estabilidad, pues hace
/ abordado en este libro, suena vieja, pero es, en reali- una declaración pública de compromiso. Sin embargo,
r dad, muy nueva. El rgatrimonio nunca antes, _~ había el matrimonio ya no es el principal elemento definito-
\ basado en la intimidad -comunicación em?-<:ional-. rio de la pareja.
Por supuesto, esto era importante para un buen matri- La posición de los niños en todo esto es interesante y
monio, pero ~ __s_l!_fundamento. Para la pareja sí lo es. algo paradójica. Nuestras actitudes hacia ellos y su pro-
: La comunic<ición es, en primer lugar, la forma de esta- tección han cambiado radicalmente en las últimas gene-
blecer el vínculo, y también el motivo principal de su raciones. En parte, apreciamos tanto a los niños porque
con tin uación. se han vuelto mucho más escasos, y porque la decisión
I kmos de reconocer la gran transición que supone de tener un hijo es muy distinta de lo que era para gene-
esto. Frnj)(lr()jrtnp y rjp,\jHlrpjarsp son ahora una mejor des- raciones anteriores. En la familia tradicional los niños
cripción de la situación de la vida personal que el matn- eran un beneficio económico. Hoy, por el contrario, en

72 73
L'!\ Ml'!\Dü DESHOLADO A"TIIONY GIIlDENS

los países occidentales un niño supone una gran carga mas leí mucha literatura terapéutica y de autoayuda so-
económica para los padres. Tener un hijo es una deci- bre el tema. Me llamó la atención algo que creo no se
sión más concreta y específica que antes, y está impulsa- ha subrayado debidamente. Si uno observa cómo ve un
da por necesidades psicológicas y emocionales. La preo- terapeuta una buena relación -en cualquiera de las
cupación sobre los efectos del divorcio en los niños y la tres esferas mencionadas-, es impresionante el parale--¡
existencia de muchas familias sin padre han de enten- lismo directo que hay con la democracia pÍlblic.a.
derse en el marco de nuestras expectativas, muy supe- Una buena relación, no hace falta decirlo, es un ideal
riores, sobre cómo han de criarse y protegerse los niños. -la mayoría de las relaciones corrientes tan siquiera
Hay tres áreas principales en las que la comunicación se acercan a él-o No estoy sugiriendo que nuestras re-
emocional, y, por tanto, la intimidad, están reemplazan- laciones con cónyuges, amantes, niños o amigos no sean,
do los viejos lazos que solían unir las vidas privadas de la muchas veces, liosas, conflictivas e insatisfactorias. Pero
gente -las relaciones sexuales y amorosas, las relacio- los principios de la democracia también son ideales
nes padre-hijo y la amistad. que, a menudo, se encuentran bastante alejados de la
Para analizarlas quiero utilizar la idea de la relación realidad.
pura. Me refiero a una relación basada en la comunica- Una buena relación es una de iguales en la que cada
ción emocional, en la que las recompensas derivadas de parte tiene los mismos derechos y obligaciones, en la
la misma son la base primordial para que la misma con- que cada persona tiene respeto y quiere lo mejor para el \i
tinúe. No me refiero a una relación sexualmente pura. otro. La relación pura se basa en la coml~ic:a ión, de ]'
Tampoco a nada que exista en realidad. Estoy hablando manera que entender el punto de vista de la otra perso-
de una idea abstracta que nos ayude a entender los cam- na es esencial. Hablar, o dialogar, es la base para que la
bios que se están produciendo en el mundo. Cada una relación funcione. Las relaciones funcionan m(~jor si
de las tres áreas mencionadas -relaciones sexuales y la gente no se esconde demasiado de los otros -tie-
amorosas, relaciones padre-hijo y amistad- tiende a ne que haber confianza mutua-o Y la confianza ha de
aproximarse a este modelo. La comunicación emocio- construirse, no se puede dar por sentada. Finalmente,
nal o intimidad se convierte en la clave de lo que todas una buena relación está libre de poder arbitrario, coer-
ellas significan. ción o violencia.
La relación pura tiene dinámicas bastante diferen- Todas estas cualidades se amoldan a los valores de
tes de los tipos más tradicionales de vínculos sociales. la política democrática. En una democracia todos son,
Depende de procesos de confianza activa -abrirse al en principio, iguales, y con la igualdad de derechos y res-
otro-o Mostrarse es la condición básica de la intimidad. ponsabilidades -como principio, por lo menos- viene
La relación pura es implícitamente democrática. Cuan- el respeto mutuo. El diálogo abierto es una propiedad
do e ~ c é a trabajar en el estudio de las relaciones ínti- esencial de la democracia. Los sistemas democráticos

74 75
ANTHONY GIDDENS
UN Ml'NDO DESBOCADO

sustituyen al poder autoritario, o al poder sedimenta- Una democracia de las emociones no haría distincio-
do de la tradición, por la discusión abierta de problemas nes, por principio, entre relaciones heterosexuales y ho-
-un espacio público de diálogo-o Ninguna democra- mosexuales. Los gays, más que los heterosexuales, han
cia puede funcionar sin confianza. Yla democracia se sido pioneros en el descubrimiento del nuevo mundo
resquebraja si da paso al autoritarismo o a la violencia. de las relaciones y en explorar sus posibilidades. Han te-
Cuando aplicamos estos principios -como idea- nido que serlo, porque cuando la homosexualidad salió
les- a las relaciones estamos hablando de algo muy im- del armario los gays no podían depender de los apoyos
portante: la posible emergencia de lo que llamaré una corrientes del matrimonio tradicional.
democracia de las emociones en la vida diaria. Una de- Hablar de fomentar una democracia emocional no
mocracia de las emociones, estimo, es tan importante implica debilidad respecto a los deberes familiares, ni
como la democracia pública para mejorar la calidad de sobre las políticas públicas hacia la familia. Democracia
nuestras vidas. significa aceptación de obligaciones, además de dere-
Esto vale para las relaciones padre-hijo igual que chos protegidos en la ley. La protección de los niños tie-
para otros ámbitos. Éstos no pueden, ni deben, ser ma- ne que ser el rasgo primario de la legislación y la acción
terialmente iguales. Los padres deben tener autoridad pública. Debería obligarse legalmente a los padres a
sobre los niños, en interés de todos. Pero deberían pre- mantener a sus hijos hasta la edad adulta, independien-
sumir una igualdad como principio. En una familia de- temente de cómo decidan vivir. El matrimonio ya no es
mocrática la autoridad de los padres debería estar basa- un~ti ución económü::a, pero como compromiso ri-
da en un contrato implícito. El padre, en efecto, dice al tual puede ayudar a estabilizar relaciones por otra parte
hijo: "Si fueras un adulto y supieras lo que yo sé, estarías frágiles. Si esto se acepta para las relaciones heterose-
de acuerdo en que lo que te pido es bueno para ti". Los xuales debe valer también para las homosexuales.
niños de las familias tradicionales debían -y deben- Hay muchas preguntas que hacer sobre todo esto
ser vistos, pero no oídos. A muchos padres, quizá deses- -demasiadas para responder en un capítulo corto-o
perados por la rebeldía de sus hijos, les gustaría profun- La más obvia es que me he centrado principalmente en
damente resucitar esa regla. Pero no hay marcha atrás, y las tendencias que afectan a la familia en los países occi-
no debería haberla. En una democracia de las emocio- dentales. ¿Qué pasa con las zonas donde la familia tradi-
nes los niños pueden, y deben ser capaces de, replicar. cional permanece casi intacta, como en el ejemplo de
Una democracia de las emociones no implica falta China con el que comencé? ¿Se volverán los cambios
de disciplina o ausencia de respeto. Busca, sencillamen- observados en Occidente más y más globales?
te, darles una nueva dimensión. Ocurrió algo muy simi- Creo que sí -de hecho, ya mismo-o No es cuestión
lar en la esfera pública cuando la democracia empezó a de s~l_éS formas existentes de familia tradicional s~- mo-
sustituir el mando arbitrario y el poder de la fuerza. dificarán, sino de cuándo y cómo. Me aventuraría aún

76 77
A~TI ()~\' (;IDDENS

más. Lo que he descrito como una incipiente democra- pués de todo, la mejor, me acuerdo de lo que mi tía
cia de las emociones está en primera línea del conflicto abuela me dijo una vez. Debió de tener uno de los matri-
entre cosmopolitismo y fundamentalismo que expliqué monios más largos conocidos: estuvo con su marido
anteriormente. La igualdad de los sexos y la libertad más de sesenta años. Una vez me confesó que había sido
sexual de las mujeres, que son incompatibles con la fa- profundamente infeliz con él la mayoría del tiempo. En
milia tradicional, son un anatema para los grupos f u ~ su época no había escapatoria.
damentalistas. La o~!c,:iélnª ello, de hecho, es uno de
los rasgos definitorios del fundamentalismo religioso
mundial.
Hay muchas cosas preocupantes en el estado actual
de la familia, en Occidente y fuera de él. Es igual de erró-
neo decir que toda forma familiar es tan buena como
cualquier otra como mantener que la decadencia de la
familia tradicional es un desastre. Daría la vuelta com-
pletamente al argumento de la derecha política y fun-
damentalista. La subsistencia de la familia tradicional
-o de aspectos de ella- en muchas partes del mundo
es más inquietante que su declive. Pues ¿cuáles son las
fuerzas más importantes que promueven la democracia
yel desarrollo económico en los países pobres? Precisa-
mente la igualdad y educación de la mujer. ¿Yqué debe
cambiar para que esto sea posible? Sobre todo, la fami-
lia tradicional.
La igualdad sexual no es sólo un principio nuclear
de la democracia. Es también relevante para la felicidad
y la realización personal. Muchos de los cambios que
está experimentando la familia son problemáticos y di-
ficiles. Pero hay estudios en Estados Unidos y Europa
que demuestran que poca gente quiere regresar a los
papeles tradicionales del macho y de la hembra o a la
desigualdad sancionada legalmente. Si alguna vez me
tienta pensar que la familia tradicional puede ser, des-

78 79
v.
DEMOCRACIA

El 9 de'-------
noviembre de 1989 yo estaba en BerJín, en lo
que entonces era Alemaniª-~c; idental. En la reunión a
la que había ido a participar algunos asistentes eran de
Berlín este. Uno de ellos, que estuvo fuera esa tarde, re-
gresó después algo inquieto. Había estado en el este y le
habían dicho que el muro de Berlín estaba a punto de
ser abierto.
Un pequeño grupo de nosotros se acercó allí a toda
prisa. Se estaban poniendo escaleras y las empezamos a
subir. Pero fuimos detenidos por equipos de televisión
que acababan de llegar al lugar. Tenían que subir pri-
mero, decían, para poder filmarnos trepando por las
escaleras y llegando a la cima. Incluso convencieron a
alguna gente para que se bajara y subiera dos veces, y
asegurarse así de que tenían buen material televisivo.
Así se hace la historia en los años finales del siglo xx.
L~ no sólo llega primero, sino que monta el
es. ~ 0_culo. De alguna manera, como seguiré argumen-
tando, los equipos de televisión tenían derecho a po-
nerse al frente. Pues la tel~yis ón tuvo un papel impor-
tante en hacer que el muro se abriera al igual que, en
----~ ~-~- -~- _o'

81
UN " H ' ~ D O DESBOCADO A~ I !O~\ (;Jl)DE~S

definitiva, en las transformaciones ocurridas en Europa ñero estadounidense: "¿Cómo podéis aguantar ser go-
del Este en 1989. La fuerza impulsora
--------_ ..
de las revolucio- bernados por gente que no osaríais invitar a cenar?", a lo
nes de ~ -ª_ f~ l,:lQenlOcracia o el autogobierno. V tra- que el estadounidense respondió: "¿Cómo podéis aguan-
taré de mostrar que la difusión de la democracia ha es- tar ser gobernados por gente que jamás os invitaría a
tado muy influida en los últimos tiempos por el avance cenar.;." .
de las comunicaciones globales. Hoy todo el mundo es demócrata pero, ciertamente,
La dt;.!!10cracia es, quizá, el principio activo más po- no ha sido siempre así. En el siglo XIX las ideas democrá-
d~ de} s!glo xx. Hay pocos Estados en el mllndode ticas eran combatidas ferozmente por las élites estable-
hoy que no se denominen a sí mismos democráticos. La cidas y grupos dirigentes, siendo con frecuencia objeto
antigua Unión Soviética y sus colonias de Europa del de burla. La democracia fue el ideal inspirador de las re-
Este se calificaban a sí mismas como democracias popula- voluciones americana y francesa, pero durante mucho
res, igual que hoy la China comunista. Prácticamente, tiempo su implantación fue limitada. Sólo una minoría
los únicos países explícitamente no democráticos son de la población tenía derecho a voto. Incluso algunos de
las últimas monarquías semifeudales que quedan, como los defensores más fervientes del régimen democrático,
Arabia Saudí, e incluso éstos no son inmunes a las co- como el filósofo político John Stuart Mill, mantenían
rrientes democráticas. que debía imponérsele restricciones. Mill recomenda-
¿Qué es la democracia? La cuestión es espinosa, y se ba que parte del electorado tuviera más votos que otros,
han ofrecido muchas interpretaciones diferentes. Por para que, en sus propios términos, los "más sabios y com-
ello me referiré a lo siguiente: la democracia es un siste- petentes" ejercieran más influencia que los "ignorantes
-\~I
ma que implica competencia efectiva entre partidQs po- y menos preparados".
"'-, '
l líticos que buscan puestos de poder. En una democra- La democracia en Occidente no se desarrolló total-
cia hay elecciones regulares y limpias, en las que toman mente hasta el siglo xx. Antes de la I Guerra Mundial
parte todos los miembros de la población. Estos dere- las mujeres sólo podían votar en cuatro países -Fin-
chos de participación democrática van acompañados landia, Noruega, Australia y Nueva Zelanda-o En Sui-
de libertades civiles: libertad de expresión y discusión, za las mujeres no obtuvieron el voto hasta 1974. Ade-
junto con la libertad de formar y afiliarse a grupos o aso- más, algunos países que llegaron a ser completamente
ciaciones políticas. democráticos sufrieron después regresiones. Alemania,
La democracia no es cuestión de todo o nada. Pue- Italia, Austria, España y Portugal tuvieron ciclos de régi-
de haber formas distintas y niveles diferentes de demo- men autoritario o dictadura militar durante el periodo
cratización. La democracia en Gran Bretaña y Estados que va de la década de 1930 a la de 1970. Fuera de Euro-
Unidos, por ejemplo, tiene cualidades dispares. Un via- pa, Norteamérica y Oceanía, ha habido pocas democra-
jero británico en EE UU preguntó una vez a un compa- cias duraderas, como Costa Rica en América Latina.

82 83
U" Ml'M'O DESBOCADO ANI 1ION) GIDDFNS

En las últimas décadas, sin embargo, muchas cosas do derrocados, no podemos estar seguros de la solidez
han cambiado, y de manera extraordinaria. Desde me- de estas transiciones democráticas. Pero la democracia
diados de los años setenta la cantidad de regímenes de- ha experimentado un avance casi igual de grande desde
mocráticos en el mundo se ha doblado con creces. La 1960 que durante más de un siglo antes de esa fecha.
democracia ha llegado a más de treinta países, y todos ¿Porqué?
los Estados democráticos existentes han mantenido Una respuesta posible es la que ofrecen los que tie- .
este tipo de instituciones en pie. Estos cambios comen- nen una visión triunfalista de la combinación occiden-
zaron en la Europa mediterránea, con la caída de los re- tal de democracia y libre mercado. Esto es, que los demás \
gímenes militares en Grecia, España y Portugal. El se- sistemas se han ensayado y fracasado. La democracia ha
gundo grupo de países donde apareció la democracia, vencido porque es lo mejor. A la mayoría de los países
esta vez principalmente en los años ochenta, fue en ajenos al ámbito occidental, simplemente, les llevó algún
América del Sur y Central. Doce países establecieron o tiempo darse cuenta.
restablecieron un régimen democrático, incluidos Bra- No cuestiono parte del razonamiento. La democra-
sil y Argentina. cia es lo mejor. Pero como explicación de las olas re-
La historia continúa en todos los continentes. La tran- cientes de democratización no es muy adecuado. No
sición a la democracia después de 1989 en Europa del justifica por qué estos cambios debían ocurrir en esta
Este y en partes de la antigua Unión Soviética fue segui- coyuntura histórica.
da en algunos países africanos. En Asia, con algunos Para tener una explicación mejor tenemos que resol-
problemas y reveses, la democratización está en marcha ver lo que llamaría la paradoja de la democracia: ésta-se
desde comienzos de los años setenta -en países como expªndepor el mundo, como acabo de describir, mien-
Corea del Sur, Taiwan, Filipinas, Bangladesh, Tailandia tras que en las democracias maduras que el resto del
y Mongolia-. India es un Estado democrático desde su mundo debe -en teoría- copiar, existe una desilusión
independencia, en 1947. generalizada con los procesos democráticos. En la ma-
Por supuesto, algunos Estados que dan el paso a la yoría de los países occidentales los niveles de confianza
democracia no llegan a la democratización total, o dan en los políticos han caído en los últimos años. Vota me-
la impresión de haberse atascado en el camino. Rusia es nos ge~t que antes, particularmente en Estados Uni-
sólo uno de los muchos ejemplos. Otros están, sencilla- dos. Cada vez son más quienes dicen no tener interés en
mente, restaurando lo que existía antes. Argentina y la política parlamentaria, especialmente entre las gene-
algunos otros países latinoamericanos habían tenido radQl1 es jóvenes. ¿Por qué los ciudadanos de los países
gobiernos democráticos en el pasado, al igual que en democráticos están aparentemente desilusionados con
Europa del Este, la República Checa o Polonia. Dado el régimen democrático, al tiempo que éste se expande
que muchos gobiernos democráticos han acabado sien- por el resto del mundo?

84 85
U:\ ,'vlU:'JDO DESI.{(H:.-\DO A~T1 0"Y CIDIlF"S

Los cambios que he estado analizando en este libro Son estas mismas tendencias las que, al mismo tiempo,
explican por qué. Cada vez para más personas en el mun- producen desafección en las democracias maduras. En
do la vida ya no es vivida como un destino -relativamen- un mundo destradicionalizado los políticos no pueden
te f~ad y determinada-o Los regímenes autoritarios no acudir a las formas antiguas de pompa y circunstancia
concuerdan con otras experiencias vitales, como la fle- para justificar lo que hacen. La política parlamentaria
xibilidad y el dinamismo necesarios para competir en la ortodoxa se aleja remotamente del torrente de cambios
economía electrónica mundial. El poder político basa- que inunda las vidas de la gente.
do en el mando autoritario no puede apoyarse en las re- ¿Qué lugar deja todo ello a la democracia? ¿Debe-
servas de acatamiento o respeto tradicionales. mos aceptar que las instituciones democráticas se vuel-
En un mundo basado en la comunicación activa el van marginales justo en el momento en que aparecen
poder puro -poder que sólo va de arriba a abajo- pier- en la cresta de la ola?
de arraigo. Las condiciones económicas que la econo- Encuestas de opinión realizadas en distintos países oc-
mía estatalizada soviética u otros regímenes autoritarios cidentales revelan datos muy interesantes sobre la con-
no pudieron manejar -la necesidad de descentraliza- fianza en el gobierno. La gente ha perdido, en efecto,
ción y flexibilidad- se reflejaban en la política. El mo- mucha de la confianza que solía tener en los políticos y
nopolio de la información, en el que se basaba el sistema los procedimientos democráticos ortodoxos. No ha per-
político, no tenía futuro en un espacio intrínsecamente dido la fe, sin embargo, en los procesos democráticos.
abierto de comunicaciones mundiales. En un estudio reciente en EE UU y los principales países
Durante los acontecimientos ocurridos en 1989 en occidentales más del 90 por 100 de la población dijo~
Europa del Este mucha gente se lanzó a la calle. Es de que daba por bueno el régimen democrático. Más aún,
destacar, sin embargo, que a diferencia de casi todas las yen contra de lo que mucha gente supone, la mayoría
revoluciones de la historia, hubo muy poca violencia. no está perdiendo interés en la política como tal. Los da-
Lo que parecía un sistema de poder implacable -el to- tos demuestran, en realidad, lo contrario. La gente se
talitarismo comunista- se desvaneció como si apenas muestra más interesada en ella que antes, incluidas las
hubiese existido. Poca gente pensaba que el apartheid generaciones más jóvenes, que no son, como se ha dicho
de Suráfrica podría desaparecer sin una revuelta violen- tantas veces, una generación X, desafecta y alienada.
ta. Pero lo hizo. Sí son, por lo menos muchos, más cínicos respecto
Los únicos episodios de violencia ocurridos en 1989 a las reivindicaciones de los políticos, y les preocupan
están relacionados con la toma de emisoras de tele- -esto es crucial- cuestiones en las que sienten que
visión. Los que las invadieron tenían las prioridades- éstos tienen poco que decir. Muchos consideran I~QJí­
correctas. La revolución de las comunicaciones ha pro- tica como un neg()cio corrllPJg en el que sus líderes se
ducido ciudadanos más activos y reflexivos que nunca. preocupan por sí mismos en lugar de tener siempre pre-

86 87
u~ MllNDO DESI\OCADO ANTIIONY GIllDENS

sente el bien de sus ciudadanos. La gente joven ve como también han engendrado redes clientelares, tráfico de
cuestiones más importantes las ecológicas, los derechos influencias y arreglos secretos. Con frecuencia hacen
humanos, la política familiar y la libertad sexual. A nivel uso de símbolos y formas tradicionales de poder que no
económico, no creen que los políticos sean capaces de son ni mucho menos democráticos. La Cámara de los
controlar las fuerzas que mueven el mundo. Como to- Lores en el Reino Unido es sólo uno de los ejemplos
dos sabemos, muchas de éstas sobrepasan el ámbito del más obvios. A medida que las tradiciones pierden
Estado-nación. No sorprende que los activistas elijan fuerza, lo que antes parecía venerable y digno de respe-
poner sus energías en grupos de interés, ya que éstos to puede parecer, de la noche a la mañana, pintoresco
prometen lo que la política ortodoxa parece incapaz de o incluso ridículo.
consegUIr. No es casual que haya habido en el mundo tantos es-
¿Cómo pueden mantenerse activos la democracia y cándalos de corrupción en los últimos años. DeJapón a
el gobierno cuando parecen haber perdido su posición Alemania, de Francia y Estados Unidos al Reino Unido,
privilegiada? Creo que hay una respuesta. Lo que se ne- estos casos han llenado los periódicos. Dudo de que la
cesita en los países democráticos es una profundización corrupción sea más común en los países democráticos
, de la propia democracia. Lo llamaré democratizar la de- que antes. Más bien creo que en una sociedad abierta
mocracia. Pero ésta, en la actualidad, debe volverse trans- de la información son más visibles, y los límites de lo
\ nacional. Tenemos que democratizar por encima -y que se considera corrupción han cambiado. En Gran
también por debajo- del nivel de la nación. Una era Bretaña, por ejemplo, el clientelismo era antes, sencilla-
globalizadora requiere respuestas globales, y esto se apli- mente, la manera de hacer las cosas, incluso cuando ha-
ca a la política tanto como a cualquier otra área. bía partidos de izquierda en el poder. Estas redes no
Se requiere una profundización de la democracia han desaparecido, pero gran parte de lo que ocurría en
porque los viejos mecanismos del poder no funcionan ellas, y era ampliamente aceptado, se considera ahora
en una sociedad en la que los ciudadanos viven en el ilegítimo.
mismo entorno informativo que aquellos que los go- La democratización de la democracia tendrá aspecto
biernan. Los gobiernos democráticos occidentales, por distinto en países diferentes, según el contexto. Pero no
supuesto, nunca han sido tan reservados como los Esta- hay país tan avanzado que esté exento de ella. Democra-
dos comunistas u otros tipos de régimen autoritario. tizar la democracia significa una devolución efectiva del
Pero reservados en algunos contextos sí que lo han sido. poder allí donde -como en Gran Bretaña- está fuer-
Piénsese, por ejemplo, en todo lo que ocultaron los temente concentrado a nivel nacional. Significa tener
gobiernos estadounidenses y británicos sobre las prue- medidas anticorrupción en todos los ámbitos.
bas nucleares y el desarrollo armamentístico durante También implica, con frecuencia, una reforma consti-
la guerra fría. Los sistemas democráticos occidentales tucional y buscar una mayor transparencia en los asuntos

88 89
U:-.; t\.H I;..JDO DESBO( :ADO ANI I IONY GIDIlFI\S

políticos. Deberíamos estar dispuestos también a experi- tuciones no económicas. Construir una democracia de
mentar con procedimientos democráticos alternativos, las emociones es parte de una cultura cívica progre-
especialmente cuando éstos pueden ayudar a acercar la sista. La sociedad civil es el terreno en el que han de
adopción de decisiones políticas a las preocupaciones desarrollarse las actitudes democráticas, incluida la to-
cotidianas de los ciudadanos. Los jurados populares, por lerancia. La esfera cívica puede ser fomentada por el
ejemplo, o los referendos electrónicos no sustituirán a la sistema pero es, a su vez, su base cultural.
democracia representativa, pero pueden ser un comple- La democratización de la democracia no es relevante
mento útil. sólo para las democracias maduras. Puede ayudar a crear
Los partidos políticos tendrán que acostumbrarse a instituciones de este tipo donde éstas sean débiles y
colaborar más con los movimientos sociales, como los estén desguarnecidas. En Rusia, por ejemplo, donde
grupos de presión ecologistas, que en el pasado. Algu- domina el capitalismo gansteril y subsisten fuertes res-
nas personas ven a las sociedades contemporáneas frag- quicios autoritarios del pasado, no puede construirse
mentadas y desorganizadas, pero, en realidad, sucede lo una sociedad más abierta y democrática de arriba a aba-
contrario. La gente se involucra más que antes en grupos jo. Ha de crearse desde abajo, a través del resurgimiento
y asociaciones. En Gran Bretaña hay un porcentaje vein- de la cultura cívica. Sustituir el control estatal por mer-
te veces mayor de gente participando en grupos de vo- cados, incluso si fueran más estables de lo que son, no
luntarios o de autoayuda que afiliada a partidos políti- conseguiría este fin. Se ha comparado, atinadamente,
cos, y lo mismo ocurre en otros países. una democracia que funciona bien con un taburete de
Los movimientos sociales están muchas veces a la van- tres patas. El gobierno, la economía y la sociedad civil
guardia suscitando problemas y preguntas que pueden han de estar equilibrados. Si una domina sobre las otras,
ser ignorados en los círculos políticos ortodoxos hasta las consecuencias son nefastas. En la antigua Unión So-
que es demasiado tarde. Así, mucho antes de la crisis viética el Estado dominaba gran parte de la vida. Por
del BSE en el Reino Unido algunos grupos y movimien- ello, no había una economía vigorosa y la sociedad civil
tos habían alertado sobre los peligros de la contamina- estaba prácticamente exterminada.
ción en la cadena alimenticia. No podemos dejar a los medios de comunicación
La democratización de la democracia depende tam- fuera de esta ecuación, ya que tienen, particularmente
bién del fomento de una cultura cívica sólida. Los mer- la televisión, una doble relación con la democracia. Por
cados no pueden crear esa cultura. Y tampoco un plura- un lado, como he destacado, la emergencia de una so-
lismo de grupos de interés. No debemos pensar que sólo ciedad global de la información es una potente fuerza
hay dos sectores en la sociedad -el Estado y el merca- democratizadora. Por otro, la televisión y los otros me-
do, o lo público Y lo privado-o En medio está la esfera dios tienden a destruir el propio espacio de diálogo que
de la sociedad civil, que incluye a la familia y otras insti- abren, a través de una trivialización y personalización

90 91
u!\: 1\HINDO DESHO(:AIlO ANTIIO'JV CIDDE'JS

inexorables de las cuestiones políticas. Además, el creci- mucho más interdependiente que hace un siglo, yel ca-
miento de empresas multinacionales gigantes de comu- rácter de la sociedad mundial ha cambiado. La otra
nicación significa que magnates financieros no elegidos cara de la moneda es que los problemas comunes que
pueden ejercer un enorme poder. afrontamos hoy -como los riesgos ecológicos mundia-
Contrarrestar ese poder no puede ser una cuestión les- también son mucho mayores.
de política nacional solamente. Es crucial que la demo- ¿Cómo puede promoverse la democracia por encima
, cratización de la democracia no se detenga en el nivel del nivel del Estado-nación? Me centraría en las organi-
del Estado-nación. Hasta ahora la política democrática zaciones transnacionales tanto como en las internacio-
i ha implicado a una comunidad nacional que se auto- nales. Naciones Unidas, como su nombre indica, es una
¡gobierna, capaz de moldear la mayoría de las políticas asociación de Estados-nación. Por el momento, al me-
que le afectan. Ha implicado a la nación soberana. Pero nos, compromete escasamente la soberanía nacional y,
bajo el impacto de la globalización, la soberanía se ha de hecho, su carta constitucional establece que no debe
vuelto borrosa. Las naciones y Estados-nación siguen hacerlo. La Unión Europea es diferente. La veo marcan-
siendo poderosos, pero se están abriendo -como se- do un camino que podría ser, y seguramente será, seguido
ñala el científico político David Held- grandes déficit en otras zonas. Lo importante de la UE no es que esté lo-
democráticos entre ellas y las fuerzas globales que afec- calizada en Europa, sino que está explorando una forma
tan a las vidas de sus ciudadanos. Los riesgos ecológicos, de gobierno transnacional. Contrariamente a lo que di-
las fluctuaciones en la economía mundial o el cambio cen algunos de sus defensores y detractores, no es ni un
tecnológico global no respetan las fronteras naciona- Estado federal ni un súper Estado-nación. Pero tampoco
les. Escapan a los procesos democráticos, una de las es simplemente una asociación de naciones. Los países
razones principales, como dije anteriormente, del men- que han entrado en la UE han renunciado voluntaria-
guante encanto de la democracia donde está más arrai- mente a parte de su soberanía.
gada. Actualmente, la Unión Europea no es especialmente
Hablar de democracia por encima del nivel de la na- democrática. Es famosa la frase de que si la UE solicitara
ción puede parecer poco realista. Estas ideas, después adherirse a ella misma, no lo lograría. La UE no cumple
de todo, fueron ampliamente debatidas hace cien años. los criterios democráticos que exige a sus miembros.
En lugar de una era de armonía mundial, llegaron dos Nada hay en principio, sin embargo, que evite su futura
conflictos mundiales y más de cien millones de perso- democratización, y debemos presionar con fuerza por
nas han muerto a causa de la guerra en el siglo xx. este cambio.
¿Son diferentes ahora las circunstancias? Obviamen- La existencia de la UE introduce un principio funda-
te, nadie puede asegurar nada, pero creo que sí. He ex- mental de la democracia, vista contra el telón de fondo
plicado las razones en capítulos anteriores. El mundo es del orden global. Yes que el sistema transnacional pue-

92 D3
U:" \H ':\DO DESIKH:ADO AN iliON) (;lIlDFNS

de contribuir activamente a la democracia dentro de los les de la sociedad mundial. Nada se consigue sin esfuer-
Estados, y no sólo entre ellos. Los tribunales europeos, zo. Pero por la promoción de la democracia, a todos los
por ejemplo, han llegado a una serie de decisiones, en- niveles, merece la pena luchar. Puede conseguirse. Nues-
tre ellas medidas protectoras de los derechos individua- tro mundo desbocado no necesita menos autoridad,
les, que rigen dentro de los países miembros. sino más, y esto sólo pueden proveerlo las instituciones
Si miramos el mundo a finales del siglo xx podemos democráticas.
ver motivos para el optimismo y el pesimismo en igual
medida. La expansión de la democracia es un ejemplo
apropiado. A pesar de ello, la democracia parece una
flor frágil. Pese a su difusión, abundan los regímenes
opresores, y los derechos humanos se desprecian a dia-
rio en todo el mundo. En Kosovo cientos de miles de
personas fueron expulsadas de sus hogares y se abando-
nó toda pretensión de imperio de la ley. Quisiera citar
aquí las palabras de un periodista que observó los he-
chos: "Casi medio millón de refugiados", escribió, "es-
tán en Macedonia. Cómo serán alimentados, nadie lo
sabe... ¡Vengan a Macedonia y aYÚdennosl". Esto fue pu-
blicado en el Toronto Daily Star. El reportero era Ernest
Hemingway; la fecha, el 20 de octubre de 1922.
Podría disculparse que alguien pensara que algunos
problemas son sencillamente inabarcables, sin esperan-
za de resolución. La democracia parece florecer sólo en
tierra particularmente fértil, que ha sido cultivada a lar-
go plazo. En sociedades o regiones con poco historial
de gobiernos democráticos parece tener raíces débiles y
derrumbarse con facilidad. Pero quizá esté cambiando
todo. En lugar de pensar en la democracia como una
f10r frágil, que se pisotea fácilmente, quizá deberíamos
verla como una planta robusta, capaz de crecer incluso
en terreno baldío. Si mi tesis es correcta, la expansión
de la democracia está ligada a los cambios estructura-

94 95
LECTURAS SELECCIONADAS

GLOBALIZACIÓN

ALBROW, Martin, Tite Global Age: State and Society Beyond Mo-
dernity, Cambridge, Polity Press, 1996.
El autor afirma que estamos entrando en la primera
era global. En lugar de hablar de globalización, debería-
mos estar analizando las maneras en que vivir en la era
global nos implica a todos en nuevas formas de interde-
pendencia.

BELL, Daniel, 'The World and the Cnited States in 2013",


en Daedalus, 116 (3),1987, pp. 1-3l.
Este artículo es un intento de predecir los grandes cam-
bios estructurales del futuro. Llega a la conclusión de que
hay un desajuste de proporciones entre las fuerzas globaliza-
doras y las instituciones del Estado-nación moderno.

CASTELLS, Manuel, The Rise of the Network Society (Tite Inlor-


mation Age, vol. 1), Cambridge, MA, Blackwell, 1996. (Hay trad.
española: La sociedad red [La era de la información, vol. 1J, Ma-
drid, Alianza, 1997).

97
Ur\ ML'r\DO DESBOCADO Ar\THONY GIDDEr\S

El primero de los tres volúmenes de un estudio sobre el Hirst y Thompson adoptan una actitud escéptica ante la
crecimiento de la "sociedad de redes" -un orden global for- globalización y sostienen que se ha sobreestimado el grado de
mado por la emergencia del papel de la información en la integración económica en los mercados mundiales.
nueva economía mundial.
KORTEN, David C., When Corporations Rule the World, West
DICKEN, Peter, Global ShiJt: Transforming the World Economy, Hartford, CN, y San Francisco, CA, Kumarian Press y Berrett-
3ª ed., Londres, Chapman, 1998. Koehler, 1995.
Una descripción revisada y actualizada de los patrones Un análisis del desarrollo del poder económico globaliza-
cambiantes de la actividad económica mundial. Presenta do que se concentra en el papel jugado por las empresas gi-
datos de diferentes sectores industriales y aborda la cues- gantes. El autor defiende que es necesaria una serie de cam-
tión de cómo afecta la globalización económica a la sobera- bios para limitar este poder.
nía nacional.
McLcHAN, Marshall, The Gutenberg Galaxy: The Making of
GRAY, John, False Dawn: The Delusions of Global Capitalism, Typographic Man. Toronto, University ofToronto Press, 1962.
Londres, Granta Books, 1998. (Hay trad. española: La galaxia lJUtenberg: génesis del homo typo-
Una obra muy vigorosa que defiende que la expansión graphicus, Madrid, Círculo de Lectores, 1998).
del mercado global está causando numerosos problemas so- Introdujo el muy citado término de "aldea global" para
ciales en el mundo. El autor dice que no puede haber un mo- captar el impacto de las nuevas tecnologías de la informa-
delo de desarrollo capitalista aplicable a todos los países y re- ción en nuestras vidas.
glOnes.
OHMAE, Kenichi, The End of the Nation State: The Rise of Re-
HELD, David; McGREw, Anthony; GOLDBLUT, David, y PE- gional Economies, Londres, HarperCol1ins, 1995. (Hay trad.
RRATOl'\,Jonathan, Global Transformations: Politics, Economics española: El despegue de las economías regionales, Bilbao, Deus-
and Culture, Cambridge, PolityPress, 1999. to,1997).
La introducción más completa hasta la fecha a la cuestión Ohmae adopta una postura opuesta a la de Hirst y Thomp-
de la globalización, con un análisis muy equilibrado de pos- son: sugiere que el avance de la globalización ha sido tan po-
turas diferentes. Introdujo la división entre "escépticos de la deroso que los Estados-nación han perdido gran parte de su
globalización" y otros que utilicé en el capítulo inicial. poder para controlar sus propios asuntos.

HIRST, Paul Q., y THOMPSOl'\, Grahame, Globalization in Ques- SOROS, George, The Crisis of Global Capitalism: apen Society
tion: The International Economy and the Possibilities of Governance, Endangered, Nueva York, BBS/Public Mfairs, 1998. (Hay trad.
Cambridge, Polity Press, 1996. española: La crisis del capitalismo global, Madrid, Debate, 1999).

D8 99
c:\ ~H T).JDO DFSR()( :Ano i.-\~THO:-";Y GIDDE:\S

George Soros es uno de los hombres de negocios más BECK, Ulrich, Ecological Politics in an Age of Risk. Cambrid-
prósperos de los últimos años. Ha amasado una fortuna en ge, Polity Press, 1995. (Hay trad. española: Políticas ecológicas
los mercados financieros, pero cree que necesitan más regu- en la edad del riesgo, Barcelona, El Rouve Editorial, 1998).
lación de la que hay ahora. De lo contrario, habrá más crisis Relaciona el aumento de la política ecologista con la trans-
como la que afectó a las economías asiáticas en 1998. formación de la naturaleza por la tecnología moderna. Em-
pezamos a preocuparnos por la naturaleza en un mundo en
STRA,'\IGE, Susan, The Retreat 01 tlu: Sta te: the Diffusion 01Power in el que muy pocas cosas siguen siendo naturales.
the WorldEconorny, Cambridge, Cambridge University Press, 1996.
Escrito por la autora de Casino Capitalisrn (Oxford, Black- BER;\ISTEIN, Peter L., Against the Gods: The Rernarkable Story
well, 1986), este libro defiende que la aparición de organiza- ofRisk, Nueva York,John Wiley & Sons, 1996.
ciones económicas y políticas transnacionales ha llevado a La mejor exposición sobre el riesgo con relación a la histo-
un importante cambio de poder en la economía política in- ria de la teoría de la probabilidad y el desarrollo de los merca-
ternacional. dos financieros. Bernstein demuestra cómo se han desarro-
llado formas cada vez más sofisticadas de cálculo del riesgo a
través de los siglos.
RIESGO
DOUGLAS, Mary, y WILDAVSKY, Aaron, Risk and Culture: an
ADAMs,john, Risk, Londres, UCL Press, 1994. Essay on the Selection oi Technical and Environrnental Dangers,
Una exposición interesante sobre la naturaleza y la ges- Berkeley, CA, University ofCalifornia Press, 1982.
tión del riesgo. Adams sostiene que el análisis de éste debe te- Los autores sostienen que el riesgo no puede definirse ob-
ner en cuenta cómo responde la gente selectivamente al ries- jetivamente. Lo que cuenta como "riesgo" depende de los va-
go que se origina en su propio comportamiento. lores asumidos por individuos o grupos.

BECK, Ulrich, Risk Society: Towards a New Modernity, Lon- FRANKI ,IN, j ane (ed.), The Politics ofRisk Society, Cambridge,
dres, Sage, 1992. (Hay trad. española: La sociedad del riesgo: ha- Polity Press, 1998.
cia una nueva rnodernidad, Barcelona, Paidós, 1998). Una colección de artículos que abordan diferentes aspec-
Una obra clásica que mantiene que nos estamos despla- tos del riesgo en las sociedades contemporáneas.
zando de una "sociedad industrial" a una "sociedad del ries-
go". Una sociedad de este tipo está marcada por nuevas in- MIGHT, Frank Hyneman, Risk, Uncertainty and Profit, Bos-
certidumbres, por un individualismo creciente y por cambios ton, MA, Houghton Mifflin, 1921.
básicos en instituciones sociales esenciales. En este texto clásico el autor aplica el concepto de riesgo
a la actividad económica y elabora una distinción entre riesgo

100 101
A'lTHOi\:Y GIDDE'JS

e incertidumbre. Mucha gente se ha visto influida por esta dis-


tinción: el riesgo puede calcularse, la incertidumbre no. GRO&'>, David, The Past in Ruins: Tradition and the Critique of
Modernity, Amherst, MA, UniversityofMassachusetts Press, 1992.
RAPHAEL, Adam, Ultima te Risk, Londres, Bantam Press, Una interpretación del carácter cambiante de la tradición
1994. en el trasfondo de la teoría cultural.
Una descripción interesante de los diversos problemas
afrontados por la compañía de seguros Lloyd's. El autor man- HEEL\S, Paul; LASH, Scott, y MORRIS, Paul (eds.), Detradi-
tiene que los problemas de Lloyd's en Londres nacieron de tionalization: Critical Rejlections on Authority and Identity, Ox-
grandes deficiencias en la gestión del riesgo. ford, Blackwell, 1996.
Una colección de artículos sobre el declive de la tradición
ROYAL SO(:IETY, Risk: Analysis, Perception, Management, Lon- en las sociedades contemporáneas. Se expresan puntos de
dres, Royal Society, 1992. vista diferentes sobre el alcance real del mismo y sus posibles
Un informe oficial elaborado por la institución científica más implicaciones.
respetable del Reino Unido. Generó una considerable contro-
versia por su diferenciación entre el riesgo objetivo y el subjetivo. HOBSBAWM, Ericj., y R\NGER, Terence O., The Invention of
Tradition, Cambridge, Cambridge University Press, 1983.
Una obra clásica que muestra cómo muchas formas de
TRADICIÓN comportamiento que consideramos inmemoriales en reali-
dad se han creado recientemente.
AH:\fED, Akbar S., y DON:--¡AN, Hastings (eds.), Islam, Clobaliza-
tion, and Postmodernity, Londres y Nueva York, Roudedge, 1994. HLNTI:\TGTON, Samuel P., The Clash of Civilizations and the
Muestra los vínculos entre el aumento del fundamentalis- RemakingofWorld Order, Nueva York, Simon & Schuster, 1996.
mo y la expansión de los medios de comunicación de masas. (Hay trad. española: El choque de civilizaciones y la reconfigura-
El fundamentalismo no es un fenómeno nacional, sino trans- ción del orden mundial, Barcelona, Paidós, 1997).
nacional. Un estudio ya famoso de las nuevas divisiones que surgen
en la comunidad mundial en la época posterior a 1989. Hun-
GELLNER, Ernest, Postmodernism, Reason and Religion, Nue- tington sostiene que las nuevas fuentes de conflicto en el
va York, Roudedge, 1992. (Hay trad. española: Posmodernis- mundo se centran en las antiguas líneas de fricción entre las
mo, razón y religión, Barcelona, Paidós, 1994). diferentes civilizaciones religiosas.
Una reflexión provocativa sobre el resurgimiento y la signifi-
cación de la religión en la actualidad. Las tradiciones religiosas KEPEL, Gilles, The Revenge of Cod: The Resurgence of lslom,
no sólo no mueren, sino que se ven continuamente reavivadas. Christianity and Judaism in the Modern World, Cambridge, Po-

102 103
ANTHONY GIDDENS

lity Press, 1994. (Hay trad. española: La revancha de Dios, Ma- Un estudio sobre el extraordinario suceso que ocurrió en
drid, Anaya & Mario Muchnik, 1991). India en 1995, cuando las imágenes de un dios con cabeza de
Un estudio excelente e interesante del resurgimiento del elefante, Ganesh, y otras deidades realmente parecieron beber
fundamentalismo. El libro se centra especialmente en las com- la leche que les había sido ofrecida.
plicaciones de aplicar la idea de fundarnentalismo al islam.

KRA.\l0JICK, Isaac (ed.), The Portable Enlightenment Reader, FAMILIA


Nueva York, Penguin, 1995.
Una selección de obras de los principales pensadores de la BURGESS, Adrienne, Fatherhood Reclaimed: The Making ofthe
Ilustración en el siglo XVIII. Incluye textos del barón de Holbach. ModernFather, Londres, Vermilion, 1997.
Ofrece un análisis del carácter cambiante de la paterni-
Mc\RTY, Martin E., Y N'PLEBY, R. Scott (eds.), Fundarnenta- dad en las sociedades modernas. La autora sostiene que de-
lism Observed (TheFundamentalismProject, vol. 1). Chicago, Uni- bería prestarse mayor atención a los derechos de los padres.
versity of Chicago Press, 1991. .
El primer volumen de un estudio sobre la naturaleza del COONTZ, Stephanie, The Way We Never Were: American Fami-
fundamentalismo en el mundo contemporáneo. líes and the Nostalgia Trap, Nueva York, Basic Books, 1992.
Una crítica magistral de la nostalgia de formas pasadas de
SAJO, Edward W., Orientalism, Londres: Routledge & Ke- vida familiar. Coontz demuestra que nunca hubo una edad
gan Paul, 1979. dorada de la familia.
En esta influyente obra el autor arremete contra nuestra
imagen de otras culturas y tradiciones. En lugar de ser des- DUBY, Georges, Love and Marriage in the Middle Ages, Cam-
cripciones precisas, reflejan con frecuencia una elevada au- bridge, Polity Press, 1994. (Hay trad. española: Arte y sociedad
toimagen de la cultura occidental. en la Edad Media, Madrid, Taurus, 1998).
Un estudio clásico sobre el matrimonio, el amor y la se-
SHILS, Edward A., Tradition, Londres, Faber & Faber, 1981. xualidad en la Edad Media que muestra qué diferentes a aho-
Una exposición general sobre la naturaleza de la tradi- ra eran muchas actitudes claves.
ción en sociedades y culturas diferentes. El autor cree esen-
cial una visión positiva de la tradición para la continuidad y FOllCAULT, Michel, The History of Se:x:uality, vol. 1, Harmonds-
cohesión de las sociedades. worth, Penguin, 1981 (publicado por primera vez en 1976).
(Hay trad. española: Historia de la sexualidad, Madrid, Siglo XXI).
VIDAL, Denis, "When the gods clrink milk: empiricism and be- Una célebre explicación del aumento de la atención a la
liefin contemporary Hinduism", en SouthAsiaResearch, 18, 1998. sexualidad en Occidente. Foucault mantiene que en la era

104 105
UN MllNDO DESBOCADO ANTIIONY GIDDENS

victoriana la sexualidad no fue simplemente reprimida. Más


bien, los victorianos ayudaron a desencadenar nuestra fasci- PHOENIX, Ann, Young Mothers?, Oxford, Polity Press, 1990.
nación por el sexo. Una exposición de los problemas de las madres adoles-
centes en la sociedad moderna.
GoODE, Williamj., WorldRevolution andFamilyPattems, Nue-
va York y Londres, Free Press and Collier-Macmillan, 1963. WEEKS, Jeffrey, Sexuality, Chichester, Ellis Horwood, 1986.
Un estudio clásico de los cambios que están ocurriendo Una introducción entretenida y minuciosa al estudio de
en la familia a escala mundial. El autor sostiene que hay pau- la sexualidad. El autor ofrece un análisis equilibrado de las
tas comunes de cambio en muchos países y regiones diferen- diferentes divergencias sobre la naturaleza de ésta.
tes del mundo.

JAMIESON, Lynn, Intimacy: Personal Relationships in Modern DEMOCRACIA


Societies, Cambridge, Polity Press, 1998.
El autor aborda la cuestión de cómo han cambiado las re- BARBER, Benjamin R., APlacefor Us: How to Make Society Ci-
laciones íntimas en la sociedad moderna, basándose en la vil andDemocracy Strong, Nueva York, Hill and Wang, 1998.
evidencia empírica de una serie de países occidentales. Una reflexión sobre la relación entre democracia, socie-
dad civil y poder corporativo. El autor sostiene que una de-
LASLETI, Peter, The World We Have Lost, Londres, Methuen, mocracia real necesita regulación del gobierno y del sistema
1965. financiero, además de una base sólida en la esfera civil.
Un estudio clásico de la vida familiar en las generaciones
pasadas que cuestiona muchos mitos sobre la familia. CZEMPIEL, Ernst O., y Rosenau, James N. (eds.), Governan-
ce Without Government: Order and Change in World Politics, Cam-
MCLANAHAN, Sara S., y SAc"lDEFUR, Gary D., Growing Up with bridge, Cambridge University Press, 1992.
a Single Parent: What Hurts, What Helps, Cambridge, MA, Har- Aborda el surgimiento de nuevas formas de gobierno en
vard University Press, 1994. respuesta a la globalización.
El mejor estudio sobre el impacto social y educativo de las
familias monoparentales en Estados Unidos. DUNN, John, Democracy: The Unjinished journey, 508 BC to
AD 1993, Oxford, Oxford University Press, 1992. (Hay trad.
PHILLIPS, Roderick, Untying the Knot: A Short History ofDi- española: Democracia: el viaje inacabado (508 a. C. - 1993 d. C.),
vorce, Cambridge, Cambridge University Press, 1991. Barcelona, Tusquets, 1995).
Un estudio ameno de la historia del divorcio en Europa y Una colección de artículos que abordan el desarrollo de
Estados Unidos. la democracia en diferentes partes del mundo. Como su títu-

106 107
UN MUNDO DESBOCADO
ANTHONY GIDDENS

lo indica, el libro sugiere que todavía hay mucho camino que


Un análisis de cómo pueden conseguirse formas apropia-
recorrer para hacer de la democracia una forma más univer-
das de gobierno para problemas comunes que trascienden al
sal y satisfactoria de gobierno.
Estado-nación.

FUKUYAMA, Francis, The End of Histary and the Last Man,


PAOLINI, Albert J; JARVIS, Anthony P., y REUS-SMIT, Chris-
Londres, Hamish Hamilton, 1992. (Hay trad. española: Elfin
tian (eds.), Between Sovereignity and Global Governance: The Uni-
de la Historia y el último hombre, Barcelona, Planeta, 1992).
ted Nations, the State, and Civil Society, Londres, Macmillan
El autor defiende que hemos llegado al fin de la historia
Press, 1998.
porque no hay alternativas al capitalismo y a la democracia li-
Una serie de reflexiones sobre el desarrollo del gobierno
beral. Sin embargo, plantea la posibilidad de que este nuevo
global que sigue a los cambios que afectan a la soberanía de
mundo traiga consigo nuevos motivos de descontento.
los Estados.

HELD, David, Models ofDemocracy, 2ª ed., Cambridge, Polity


ROSENAU, James N., Turbulence in World Politics: A Theory of
Press, 1996. (Hay trad. española: Modelos de democracia, Ma-
Change and Continuity, Londres, Harvester Wheatsheaf, 1990.
drid, Alianza, 1996).
El autor busca explicar la persistente confusión de la polí-
Una reflexión sofisticada, pero amena, sobre diferentes
tica mundial examinando los cambios políticos, sociales y
concepciones de la democracia. El autor concluye con un
económicos producidos desde la II Guerra Mundial. Sostie-
conjunto de propuestas para el desarrollo democrático fu-
ne que vivimos en un "mundo bifurcado" en el que el viejo
turo.
sistema centrado en el Estado está siendo desqfiado por un
nuevo mundo multicéntrico de organizaciones no guberna-
HUNTINGTON, Samuel P., The Third Wave: Democratization in
mentales y otros grupos.
theLate Twentieth Century, Norman, OK, UniversityofOk.laho-
ma Press, 1991. (Hay trad. española: La tercera ola: la democra-
tización a finales del siglo xx, Barcelona, Paidós, 1994).
Una reflexión sobre la emergencia de instituciones de-
mocráticas en países que carecían de ellas, con una mirada
crítica a algunas tesis explicativas sobre cómo y por qué ha
ocurrido.

OSTROM, Elinor, Governing the Commons: theEvolution oflns-


titutions for Collective Action, Cambridge, Cambridge Univer-
sity Press, 1990.

108
109

También podría gustarte